Capitulo 20: Los berserk son testarudos ¿o solo tu?
Debía admitir que cuando vi a mi hermano después de tanto tiempo no pude evitar pensar en lo alto que estaba, con seguridad me sacaba al menos dos cabeza, tan bien había cambiado mucho, podía notar que entrenaba bastante y era considerablemente guapo, aunque eso era de familia, quise hablar con él, pero era preferible mantener la distancia por ahora. No creí que él tuviera interés en mí luego de tantos años de silencio de su parte, y aunque yo tampoco me contacte con él, fue porque en mi caso sabía que de intentarlo mi familia intervendría y no quería que ellos supieran que hubo momentos en los que dude de mi decisión. Quizás se pregunte porque deje a mi familia, porque los mande al diablo, y también probablemente piensen en que existe una complicada razón de fondo, pero la verdad es que no la hay, me fui por un simple motivo, quería más.
Mi familia por generaciones se había conformado con ser la sombra de los Rask, con ser sus obedientes perros, sin nunca aspirar a nada mejor, pues yo no me quería conformar con seguir a una mocosa el resto de mi vida, no señor, yo quería desafíos, quería poder, quería y quiero todo lo que este mundo tiene para ofrecer, por eso cuando encontré a alguien con las mismas aspiraciones que yo, no lo pensé dos veces y deje a mi familia.
Ahora años después, mí camino se volvió a cruzar con el de mi familia y por supuesto con los Rask o mejor dicho aun con la antes llamada “mocosa” quien debía admitir que había crecido transformándose en una bella joven, había que decir las cosas como son por más duras que fueran. Así que aquí estaba, en una cafetería en la ciudad que había planeado nunca volver a pisar con mi hermano menor frente a mí viéndome con dureza preocupado por su “dueña”.
-No sé de qué hablas, mi jefe no tiene ningún interés en particular en tu dueña –Dije mientras terminaba de ordenar, intente leer sus pensamientos para saber si me creía o no, pero por más que lo intente no pude saber que pensaba, había construido buenos muros alrededor de sus pensamientos, tan buenos que por un segundo pensé que él podría estar metiéndose en mi cabeza sin que yo lo notara, por lo que intensifique mis defensas.
-Siempre he sabido cuando mientes Miranda –Contesto recibiendo su pedido, un café con algunos dulces. –Además no creo que alguien como tu jefe le envié regalos todos los días a alguien en quien no tiene interés –Añadió de forma suspicaz.
-Tan solo le está dando las atenciones que cree necesarias, hay que tomar en cuenta que pronto estarán comprometidos de forma oficial –Dije sintiendo cierto sabor amargo en mi boca por mis propias palabras.
-Eso también me hace pensar que está interesado en ella, el que se quiera casar con ella, y no me vengas con cosas como mantener la línea de sangre o unir grandes compañías, porque se suficiente sobre tu jefe como para saber que hasta ahora no ha participado de ningún torneo aun cuando le han invitado en varias ocasiones, y en algunas de estas invitaciones estaban involucradas familias con empresas aún más grande que los Rask –Termino de decir, y debía admitir que estaba un poco impresionada por su proceso de deducción. –Así que diré la pregunta de nuevo, y espero esta vez la verdad porque de otra forma te arrepentirás hermana –Me vio de una forma amenazante que me dejo en claro que n mentía. – ¿Por qué Klaus Cetrov se quiere casar con Elena?
-Tu no le harías daño a tu hermana…-Fue lo único que logre decir viendo como en su rostro aparecía una sonrisa maliciosa.
-Tienes razón, no lo haría, pero si publicaría en toda red social habida y por ver las fotos de tu infancia y parte de tu adolescencia, todas ellas juntos a la historia de varias de ellas –Respondió a lo que yo abrí la boca sin poder creerlo ¡Mi hermano era el diablo! La mayoría de esas fotos habían sido tomadas en momentos vergonzosos de mi vida ya que mi padre era el encargado del álbum familiar. Si esas fotos salían a la luz podía despedirme de mi reputación.
-Desgraciado –Le llame viendo como hacia una cara de sorpresa fingida como si no pudiera creer lo que había dicho. Tome una buena bocanada de aire, decidiendo decir la verdad, a final de cuentas Klaus jamás me había prohibido no hacerlo. –Klaus ya conoce a Elena, también te conoce a ti de hecho –Dije notando ahora verdadera sorpresa en sus ojos. –Ustedes no lo recuerdan porque eran muy pequeños en ese entonces, pero cuando Klaus aprendía del negocio familia fue aprendiz del señor Frederick, él siempre le tuvo respeto y cariño por lo que si lo piensas bien, no es de extrañar que quiera desposar a su hija –Termine de decir viendo como parecía meditar lo que había dicho, lo observe tomar un sorbo de café para luego asentir con la cabeza.
