La Primera Navidad 🎄

Termino por meter al horno unas galletas de jengibre para esta noche, solo faltan unas horas para navidad y cada vez me emocionó más al saber que pronto mi familia llegará junto con la de Xavier.

Es asombroso como ha pasado el tiempo, los tres meses que ha pasado desde mi matrimonio, no puedo decir que todo ha sido de color de rosa porque a pesar que entre Xavier y yo ha habido algunas diferencias, pero lo bueno de ello es que las hemos solucionado de una buena forma.

Hace poco su padre le comentó que dentro de dos años, él llegará a descender el trono, donde esta vez, si llegará a ser el rey de Nueva Erlanwood. Realmente, no es algo que a Xavier le emocioné aún hoy en día, creo que él se lo llegó a tomar más calmado que yo con la noticia y aunque comentó que ahora su padre lo va a llegar a entrenar más de lo normal, parece que a él no le queda otra opción aceptar para elevar su rendimiento académico para que cuando llegué el día de la coronación, él ya se encuentre preparado.

Ahora que soy parte de la familia real, la mayoría de empleados del castillo me dicen alteza; ya tenía pensado que eso iba a suceder pero el problema es que sigo sin acostumbrarme haciendo que siempre a cada uno de ellos le recuerde que me llamen por mi nombre. Además de decirme ese título, del cual mi esposo me dice que me deba de acostumbrar por el hecho que nunca me lo dejarán de decir por otorgarme respeto, agregando también que tampoco puedo hacer cualquier cosa de la cual se vea implicada a hacer un oficio en el castillo, no me dejan arreglar la cama, no me dejan cocinar, no me dejan limpiar algunas salas, ni siquiera puedo tener un momento de privacidad cuando ya tengo a Florence detrás de mí, esperando que le dé una orden.

Sí, Florence, mi antigua ama de llaves regreso para encargarse de su trabajo; cuando llegué a saber que ella volvería, me dio mucha alegría pero a la vez, me sentí mal al imaginarme que Ashley ya no estaría aquí y ya no tendría trabajo; eso lo que hizo fue que comenzará a buscarle un trabajo a ella para que aún llegará a tener dinero y así ayudará a su familia con los ingresos; lo bueno de ello es que Xavier me comentó que Christian Cox necesitaba una niñera para sus hijos, ya que la antigua se había marchado por asuntos familiares, así que como conocía bien a Ashley y ella es una persona muy joven y fuerte para llegar a cuidar a unos niños, a ella le propuse ese pequeño empleo y si aceptaba, yo podía hablar con Christian Cox para que le diera el empleo.

Y así fue como ella obtuvo pronto un nuevo empleo y por lo que he escuchado, le va muy bien con los niños quienes pronto se encariñaron con ella.

Pero volviendo al asunto anterior, ser la esposa del príncipe ha cambiado de una manera muy radical mi vida, mi familia también ha tenido que soportar ese gran cambio del cual ahora han comenzado a acoplarse para no sentirse de una manera extraña.

Desde hace un mes ellos se fueron a vivir en un territorio pequeño del castillo, siempre siendo propiedad del rey Arturo, bueno propiedad de reyes pasados del cual Xavier heredara, pero el caso es que, mi familia prefirió vivir en esa casa... Bueno en realidad, casi viene siendo una mansión pero de campo porque está lejana de la sociedad y para ser verdad, creo que a ellos les encanta demasiado, el hecho de no ser perseguidos por las cámaras hasta ese lugar como también tener una vida de campo es lo que ellos siempre querían aunque mi hermano a veces suele ser un poco moderno como mi primo.

Desde luego, ambos han empezado a estudiar en una prestigiada universidad, aunque por un lado, ellos tuvieron que hablar con el director de la institución, por el hecho de que ellos tenían la necesidad de entrar por su nivel de inteligencia no por ser parte de la familia real, así que les hicieron exámenes donde ambos salieron con puntajes altos en las notas, a su vez, llegaron en un acuerdo con el director, el cual consistió en que también les dejará pagar una parte de la universidad tomándola la otra parte como una media beca, ya que al parecer tanto mi hermano como mi primo, no querían entrar también de gratis sino que por lo menos que el estudio fuera pagado de una manera justa.

Desde luego, esta vez hice unos pequeños cambios con respeto a la navidad, que quiero decir con esto, que hice que Xavier me acompañara a poner los arreglos navideños y el árbol de navidad. No es la primera vez que él lo hace pero por lo que me dijo, dejó de hacerlo en su adolescencia cuando su padre le dio más obligaciones, apartándolo de los arreglos de los días festivos.

