Capitulo 10: Tan solo son quemados ¿que tanto puede doler?

Al parecer estábamos siendo invadidos por los leones, ya que en cuanto levante la mirada no solo estaba el león acosador, sino que también venía detrás del el león con mala actitud y el león rubio original. Genial, esto cada vez se ponía mejor y mejor. 

-Debí haber sabido, que no sería tan fácil librarme de ti –Dije haciendo una ligera mueca.

-Tienes razón, debiste –Asintió con una sonrisa burlona que quería quitarle del rostro.

-Si huyes cada vez que nos vemos nuestra relación tendrá problemas muñeca –Dijo Lucas acercándose a Matt quien giraba dándome vuelta con él para evitar que el león se le acercara.

-Hay que tomarlo como una señal del destino –Respondió el hada –De que no debemos tener ninguna relación.

-No te preocupes, muñeca, yo mismo peleare con el destino de ser necesario –Le cerro un ojo dándole una mirada confiada, mientras yo me preguntaba si todos los cambia formas o al menos los leones eran idiotas con cabezas infladas por su ego que solo oían lo que querían oír.

-¿Este tipo habla en serio? –Me susurro Matt sin poder creer las palabras y actitud del acosador. Yo tan solo me baje de hombros.

-¡Matty! –Escuchamos gritar por los pasillos y pude ver como mi amigo se colocaba blanco como un papel.

-Oh no, no, la loca no –Negó rápidamente viendo a sus alrededores en busca de una vía de escape hasta que finalmente llego hasta el León –Si me sacas de aquí quizás y solo quizás, acepte salir contigo, recuerda estoy diciendo quizás no hay nada seguro –Recalco lo último.

-Puedo aceptar eso –Sonrió y tomo a Matt en brazos cual princesa -¿A dónde? –Pregunto mientras podía escuchar los gritos volverse más fuertes.

-Tan lejos de aquí como puedas –Dijo aferrándose a él como si la vida le fuera en ello y acto seguido el león hecho a correr sin destino fijo.

-¿puedo preguntar que fue eso? –Pregunto el rubio enarcando una ceja.

-Técnicamente hablando ya lo hiciste… -Murmure mientras acomodaba a los leones para que hicieran de pared y yo me escondía detrás de ellos –Pero si se quedan callados te respondo la pregunta con lujo de detalles –Termine dejando a mi alma gemela a un lado de su amigo haciendo una buena barrera.

-¿Matty? –Escuche preguntar viendo una cabellera pelirroja que esperaba no me viera a mi.-Disculpen ¿han visto a una insoportable castaña y aun delicioso bombón con ojos de ensueño y cabello negro por aquí? -¿Insoportable? ¿Yo? ¡Pero si yo jamás le había hecho nada malo!

-No, lo siento –Negó mi gato sobre desarrollado.

-Creo que yo los vi –Llamo la atención el rubio –Se fueron caminando por ahí –Apunto al lado opuesto de donde habían ido el león acosador junto a el hada.

-Oh muchas gracias –Vi cómo les tiraba un beso y se iba por los pasillos logrando que yo por fin pudiera respirar con tranquilidad.

-¿Ahora podemos saber que fue todo eso? –Inquirió Alexander al mismo tiempo que yo salía de mi escondite pensando que los leones podían a llegar a ser útiles después de todo.

-Aquel remolino pelirrojo con tacones era el alma gemela de Mathew –Dije viendo como dos de los tres chicos abrían sus ojos con sorpresa.

-No entiendo, ¿si es su alma gemela porque huyo de ella?

-¿y porque la llamo loca?

-Porqué lo está –Asentí de forma solemne, a lo que ellos respondieron enarcando una ceja –Su nombre es Eris, y desde que la conocemos no ha sido más que un dolor de cabeza para ambos –Suspire recordando partes de mis traumas de la niñez –Es demasiado celosa con Matt, además de que es una sirena…-Murmure sujetando  mi cabeza.

-¿Sirena? ¿Qué tiene eso de malo?

-Tiene todo de malo –respondí seriamente –Las sirenas son zánganos que se alimentan del caos a su alrededor ¿y qué mejor forma de causar caos que volviendo loco a un Berserker? -6 de los 8 frenesís que había sufrido en mi vida habían sido provocados por ella, y déjenme decirles que no es nada bonito no tener pleno control sobre tus acciones, sin mencionar la resaca y el dolor muscular que venía después.

-Vaya… -Comento Alex notando en su rostro que no sabía que decir.

