¡Veinticuatro!: amigos desaparecidos y omegas enfermos.

HoSeok recordaba cómo había sido su primer beso; un omega fue retado a hacerlo cuando tan sólo tenía diez años de edad y para ese momento, HoSeok realmente creyó que había sido un lindo momento en el patio trasero de la escuela. Sin embargo, lo malo llegó después cuando descubrió el secreto detrás de aquella pequeña muestra de afecto y fue la burla de sus compañeros cuando el niño, con más maldad que la que alguien de su edad debería tener, le dijo: «eres un estúpido beta, no quiero nada contigo».

Desde entonces, decidió borrar aquella experiencia de sus recuerdos y se convenció a sí mismo de que no había tenido un "primer beso" en realidad, porque el niño no sentía nada por él y HoSeok no sentía nada por ese niño. Claro, después de aquella humillación, le fue imposible mantener el poco cariño que se formó en su corazón luego del pequeño beso.

En resumidas cuentas, HoSeok estaba apartando aquel "primer beso" para alguien especial, alguien que valiera la pena y cuyo requisito principal para que fuera válido era que ambos estuvieran de acuerdo. Así que, aquella mañana del lunes a las siete y media, HoSeok estaba volviéndose loco porque su segundo-primer-beso había sido con JungKook... y el tercero... y el cuarto... y él había perdido la cuenta.

Los recuerdos lo invadieron tan ferozmente en el momento que despertó que ni siquiera fue capaz de entrar en completa conciencia de que estaba despierto, por lo que tuvo que pellizcar su brazo para darse cuenta de que efectivamente, no estaba soñando, que estaba consciente y... que había besado a JungKook.

No podía respirar.

—No puede ser... no... —se jaló el cabello, tratando de relajar su respiración, tratando de alejar ese dolor en su pecho y la sensación de desesperación.

Estaba tratando de relajarse, trataba de no pensar en eso y de concentrarse en el hecho de que llegaría tarde al instituto, pero no, ahí estaba él, a punto de arrancarse el cabello por el repentino ataque de ansiedad que lo estaba invadiendo. Quería vomitar y el pánico de ver a Jeon ese día sólo servía como combustible para su desgraciada situación. Se cubrió el rostro, negando con la cabeza y repitiendo una y otra vez que debía calmarse pero su cuerpo no podía detenerse.

Miles de escenas aparecieron en su cabeza, cada una era peor que la anterior. Su cabeza lo torturaba, ¿acaso no podía ser más idiota? ¿Acaso esperaba que algo bueno saliera de eso? Estaba mal, JungKook estaría tan enojado y asqueado, quizás ni siquiera le hablaría... quizás se reiría de él... 

—No... no... —sus manos sujetaron con mucha más fuerza su cabello.

Repentinamente, escuchó el fuerte ruido de un vaso rompiéndose y miró la puerta de su habitación, toda su atención siendo acaparada por la queja que llegó después y por su padre, quien irrumpió en su habitación.

—¿No pudiste recoger los platos la noche anterior? —HoSeok lo veía con confusión, el hombre sólo bufó—. ¡Tu mamá acaba de romper un vaso porque no fuiste capaz de guardarlo! —cerró la puerta de un portazo que hizo saltar al beta—. ¡Y vístete que llegarás tarde!

El beta miró hacia abajo y se cubrió el rostro nuevamente, tragándose las ganas de llorar y respirando lo más calmado que podía. Ciertamente no podía hacer nada en contra el hecho de que no podía faltar a clases y tenía que conseguir la manera de poder sobrevivir ese día sin tener un ataque durante el horario escolar. Se quitó las pocas lágrimas que se habían deslizado por su rostro y se levantó tembloroso, buscando su uniforme.

Cuando salió de su habitación sus padres ya se habían ido, revisó la cocina y se encontró con el vaso roto en el suelo; ellos ni siquiera se detuvieron a recogerlo. Suspiró antes de limpiar y después de envolver todo el vidrio roto en papel periódico, lo botó a la basura y salió con la bolsa hasta el basurero frente a su casa. Finalmente, fue hasta la parada de autobús y subió al primero que apareció alrededor de quince minutos después, estaba yendo jodidamente tarde.