Ese día había sido tan maravilloso que con solo recordarlo una sonrisa aparece en mi boca haciendo que se amplié al recordar como luego el rey Arturo acepto que la mayoría de empleados pasara la navidad con su familia mientras yo me encargaba de la cena navideña. Había sido una difícil decisión para el rey Arturo, por el hecho que sería la primera noche en que sus empleados no le servirían la comida pero como le dije desde un principio—porque yo fui la de la idea—que todo lo voy a tener a bajo mi control. Así que solo espero que las cosas salgan mejor de lo que yo quiero.

— ¿A qué se debe esa sonrisa?—Sentí las manos de Xavier, rodear mi cintura y luego acercar su cuerpo al mío.

—Que fue divertido ver cómo te resbalaste con unas de las bolas que se cuelgan en las ramas del árbol de navidad—empecé a reírme.

—Que graciosa—hizo una risa falsa.

—Lo lamento, pero es algo que no olvidaré—sentí su suspiro en mi cuello.

—Cambiando de tema, ¿cómo vas con la cena?—preguntó animado.

—Ya casi termino, las galletas estarán dentro de poco tiempo y empezaré a servir la mesa. —mencioné aun encargándome de poner algunos alimentos en los platos.

— ¿Necesitas de ayuda?—Me doy la vuelta para verlo.

—No, puedo sola—le guiñé el ojo.

Sonrió mientras asentía y luego me soltaba de la cintura para poner sus manos alrededor de mi rostro, acariciando mis pómulos hasta dejar un beso en mi frente.

—Apresúrate o sino todos empezaran a tener hambre de monstruo—empezó a salir de la cocina.

—Que aliento me das—dije con ironía y risa al ver que se marchaba.

Por otro lado mi tardanza había sido porque después del almuerzo había ido al cementerio a ver las tumbas de la reina Valentina y de mi hermana, por ser época de invierno no puedo llegar a dejarle flores, así que lo único que hago es apartar la nieve que se encuentra cubriendo su lápida, me quedé unos minutos con ambas personas para solo guardar silencio y admirar aquel lugar en donde se les conmemoraba una visita a las personas que ya se han ido de nuestro lado.

Xavier y yo hemos pensado en hacer una pequeña lápida para Stephene, aunque la idea no esta tan mal y ella hace días no aparece en mis sueños llevándome la contraria por esa decisión, aún Xavier no se atreve a mencionarle ese tema a su padre, por un lado, las cenizas de su hermana están con su madre porque después de todo, yo las desenterré cuando se encontraba bajo aquel árbol para luego ponérsela encima de caja de la reina Valentina para que ahora ambas estuvieran juntas, pero con solo pensar que sería justo mandar a hacer una la lápida para ella para que esté junto a su madre, primero es de tener que discutirlo con el padre de mi esposo y posiblemente con los del parlamento, quienes si se enteran, se preguntaran quien es Stephene.

Dejo ir un suspiro al darme cuenta de lo mucho que las cosas han ido cambiando con su tiempo sin importar la situación en la que me haya encontrado. Lo bueno de todo esto es que con el paso del tiempo sigo aprendiendo nuevas cosas.

Ahora ser una princesa es un gran cargo, mis estudios han aumentado el doble, los deberes que debe de llevar una princesa cada vez me los dejan ver más claros que el agua y por supuesto, las horas de descanso se hacen limitadas; es difícil no lo voy a negar pero creería que me he sentido preparada cada momento para esto, sí los muchos trabajos diarios que tenía en mi clase no me llegaron a destruir, tampoco creo que mi nueva vida lo haga también.

(...)

Me aplico una crema en mi cabello para que se vea húmedo, puedo decir que últimamente mi cabello se ha vuelto un poco rebelde, ya que si antes, se me complicaba mucho en desenredármelo con el peine, ahora no se diga que he comenzado a coleccionar más nudos de lo normal, haciendo que esto, moleste muchas veces a Calvin cuando intenta hacerme un nuevo peinado.

Es mi primera vez que llegó a peinarme, maquillarme y vestirme sola sin que uno de mis ayudantes lo quiera hacer por mí; ahora tener que depender de más personas que antes, se me ha vuelto un agobio y aunque las razones sean demasiado sinceras, debo de tomar en cuenta que ellos no tienen la culpa de tener que seguir su propio protocolo de trabajo.

