Una salida de dos 👫

—ailla mamá, ailla —aplaudió Fionn.

—Si hijo, papilla —le sonreí con amor.

Le di unos giros a la papilla de trigo, avena y miel, con la cuchara; el olor de la comida de mis hijos es deliciosa que hasta soy la siguiente en querer comerla pero está claro que el plato es para ellos y no para mí; puedo ver como Fionn me sigue dando esa mirada esperando a que le dé su papilla, el pequeño le ha crecido tanto su cabello que ya ha alcanzado su frente, haciendo que unos mechones obstruyan su vista.

Dejo el pequeño recipiente en la silla en donde se encuentra Fionn para ver como él se emociona y le da unos golpecitos a la tabla que es su mesa; me preparo para darle de comer así que pronto agarro de la pequeña cuchara con un poco de papilla color crema para hacerle el típico juego del avioncito, en donde hacerle maniobras giratorias con la cuchara que hace que él siga con su mirada aquellos movimientos que hago, pronto conduzco la comida hasta su boca—lo cual no se me dificulta hacerlo—y de inmediato observo como atrapa la comida y mastica rápido.

—Muy bien hijito —le premio con palabras lo cual parecen enorgullecerlo.

Alimentar a tres bebés a la vez no es nada fácil, más cuando solo somos dos con manos a la obra, porque si Xavier estuviera aquí para ayudarme, sería mucho más fácil e hiciéramos ese equipo de tres con Nadia, lo bueno de ella es que parece estar experimentada para cualquier situación porque eso de ser madre perfecta y con honores, aún no se me da mucho y más cuando los niños hacen un desastre.

Con los últimos cinco meses he vuelto a experimentar demasiadas cosas como mamá primeriza, lo muy bonito y divertido de todo esto, es ver como los niños han empezado a llenar más su vocabulario de palabras y de cómo extrañamente Xavier y yo hemos empezado a entender eso, porque por un lado, las primeras veces ellos solo nos señalaban los objetos pero con el tiempo al irles repitiendo las palabras, ellos fueron adecuando las sílabas y algunas consonantes para darles un nombre a las palabras.

De todas formas, esto parece un juego divertido, de aprender y conocer, más porque a esta edad de los niños, es cuando más disfruto de jugar con ellos; la verdad es que ya he empezado a escuchar por parte de los empleados los parecidos que los niños tienen hacia Xavier y a mí, por supuesto, desde un principio llegue a saber que Kaleb terminaría siendo como Xavier mientras que Fionn como yo y Valentina un complemento de ambos.

Y es muy bonito saber que nuestros hijos tienen algo de nosotros ahora que están pequeños porque cuando crezcan es posible que cambien en algunas cosas como su carácter o personalidad donde lo único que quedará marcado será parte del temperamento de nosotros.

—Majestad, el príncipe Kaleb no quiere comer —me informa Nadia.

No me sorprende que Kaleb le dé problemas a Nadia, porque el conflicto consiste en que él odia la papilla de manzana, lo cual, siempre a ella se le olvida darle la que él le gusta, porque la papilla de manzana es la favorita de Valentina.

—Nadia, Kaleb es quien come la papilla de banano, Valentina es la de manzana —le expliqué riendo.

—Oh lo lamento majestad, lo había olvidado de nuevo —dijo avergonzada.

Le di el plato de Fionn para que ella me pasara el de Kaleb; antes de empezar a dárselo, llegue a oler si el de Valentina es de banano y al estar en lo correcto, cambie ambos platos para luego, acercarme a Kaleb que sigue haciendo pucheros enojados para que le dieran su verdadera papilla, apenas me acerque y me agache un poco, cuando el pequeño sintió el olor a banano y dejo de estar enojado para dejar un grito de alegría.

— ¡Mami! —gritó.

—Lo sé hijito, esté es el tuyo —se lo muestro para así darle de comer.

Mientras le doy de comer a Kaleb, observo como Valentina hace su propio desastre con la comida, la pequeña tiene en sus manos tanta papilla que creo que la acaba de usar más para jugar que para comer; su boca se encuentra llena de su desayuno y por supuesto, esto me dice que tendré que volverla a bañar.