HoSeok tenía pensamientos apocalípticos la mayoría del tiempo, pero ahora se estaban pasando un poco de la raya; sus manos sudaban y sus respiración luchaba por mantenerse tranquila. Cualquier persona que lo viera en ese momento le diría que se relajara, que no era la gran cosa, que situaciones como esa ocurrían todo el tiempo todos los días y las personas no se iban a morir por eso, pero HoSeok definitivamente sentía que se moriría por eso.

Una vez llegó a las instalaciones se sintió un poco relajado al ver que casi no había nadie en al entrada; lo bueno de haber llegado tarde al menos, era que no tendría que ver a JungKook por ahora y que no tendría que pensar en qué decirle aún, porque ciertamente no quería meter la pata y siendo honesto consigo mismo, ¿qué se supone que le diría? ¿Que estuvo mal? ¿Que quería repetirlo? ¿JungKook siquiera le hablaría?

Cuando atravesó los pasillos bajó automáticamente la mirada, los estudiantes debían estar en sus respectivas clases y él trataba de despejar su mente lo mejor posible, quizás debería esperar en la cafetería a que el siguiente horario comenzara para no tener que pasar la vergüenza de ser regañado frente a todo su salón por el profesor. Tomó entonces su celular y vio un mensaje de YoonGi preguntándole dónde estaba, contestó que entraría luego y levantó la mirada en dirección a la cafetería.

—HoSeok Hyung —el mencionado brincó del susto y se giró automáticamente, mirando con miedo al alfa que estaba parado detrás de él—. Creo que no notó que lo estaba esperando en la entrada —sonrió con un poco de pena, estaba un poco avergonzado y no podía mirarlo a los ojos por mucho tiempo.

Aquel último detalle, HoSeok lo tomó de mala manera, porque pensó que JungKook estaba tan asqueado que no podía ni mirarlo.

—Uh... sí... —otra vez quería llorar—... lo siento... —sus piernas comenzaron a temblar y quizás, sin querer hacerlo realmente, estaba comenzando a dar un par de pasos hacia atrás en un vago intento de huir.

No quería escuchar los insultos que JungKook le diría.

—Hyung, realmente quiero hablar con usted —Jeon entendió lo que sucedía, no le fue difícil captar toda el aura asustadiza e incómoda del beta y dio un paso hacia delante, tratando de verse seguro—. Me gustaría poder resolver esto, que no hayan malentendidos.

—JungKook no sé... si se una buena idea hacerlo... ahora —sus ojos ahora estaban fijos en el suelo, ni siquiera era capaz de ver al alfa a la cara por la vergüenza y podía sentir la punta de su nariz picarle al igual que sus ojos—. Además, estoy llegando tarde, el p-profesor se enojará... yo no...

En un acto de cobardía, se dio media vuelta y trató de alejarse lo más rápido posible, pero no contó con que JungKook se negara a dejarlo escapar y fue detenido cuando el contrario tomó su brazo. Miró con pánico al alfa y este lo soltó, su rostro ahora era un poco más serio pero no quitaba la expresión de preocupación que llevaba consigo.

—Por favor —insistió.

HoSeok apretó sus labios, sus mejillas estaban tan encendidas que lo único que podía sentir era el calor en su cara, y mientras consideraba todos los pros y contras que traería una conversación con JungKook tan pronto, asintió lentamente, quizás debería acabar con eso de una vez. 

El alfa suspiró con alivio y tomó la muñeca del contrario, provocándole un pequeño brinco.

—Sé a dónde podemos ir para tener privacidad —lo jaló un poco.

HoSeok podía sentir su corazón golpear con fuerza su pecho pero aún así siguió a JungKook, de hecho ni siquiera se sentía capaz de decir una palabra al respecto y ahora debía pensar en qué demonios debía hacer ahora mismo.

YoonGi suspiró con aburrimiento mientras el timbre anunciaba la hora para comer, llevaba sentado quien sabe cuantas horas y habían sido jodidamente aburridas sin ninguno de sus amigos en el aula. Pensó que HoSeok estaría en la entrada del salón esperándolo como solía hacer siempre que llegaba tarde pero no podía encontrarlo y NamJoon ni siquiera le había avisado que faltaría ese día, lo cual era aún más extraño.