—Estás muy hermosa—dejo ir una sonrisa al ver a mi esposo apoyado en la puerta de nuestra habitación.

—Si te soy sincera, esto del maquillaje y de elegir un buen vestido, parece no ser fácil—me pase la mano por mi cuello.

Dejó ir una risa mientras se fue acercando a mí, cuando llegó solo me tomó de la barbilla para luego hacer que la levantará y mis ojos pronto se posicionaran en el espejo. Su cercanía empezaba a dejarme sin aire y más porque su perfume empezaba a encantarme cada segundo más.

—Estás perfecta cariño, además me encantas más así que cuando tu personal te arregla—me dio un beso en mi sien derecha.

Xavier y sus métodos de elevar mi felicidad y autoestima, no podía creer lo fácil que es caer en sus palabras pero lo que más me encanta es que siempre ha sido muy sincero conmigo.

— ¿Ya llegó mi familia?—le pregunté.

—Sí, nos están esperando abajo—me dio la tiara que se encontraba en la cama.

La tomé de sus manos para acomodarla en mi cabeza y así poder terminar con mi sesión de peinado. Me di otra mirada en el espejo antes de sentir como Xavier me pone su mano en mi cintura baja y me hacía caminar a su lado; sé que mi esposo es muy puntual a la hora de llegar a una reunión y más si se trata de un familiar; así que mientras bajábamos las escaleras de la segunda planta para llegar a la primera, escuché como me llegaba a hacer una pregunta la cual me hizo reír.

— ¿Desde cuándo tu hermano tiene novia?—encogí los hombros.

—No sé, Johann tiene la habilidad de encantar a las mujeres con facilidad—ambos reímos.

—Creo que tú también tienes esa habilidad—enarqué la ceja.

— ¿De encantar a mujeres? Huy sí, si te has dado cuenta, la mayoría de jóvenes que siguen enamoradas de ti, me odian a morir—le murmuré.

—No cielo—rodó los ojos con risa—, quise decir que tienes esa misma habilidad que tu hermano pero con la diferencia de que tú encantas a los hombres—hice una mueca para que esta terminara siendo una carcajada.

Me acerqué a Xavier y empecé a tocar sus mejillas luego quedarme mirándolo hasta que le robé un beso de forma desprevenida que lo dejó casi impactado por mi acción.

—Haz perdido la cabeza. —Le sonreí.

— ¿Lo crees?—me miró confundido con mis palabras.

—Creo que sí, que has perdido la cabeza, estás completamente loco. Pero te diré un secreto: las mejores personas lo están. —Le di un beso en su mejilla, tomé su mano y lo hice caminar.

—Ahora vamos con Alicia en el País de las Maravillas. —Escuché que dijo. — ¿Cuándo empezaste a leer Lewis Carroll?—preguntó con interés.

—Hace tres días y considero que voy por un buen camino con los libros—le sonreí como una niña

—Tienes suerte de tener en manos los primeros libros originales que salieron en venta—comentó.

—Ya no me sorprende nada—le saqué la lengua.

—Te vas acostumbrando. Fue lo que te dije—me guiñó el ojo.

Ambos entramos al salón en donde se impartirá la cena navideña, en cada silla pude visualizar a mis padres, a mi hermano y lo que parece ser su nueva novia, a mi primo y lo que parecía ser su acompañante, al rey Arturo, los abuelos de Xavier y por supuesto todos su tíos, tías y primos y primas.

Al vernos, cada uno de ellos se levantaron a saludarnos, con la familia de Xavier es fácil de tratar ya que todos tienen las mismas cualidades de su madre, generosos, buenos y amistosos; eso hace que me sintiera segura de poder tratar con cada uno de ellos de una forma agradable, no hace falta que trate de poder entrar a esa comunidad de personas porque todos te abren las puertas de su casa con alegría y cariño; además, siempre estoy encantada que cada una de sus tías me ofrezcan sus postres para luego hacer que decidiera cuál postre es el mejor de todos, lo cual siempre me hace reír y dudar de mis propias palabras, por eso es que nunca les daba una respuesta por la idea de no quedar mal con ningún postre y a su vez, dejarles con esa duda.

—Antes de comer, es bueno que hagamos una oración de gracias por la comida y el bienestar de todos. —Dijo la señora Moniqué, la tía muy religiosa de Xavier.

