Entre hermanos todo se entiende 🍫
1 año después...
Nos encontramos en una cena que se ha llegado a hacer en Polonia; varios reyes y reinas con sus hijos se encuentran presentes escuchando la melodía instrumental de un grupo que ha empezado a tocar desde que nos llevaron la cena, sinceramente, el evento ha sido para hacer alianzas entre otros países y aunque esta semana Xavier se encuentra lleno de trabajo, casi estaba segura que no viajaríamos para ir a tal lugar, pero luego, los del parlamento, le dieron la petición, bueno, no, sino más bien lo consideraron como una obligación que debía de cumplir para que fuera a ver si uno de los países europeos junto con los asiáticos, podía llegar a obtener otra alianza en donde mantuviera el país en mejores condiciones de las que ya se encuentra.
Realmente no me gustaba la idea de tener que viajar cuando últimamente Kaleb se ha estado enfermando constantemente, casi estuve a punto de convencer a Xavier de que me quedaría con Kaleb en casa cuando mi propio hijo fue quien intervino en mi idea al decirme que era necesario ir a Polonia para acompañar a su padre y hacerle ver a su abuelo, que él puede manejar su propia trabajo sin ayuda de nadie y que tampoco una enfermedad lo alejara de su deber como príncipe.
Me preocupaba la condición en que Kaleb se encuentra con su abuelo Arturo, aunque yo no quiero pero no puedo evitarlo, es que ya varias veces los he escuchado pelear, en donde no tengo la menor o mayor idea de la razón por la cual siempre el padre de Xavier, compara a Kaleb con Fionn, sé que ambos de mis hijos tienen su forma diferente de trabajar y adecuarse a sus deberes reales, pero el problema no se trata de mi opinión, sino lo que opina el ex rey de Nueva Erlanwood, quien no deja de mencionar que Fionn tiene más destreza de verse como futuro rey que él.
Sinceramente odio escuchar eso de parte de mi suegro, porque yo misma he visto todo el esfuerzo que Kaleb ha hecho por ayudar al país como también de lo mucho que se entrega a su trabajo. Lo cual, también Xavier lo sabe y muchas veces se lo ha dejado ver a su padre, pero él sigue sin cambiar de opinión.
Le doy una mirada a Kaleb quien parece estarse durmiendo al escuchar la música clásica, recuerdo como él día de ayer llego a dormirse tarde debido que tenía que entregar unas cartas de petición a todos los alcaldes del país, lo cual cada carta tenía diferente redacción y receptor. Esto hizo que el pobre, gastara parte de sus energías y hoy en la mañana presentara de nuevo síntomas de fiebre.
— ¿Te encuentras bien? —le pregunté de cerca sin que su padre nos escuchará.
—Sí, solo estoy un poco aburrido, tengo ganas de llegar al hotel y dormir. —Mencionó cansado.
Xavier giro su rostro y no tardó mucho en darnos una mirada de inspección pero al ver que Kaleb se recomponía de su silla y le mostraba un rostro falso de felicidad, al final su padre con una media sonrisa, se volvió a dar la vuelta para seguir mirando al pianista quien parecía tocar con pasión una canción de Claude Debbusy.
—Mamá, no permitas que mi padre se dé cuenta que he empezado a enfermarme, sino, culpara al abuelo por presionarme más de la cuenta y no quiero volver a discutir con él con respeto a mis deberes como príncipe. —Suspiré cansada al escuchar de ese tema que hasta a mí me tiene agobiada.
—Bien, pero intenta no mostrarte desanimado, sino las cosas empeoraran. —Asintió disgustado.
Hubo un momento en que de nuevo apreciamos el sonido de la música al quedarnos callados, no sabía cuánto tiempo va a aguantar Kaleb estar así sin tener que tomar un medicamento, lo peor de ello, es que sus mejillas han empezado a ponerse rojas y sus ojos, cristalizados. Sé que por un lado es por el cambio de clima, ya que al llegar a Polonia, nos encontramos con un clima caluroso de la temporada y ahora al estar aquí, el ambiente se ha vuelto frío, gracias al aire acondicionado del salón, eso ha hecho que el estado corporal de Kaleb cambie a cada momento.
Debí de haber seguido mi intuición como madre sobre que este viaje no le haría nada bien a Kaleb pero como siempre, preferí tomar otras decisiones en vez de la correcta.
