- ¡No! ¡No es así! ¡Debe haber algo incorrecto, las cosas no son así! - Gritas sin parar, al parecer hay un problema que no puedes resolver.

- Deberías calmarte y venir comer - Te digo alzando las bolsas con comida para llevar, la cocina seguía inservible.

- ¡Deja eso, no puedo parar! - Gritaste comenzando tu cabello a jalar.

- ¡Cherm! ¡No hagas eso, sabes que te hace mal! - Digo tomando tu mano evitando que continúes tu cabello arrancando, más me das un manotazo, ya es tarde, has entrado en ese estado.

- ¡No lo entiendes! ¡Nadie lo hace! ¡Todos son unos tontos! ¡Algo se está escapando! - Dices, ya te has ido lejos, a tu mundo matemático, dónde todo debe estar bajo tu control y entendimiento, ahí, dónde no puedo alcanzarte.

Oh, Cherm, tu abstracción es una barrera mucho más grande que la que pones tú la puerta de tu cuarto cerrano, Cherm, tú ya te marchaste, ¿Cuánto tardarás esta vez? Te extraño.