Todos, hasta los niños más pequeños que son los hijos de los primos o primas de Xavier, juntaron sus manos para empezar a orar. La señora Moniqué fue quien dirigió la oración mientras todos manteníamos la cabeza agachada y con los ojos cerrados al escuchar cada palabra de aquella señora que reconocía que si es más religiosa que mi madre, ya que mayormente entregaba su vida a la iglesia del lado Norte de la clase alta, su esposo, el señor Gabe; trabaja siendo doctor y no solo eso, él hace mención que su esposa ahora ha comenzado a crear un club de jóvenes para que se integren a la iglesia, ya que su último trabajo fue hacer un coro para una iglesia que ha sido remodelada a unos kilómetros de su casa.

—Amén.

—Amén. —Dijimos todos al mismo tiempo.

Todos empezaron a tomar diferentes tipos de comida que he llegado a hacer desde la mañana; alimentar aproximadamente a veinte personas no es algo que tenía en mente desde que desperté pero me sentía feliz de que la comida haya salido a tiempo y que tenga un buen sabor.

—Oye Johann, ¿no me presentaras a tu acompañante?—por no decir novia.

—Lo siento—sonrió como tonto.

Demonios, seré yo o mi hermano tiene ese gesto de chico locamente enamorado. Tengo que tomar nota de este día, el cual será conmemorado como el día en que mi hermano parecía tener un enorme interés con esa mujer.

—Kiara, te presento a Melody, Melody, ella es mi hermana, la princesa Kiara.

Preferí no tirarle una aceituna en la cara a mi hermano por sus tonterías, debo de ser educada, por lo menos tengo la idea que cuando se marchará le tiraría una bola de nieve en su cabeza, se lo merecía y no solo eso... mucho más por seguirme molestando por llamarme princesa.

—Mucho gusto Melody. —Le saludé.

—Mucho gusto su alteza. —Vamos por mal camino si sigue teniéndome respeto de esta forma.

—No tienes por qué decirme así, eres la novia de mi hermano...—observé como ella se sonrojo—o bueno, creo que me apresuré—escuché la risa de Xavier al lado de mí.

—Solo somos amigos por el momento—musitó con vergüenza.

—Y esta es la parte en la que mis familia me avergüenza—Johann escondió su rostro mientras se cubría el rostro con una de sus manos.

Le pise el pie por debajo de la mesa a mi hermano haciendo que él se llegará a quejar en voz baja para luego achinar sus ojos y darme esa mirada de muerte a la cual me hace entender que está molesto conmigo.

—Ups, lo siento. Creí que había pateado otra cosa. No me había imaginado que había sido tu pie—le hice una cara de horror.

—Como siempre de patuda hermanita—sonrió con molestia mi hermano.

—Sí, lo lamento. —Intenté no reír al seguirle haciendo gestos de horror a él.

¿Habría un día en qué ambos no nos comportáramos como unos niños? Él con 21 años y yo con 18... Creo que no llegaremos a madurar aunque pasará diez años más. Es más probable que seguiríamos siendo Johann y Kiara, los dos hermanos adultos pero con mentes de niños.

—Kiara, tu pavo esta delicioso. —Señaló la señora Eloise con un rostro muy alegre.

— ¿Kiara ha hecho la comida?—resaltó Mary otra prima de Xavier.

—Sí, ella ha hecho todo esto. —Declaró Behati, hermana de Mary.

— ¡Te ha quedado estupendamente deliciosa!—casi lo grita con emoción.

—Gracias, aunque el crédito se lo debo de dar a la mejor cocinera del país—miré a mi madre.

—Haz hecho de Kiara una gran mujer muy preparada para mi nieto, Aurora—le dijo la señora Eloise a mi madre.

—Gracias, pero también el resto de mi familia ha hecho algo por ella—miro de forma cómplice a mi padre con amor.

—Tiene razón—terminó por decir la señora Eloise.

Todos seguimos disfrutando de la cena mientras aún muchos comentarios sobre mi comida llegaron haciendo que la mayoría de ellos fueran elogios que me hicieron reír cada momento.

—Y ¿cuándo piensan tener hijos?—Intenté acallar la respuesta de aquella pregunta tomando vino.

Xavier regreso el vino a la copa cuando su tía Beatriz nos preguntó acerca de ese tema que seguimos evadiendo muchas veces ya no solo con nuestra familia, sino que también cuando tenemos alguna entrevista televisiva o nos llegan algunas preguntas por radio nacional. Lo peor de ello, es que ambos aún no nos hemos acostumbrado con esa pregunta, es decir, no es que no queramos tener hijos, simplemente aún no los queremos tener; ya que primero quiero seguirme adaptando a la idea de ser princesa, segundo Xavier ha propuesto a que esperemos unos años hasta aceptar que ya estamos preparados para considerar más la idea y luego de estar estables emocionalmente y con nuestro trabajo pueden venir los hijos.

