¡Veintiocho!: aventones a casa y alfas misteriosos.

HoSeok se sentó después de YoonGi, sus mejillas estaban rojas a más no poder y trató de concentrarse en abrazar su mochila para descargar sus nervios así como en ver a YoonGi, pero este estaba demasiado concentrado en mirar con curiosidad el auto de las madres de Jeon y en ponerse cómodo sobre el asiento.

—Bien, ¿estos son todos tus amigos o falta otro? —fue la primera pregunta que hizo la alfa cuando todos estuvieron dentro del vehículo, aunque su voz se oía serena YoonGi hizo una expresión de miedo que hizo reír a JungKook—. Pensé que eran los mismos chicos del otro día, ahora tenemos víctimas nuevas —los miró un segundo por el retrovisor, bajando sus lentes de sol.

—No los asustes, Young —Suni picó su hombro, la alfa le sonrió juguetona.

—Él es YoonGi Hyung —el nombrado saludó con su mano cuando vio a la mujer en el asiento de copiloto mirarlo con ojos curiosos.

—Mucho gusto —sonrió, tratando de lucir lo más amable que podía. La mujer solo le sonrió igualmente con un aura de amabilidad pura bailando alrededor de ella.

—Y él es HoSeok Hyung —el beta miró a ambas mujeres con sus labios apretados en nerviosismo, estaba tratando de armar algo decente en su cabeza, hasta que YoonGi le dio un golpecito en la pierna que le hizo abrir la boca.

—Hola —saludó cortamente, sintiéndose tonto después porque eso había sido patético—. Es un gusto... —agregó.

—También es un gusto conocerlos. Yo soy Suni y ella es Young —se presentó mientras que la alfa movió su mano como saludo sin despegar la vista de la carretera, esperando que los autos se movieran para avanzar.

—Ellos son los últimos amigos que invitaré —agregó Jeon, viendo a su madre asentir.

—Bien, porque no tengo tanta memoria como para aprenderme las casas de más amigos —JungKook rió por lo exagerada que era su madre—, ¿a quien dejamos primero? —preguntó la alfa mientras arrancaba el vehículo, alejándose del instituto.

—Bueno, mi casa queda más cerca —comenzó YoonGi—, si quiere puede dejarme primero —se asomó un poco, inclinándose sobre HoSeok y provocando que este se acercara más a Jeon—. Sólo tiene que seguir derecho por aquí hasta que le diga dónde girar.

—Perfecto —le dijo la mujer, mirándolo de soslayo un segundo.

YoonGi la miró un par de segundos más.

—Me gustan sus piercings —soltó, acomodándose otro poco y apretujando más a Jung, el beta estaba rojo a más no poder mientras JungKook le sonreía con pena—. ¿Dónde se los hizo? Son muchos... —agregó un poco impresionado, solo en una de las orejas de la mujer veía ocho que variaban entre negro y plateado.

—Yo misma —sonrió con orgullo—, en mi otra oreja tengo otros ocho —dijo casi presumiendo y YoonGi abrió la boca mientras hacía un sonido de sorpresa, provocando una risa en la mujer sentada en el asiento del copiloto.

—A realmente ella le gusta presumir eso —comentó Suni.

—Yo también lo haría si tuviera esas habilidades —confesó YoonGi antes de volver a mirar a la alfa—. JungKook, tu mamá es genial —lo miró un segundo antes de regresar su atención a la mujer, el mencionado simplemente se rió—. ¿Cuánto me cobra por hacerme un par? —YoungMi enarcó una ceja, divertida por la pregunta del peliazulado.

—Yoon —HoSeok lo regañó por preguntar algo así y le dio un pequeño empujoncito para que le diera espacio.

JungKook miraba atento como el beta se retorcía un poco, siendo sofocado por el poco espacio que le daba YoonGi y que lo obligaba a estar casi encima de él. De repente una de las manos de Jung cayó sobre su muslo y ambos se miraron, Jeon no iba a negar que disfrutó de sobremanera la forma en la que el beta lo miró con pánico, apartando su mano y sonrojándose hasta las orejas.

—Uh, lo siento —YoonGi se apartó cuando se dio cuenta de que estaba empujando a su amigo, sentándose derecho en su puesto y dejando al beta respirar.

JungKook apretó sus labios ligeramente y abrió un poco sus piernas, rozando su rodilla con la de HoSeok y provocándole una nueva ola de nerviosismo que invadió su cuerpo. Cada fibra de su cuerpo pedía poder abrazar al beta, su lobo estaba ansioso. HoSeok, ignorante de todo el mar de emociones que tenía el alfa, simplemente abrazó más fuerte su mochila tratando de descargar sus emociones con eso.

—Si tienes el permiso de tu madre puedo hacerlo —respondió la alfa a la pregunta de YoonGi, ignorante de lo que ocurría con su hijo en los asientos traseros—, no sé si te cobre, déjame pensarlo —sonrió, acomodándose los lentes de sol sobre su nariz—. ¿Cuántos quieres? ¿Uno?

—Me gustarían tres —HoSeok lo miró con reproche—. ¿Qué? Mi mamá no tiene que enterarse.

—No seas tonto, te va a cortar las orejas si te ve con eso —HoSeok le dijo a modo de advertencia, un poco asustado por la reacción de la mujer—, luego te las coserá de nuevo para volverlas a arrancar —YoonGi se detuvo un momento y abrió la boca para defender a su progenitora, pero no pudo decir nada.

—Pues... —ahora estaba dudoso.

Young se carcajeó sin poder evitarlo.

—Es algo que yo haría —dijo ella.

—¡Yo sí tengo permiso para hacerme perforaciones! —se quejó JungKook.

—Cuando seas mayor —Suni intervino.

—Eso me da igual —su esposa la miró con reproche—, lo importante es que sólo yo puedo hacerlo, si te las haces con alguien más no volverás a entrar a mi casa —explicó YoungMi como si no fuera la gran cosa.

JungKook viró los ojos y miró a sus amigos.

—Y dice que la dramática no es ella —les dijo como si fuese un secreto, pero la mujer igualmente lo escuchó y le lanzó una mirada mordaz.