-Pero… es su alma gemela ¿Cómo la puede rechazar tan fácilmente? –Pregunto Vasily y yo rodé los ojos.

-Para las hadas, un alma gemela más allá de una pareja es un compañero de por vida, casi como un hermano –Respondí bajándome de hombros –Y según Matt ya me tiene a mí para eso, por lo que no necesita a una sirena desquiciada que en más de una oportunidad a intentando hechizarlo –Para suerte de mi amigo al ser su alma gemela sus encantamientos no servían con él, por lo que estaba libre de las garras de esa pelirroja. –Bueno de todas formas, esa es cosa de Matt y con su permiso tengo clases a las que asistir –Abrí mi casillero tomando mis cosas y me encamine a mi sala siendo seguida por los leones como si fueran alguna especia de sequito o guarda espaldas. –Sus clases son conmigo ¿no?

-Tu abuelo fue muy amable –Respondió a mis dudas y yo enarque una ceja ¿mi abuelo amable? Loco, psicótico, desquiciado, egoísta, mal nacido, sádico, si, ¿pero amable? Eso en definitiva no era.

Una de las clases que disfrutaba era la de historia, quizás se preguntaran porque, pues era algo simple y un poco morboso. La historia que aprendían los humanos era un tanto distinta a la que se nos era enseñada a la mayoría de los seres “mágicos” como yo. Por ejemplo el como muchos presidentes habían hecho pactos con criaturas mágicas para obtener  poder, o el cómo Hitler resultaba ser parte sirena, también algo que siempre me hacia reír era cuando hablaban de la inquisición, ya que las supuestas brujas que quemaron no eran nada más que demonios mientras que los miembros de la iglesia eran las mismas brujas a las que tanto decían cazar, por eso siempre me parecía interesante ver que tan diferente era la historia humana de la verdadera historia universal, llena de seres mitológicos que para bien o para mal dejaron su huella en el mundo.

A diferencia de lo que pude llegar a pensar el día pasó más rápido de lo que creí y la presencia de los leones no fue tan molesta como lo que pensé originalmente. El silencio de Erik era apreciado junto con la amabilidad de Alexander quien no dudaba de burlarse de su amigo con risos recibiendo gruñidos de vez en cuando y una que otra mirada asesina. Por otro lado Vasily hacía de Papa oso separándolos cuando estaban por pelear y poniendo orden en el lugar, actuando más maduro de lo que originalmente pensé que era, y no podía mentir, seguía deleitándome al ver su cuerpo, que puedo decir, la carne es débil.

-Alguien se demoró mucho en llegar –Dije en nuestra última clase del día, que era educación física viendo a mi Mejor amigo llegar con su ropa deportiva ya puesta.

-Lucas, se tomó muy en serio lo de lo más lejos que puedas y terminamos perdidos al otro lado de la ciudad –Resoplo mientras comenzaba a estirarse.

-¿Y? –Pregunte viéndole con una sonrisa de lado a lado.

-¿y qué? –Respondió enarcando una ceja.

-Ya no es “el león” ahora es Lucas –Me reí al verlo sonrojarse un poco.

-Dado a que ahora hay cuatro leones en la escuela, me parece poco práctico llamarlo de esa forma –Se defendió negando.

-Lo que tú digas –Dije con un tono burlón logrando que rodara los ojos.

-Eres una persona horrible –Me acuso negando con la cabeza.

-Jamás lo he negado –Respondí sonriente.

-Bien chicos reúnanse, es hora de la clase –Llamo la atención el profesor con intenciones de dar las instrucciones para la clase, aunque todos ya sabíamos lo que venía, o bueno la mayoría. –Hoy vamos a jugar un partido de quemados, ya saben los equipos de siempre –Dijo dejando que nos agrupáramos mientras él iba a la banca.

-Espere profesor, nosotros somos nuevos ¿con quién vamos? –Pregunto Vasily al profesor quien le dio una larga mirada para luego vernos a mí y a Matt.

-Cualquier equipo donde no estén esos dos, eso les dará ventaja –Nos apuntó y luego se bajó de hombros para ir a la banca.

-Está bien…-murmuro no muy seguro de las indicaciones mientras Matt y yo sonreíamos de forma felina.

-¿Qué dices? ¿Somos amables con ellos al ser su primera vez o les damos la recibida estándar? –Me pregunto Matt tomando uno de los varios balones con los que debíamos jugar.

-Hey Tranquilos, intentaremos no ser muy rudos con ustedes –Nos “reconforto” Vasily.

-Intentare no ser tan duro contigo muñeca –Añadió Lucas Cerrando un ojo de camino a su lado de la cancha.

