¡Treinta y siete!: un omega resignado y un omega enamorado.
«TW: mención sutil de suicidio»
YoonGi abrió los ojos de golpe cuando resonó su estruendoso sonido de alarma y trató de tomar su celular para apagarla, pero este se deslizó por sus manos y cayó al suelo desde su velador, vibrando intensamente mientras insistía en despertar al alfa ya aturdido.
—Mierda —se deslizó hacía abajo y lo tomó, mirando la pantalla estrellada—. Doble mierda —lo tomó con ambas manos, rascando la pantalla un par de veces como si la nueva y enorme grieta que la atravesaba fuera a desprenderse con eso—. Mi bebé... —lloriqueó.
Fue entonces que colocó el aparato sobre su pecho con un suspiro agonizante de resignación y miró el techo de su habitación con agotamiento, sintiéndose pesado por el sueño y por la molestia generada por el insomnio de la noche anterior, culpable de haber dormido como mucho cuatro horas, de las cuales pasó la mitad teniendo pesadillas.
Con un bostezo, se sentó en la cama y pasó una mano por su rostro, procesando que debía vestirse y cepillarse los dientes, luego debía ir a cumplir su horario en el instituto y finalmente morir y estudiar cuando estuviera de regreso en casa.
Entonces, sonrió como un tonto al pensar en que vería a JiMin ese día. Vaya que el omega era un impulso positivo en su vida como estudiante y a sabiendas de que ahora podía tomar su mano, besarlo y abrazarlo sin sentirse tan temeroso de su hermano, se sintió aún más emocionado por la idea.
—Buenos días, mundo cruel —se recostó nuevamente, dejándose caer sobre el colchón y rascó la zona que estaba en el borde de su pantalón de pijama—. Buen día para ver a JiMin, sí... —murmuró.
A pesar de que su humor comenzó a mejorar gradualmente, él aún no podía dejar de pensar en la escena ocurrida en casa de JiMin y esa mañana no era la excepción, revolcando un sinfín de pensamientos en su cabeza como si esta hubiera esperado hacerlo justo en ese momento para arruinarle la mañana.
Aunque JiMin había hecho un buen trabajo en consolarlo y en repetirle que él no debía prestarle atención a su padre, en ocasiones YoonGi se sentía realmente ansioso y preocupado sobre lo grande que pudiera resultar el tema en un futuro. Es decir, claro que quería tener algo serio con JiMin, pero si su padre no lo aceptaba como un alfa que valiera la pena entonces no tenía idea de lo que haría, porque no iba a ser posible que dejara a su hijo salir libremente con él o que siquiera lo dejara entrar a su casa. Necesitaba su aprobación o su alfa se negaría a plantarse frente al omega por lo pequeño que se sentía frente al padre de JiMin.
Entre el mar de dudas, cabía la posibilidad de que incluso el hombre sacara a JiMin del instituto, pero aquello sólo sería posible si hiciera lo mismo con ChanYeol y el muchacho estaba a punto de graduarse, así era un poco difícil.
YoonGi suspiró, tratando de no llevar muy lejos sus pensamientos, y volvió a tomar su celular. Mandó un mensaje de buenos días al grupo que tenía con los demás y recibió una respuesta de casi todos menos de TaeHyung y de NamJoon, así que supuso que seguían durmiendo o estaban camino al instituto.
Volvió a concentrarse en su celular, pensativo y preocupado, escuchando cómo su madre lo llamaba para que se levantara y leyó nuevamente la respuesta que su padre le había envíado la noche anterior al mensaje que había casi olvidado que estaba ahí: «Sea lo que sea que pase sé que vas a poder con ello! Eres un campeón!!», no era mucho, pero era algo.
Su padre no era el mejor para dar apoyo moral, pero era mejor que su madre y él aceptaba eso.
Al menos había contestado su mensaje.
Con las vacaciones acercándose, su insomnio, sus pensamientos erráticos sobre lo que significaba ser un alfa que valiera la pena y sobre la idea de que el padre de JiMin lo viera como un chiste, no podía evitar sentirse infinitamente agobiado. Tanto, que tuvo que cubrirse la cara con su almohada para gritar un poco y desahogarse.
Cuando acabó, restregó sus manos sobre su rostro un par de veces para quitarse el sueño y decidió comenzar a ponerse el uniforme.
NamJoon se inclinó sobre el inodoro al instante en el que una fuerte arcada arremetía contra su garganta, provocando que expulsara cada gramo de comida que había ingerido en el desayuno.
—Mierda... —jadeó, tratando de recuperar el aliento.
Otra tanda de arcadas comenzó y lloriqueó cuando finalizó, sintiendo el dolor subir por sus costillas debido a la posición y al doloroso reflejo que lo obligaba a estar ahí arrodillado esa mañana del miércoles. Iba tarde a clases y su madre estaba fuera del baño, preguntando si se encontraba bien mientras él se resguardaba de los ojos preocupados de su progenitora porque ya estaba harto de verlos y de sentir que le daba lástima a todo el mundo.
