Problemas con soluciones cortas 🏕

1 año después...

—Y el lobo fue hasta la casa del primer cerdito; el cerdito que se encontraba confiado en que su casa lo resguardaría, se quedó en ella y no salió, el lobo al ver esto le dijo: "¡Ábreme la puerta! ¡Ábreme o soplaré y soplaré y tu casa derribaré!" le dijo el lobo feroz al cerdito de la casa de paja. —Xavier hizo un movimiento con sus dedos para causarle terror a los niños.

Es divertido escuchar a Xavier contarle cuentos a los niños cuando hacemos un campamento en el jardín, a veces no necesariamente hacemos la misma rutina, ya que mayormente intentamos que los niños se diviertan de cualquier manera, así que intentamos contarles cuentos o historias con marionetas, dibujos, formar animales con las manos o usar fácilmente la imaginación; lo que me sorprende es que Xavier tenga ese don fácil para impresionar a los niños que casi siempre le dejo ese deber a él mientras que yo, bueno, mis hijos les gustan más que les canten canciones cuando acaricio su cabello.

—Y ¿qué paso papá? —Kaleb agarró su mantita mientras la abrazaba.

Reí al ver como mi pequeño se mostraba curioso pero a la vez temeroso por lo que le podía suceder al primer cerdito, y aunque al final el cuento trae su moraleja, creo que eso es lo que menos le prestaran interés ya que son pequeños para entender las problemáticas que te puede traer la vida si no obedeces o haces buenas acciones.

Puedo ver como Aurora abraza su conejo de peluche mientras cada vez más empuja su cuerpo hacia atrás chocando con mi estómago, ya que mi pequeña se encuentra sentada en mis piernas, así que pronto la abrazo y le doy un besito en su mejilla haciéndola sentir mejor en el momento en que me sonríe y yo paso mi mano por todo su cabello castaño, rizado y un poco largo.

—Entonces, como el cerdito al tenerle miedo al lobo, no le abrió, esto hizo que nuestro villano de la historia terminara por tomar muchísimo aire en sus pulmones, su abdomen quedo tan apretado que su pecho se hizo enorme al contener el aire y cuando menos lo espero el cerdito, el lobo empezó a soplar con mucha fuerza, haciendo que la paja saliera volando a lo lejos hasta derrumbar la casa que hizo el cerdito con mucho esfuerzo. —Siguió Xavier con el cuento.

— ¡Ese lobo es muy malo! —protestó Fionn.

Observé como Fionn cruzó los brazos y su ceño se volvió duro al ver que el lobo feroz empezaba a ganar las batallas con los cerditos; Xavier quien le gusta protagonizar un buen drama en la historia, dejó ir una risa para seguir contando los hechos que se aproximaban en la historia.

—El cerdito corrió muy rápido para llegar a la casa de su segundo hermano. Este cerdito, no dudo en abrirle la puerta y al dejarlo pasar, pensó que el lobo no destruiría su casa hecha de madera; ambos observaron por la ventana de la casa como el lobo llegó y pronto dijo la misma frase anterior con el hermano del cerdito, la cual fue... —Xavier hizo una pausa para que los niños contestaran.

Los niños que esperaban que su padre continuara, no llegue a evitar sus caritas de desconcierto al ver que su héroe número uno, no seguía con la historia, así que como pronto aclamarían la respuesta del lobo hacia los dos cerditos, preferí ser yo quien le diera ese aliento a los niños para que a la próxima ellos contestaran.

—El lobo al ver que ambos cerditos no pensaban salir de la casa, les dijo con molestia e impaciencia: "¡Soplaré y soplaré y esta casa también derribaré!" —Dije con una voz maléfica.

Los niños se me quedaron viendo admirados y con miedo, que sus rostros reflejaron me decía que pronto acabarían por pensar que el lobo terminaría por destruir la siguiente casa de madera del segundo cerdito.

—De nuevo el lobo, empezó a soplar mucho más fuerte que la última vez, haciendo que las paredes de madera de la casa del segundo cerdito, salieran volando muy lejos del lugar sin poder ver donde caían. En un acto oportuno, los dos cerditos escaparon de las garras y de los dientes del lobo, así que al final buscaron refugio en la casa de ladrillo de su otro hermano cerdito. —Siguió Xavier con la historia.

Kaleb y Fionn se acercaron más a su padre, esto hizo que Valentina se levantara y se sentara en medio de sus dos hermanos, la historia comenzaba a atraparlos cada vez más que sin lugar a dudas, el final se acercaba y pronto ellos celebrarían la victoria de los cerditos.

—Y ¿qué paso luego papá? —Valentina insistió para que su padre siguiera con el cuento.

— ¿Qué creen que sucedió? —Les preguntó Xavier a los tres pequeños.

— ¿El lobo boto la casa del tercer cerdito? —dijo preocupado Kaleb.

