Capítulo 4: "Salvaré mi pellejo"
La familia de Natalla parece muy amable, no entiendo por qué utiliza a su padre como amenaza, ese hombre es encantador. Si fuera como mi papá quizás entendería su accionar, aunque ni eso, el mío es malhumorado, pero no llega a ser mala persona, solo es gruñón por ser alguien muy ocupado. Así que casi ni encuentro respuestas para que "La Reina" se comporte así. Mi hermana se corta cuando sus novios la engañan, es muy impulsiva, una persona abierta y llena de emociones que deposita su confianza en cualquiera, por eso termina mal siempre. No sabría cómo describir a Natalla porque apenas la conozco, pero no parecía tener problemas con su pareja, aunque lo trata como a los demás, con esto quiero decir que no muestra su verdadera apariencia y personalidad. Es obvio que eso le carcome la cabeza, pero no quiere salir de ese círculo y no sé la razón. Aunque todo esto son especulaciones mías.
Yo solo escribo poemas, no soy psicólogo.
Estamos sentados en las sillas del comedor jugando a las cartas, sinceramente es muy divertido, ni creí que terminaría así el día.
―¿Quién quiere café? ―consulta la mucama sosteniendo la jarra con el líquido caliente.
―¡¡Yo!! ―decimos todos en alto.
―Tu familia es muy divertida, Nat ―le aclaro a Natalla que está al lado de mí, que al parecer delante de sus padres la puedo llamar así.
―Estás invitado cuando quieras ―expresa la mamá muy animada ―. Natty no trae nunca amigos a casa, estoy emocionada, que bueno que entraste al colegio de ella, al fin no estará tan sola.
―¡¡Y qué bueno que lo obligué a entrar a nuestra casa!! ―Se ríe el papá.
Miro a la cobriza.
―¿Y a Lissa no la invitas? ―pregunto sin importancia y de repente me pisa el pie ―¡Auch! ―Golpeo la mesa sin querer.
―Oh cielos ¿Estás bien? ―expresa la mamá preocupada pensando que solo fue un descuido mío.
―¿Quién es Lissa? ―cuestiona el padre estando intrigado y continúa con ese buen ánimo que al parecer lo caracteriza.
―Una compañera, eso es todo ―Natalla toma un poco de su café intentando ignorar la conversación ―¿No deberías irte? Se te va a hacer tarde ―Me mira mal.
―Oh sí, se va oscurecer ―aclara la madre ―. Natty, acompáñalo hasta la puerta, no queremos parecer descorteces.
―Gracias, han sido muy amables ―Nos levantamos de nuestros asientos y acompaño a la cobriza a la salida ―. Gracias por invitarme ―le digo contento cuando llegamos a la puerta ―. Deberías decirles...
Se cruza de brazos, apoyando su hombro en el marco de la puerta.
―No lo arruines, Magdaly ―me interrumpe sabiendo que le iba a hablar de sus cortes ―y no te invité, papá lo hizo.
―Estás enfadada porque te gané en el juego, ¿cierto?
Se ríe.
―Eres raro.
―No, despistado ―Hago una rima a propósito y se vuelve a reír ―Entonces... ―Alzo la mano ―¿Amigos?
Mira un instante mis dedos, tarda un momento, pero al final acepta mi gesto al estrechar nuestras manos.
Me voy contento a mi casa.
~~~
Un nuevo día comienza y me dirijo tranquilo al colegio, cuando llego noto que todos me siguen ignorando, así que la sonrisa se me borra, más cuando Ryder me pone el pie para que me caiga, además de provocar que los presentes se rían. Pensaba que al amigarme con Natalla esto cesaría pero fui un ingenuo. Qué triste, eso duele. Me levanto del suelo y me acerco a la cobriza cuando la veo, pero ni me habla, solo sigue su camino.
¿Será así? ¿Ahora va a ignorarme?
No soy vengativo ni mala persona para andar divulgando su secreto, así que ella me juzgó rápidamente incluso al conocerme. Qué mal que existan personas así, sobre todo que usen su influencia para que los demás te traten de la misma manera.
Estos meses serán un calvario si continúo de esta manera.
Decido volver a intentar hablarle.
―Nat... ―Cuando me mira mal le cambio el nombre ―Reina, pensé que éramos amigos ―Le sonrío.
―Sigue soñando, Magdaly ―No me lo reconoce y hasta se va.
Que mal, que feo, que dolor.
―Estuh... ―Me giro visualizando a Lissa, entonces noto que Natalla a lo lejos nos mira cuando se me acerca la morocha ―¿Sabes de quién es este calzado? ―Me lo muestra tranquila.
―Yo no usó zapatos ―digo nervioso pensando que es una burla ―¿Es... ¿Es un chiste?
―Oh no, solo estoy buscando a la dueña.
―Pues...
―Te vi entrar al baño de mujeres ¿Recuerdas? Escapabas de Ryder ―agrega al revolotear las pestañas de manera coqueta.
Me sonrojo al sobresaltarme.
―Oh que vergüenza.
―Tranquilo ―Hace una risilla ―. No le diré a nadie que entraste allí. A menos claro que... ―Guarda los zapatos en su mochila y se agarra de mi brazo, mirándome sonriente sin terminar su frase.
―¿A menos qué...?
Sonríe ampliamente.
―Que tengas una cita conmigo.
Observo para el lado de Natalla, parece preocupada mirándonos. No lo comprendo. Me ignoraba y ahora está demasiado pendiente, como si una catástrofe se fuera desatar. Lo que pasa es que no confía en mí, sé que nos conocemos hace poco, pero si no quiere que hable sobre sus zapatos y nuestro encuentro, al menos debería decírmelo. Aun así yo no pienso contar algo que no me incumbe, me gustaría demostrárselo, quizás de esa manera deje de pensar que quiero hacerle algún daño y abandone esa idea de que todos me traten como si fuera un simple ratón.
Miro a Lissa y le sonrío.
―Acepto ―le respondo a su pedido.
Voy a demostrar que soy confiable, que no hablo de cosas que no me competen. Ya verás Natalla, solucionaré esto y haré que te retractes. Haré que confíe en mí.
Y de paso salvaré mi pellejo.
___
Lissa está empezando a meterse ¡Tengo miedo, cuidado, Estuh!
Más que salvar su pellejo se está metiendo en la boca del lobo, pobrecito e inocente Estuh xD
Atte: Vivi.
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