El sonido de la música cambio para ser la composición de canciones instrumentales de cualquier género de música en la actualidad, así que mientras tomaba un té de menta, observé como varios príncipes y princesas salen a bailar en pareja, en donde también, varios reyes tomaron a sus esposas para bailar al compás de la música.
—Ay no... —Le di una mirada a Fionn.
Observé como él se asustó pronto al ver como varias princesas se levantaron y lo miraron a él como una posible pareja de baile; eso sin decir que escuché varias maldiciones también por parte de Kaleb al imaginarse que él también es una opción entre varias princesas que se encuentran sin pareja.
—Vamos Aurora —Fionn tomó a su hermana del brazo.
—Pero... ¿qué? —ella soltó la cuchara con la cual estaba batiendo el café que había ordenado.
Antes que Fionn llegará a escapar con Aurora, observé como una princesa ya se había acercado a la mesa en donde la familia Ravenscroft se encontraba, lo peor de todo esto, es que ni siquiera puedo mencionar la felicidad y el nerviosismo que la chica presenta al ver a Fionn como opción de pareja de baile; mientras tanto mi hijo, solo desea huir de aquel lugar para no pasar de chica en chica todo lo que resta de la noche para bailar.
—Fionn...
Si más no recuerdo, es Marimar, hija del rey y la reina de Camboya, su inocencia me hacen ver que no es el tipo de chica que a Fionn le gusta, si conozco muy bien los gustos de mi hijo, puedo decir que a él le gustan las chicas problemáticas.
—Hola... —Saludó Fionn con respeto.
— ¿Quieres bailar conmigo? —Dijo ella dulcemente.
Xavier quien no dice nada, solo mira aquel espectáculo donde espera una respuesta cortés de su hijo, hasta puedo decir que no llegó a quitar la mirada mientras ve como Fionn tartamudeaba y no encuentra una respuesta que decir, ni siquiera pude evitar darle un golpe en la rodilla cuando observé como las comisuras de su labio se movían al evitar querer reírse del nerviosismo de su hijo.
—Kaleb... —Xavier y yo nos dimos la vuelta para ver a otra chica acercarse a nuestro hijo mayor.
—Maldición... —Kaleb bajo la cabeza para que nadie lo escuchará maldecir.
—No debería sorprenderme de tu llegada, Gaynor. —Sonrió Valentina con odio.
—Estoy hablando con tu hermano, no contigo. —Le susurró ella a mi hija. — ¿Quieres bailar conmigo, Kaleb?
No hay duda que entre mis hijos y Gaynor no hay una buena relación, lo peor de esto, es que no entiendo porque ella se ha acercado a mi hijo para que la invite a bailar, cuando sabe que Kaleb no traicionaría la lealtad que le tiene a su hermana, con respecto, a tener que bailar por un momento con su enemiga. En verdad, entre Gaynor y Valentina existe una enorme rivalidad y odio que puedo jurar que si algún día no estamos presentes, es posible que mi hija llegue a sacar sus garras contra la princesa de Letonia, quien desde muy pequeñas siempre ella ha intentado dejar en mal a mi hija y eso sin decir, que le ha llegado a poner apodos poco bonitos a Valentina, como a su vez, de avergonzarla entre varios príncipes y princesas.
—Primero prefiero cortarme la mano antes de traicionar a mi hermana, Gaynor. —Kaleb ni siquiera le dio una mirada.
— ¿Qué? Entonces, ¿tu hermana debe de estar en medio de nosotros? —Kaleb se sorprendió con sus palabras.
— ¿Nosotros? Perdóname Gaynor, pero número uno, mi hermana es más importante que cualquier chica y dos, ni te atrevas a decir que entre nosotros hay algo porque eso jamás se dará. —Kaleb se mantuvo de nuevo sereno a pesar de las palabras de Gaynor y su enfermedad.
Valentina sonrió y casi no evito sentirse feliz al escuchar como su hermano siempre la apoyaría en cualquier cosa, eso sin decir, que Fionn y Marimar se mostraban admirados con las palabras de Kaleb y eso sin decir, que Xavier se puso tenso ante la situación, al imaginarse lo que después tendrá que afrontar con los padres de Gaynor cuando la fiesta termine.
—Además, él me dijo que bailaríamos la primera canción, no es así, Kaleb. —Llegó Cassandra.