— ¿Se los comió? —preguntó Valentina.

—Unieron fuerzas los tres cerditos contra el lobo —contestó Fionn.

Le di una mirada a Xavier mientras que él sigue escuchando las miles de preguntas o respuestas que nuestros hijos le dan a él. Hay demasiada imaginación en sus pequeñas cabezas que hasta combinaron diferentes historias de finales que puede tener el cuento, así que en varias de ellas, Xavier no evito reír haciendo que los niños quedaran más en dudas y sin tener respuestas.

—El lobo se puso en frente de la puerta de la casa del tercer cerdito; intento derribarla pero al no poder, de nuevo les advirtió a los cerditos que si no abrían, destruiría su casa —Valentina saltó del susto cuando su padre hizo un pequeño drama como si él era el lobo y los niños los cerditos donde pensaba comérselos.

— ¡Hay no! —dijo con miedo Fionn quien se escondió detrás de Kaleb.

—Y ¿volvió a decir la misma frase el lobo, papá? —preguntó Kaleb.

—Sí. —Afirmó. —Cuando el lobo no recibió respuesta de los tres cerditos de nuevo dijo: "¡Soplaré y soplaré y también esta casa derribaré!" —Xavier soltó una risa maléfica.

— ¡Pobre cerditos! —Kaleb se puso la manta encima hasta solo quedar su cabeza descubierta sin pensar que también ha cubierto a Fionn.

—El tercer hermano de los cerditos les dijo que no se preocuparan, que el lobo no entraría a su casa y tampoco la derribaría. Sus hermanos quienes su casa fueron destruidas pensaron que siempre el lobo derribaría la casa de su tercer hermano cerdito así que los tres se abrazaron en el momento en que el temible lobo empezó a soplar fuerte hasta quedarse sin aliento. —Xavier le dejó ir un fuerte soplido que el cabello de los niños se movió.

Puse los ojos en blanco y seguí viendo aquella actuación llena de muchas sorpresas motivaba a los niños para que su padre continuará contándoles el cuento sin tener una pausa larga; así que todos después de dejar de reír, se volvieron a poner serios para escuchar lo que sucedió con la casa del tercer cerdito.

—Pero lo que no se esperó el lobo fue que a pesar que soplo fuerte, la casa de ladrillo se mantuvo intacta. Esto hizo que el lobo feroz se enojara cada vez más hasta volver a tomar demasiado aire y soplar una vez más. —Volvió a repetir el mismo gesto Xavier.

— ¡El lobo perderá esta vez! —anunció Fionn.

— ¡Es cierto! —dijo feliz Valentina.

—El lobo se quedó sin aire y al ver que la casa de ladrillo seguía en pie. Decidió buscar una segunda forma para entrar a la casa del cerdito, así que al ver que había una chimenea, tuvo la idea de subir a la casa y así entrar en ella. —Aquella noticia hizo que los niños se terminaran de abrazar en conjunto.

Es de esperarse que se sorprendan de los métodos que tienen los villanos de las historias para triunfar y así obtener lo que quieren pero como aprendemos todos desde que somos niños, el mal y los villanos de los cuentos, jamás llegan a ganar. Algo que quizás vamos aprendiendo porque siempre caemos en esa historia de que los villanos terminaran por tener lo que quieren de alguna u otra manera.

—El lobo subió hasta el techo y al ver la chimenea, no tardo en subirse en ella y terminar por saltar... —escuchamos un grito de sorpresa de Valentina.

— ¡Se comerá a los cerditos! —dijo asustada mientras se cubría los ojos con sus manos.

Me acerqué a mis pequeños y de nuevo abrace a mi pequeña princesa consentida quien cada vez más dicen que se parece a mí y realmente no lo niego; porque Valentina como suelo llamarla porque Xavier le llama por su primer nombre, es decir, Aurora; tiene esa chispa de alegría y diversión de la cual ha heredado de mí, ya que Kaleb y Fionn tienen esa vitalidad y pasión de su padre que sin lugar a dudas, sus abuelos no dejan de decir que serán unos grandes reyes y reina en un futuro.

—Lo que no se esperó el lobo es que el tercer cerdito tenía una olla de agua hirviendo en la chimenea, esto hizo que el furioso lobo cayera en el agua caliente haciendo que se quemara y pronto como un cohete, saliera volando de regreso hacia arriba y terminara por salir de la casa. —Los niños empezaron a aplaudir felices. —Esto hizo que el lobo saliera huyendo y no volviera a aparecer en la vida de los cerditos. Y ellos al ver esto, no tardaron en celebrar su triunfo al ver que el lobo se había marchado... Y colorín colorado... —Xavier dejó a medias la frase para que los niños respondieran.

—Este cuento se ha acabado. —Dijeron los pequeños al unísono.