Escucho como abren la puerta del comedor cuando pronto apareció Xavier leyendo unos documentos que se encuentran en un folio; Nadia se levanta rápido y no tarda en hacer una reverencia para luego observar como él le respondía el saludo hasta que ella dejó el plato de Fionn en la mesita de la silla para luego ella marcharse.

Xavier se acercó a mí y me dio un pequeño beso en los labios hasta empezar a reír al ver como su hija se encuentra cubierta de papilla de manzana en donde solo soltó una larga risita que hizo que todos le siguiéramos la corriente, hasta sus hermanos.

— ¿Sucede algo? —le pregunte al dejar el plato a un lado.

—No, pero te tengo una sorpresa —su sonrisa me dice que es algo muy bueno.

— ¿Qué es? —elevé una de mis cejas.

—Hable con nuestros padres y les pregunte si pueden cuidar de los niños, hoy y mañana —enarque la ceja.

—Y eso, ¿por qué? —le dije sorprendida.

—Porque tú y yo, nos tomaremos un día libre para estar solos o ¿no te acuerdas a lo que llegamos si uno de los niños llegaba a decir mamá o papá primero? —reí como tonta al recordarlo.

Con el tiempo que ha pasado no he recordado el acuerdo y más porque eso fue hace cinco meses. La verdad no me esperaba que Xavier terminara por pensar que esa cita sucedería pero debo de reconocer que la persona que empezó con la idea del plan, fui yo. Por tanto, no me negaré a su cumplido cuando en verdad si necesitamos por lo menos tener un día para nosotros dos.

— ¿Qué tienes planeado? —me acerque a él y puse mis brazos en su cuello.

—Lo verás luego. —Me susurro en la oreja. —Vamos, tienes que dejar todo preparado. Nos vamos al medio día donde tus padres para dejar a los niños, mi papá se encargará del reino. —Parece tenerlo todo controlado.

—Bien, solo le daré de comer a los niños y... —observé como ahora los tres ya se encuentran llenos de papilla.

—Uy, parece que tendrás que darles un baño. —Xavier miro a cada uno de los niños.

No logramos evitar reírnos cuando la papilla empezó a deslizarse por cada uno de sus rostros de nuestros hijos quienes se empezaron a lamer sus deditos y su mano para volver a llenar sus manos de comida; tendría que comenzar con la tarea de enseñarles a usar la cuchara, sino, estoy segura que dentro de poco, habrá un desastre en el comedor.

(...)

Quizás la cita que Xavier y yo terminaríamos por tener, no es algo de lo que no podría imaginar o por lo menos, mentalizar y es que no lo culpo de que siempre me termine sorprendiendo con cualquier cosa porque desde siempre a él le gusta hacer este tipo de demostraciones amorosas por mí, lo cual le agradezco mucho.

Lo que más me imagino es que para que él haya decidido hacer esto, debió de haberlo planeado por mucho tiempo, es decir, organizar la fecha, la cita, su trabajo como rey y el tiempo en que se tomó para hacer todo lo que tiene como sorpresa. Me impacta ver como él puede hacer esto porque por mi lado, yo ya lo había olvidado y ni siquiera hubiera llegado a estar segura de organizar alguna salida con él porque con estar pendiente de los niños, en mi trabajo como reina y de los eventos que me toca organizar por medio de mi trabajo, hace que yo no pueda considerar estas cosas como algo serio pero siempre Xavier se lo toma de esa manera que me alegro que él sea quien lo haga por mí aunque esperaría que algún momento yo hiciera algo así por él.

En una maleta, empiezo a poner la ropa de los niños, sus biberones, sus sábanas, sus juguetes, sus zapatos... Todo lo que usaran en un día al estar con mis padres, porque como hemos quedado con Xavier, los niños se la pasaran con mis padres en la cabaña mientras el padre de Xavier se encarga de unos trabajos y de mantener controlado el reino por un día, lo cual es algo ilógico porque el reino no se hundirá en un día sin el verdadero rey pero por ley, no podemos llegar a dejar el castillo solo, ya que el antiguo rey o alguien confiable por el rey actual son los que tienen la autorización para hacerse cargo del castillo.