— ¿Qué? —Gaynor llegó a verla con sorpresa.
—O, ¿lo olvidaste, Kaleb? —Kaleb entendió que Cassandra está ayudándolo a salir de aquel agujero negro.
— ¡Es cierto! Si me permites... —Kaleb intentó levantarse pero Gaynor lo detuvo.
—Eres patético. —Ella soltó molesta. — ¡Bien! Hay otros príncipes más guapos y mejores que tú. —Dijo ella antes de marcharse.
Y como toda una princesa, se fue con una postura erguida y con pasos de modelo que casi hicieron que chocara con una mesa al haber cerrado los ojos para salir con un estilo de diva.
— ¡Te amo! ¡Eres el mejor hermano mayor! —Valentina le dio un beso en la mejilla a Kaleb.
—Sabes que también la odio —gruñó Kaleb.
Es asombroso ver como la lealtad entre hermanos permanece intacta ante cualquier motivo, eso es lo más valioso que Kaleb tiene con sus hermanos, que él jamás los llegaría a defraudar con cualquier motivo.
—Gracias, Cassie. Me salvaste de darle otro argumento para que se marchara. —Kaleb le dijo a Cassandra
—Amiga, te debo una. —Valentina se levantó para abrazar a su otra mejor amiga, Cassandra.
—No me debes nada, además, quitarte a Gaynor es difícil, así que el siguiente que esté en su lista, lo compadezco. —Ambas chicas empezaron a reír.
—Bueno, ya que me salvaste de esta, te invitó a bailar. —Kaleb le puso la mano en frente a Cassandra para que ella la tomará.
—Espero que no pises mis pies, o si no, no vuelvo a bailar contigo. —Ella dijo bromeando.
—Hecho. —Kaleb terminó por guiñarle el ojo hasta marcharse ambos a la pista de baile.
Por lo menos Kaleb, podrá distraerse un momento de su enfermedad, pero eso no quiera decir que Fionn tenga la misma suerte, ya que de nuevo, Marimar le hizo la misma pregunta para saber si él no llegaría a responderle de la misma forma que su hermano lo ha hecho con Gaynor.
—Bien... Vamos —Fionn tomó la mano de Marimar para guiarla a la pista de baile, en donde esta vez, si no intentó ser maleducado con una mujer.
—Por lo menos podré...
—Aurora —mi hija no pudo terminar su frase ya que tiene a un príncipe azul a su lado para invitarla a bailar.
Ella hizo una cara molesta antes de mostrar una facción falsa de su rostro ante el nuevo invitado que ha llegado a la mesa, puedo ver como a mi hija no la dejan tomar con tranquilidad su café, así que para librarse pronto de la petición de aquel chico, ella solo se levantó y le contesto aquella pregunta que ya no fue necesario preguntarla.
—Bueno, señorita Kiara, ¿quiere bailar conmigo? —Reí al ver como Xavier me da una mirada llena de ternura.
—Yo si no se lo negaré, rey Xavier. —Le di un corto beso antes de ambos levantarnos e irnos a la pista de baile.
(...)
Todos llegamos exhaustos al hotel donde nos quedaríamos por esta noche, Aurora no dudo en tirar sus zapatos de tacón cerca de la puerta principal del hotel, Fionn se quitó la corbata de su cuello y Kaleb terminó por dejarse caer en el sofá.
Xavier pronto, se acarició el cuello para ir directo a la habitación y así ir a descansar, se despidió de nuestros hijos hasta ver como se fue alejando poco a poco hasta escuchar como cierra la puerta de una habitación.
Me acerqué a Kaleb y pronto toque su cabeza con mi mano, sentí como la fiebre ha llegado a subir y eso sin decir que él empezó a toser descontroladamente que sus hermanos llegaron a verlo de manera preocupada.
— ¿Qué te sucede, Kal? —Valentina se acercó al sofá.
—Nada importante —musitó él.
—Mamá... —ella me dio una mirada esperando mi respuesta.
—Se ha vuelto a enfermar, la última vez no tomó los medicamentos como el doctor Affleck se lo indicó. —Confesé.
— ¡Kaleb! —Valentina lo regaño.
—Si eres terco, hermano. ¿Cómo pudiste aceptar la invitación de venir al país cuando estás enfermo? ¡Tu salud puede empeorar! —Lo reprendió, Fionn.
—Chicos, pueden callarse. —Bufó molesto.