Los niños no tardaron mucho tiempo en levantarse y empezar a comentar sobre la historia pero como siempre el cansancio les fue ganando, ya que al ver sus primeros bostezos y al rascarse los ojos, eso me decía que ya es hora de irse a dormir.

Empecé a preparar dentro de la tienda de campaña cada una de las camas de ellos, mientras tanto Xavier se apartaba y me daba ese espacio para ir acomodado todo lo que se encontraba a nuestro alrededor.

Quite varias golosinas y platos de comida para así darles más espacio a los niños; apenas puse las sabanas y las almohadas, cuando cada uno de ellos se fue acostando en su debido lugar sin decirles esta vez que lo hicieran; Fionn fue el primero en quedarse dormido y Kaleb empezaba a cerrar los ojos mientras dejaba ir varios bostezos. Valentina se encontraba a mi lado esperando que le pusiera su almohada y cuando lo hice, ella llego hasta mí y me rodeo con sus bracitos en mi cuello

—Te amo mami —susurró.

—Y yo te amo más mi preciosa princesita —le di un beso en la mejilla.

Ella me regreso el mismo gesto para luego caminar hasta su cama y envolverse con las sábanas al hacer frío; solo duro unos segundos despierta cuando ya se encontraba dormida.

Al ver que Xavier ha salido de la tienda de campaña, fui la siguiente en caminar de rodillas hasta llegar a la puerta y así salir para luego cerrar un poco para que a los niños no les llegara el viento y sintieran frío. Me levanté encontrándolo a cinco metros de la tienda de acampar, puedo ver cómo se encuentra de espaldas mirando las estrellas y la luna llena, el cielo se ve tan hermoso que hasta el sonido del viento azotar la copa de los árboles y a la vez los grillos cantar su armoniosa melodía lo hace sentir todo estupendo, con ese toque de paz y tranquilidad que me relaja al presenciar la naturaleza.

Me acercó despacio a Xavier mientras termino por enganchar mis brazos en su abdomen y de dejarle un beso en su espalda; siento su sonrisa a pesar que me dé la espalda y pronto sus manos empiezan a tocar las mías hasta que me hace un movimiento para llegar a su lado.

—Ha sido otra noche increíble —susurra.

Asiento satisfecha de saber que hemos logrado de nuevo otra meta de cumplir los deseos de nuestros hijos de hacer un campamento en el jardín mientras contamos historias y comemos marshmallow y tomamos chocolate.

—Adoro cuando sabes contarles un cuento, es como si estuvieras preparado para esto. —Sonrió ante mi comentario.

—No lo estoy pero hago lo que puedo para divertirlos. —Sonrié cansado.

En verdad, últimamente ambos nos hemos encontrado en un estado de agotamiento por todas las actividades que tenemos a diario, pero Xavier es quien cada vez se encuentra cansado, tanto que apenas llega a la habitación y lo primero que hace es tirarse a la cama y pronto quedarse dormido con la ropa de trabajo.

Aunque siempre trato de ayudarlo con el trabajo, estoy segura que las cosas no acaban, no tengo idea de donde sale tantas carpetas de trabajos o proyectos que se deben de entregar, lo peor de ello, es que rara vez tenemos un espacio libre y eso sin decir, que para que los niños no sientan que pasamos más tiempo en el trabajo que con ellos, Xavier y yo nos dividimos las horas con ellos en cualquier cosa, como para ayudarlos con las tareas, acompañarlos en ciertas actividades, recogerlos al colegio o simplemente tener esas horas libres con ellos.

Observé como Xavier se quita los anteojos y pronto se rascaba los ojos hasta vérselos un poco cristalizados y rojos.

—Xav, no crees que es momento para que contratemos a otro asistente para el trabajo. —Me dio una mirada preocupada.

—Kiara, sé que te preocupas mucho por el trabajo que tenemos últimamente... —le interrumpí.

— ¿Qué? ¡No! ¡Me preocupo por ti! —Intenté no alzar el tono de mi voz —Por eso necesito saber la verdad de lo que te ocurre Xavier Ravenscroft. —Suspiró.

Torció la boca al ver que de nuevo volvía a insistirle que me dijera la verdad de lo que le está sucediendo, porque sabe muy bien que no es primera vez que lo encuentro en una situación demasiado preocupante para quedarme callada. Lo digo, porque esta es la quinta vez en la semana que le he hecho la misma pregunta hasta ver como evade mis propios cuestionamientos donde llega un punto de ya no lo tolero y él prefiere mejor que me quede callada antes que las cosas terminen peor de lo que comenzó.

Prefirió mantenerse callado antes de decirme una palabra de nuevo; que se quedará en esa posición solo hace que me preocupe más de lo normal y eso sin decir que me encontré con unas pastillas en uno de los cajones de su escritorio y un recetario entre unos papeles dispersos de su oficina.

—Es solo estrés... —pronunció.