—Silencio, mocoso, o no comerás postre hoy —dijo lentamente con una seriedad que cualquiera habría tomado como amenazante, pero a JungKook no le provocaba nada más que una sonrisa burlona, incluso HoSeok sintió un escalofrío—. ¿Giro aquí?

YoonGi volvió a asomarse, mirando el camino. HoSeok se quejó de nuevo por ser apretujado.

—¡Sí! —sonrió, la mujer giró—. Puede avanzar un poco más y antes de aquella esquina puedo bajarme —señaló.

—Muy bien —asintió mientras giraba el volante y YoonGi volvía a sentarse en su puesto.

HoSeok trató de procesar el hecho de que se quedaría solo con la pequeña familia, sin alguien que hiciera conversación y no dejara que ocurrieran silencios incómodos. ¿Qué se supone que diría? No tenía idea de cómo comenzar una conversación, ni siquiera con JungKook, mucho menos con sus madres. Trató de relajarse tomando un poco de aire, pero cuando vio al alfa bajarse del vehículo, lo miró con terror y se lamentó de todas las maneras posibles por no haber podido decir algo como "puedo quedarme en tu casa" o "recuerda que me invitaste a dormir"; él no era tan rápido creando excusas como YoonGi ni tan relajado como para poder pasar desapercibido como NamJoon.

—¿Por dónde es tu casa? —escuchó la voz de la alfa y se sintió un poco intimidado; la mujer se veía como la representación perfecta de los de su clase, alta e imponente, él ni siquiera la estaba mirando de frente, pero se sentía congelado—. ¿Niño? —se giró a mirarlo un segundo, provocando que pasara saliva.

—Lo asustas —su esposa le dijo, regañándola. Ella la miró con una ceja alzada que se veía sobre sus lentes de sol—. Dale un momento, sabes cómo me pongo yo cuando hablo con adultos.

—Bebé, tú eres una adulta —le recordó mientras salía del vecindario de YoonGi y se acercaba a la avenida.

—Bueno, pero algunos me siguen poniendo nerviosa —hizo un puchero y luego miró al beta—. Bueno, ¿HoSeok, cierto? —asintió lentamente—. No estés nervioso, Young es un poco intimidante, pero créeme que no come gente.

Grrr —escuchó a la madre de JungKook y el beta no pudo evitar soltar una risa.

—Mamá, ya te he dicho que eso es vergonzoso —se quejó JungKook mientras la alfa se reía.

—Por eso lo hago —señaló—. Grrr.

HoSeok se rió un poco más fuerte.

—Hyung, usted también se burla de mí —ahora lo miró con mohín y el beta no pudo evitar sonrojarse de nuevo, desviando la mirada.

—Ah, es que es muy gracioso... —le dijo suavemente—. Los padres avergonzando a sus hijos siempre serán graciosos —lo miró de nuevo—, una vez la mamá de YoonGi le reclamó por dejar su ropa interior tirada por toda su habitación mientras nosotros estábamos en la sala escuchando a YoonGi lloriquear —contó tratando de contener la risa y JungKook simplemente estalló en carcajadas.

—Whoa eso es cruel —se rió la alfa y miró a su hijo por el retrovisor—. Un día lo haré.

—¡YoungMi!

—¡Mamá!

HoSeok se carcajeó.

—¿Dejas tu ropa interior tirada en la habitación? —preguntó mientras cubría su sonrisa con su mano, JungKook estaba rojo hasta las orejas.

—¡No! —se defendió de inmediato.

—Bueno...

—¡Mamá! —YoungMi se rió y HoSeok no pudo evitar acompañarla.

JungKook chasqueó la lengua, demasiado avergonzado ahora, y HoSeok acarició su brazo de inmediato, diciéndole que no ocurría nada malo y disculpándose por reírse de él. JungKook no se dejó caer tan fácilmente, pero no pudo evitar ceder cuando el beta buscó su mirada y le pidió disculpas de nuevo, sonriéndole de esa manera que hacía que su corazón diera un vuelco.

La pareja no se perdió ese pequeño momento y se miraron un segundo, a sabiendas de lo que ocurría con su hijo.

Después de eso, el beta se sintió un poco más cómodo y pudo decirle su dirección a la madre del alfa. El camino se hizo ameno, mucho más por el hecho de que la otra madre de JungKook (a quien reconocía como Suni) decidió poner música y eran todas las canciones que le gustaban así que, al menos por ese lado, consiguió una conexión.

Le habló tímidamente a la mujer sobre sus gustos musicales y ella lo apoyó en absolutamente todo, comentándole al beta que nadie en la casa apreciaba su gusto musical y él no pudo evitar mirar a JungKook con reproche por no apoyar a su propia madre, cosa que hizo al alfa sentir que su corazón se derretía a pesar de haber sido técnicamente regañado.

Una vez el beta bajó del auto, se despidió sonriente y agradeció muchas veces más de las necesarias mientras se alejaba del vehículo. JungKook no dejó de sonreírle hasta que su madre arrancó nuevamente el vehículo y aun así se mantuvo mirando al contrario hasta que este entró a la casa.

—Entonces... ¿Él es quien hace que tu aroma se vuelva tan dulce? —fue la primera pregunta que le hizo su madre y él abrió la boca para responder, pero a pesar de intentarlo, no podía fingir que aquello era mentira, ni siquiera podía poner una expresión que no fuera de niño enamorado—. Bajaré las ventanas —presionó el botón a un lado de su asiento.

—Es lindo, le gustan los grupos de chicas —mencionó su mami, luciendo más emocionada que el propio JungKook—. ¿Deberíamos invitarlo a casa algún día?

—Sería lindo —dijo YoungMi.

—¿Podemos hablar de esto después? —preguntó JungKook mientras miraba el techo del vehículo, sus feromonas se habían vuelto locas después de toda la escena provocada por YoonGi y por las miradas que se lanzaban de vez en cuando durante el transcurso a la casa del beta.

—Bien, háblanos cuando quieras —asintió la alfa.

—Mientras más pronto, mejor... ¡ay! —se quejó cuando su esposa picó su costilla por metiche—. ¡No hagas eso, me das cos...! ¡YoungMi! —comenzó a reírse mientras se apartaba lo más que podía del toque de su esposa—. ¡Alfa mala, alfa mala! —le dio golpecitos en la mano.