Mientras vamos a dejar a los niños donde mis padres, me puse lo común de mis días, una falta azul negra, una camisa blanca y una chaqueta del mismo color, además de ello, unos tacones y sin olvidar ponerme las benditas medias que a veces me siguen incomodando.

Mire a los niños que siguen jugando con sus juguetes, así que agarre a Valentina y le quite su ropa para ponerle un vestidito amarillo que hace resaltar su cabello castaño, mientras tanto le hago un pequeño peinado con sus dos coletas que llevan un broche del mismo color de su ropa, la deje en el suelo y pronto pase a Kaleb para también cambiarlo de ropa, lo cual me dejo un trabajo fácil al ponerle la ropa pero cuando tome a Fionn, bueno, me llevo más de lo esperado cambiarlo, porque el niño no se dejó poner su camisa blanca, su overol de short y sus zapatos; hasta llego a protestar cuando quise ponerle una gorra que ni tardo cinco minutos en agarrarla y tirarla, lo cual descarte eso de su ropa antes de que se llegara a molestar, hiciera un berrinche y terminara por llorar a gritos.

— ¿Lista? —Xavier tomó a Fionn de mis brazos junto con Kaleb.

—Sí —le dije al ser la siguiente en tomar a Valentina.

Nadia llego para ayudarnos con las cosas de los niños mientras que un mayordomo se lleva nuestras cosas, así que mientras bajábamos las escaleras y nos reunimos en la puerta principal del castillo, ya se encuentra el señor Arturo en su antigua casa, parece preparado para lo que viene que no tardo en saludar a sus nietos para luego poner su atención en nosotros.

—Yo me encargare del castillo, ustedes diviértanse lo que puedan —le di una mirada llena de gracia a Xavier.

—Eso haremos papá. —Aprobó Xavier.

Nos despedimos de mi suegro para empezar a entrar en el auto, mis padres bien podían haber llegado al castillo y cuidar a los niños allí pero con la llegada de Stephene, ellos también parecen mantenerse atentos a su otra nieta—quien apenas tiene cuatro meses de nacida—que no quieren moverse de la cabaña, ya que Johann ahora que tiene su propio trabajo apenas le queda tiempo en el almuerzo para ir a ver a mi sobrina y eso sin decir que aún no quiere que Melody consiga un trabajo, ya que por lo menos él piensa que el primer año es esencial que la bebé este con su madre.

Así que mis padres como buenos abuelos, se quedan a cuidar de su nuera y su nieta; ya que con Aldo al ser el mayor de todos los niños de la familia, es el que menos necesita cuidado de los demás, de todas formas, el otro año ya entra a la guardería aunque con la llegada de su próxima hermana, digo que de nuevo mis padres estarán encantados de cuidar a la siguiente hija de mi primo y de Bella.

La casa en donde se encuentran mis padres no está lejos de la nuestra, es más, solo queda a uno o dos kilómetros que el lugar para ellos es el mejor de todos que no están arrepentidos de vivir allí, así que apenas llegamos cuando observo que mi madre se encuentra arreglando su jardín que está cubierto de varias flores de distintos colores; Xavier detiene el auto para salir de él y empezar a ser el primero en desatar los cinturones de los asientos de los niños, agarro a Kaleb de sus brazos y pronto escuchó la voz de mi padre a unos metros de mí donde él me abre sus brazos y pronto yo soy la siguiente en acercarme para confirmar ese abrazo que ya no suelo tener muy seguido.

—Y ¿cómo está mi nieto mayor? —mi abuelo agarra a Kaleb.

— ¡Lito! —Kaleb que adora a su abuelo se lanza a sus brazos y empieza a abrazarlo por el cuello.

—Bienvenida a casa, hija. —Abrazo a mi madre quien empieza a quitarse los guantes llenos de tierra. —Yerno.

—Suegra —Xavier y mi madre dejan ir una risa en el momento en que se hablan de esa manera.

Xavier es el siguiente en darle un abrazo a mi mamá para después darle un saludo de mano a mi padre; mi madre toma a Valentina en sus brazos y mientras que ella y mi padre comienzan a dirigirse a la casa, Xavier deja a Fionn en el suelo donde el niño no tarda en comenzar a caminar, pero pronto le tomó de su mano para que no llegue a caerse por si termina corriendo y se tropieza con una piedra.