Negué mientras siento como un nudo en la garganta se me forma; sé que no me está diciendo la verdad y trata de seguírmelo ocultando.

—Pensé que tenías confianza conmigo. —Suspiré. —Cuando creas oportuno en decirme la verdad, búscame. Ya sabes dónde estoy. —Le di la espalda y comencé a caminar.

No quiero empeorar la noche pero sé que si me quedo a seguir peleando para discutir con él sobre el mismo tema de su salud, es para que no tenga ahora mismo una respuesta de su parte. Porque conociéndolo, cuando le insisto más a Xavier con algún secreto que no quiere revelarme, él en vez de comentarlo lo que hace es que se lo guarda en lo más profundo de su ser que no es capaz de contarlo hasta que se siente preparado. Pero por ahora, declino en seguirle insistiendo, ha sido un día difícil para mí y lo digo con el mejor tono de pensamiento en mi mente por no decir algo peor.

Tuve que organizar una fiesta a última hora para reunir fondos para una campaña contra la leucemia en niños, pero en esta ocasión en vez de ser personas famosas, me encontré en la situación de invitar a los reyes y reinas de todos los países del mundo y eso sin decir, que en otras repúblicas, son los presidentes.

Las decoraciones, la comida, las mantelería, las ideas de recaudación de fondos y otras cosas más, son motivos de los cuales me quejo con el parlamento a diario cuando me dejan este tipo de eventos a último momento, sé que cualquier reina ha hecho esto a su medida y sin quejarse pero en mi ocasión, no soy cualquier reina, sé que desde que me casé con Xavier sabía que vendrían noches de desvelo y cansancio pero yo no quiero que por entregar todo en su día exacto y sin tener un descanso, termine por despreocuparme de mi propia salud; eso sin decir que la de mi esposo ha empeorado con los últimos tres meses y agregando que tampoco quiero esto para mis hijos.

Es difícil y lo sé. Pero todo requiere de organización como lo he dicho pero a veces las decisiones que toman por nosotros, es decir, entre Xavier y yo, no han sido las mejores y el fruto que se está dando, es que nosotros empecemos a desgastarnos.

Camine de nuevo hasta la tienda de campaña al ver que Xavier no ha hecho algún propósito por detenerme para decirme lo que le sucede, sé que es una enfermedad, pero no sé cuál y lo peor de ello, es que no puedo ayudarlo porque él, es el primero en no dejarme cruzar en su línea de límite y eso me enfada más porque sabe que puede contar conmigo en todo.

Me quito los zapatos y pronto miro a mis tres pequeños, pienso en cada uno de ellos y de la vida que llevarán cuando empiecen a crecer. Eso sin decir que Kaleb será quien tome una responsabilidad más grande al ser el futuro rey.

Suspiró y me muerdo el labio en el momento que estoy a punto de liberar un sollozo; no tengo idea en que momento las cosas empezaron a salirse de mis manos, tanto, que ahora Xavier se encuentra enfermo.

Sí fuera posible, un día de mi vida mandaría todo al infierno, pero no puedo dejar a Xavier solo en esto y tampoco puedo quitarle esta vida a mis hijos que ya ha sido tomada como su futuro camino desde que los engendre en mi vientre, solo sé que de alguna u otra manera, tengo que encontrar una solución rápida antes que todo empeore y esto empezará con hablar con Xavier.

***

Le di unas últimas indicaciones a los decoradores mientras les muestro en qué lugares necesito que cuelguen unas flores y otras, los listones dorados; me muevo de un lado a otro hasta no poder detener el paso y eso sin decir que tuve que registrar si los platos principales ya se encuentran en su lugar como las botellas de vino que pedí, son de la reserva.

Antes de poder seguir dando otras ordenes, los niños cruzaron el salón corriendo uno detrás de otro, en donde casi se me va el corazón al ver como Kaleb se deslizó con sus zapatos haciendo que él y Fionn chocaran hasta darse un golpe con una silla de tifón provocando que la mesa se moviera junto con las copas de vidrio y el jarrón de flores.

— ¡Kaleb! ¡Fionn! —camine hasta ellos para levantarlos.

Ambos pequeños empezaron a sollozar del dolor haciendo que comenzara a ver sus lágrimas hasta que observé como Kaleb consiguió un raspón en su codo y Fionn uno en su rodilla.

Suspiré molesta al saber que el piso se encontraba muy encerado y los niños se han puesto unos zapatos con suela lisa; haciendo que el resultado fuera que mis pequeños se deslizaran y no llegaran a detenerse.

Pronto observé como alguien apareció a mi lado, aquel olor que rápido identifique hizo que ni siquiera llegará a hablarle o darle la cara, simplemente me quede en mi lugar en espera que sucediera algo, ya que después de la discusión de anoche, no hemos vuelto a hablar. Xavier no tardo en tomar a Fionn en sus brazos para luego tomar la mano de Kaleb para levantarlo y así caminar con él; tuve que seguirlo para ver como soluciona el problema, lo peor es que casi lo pierdo de vista si no hubiera sido porque uno de los decoradores me detuvo a que le dijera donde puede poner la mesa de los postres, así que se lo tuve que indicar.

