Cuando volví a casa a eso de las 12, y vi al camión de bomberos y a la ambulancia fuera de casa, por Dios que casi enloquezco.

Corrí despavorida el tramo que me faltaba y comencé a buscarte frenética con la mirada, pregunté por ti una y otra vez a los hombres vestidos de amarillo.

Por fin, apareciste escoltada por uno de ellos, Lwis a tu lado, eveegonzado, y tú con tu car de mala leche.

-¡Lo siento! - Gritó este realmente apenado - Nos hacía falta champiñones, le pregunté si podía cuidar la salsa y la primera pizza, ella dijo que si, nunca creí que esto fuera a pasar.

- No ha sido mi culpa, he leído muchos libros de cocina, lo extraño es el funcionamiento de la estufa, esa salsa no debió apagar la hornilla, cuando quise volverla a encender soltó una llamarada enorme e incendió el papel de cocina, yo, como parte del club de prevención de incendios me dirigía por el extintor cuando ¡Boom! Ya había llegado a las cortinas - Dijiste tú con actitud altanera - Ese tipo de estufas deberían ser ilegales,  además señor bombero de juguete su tiempo de respuesta es muy lento, ¡pude haber muerto si no encontraba ese extintor! -Te quejaste, un alivio avasallante me llenó mientras el bombero te miraba con odio, me lancé a ti y te abracé, tú te removiste incómoda cuando te besé intempestivamente.

Pero por fin te quedaste callada mientras yo hablaba con los bomberos, das muchos problemas Cherm.

Los bomberos ahora nos odian, la cocina está inservible y llena de polvo y ollín, tú no dejas de decir que no es tu culpa y darle la responsabilidad a la estufa, pero, estabas a salvo, solo te habías quemado un poco un dedo, claro, tu lo hacías sentir como si fueras inválida, pero estabas bien, y eso para mi era suficiente.