Por lo que, ahora mismo y en resumidas cuentas, YoonGi se sentó solo en la cafetería, quejándose de que sus amigos eran los peores amigos del mundo y que lo habían abandonado quién sabe por qué, pero estaba seguro que eran excusas tontas, o al menos esperaba que lo fueran para hacer un berrinche al respecto.

Sin embargo, su sufrimiento no duró mucho porque sintió un suave y dulce aroma bailar alrededor de él, de inmediato se giró hacia el dueño del mismo y sonrió como un tonto cuando JiMin se sentó a su lado, sus hermosos labios formando una preciosa sonrisa y sus lindos ojos desapareciendo en dos finas líneas. Si fuese un lobo, en definitiva, estaría moviendo su cola.

—Hola Hyung~ —saludó con una voz dulce mientras colocaba en la mesa una bandeja de comida con dos platos de ramen.

—Oh, hola —sonrió, le dio una mirada a la bandeja y luego al menor, este sólo asintió.

—Sí, Hyung, es para usted —YoonGi no pudo retenerse a abrazarlo, provocando una risa en el omega—. No lo vi con comida así que se me ocurrió invitarle un poco, además, le traje un par de galletas —el alfa se separó de inmediato, mirándolo con atención mientras este sacaba un pequeño envase color azul pastel—. ¡Tarán~!

YoonGi sonrió en grande, tan feliz que el omega pudo sentirse igual de contento. Rápidamente intentó tomar una pero JiMin se lo negó, cerrando el envase.

—No Hyung, necesita comer primero —el alfa hizo una mueca de queja y mientras JiMin dejaba el envase frente a la bandeja le dio un par de palmaditas en el hombro—. A comer~.

—A comer~ —respondió con un tono de voz quejumbroso.

El corazón de JiMin no pudo aguantar lo adorable que eran las quejas ajenas y se acurrucó sobre YoonGi mientras soltaba risitas adorables, provocándole un sonrojo al alfa y una mirada nerviosa en su dirección.

—Hyung, usted parece un niño~ —el alfa formó una línea con sus labios, haciendo una mueca que hizo reír nuevamente a JiMin.

YoonGi aprovechó ese pequeño momento para inclinar su cabeza contra JiMin, dándose el gusto de disfrutar aquel tacto solo por un par de segundos. Ninguno le prestó atención a las miradas curiosidad que los demás estudiantes les dedicaban, todos preguntándose si ChanYeol aparecería en cualquier momento o murmurando cosas como «no puedo creer que esté con ese raro alfa».

—Oh, ¿cómo te ha ido en clases? —le preguntó con completo interés, mirándolo con ojos atentos y una sonrisa entusiasmada, JiMin tomó una porción de comida antes de responder y YoonGi se deleitó con ver lo adorable que se veía JiMin masticando con sus mejillas rellenas.

Ah, estaba tan enamorado. La boda se veía tan clara en el horizonte.

—Muy bien, entregué todas mis tareas y la profesora de literatura me felicitó por el ensayo que hice sobre la peste negra —explicó con orgullo—. ¿Y a usted? —preguntó, tomando otra porción de comida.

El alfa se sintió ligeramente tonto ese segundo, porque el único comentario que un profesor le había hecho ese día fue un «Min YoonGi, necesita repetir el exámen de matemáticas». Titubeó un segundo y luego suspiró ligero, tratando de no sentirse tan avergonzado al respecto.

—Bueno, fue decente... —rascó su mejilla—. Claro, teniendo en cuenta que mis amigos me abandonaron completamente —ahora se quejó y el menor parpadeó curioso.

—Oh, eso iba a preguntarle, pensé que estaban comprando su comida —dijo ahora un poco confundido mientras echaba una mirada a la fila y YoonGi negó con la cabeza, frunciendo un poco sus labios—. ¿Quizás están ocupados con algo?

—No lo sé, se supone que HoSeok llegó pero no ha respondido mis mensajes y NamJoon ni siquiera mandó uno, así que no estoy seguro de si preocuparme o no —se estiró un poco en el asiento, bostezando luego—. Pero al menos tenemos privacidad —miró al menor y este sintió sus mejillas calentarse al instante.