—Comenzamos con lo mismo—musitó Xavier al rodar al mismo tiempo sus ojos.

—Es cierto, ¿han pensado en cuántos tener?—preguntó el señor Morrison tío de Xavier.

Miré a Xavier y él me dio una mirada de perdón al darse cuenta que su familia comienza a intentar sacarnos respuestas sobre el tema de nuestros futuros hijos. Tomé su mano que se mantiene en su rodilla para luego mirar a su tío, el tercer hermano de su madre.

—Hemos pensado que tres. —Le respondí sin ninguna duda.

—La guardería... —se burló Johann por lo bajo haciendo que lo mirara con seriedad.

— ¿Tienes algún problema en que llegues a tener tres sobrinos?—le dije molesta.

—No, yo solo digo por el hecho de que me asombra la cantidad cuando aún no has tenido ninguno y ahora te ves segura de querer tener tres—enarqué la ceja ante la respuesta de mi hermano.

— ¡Que emoción! Tres bisnietos—aplaudió con emoción la señora Eloise.

—Y ¿cuándo empezarán con la tarea?—me admiré con lo que decía mi madre.

— ¡Mamá!—sentí mis mejillas arder.

—Recuerda hijo que no siempre serás joven—se unió a conversación el rey Arturo.

—Papá, tengo 22 años...—Xavier le dijo con seriedad. —Cuando nací, tú tenías 24.

—Y creo que me tardé mucho con tu madre para tenerte—Xavier bufó molesto al darse cuenta que su padre no cedía a sus palabras.

—Hemos pensado con Xavier que aún no es el momento. —Dije con decisión a lo que todos se admiraron.

—Sí, además solo llevamos tres meses de casados. Creo que aún no es el momento, si pensamos tener pero con tiempo. Necesitamos madurar, tener hijos es una gran responsabilidad y aunque todo el mundo diga que no hay un manual que nos convierta en padres perfectos, es necesario que nuestros hijos nazcan en un buen ambiente. —Me ayudo Xavier.

—Está bien, pero espero conocer a mis bisnietos antes de que muera—nos dijo la señora Eloise con drama.

—Abuela, estás bien de salud. Los conocerás—le dijo Xavier a su abuela.

—Eso espero, después no me vengas diciendo que los tendrás cuando tengas treinta años que te obligaré a tenerlos—le señaló con el tenedor la señora Eloise.

— ¿Qué te parece si le aumentamos otros cinco años más? Dicen que cuando se engendra un bebé después de los treinta es posible que termine siendo muy inteligente—reí ante el comentario de Xavier.

—Deja de hacer sufrir a tu abuela, además es mejor no pasarnos de los treinta años—fue el siguiente en reír.

—Es divertido cuando te das cuenta que puedes tener el poder de algo. —Empezó a masticar un pedazo de pavo.

— ¿Perdón? Estas hablando de mis futuros hijos. —Me hice la ofendida.

—Nuestros, cariño. Nuestros. —Puse los ojos en blanco al ver como puntualizaba más la palabra.

(...)

Después de una maravillosa cena en la cual nos divertimos contando chistes y muchas anécdotas pasadas, llegó el postre siendo un pastel de caramelo del cual todos degustaron con felicidad, no puedo creer que mi cena ha llegado a ser mejor de lo que ha pensado y no solo eso, todos llegaron a disfrutar de la noche que no hubo ni una tristeza en todo el momento.

Cuando llegó la hora de despedirnos porque cada quien volvería a su casa, casi me dio risa por tener que estar diciendo a cada momento los nombres de todos los primos y primas de Xavier como también de los hijos de ellos y por último de sus tíos y tías quienes agradecieron mi cena y yo les agradecí su compañía.

Al despedirme de mi familia, le di un enorme abrazo a mi hermano, ambos podemos ser diferentes pero si hay un enorme lazo de amor que no nos separa ni una pelea; al verlo que se va con su acompañante Melody, tomé un poco de nieve, lo hice bola y termine por tirárselo en la cabeza haciendo que me mirará serio pero no reaccionará de la manera que esperaba; quizás es porque tiene a su lado a su futura novia y no quiere quedar mal con ella.