-¿y que más? Y no vengas con que no hay nada más, porque los regalos que le ha hecho son muy personales y bien escogidos como para ser simplemente presentes de cortesía –Uh, le dije a Klaus que me dejara a mi encargarme de las dichosas canastas, o que en el mejor de los casos no las enviara, pero cuando se le metía una idea en la cabeza no había quien se la sacara.
-El, siente admiración por Elena –Confesé derrotada por mi hermanito menor ¿alguien vio mi dignidad? ¿no?–A diferencia de lo que todo el mundo cree, cuando Klaus era joven era bastante inseguro sobre qué hacer con su futuro y sus planes de grandeza –Explique y había que tomar en consideración que en aquel entonces la familia de Klaus era pequeña y muy poco conocida, una de las tantas familias que Vivian como parias bajo la sombra de los Rask –pero el ver a Elena tan determinada desde pequeña en los entrenamientos con el señor Cedric, jamás rindiéndose le dio la motivación que necesitaba para salir adelante, por eso se quiere casar con ella, para “pagar” la deuda que él cree tener con ella –Termine de hablar notando que esta vez sí parecía creer mis palabras.
-Entiendo, pero de todas formas dile que las canastas deben parar, ya que Elena ya tiene su propio candidato, y si quiere “pagarle” lo mejor que puede hacer es retirarse del torneo –Fue directo terminando su café para colocarse de pie dejando unos billetes sobre la mesa –Si me disculpas, tengo planes con Elena –Me sonrió y yo tome su muñeca antes de que se fuera.
-¿Sabes que jamás lograras estar con ella? –Pregunte notando sorpresa en sus ojos, que luego paso a ser algo de melancolía.
-Lo sé, pero deberías aprovechar la oportunidad que te estoy dando para que tu jefe deje a Elena y se fije en ti –Fue mi turno de sorprenderme abriendo los ojos de golpe –Eres bastante obvia hermanita –Se burló sacándome la lengua, para soltarse de mi agarre e irse mientras yo me sonrojaba sin saber si se debía a la vergüenza de que mi hermano se diera cuenta de lo que sentía o la ira conmigo misma por no saber ocultar mejor mis emociones.
Resople intentando calmarme a lo que llegaba mi pedido, y ahora que Matt se había ido note que no había tocado los dulces que pidió, pero al observarlos mejor note que eran los que a mí me gustaban de niña, podía ser muy serio y duro por fuera, pero por dentro seguía siendo mi dulce hermanito menor que me consolaba cada vez que peleaba con mis padres, al terminar recibí un mensaje de parte de Klaus diciendo que quería verme, que necesitaba mi opinión en algo muy importante, por lo que tome mis cosas y como la tonta enamorada que era partí casi volando a la dirección que me envió. Al llegar me encontré con una casa en lo más alto de una bella colina, el patio era espacioso y muy bien decorado con una piscina bastante grande. Camine hasta la entrada escuchando tan solo el sonido de mis tacones resonar contra el piso, hasta que llegue dentro viendo a Klaus mirar la chimenea del lugar pensativo para luego asentir.
-¿Qué era eso tan importante que querías mostrarme? –pregunte llamando su atención logrando que se girara para verme con una sonrisa que logro derretirme desde lo más profundo pero con una bofetada mental logre mantener me serena o al menos aparentar eso.
-Miranda, al fin llegaste ¿Qué te parece? –Pregunto abriendo sus brazos extendiéndolos haciendo referencia a la casa supongo.
-Que esta bonita, pero que tú ya tienes un departamento bastante cómodo en la ciudad, al que cuesta mucho menos llegar y el cual recuerdo dijiste que era suficientemente grande para ti, rechazando los apartamentos que yo te sugerí –Le recordé a lo que el negó con una media sonrisa en su rostro.
-No es para mí, bueno lo es, en parte –Comento riendo ligeramente haciendo que yo enarcara una ceja –Es para cuando me case con Elena, ¿crees que le guste? –Me pregunte y no pude evitar sentír una leve punzada en mi pecho.