De por sí, no había dejado de sentirse terrible al enterarse que su madre había sido degrada de su puesto como tripulante de cabina en vuelos internacionales a vuelos nacionales, la mujer estaba claramente destrozada con esto y NamJoon lo sabía, pese a que ella le dijera que no era algo de qué preocuparse. El cambio ni siquiera fue por mal rendimiento, sino porque ella no podía aceptar todos los vuelos que se le presentaban debido a las constantes citas al médico a las que debía ir con su hijo y NamJoon se sentía como el causante directo de la expresión agotada de su madre.
NamJoon consideraba que las cosas habían sido mucho mejor para todos mientras él tenía la boca cerrada, incluso para su padre quien ahora vivía en casa de su hermano y venía a casa al menos una vez a la semana a rogarle a su madre por otra oportunidad.
—¿NamJoon? —escuchó la voz de su madre al otro lado—. ¿Puedo pasar?
—No —respondió en algo, bajando la cadena y recuperando el aliento—. Ve al aeropuerto, mamá —agregó luego de unos segundos respirando con calma, esperando recuperar el aliento y que las náuseas pararan.
—Te tengo que llevar.
—Tomaré el bus —pasó saliva, recostándose sobre una de las paredes con los ojos cerrados, esperando que la calma lo llenara por un segundo al menos.
Había olvidado tomar el protector gástrico antes de desayunar, su estómago seguía sensible por el uso de supresores y las quemaduras todavía necesitaban tiempo para sanarse, por lo que regresar la comida no debería ser una sorpresa.
—NamJoon, no puedo dejar que te vayas solo, ¿qué pasa si te sientes mal de camino allá? De por sí ni siquiera deberías ir hoy después de esto.
—Estamos en exámenes, no puedo faltar —respondió un poco más brusco.
Había estado peor en ocasiones, quizás no vómitos o náuseas insufribles que revolvían sus pensamientos, pero había logrado salir ileso, así que esto no era nada.
—Quizás deba llamar a la escuela...
—Mamá —la cortó, hartándose lentamente de la situación porque sólo quería quedarse a solas con sus pensamientos un segundo mientras se recuperaba—. Yo puedo con esto.
—NamJoon, no estoy segura de que...
—Yo puedo, lo sé, he podido estos dieciocho años de mi vida sin suicidarme, así que puedo con esto —soltó sin pensar en nada de lo que había dicho, simplemente soltando cada palabra como la sentía dentro de él.
El silencio se prolongó mucho más de lo que el omega hubiera querido y fue entonces que se percató de las palabras que había usado y el tono con el que las había dicho. La ansiedad subió por su pecho, alertando a su lobo asustadizo y miró la puerta a su lado, sintiendo en él una combinación entre miedo y vértigo porque su madre no decía nada.
Escuchó pasos alejarse y sus ojos se llenaron de lágrimas, no sabía el porqué, pero pasó y él ahora estaba reteniendo las ganas de llorar en ese momento. Las emociones se tornaron confusas y otra vez se sintió como el niño solitario que esperaba en su habitación a que su padre dejara de gritar, llorando desconsoladamente mientras esperaba a que su madre llegara y lo abrazara.
Su lobo comenzó a desprender un aroma amargo de miedo y desesperación, un aroma que casi había olvidado que podía producir y como era una mezcla entre vainilla y leche, la acidez del aroma que estaba destinado a ser dulce se sentía espantosa y él lo detestaba.
Se lamentó demasiado en ese pequeño período de tiempo que pasó en el baño, sintiendo su respiración acelerarse de a poco y temerle a la conocida sensación de la falta de aire que había experimentado cientos de veces en el pasado. Esta vez, sin embargo, no estaba solo en casa esperando calmarse sin que nadie se preocupara o lo mirara como si estuviera loco, esta vez había alguien cerca que era demasiado importante para él y quizás eso hacía peor todo el asunto porque él se sentía como una carga cada vez más pesada.
Él no podía dejar de pensar en lo sencillo que sería para todos que él simplemente se soltara y se dejara caer al vacío.
De repente, escuchó el cerrojo soltarse y se giró hacia la puerta, viendo cómo esta se abría de par en par para revelar a su madre del otro lado sosteniendo una llave, mirándolo con un par de ojos cargados en un sentimiento que él no podía identificar, pero que lo hicieron sentirse aún más culpable consigo mismo.
NamJoon respiró tembloroso y se tensó en su puesto cuando su madre entró al baño, agachándose para estar a su altura con sus labios apretados y sus ojos atentos en su hijo. El omega bajó la mirada de inmediato y ella se inclinó hacia él, abrazándolo con una delicadeza que lo hizo gimotear y liberar su llanto desesperado.
—Lo siento —sollozó—, yo... de verdad, lo siento... —decía como podía, entre gimoteos e hipidos.
—Esta bien... —dijo ella con una voz reconfortante a pesar de que sus propios ojos estaban nublados por lágrimas y la preocupación crecía en su pecho—. Ya pasó, está bien —continuó, calmando a su hijo con caricias en la espalda.
La mañana no había sido muy buena, pero NamJoon no podía decir que había sido horrible del todo. Aun así, se culpaba por haber hablado de más y se sentía terrible con respecto a su madre, pero ella manejó bien la situación pese a todo, calmando su desespero y reconfortando a su hijo al punto en el que se sintió lo suficientemente bien para salir del baño.