Después de eso, volví a perseguir a Xavier junto con los niños y antes de cruzar la puerta de su oficina, solo escuché como los tranquiliza para que no sigan llorando; como la puerta sigue entre abierta, no dude en ver desde la pequeña superficie, la manera en como Xavier cura las heridas de nuestros hijos.

Así que observo, como Xavier quita unos papeles de su escritorio para dejar a los niños encima de la tabla para luego ir hacia el mueble que tiene a un lado, saco un pequeño botiquín de primeros auxilios, sacando de este mismo, un bote de alcohol con unos trozos de algodón, para después hacer una combinación de ambos y así limpiar la herida de Kaleb; mi pequeño hijo mayor no tardó mucho en sacar un chillido de ardor pero Xavier siempre fue muy cuidadoso con la pequeña herida del codo, en donde al limpiar, saco una pequeña curita de Mickey Mouse y se la puso a Kaleb.

—Ya está campeón —Xavier le revolvió el cabello a Kaleb haciendo que se le despeinará.

Luego siguió con Fionn quien soltó unas lágrimas al sentir más doloroso el proceso de limpieza de su herida; lo más bonito de esto fue ver como Kaleb toma una curita y él mismo se la pone a su hermano menor en la rodilla para luego darle un abrazo para que dejara de llorar por el dolor. Ver esa escena casi me hace llorar a mí también pero al ver que los niños están preparados para salir de la oficina de su padre, me di la vuelta e intente huir o esconderme antes que me miren.

Escuché la risa de ambos niños hasta que desaparecieron pero no llegue a sentirme aliviada cuando me tense al sentir un sonido de carraspeo que hizo que me diera la vuelta y me fijara en Xavier, quien se encuentra de brazos cruzados.

—Creo que necesitamos hablar. —Cerré los ojos pero pronto me acerqué a él al ver que entra de nuevo a la oficina.

Sé de qué se trata la conversación que tendremos pero ahora no sé si es buena idea que haya decidido que habláramos cuando me siento nerviosa y presionada por la fiesta que será dentro de unas horas pero sí él ha considerado hablarlo ahora, es mejor que lo escuché antes que cambie de opinión.

—Debo de pedirte una disculpa ante todo —lo escuché —, sé que a diario te preocupas por mi salud y yo no soy quién te dice la verdad con respecto a las dudas que tienes. —Me mordí el labio.

No sé que decirle, en verdad no tengo el valor suficiente para decirle que ahora mismo no me siento capaz de escuchar lo que me tiene que decir.

—Aún no es de preocupar pero, he empezado a tener estrés agudo y el doctor Affleck está evitando que obtenga un estrés crónico. Y las medicinas son para eso, para tener un control porque he empezado a tener dolores de cabeza y cambios de humor. —Me quedé callada ante su respuesta. —Además, solo estoy tomando energizantes y vitaminas. Y he aumentado en la miopía de ambos ojos. —Negué molesta.

—Te dije que sucedería. —Le dije. —Pero siempre eres desobediente. —Dejó salir una risa.

—Me conoces, cielo. —Se acercó a mí. —No te lo decía porque sé que te enojarías y últimamente tienes mucho trabajo para ahora cargarte con mi estrés y mi miopía, ya es demasiado para ti. —Rodé los ojos.

—Me tenías demasiado preocupada... —asintió y agarró mis mejillas.

—Cielo, no tengo nada grave por ahora. —Le hice una mueca. —Por ahora solo tenemos que mantenernos fuertes porque se vienen tiempos duros por todo el trabajo que estamos recibiendo. —No me agrada escuchar eso.

—Ni lo menciones. —Suspiré agotada.

Necesito de unas buenas vacaciones si no quiero quedar loca con tanto trabajo. No es que me moleste tener que estar pendiente en mis propias obligaciones como reina pero a veces pienso que un respiro es lo que necesito para no entrar en conflicto con mi propia mente, en donde puedo llegar a desgastarla con todo el tiempo en que me tomo en mis trabajos y eso sin decir, que también quiero pasar más tiempo con los niños y mi esposo.

— ¿Cómo vas con la decoración de la fiesta? —hice una mueca.

—Todo bien aunque aún falta ciertas cosas que hacer —me pase la mano por la cabeza.

— ¿Te ayudo? —le di una mirada para luego negar.

—No, estaré bien. Falta poco. Solo hay que mantenernos al tanto que los niños no tomen una siesta o sino tendremos problemas para llevarlos a dormir. —Me acaricio el cuello.