Grrr —respondió ella.

—Harán que choquemos —soltó JungKook aún sin despegar el rostro del techo y sin importarle realmente mucho lo que sus madres estaban haciendo.

Sus labios picaban con ganas de besar a HoSeok de nuevo.

Era la hora del almuerzo de ese lindo viernes y TaeHyung bostezó en grande mientras caminaba por los pasillos del instituto. Entre sus manos estaba un grueso libreto que contaba una historia de amor que sería la obra que presentará junto a sus compañeros en el festival de verano. Claramente, él poseía el papel principal; el de un príncipe con un amor prohibido y mágico, así que debía estar lo más concentrado posible en sus prácticas.

Cerró su casillero después de dejar dentro el libreto que había estado practicando día y noche y durante los descansos de sus clases. En su cabeza repetía una y otra vez una de las líneas más importantes de la obra y sus labios formaban las palabras que diría el gran día, simplemente articulando sin sonido. Fue entonces cuando se giró en dirección a la cafetería y formó una mueca sorprendida al encontrarse con el rostro de unos de los chicos de su clase. Su nombre era Jung JaeSang, era un alfa, pelinegro, y jodidamente demasiado alto e intimidante para su edad.

Toda su aura de elegancia actoral se perdió entonces, dejando detrás de ella a un un chico ligeramente intrigado y quizás un poco intimidado.

—¿Hola? —dijo con una ceja alzada a pesar de que la cara de pocos amigos que cargaba el otro le dejaba en claro que no estaba para juegos.

El contrario dio un paso más cerca de Tae, provocando que este se alejara un paso.

—¿Qué mierda hiciste?

Tae lo miró con duda absoluta, no entendía la pregunta y no estaba seguro de a qué podía referirse.

—¿Yo? Tú eres el que está aquí mirándome así y... —fue callado cuando el chico tomó el cuello de su uniforme y lo estrelló contra los casilleros. Tae jadeó y levantó ambas manos en señal de rendición—. ¡Wow, amigo, cálmate! —lo miró con los ojos abiertos como platos.

—Tú y yo no somos amigos, idiota —bufó, Tae pasó saliva por el tono de voz del otro—. ¿Qué mierda es esto? —levantó un pequeño fajo de hojas que cargaba consigo.

El peli-gris lo analizó un segundo, no había nada de interesante en el ensayo más que una buena calificación escrita con marcador rojo justo en la portada. Miró un segundo al alfa y luego el ensayo, tratando de saber qué era lo que estaba mal en la situación además del hecho de que su uniforme estaba arruinado.

—¿Un... ensayo? —preguntó y volvió a ser estampado contra los casilleros, provocando que cerrara los ojos con fuerza un segundo—. Uhg... tienes que dejar de hacer eso... —lo miró adolorido.

—Es un jodido nueve, ¿por qué no tengo diez? —preguntó lleno de rabia, Tae lo miró con extrañeza hasta que en su cerebro algo pareció hacer click y el alfa que lo sostenía le sonrió con ironía—. Exacto, dime por qué jodidos me diste un ensayo de nueve y no de diez.

Tae abrió la boca para explicarse, su cabeza estaba tratando de armar algo que no se oyera como burla ni mucho menos, porque realmente no quería que ese alfa con más músculos que cerebro lo volviera puré contra el suelo.

—Bien, escucha, el profesor Ahn es un anciano que vive leyendo poesía, literalmente su vida gira en torno a ella —comenzó a explicar, viendo la expresión enojada del alfa no menguar en absoluto—, así que lamento informarte que ni siquiera yo cumplo con sus estándares en cuanto a literatura se trata, sacar un nueve con él es lo suficientemente bueno como para que... ¡Uhg! ¡Basta! —se quejó por ser nuevamente golpeado, tomando la muñeca del contrario.

—No me importa si el rey de roma es el profesor, más te vale darme una tarea que valga diez para la próxima, no te estoy pagando tanto para que me des un jodido nueve —le dijo con severidad, apretando cada vez más el arrugado uniforme entre sus dedos.

—Cuando comenzamos esto te dije que haría buenas tareas que tendrían buenas calificaciones —aclaró con calma mientras lo miraba fijamente, su espalda dolía—, nunca te dije que todas serían... ¡Ah! —cerró los ojos cuando su camisa fue jalada con más fuerza, colocándolo a centímetros de la cara del alfa que respiraba como un toro enojado—. Uh... —apretó sus labios, ahora un poco más intimidado.

TaeHyung pareció entrar en cuenta de que si ese chico golpeaba su cara, su soñada carrera actoral se iría a la mierda.

—Si no me das un diez voy a dejarte un jodido moretón en tu cara de muñeca, Kim —le dijo como advertencia y con su voz oscurecida, soltando el agarre y dándole un empujón que lo hizo tambalearse—. Te enviaré las consignas de mi tarea de lengua —le enseñó el dedo medio antes de lanzarle un par de billetes y se fue caminando.

TaeHyung suspiró recogiendo el dinero, la sensación que se formó en su pecho era extraña entonces, porque estaba ahí, en mitad del pasillo, recogiendo su pago.

Cuando finalmente contó la cifra de veinte mil wons, guardó todo en sus bolsillos y se dedicó a analizar cómo había quedado su uniforme. Bufó, estaba un poco harto de toda esa situación, pero necesitaba el dinero y no podía perder a un cliente como Jae, porque este era el único dispuesto a pagar más cantidad en tanto sus horribles notas subieran.

—Grandísimo idiota... —murmuró con resentimiento y emprendió su viaje hacia el baño para acomodar su uniforme.

Tae llevaba un buen tiempo en aquel trabajo para nada "correcto", pero pregúntenle si le importaba. Era bueno en casi todas las materias y tenía la creatividad y el tiempo suficiente para hacer todas esas tareas. Jae apareció uno de esos días en los que no tenía muchos clientes, el alfa tenía el orgullo herido por ser un idiota en prácticamente todas las materias, fue expulsado de los equipos deportivos del instituto por su bajo rendimiento académico y ahora que sus notas eran altas, en vez de agradecerle a Tae, el orgullo se le subió tanto a la cabeza que se sentía con el poder de exigirle algo al peli-gris como si este fuera su jodido asistente.