Mientras escuchaba la música de la radio camino al instituto y pensaba en el abrazo de su madre, NamJoon inevitablemente deseaba que las cosas hubieran sido así desde un principio.
HoSeok miraba con atención los apuntes de JungKook mientras este le mencionaba que no era capaz de terminar con ese ejercicio en específico y el beta no pudo evitar apretar un poco sus labios, intercalando su mirada entre el alfa y el cuaderno, sin estar muy seguro de cómo decirle que no entendía absolutamente nada del ejercicio que estaba frente a él, no porque no supiera cómo hacerlo, sino porque JungKook lo había anotado terriblemente mal.
—¿De dónde salió este cuatro? —señaló un número abandonado en una parte de la hoja y el alfa se encogió de hombros—. Bueno... intentemos con otro ejemplo —rió sin poder evitarlo y sacó su cuaderno—, te enseñaré cómo se hace.
JungKook cerró su desordenado cuaderno y se acercó un poco más a HoSeok mientras el contrario buscaba alguna hoja libre para anotar; su cuerpo estaba inclinado sobre Jung y su brazo prácticamente rodeando su cintura. Por el celo, su necesidad de contacto físico era mucho más alta de lo normal y HoSeok no estaba seguro de cómo tomar el hecho de que buscara cualquier excusa para tocarlo, colocando incluso su pierna sobre la de él cuando estaban almorzando en la cafetería.
—Su cuaderno está ordenado muy bonito —comentó y el beta sonrió por el halago, orgulloso de que alguien notara el esfuerzo que ponía en sus notas—. Tiene muchos resaltadores y colores, hace que se vean lindas las matemáticas, Hyung —levantó la mirada con una sonrisa decorando su rostro.
Luego de aquella frase, HoSeok casi suspiró con una sonrisa boba en su rostro y YoonGi le dio un codazo a NamJoon para que viera la escena, sin embargo, sólo recibió una queja de su parte.
—¿Qué te pasa? —se giró a verlo, notando cómo el omega sobaba su estómago con una mueca de dolor en su rostro—. ¿Te duele el estómago otra vez? —se giró por completo— ¿Por eso no comiste casi nada en el almuerzo? —preguntó con cautela y NamJoon suspiró, recostándose sobre las gradas con fastidio.
Ese día tenían uno de sus finales a última hora, por lo que aprovecharon las horas libres en la cancha de basketball para estudiar. Los únicos que faltaban eran JiMin y TaeHyung, quienes en ese momento debían estar presentando su final de inglés.
Teniendo en cuenta que todavía faltaban un par de módulos y que HoSeok estaba empeñado en ayudar a JungKook con su final de matemáticas, YoonGi sólo había estado observándolos a ambos mientras comía un pan de chocolate y NamJoon descansaba a su lado, lo que no había notado del todo era el estado en el que el omega se encontraba, así que ahora estaba un poco preocupado.
—Vomité en la mañana, ya sabes, por el problema de mi quemadura —explicó, suspirando con cansancio mientras encontraba una posición cómoda.
YoonGi hizo una mueca dolorida y golpeó un par de veces su pierna con la palma de su mano, dándole apoyo desde su puesto. Sabía que las cosas no estaban yendo como miel sobre hojuelas y que estaban trabajando en eso, así que no podía evitar sentirse preocupado por su amigo.
—No te pregunté a la hora del almuerzo porque pensé que eran los nervios, pero supongo que no has estado del todo animado por comer, ¿uh?
—Exactamente —asintió, colocando su mano detrás de su cabeza para estar más cómodo—. Mamá dijo que sería preferible sólo comer caldo, por eso te di mi ramen —suspiró, esperando que el malestar no regresara porque se había sentido raro todo el día.
—Bueno, espero que mañana amanezcas mejor —le sonrió y NamJoon le devolvió la sonrisa, una mucho más pequeña en su rostro.
—Oh, la cancha está ocupada —los cuatro giraron su cabeza cuando escucharon una voz femenina y la omega presente frunció un poco sus labios para girarse hacia la persona que venía con ella—. ¿Quieres que estudiemos en otro lugar?
SeokJin miró a los chicos con una expresión casi sorprendida en su rostro y no pasó por alto la manera en la que YoonGi frunció un poco sus cejas por su presencia.
—Uh... Sí, mejor vámonos a otro lado —dijo por lo bajo, no queriendo incomodar demasiado y girándose para regresar por donde llegaron.
La omega suspiró y miró un segundo al grupo que estaba en las gradas, moviendo la mano un par de veces como despedida antes de seguir a su amigo hacia los pasillos.
—La cancha es grande, no tenían que irse —mencionó JungKook con algo de confusión y HoSeok ladeó un poco sus labios.
—Supongo que no quisieron incomodar —fue la respuesta de HoSeok mientras regresaba su atención al cuaderno—. Bueno, presta atención, esta parte es importante —llamó su atención con un par de golpecitos en su hombro y JungKook le hizo caso de inmediato, colocando su mentón en el hombro del beta.
YoonGi miró a NamJoon, este mantenía su rostro cubierto con su antebrazo, escondiendo cualquier expresión que pudiera tener.
—¿Por qué tu aroma es tan amargo? —fue lo que preguntó y YoonGi enarcó una ceja—. El café huele fuerte, ¿estás enojado?
