Capitulo 18: seamos arte.

-Dejen de mirarme de esa forma –Dije ya molesta por la forma en que me miraban los leones, como si no creyeran lo que tenían en frente.

-Es que… te ves “diferente” –Se defendió Lucas logrando que enarcara una ceja.

-¿Me veo mal? –Casi gruñí logrando asustarlos un poco y que negaran rápidamente.

-No, claro que no, te ves hermosa, pero estas…. “distinta” –Resople cruzándome de brazos mientras Matt se reía a mi lado.

-¿Se puede saber porque el cambio de imagen? –Quiso saber  Alexander con algo de curiosidad.

-El tío Fredy, el papa de Elena dono unas pinturas a el museo de la ciudad, y ya que él está fuera del país, y al abuelo no le interesan esas cosas, a Elena le toca cortar el listón en la ceremonia de apertura esta tarde –Explico Mathew mientras yo habría mi casillero viendo mi reflejo en un pequeño espejo que tenía. Mi cabello estaba suelto, con una pequeña trenza en la parte de arriba y un pequeño mechón rizado sobre mi frente, el vestido blanco y negro con estampado de tulipanes, era bonito, pero no veía porque me veían tan extraño, tan solo me había arreglado un poco más de lo usual.

-¿No deberías usar algo más elegante?

-Sera un evento sencillo, así que no es necesario –Negué con la cabeza sacando mis cuadernos para luego ver a los leones con una duda - ¿Ya entregaron el trabajo de ciencias?

-¿Qué trabajo? –Pregunto Lucas.

-Lo entregamos en la mañana –Respondieron Alex, Erik y Kara.

-¿si quiera prestas atención en clases? –Enarco una ceja Matt, y no era para menos, la profesora había hablado del trabajo al menos 5 veces la última clase.

-Mientras pase de año las notas no importan –Se bajó de hombros comenzando a caminar a la sala.

-¿Cómo ha llegado tan lejos?

-Más que nada, suerte –Respondió Alex suspirando mientras Erik sujetaba el puente de su nariz negando.

-Por cierto ¿Cuándo volverá Vasily? –Pregunte curiosa luego de que en la mañana al notar su falta me hubieran dicho que tenía unos asuntos con su padre por lo que no podría asistir a la escuela o a los entrenamientos.

-¿Por qué? ¿Lo extrañas? –Quiso saber Alex con una sonrisa arrogante.

-Erik –Nombre y el león le dio un golpe en la cabeza con la palma al rubio –Gracias –Sonreí a lo que el asintió.

-Traidor –Lo acuso viéndolo indignado a lo que el de cabello rizado contesto bajándose de hombros – y volverá en unos días, creo –Contesto a mi pregunta haciendo que yo asintiera, asumía que serían unos días tranquilos sin el alfa rondando.

No me gustaba mucho la atención por lo que las cámaras me parecieron muy molestas junto a algunos periodistas en busca del chisme del momento, por eso en cuanto termine de cortar el dichoso listón y estrechar algunas manos me pinte de colores por los pasillos del lugar.

-Debo decir que aunque no soy tan fanática del arte –Le comente a Matt a mi lado que había sacado papitas de Odín sabrá donde –Este cuadro es bastante hermoso –Murmure viendo el jardín en el cuadro pintado con acuarelas con un estilo de impresionismo bastante bello.

-Gracias –Alguien respondió a nuestro lado, y tanto Matt como yo pegamos un pequeño brinco por la impresión. –Oh lo siento, no quería asustarlos –Se disculpó el chico, que para nuestra sorpresa no era otro que Nathaniel Walker.

-¿Qué acaso eres un ninja? –Pregunto Matt sosteniendo sus papitas de forma protectora, lo que me hizo algo de gracia.

-No que yo sepa –Negó con la cabeza -¿Por qué?

-Ni siquiera oí tus pensamientos al llegar…-Murmuro el hada haciendo que me sorprendiera.

-Oh eres un hada ¿cierto? –Inquirió curioso, ya que sabíamos quién era el no había punto en esconder nuestra verdadera naturaleza por lo que Matt asintió con la cabeza –Pues digamos que tengo experiencia ocultando mis pensamientos de las hadas, o más bien de una en particular –Dijo con cierto aire juguetón.

-Está bien…-Murmuramos dejando el tema por la paz.

-¡Nathaniel! –Escuchamos gritar por los pasillos, igual que en el baile, a lo que el respondió con una sonrisa.

-Hora de huir –Dijo divertido, yo tan solo me quede mirando lo atenta a ver otra persecución por lo que me sorprendí cuando me tomo de la muñeca y hecho a correr conmigo a rastras.

-¡Hey! ¡¿A dónde me llevas?! –Pregunte siendo jalada por él aunque no con demasiada fuerza, escuchando a Mathew correr detrás de nosotros.

-A un escondite –Contesto sin dejar de correr en ningún segundo hasta que entramos en una sala que estaba tapizada con papel de diario, junto a algunas latas de pintura, asumía que esta área estaba en remodelación. –Aquí no creo que nos encuentre tan rápido.

-Fantástico –Dije con sarcasmo soltándome de su agarre – Ahora ¿se podría saber porque me trajiste contigo?