—Me pregunto qué haría sin mi —dijo al aire, abrochando los botones que se soltaron—. Seguro llorar por ser todo un idiota —decía con burla mientras sus dedos peinaban su largo cabello de manera correcta y revisó nuevamente los dobleces en las mangas de su camisa blanca, finalizando con una sonrisa coqueta dedicada a su propio reflejo—. Bien, todo perfecto —guiñó.

Una vez salió del baño para alfas, colocó las manos en sus bolsillos de manera relajada y regresó con su plan inicial de ir a la cafetería. Al pasar el umbral de la entrada, buscó con sus ojos una mesa en específico.

Antes de encontrar la mesa que buscaba, se topó con un par de personas con las que anteriormente compartía mesa y al ver que lo miraron, levantó un poco su mano como saludo, recibiendo una mirada de desprecio antes de ser ignorado. Se mordió el interior de la mejilla, un poco sobresaltado por la reacción, y encontró otra mesa, esta vez las personas ni siquiera mantuvieron el contacto visual y después de virar los ojos, caminó hacia una cabellera azul, rindiéndose.

Todos eran unos idiotas, e irónicamente, también eran sus clientes.

—Hola, mesa de los raros —saludó con alegría mientras miraba a los demás, YoonGi enarcó una ceja mientras masticaba y HoSeok se rió por la manera en la que lo había dicho—. ¿Qué? Pensé que sería correcto decir el nombre del grupo con orgullo.

—Pues, sí, podemos hacer eso —comenzó Min—. Pero somos la mesa de los ignorados, no la de los raros —señaló.

Tae abrió la boca con sorpresa.

—Oh, entonces le di una bienvenida errónea a SeokJin Hyung —dijo pensativo, con su mano sobre su mentón, YoonGi enarcó una ceja hacia su dirección al escuchar aquello.

—¿Qué? —preguntó Min.

—No creo que lo haya notado —HoSeok se encogió de hombros, ignorando la pregunta indignada de alfa.

—Bueno, siempre podemos darle una nueva bienvenida —Tae miró a los alrededores, esperando encontrarse con el rostro del alfa.

—No sé si lo notaste, pero SeokJin Hyung y YoonGi Hyung no son necesariamente los mejores amigos del mundo, Tae —JungKook le dijo lo obvio, haciendo una mueca con sus labios.

TaeHyung miró a YoonGi y al notar la expresión ligeramente fastidiada del alfa, suspiró un poco y colocó su mano sobre su mejilla.

—Eso es triste... dice buenos chistes —comentó con un mohín.

—Eso es todo menos cierto —dijo de inmediato YoonGi, señalándole con los palillos—. Sus chistes son un asco.

—Hyung —JiMin lo miró con reproche.

—¿Qué? No me digas que a ti también te gustan.

—No son horribles... —YoonGi soltó un quejido al ver la expresión del contrario—. Ay, no sea exagerado —infló sus mejillas.

—Cuando se sentaba con nosotros decía los chistes más tontos que pueden imaginarse, ¡todos eran chistes de papás! —mostró una expresión de dolor.

—Sí son bastante malos, pero por eso mismo dan risa —agregó JungKook con una pequeña sonrisa colándose entre sus labios.

—Sí pero...

—Esperen —Tae mostró las palmas de sus manos, interrumpiendo a YoonGi—. ¿Él se sentaba con ustedes? —enarcó una ceja, preguntando con total incredulidad, los demás parecieron darse cuenta de lo dicho por el pálido y lo miraron con atención—. ¿Qué pasó para que las cosas cambiaran tanto?

YoonGi abrió la boca, pero no estaba seguro de qué decir, así que miró al beta. HoSeok suspiró sonoramente y ahora todos los ojos se fijaron en él, poniéndolo un poco nervioso; ellos realmente no habían querido tocar el tema ni siquiera con NamJoon y ahora YoonGi había metido definitivamente la pata.

—Nosotros no deberíamos hablar de esto sin NamJoon presente —comenzó Jung—, estas son cosas que se relacionan con él y todos sabemos cómo se puede poner si se entera de que lo saben o... si se entera de que les contamos lo que sabemos nosotros —explicó el beta, ahora viendo las miradas curiosas volverse muecas de decepción.

—Pero él no está aquí —esa fue la voz de YoonGi, HoSeok lo miró con una mueca que trataba de ser amenazante.

—Sabes muy bien qué pasaría si se entera —señaló lo obvio, YoonGi formó una mueca con los labios.

—¿Qué cosa? ¿Me va a gritar y a tratar mal como ya hizo y como hace siempre? Estoy acostumbrado —soltó con resentimiento, aún no olvidaba lo que había ocurrido en el hospital y el hecho de que ninguno haya tenido la oportunidad de hablar para disculparse sólo hacía peor el asunto.

—Bueno, si eso incomoda a NamJoon Hyung no tenemos por qué saberlo —dijo JiMin de inmediato al ver cómo las miradas de ambos amigos se mantenían más segundos de los necesarios en una pequeña batalla—. Sólo nos daba curiosidad saber qué sucedía, aparte del hecho de que pareciera que usted se ve en contra de SeokJin Hyung cuando él no se ve como una mala persona —lo último lo dijo bajando un poco el tono de voz.

—No lo parece —recalcó YoonGi—. No sabemos si lo es.

—No lo es —respondió HoSeok, suspirando cuando el alfa lo miró mal—. Ve, si quieres decirles hazlo, pero atente a las consecuencias —le dijo con un tono que denotaba advertencia.

—Lo que sucedió fue... —comenzó YoonGi, HoSeok bufó rendido y se recostó sobre la mesa, colocando su cara entre sus brazos cruzados—. Bueno, lo que sabemos nosotros —corrigió—, es que NamJoon y SeokJin eran algo así como "cercanos" —hizo comillas con sus dedos—. Desde que comenzamos clases en este lugar ellos se habían llamado la atención mutuamente, pero no fue hasta el año pasado que hablaron más y por consecuencia SeokJin se sentaba con nosotros, ellos siempre coqueteaban y esas cosas —hizo un ademán con su mano.