—Pero creo que Nadia puede hacer eso por nosotros —intenté no reírme pero él notó que casi estuve a punto de hacerlo.

—Xav, ¿lo dices en serio? —Encogió los hombros. —Te recuerdo que los niños siempre se libran de ella y no sé cómo hace ese trío para salirse con la suyas. —Camine hasta la puerta.

—Mmm... Quizás sea hereditario, ¿no te recuerda a alguien? —Reí.

Bien... No puedo negar que los niños tienen eso de mí, de escaparse y hacer lo que quieran como si les resultara más fácil desobedecer a sus padres que cumplir con las reglas establecidas que les hemos dado. Realmente no me imagine que esto podía ser un poco problemático porque a veces ellos se toman en serio lo de esconderse y de ir de abajo hacia arriba por todo el castillo como si aún no creyeran que este lugar es su casa; mientras tanto Xavier y yo los buscamos como unos locos hasta tener que pedir ayuda de los guardias para que los lleven hasta nosotros.

—Son niños —puse de excusa para no dar mi brazo a torcer que sea mi culpa que nuestros hijos sean como yo.

—Eso dirás ahora, cuando sean adolescentes y se nos escapen de nuestras manos ya no dirás eso. —Me reprendió con burla.

—Gracioso. —Rodé los ojos.

Antes de irme, camine de nuevo hasta él, le di un beso en la mejilla para así, regresar a mi obligación de terminar con la decoración de la fiesta. Si no lo hago en este momento, sin lugar a dudas, me retrasaré en muchas cosas y por ahora, no quiero que eso suceda.

(...)

Observé como Xavier lleva en brazos a Kaleb, el pequeño se ha quedado dormido muy rápido que al parecer se siente cómodo al ser cargado por su padre; pronto los alcanzo para darle un beso en la cabeza a nuestro hijo y ser tomada de la mano de mi esposo.

Abre la puerta de la habitación de Kaleb y al cerrarla, caminamos juntos hasta su cama, en donde al dejarlo acostado, Xavier le desataba las cuerdas de los zapatos a nuestro pequeño mientras busco entre en las gavetas del armario una pijama para el futuro rey de Nueva Erlanwood, en donde no dude en sacarle su favorita que se trata de una pijama con estampado de carritos.

Xavier le quito la camisa y el pantalón con mucho cuidado para no despertarlo y así yo ponerle la pijama; el mayor de sus hermanos solo dejó ir unos movimientos y achicó sus ojos hasta darse vuelta en la cama y volver a quedarse dormido; Xavier no tardó mucho en ponerle la lámpara de luces neón con dibujos para que así terminar de arroparlo.

Le dimos una última mirada a nuestro hijo para así salir de la habitación, espero que todos se durmieran y no lleguen a despertarse con el ruido de la música de la fiesta; así que mientras entrabamos esta vez a nuestra habitación nos aseguramos en apresurarnos porque ya falta poco para que los invitados lleguen.

—Falta poco y aún no me he dado un baño para proseguir con lo demás. —Empecé a quitarme las horquillas del cabello haciendo que varias de ellas se quedaran entrelazadas con otras hasta arrancarme un par de mechones que me dolieron con el alma.

—Ven aquí, cariño. Te ayudaré. —Xavier no dudo en reír.

Me acerqué a Xavier y él sin problemas empezó a quitar cada una de las horquillas en donde las fue tirando en el tocador, movía la pierna con tanto nerviosismo que me pregunte porque siempre Marco me pone tantas horquillas en el cabello como si intentara mantener quietos aquellos mechones que suelen levantarse por sí solos, pero el problema continua cuando Calvin me pone gel o spray en el cabello haciendo que se quede asentado.

—Ya está. —Xavier quito las últimas.

— ¡Dios! Hemos perdido muchos minutos —dije agitada —. Y aun debo de bañarme. —Dije preocupada.

—Tengo una idea —dejé de correr para verlo a los ojos.

— ¿Alguna buena idea para que salga a tiempo? —observé como sonreía.

—Bañarnos juntos. —Achique los ojos.

—Que gracioso, Xav. Si entro justo ahora a la ducha contigo, es posible que nunca lleguemos a la fiesta. —Terminó por soltar una carcajada.

Observé como se ríe y pronto agarra su ropa, zapatos y otras cosas para caminar hacia la otra habitación de al lado; no miento cuando digo que nos podemos tardar más en presentarnos a la fiesta sí entramos a bañarnos juntos, ya que en otra ocasión no habría ningún problema, simplemente creo que no es el momento para tomar esa idea y compartirla con él y lo digo por el hecho de que ya lo hicimos una vez y llegamos trece minutos tarde a una reunión en donde mencionamos diferentes excusas que ninguna de ellas coincidió con lo que quedamos para decir.

—Le diré a tu personal que te espere. Necesitaras su ayuda —me guiñó el ojo.