—Un poco, SeokJin me pone de nervios —respondió de manera casual—. Aún no olvido lo que hizo en el baño —miró su dulce.
Después de un par de segundos, NamJoon suspiró.
—Él no hizo nada en el baño, yo sólo salí corriendo —dijo casi de manera tosca y HoSeok no pudo evitar girar un poco su cabeza para verlo. YoonGi, por otro lado, frunció un poco sus cejas y NamJoon desveló su cara—. Él sólo es un idiota impulsivo que pensó que era buena idea meterse al baño de omegas, pero no hizo nada malo, creéme —aseguró.
Tanto el beta como el alfa que lo conocían de prácticamente toda la vida intercambiaron miradas dudosas. El omega sólo miraba hacia el techo, evitando el contacto visual con ellos porque sabía lo extraño que era que él hablara de esa manera de SeokJin, una manera que no venía cargada de nerviosismo o incomodidad, incluso una manera que no trataba de sacar el tema lo más rápido que podía.
NamJoon parecía cada vez más abierto en hablar de cosas que antes no hablaba o bien parecía resignado antes la idea de que tendría que hacerlo de todos modos.
—¿Entonces por qué corriste? —preguntó YoonGi.
Entonces, una pequeña mueca de incomodidad llenó la expresión del omega y HoSeok supo que no iban a avanzar más de ahí, mucho menos teniendo en cuenta que tenían a otra persona escuchando la conversación. Aun así, JungKook seguía concentrado en tratar de resolver la ecuación que el beta le había puesto como ejercicio.
—No quiero hablar de eso —respondió el de cabello rosado, un color que estaba perdiendo tono y en el cual se comenzaban a notar las raíces oscuras de su cabello natural—. Cambiemos de tema.
—Bueno... —YoonGi no insistió más—. ¿Quieres hablar de lo que haces después de clases? —su pregunta estaba cargada de cautela, con suerte NamJoon estaría más abierto a hablar.
El omega sólo frunció su nariz.
YoonGi sólo suspiró y continuó comiendo su pan de chocolate mientras ojeaba su celular para ver memes sobre alguna tontería y esperaba el momento oportuno para comenzar a repasar sus apuntes.
—Mi pantalla se rompió —le enseñó su celular a NamJoon y este hizo una expresión de lamento—. Sí, lo sé.
—Creo que va siendo hora de que compres uno nuevo —respondió con un bostezo—. Un año más y ese modelo se volverá aún más inutil, ni siquiera podrás recibir mensajes.
—Cuando tenga dinero —chasqueó la lengua y miró la barra de notificaciones llenarse con un par que eran mensajes de su padre.
Uno de los mensajes le deseaba buenos días y el siguiente mencionaba lo emocionado que estaba por verlo en vacaciones, así que YoonGi sonrió un poco.
Momentos más tarde, un sonriente JiMin junto con un aparente agotado TaeHyung aparecieron en la cancha. El omega se veía animado y contento por el hecho de que había logrado responder cada una de las preguntas y TaeHyung sólo suspiraba mientras mencionaba que no había logrado dormir del todo bien por lo mucho que había estado estudiando.
Frente a la llegada de ambos, los cuatro entendieron que la hora ya había finalizado y lo confirmaron cuando sonó la campana, avisando que JungKook debía retirarse para rendir matemáticas y que el trío de mejores amigos debía comenzar a repasar para su final de historia.
—¡Nos vemos en la salida, gracias Seok Hyung! —se despidió JungKook, guardando su cuaderno y colgando la mochila sobre su espalda.
—Me preocupa un poco —mencionó TaeHyung, sentándose al lado del beta con flojera.
—¿Por qué? —preguntó JiMin mientras subía un par de gradas más y se acurrucaba contra YoonGi, sentándose a su lado con una sonrisa en sus labios. El alfa no demoró en rodear su cintura con su brazo, luciendo como un cachorro contento por recibir mimos—. Estoy seguro que le irá bien, Kookie es bueno en muchas cosas.
—Definitivamente lo es —agregó HoSeok.
YoonGi tuvo que detenerse de preguntar «¿Lo dices por su habilidad de comerse tu lengua o por qué exactamente?» y ante su risa mal contenida, JiMin lo miró con una ceja alzada. TaeHyung, sin embargo, no prestó atención a esto y se recostó de la misma manera que NamJoon; colocando ambos brazos detrás de su cabeza para mayor comodidad.
—Porque hace un tiempo me dijo: "Los Jeon somos buenos en muchas cosas, menos en las matemáticas" —citó, bostezando—. Luego de eso procedió a contarme cómo sus madres debían ver videos en YouTube para explicarle las tareas que le dejaban en primaria —esta vez rió por lo bajo, imaginando la escena en casa ajena.
—Pensé que su peor materia era biología —cuestionó JiMin, tomando la mano libre de YoonGi y entrelazando sus dedos de una manera casual, gesto que el alfa respondió con una sonrisa encantada.
—Lo es, pero también lo es la matemática... —respondió TaeHyung—. Creo que, en términos generales, JungKook no es muy bueno en cuestiones académicas.