HoSeok volvió a levantar la cabeza mientras lo miraba con reproche, esperando que no dijera una tontería.

—Finalmente —soltó aire—, en mitad de la fiesta de navidad NamJoon dijo que debía hacer algo —desvió un poco la mirada hacia la derecha, recordando aquello—, no lo acompañamos porque dijo que quería ir solo, pero luego de eso no supimos nada de él sino hasta que lo llamamos unas horas más tarde —ladeó sus labios—. Nos colgó y luego nos envió un mensaje diciendo que en mitad de la fiesta se había sentido mal y tuvo que regresar a casa, no nos dejó ir a visitarlo y simplemente lo dejamos así porque no queríamos hacerlo enojar por haber insistido.

—¿Qué? —JiMin frunció sus cejas en preocupación—. Pero, ¿hasta ahora no les ha hablado al respecto?

—Absolutamente nada —respondió suspirando y cruzándose de brazos—. El punto es que desde entonces no deja que SeokJin se acerque, no le habla, ni lo mira, y reacciona extraño cuando está cerca —concluyó YoonGi.

—... y es ahí donde la historia termina —agregó HoSeok.

Los tres se veían aún más confundidos, ahora mucho más curiosos que antes e igual de consternados que los otros dos amigos.

—Pues sí, eso... —YoonGi se encogió de hombros—. Honestamente yo creo que SeokJin hizo algo, porque ha tratado un par de veces de acercarse y NamJoon reacciona como si, ya saben, le tuviera miedo.

—Sí, pero también sabemos que NamJoon es... se esta, mejor dicho, comportando extraño con todo en general, no podemos saber si él necesariamente le tiene miedo o simplemente trata de evitar algo, ¿quizás SeokJin le pidió ser su pareja y solo está evitando esa discusión?

—No creo que sea tan simple, HoSeok —le dijo YoonGi, un poco más serio ahora.

—Quizás no pero... SeokJin no sería capaz de matar una mosca, él se ve tan confundido como nosotros con respecto a todo este asunto —dijo el beta como defensa.

YoonGi simplemente hizo una mueca con los labios, desviando la mirada mientras pensaba en las posibilidades.

—¿Eso tiene que ver con que haya pasado por el hospital? —preguntó entonces TaeHyung luego de un pequeño silencio, sus cejas fruncidas con preocupación y curiosidad.

—No lo sé —dijo Min con sinceridad.

—Nunca supimos exactamente por qué estuvo en el hospital —esta vez intervino JungKook, un poco dudoso de preguntar sobre eso.

Ambos parecieron darse cuenta de que esa parte de la información no la sabían del todo, si bien YoonGi le había hablado a JiMin al respecto, no le había dicho qué había provocado que el omega estuviera con el estómago técnicamente quemado. HoSeok entonces suspiró, bastante rendido ahora como para decirle a Min que se callara.

—Ya comenzaste con el tema —fue lo único que dijo, el alfa esta vez se veía un poco más dudoso.

—Bueno... por alguna razón comenzó a tomar más supresores de los necesarios así que, eventualmente, su esófago y estómago terminaron "quemados", por así decirlo —resumió, JiMin abrió los ojos con preocupación mientras ambos alfas hacían muecas de dolor—. No sabemos por qué comenzó a tomar tantos, pero su olor dejó de sentirse y su aura se comenzó a sentir diferente... todo él no se ha visto como sí mismo desde diciembre.

—Y eso es todo —otra vez, concluyó HoSeok—. NamJoon no tiene que saber que ustedes saben esto y entendemos que estén preocupados, pero por ahora no podemos hacer mucho para ayudarlo —les dijo al notar sus miradas.

Todos se quedaron en silencio entonces, sus cabezas poniéndose en marcha con planes y teorías a pesar de que aquello era algo que no debían hacer, igualmente sentían que necesitaban saber el fondo de todo el asunto, más YoonGi que cualquiera.

—Bueno... —el primero en hablar fue JiMin, un poco dudoso—. Igualmente habíamos planeado hacerle una bienvenida para cuando regrese al instituto, así que vamos a ponernos con eso —buscó entre sus bolsillos, dejando luego un par de billetes en la mesa—. Tengo diez mil wons.

JungKook de inmediato buscó dinero en su mochila y sacó otro par de billetes, colocándolos sobre los de JiMin. HoSeok sonrió y puso igualmente, a la par de YoonGi quien no pudo dar mucho, pero colocó su parte. Tae entonces apretó sus labios y recordó la promesa que se había hecho a sí mismo hacía un tiempo, se suponía que no debía tocar el dinero de su "trabajo" para alguna otra cosa que no fuera su fin principal, pero terminó tomando uno de los billetes y los dejó sobre la mesa. Ahora tenía un poco menos, pero estaba bien, no se había salido de su presupuesto.

—Es lo único que tengo —ladeó sus labios, luciendo un poco avergonzado ya que aquello era una mentira—, eso y lo que tengo para mi almuerzo —agregó, excusándose.

—Tranquilo, yo también soy pobre —se burló YoonGi.

Tae rió, sin embargo, lucía un poco tenso pero aquello era casi imperceptible.

—Sí... el lunes tendré más —dijo de inmediato—. Hay que conseguirle algo lindo a NamJoon Hyung —cambió de tema, ahora un poco más relajado.

—Bien, aquí hay... —HoSeok comenzó a contar el dinero—. Cincuenta y un mil wons —levantó ambas cejas—. Eso es... un par de platos de almuerzo.

—Con postre —YoonGi levantó un dedo.

—Uno pequeño —le dijo.

—Bueno, el lunes traemos otro poco y si logramos una cantidad parecida tendremos cien mil wons para conseguirle o comprarle algo más grande —apoyó JungKook positivamente.

—¿Y quién guarda el dinero? —HoSeok los miró interrogante.

—Yo creo que usted debería —JungKook le sonrió inclinándose un poco hacia él, provocándole un sonrojo—. ¿Todos a favor?

—No, esperen, yo soy muy torpe...

—Yo voto por HoSeok Hyung —JiMin levantó su pequeña mano.