—Gracias. —Le sonreí antes de ir al baño.

—Y cielo... —me di la vuelta para verlo. —No tardes mucho en bañarte. —Asentí riendo.

Apenas llegue a meterme al baño cuando me quite la ropa y así, entrar a la ducha. Tuve que hacerme un baño rápido porque no me queda mucho tiempo, tuve que lavarme en menos de quince el cabello y el cuerpo, aunque yo siempre he sido paciente para las duchas, esta vez, no fue así.

Cuando salí del cuarto de baño, ya todo mi personal se encuentra en la habitación, desde Calvin y Marco, continuando con Sasha y Candy, y por supuesto Sky y Dina. Es poco decir que mi personal con el paso de los años me fue conociendo mejor hasta ya no decirle que es lo que me gusta y no me gusta. Eso convirtió las cosas más sencillas que tampoco fue inevitable ver como mi propio personal en ciertas ocasiones cuidan a mis pequeños.

Es gracioso ver como Calvin intenta arreglar el cabello de Kaleb o Fionn o como Marco que siempre le hace las coletas preferidas a Valentina. Y eso sin decir que Sasha y Candy les diseñan y hacen excelentes estilos de ropa. Sky sin lugar a dudas, les busca siempre zapatos cómodos y resistentes y Dina, que no tarda en siempre buscarles algún collar o una pulsera, eso sin decir que ella ya ha empezado a buscarles el tipo de joya y corona que los niños tendrán que usar.

—Bueno su majestad, empecemos antes que usted comience a sentirse impaciente. —Habló Calvin al alzar una secadora y una plancha de cabello.

Sonrío para luego sentarme en la silla que esta frente al tocador, antes de poder decir alguna palabra, todo mi personal empieza a moverse haciendo que solo ría y termine por dejarme peinar y vestir como ellos siempre lo han planeado desde que llegue a sus vidas.

(...)

—Majestad, la fiesta le ha quedado maravillosa —murmuró el rey Dalton de Islas Solitarias.

Le agradezco a uno de los invitados de la fiesta para seguir caminando a través de cada mesa agarrada del brazo de mi esposo. Hace varias horas que la fiesta comenzó y hasta el momento todo ha ido de maravilla, tanto que estoy muy feliz para no sentirme satisfecha de otra de mis creaciones.

Además de recibir buenas críticas de la comida, del ambiente, la música y el servicio, la mayoría de los invitados se ha llegado a detener en decirme demasiadas cosas buenas que han observado durante el transcurso de la fiesta; por lo menos puedo decir que todo lleva un buen curso que para dentro de unas horas las subastas de algunos objetos valiosos quizás haga que llegue a la meta que he planeado.

— ¡Qué gran fiesta! No tengo porque dudarlo cuando sé que la reina Kiara hace las mejores fiestas del año —sonreí ante el comentario de Leandro.

—Gracias. ¿Cómo se encuentra Matías? —pregunté por el hijo de él y su esposa Rosaline.

—Muy bien, apenas ha comenzado a hablar y ahora parece no dejar de repetir las palabras mamá o papá. —Dijo con orgulloso, Leandro.

—Y eso que aún falta cuando veas que dé sus primeros pasos —comentó Xavier.

—La verdad, cuando Leandro escuchó que Matías le dijo papá, casi le hace un llamado a todo el país para que llegará a saber de la noticia. —Compartió la experiencia Rosaline.

—Por Dios Leandro, parece que te conmocionaste con la noticia —reí ante el comentario de mi esposo.

La verdad es que ver crecer a nuestros hijos es una gran bendición. Cada día además de aprender a ser padres también disfrutamos de las maravillas que ellos nos muestran como hijos.

Nos quedamos hablando un rato sobre los niños cuando Xavier sugirió que comenzáramos con la subasta, así que cortando aquella conversación interesante; empezamos a llamar a todos los invitados para que se quedaran en sus asientos y así sacaran las paletas con sus números para que fueran participes de la subasta.

Antes de comenzar, di unas palabras como agradecimientos que todos hayan llegado y estén colaborando con la recaudación de fondos para los niños con leucemia; cuando termine, empecé a subastar la primera cosa, la cual es una corona de laurel de oro con pequeños detalles de rubíes con esmeraldas.

Apenas la oferta comenzó con 1000 coronas cuando el precio fue subiendo con cada participante de la subasta alzaba su paleta y decía una mayor cantidad que la del participante anterior.

—La última compradora, la reina Hilda ha dicho una cantidad de 150,000 coronas, ¿quién da más? —pregunté antes de hacer el conteo —A la cuenta de 1... 2... y 3 —termine por decir. —Vendida a la reina Hilda. —Señale con la mano.

Realmente las cosas que se venderán sé que tendrán montos altos y bajos a la vez, así que no tengo porque preocuparme si hay cosas que no se venden con costos altos como la corona de laurel que es uno de los mejores diseños que se pueden encontrar en el país al ser elaborado con oro y piedras preciosas.