-Creo que a ella le gustara más vivir en su casa, ya sabes la que ha estado en su familia por generaciones –Dije de la forma más fría que pude.
-Lo sé, pero yo leí que toda pareja saludable necesita su propio espacio que fuera de ambos, y aquí podemos hacer nuestro propio hogar, pero bueno supongo que los primeros años podríamos intentar vivir en su casa si así lo quiere –Respondió con una bella sonrisa y yo sabía que ahora mismo debía estar perdido en su mundo de fantasías, en el cual ya estaba casado con Elena y ambos Vivian una tranquila y feliz vida juntos.
-Hable con mi hermano hoy, quiere que los regalos paren y dice que si quieres hacer a Elena feliz debes rechazar tu invitación –Solté de golpe en un intento de traerlo de vuelta a la realidad conmigo, pude ver sus ojos antes llenos de brillo oscurecerse y como la linda sonrisa en su rostro se convertía en una mueca.
-¿Los regalos no le gustaron? ¿La ofendí de alguna forma? –Pregunto reflexionando.
-El no dijo nada de eso, pero si dijo que Elena tenía su propio candidato para la competencia, por lo que quizás ya tenga pareja o al menos alguien que le guste –Conteste viendo como parecía pensar un poco.
-Si los regalos no le gustan parare, tenías razón, son mejores las cosas más discretas –Dijo seriamente para luego levantar la mirada y verme –y sobre eso, Elena aun es joven, está experimentando varias emociones nuevas, por lo que no es de extrañar que tenga alguien de su agrado, pero estoy seguro que una vez que gane el torneo por ella, y vea lo profundo de mi cariño me querrá como yo la quiero –Concluyo con una sonrisa ¿ven lo que decía? Una vez que se le metía una idea en la cabeza no había quien se la sacara. –De todas formas quiero que averigües lo antes posible quien es este candidato que tiene, debo proteger la de cualquiera que se intente aprovechar de ella.
-Como gustes ¿algo más? –Pregunte resignada.
-sí, ven, hay algo más que quiero que veas –Dijo acercándose a mí para tomar mi mano guiándome a un balcón que tenía la vista más bella que haya visto de la ciudad – Hermoso ¿no? –Pregunto con una sonrisa y la mirada perdida en el horizonte, yo también mire con él por unos instantes para luego mirarlo a él.
-Realmente hermoso –Asentí con una leve sonrisa rendida ante él, ante el gladiador que había conquistado mi joven corazón hace tantos años y el cual sabia jamás me miraría de la forma en que yo le veía, ya que todos sus pensamientos y anhelos iban dirigidos a una chica de cabello castaño.
Probablemente se estén preguntando el porqué de este amor, rayando en obsesión de mi jefe por la joven Berserker y yo quien estuve en primera fila para ver como todo sucedía les explicare el cómo. No le mentí a Mathew respecto a la admiración que sentía Klaus por Elena y siendo honestos yo también la sentía cada vez que la veía colocarse de pie luego de una paliza monumental, sorprendiéndome con la sonrisa retadora en su rostro cada vez que se colocaba de pie. Pero las cosas con el tiempo van evolucionando, y de la admiración pasa al cariño, nada mala, tan sola el apego que se tiene a un hermano menor, de este cariño nacieron las ganas de protegerla de las que derivo su deseo de cuidarla. Ya que era ridículo en aquel entonces que un Cetrov quisiera proteger de cualquier forma a un Rask siendo que estos estaban mucho más arriba en la cadena alimenticia.
Así que luego de un par de años, varios esfuerzos y trabajo duro, tanto Klaus como yo logramos llegar a donde al menos yo siempre quise estar, en la cima de la cadena alimenticia, de la pirámide social, lamentablemente eso no me dio lo que realmente llegue a querer con todo mi ser. Siguiendo con la historia, Klaus siempre mantuvo buenas relaciones con el señor Frederick quien no dudaba de presumir de su linda, fuerte e inteligente hija, logrando que el cariño que mi amigo, y jefe tenia pasara a convertirse en algo más, cortando toda posibilidad de mi parte de poder revelar mis sentimientos y ser correspondida.
Ahora debía admitir que toda esta situación era más que hilarante, hermano y hermana estaban enamorados de sus respectivos jefes, y amigos, mientras que estos tan solo tenía ojos para alguien más. Bastante cómico ¿no? El amor a veces podía ser una mierda cuando la suerte no estaba de tu lado y al parecer para los miembros de la familia Virtamen esta nunca estaba de nuestro lado.
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