—Yo también —apoyó Tae.

—Es unánime —anunció YoonGi, viendo la cara de pánico del beta—. Tú vas a cuidar el dinero —empujó la mano del contrario contra su pecho, HoSeok no podía terminar de armar una oración coherente.

—No... quizás lo pierda o... o lo olvide... yo...

—Hyung, confiamos en usted —escuchó la voz de JiMin—, sólo déjelo en su mochila hasta el lunes, no ocurrirá nada malo —el beta apretó sus labios y miró el dinero, aún sin estar seguro.

—Bueno... si YoonGi se lo queda es probable que haga una estupidez... —dijo a modo de consuelo y aunque el alfa estaba de acuerdo, lo miró feo—. No tengo opción, ¿uh? —los miró avergonzado.

HoSeok realmente esperaba no meter la pata.

JiMin bufó en estrés mientras peinaba su cabello hacia atrás, volvió a inclinarse hacia delante y terminó de amarrar sus agujetas, se levantó y se miró el cuerpo entero y formó una mueca con los labios al sentir sus piernas tan libres. Salió lentamente de los vestidores y formó una mueca con sus labios cuando vio a los alfas vestir con shorts un poco más largos que los omegas, sus mejillas estaban un poco rojas y trató de no pensar en las miradas que le estaban dedicando.

Juntó un poco más sus piernas en un vago intento de sentirse un poco más cómodo pero aquello no funcionó, mucho menos cuando escuchó un silbido a sus espaldas que le dio un escalofrío.

—Hey —sintió el brazo de TaeHyung rodear sus hombros, JiMin lo miró sin poder evitar la vergüenza en su mirada—. ¿Qué ocurre?

—Creo que... este uniforme me queda un poco pequeño... —murmuró, desviando la mirada hacia el suelo, sosteniendo los bordes para que estos no subieran de más. La primera vez que lo usó estaba medianamente decente, quizás se había encogido un poco por haberlo lavado.

Tae miró hacia los demás, notando las expresiones curiosas y algo extrañas de los alfas, él estaba seguro de que había omegas con uniformes más reveladores porque los podía ver luciendo demasiado confiados con shorts que mostraban un poco de más sus muslos, pero no entendía por qué todos tenían que fijar su vista en JiMin. ¿Quizás por el hecho de que estuviera prohibido mirarlo? Después de todo sabían que tendrían consecuencias con ChanYeol pero eso sólo parecía emocionarlos un poco más.

Pensó que los alfas eran unos idiotas.

—No sé si pueda hacer ejercicio con esto... —murmuró con una mueca en sus labios.

—Ven, yo lo arreglo —le dijo mientras caminaba con él hacia las gradas en donde se encontraba su mochila, JiMin miró con atención cómo sacaba un suéter gris.

El menor miró con atención como el alfa amarraba las mangas de su suéter en su cintura, tapando todo aquello que no quería que nadie viera de más. El gesto le pareció muy lindo y aunque trató de decirle a Tae que no era necesario, este hizo un ademán con su mano.

—Debe ser jodidamente incómodo que te miren... tus atributos —le dijo como única explicación, notando la manera en la que JiMin se sonrojó y luego rió por la frase.

—Lo es...

—Aunque es lindo, me das envidia —movió sus cejas, recibiendo un golpe en el hombro del sonrojado omega—. ¡Soy honesto!

—Tonto —le sacó la lengua, sus manos sujetando un poco más fuerte las mangas del suéter alrededor de él para evitar que se cayera.

—Ah, pero si YoonGi te dijera algo al respecto, no creo que te moleste, ¿cierto? —agregó casi murmurando, y huyó cuando JiMin se volvió a lanzar sobre él para darle más golpes.

Ambos se rieron mientras se perseguían.

—¡Bien! —escucharon la voz del profesor, quien sujetaba un balón con su mano y miraba a todos con sus cejas fruncidas de manera intimidante—. Vamos a calentar, hagan un círculo —volvió a sonar el silbato.

JiMin y Tae se pusieron lado a lado mientras todos los estudiantes formaban un círculo, el calentamiento comenzó entonces y aunque JiMin temió que el profesor le hiciera quitarse el suéter, eso no pasó, por lo que trató de mantenerse calmado mientras la clase comenzaba. Estaban bajo la cancha techada que se solía usar para los entrenamientos de basket por lo que no tenían que soportar el caliente sol de Seúl ni la tierra de los alrededores, lo cual era una ventaja teniendo en cuenta que tuvieron que trotar por quien sabe cuanto tiempo.

JiMin colocó su cabello hacia atrás un poco sudado, jadeando y suspirando cuando tuvo un momento para respirar. TaeHyung estaba igual de destruido que él pero mantenía una sonrisa divertida en el rostro, manteniéndose cerca de JiMin por si este se sentía incómodo.

—Odio los deportes —jadeó Tae.

—¿A alguien le gustan? —JiMin rió, siendo acompañado por el alfa.

—Bien, hoy jugamos voley —el profesor Kwon hizo rebotar la pelota de voleyball antes de atraparla con una sola mano—. Los equipos serán mixtos, el equipo que gane tendrá nota extra, ya saben cómo funciona —hizo sonar el silbato de nuevo—. Necesito que dos voluntarios coloquen la red —miró a sus estudiantes.

Nadie habló, mucho menos se ofrecieron, así que mientras enarcaba una ceja el hombre señaló a dos chicos al azar.

—Ustedes dos, vayan —ambos hicieron sonidos de queja y fueron a hacer el mandado—. Mientras sus compañeros colocan la red vamos a armar equipos... a ver... ¡Park JiMin, Ahn HyeJin y Kim JiSoo, a la derecha! —decía mientras leía una lista.

JiMin hizo una mueca con sus labios y se colocó junto con las chicas, una de ella era una alfa que olía a rosas y a clavo de olor, el aroma era agradable y la sonrisa de ella lo era igualmente.

—¡Kim TaeHyung, Jung WheeIn y Jung JaeSang a la izquierda! —los nombrados hicieron caso.