Mientras entramos a la casa y Xavier sube al segundo piso para dejar las maletas de los niños en la habitación que nosotros ocupamos cuando solemos quedarnos; me aproximo a la sala y encuentro a Melody quien le está dando de comer a la pequeña Stephene; camino en dirección a ella para saludarla cuando pronto Melody escucha mis pasos y los gorjeos de Fionn haciendo que termine por levantarse y saludarme con una sonrisa.

—Kiara, que alegría de verte —nos dimos dos besos en las mejillas—, oh Fionn, mira que grande estás, te has convertido en todo un príncipe guapo —Melody toma la mano de mi hijo y puedo ver como la acaricia mientras Fionn le da una sonrisa amistosa.

—Y ¿cómo está mi pequeña sobrina? —observó como la pequeña me da una mirada seria.

— ¿Quieres cargarla? —asiento a la pregunta de Melody.

Pronto ambas cambiamos de bebés en el momento en que ella me pasa a Melody y yo le doy a Fionn; ella empieza a hacerle cosquillas a mi pequeño hijo menor mientras yo intento llamar la atención de Stephene quien parece estar entretenida en las risas de su primo; puedo ver como mi sobrina cada vez se parece a mi hermano, su cabello castaño y sus ojos azules sin lugar a dudas los heredo de los Leaky y eso sin decir que su temperamento parece ser como el de mi hermano.

—Me he enterado que Xavier y tú tendrán un momento a solas —ella me dio una mirada pícara.

—Sí, es una sorpresa que me tiene y la verdad es que estoy emocionada porque hace tiempo que no tenemos momentos a solas como pareja —sentí mis mejillas arder.

—Es de esperarse, ustedes tuvieron tres hijos a la vez y eso es mucha más responsabilidad que solo tener uno —asentí a sus palabras.

—Además, tenemos mucho trabajo que no nos permite ese tiempo tampoco —le comenté.

El problema no circulaba siempre en los niños porque aunque sean tres y tenemos que cuidarlos y responsabilizarnos de ellos no quiera decir que no tengamos ese tiempo de esposos sino que todo empieza por nuestro trabajo, que es lo primero por lo cual ambos hemos tenido una agenda muy llena y no nos hemos podido ocupar de otra cosa que no sea en el reino y en los niños, logrando que dejáramos nuestra relación a un lado. Esa es la parte difícil de ser reyes y padres a la vez... En donde no todo circula a nuestro alrededor.

—Ya están las cosas de los niños en nuestra habitación —me indicó Xavier. —Hola Melody. —La saludo Xavier al llegar a mi lado.

—Hola Xavier.

Lo bueno de estar en familia es no escuchar lo «Majestad», «Reina Kiara», «Rey Xavier» y todo lo que tenga que ver con nuestra superioridad y aunque al principio a Bella y Melody le costaron un poco la idea de llamarnos por nuestros nombres, ahora es sentir una paz en poder escuchar solo mi nombre y el de Xavier sin necesidad de sentirme en el castillo.

—Nos tenemos que ir ya, saluda a mi hermano de nuestra parte —le dije a mi cuñada.

—Claro, nos vemos mañana —le devolví a Stephene para que ella me diera a Fionn.

Como me imagine, encontramos a mis padres en la cocina mimando a Kaleb y Valentina, los niños parecían disfrutar del helado de fresa y eso sin decir que hasta ellos se propusieron en jugar al avión o al tren con ellos; Fionn al ver como sus hermanos comen felices y se entretienen con los juegos de sus abuelos, no tardo en mover sus manos y zafarse de mí para entrar al club.

—Si no pueden con los tres puedo llamar a Nadia para que los ayude —les recomendé.

—No es necesario hija, recuerda que cuidamos de ti y de tus hermanos solos sin la ayuda de nadie —mi padre aseguro.

Sin embargo, cuidar a niños de diferentes edades no es lo mismo que cuidar a trillizos que pueden ocasionar un caos en solo unos minutos y lo digo porque Xavier y yo conocemos muy bien a nuestros hijos y cuando ellos se disponen a hacer una travesura, no hay nada que los detenga.

—Bien, si sucede algo pueden llamarnos —les advirtió Xavier.