—Buscaré en el neceser de tu padre, si trajo unas pastillas —le comenté antes de irme.
—Te haré un té —Valentina camino hasta la cocina.
—Yo... Te cuidaré hermano. —Fionn se quedó con Kaleb.
Tuve que entrar a la habitación que comparto con Xavier para ver como él ya se encuentra dormido, no dude mucho tiempo en buscar entre sus cosas, alguna pastilla que bajara la fiebre de su hijo, realmente, no puedo creer que no haya llegado a traer unos medicamentos cuando supe que Kaleb no se encontraba cien por ciento recuperado. Me decepciono de mí misma por un lado, pero por otro lado, agradezco que Xavier siempre llevé consigo un botiquín de primeros auxilios que de alguna manera nos sirve siempre que vamos de viaje.
Si Xavier se llega a enterar que Kaleb se ha enfermado por tercera vez en menos de dos meses, es posible que empiece a dejarle menos trabajo forzoso y a abrirle los ojos a su padre sobre las exigencias que han empezado a demandar la vida de su hijo; sé que todo esto terminará mal y en problemas así que prefiero mejor, guardar el secreto de la enfermedad de mi hijo antes que haya una nueva pelea entre familia.
Encontré el pequeño botiquín en una maleta de Xavier y revisé si había pastillas para bajar la fiebre y cuando encontré un bar de ibuprofeno, no dude en tomarlas, devolver el botiquín y la maleta en su lugar y pronto caminar en dirección a la sala.
—Mamá, Kaleb tiene fiebre alta —dijo Fionn preocupado.
—Lo sé, hijo. Ve por un vaso de agua —Fionn no tardo en irlo a buscar.
Le quite a Kaleb su blazer negro mientras Valentina lo sostenía, en las horas siguientes que nos habíamos encontrado en el evento, se llegó a ver como el estado de salud de Kaleb termino por empeorar, tanto que la desesperación de pronto llegar al hotel fue evidente que mencionó que quería irse de la fiesta y solo así, fue que Xavier no se negó a su petición.
—Será mejor que te llevemos a la habitación, no vaya a ser que llegué papá. —Comentó Valentina.
—Yo te ayudo. —Apareció Fionn.
Después que Kaleb se tomó ambas ibuprofeno, se levantó con ayuda de Fionn para ir a su habitación hay mucho porque hacer esta noche y eso sin decir que se le debe bajar esa fiebre antes que empeore.
(...)
No he dormido absolutamente nada, ni siquiera sé cómo me he llegado a mantener solo por seguir tomando cafeína y eso sin decir que, sigo cabeceando ante la insistencia de descansar un par de minutos antes de llegar a Nueva Erlanwood. Le doy una nueva mirada a Kaleb y observo como él sigue dormido en el asiento inclinado del jet privado de la familia, mientras tanto Valentina ha dejado caer su cabeza en el hombro de Fionn como si fuera una almohada, ambos hermanos también se encuentran dormidos y hasta el momento, Xavier no le ha entrado muchas dudas acerca de la razón por la cual todos, excepto él, nos sentimos cansados.
La noche anterior, cada uno de nosotros tomó un turno para cuidar a Kaleb, primero comenzamos con Valentina, luego fui la siguiente y por último, Fionn. Cada quien había estado a un lado de la cama de Kaleb durante unas 2 a 3 horas para prevenir que le llegara a subirle la fiebre o simplemente que terminase más enfermo de lo normal. Así que, exactamente a las cinco de la mañana, teníamos el vuelo para despejar de Polonia a Nueva Erlanwood, por lo cual en el camino, Kaleb a pesar de no haber mejorado mucho, mantuvo una resistencia en su enfermedad para que Xavier no llegara a saber nada aún.
En el momento en que de nuevo estaba quedándome dormida, sentí como la turbulencia del avión disminuía, así que entendí que ya estamos aterrizando en Nueva Erlanwood.
Miré en la ventana del jet y observé como el jet giraba en la pista para adentrarse a la bodega en donde se guarda el jet de la familia; antes que saliéramos, cada uno de mis hijos empezó a despertarse para luego levantarse y así bajar del avión, pero cuando Xavier, Valentina y Fionn ya había tomado la adelantara, aún Kaleb seguía en el asiento dormido, así que pensé que posiblemente tiene sueño profundo o pesado, en donde pudo no haber escuchado el aterrizaje y el sonido de todos levantarse.