JiMin miró con una mueca como el contrario estaba en el equipo rival mientras este sólo se encogía de hombros de manera relajada, dándole a entender que realmente no le importaba la nota extra. El omega se dio cuenta de que nada parecía perturbar la constante tranquilidad de TaeHyung y entonces pensó que el alfa era bastante misterioso, sus expresiones siempre eran tranquilas o animadas, incluso burlonas, no pareciera del tipo que podía enojarse con facilidad ni mucho menos, así como no se veía como el tipo de alfa que contestaría a una pelea.

El profesor había terminado de armar los equipos de seis personas, aún habían unos cuantos estudiantes sentados en las gradas esperando su turno para la siguiente ronda. En el equipo de JiMin habían un total de tres alfas, dos omegas y un beta, así que no iba a mentir, se sentía un poco intimidado. En el de TaeHyung habían cuatro alfas y dos omegas, por lo que de alguna manera poseían más ventaja.

—Bien, si hicieron la tarea sabrán cómo se juega —comenzó, algunos pasaron saliva—. Cuando suene el silbato van a comenzar, el equipo de HyeJin lanzará —le lanzó el balón a la alfa quien lo atrapó de inmediato, confiada de sí misma mientras se colocaba enfrente—. Bien, ¡comiencen! —todos escucharon el pitido.

De inmediato se oyeron los chillidos de los zapatos resonando contra el piso, como ellos no eran realmente buenos en ese juego la pelota no se mantenía realmente mucho tiempo en el aire y los puntos avanzaban rápido. JiMin estuvo a punto de caerse un par de veces y chocó con sus compañeros más veces de las que hubiera querido.

—¡TaeHyung! —el alfa escuchó el llamado de uno de los de su equipo y miró la pelota caer en su dirección por lo que colocó ambos brazos para lanzarla hacia arriba mientras su compañero corría hacia él para rematar.

No fue sorpresa para nadie que el alfa que odiaba los deportes terminara recibiendo un pelotazo por él mismo al haber golpeado erróneamente la pelota.

—¡Ugh! —cayó sentado al suelo, sosteniendo su cara.

—¡Punto para el equipo de Hye! —anunció Kwon.

Se oyeron carcajadas por todos lados y JiMin lo miró con preocupación, sin embargo el alfa chasqueó la lengua y peinó nuevamente su cabello, levantándose sin estar en absoluto avergonzado, incluso tenía una sonrisa divertida en el rostro.

—No sirvo para esto —decía riendo.

—¡Idiota, si no sabes jugar ni lo intentes! —ese fue Jae, bufando con enojo debido a la competitividad. Tae sólo enarcó una ceja en su dirección y se encogió de hombros mientras sonreía.

JiMin estaba bastante sorprendido por su actitud.

—¡No peleen! —el profesor viró los ojos—. ¿Todo bien, Kim? —el alfa hizo un ademán con la mano, demostrándole que estaba bien—. Bueno, ¡sigan jugando, falta poco! —anunció y volvió a sonar el silbato.

Todos se colocaron en su posición de nuevo y se prepararon para jugar.

JiMin realmente trató de lanzar bien el balón y aprovechó sus habilidades saltando alto para intentar rematar, aunque esto no funcionó del todo bien, y aunque la pelota casi cae al suelo para darle un punto a su equipo, él se resbaló y cayó sentado al suelo, gimiendo por el dolor. Las risas volvieron a escucharse y trató de ignorarlo mientras se levantaba.

—¿Estás bien, Park? —preguntó el profesor.

JiMin abrió la boca para responder, pero alguien se adelantó.

—¡Su gran trasero amortiguó la caída! —dijo uno de los alfas que estaba en el equipo contrario, carcajeándose y siendo acompañado por unas cuantas personas más.

—¡Tienes razón! —apoyó Jae.

JiMin sintió sus orejas ponerse rojas y bajó la mirada, sintiéndose demasiado avergonzado ahora. Tae frunció un poco sus cejas y miró a ambos alfas con reproche, ninguno no lo miró, simplemente siguieron riéndose. Tampoco esperaba que se detuvieran por su mirada, no estaba seguro qué esperaba conseguir, pero estaba enojado.

—Están castigados —la voz del profesor resonó por la cancha y Jae lo miró con incredulidad al igual que su compañero.

—Sólo dijeron un chiste... —comentó JiSoo.

—Tu también estás castigada —ella abrió los ojos con indignación—, ¿alguien más? —enarcó una ceja, viendo el silencio caer sobre la cancha—. Perfecto, este partido terminó, el equipo de TaeHyung ganó, pero no tendrán puntos los que hicieron el chistecito.

Quienes estaban en el grupo del alfa saltaron en alegría menos los castigados, todos caminaron entonces hacia las gradas para tomar agua y ver cómo los otros equipos jugaban. JiMin de inmediato caminó hacia los vestidores y Tae lo siguió, interceptando al omega antes de que entrara.

—Hey —buscó su mirada, tratando de sonreírle.

JiMin lo miró un segundo, sus ojos estaban llorosos. Tae relajó su expresión un poco, bajando su sonrisa en una mueca de empatía y de preocupación.

—¿Crees que el profesor se enoje si me pongo los pantalones del otro uniforme? —preguntó con timidez, jugando con las mangas del suéter de Tae y sorbiendo un poco su nariz.

Tae lo pensó un par de segundos, miró hacia la cancha y luego regresó su atención a JiMin.

—Pues, sí se puede enojar, estás sudado y debes bañarte para ponerte el uniforme —JiMin suspiró en decepción, pero vio a Tae encogerse de hombros—. Si quieres me los pongo también, para que no se enoje sólo contigo —le sonrió.

JiMin levantó la mirada y le sonrió con alegría, abrazando al alfa a pesar del sudor. Tae rió y correspondió al abrazo ligeramente, dándole palmaditas en la espalda.

—¿Estás seguro? —se apartó un poco, mirándolo con duda—. Quizás nos castigue, ¿no te preocupa eso?

—No es un problema, JiMin —sonrió con calma—. Si me preocupara por cada consecuencia o por todo lo que sucede en mi vida, me habría lanzado de un puente hace mucho tiempo —rió.