—Hyung, estamos en medio de la cafetería —se rió y las mejillas del alfa se encendieron igualmente.

Sí, estaban en medio de la cafetería, en medio de las miradas de todos y aun así, JiMin no miraba a nadie más. YoonGi por otro lado, le dio una ligera mirada a la multitud y apretó sus labios.

—Uh, sí, lo decía porque... eh... olvídalo —JiMin se rió un poco más, inclinándose sobre YoonGi y dándole un ligero empujoncito como era su costumbre, el alfa ahora estaba un poco más avergonzado.

Ambos se miraron entonces, sonriéndose con ternura. Sus lobos aullaron y tuvieron una dulce sensación en su pecho que los hizo reír un poco.

—Rayos, ¿no está aquí tampoco? —ambos se giraron hacia la voz ajena, viendo como TaeHyung se sentaba frente a ellos con su bandeja de comida en mano. YoonGi enarcó una ceja—. JungKook, no lo he visto.

—Oh, otro desaparecido —JiMin dijo con un poco de sorpresa—. HoSeok Hyung y NamJoon Hyung no aparecen tampoco —le dijo al alfa recién llegado.

TaeHyung abrió ligeramente la boca, exagerando su sorpresa antes de cerrarla.

—¿Quizás están planeando algo en nuestra contra? ¿O puede que los tres se escaparon sin nosotros? —comenzó a teorizar el peli-gris, colocando su mano sobre el mentón mientras miraba al techo—. ¡Nos abandonaron! —concluyó golpeando su puño contra la palma de su mano y JiMin rió.

—No abandonaron a nadie, no lo creo, ¿verdad Hyung? —miró nuevamente a YoonGi pero este parecía ensimismado en su cabeza, lucía como si estuviera pensando algo muy seriamente mientras miraba su plato de comida—. Uh, ¿YoonGi Hyung?

El alfa ahora hizo una mueca con sus labios, rascándose la nuca.

—¿JungKook dices? Tengo la sensación de que está con HoSeok —aquello lo dijo desviando la mirada mientras unía piezas en su cabeza, ni Tae ni JiMin entendieron aquello y él tampoco estaba con muchas ganas de explicarlo—. Es sólo una teoría, después podemos preguntarles —dejó de lado el tema—. NamJoon es quien verdaderamente me preocupa.

—Sí, ayer no se veía muy bien —JiMin hizo un puchero al recordarlo.

TaeHyung soltó aire con flojera, recostándose sobre la mesa. Las cosas se sentían extrañas y curiosas al mismo tiempo, decidió entonces mirar hacia algún punto al azar de la cafetería mientras apoyaba su mejilla sobre su mano.

—Me pregunto qué estarían haciendo HoSeok y JungKook —soltó en voz alta.

YoonGi no iba a negar que a pesar de tener la misma curiosidad, siendo honesto, ni siquiera quería preguntarlo. Aquello no era para menos, si tan sólo el pequeño grupo supiera lo que realmente estaban haciendo ambos, era probable que dieran media vuelta para huir de ahí.

HoSeok y JungKook se encontraban en la terraza del instituto, se suponía que ellos habían comenzando a hablar al respecto, JungKook fue quien comenzó a decir que realmente no se arrepentía de lo sucedido pero que si HoSeok necesitaba analizarlo u olvidarlo, él lo entendía, sin embargo, el beta no estaba seguro de qué responder en ese momento, le dijo que necesitaba más tiempo y que lo entendiera. Ambos acordaron hablarlo después, así que HoSeok no estaba seguro de cómo demonios había terminado siendo empotrado, de nuevo, contra una pared.

Sí, quizás HoSeok se había quedado inmóvil cuando ambos decidieron regresar, sus lágrimas queriendo hacer acto de presencia nuevamente, quizás miró a JungKook de una manera que no debía cuando el alfa tomó su rostro, diciéndole que no debía llorar, y quizás se inclinó hacia delante cuando no era lo que debería haber hecho. En ese segundo se sintió jodidamente culpable, se repitió que era un tonto que no podía ser capaz de hacer algo correcto ni una sola vez en su vida, pero los pensamientos se esfumaron al instante en el que JungKook posó sus labios sobre los suyos en respuesta.