—No se preocupen, ustedes tengan un bonito día y no piensen que no nos podemos encargar de nuestros propios nietos —encogí los brazos ante aquello.

Le entregue a Fionn a mi padre mientras mi mamá se dispuso a buscar un babero y así ponérselo, empecé a despedirme de cada uno de ellos porque aunque solo fuera un día, me harán mucha falta en el resto del tiempo en que no nos miráramos. Xavier hizo lo mismo con los niños y aunque Valentina parece ser la primera que empezará a llorar a ver que nos íbamos, tuvimos que hacer el típico truco de escondernos mientras ella se distrae para irnos.

Salimos de la casa y entramos de nuevo al auto para ver como de un momento a otro, ya nos encontramos de camino a donde Xavier tiene la sorpresa, no llegue a decir nada porque por un lado me entusiasma la idea de quedarme sola con Xavier pero por lo contrario estoy nerviosa que pueda ser que lo esté reflejando con mucha facilidad en mi rostro.

— ¿Dónde iremos? —pregunte tímida.

—Ya lo verás —no quito la mirada de la autopista.

Suspire porque de él no podré sacarle ni una palabra y conociéndolo, se mantendrá en silencio hasta que yo sea la que me sorprenda.

(...)

Como apenas estamos en el mes de Febrero, las flores han empezado a retoñar en los jardines que se encuentran al lado de las calles como también las que se encuentran en las casas de los habitantes de la clase alta.

Observo como un letrero empieza acercarse con la velocidad del auto y pronto leo que dice Valley of Flowers; me impresiono al estar en este lugar solo por la simple idea de que pocas veces he venido a este lugar por reuniones y han sido en diferentes épocas del año; esto lo hace divertido porque al estar aquí en época de primavera lo hace más bonito y eso sin decir que al lado encontramos la playa.

Xavier quien dobla en una calle para luego dirigirse a lo que parecen unas residencias, pronto le da su identificación a uno de los guardias hasta ser escoltado por un auto negro detrás de nosotros. Por seguridad, donde quiera que estemos o vayamos tenemos que ser escoltado aunque no es tanto el problema ahora que nos dan un poco más de privacidad que antes.

Me doy cuenta cómo Xavier se detiene en una villa que abre de manera automática su puerta logrando que nuestro auto sea el primero en entrar y luego el de los guardias que nos escoltan. Apenas entramos cuando me quedo asombrada al ver aquella enorme mansión en donde casi parece ser una cabaña de campo, quizás aún no conozco ciertas propiedades de Xavier o bueno, debe de ser una nueva porque de esta desconocía.

No tarda mucho tiempo en estacionarse y pronto salir del auto, no tarda mucho tiempo en rodearlo para llegar hasta el lado de mi puerta donde la termina por abrir, me alza su mano y sintiéndome demasiado joven, ruedo los ojos hasta darle mi mano haciendo que pronto salga del auto y ambos caminemos juntos hasta la cabaña.

El lugar es muy bonito que me impresiona lo muy cuidado que se encuentra; él saca unas llaves del bolsillo de su pantalón, la inserta en la cerradura de la puerta hasta darle un par de vueltas y escuchar cómo se abre. Me hace una señal con su mano para que sea la primera en entrar y apenas doy unos pasos cuando enciende la luz y observo un montón de flores por todos los lugares logrando que su aroma se haya quedado impregnado en toda la cabaña.

—No sé si exagere con traerte todo el jardín a la cabaña pero nada más quería sorprenderte —negué mientras sonreía.

—Cariño, ¡esto es increíble! —Me doy la vuelta para verlo. —Esto es tanto que me hace sentir mal porque yo nunca te tengo una sorpresa. —Su risa empezó a contagiarme rápido.

—Eso no hace falta, soy tu esposo y debo de complacer a mi esposa, ¿no? —me tomó de la cintura.

—Esa frase me recuerda mucho al primer día que nos conocimos —acaricié su cabello.

—Seamos sinceros cariño, aunque para aquella época siguieras creyendo que no serías mi esposa, terminaste siéndolo —se burló de mí.

—Es cierto, quien lo hubiera dicho.