Aunque JiMin intentó reír por el comentario exagerado, una mueca de preocupación atravesó su rostro durante un segundo. ¿Quizás aquella frase tenía un poco más que esconder o JiMin solo estaba pensando demasiado? Hizo una mueca con los labios y sonrió un poco, tratando de no darle muchas vueltas y que el alfa se sienta incómodo.

—Está bien, hagámoslo —sonrió, quitándose el suéter para dárselo a Tae.

De repente, ambos escucharon unas cuantas quejas y murmullos de más, se giraron y vieron cómo el equipo de basket entraba a la cancha junto con el entrenador, el profesor Kwon frunció sus cejas mientras detenía el pequeño juego entre los estudiantes y se acercaba hacia el entrenador. Ambos hombres comenzaron una discusión pequeña, el profesor estaba un poco enojado por haber sido interrumpido y el entrenador argumentaba que necesitaban usar esa cancha para practicar porque habían perdido un partido. Kwon se rió a carcajadas por ese hecho mientras el otro alfa parecía echar humo por las orejas.

JiMin levantó su mano para saludar a HoSeok y este le dio un golpecito en el hombro a YoonGi para que lo saludara igualmente. El alfa cambió su expresión de aburrimiento y sueño repentinamente, sonriéndole al omega mientras movía su mano como saludo.

—Vamos a hablar con ellos —JiMin caminó hacia ambos con entusiasmo.

Tae lo miró caminar, hasta que se dio cuenta de que le faltaba algo.

—Ah, JiMin —Tae lo siguió, tenía el suéter en sus manos.

El no centró mucho en el llamado de Tae y siguió caminando, él estaba tranquilo y confiado mientras caminaba hacia YoonGi sin tener idea de que el alfa estaba prácticamente viéndolo en cámara lenta, con corazones alrededor del omega mientras este trotaba hacia él de una manera adorable; sus mejillas estaban rojas por el reciente ejercicio y su piel estaba ligeramente brillante por el sudor.

YoonGi casi se babea.

Así mismo, el alfa tuvo una especie de Deja vú por la imagen y HoSeok quitó su brazo cuando se dio cuenta de que YoonGi quería tomarlo, seguramente para pellizcarlo por la emoción que le producía el lindo omega.

—Hyung, ¿van a practicar? —preguntó con curiosidad.

—Ajá... —sonrió como un tonto.

HoSeok se cruzó de brazos mientras miraba la reacción de YoonGi con una ceja alzada.

—YoonGi... otra vez estás hablando con monosílabos —le recordó.

JiMin rió mientras el alfa parpadeaba tratando de concentrarse.

—Ah, sí... el entrenador tiene el orgullo herido, lo cual se traduce como: un duro entrenamiento que nos dejará en cama varios días con dolor, yuju —soltó con aburrimiento mientras el menor lo miraba con compasión.

—Lo siento por ustedes —Tae se colocó al lado del omega, el suéter estaba sobre su hombro—, espero que no lleguen muy agotados a casa —ladeó un poco su cabeza mientras los miraba, luciendo lindo.

—Uh... sí —HoSeok desvió la mirada.

—¿Estás usando un suéter en clase de gimnasia? —YoonGi señaló el hombro del alfa, mirándolo con extrañeza porque no creía que a nadie le pudiera gustar sudar el doble.

—¿Uh? No... JiMin lo estaba usando —se lo descolgó del hombro y se lo tendió al omega—. Toma.

Ahora la vista cayó hacia el menor y este se sonrojó un poco.

—Uh... no es que yo quiero sudar sólo... —miró a Tae y tomó el suéter, abrazándolo—. Es que no me gusta como se me ve la parte trasera del uniforme —sonrió un poco avergonzado.

—¿No? Seguro luces adorable —YoonGi, tan lento como era, no entendía qué había de malo. HoSeok lo miró como si fuera un tonto y Tae apretó sus labios para no reírse—. De hecho luces muy lindo, creo que a nadie le queda mejor el uniforme de gimnasia que a ti.

JiMin cubrió su sonrisa con su pequeña mano, sus mejillas sonrojadas y su expresión volviéndose adorable en segundos.

—Hyung... no me refiero a eso...

—¡Muchachos! —todos se giraron hacia la voz del profesor—. Vamos a continuar con la clase en la cancha de afuera —todos los alumnos se quejaron—. Sí, lo sé, pero no podemos hacer nada, así que vengan por sus mochilas —hizo sonar el silbato—. Dejemos que el pobre entrenador recupere su orgullo.

—Te voy a matar, JiYong —le dijo, provocándole una risa de burla.

—Creo que debemos irnos —dijo Tae, algo divertido por lo que había dicho el hombre.

—Uh, sí —JiMin hizo una mueca con los labios—. Hasta luego, Hyungs —plantó un pequeño beso en la mejilla de Min rápidamente—. Nos vemos más tarde.

YoonGi abrió la boca para despedirse igualmente, pero el omega ya se había girado para ir por su mochila, colocándose el suéter en el proceso. Sin embargo, esa pequeña fracción de segundo fue suficiente para notar por qué JiMin se sentía incómodo con su uniforme.

—Uh, ¿YoonGi? —HoSeok miró con confusión a su amigo cuando este se cubrió el rostro, haciendo sonidos de queja, como si se estuviera conteniendo de hacer algo—. ¿Qué sucede? —picó su hombro con su dedo índice, extrañado.

—Uh —pasó saliva, bajando sus manos—... nada —murmuró, desviando la mirada hacia un lado, mordiendo sus labios con nervios.

—¿Seguro? —buscó su mirada, pero esta fue continuamente evitada por el alfa que se sentía ligeramente culpable—. De repente tu cara está más roja que la vez que te dieron un pelotazo —se burló un poco, pero al no ver reacción del alfa, lo miró con preocupación y lo tomó de los hombros para zarandearlo un poco—. ¡Yoon!

YoonGi sólo tenía una cosa en la cabeza y aunque se sentía un poco culpable por eso, no podía evitarlo. ChanYeol lo quebraría por completo si supiera la imagen mental que bailaba en su mente, una linda imagen que le coqueteaba con lindos ojos, usando aquel ajustado uniforme, haciéndolo sonreír como un idiota.

Ah, estaba tan enamorado de JiMin.

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