-¿eso responde tu pregunta? –Vi a mi hada con una expresión en blanco, a lo que el asiento con la cabeza.

-Voy a disfrutar esto –Dejo el balón en su lugar y nos alejamos de la línea con balones como se suponía que lo hiciéramos.

-Muy bien, esta vez intenten no dejar a nadie en la enfermería –Nosotros  le vimos fingiendo inocencia – Comiencen –Hizo sonar su silbato, y la masacre comenzó.

Ya que la mayoría de nuestros compañeros sabían muy bien a que se enfrentaban los únicos del equipo contrario que intentaron tomar un balón fueron los leones, mientras que de nuestro lado nuestros aliados tomaron los balones que pudieron y nos hicieron entrega de ellos.

-¿Por qué no van por los balones? –Pregunto Lucas algo extrañado por el que para ellos de seguro era un extraño comportamiento.

-No tiene punto…-Murmuro bajo y antes de que pudiera decir otra palabra una pelota en el estómago lo hizo callar cayendo al piso.

-Buen tiro –Felicite a Matt quien seguía tirando balones a diestra y siniestra mientras nuestros compañeros de equipo nos seguían trayendo más pelotas.

-Le apunte a Lucas, supongo que estoy un tanto oxidado –Comento moviendo un pocos su brazos y se tiro al piso justo antes de que un balón le diera en el pecho.

-Parece que finalmente tendremos algo de competencia –Sonreí moviendo mi cabeza a un lado esquivando otro balón

-No está mal de vez en cuando –Asintió parándose de un salto tirando el balón en sus manos con una mano dándole a un pobre desafortunado en toda la cara.

-Tienes razón, pero sigue siendo más divertido ganar –Reí y tome un balón mientras Matt me hacia una escalera con las manos a la cual yo subí de un salto para tirarle la pelota desde arriba a Vasily quien uso de escudo a  Alexander, a quien la pelota le dio lleno.

-Uh eso debe doler… -Hizo  una mueca Matt una vez llego al piso. Quizás se pregunten ¿Por qué tanta violencia? Es decir era un simple juego escolar a final de cuentas, pero al menos para mí era más que eso, el juego hacia correr cierta adrenalina por mis venas que sacaba parte de mi Berserker interno a relucir. Por su parte Mathew se alejó de mí dando una elegante pirueta aprovechando la cara de estupefacción del trio que quedaba de pie para darle a Lucas en el pecho sacándole el aire. Ahora mi amigo quizás no tuviera alas en el sentido convencional, pero tenía una agilidad sobre humana que servía más que un par de alas.

-Despiadado –sonreí haciéndome hacia atrás para esquivar un golpe seguro. Luego de un par de minutos solo quedamos nosotros y los dos leones sobrantes, era el momento de la verdad, perder o ganar, seguir invictos o probar la derrota. Tanto Mathew como yo compartimos una mirada mientras nos concentrábamos en esquivar pelota tras pelota sin atacar, hasta que los del equipo contrario se dieron cuenta de algo muy importante, se habían quedado sin balones.

-¿Buscan esto? –Pregunte con una pelota en la mano y una sonrisa de oreja a oreja.

-Vamos lindura, danos lo mejor que tengas –Me desafío Vasily, a lo que yo asentí con la cabeza sin dejar de sonreír, de seguro creían que podían esquivar las pelotas hasta que ellos tuvieran las suficientes como para defenderse, ilusos.

-Aquí tienes –Me entrego el primer balón Matt, el cual tire con tanta fuerza que cuando fue esquivado y choco contra la pared reboto de tal forma que cayó de nuestro lado ante los perplejos de los leones que tragaron duro. Seguí lanzando balón tras balón hasta que Erik quiso atrapar uno, lo cual hizo por unos segundos hasta que un segundo balón le dio en las costillas.

-¡Erik! –Grito mi gato sobre desarrollado corriendo hacia su amigo en el suelo, pero antes de llegar a él Matt y yo le lanzamos todas las pelotas que nos quedaban acertando al menos tres veces tirándolo al suelo también, con eso el profesor hizo sonar el silbato dando por terminado el juego.

-Alguien que llame a la enfermera, el resto a las duchas –Fue lo único que dijo antes de irse justo para el toque de campana.

-Mejor suerte la próxima vez –Les cerré un ojo a los leones que se habían reagrupado ayudando a sus hermanos caídos mientras Matt y yo caminábamos a las duchas ¿Quién lo diría? Termino siendo un mejor día de lo que creí.

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