La sensación que le provocaban los besos de JungKook era indescriptible. Se sentía tan libre y calmado, su cabeza estaba tan callada como jamás creyó posible y se permitió disfrutarlo por más egoísta que fuera. Al menos hasta que el alfa necesitó respirar.

—Pensé que necesitaba tiempo —jadeó JungKook al separarse de él, sus mejillas estaban tan rojas como las contrarias y sus labios se encontraban hinchados y rosados.

HoSeok se quedó mudo ante la vista y apretó sus propios labios. Las manos de JungKook sostenían su cintura delicadamente y se encontraba contra él con un aura muy dulce que al mismo tiempo se sentía tan acogedora y sofocante, en un muy buen sentido. Los pechos de ambos estaban tan juntos como era posible y las manos de HoSeok rodeaban el cuello ajeno como si aquel fuese su lugar predestinado.

El beta no estaba seguro de en dónde posar sus ojos.

—¿Deberíamos... parar? —preguntó con nervios, su voz temblando mucho más de lo que esperaba. Se sentía tan pequeño y cuidado.

JungKook pareció pensarlo seriamente, sus ojos fijos en la cintura ajena.

—No lo sé... ¿quiere parar? —ahora lo miró, tenía una expresión que provocó que el aire abandonara sus pulmones.

—Uh... —HoSeok tomó aire, viendo nuevamente los labios hinchados del alfa. No era capaz de pensar en algo claramente, mucho menos de considerarlo por mucho tiempo—. No —murmuró con sinceridad.

JungKook pasó saliva y apretó sus labios, como si aquella confesión hiciera temblar su cuerpo. HoSeok lo miró expectante mientras el alfa volvía a inclinarse sobre él, ladeando su cabeza y besando suavemente sus labios. Nuevamente su cabeza pareció ponerse en blanco, su corazón latió con fuerza y su cuerpo entero se sintió en paz. Sujetó la nuca de JungKook nuevamente y sin pensarlo en absoluto acarició el cabello que yacía en esa zona, sintiendo como el alfa parecía reaccionar positivamente ante el toque, suspirando y apretando un poco más el agarre en la cintura ajena.

HoSeok se sentía en las nubes, se sentía tan bien que y feliz que no podía pensar que estaba haciendo algo mal, mucho menos si aquello se sentía así de bien.

No era capaz de considerar que quizás, se estaba metiendo en la boca del lobo.

YoonGi miró con una mueca hacia el pasillo principal del instituto por el que todos deberían pasar para llegar a sus respectivas aulas, pero HoSeok no parecía querer hacer acto de presencia y bufó mientras se cruzaba de brazos. Ni siquiera podía imaginar lo que podría estar haciendo y si lo hacía, ninguna de las imágenes que aparecían en su cabeza eran las mejores, ciertamente esperaba que él y JungKook estuvieran teniendo una conversación civilizada sin nada extraño de por medio.

—A veces no lo entiendo, no le gusta que lo dejemos solo pero se desaparece así, definitivamente está en problemas —dijo sinceramente frustrado.

TaeHyung se carcajeó. El alfa no se había apartado de ellos a pesar de que cualquiera se consideraría el "mal tercio", además, TaeHyung aprovechó para hablarles sobre una nueva banda que había encontrado y demás temas triviales. A YoonGi le alegraba que el ambiente no se hubiera puesto incómodo gracias a lo social e ingenioso que era el peli-gris para conversar, pero esperaba que para la próxima sus amigos hablaran entre ellos mientras él se deleitaba mirando a JiMin.

—Usted suena como una madre enojada, Hyung —le dijo con aquella sonrisa graciosa en su rostro, el contrario le dedicó una mirada con ojos entrecerrados. JiMin le dio un empujoncito.

—Bueno Hyung, quizás aparezca en el siguiente horario —le dijo el omega con una voz más tranquila mientras el timbre sonaba—. Uh, yo creo que me iré a mis clases —agregó.

—Yo también, si no aparece ahora, tendré que ir a buscarlo porque me está preocupando mucho más —lo miró y luego de pensarlo un segundo, plantó un pequeño beso en la mejilla del omega—. Te veo en la salida —le sonrió.

JiMin sonrió con sus lindas mejillas sonrojadas.

