Capitulo 3: la pirómania rinde frutos.
Aunque al ser un berserker no estaba muy feliz por el tener que huir, prefería una pequeña herida en mi orgullo antes de correr peligros innecesarios, y no hablo de peligro para mí, no señor, aun con mi cuerpo de apariencia frágil, puedo darle una patada en el trasero a eso cuatros leones idiotas, el verdadero peligro era que durante una pelea podría caer en frenesí, y eso pondría en peligro a todos incluyendo a mí no tan alado amigo.
-¿Cómo es que nuestros padres nos dejaron venir a este lugar? –Pregunto mi azabache amigo girando en una esquina para detenerse junto a una pared y recuperar algo del aire perdido.
-¡¿Qué se yo?!Mi Padre las firmo ambas… - hice memoria recordando que él me había entregado los permisos firmados en la mañana antes de venir.
-¿Tu padre? No hay forma en que él las hubiera firmado sabiendo lo sobre protector que es –Afirmo pensativo y yo asentí, tenía razón, pero si él no las había firmado ¿Quién?
En la mañana:
Un hombre de pulcro cabello castaño se encontraba leyendo algunos documentos sobre su escritorio de roble. La puerta se hizo presente y la voz algo gruesa de la persona del otro lado se dejó escuchar pidiendo permiso para entrar.
-Entra –Concedió sin quitar la vista en ningún momento de los importantes papeles en sus manos.
- Te ves demasiado estresado hijo, no me arrepiento para nada de haberte cedido el puesto de jefe de la familia –Sonrió con algo de sorna el hombre mayor de cabellera negra y ojos de un profundo café, bordeando el negro.
-Gracias Padre, me encanta poder contar siempre con tu apoyo –respondió con sarcasmo - ¿Ya hiciste lo que te pedí? –Pregunto dejando los papeles a un lado por un segundo para verlo de frente.
-Oh claro, el lugar al cual van a ir Elena y campanita –Asintió metiendo la mano a su bolsillo sacando dos hojas de papel bastante maltratadas – Ya lo investigue y no hay ningún problema, es totalmente seguro, ni siquiera van a necesitar la escolta que tenías planeada darles.
-¿estás seguro?- Dijo sin confiar del todo en sus palabras enarcando una ceja mientras recibía los permisos.
-Vamos hombre, que estamos hablando de la seguridad de mi adorada nieta, nunca jugaría con tal cosa –le vio algo ofendido logrando hacer al de castaños cabellos suspirar.
-Sí, tienes razón, hasta tú tienes tus límites –negó y tomo una pluma para poder firmar ambos permisos bajo la atenta mirada del mayor que sonreía de lado. Nada mejor que unas pequeñas vacaciones en un lugar lleno de enemigos para aumentar la adrenalina en la sangre, ya luego haría que su nieta le diera las gracias por su tan desinteresada acción.
De vuelta al presente:
-¿No creerás que el descarriado de tu abuelo tendrá algo que ver con esto? –Pregunto mi amigo hada y ambos consideramos la idea por un par de segundos para luego negar con la cabeza.
-Mi abuelo está loco, pero no tan loco –Lo defendí como pude –Es decir por supuesto de niña me hizo pasar por algunas situaciones difíciles pero tan solo fueron parte de mi entrenamiento, no veo razón para que nos mandara a ambos en una situación tan peligrosa, hasta él tiene sus límites.
-Tienes razón, de seguro tu papa estuvo tan ocupado que ni siquiera leyó los permisos antes de firmarlos –Asentimos, esa era la respuesta más probable.
-Bueno de todas formas hay que irnos, son leones, gracias a su olfato de seguro podrán encontrarnos sin importar cuanto corramos o nos escondamos –razone, recordaba parte de mis clases de pequeña, ninguna criatura sobre natural tenia permitido salir al mundo exterior sin tomar clases especiales, que le ayudara a comprender mejor el mundo que le rodeaba y poder sobre vivir en el.
-¡¿No pudiste decirme eso antes de correr por 20 minutos contigo a cuestas?!-Exclamo algo cansado mi azabache favorito dejándome caer al suelo para luego sentarse junto a mí a descansar.
-Eso no hubiera sido tan divertido o cómodo –Mis palabras me ganaron una mirada asesina de su parte –Además es mejor establecer algo de distancia entre ambos para poder pensar en un plan –explique logrando que me mirara de forma esquiva como diciendo “No te creo ni media palabra”, las hadas eran seres muy expresivos.
-Tú piensa en un plan, mientras yo recobro el aliento –Me ordeno tirándose al piso.
-Exagerado –murmure recibiendo un golpe con casi nada de fuerza de su parte. Veamos… un plan, necesito un plan. Sé que los Berserker no somos conocidos por ser grandes pensadores, pero si éramos buenos estrategas, o bueno algunos, la sed por la batalla a veces solía nublar nuestro juicio… Debido a que están en exhibición no creo que nos salgan a buscar de inmediato, pero luego del incidente, podrían cerrar su lugar o incluso el zoológico entero por “problemas técnicos” por lo que no podía contar con una tan amplia ventaja, pero aunque la tuviéramos aún estaba el problema del olor, ellos de seguro ya tenían al menos el mío, y eso era un problemas, olor, cerrar el lugar…. - ¡Oh soy un puto genio! –Me levante de inmediato cual cohete sonriendo y sorprendiendo a Matt a mi lado.
-¿Qué? ¿Ya se te ocurrió algo? –Me pregunto mientras se sentaba viéndome con desconfianza.