Y es que no me arrepentía de nada, quizás al principio fui muy terca y obstinada con las decisiones que tomaban por mí al empezar la competencia y más cuando me ideaba de que nunca sería la esposa de Xavier pero quién lo diría, la vida me dio un enorme giro que él termino por ser mi esposo, el padre de mis hijos y mi primer y único amor.

—Quizás quieras caminar por la playa, podríamos comenzar con eso o ¿quieres comer? —ambas ideas no son malas.

—Será mejor que almorcemos y luego caminemos. —Le dije.

—Está bien. —Me ofreció su brazo a lo cual termine por agarrar.

Él sabrá lo que me tiene preparado porque esto, apenas es el comienzo de nuestro día juntos.

(...)

—Te acuerdas cuando conté las estrellas —elevé una de mis cejas al verlo.

—Como olvidarlo, te recuerdo que por tu travesura hiciste que quedará embarazada de trillizos —él le dio gracia lo que dije.

—No puedo creer hasta donde hemos llegado Kiara —me acomodé en su pecho para seguir acostada en él.

— ¿Alguna vez te imaginaste algo así con Emily? —no sé si mi pregunta terminará por poner tensa la situación en que nos encontrábamos.

—En realidad, tenía muchos sueños con ella pero sí te soy sincero, cuando te conocí, los únicos sueños que tenía contigo se basaban en que siempre estuvieras a mi lado —me di la vuelta para verlo a los ojos.

— ¿En serio? —asintió.

—Después de que Emily murió, madure. A mí manera tonta, pero lo hice. —Suspiró. —Emily termino siendo solo una fantasía irreal en mi vida, por un lado sabía que me hacía daño pero por otro, que me hacía feliz. —Puso su mano en mi rostro. —Pero contigo fue diferente, porque tú siempre estuviste a mi lado, me apoyaste, me ayudaste y si fuera poco, salvaste mi vida. —Miró las estrellas. —Juro por mi vida que ni siquiera me arrepiento de haber contado tres estrellas a la vez. —De nuevo puso sus ojos en mí. —Eres mi mayor tesoro que los únicos sueños que tengo contigo es que permanezcamos juntos todo el tiempo que nos quede de vida. Las sorpresas llegaran a su manera, simplemente la vida que tengo contigo es fabulosa. —Puso un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. —No sé qué hice para tenerte pero no sabes la felicidad que me has dado los últimos años. —Me beso.

En verdad, ni siquiera yo sé la razón por la cual me merezco a Xavier, lo amo tanto que a veces me arrepiento de las palabras que dije antes de conocerlo, él ha sido muy diferente a lo que yo pensaba en aquel entonces. Xavier me ha dado lo que nunca pensé tener, me ha dado esa seguridad y confianza que cada día me brinda y eso sin decir de todas estas sorpresas que él me regala sin pedir nada a cambio.

—Te amo. —Empecé a tragarme las lágrimas.

—No llores cielo, tú más que nadie sabe que lo que te digo es verdad —me abrazó.

—Y no lo dudo. Solo que, con solo pensar que quizás si Emily no hubiera muerto... Ambos tuviéramos destinos diferentes y quizás no sería feliz. —Negó.

—De alguna manera Kiara Leaky, por algo nos unió el destino. Viva o muerta Emily, algún momento nos llegaríamos a cruzar en la vida y no dudo que te hubiera buscado debajo de toda roca y planta para estar a tu lado. —Sonreí.

No quise decirle nada más porque él sabe lo mucho que aprecio sus palabras, de la felicidad que llena mi corazón con todas esas oraciones que parecen dedicármelas y por supuesto a veces sus acciones dicen mucho, así que no dude en besarlo y hacerle saber lo mucho que lo amo.

—Es hora de cenar, tenemos que irnos. —Asentí.

Tomamos la manta y la canasta de comida para dirigirnos a la cabaña; al final terminamos por considerar hacer un almuerzo en la playa, ya que el clima de la tarde estaba tan fantástico que no quisimos desaprovechar el momento.

Apenas llegamos a la cabaña y Xavier comento que el prepararía la cena así que sintiéndome afortunada porque él haría algo nuevo y especial, confié en sus palabras mientras que me dirigí a la habitación en donde me prepare para darme una larga ducha y así llegar muy presentable a la cena.