Me acerqué a él para darle unas movidas en su brazo, así que mientras lo movía de un lado hacia el otro, él siguió sin moverse y eso sin decir que observé como su respiración se había vuelto más pesada y unos puntos rojos empezaban a posicionarse en varios lugares de su rostro y sus brazos. De nuevo, puse la mano en su frente y fue el momento en que sentí como su fiebre había aumentado haciendo que ardiera más que la noche anterior; empecé a llamarlo varias veces pero él no respondía, solo dejaba ir varios gruñidos y balbuceaban palabras incoherentes donde no podía descifrarlas bien.
Corrí hacia la puerta del avión pero antes de poder salir, choque con el cuerpo de alguien, donde me detuvo para que a la vez, no me llegara a caer. Fue en ese instante que llegue a ver a Xavier, quien me dio una mirada preocupada hasta darse cuenta que Kaleb no se encontraba detrás de mí y en vez de eso, seguía a recostado en el asiento del avión.
— ¿Qué le sucede a Kaleb? —Camino hasta donde se encontraba.
Antes de darle una explicación, ya había sido demasiado tarde para decirle que él se encontraba enfermo y esta vez, había empeorado al grado de no poder levantarse, abrir los ojos y hablar.
— ¡Tiene fiebre! —Asentí. —Dios, ¡Kaleb! ¡Kaleb! ¡Despierta! —Xavier seguía hablándole y moviéndolo pero no respondía.
—Está inconsciente, debemos llevarlo al hospital —Le dije.
—Oh Dios... —Xavier no tardo en levantarse y tomar su celular. —Hola, sí... Habla Xavier Ravenscroft... Sí, el rey... Necesito que envié una ambulancia, mi hijo se encuentra inconsciente en el avión, tiene fiebre alta y unos puntos rojos han aparecido en su piel... No, no sé cuánto tiempo lleva así... Está bien, pero no tarden. —Colgó.
—Papá, mamá... —Valentina chocó contra la espalda de Fionn al ver lo que ambos están mirando.
— ¿Ustedes sabían que su hermano está enfermo gravemente? —les preguntó Xavier a ambos.
—Bueno... Nosotros... Es que... —Ambos se miraban y tartamudeaban al mismo tiempo sin saber que decir.
— ¡Aurora! ¡Fionn! —Xavier se molestó cada vez más al no tener una respuesta.
—No los regañes, es culpa mía. Sabía de esto pero... —corte las palabras al ver su siniestra mirada.
— ¡Lo sabías y aun así no me dijiste nada! —Explotó.
—Es complicado, Xavier —trate de explicarle pero de inmediato aparecieron dos paramédicos.
—Altezas... Majestad. ¿Dónde está el príncipe? —Xavier les hizo una señal.
Ambos paramédicos se acercaron con una camilla para tomar a Kaleb de los brazos y luego ponerlo acostado en la camilla, pronto los paramédicos se lo llevaron mientras empezaban a diagnosticarlo de pies a cabeza.
—Luego hablaremos de esto —Xavier camino hacia la salida del avión.
—Mamá... —Abracé a Valentina y Fionn para luego dejarles un beso en la cabeza.
—No se preocupen. Arreglare este problema con su padre. —Ambos bajaron la mirada. —Vamos, tenemos que ir al hospital.
(...)
A cada rato doy una que otra vuelta esperando que el doctor diera los resultados que esperaba sobre Kaleb luego que tuvieron que llevarlo a urgencias para saber qué es lo que ocasiono la fiebre y no sólo eso, los puntos rojos que habían aparecido cada vez más en su rostro.
Ni siquiera nos habíamos tardado en llegar pronto al hospital cuando una enorme pandilla de periodistas ya se encontraba en la entrada del hospital en espera de dar algún resultado o tan solo hablar acerca de la salud de Kaleb. Sabíamos que los medios de comunicación se iban a enterar pronto de esté problema que no dejarían que estuviéramos en paz hasta darle un pronóstico, así que Xavier se encargó de manejar el asunto mientras me encontraba en el pasillo de espera junto con Valentina y Fionn; ambos también se encuentran preocupados por su hermano mayor, tanto, que Fionn no ha dejado de comerse las uñas y Valentina ha comenzado a comerse varias barras de cereal de la ansiedad.