-Te veías aburrida y pensé que de esta forma te divertirías un poco –Admitió honestamente con una sonrisa.

-Sí, porque correr con tacones es tan divertido –Rodé los ojos a lo que el respondió con una ligera mueca.

-Uh no pensé en eso, lo siento –Se disculpó algo apenado por su actuar ¡no hay que subestimar a los tacones! Son pequeñas armas de tortura, pero tan bellos…

-Tranquilo, de todas formas creo que tus intenciones no eran malas –Negué al calmarme, mientras comenzaba a tener una duda. -¿Cómo sabias que este lugar estaba abierto?

-Supongo que puede decirse que trabaje aquí –Se bajó de hombros a lo que yo recordé su primer comentario.

-Eres pintor –Afirme a lo que el asintió con una sonrisa.

-Pintar ayuda a reducir el estrés de forma natural, es perfecto para canalizar mis sentimientos de forma no violenta, y sabrás lo importante que es eso para alguien como nosotros –Explico viendo el sentido que tenían sus palabras, aunque no conocía a  muchos Berserker que usaran este método anti estrés.

-¡Elena! –Gire mi cabeza para ver a Mathew entrando por la puerta algo acelerado por la corrida que debió haber hecho para alcanzarnos.

-Te demoraste –Respondí con una ligera sonrisa, pero antes de su respuesta Mordaz alguien entro detrás de él. Se trataba del mismo azabache de la otra vez.

-Te encontré desgraciado –Murmuro jadeando, estaba segura que él había corrido más que nosotros juntos.

-Tiempo de pintarse de colores –Acto siguiente vimos a Nate saltar por la ventana, cabe decir que estábamos en el tercer piso, por curiosidad corrí al marco de la ventana viendo como había caído en una rama, para bajarse de un salto y comenzar a correr en línea recta hasta que se perdió dentro de los pasillos del museo.

-¡Mal nacido irresponsable! –Grito el misterioso extraño, viéndome con una ligera sonrisa apenada –Lamento las molestas causadas, con su permiso –Hizo una pequeña reverencia para luego saltar por la ventana imitando los movimientos del anterior chico, siguiéndolo dentro del edificio.

-¿Alguna idea de que fue lo que acabamos de ver? –Escuche preguntar a Mathew a mi lado, yo tan solo negué con la cabeza aun mirando el patio curioso, Nathaniel Walker era alguien, “excéntrico” por decir lo menos, pero de alguna forma no parecía alguien malo, lo que de cierta manera lograba relajarme.

-Ni idea, pero creo que es hora de volver a casa ya se está oscureciendo –Me di la vuelta pero me resbale con uno de los periódicos en el suelo, no caí al piso pero si metí mi brazo en un tarro de pintura por error. –Demonios…-Murmure al sacar mi brazo ahora azul, escuchando la risa de mi hada detrás de mí. –Oh Matty, Matty –Sonreí maliciosa colocándome de pie - ¿No me das un abrazo? –Pregunte acercándome a él con los brazos extendidos goteando algo de pintura.

-Oh no, yo estoy bien así, gracias –Negó rápidamente retrocediendo hasta que choco con el marco de la ventana, dio la vuelta dudando de si soltar o no, pero yo fui más rápida abrazándolo, logrando ensuciar su ropa. –Maldita, pero esto no se queda así –Se soltó rápidamente para poder agarrar un tarro de pintura naranja.

-No te atreverías –Lo desafié con la mirada, haciendo una ligera guerra entre ambos.

-No de esa forma –Dijo derramando el bote de pintura sobre sí mismo, para luego extender sus brazos de la misma forma en que yo había hecho antes. –Ahora sí, quiero un abrazo, vamos Elena –Se comenzó a acercar, y a diferencia de él, yo no dude en lanzarme por la ventana. En cuanto toque el suelo quise echar a correr pero Mathew quien salto segundos después que yo me agarro del pie, haciendo que cayera al suelo.

-Nooo aléjate de mí –Chille arrastrándome por el suelo hasta que el finalmente me agarro abrazándome y haciéndonos rodar por el piso –Imbécil –Lo llame entre risas resignada a que mi estilo del día estaba arruinado.

-Me amas y lo sabes –Respondió soltándome finalmente haciendo que ambos quedáramos acostados en el pasto viendo el cielo.

-Quizás…-Respondí con una leve sonrisa, sintiendo una extraña calidez en mi pecho, supongo que se debía a lo mucho que me gustaban mis “Momentos Mathew”, aunque jamás lo admitiría en voz alta ya que se le subiría a la cabeza.

-Es un hermoso día –Murmuro a lo que yo asentí con la cabeza viendo el cielo, que estaba de un bello naranjo variando de tonalidades en algunos lugares.

-Me gustaría poder detener el tiempo, aquí para siempre –Dije sincera de forma impulsiva, Mathew a mi lado tan solo respondió acercándome a él con su brazo.

-A mi igual –Susurro despacio mientras yo me acomodaba en su pecho escuchando los suaves latidos de su corazón, podía decirse que para mí esta era la única paz y tranquilidad que necesitaba para ser feliz ¿Por qué no podía ser así siempre? Quizás como decía mi abuelo, algunas personas no nacían para vivir en armonía, Vivian para el caos, les gustara o no.

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