Capitulo 2: Se la van a comer.

Muy bien sigamos donde lo deje ¿Donde me quede? Hmmm...  Oh si cierto, huir de los leones, gracias por la ayuda.

— Dime por favor que trajiste alguna de tus armas — Rogó Mathew y yo rodé los ojos ante sus palabras.

— Por supuesto, traje mi Hacha, mis Sais y mi maldita espada — Dije con un tono lleno de sarcasmo — ¿Porque mierda iba a traer armas a un paseo escolar? — Gruñí mientras llegábamos con nuestro grupo.

— Esta bien, está bien, no tienes que enojarte conmigo, tan solo quería estar seguro — Suspiro y me bajo de su espalda con cuidado.

— Bueno, por el momento ellos están encerrados y no creo que sepan aun lo que somos — Asentí. Podían saber que éramos algún tipo de ser mitológico como ellos, pero de ahí a saber cual de todos era algo más difícil — Por lo que solo hay que fingir demencia y seguir con el paseo.

— Esta bien...  — Suspiro algo nervioso tomando mi mano para tranquilizarse. Las hadas eran seres muy empáticos que además de leer mentes podían sentir las emociones de otros a través del tacto, por lo que siempre que Mathew tomaba mi mano, era porque necesitaba sentir un poco de la confianza y seguridad que los Berserkers teníamos por naturaleza.

— Hey, estaremos bien, siempre lo estamos — Le Sonreí de forma calmada y él intento devolverme el gesto cuando sentí como se estremeció.

— Oh no — me soltó y corrió haciendo que yo abriera los ojos de golpe debido a la sorpresa para correr detrás de él.

— ¡Mami! –Exclamo una niña que no debía tener más de 6 años y que por alguna razón se encontraba en la jaula de los leones.

— Elena — Me miro mi azabache amigo con clara suplica en sus ojos.

— Ellos son cambia formas no creo que le hagan daño...  — Intente convencerlo pero al ver como se acercaban a la pequeña, dude de mis propias palabras.

— Ella está demasiado asustada Elena, por favor, quizás si intento hablar con ellos... 

— Si lo haces sabrán que eres un Hada y estaremos jodidos — Negué viendo como llegaban los guardias — Además ellos harán algo... 

— Están muy lejos, los leones tienen mas posibilidades de llegar a ella primero — Volvió a verme desesperado y maldije la estúpida empatía de mi amigo.

— Esta bien — Suspire resignada.

— ¿Puedo hablar con ellos? — Me pregunto ilusionado

— No, iré por ella — le entregue mi mochila y me subí a la reja para mirar abajo — No estoy lo suficiente mente ebria como para hacer esto — murmure para mi misma y me tire dentro de la jaula cayendo de rodillas cerca de la pequeña — Hola bonita — Me acerque a ella con cuidado intentando no hacer ningún movimiento brusco.

— T-Tengo miedo — Tartamudeo ella llorando cuando uno de los leones rugió provocando que la pequeña se estremeciera del miedo soltando un pequeño grito.  

-“Miren la de antes vino a ayudar” –Escuche en mi cabeza y negué para no distraerme tomando a la niña en brazos.

— Mathew — Dije Levantando a la pequeña para que pudiera tomarla.

— Bien, todo está bien ahora — le aseguro a la pequeña una vez que la tomo en brazos mientras ella se aferraba a él llorando. Me di la vuelta notando que los leones que ahora me fijaba eran cuatro estaban demasiado cerca de mí.

— Muy bien bonitos nadie tiene que ser comido aquí...  Y de hacerlo prometo darles la indigestión de su vida — Dije retrocediendo un poco chocando con la pared de concreto.  

-“Mira la pequeña tiene miedo” –Se burló uno y yo alce una ceja ¿Miedo? ¿Un Berserker? Jamás, aun con la muerte a nuestras puertas, jamás temeríamos. Cerré los ojos y al abrirlos mire el lugar mas detenidamente, quería irme sin que supieran que era, por lo que usar la violencia no era una opción.

-“Esperen” –Escuche que decía el que parecía el líder del grupo o en este caso manada -“tu puedes escucharnos ¿Que eres?” –Me pregunto haciendo que desviara la mirada recibiendo un rugido en respuesta.

— Soy...  Ehm...  — Pensé un poco intentando llegar a la mejor respuesta posible— Un lobo — Dije lo primero que se me vino a la cabeza, ahí va la mejor respuesta.

-“No hueles a lobo” –Me acuso uno y yo trague grueso notando que habían abierto la puerta y tenían unas armas tranquilizantes, esperen, ellos eran cambia formas, no les iban a disparar realmente ¿no? Es decir eran en gran parte humanos…  Por alguna razón no quería que les hicieran daño, por lo que calcule cuanto me tomaría correr a la puerta.

— Miren fue un gusto y todo, pero ya debo irme — Les sonreí y corrí hacia ellos dando un salto usando al mas grande como apoyo para aterrizar a unos metros lejos de ellos y volver a correr hasta la salida con ellos detrás para quedar detrás de la puerta sintiendo la adrenalina correr por mi cuerpo.

— ¿Se encuentra bien? — Me pregunto uno de los guardias mientras otro daba el aviso de que todo estaba bien.

— Si...  Eso creo — suspire aliviada y enseguida sentí unos brazos a mi alrededor.

— Me preocupaste loca — dijo Mathew escondiendo su rostro en mi cuello logrando que ambos escucháramos un demasiado estruendoso rugido

-“Suelta la” –Nos llegó a ambos y miramos extrañados a los leones. Eso había sonado celoso, incluso posesivo.

-“Berserker” –Bueno hasta ahí quedaba nuestra ventaja.

— No...  — Negué tomando un paso atrás

-“Es peligrosa, hay que atacarla” –Escuche  decir a uno logrando que mi amigo y yo tragáramos duro.

-“Y al chico también” –Añadió otro.

— ¿Segura que no trajiste ningún arma? — Pregunto mi amigo a lo que yo negué — Quizás podamos pedir prestada a los guardias.

-“No” –Volví a escuchar la voz del que parecía parece líder. –“Nadie lo tocara”

-“¿Porque no? Ella es un Berserker, merece-”

-“Nadie la tocara, ella es mía” –Afirmo el león para mi estupefacción.

— ¿Qué? — Dijimos todos al mismo tiempo sin entender de que hablaba ese gato sobre desarrollado.

-“Ella es mi alma gemela” –Abrí la boca a mas no poder mirando a Mathew que hacia lo mismo que yo.

— ¿Retirada estratégica? — me pregunto Mathew y yo me subí a su espalda sin dudarlo.

— Retirada estratégica — Asentí volviendo a huir sobre su espalda. Esto debía tratarse de algún sueño loco, no podía ser verdad, pero de serlo estaba muy muerta.

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