Acaricio mi cabeza y pronto observó cómo aparecen en el pasillo mis padres y mi suegro acompañado de mi esposo. Xavier aún se encuentra molesto conmigo que sus ojos no dejan de tirar esa mirada amenazante y fría y eso sin decir, que el señor Arturo se encuentra en peores condiciones.
Las puertas de la sala de emergencia se abren para ver como el doctor se quita los guantes y la mascarilla de la cara para hablar.
—Rey Xavier, reina Kiara, altezas... —hizo una reverencia el doctor. —Soy Steven Pratt, les diré el diagnóstico que hemos llegado a hacerle al príncipe Kaleb. —Se presentó el doctor.
— ¿Cómo está mi hermano? —preguntó de inmediato, Valentina.
—Por ahora estable, le hemos inyectado suero y por el momento se encuentra en estado de descanso. —Contesto el interrogatorio el doctor. —Antes de proseguir, quiero saber sí, el príncipe ya había llegado a tener varicela. —Xavier y yo nos dimos una mirada al unísono.
—No, es el único de mis tres hijos que no ha llegado a tenerlo. —Respondí.
Lo sabía porque Fionn había llegado a tener varicela a los seis años mientras que Valentina a los once. Pero como yo lo había llegado a ver con anterioridad, la varicela que ha llegado a tener Kaleb, no se iguala en nada que la de sus dos hermanos, por eso quizás sea la razón por la cual ni detecte rápido la aparición de la varicela en él.
— ¿Varicela? Eso no es tan grave —mencionó mi suegro.
—Lamento decirle majestad... —Algunos seguían tratando al padre de Xavier como rey —que esta no es una simple varicela. —Xavier pareció poner más atención. —La varicela parece haber aparecido hace tres a cuatro días, por eso las erupciones en la piel son recientes pero algunas parecen comenzar a reventarse y hemos encontrado algunos arañazos en donde suponemos con certeza que el príncipe comenzó a rascarse. —Empezó a decir. —Por el momento, algunas erupciones ya se han vuelto pequeñas vesículas que se han roto por tener demasiado líquido, así que una enfermera le está curando algunas ampollas para que no lleguen a dejarle cicatrices. —Comentó.
—Entonces, ¿cuál es el problema de está varicela? —Cuestionó el señor Arturo.
—El problema de esta varicela es que el príncipe no llego a cuidarse en estos días y por lo que se encontró, fue que nada más tomó dos ibuprofeno en las últimas horas. —Casi me siento avergonzada por no haber encontrado otro método. —Así que debemos tenerlo en control para que no permitamos que tenga una sobreinfección por las ampollas que ha conseguido en la piel. —Explicó.
— ¿Por qué se da? —Preguntó Xavier con más interés.
—Podemos asimilarla como una infección que se manifiesta con un aumento de la fiebre o por el enrojecimiento o aparición de dolor alrededor de las lesiones —suspiré al darme cuenta que eso ha llegado a tener en los últimos dos días, Kaleb. —Además, si no sé llega a tratar a tiempo, la varicela puede generar neumonía, la encefalitis y la ataxia cerebelosa. También, puede llegar a desarrollarse meningitis, miocarditis y hepatitis. —Tuve que apoyarme en la pared al escuchar todas esas enfermedades.
—Pero Kaleb... no tiene ninguna, ¿verdad? —dije con un nudo en la garganta.
—Gracias a Dios, no majestad. Pero, entre hoy y mañana es mejor tenerlo supervisado. —Recomendó el doctor. —Por ahora, le pondremos antihistamínicos sedantes, paracetamol, antibióticos y medicamentos antivirales para que no contagie a otra persona. —Respire más tranquila.
—Gracias doctor... ¿Podemos verlo? —Preguntó Xavier.
—Ahora no, dejaremos que descanse y baje más la fiebre. Yo les diré en que momento pueden llegar a verlo. —Todos asentimos sin poner una excusa.
Cuando el doctor se marchó, escuché un enorme suspiro pesado de Xavier, me di la vuelta para verlo y observé como se encontraba cansado y estresado por lo que ha sucedido últimamente, es de esperarse que ambos nos encontráramos en la misma situación cuando casi llegamos a saber lo que podía contraer Kaleb si no hubiera llegado al hospital a tiempo.
— ¿Por qué no me dijiste nada? —Volvió a preguntar Xavier.