Rápido me di un baño y al abrir mi maleta, busque entre mi ropa un vestido que Candy y Sasha hace tiempo elaboraron para mí, así que al sacarlo de su lugar, no tarde en ponerme el bonito vestido color rojo para ponerme luego mis tacones y mirarme en el espejo; aún faltaba arreglarme el cabello y maquillarme; así que mientras me secaba el cabello y lo dejaba rizado, empecé a ponerme la base, los polvos, las sombras de ojos y el delineador en mi rostro hasta terminar con el labial.

Antes de bajar, me puse un poco de perfume y ordene mi maleta, baje un poco nerviosa hasta el primer piso y el aroma de la comida pronto entro en mi nariz haciendo que caminara hasta la cocina y observar como esta ya no se encontraba Xavier, como a su vez, se mantenía limpia. Desvié mi camino hacia el comedor y fue entonces que encontré una mesa y un banquete de comida, no sé si Xavier fue quien hizo toda la comida pero lo que sí sé es que huele muy delicioso.

—Sorpresa. —Me dio un pequeño susto al sentirlo detrás de mí.

— ¿Lo hiciste tu solo o necesitaste ayuda? —le pregunté con un rostro de misterio.

—Un poco de ayuda pero la mayoría lo hice yo —dijo orgulloso.

Ni siquiera se detuvo en darme un beso cuando yo lo interrumpí con mi risa, nos separamos un poco y pude observar lo elegante que esta vestido y eso sin decir lo muy guapo que se encuentra con su peinado y su barba.

— ¡Estas hermosa!—Me dio una vuelta. —Deberíamos ir al postre ya. —Negué.

—No se desesperé señor Ravenscroft, que le parece si vamos paso a paso —lo tente mordiéndole el labio.

—Kiara, no hagas eso. —Sentí como sus músculos de los brazos se tensaron.

—Entonces, no lo provoques. —Le guiñé el ojo.

La cena fue entretenida, realmente no falto la hora de conversar y seguir riéndonos al contar todas las cosas pasadas que hicimos dentro de la competencia, fue lo demasiado bonito compartir todas aquellas experiencias que sentí como el tiempo se mantuvo lento. Realmente nos hacía falta este tipo de cosas entre nosotros pero de igual manera, añoramos a nuestros niños que nos preguntamos que estarían haciendo con mis padres en estos momentos.

Solo esperábamos que ninguno de ellos les diera problemas porque a veces se ponen demasiado imperativos o inquietos por la noche y conociendo a mis padres, terminaran por mimarlos lo cual no es muy buena idea.

—Señorita de Ravenscroft, ¿desea bailar? —sonreí como una tonta al ver como alzaba su mano para que la tomara.

—Claro que sí, señor Ravenscroft. —Tome su mano.

Caminamos hasta la sala de la cabaña en donde pronto él puso la música y se empezó a reproducir una música de piano... Bueno, una sinfonía que pronto la voz del cantante se escuchó haciendo que bailáramos de una manera muy lenta y yo terminara por abrazarlo al escuchar la bonita canción.

Looking back through changes where we started from

Don't know about you but I knew it was wrongYou know I kept a place for you in my mindNow I know you did the same 'cause you're just the kind

So if we knew all along

Why did it take so long?I've known since we were youngSo why did it take so long?You know you make me feel lovedMake me feel like I'm homeSo if we knew all alongWhy did it take so long?

Moving on

You and I started looking backNow we've got to make up for all the wasted timeYou know I'd never let you just walk on byFrom the day that I met you I knew you'd be mine, yeah

So if we knew all along

Why did it take so long?You've known since we were youngSo why did it take so long?You know you make me feel lovedMake me feel like I'm belongSo if we knew all alongWhy did it take so long?Just started, just started having trouble believing it's trueJust started, just startedNow we are nothing but through

So if we knew all along

Why did it take so long?We've known since we were youngSo why did it take so long?You know you make me feel lovedMake me feel like I'm homeSo if we knew all alongWhy did it take so long?

Why did it take so long?

Why did it take so long?Why did it take so long?Why did it take so long?