Y así las horas prosiguieron poco a poco, tanto que no me di cuenta cuando ya llevábamos más de la mitad de las cosas vendidas que hemos puesto a subastar.

Antes de poder hablar de nuevo y proseguir con la subasta, escuche a lo lejos una palabra que ya se me hace muy común escucharla, tanto que a veces no sé si es mi imaginación o es real, porque por un lado me encanta escucharla de la boca de mis hijos pero siendo ya pasadas de las diez de la noche, se me hace extraño escucharla.

— ¡Mami! —me detengo y giro mi cabeza a los lados.

—Kiara... —vuelvo a girar mi rostro al escuchar a mi lado mi nombre hasta que observó cómo Neil me señala a un lado.

Y es entonces que observo a mis pequeños trillizos descalzos y con sus pijamas; pero eso no es lo que me impacto sino que fue ver que Kaleb está jalando una de sus carretas rojas mientras que Fionn la empuja desde la parte de atrás y Valentina es quien se encuentra adentro con varios juguetes en su alrededor.

—Mami, queremos vender estos juguetes... También queremos ayudar —menciona Kaleb.

—Tenemos muchos y quizás otros niños los quieran. —Dijo Fionn.

—Si mami, déjanos ayudarte. Por favor —Valentina hizo ojitos de perrito.

Escuche como varios invitados dejaron ir unos soniditos de ternura al ver como mis trillizos se presentaban a la fiesta de forma inesperada. Pronto Xavier se acercó a mí y llegó a sonreírme al haber escuchado lo que también dijeron los niños; muchas personas a ver a nuestros pequeños tomando la voluntad de ayudarnos con cosas sencillas y pequeñas no tardaron en empezar a decir ciertos comentarios positivos, haciendo que le volviera a dar una mirada a mis pequeños hijos mientras que veo como Neil y Wayberly empezaron a reírse como si hubieran llegado a saber que eso sucedería.

—Papi, ¿esto es suficiente o podemos ayudar en más cosas? —le preguntó Valentina a su padre.

—Es más de lo que te imaginas, princesa. —Él le guiñó el ojo a la pequeña niña de la familia.

—Debemos llevarlos a dormir. Sabes que no pueden desvelarse —le susurré a Xavier en el oído.

—Déjalos cariño. Pronto se sentirán cansados que por su cuenta se dormirán. Así que los supervisaré mientras sigues con la subasta, ¿sí? —me habló de la misma manera.

—Está bien. —Le sonreí.

Dejé que los niños se quedaran a mi lado para que fueran parte de la subasta a pesar que ellos no entendieran mucho de eso, de todas formas tenerlos a mi lado es un gran apoyo y a la vez me hace sentir segura que por lo menos están bien. De todas formas, tiene razón Xavier, y es que no duraran mucho tiempo en seguir despiertos.

Lo bueno es que, está fiesta será mejor de loplaneado. Ya que la familia Ravenscroft Leaky esta junta y no hay nada que esointervenga ahora.

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Holis!!! Bueno, sé que he tardado muchoooo tiempo en subir un nuevo extra, pero he tenido algunas cosas que hacer con otras novelas que he llegado a descuidar esta, tanto que no debería hacerlo. Pero les recompensaré con dos cosas, una sorpresa que espero que les guste y dos espero que antes que termine la semana, les llegue a poner el  nuevo extra que trae también muchas sorpresas.

Espero que les haya gustado este nuevo extra!

Y esperen pronto la sorpresa, bueno, puede que se las dé como un regalo de adelanto de navidad... Así que prepárense para lo que vendrá!

Y también quiero pedir de corazón que oren por una amiga, que por circunstancias de la vida, un familiar de ella acaba de obtener Dislexia, algunas personas sé que pueden verlo como una enfermedad, pero no es así, la dislexia es mucho más que un problema que sé da en cualquier edad joven en las personas y ahora en día, no muchas personas comprenden que estás personas son especiales, no por su problema, sino porque muchas personas han salido adelante con ello, ellas sobresalen de alguna manera y a veces no valoramos correctamente sus habilidades y condiciones; estás personas necesitan en ciertas ocasiones nuestra ayuda, no con cosas grandes, pueden ser pequeñas que mejoraran su estado. Sin lugar a dudas quizás a veces, no recibamos nada a cambio, pero en algún momento algún deseo o sueño que quieran cumplir, lo recibirán como un milagro por esa pequeña ayuda que le dieron a la persona. Esto solo lo digo para hacerle conciencia a personas que conocen o no este problema, no lo vean como un defecto, sino que una manera de querer y valorar más a estás personas. Porque de alguna manera, son iguales a nosotros y por eso deben de tener el mismo trato.

  Les deseo un bonito casi comienzo de fin de semana :)  

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