HoSeok suspiró derrotado, esperando que su ayuda fuera suficiente para que el alfa pasara su final y, sabiendo que sus vacaciones dependían de sus notas, realmente esperaba que rezar también ayudara.
—Bueno, hay que estudiar historia, vamos —NamJoon se levantó y se sentó correctamente, peinando un poco su desordenado cabello con sus manos. Cuando vio a JiMin y a YoonGi ser cursis entre ellos a un par de puestos lejos de él, decidió bajar y sentarse con HoSeok.
YoonGi se quejó sonoramente y JiMin se rió a su lado, dándole golpecitos de ánimo en su pecho para que pudiera estudiar. El alfa no demoró en girarse un poco en su asiento, aprovechando el tener que tomar el libro de su mochila para inclinarse sobre JiMin y darle un beso en la mejilla bastante impulsado por su lobo. El omega no hizo más que reír suavemente y YoonGi sonrió, moviendo su nariz sobre la mejilla del contrario para alargar un poco los mimos como si nadie los estuviera viendo.
TaeHyung se cubrió los ojos con su mano libre y HoSeok viró los ojos mientras buscaba su propio libro, NamJoon en cambio, hizo una mueca con sus labios y le dio un golpecito con su libro en la pierna, provocando que el alfa siseara como queja y le lanzara una mala mirada desde su posición.
—Deja la envidia, si quieres luego te doy besitos a ti también.
HoSeok se carcajeó y el omega frunció un poco más su ceño, dándole un golpe más fuerte esta vez que hizo reír a JiMin a la par que el beta porque el lloriqueo que lanzó YoonGi había valido la pena.
—¿De qué lado estás? —encaró a JiMin cuando lo vio reírse y él no hizo más que cubrirse la cara con sus manos para que no lo viera. Además, estaba demasiado cerca de su rostro, así que quizás estaba evitando mostrar el sonrojo en sus mejillas—. Aish, eres demasiado lindo, eso es trampa.
JiMin le sacó la lengua y YoonGi se cuestionó si su lobo había despertado más hormonal ese día, porque quería atraparla entre sus labios.
—Creo que usted es un poco masoquista —comentó TaeHyung, llamando su atención y distrayéndolo de sus pensamientos indecorosos—, sabe que NamJoon Hyung lo va a golpear pero ahí está, probando sus límites —sus ojos estaban cerrados, parecía estar buscando tomar una siesta en aquellas gradas.
—Es divertido —explicó YoonGi, sacando de una vez su libro y colocándolo sobre sus piernas mientras JiMin volvía a acurrucarse sobre él—, yo sé que le gusta que lo trate con amor, pero es muy "tsundere" para aceptarlo.
—Estoy tentado a golpearte de nuevo con el libro, pero en la cara —fue su respuesta, había una sonrisa casi malvada en su rostro, aunque para sus amigos era una sonrisa cariñosa.
YoonGi le sacó la lengua y abrió el libro en las páginas que tenía marcadas. Claro que había repasado todos los temas requeridos para el examen, pero tener una idea no era lo mismo que saber exactamente todas las cosas que probablemente iban a preguntar en la prueba, pero él tenía mucha fé en sí mismo, además, escuchar a sus amigos explicar y exponer al respecto le ayudaba mucho a su comprensión, con el plus de que JiMin estaba recostado en su hombro jugando con el borde de la manga de su uniforme.
El horario pasó con tranquilidad y ya que TaeHyung estaba dormitando sobre las gradas mientras JiMin escuchaba lo que sus mayores hablaban, ninguno tuvo problemas para concentrarse. De hecho, los tres se sintieron lo suficiente seguros de sus conocimientos cuando la campana sonó después de una hora y JungKook regresó mentalmente agotado de su prueba.
—Hasta luego —se despidió suavemente YoonGi cuando tuvo que apartarse de JiMin y este hizo un puchero, no solo porque su fuente de mimos se estaba yendo, sino porque quería seguir olfateándolo de cerca.
—Hasta luego —se despidió en respuesta, moviendo un poco su mano mientras lo miraba con la cara de un cachorro triste.
YoonGi bajó las gradas junto con sus amigos y metió el libro de historia dentro de su mochila.
—¡Suerte para los tres! —vociferó JiMin desde su lugar cuando los vio lejos.
NamJoon hizo un movimiento con su cabeza, aceptando la suerte, y HoSeok le sonrió en grande. YoonGi en cambio, como el dramático que era, lanzó un beso al aire que lo hizo reír antes de que este desapareciera por la puerta de entrada, alejándose junto a sus amigos para irse a su salón correspondiente.
—Él puede ser mayor que nosotros, pero es graciosamente tonto —fue lo que dijo TaeHyung luego de que se fuera, una sonrisa adormilada en su cara mientras miraba a JiMin desde donde estaba.
El omega asintió.
—Ese es su atractivo —dijo con seguridad.
—Oh claro, aparte de todo lo demás —continuó—, puedes decirnos más detalles si quieres, no le vamos a decir a nadie —movió un poco sus cejas y JiMin le dio un golpecito en el hombro con la punta de su pie por la lejanía.
—No tengo interés en esos temas de conversación —le sacó la lengua.
JungKook los miró con duda.
—¿Qué tema de conversación? —preguntó el pelinegro.