—Hasta entonces~ —se despidió.

TaeHyung movió su mano igualmente como despedida.

—Hasta luego, mamá —le dijo burlonamente mientras el alfa enarcaba una ceja con enojo fingido.

Una vez solo en el pasillo, suspiró y se giró a buscar a su amigo. Sin embargo, antes de dar un paso, vio cómo de entre los pasillos aparecía un muy sonriente JungKook y un muy avergonzado HoSeok caminando hacia su dirección. De inmediato formó la misma mueca que habría formado su madre al verlo llegar a casa después de no haber hecho ninguno de sus deberes y HoSeok ahora parecía el doble de avergonzado. JungKook ni siquiera lo miró, parecía estar más concentrado en sonreír.

—Hasta luego, HoSeok Hyung —le dijo con una voz dulce mientras se alejaba casi dando brincos hasta su salón.

YoonGi no le prestó atención al hecho de haber sido olímpicamente ignorado por el otro y miró a su amigo.

—Uh... yo... —comenzó, YoonGi suspiró.

—Ni siquiera trates de darme una excusa —lo detuvo, porque ciertamente no quería saber al respecto—... y arregla tu uniforme —agregó, ahora enarcando una ceja y tratando de contener una risa.

El beta se sonrojó aún más, si es que eso fuese posible, y arregló cada parte fuera de lugar en su uniforme. YoonGi supuso entonces lo que había estado haciendo, pero como no veía ningún botón suelto y sólo arrugas más su cabello desordenado, consideró que podía seguir viendo a su amigo como el beta inocente que era.

—Bueno —se acercó un paso y peinó los cabellos alborotados del contrario—, ¿al menos te divertiste? —esta vez sí se burló.

HoSeok bufó.

—Cállate... —desvió la mirada hacia el suelo mientras el alfa se reía y miró alrededor, tratando de dejar de lado el tema—. ¿Dónde está NamJoon?

YoonGi tomó aire, suspirando con flojera.

—No tengo ni idea —soltó—, no me contesta los mensajes y no se ha aparecido, literalmente vi la clase solo, gracias por eso —el beta frunció sus cejas en culpa a pesar de que el alfa no se veía realmente dolido por eso—. Pero estuvo decente, creo, sacaste ocho en tu examen de matemáticas, por cierto —agregó, HoSeok infló una de sus mejillas.

—¿No deberíamos llamarlo? —preguntó, sintiéndose un poco preocupado al respecto.

—Ya lo intenté —le mostró el celular, en donde yacía la lista de llamadas sin contestar—. La otra opción es llamar a su mamá pero no creo que esté disponible.

—No te mataría intentarlo —le dijo, y cuando vio la mueca que hizo el contrario, viró los ojos y tomó su propio celular—. Yo la llamo... —YoonGi sonrió y se colocó a su lado para ver la pantalla del celular.

Sin embargo, algo lo hizo retroceder.

—¡Uhg! —exclamó, tapando su nariz. HoSeok lo miró con confusión mientras el alfa hacía ademanes con sus manos—. Apestas a JungKook...

El beta se puso rojo hasta las orejas y lo miró con enojo, YoonGi levantó ambas manos.

—No me mires así, yo no fui quien se escabulló para besarse con...

—¡Cállate! —le reclamó pero repentinamente se quedó callado, abriendo sus ojos casi con pánico—. ¡¿Cómo sabes eso?!

—Eh, porque no soy estúpido y porque apestas a él, ¿quizás? —explicó, el beta desvió la mirada mientras cubría su rostro con sus manos aún con su celular en una de ellas—. No necesitamos hablar de esto si no quieres —lo tranquilizó—, solo llama a la mamá de NamJoon y concentrémonos en eso y no en tu aventura con...

—¡Ya! —se quejó—. No es una aventura, nosotros no... es... uhg, olvídalo —finalmente bufó y buscó el número entre sus contactos, el alfa apretó sus labios para no reírse y se acercó con cuidado, tratando de aguantar la respiración—. Hm... —de repente HoSeok lo miró—. ¿A qué huele JungKook? —preguntó casi inaudible, ni siquiera pudo mantener sus ojos fijos en YoonGi mucho tiempo.