-Necesitamos crear un incendio o al menos activar alguna alarma en contra de incendios –Le respondí mientras buscaba la susodicha alarma con la mirada.
-Hey, sabes que me gusta causar incendios y pánico tanto como a cualquiera, pero no creo que eso nos ayude mucho ahora.
-¡Alarmas de humo!-Di un pequeño salto al ver nuestra salvación y me aventure a caminar hasta la alarma.
-Elena, sé que leo mentes, pero si no me dejas entrar a la tuya o me dices lo que piensas no puedo saber lo que estas planeando –Dijo tomándome de la muñeca.
-Necesito tu desodorante –Le sonreí extendiendo la mano.
-Elena… -Suspiro resignado.
-Está bien, te lo diré pero primero el desodorante –abrí y cerré el puño para que se apurara.
-Está bien – abrió su bolso y me entrego su desodorante de mala gana -¿Ahora me dirás?
-Claro, claro –Sonreí echándome de su desodorante por todo el cuerpo, por suerte para ambos era en spray – Ellos tan solo pudieron percibir mi aroma, por lo que si lo cubrimos con el tuyo será más fácil pasar desapercibidos.
-Pero como dijiste tienen buenos olfatos, hace falta más que un kilo de desodorante para confundirlos –Me respondió.
-Hombre de poca fe, para eso es la alarma de incendios –Dije sacando un encendedor de mi bolsillo – Cuando se active, las alarmas sonaran por todo el lugar, obligando a las personas a irse del lugar, una vez que eso pase, tan solo nos mezclamos con la gente haciendo que nuestros aromas se pierdan ente la multitud, asegurándonos de en la medida de lo posible caminar en contra del viento –con cuidado puse un pie en sus manos que estaban juntas y me estire hasta la alarma de incendios – una vez fuera del lugar, en el hotel diremos que estamos enfermos y voila, llamaran a Papa, quien no dudara en llevarnos a casa una vez que sepa en donde estamos –Maldito paseo sin tecnología, de tener mi celular hace tiempo que ya nos habríamos largado de este lugar.
-Debo admitir que suena como un respetable plan.
-Gracias –Sonreí prendiendo el encendedor - ¿listo?
-Listo –afirmo y use el desodorante para hacer que la llama del encendedor se expandiera logrando que la alarma se activara –Bien, hora de largarnos – apague el encendedor y me deje caer en los brazos de Matt quien me recibió y dejo en el suelo con cuidado.
Aun cuando había sido yo quien había ideado el plan, no podía evitar sentir ciertos nervios, si algo salía mal y nos encontraban rodeados de tanta gente, temía lo que podría llegar a pasar, o mejor dicho lo que una frenética yo llegaría hacer. Caminamos entre el mar de personas que salía del lugar. Para nuestra suerte mientras salíamos se puso a llover, nada demasiado fuerte, pero el agua no ayudaba a mantener el aroma de mi amigo como disfraz.
Jamás había sido tan feliz al ver a mis aburridos compañeros o tedioso maestro en el bus antes. Por supuesto recibimos un regaño por habernos separado del grupo, pero cuando le contamos sobre nuestros dolores estomacales y lo mal que nos sentíamos, el profesor nos perdonó, dejándonos subir al auto bus con la promesa de llamar a nuestros padres una vez llegáramos al hotel.
-Nunca creí decir esto, pero tu plan fue un existo –Reconoció el hada y yo rodé los ojos mientras subía al bus pisando el primer escalón de la pequeña escalera
-La próxima vez te dejare solo para que leones t-Me calle al sentir una punzante mirada sobre mi persona y me gire lentamente, logrando ver a la distancia al que creo que era un hombre por su silueta. Por un segundo todo mi cuerpo se congelo, y al verlo levantar su mirada hacia mí, viendo unos hermosos ojos grises, sentí un escalofrió recorrer mi cuerpo de pies a cabeza, todos mis instintos gritaban peligro, pero me negué a apartar la mirada de él.
-“Puedes huir, pero no esconderte pequeña”-Escuche decir claramente en mi cabeza como si hubiera susurrada aquellas palabras en mi oído, lo cual era imposible considerando la distancia entre ambos –“No te dejare ir nunca, más ahora que te encontré, pronto serás mía pequeña, y nadie podrá evitarlo” –Me estremecí ante las palabras que no sabía si definir como promesas o amenazas, pero ninguna de las dos me gustaba. Por primera vez en mi vida sentí real miedo, aunque no estaba segura de que, si de aquel hombre, de sus palabras, de lo que me hacía sentir o una mezcla de todo eso.
-¿Elena? –Sentí un agarre en mi muñeca, demasiado familiar por lo que no reaccione de forma violenta, de haber sido cualquier otra persona probablemente le hubiera roto la mandíbula de un golpe -¿Estas bien?
-¿No lo oíste? –Pregunte confundida, al ser un hada el debió haber escuchado sus palabras aún mejor que yo.
-¿Oír que?-Quiso saber logrando que mis dudas e incertidumbres crecieran, pero no era el momento para preocuparlo, habíamos escapado, al menos por ahora.
-Nada, mejor subamos al bus este lugar me está dando escalofríos –Negué sonriendo haciendo que me soltara, no quería que pudiera leer mis emociones tan fácilmente. Al subir al bus nos sentamos en el mismo lugar de antes mientras yo podía escuchar sus palabras claramente en mi cabeza como si de una grabadora se tratara ¿Qué se suponía que debía hacer ahora?
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