Tanto JiMin como TaeHyung rieron un poco y el rubio negó con la cabeza.
—Oh, nada —se encogió de hombros—. TaeHyung sólo le gusta ser un metiche, al parecer le es divertido preguntar cosas sobre mi "relación" con YoonGi Hyung.
—Bueno, no niego que pueda ser interesante —fue lo que respondió el alfa pelinegro y JiMin enarcó una ceja, casi preguntándole con la mirada si también se iba a poner con interrogatorios—. Ambos son lindos juntos y supongo que los amigos se cuentan esas cosas.
—¿Ves? JungKook me entiende —señaló TaeHyung, aunque el alfa viró los ojos por su comentario—. ¿Acaso no nos ves como amigos, JiMin-ah? —lo molestó un poco y JiMin le regresó una expresión con la nariz fruncida.
—Pero también hay que tener en cuenta que si JiMin Hyung no quiere decirnos, no debemos insistir —recalcó, recibiendo un puchero de parte de TaeHyung y asentimiento de parte del omega—. Cuando quiera contarnos yo no me quejo, pero si me dice cosas demasiado cursis seguro me vomito, esas cosas no son lo mío.
JiMin mordió el interior de su mejilla para ahorrarse preguntar por HoSeok, ya que estaba bastante seguro de haber sentido el aroma de JungKook sobre el beta y había notado a la perfección la manera en la que JungKook siempre lo miraba como si estuviera hipnotizado, pero no lo hizo, aquello de decir las cosas cuando estuvieran cómodos aplicaba también para JungKook, por más divertido que fuera ver la cara del alfa sonrojada.
—Bueno, quizás les cuente un poquito —tanteó y ambos alfas se giraron para mirarlo, luciendo tan atentos a lo que diría que él no pudo evitar carcajearse—. ¡Son unos metiches los dos! —se quejó al aire.
TaeHyung chasqueó su lengua y JungKook frunció su nariz, cruzándose de brazos sobre sus piernas y regresando su mirada hacia el resto de la cancha.
—Creo que jugaré un poco, ¿quién más quiere? —decidió levantarse.
—Las pelotas siempre me caen en la cara —bostezó TaeHyung y JiMin negó con la cabeza cuando JungKook le extendió la pelota de baloncesto que había tomado—. Juega tú solo, siempre le atinas, no habría chiste para ninguno de los dos.
—Tsk, aburridos —se dio media vuelta y caminó un poco por la cancha, rebotando la pelota a su gusto.
JiMin sacó su celular de su mochila y sonrió cuando vio un mensaje de parte de YoonGi quien le avisaba que ya estaban a punto de comenzar el exámen y que no sabía si podría concentrarse porque no dejaba de pensar en él, mensaje que JiMin contestó diciendo «eres un tonto adorable» acompañado de la palabra "suerte" y muchos corazones rosas.
Entonces, JiMin sintió a TaeHyung sentarse a su lado y le dirigió la mirada, este hizo un ademán de recostarse sobre sus piernas y el omega asintió, sonriendo cuando el contrario se acomodó sobre él y decidió dormitar un poco más.
—Vaya, me ves como una almohada, que buen amigo —dio un par de palmaditas en la frente del contrario.
—Tienes muslos cómodos, me gustan —JiMin enarcó una ceja y TaeHyung pareció procesar lo que había dicho—. Bueno, no sé si sonó mal, pero no le digas a ChanYeol.
—Es un poco gracioso que tu primer pensamiento sea ChanYeol y no YoonGi —dejó su mano y su celular sobre el pecho de TaeHyung y llevó la mano libre al cabello del otro para acariciarlo un poco.
—Es que uno tiene más antecedentes violentos que el otro, aunque bueno, ambos son alfas —bostezó de nuevo—. Si ambos deciden golpearme, no sería sorpresa.
—Tú también eres un alfa —enarcó una ceja—. Puedes darles pelea.
—Ah, quién lo diría —respondió como si lo hubiera olvidado, provocando que JiMin virara los ojos.
—Aun así, YoonGi es más decente que eso, de hecho —se encogió de hombros, pero lucía animado cuando lo dijo. Incluso estando medio dormido, TaeHyung se daba cuenta del tono de voz casi lleno de ensoñación que tenía JiMin y eso lo hizo sonreír un poco por lo tierno que le resultaba—. No lo sé, me parece muy tonto que todo el mundo relacione a los alfas con golpes y gruñidos por lo que cuando ven a uno que no lo hace piensan que está defectuso, son unos idiotas.
TaeHyung asintió de acuerdo, disfrutando de los cariños que le hacía JiMin en su cabello y escuchando atentamente los reclamos del omega hacia la sociedad.
—YoonGi es el alfa más dulce que he conocido —dijo con suspiro y Tae abrió un ojo para mirarlo, notando los ojos enamorados de JiMin que miraban hacia quien sabe donde, pero que seguro no importaba porque estaba pensando en YoonGi.
—Te gusta mucho, ¿uh? —se reacomodó, teniendo cuidado de no dejar caer el celular y cuando JiMin emitió un sonido de afirmación, él continuó—. Tú también le gustas mucho, no sabes lo escandaloso que se ponía al respecto y lo ilusionado que está con la idea de que son destinados.