—Saben. Pueden comenzar con la tarea de ser padres esta noche...—me cubrí la boca con mi mano ante lo que decía Israel, el primo de Xavier.

—Y sí tu no mueves tu trasero, yo seré quien lo haga por ti—Xavier le respondió con una sonrisa molesta a su primo más cercano.

—Yo solo lo comentaba por si querías...—lo interrumpió Xavier.

—Adiós Israel, nos vemos otro día. Te quiero, ahora ve a dormir como el resto de los niños de la familia. —Xavier empujó con cariño a su primo fuera de la casa.

—Adiós Kiara. —Se despidió Israel.

—Adiós. —Le dije.

— ¡Oh mi querida niña! La cena estuvo excelente, hace tiempo que la familia no había permanecido tan unida—me abrazó la señora Eloise.

—No debe de agradecerme. También su nieto y su yerno aportaron en la idea. —Mencioné a Xavier y al rey Arturo.

—No me mientas que sé que esta fue tu idea. —me susurró en el oído.

—Está bien. La mayor parte sí. —Le sonreí de forma inocente.

—Cuídate preciosa. —Me dio un beso en la mejilla para luego tomar el brazo de su esposo.

Cuando todos se marcharon empecé a recoger los platos de la mesa, el rey Arturo se despidió de mí y de Xavier para luego irse a dormir; sé que mañana será otro día muy duro cargado de tareas reales para él.

Al quedarnos Xavier y yo a solas, él se acercó a mí, me tomó de la cintura y me acercó a su cuerpo para empezar a besar mis labios con ternura.

—Por fin a solas, sin ruidos, sin preguntas y sin respuestas incomodas que dar. —Negué a lo que dice.

— ¿Qué te pareció la cena?—empezó a pensar.

—Perfecta. Si mamá estuviera aquí, juraría que ahora mismo se iría a la cama con una enorme sonrisa en su boca. —Dejé ir un suspiro de alegría.

—Y Sofía con un estómago llenó de pastel—ambos reímos.

Xavier me dio una mirada llena de amor que hizo que pronto me perdiera en sus hermosos ojos y solo tuviera ganas que el tiempo se detuviera y llegáramos a permanecer abrazados, mientras el silencio de la sala en donde se encontraba el árbol de navidad nos acompañará y la leña de la chimenea se quemaba provocándonos calor.

—Gracias cariño. Ha sido una estupenda navidad. La mejor de todas hasta el momento—ya me puedo imaginar porque lo dice.

—Gracias cielo. —Le agradecí su elogio.

Me besó de manera lenta y dulce haciendo que pronto chocáramos con la mesa de comida y yo dejará ir una risa.

—Tengo que levantar y lavar los platos. —Me retiré de su agarré antes que él me tome por sorpresa y olvide los platos sucios.

—Pueden hacerlo mañana los empleados—mencionó para convencerme.

—No cariño, no les dejaré este duro trabajo—le dije ordenando la mesa.

—Kiara...—dijo con suplica.

—Está bien. —Mostró una esperanza en sus ojos. —Como estoy muy cansada y no quiero agotar mis últimas energías te lo dejó todo a ti. —Le dejé un plato en sus manos mientras empezaba a caminar en dirección contraria a la puerta que va a la cocina.

— ¿A qué te refieres?—preguntó dudando al ver que seguía sin recoger los platos sucios.

—Que recojas los platos y lávalos. Te esperaré en la sala para que podamos pasar un tiempo a solas antes que acabe la noche. —Le guiñé el ojo y le tiré un beso al aire.

—Pero... pero... es la primera vez que lavaré los platos...—encogí los hombros.

—Hay una primera vez para todo cariño. Te espero en la sala cuando termines. —Empecé a irme mientras me daba cuenta que él solo suspiraba e intentaba llevar los platos a la cocina para lavarlos.

Sería una larga noche, pobre de mí esposo. Bueno, será mejor que regresé al comedor sino tendré que atenerme a las consecuencias de no poder estar a su lado en la navidad, así que será mejor que vaya a ayudarlo si ambos queremos terminar la noche juntos.

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Yeih!!! El primer extra!!!

Espero que les guste este primer extra porque otros vendrán pronto. Que lo disfruten!!!

Isabel Moz

PD. Dentro de mi muro de "Obras" se encuentra una nueva novela, pueden pasarse por ella si desean leerla. Su nombre es "Corazones de Papel". Es diferente a lo que se encuentra con esta novela, así que solo espero que si la leen, les guste :) porque con esta nueva novela se viene muchas sorpresas también.

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