—Kaleb no quería, realmente hace dos días volvió a tener fiebre, ni él ni yo sabíamos que esto sería una varicela, él se lo tomó con demasiada calma que no quiso preocuparte. —Empecé a contarle la historia.
—Kiara, hemos viajado con él enfermo, si nos hubiéramos quedado más tiempo en Polonia, podría haber generado una de las enfermedades que nos dijo el doctor. —Mordí mi labio nerviosa al ver que no había sido cuidadosa en ello.
—Lo lamento... Yo... —Negué al no saber que decir.
—No te preocupes, perdóname también, reaccione mal contigo en el avión pero es que, estaba preocupado por Kaleb que no quería imaginarme cosas peores que esta. —Asentí aprobando su justificación.
No quería focalizar el otro problema de por medio por el cual también Kaleb se encontraba hospitalizado, sinceramente, no es momento para que Xavier se entere que su propio hijo comienza a trabajar bajo presión, lo cual también pudo haber sido el otro factor por el cual se enfermó más rápido de lo normal.
Por ahora, solo quedará tiempo para esperar a cómo reacciona Kaleb con los medicamentos, para así verlo cuando el doctor lo indique.
(...)
Diez horas después, el doctor nos dio permiso para que visitáramos a Kaleb, solo que teníamos que usar batas, gorros y mascarilla para no contagiarnos de la varicela.
Entramos a la habitación uno por uno hasta que observé como Valentina y Fionn corrieron hasta donde se encuentra su hermano quien ahora podemos ver más las erupciones rojas en su piel como también el suero que se encuentra a su lado. Kaleb quien siempre ha llegado a tener esa enorme conexión con sus dos hermanos, les sonrió para luego decirles unas palabras casi susurrantes por haber despertado hace poco.
— ¿Cómo te sientes? —La primera en interrogarlo fue Valentina.
—Cansado, me duele el cuerpo y siento la garganta reseca. —Comento él con una mueca.
—Nos diste un enorme susto, hermano —Fionn seguía aun preocupado por Kaleb.
—Lo siento, no sabía que estaba muy enfermo y más de varicela. —Dijo Kaleb.
—A la próxima no dejare que vayas enfermo a un evento que sea en otro país —dijo Xavier.
—Vamos papá, no me he muerto, además soy el futuro rey, por lo tanto debo de estar pendiente entre todas las obligaciones que me corresponden y corresponderán en un futuro —observé como Xavier frunció el ceño.
—No seas tonto, arriesgar tu vida por un trabajo es lo menos consciente que estas siendo ahora. —Dijo molesto, Xavier.
—Bien, pero no te preocupes papá que no lo volveré a hacer. —Le sonrió con inocencia nuestro hijo.
Observé como Valentina y Fionn se quitaron la mascarilla para sentarse uno a cada lado de su hermano, Kaleb que está consciente de su enfermedad, casi aparta a sus hermanos de él para que no se lleguen a contagiar, pero sin lugar a dudas, Valentina y Fionn no se lo permiten.
— ¡No quiero enfermarlos! —Les grito a ambos.
—Oh vamos Kaleb, somos como los tres mosqueteros, todos para uno y uno para todos... O ¿no? —Le dijo Fionn.
—Es cierto, además, tu eres el complemento del helado napolitano, ¿no? —Reí al escuchar eso de Valentina.
—Lo sé, si el chocolate no está presente, la fresa y la vainilla no pueden ser un solo helado napolitano —Xavier rodó los ojos.
— ¡Ay! Como te quiero. —Lo abrazó Valentina.
—Ven aquí, gruñón. —Fionn se tiró encima de él para pasar de un lado hacia el otro su puño en el cabello de su hermano.
— ¡Basta chicos! ¡Es mucho amor! —Rió Kaleb.
Abracé a Xavier mientras que observaba como él sonreía a través de la mascarilla, no puedo creer que el peligro ya haya pasado, pero lo mejor, es ver como los trillizos, no se separan por nada del mundo.
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Maratón de extras finales (1/3)
Holis!!! ¿Cómo se encuentran todos/as? Espero que les haya gustado esta primera parte de esté maratón de los últimos extras de esta increíble parte de la novela, no sé si algún momento se llegaron a esperar algo como esto, pero quería sorprenderlos ya que esta será una gran semana. Así que espero que disfruten los siguientes dos extras que quedan!
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