JiMin parpadeó y miró con atención a TaeHyung.
—¿Cómo?
El alfa asintió.
—Estuvo investigando mucho, dice que son destinados, pero supongo que no han hablado de eso, ¿hm? —cuestionó, aun con los ojos cerrados. JiMin solo detuvo el movimiento de su mano y TaeHyung entendió que tenía razón—. Recuerdo que el día en el que ChanYeol lo golpeó, dijo que tu celo se había adelantado y bueno... usualmente esas cosas no pasan.
—Tienes razón... —dijo algo ensimismado—. Es decir, mi mamá mencionó algo al respecto y mi padre lo sabe también, pero no llegamos a hablar de eso del todo, ¿quizás deberíamos?
TaeHyung asintió.
—Sin embargo, creo que sí lo son, es bastante obvio.
JiMin sonrió un poco.
—¿Cómo se supone que uno se da cuenta de esas cosas? —cuestionó.
—La manera en la que ambos parecen entenderse con una mirada —se encogió de hombros—, no lo sé, es casi como un aura tranquila, como si se conocieran desde hace mucho más tiempo. Es por eso que me sorprendió que no fueran una pareja oficialmente.
—El experto en biología hablando de esto —TaeHyung chasqueó la lengua, provocando una risa en JiMin.
—Tengo mis momentos —se excusó—. Sigue acariciando mi cabello, se siente rico —tocó su mano cuando este volvió a detenerse y JiMin le hizo caso, virando los ojos.
Mientras observaba a JungKook girar un balón de basket sobre su dedo índice como si nada, JiMin comenzó a pensar en lo que significaba ser la pareja destinada de YoonGi y viceversa. El pensamiento provocó que su omega moviera la cola, aullando emocionado, y él sonrió por la bajo, considerando la idea de que deberían hablar un poco al respecto cuando tuvieran la oportunidad.
Su concentración vaciló cuando a JungKook se le cayó la pelota y al tratar de hacerla regresar a él, dándole un manotazo, esta rebotó un poco más fuerte hacia las gradas y cayó en la cara de TaeHyung.
—¡Tae! —se lamentó al no haberlo podido detener a tiempo y tomó su celular cuando este se lo dio, salvándolo de que se cayera al suelo cuando se removió por el golpe.
—¡JungKook! —se quejó el alfa, levantándose de su lugar y colocando una mano en su nariz.
—¡Lo siento! ¡Esta vez no fue intencional! —dio un par de pasos hacia atrás y cubrió su boca cuando el de cabello grisáceo lo miró con consternación.
—¿"Esta vez"? —cuestionó, sonando indignado.
JiMin miró con sorpresa como TaeHyung bajaba las gradas casi saltando y JungKook no huyó, sólo se preparó para el ataque y recibió como un experto la pelota que le había lanzado Kim a la cara.
—¿Acaso eres bueno en eso también? —sonó harto y JungKook retuvo una risa por lo gracioso que se veía perdiendo la paciencia.
—¿Sabes qué? Mejor ven aquí —JungKook sonrió con malicia, lanzando la pelota a un lado.
—¿Qué? No, ¡espera! —trató de escapar.
Sin embargo, ambos cayeron el suelo cuando JungKook se le lanzó encima, moviéndose sobre la cancha como un par de niños jugando a la luchas y quejándose por los jalones de cabello y empujones que realmente no estaban yendo en serio, cosa que hizo suspirar a JiMin de alivio porque no necesitaba que se pelearan nuevamente.
Al parecer ambos estaban de lo más bien jugando sobre el piso, aunque JungKook no dejara de reírse por la manera en la que TaeHyung se quejaba de que se le iba a ensuciar el uniforme.
JiMin notó que TaeHyung parecía tener mucha más confianza en comportarse como un tonto cuando estaba con ellos y a diferencia de aquella vez en la clase de gimnasia en la cual ni siquiera reaccionó ante las insinuaciones de un alfa enojado, en este momento parecía darse el chance de jugar un poco a que realmente estaba luchando con alguien y a reírse de eso aunque su uniforme saliera perjudicado, luciendo más escandaloso de lo que era en cotidianeidad.
Después de acomodarse sobre su asiento, JiMin buscó el chat de YoonGi, subiendo un poco en la conversación hasta encontrarse con una foto que el alfa le mandó antes de irse a dormir la noche anterior, luciendo adormilado con su cabello negro despeinado y sus labios fruncidos casi como si hiciera un puchero. Debajo de la foto había un mensaje que mencionaba lo feo que se veía con sueño y JiMin mordió su labio inferior y sonrió, mirando la foto un poco más de lo necesario y sintiendo un cosquilleo subir por su pecho.
Definitivamente era un omega enamorado.
Cuando la campana sonó después de la última hora de clases, todos los alumnos corrieron hacia la salida entre caras largas y algunas satisfechas, todos concentrados en los exámenes finales y esperando de todo corazón pasarlos con notas decentes. JiMin tuvo que adelantarse para encontrarse con su hermano frente a su salón de clases, por lo que no pudo encontrarse con YoonGi antes y el mayor solo colocó un brazo sobre su hombro cuando lo encontró, ambos caminando juntos hacia la salida.