YoonGi miró hacia un lado, pensando, olfateó a HoSeok un segundo y luego zumbó. El beta ya se estaba arrepintiendo de preguntar.

—Huele como a una mezcla de café... con alcohol... pero dulce... —no estaba seguro de cómo explicarlo, era una mezcla interesante—. ¡Ah! ¿Sabes ese dulce italiano? Tiramisú, a eso huele, es un aroma interesante.

HoSeok asintió lentamente, sus mejillas rojas. Aún no estaba seguro de por qué había preguntado.

—Sí, se oye interesante —dijo suavemente, casi como un murmullo y seleccionó el contacto de la madre de NamJoon antes de colocar su celular en su oreja—. Me debes una —dijo señalando el aparato.

—No es tan malo hablar por celular —le dijo con un tono de queja.

—Claro, por eso soy yo quien... ¡Hola señora Kim! —sonrió y YoonGi se tragó una risa mientras el beta lo miraba con enojo—. Disculpe molestarla, llamaba porque NamJoon no se presentó hoy y... —de repente su expresión cambió a una preocupada y YoonGi detuvo las burlas, sus cejas frunciéndose—. ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Está bien?

—¿Qué sucede? —preguntó de inmediato pero HoSeok levantó la mano para que guardara silencio mientras escuchaba las explicaciones de la mujer—. HoSeok... —insistió, siendo callado de nuevo.

Aquellos segundos se sintieron como una eternidad para el alfa.

—Sí, gracias, no tenía idea... ¿podemos ir después de clases? —se quedó callado y su expresión se vio un poco más calmada—. Muchas gracias, estaremos ahí.

YoonGi estaba sintiendo cada vez más ansioso y cuando HoSeok finalmente colgó la llamada, lo miró con seriedad, buscando su mirada.

—¿Qué suce...?

—NamJoon está en el hospital —YoonGi formó una mueca de preocupación—. La señora Kim dice ayer vomitó muchas veces y que hoy no mejoró, entonces tuvieron que llevarlo a emergencias —la expresión del alfa se volvió más desolada, ahora estaba mucho más pálido de lo normal.

—¿Fue por lo que bebió ayer?, joder, sabía que debía vigilarlo mejor, ¿acaso...?

—No, ella dijo que tuvieron que hacerle una endoscopia y descubrieron que toda su garganta y estómago estaban como... quemados —explicó, aquello no había sido más tranquilizador y antes de que YoonGi pudiera pensar en que alguien en la fiesta trató de envenenar a NamJoon, HoSeok volvió a hablar—. Dijeron que ha tenido que estar tomando algo realmente fuerte, alguna medicación o...

Ambos sólo se miraron, y se quedaron callados al darse cuenta de lo que posiblemente sucedía.

—Los supresores... —dijo YoonGi.

—Lo mismo pensé —frunció sus cejas.

—¿Crees que NamJoon lo admita? —preguntó a pesar de que sabía la respuesta, HoSeok negó con la cabeza y ambos suspiraron—. Tenemos que ir.

—Sí, apenas suene el timbre...

—Ustedes dos, ¿que hacen fuera de clases? —ambos saltaron cuando escucharon la voz de una alfa, ella se cruzó de brazos y ambos se dieron cuenta que era una de las profesoras que le tocaba la vigilancia ese día—. Entren a su aula ahora mismo antes de que reciban un castigo.

—S-Sí, Noona —ambos hicieron una ligera reverencia.

No demoraron en caminar en dirección a su salón de clases, la mujer los observó y los siguió hasta que doblaron por el pasillo correspondiente, se disculparon con el profesor que les tocaba y se sentaron en sus respectivos lugares. Ambos recibieron un pequeño regaño pero no eran capaces de pensar en otra cosa que no fuera NamJoon. YoonGi se sintió realmente culpable, porque a pesar de saber que NamJoon quizás estaba exagerando con su auto-medicación, realmente no consideró que fuera la gran cosa, él estaba seguro de que el omega tendría un límite y haría las cosas con calma, sin embargo ahora, ya no sabía qué creer.

¿NamJoon había llegado a ese punto por decisión propia?

¿Él quería llegar a un fin con todo eso?

¿Quizás... ellos habrían podido ayudarlo? 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top