Sentí como Xavier empezó a darme varios besos por todo mi rostro, realmente me sentía muy bien a su lado que ni siquiera quería que el día terminara. En el momento en que la música dejo de sonar, termino por agarrar mi mano para así irnos al segundo piso en donde ya me imaginaba a que terminaríamos; apenas cerró la puerta de la habitación cuando quede atrapada en la pared, dejando salir una sonrisa boba hasta que él empezó a acariciar mi cuello con su nariz y yo no evite sacar varias risas.

—No te puedo bajar las estrellas cariño, pero esta noche te llevare a ellas.

—Que poético. —Termine por besarlo antes de que llegara a decir otra cosa y esto terminara por ser una conversación.

(...)

—Son las once y media, Xav. —Le dije a lo que él dejo ir un gruñido.

Es de menos que no quiera levantarse después de la noche larga que tuvimos, pero esta vez no puedo moverme porque lo tengo encima de mí y más que su respiración me está haciendo cosquillas en mi pecho donde hace ya varios minutos me he tenido que estar aguantando las ganas de no reírme; lo que creo que ha motivado que se quede dormido y no quiera despertarse es que sigo acariciando su cabello con las yemas de mis dedos, eso ha hecho que no se levante y yo sea su almohada.

—Xav... —Volví a interrumpir su sueño.

—Cinco minutos más —suplico mientras bostezaba.

—Está bien, pero en la almohada —se negó.

—Es que eres cómoda —reí.

—Cariño, me estás aplastando —abrió uno de sus ojos para quitarse de encima y pronto caer a mi lado.

Xavier no tiene remedio. Le di un beso en la cabeza y pronto me levante para ir al baño, debo de darme una ducha y a la vez preparar el desayuno que también se convertirá en el almuerzo; lo bueno es que hasta por la tarde pasaremos a recoger a los niños porque no es de preocuparse con quien estén porque sé que mis padres habrán cuidado muy bien de ellos.

(...)

— ¿No les dieron problemas? —pregunté al verlos un poco cansados.

—No, los niños son unos angelitos —sonrió mi mamá.

— ¿En serio? —parecía que Xavier tampoco les creía.

—Sí, cuando quieran pueden volver a dejarnos a los niños —asentí a lo que dijo mi padre.

Bueno, si ellos decían eso pues... les creeré aunque sé que los niños no se comportan muy angelicalmente más si no son con nosotros. De todas formas, prefiero no preguntar porque con el rostro que mis padres tienen, eso dice mucho y más el desvelo que les debe haber provocado.

—Está bien, gracias por cuidarlos mamá, papá —me empecé a despedir de ellos.

—Ha sido un placer, hija —recibí un abrazo de mi papá.

—Cuando quieran nos visitan —mi mamá me dio un beso en la mejilla.

—Claro que sí. —Les prometí.

—Nos vemos pronto, suegros —dijo Xavier.

Ambos empezamos a salir de la casa para Xavier abrir la puerta del auto y empezar a poner a Kaleb y Valentina en sus respectivas sillas y ponerles sus cinturones de seguridad.

—No quiero ser mala, pero sé que los niños no dejaron dormir a mis padres —fui la siguiente en poner a Fionn en su silla.

—Lo sé, lo que pasa es que tus padres no quisieron acusar a los niños. Nosotros que somos sus padres y convivimos más con ellos sabemos los diablillos que son —ambos reímos ante esa verdad.

—Bueno, una noche basta para ellos. Ahora nos volveremos a encargar de estas bolitas de ternura, ¿no? —abracé a Fionn.

Ambos entramos al auto para empezar a marcharnosa casa, había sido un día largo como corto pero por lo menos disfrute de laexperiencia; mañana a volver a mi trabajo como reina. Por lo menos habíaolvidado por un momento todo ese peso que tengo de forma cotidiano, gracias aXavier, porque eso es lo que necesitaba y por supuesto, no tardaría enconvencerme que a la próxima yo seré quien arregle algo igual para estar asolas con Xavier.

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NUEVO EXTRA!!!

Hola, ¿cómo se encuentran? Se que no llego a poner muy seguido los extras pero es por la razón en que donde los tenía enumerados, se llegaron a perderme, así que ahora estoy intentado recordar cuales son los siguientes que van.

Espero que les haya gustado este nuevo extra y que lo hayan disfrutado mucho!

Que tengan un bonito comienzo de semana :)

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