Su relación con ChanYeol estaba mejorando de apoco, así que no estaba enojado porque lo tuviera tan cerca con ánimos de cuidarlo y lo aceptó simplemente porque él también quería sentirse seguro entre el mar de gente que no parecía muy concentrada en pensar si su contacto físico (intencional o no) incomodaba a alguien.
—¡Te veo el sábado! —fue lo que le dijo un omega risueño a su hermano, despidiéndose de ambos con un movimiento de su mano que fue correspondido por un sonriente ChanYeol.
JiMin miró a su hermano con confusión, más aún al notar la pequeña sonrisa que tenía en su cara, pero este no le regresó la mirada y eso había sido suficientemente sospechoso para que decidiera comenzar con un interrogatorio.
—¿Quién era él? No es ninguno de tus bobos amigos —señaló y ChanYeol frunció sus cejas en confusión—, se ve más decente, ¿es algún novio?
—Eso no te interesa —apretó su nariz para molestarlo y JiMin se quejó—. Y mis amigos no son bobos —enarcó una ceja, pero JiMin viró los ojos.
—Son iguales a ti, claro que son bobos —ChanYeol lo miró mal, apretando sus labios como si estuviera ofendido—. ¿No vas a decirme quien es? —insistió.
—Ahora sólo deberían interesarte los exámenes finales y no ser un mocoso metiche.
—No soy metiche —le sacó la lengua y cuando notó que su hermano no iba a seguir con la conversación, él decidió seguir haciendo preguntas—. ¿Es BaekHyun? Es lindo, ¿van a tener una cita? Si es así entonces debes verte guapo, yo...
—JiMin —despeinó su cabello para que se callara y el omega volvió a quejarse por lo bajo, acomodando su peinado cuando lo dejó en paz—. No es una cita, sólo vamos a salir a comer como amigos —enfatizó al final.
—¿Entonces sí es BaekHyun? —insistió saber y ChanYeol chasqueó la lengua, pero al no ser una respuesta negativa, JiMin siguió hablando al respecto—. Bueno, no creo que vayan a comer como amigos, quizás él sí, pero no creo que tú lo hagas, ¿no? —el alfa viró los ojos y desvió la mirada, concentrándose en quién sabe qué mientras ambos continuaban caminando—. Te puedo dar consejos para que no lo espantes; cosa que definitivamente necesitas si me lo preguntas a mi...
—JiMin —dijo como advertencia y el omega hizo un pequeño puchero.
Ambos continuaron con su camino hasta que estuvieron frente a la salida y el omega notó que detrás de ellos estaban sus demás amigos conversando. Rápidamente se deshizo del agarre de su hermano y este lo miró alejarse con duda, formando una mueca estresada en el rostro cuando se dio cuenta de que su hermanito estaba corriendo hacia YoonGi como una mosca hacia una lámpara.
ChanYeol estaba seguro de que ambos habían estado prácticamente toda la jornada juntos, así que no entendía por qué su hermano necesitaba acercarse a él de nuevo. Suspiró agotado y metió sus manos dentro de sus bolsillos para seguir a la pequeña pulga rubia, dando pasos calmados aunque su lobo no estaba contento.
JiMin tenía una idea surgiendo en su cabeza y esperaba que funcionara como quería.
—¡Hyung! —JiMin tomó la mano del alfa que lo tenía muy enamorado y este lo miró con atención de inmediato, cosa que lo hizo sonreír un poco más—. Disculpe lo repentino, ¿quiere salir conmigo el sábado? —preguntó con ojos emocionados.
El alfa de inmediato formó una expresión sorprendida y tanto JungKook como los demás intercambiaron miradas entre ellos con sorpresa, incluso NamJoon.
—¿Salir? ¿Los dos? ¿Solos? —su voz pareció vacilar un poco más a cada pregunta rápida que daba y JiMin asintió a todas, luciendo apurado, pero emocionado al mismo tiempo—. C-Claro, por supuesto que sí, ¿a dónde...?
—Vámonos —fue la voz de ChanYeol quien tomó uno de los brazos de su hermano y lo jaló lejos del alfa. JiMin lo miró mal un segundo y jaloneó un poco para no alejarse tanto de YoonGi.
—Yo le envío un mensaje, no se preocupe —le dijo y YoonGi asintió torpemente, ambas mejillas sonrojándose más a cada segundo que pasaba—. Nos vemos mañana —se despidió antes de inclinarse para besar la mejilla del alfa.
ChanYeol gruñó por la acción y antes de que pudiera acercarse más, JiMin se alejó primero y comenzó a jalarlo lejos de sus amigos, moviendo su mano como despedida hacia ellos mientras su hermano se quejaba por lo bajo. El alfa malhumorado lo siguió con resignación, lanzándole una mala mirada a YoonGi antes de desaparecer entre la gente junto con JiMin.
—Supongo que tienes una cita —comentó NamJoon, mirando cómo YoonGi tocaba su mejilla con una sonrisa tonta en su rostro.
YoonGi simplemente asintió de acuerdo e inevitablemente comenzó a desear que el sábado llegara con más emoción de la que había tenido nunca.
—Supongo que tengo una cita —rió.
Ahora, ¿cómo se supone que dormiría tranquilo pensando en eso?
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