¡Diecisiete!: celos repentinos y alfas enloquecidos.

YoonGi suspiró con aburrimiento mientras rebotaba el balón en la cancha, había preferido pasar su receso ahí, junto con las parejas que se escapaban para besarse y los solitarios que sólo pueden encontrar consuelo en sus obsesiones raras con series japonesas, hoy al menos sólo había una pareja sentados casi al final de las gradas y un par de omegas hablando de quién sabe qué. Además de eso, HoSeok se encontraba sentado comiendo un sándwich y NamJoon estaba jugando con él, o algo parecido.

Lanzó la pelota y encestó con demasiada facilidad, chasqueó la lengua y miró a NamJoon. En el fondo se escuchaban al grupo de omegas aplaudir, no estaba seguro si era por él o porque habían congeniado en un tema, no le importaba.

—¿Qué? —extendió los brazos cuando vio los ojos fastidiados de YoonGi.

—Ni siquiera te moviste —se quejó—. ¿Cuál es el chiste de jugar si no, ya sabes, juegas? —hizo un movimiento indignado con sus manos para darle énfasis a la última palabra.

—No iba a saltar, acabo de comer —se excusó y YoonGi viró los ojos—. No me gires los ojos, ten respeto —lo señaló.

—¡Soy mayor! —se señaló casi ofendido y NamJoon entrecerró los ojos—. Aish, olvidalo —lanzó el balón a un lado, dejando que se fuera.

NamJoon lo tomó y fue a guardarlo.

—¿No quieren ir al salón? —HoSeok ya estaba guardando sus envases dentro de su bolso.

YoonGi se encogió de hombros, aún quedaban casi veinte minutos antes de que la campana sonara.

NamJoon suspiró casi con fastidio.

—Tenemos que hacer algo con tu humor, porque aquí el único gruñón soy yo —hizo un chiste a su modo, HoSeok lo miró con una ceja alzada y YoonGi le sacó la lengua—. Esa reacción fue decepcionante. Plan B—se acercó al alfa y agarró sus mejillas—. Sonríe.

—¡Uhg!, eres pésimo en esto —se quejó y trató de soltarse—. ¡NamJoon! —HoSeok aprovechó la distracción de ambos y atacó las costillas de YoonGi con sus dedos—. ¡No, no! ¡Espera!

Las carcajadas no se hicieron esperar y NamJoon soltó la cara del alfa para ayudar a HoSeok, así que ahí estaban los tres, haciendo el ridículo en medio de la cancha de basquetball. Cuando YoonGi logró liberarse, tenía la cara sonrojada y ambos lo miraban con sonrisas ladinas, el alfa se sintió un poco humillado pero recordó que su vida no era tan digna tampoco así que suspiró y se sentó en el piso de madera, porque dentro de su ataque, él había caído al suelo.

—Me siento abusado —soltó aire.

—No bromees con eso —se quejó NamJoon.

—Mira como arruinas el momento —habló HoSeok—. Tratamos de mejorar tu humor, ¿funcionó?

—Funcionó tan bien como mis pastillas para el insomnio —comentó con ironía.

NamJoon pateó su pierna y HoSeok formó un puchero.

Min soltó aire esta vez y miró a NamJoon, este tenía una ceja enarcada y saludó a alguien que acababa de entrar a la cancha. YoonGi no iba a negar que sintió su corazón latir emocionado por un segundo, con la idea de que posiblemente JiMin aparecería como si nada, pero volvió a la normalidad en el instante que vio a JungKook caminar hacia ellos.

Se volvió a tirar al piso para morir.

—Hey, ¿han visto a TaeHyung?

HoSeok se tensó.

—No, ¿no está en la cafetería? —NamJoon fue el único que respondió, JungKook ya se había acercado lo suficiente a ellos y colocó su brazo sobre los hombros de HoSeok.

—No —negó con la cabeza y luego miró a HoSeok—. ¿Seguro que no lo han visto?

El beta asintió, sonrojándose. YoonGi enarcó la ceja viéndolos, pero supuso que como el tema era TaeHyung, HoSeok no podía evitar reaccionar así. Él decidió sólo mirar el techo como el alfa desolado que era, su malhumor no parecía querer irse y estaba seguro que le dolería la cabeza en cualquier momento.

Frunció un poco sus cejas pensando en que debería tomarse un blíster completo de pastillas sólo para matarse y ya.

—Está deprimido por ya sabes quién —escuchó a HoSeok y lo miró, JungKook estaba a su lado con cara de confusión—, y por eso anda en el suelo casi llorando.

—No estoy llorando —refutó de inmediato—, sólo estoy sufriendo existencialmente.

—Ya va llorar —anunció NamJoon con una sonrisa burlona y YoonGi viró los ojos.

Decidió ignorarlos para seguir sufriendo y el resto se sentó en el suelo con él para comenzar a hablar entre ellos, YoonGi claro que no quiso participar mucho y se quedó escuchando como JungKook contaba la gran cantidad de cosas que hacía luego del instituto, desde ir al gimnasio en las tardes hasta practicar karate y que estaba pensando en entrar a clases de natación, HoSeok le comentó que seguro tenía muchos músculos y NamJoon hizo un comentario sarcástico sobre que seguro podría cargar a HoSeok sin sudar, así que lo siguiente que se escuchó fue un grito asustado del beta cuando fue levantado del suelo y la risa de NamJoon.

—¡Esto no es gracioso! —se quejó, JungKook lo estaba cargando sobre su hombro—. ¡Ni siquiera peso tanto, carga a NamJoon! —bufó.

El omega detuvo su risa y miró seriamente a JungKook, este pasó saliva.

—Estoy seguro que puedo pero no quiero saber qué puede hacerme —Jung lanzó un quejido—. Hyung, de verdad no pesa nada —se rió, cerrando sus ojos, YoonGi pensó que parecía un niño.

—Lo sé —murmuró con las mejillas encendidas y agradeció que desde la posición en la que estaba no pudieran verle la cara, pero ciertamente no era mejor para él que tuvieran visión perfecta de su trasero—. Ahora bájame por...

—¡Hola!, lo estaba buscando —la voz de TaeHyung hizo a HoSeok casi chillar del susto y para que no ocurriera un accidente, JungKook trató de bajarlo—. Oh, linda vista HoSeok Hyung —se rió.

—¡¿Eh?! —se cubrió la mejillas cuando estuvo en el suelo y evitó completamente la mirada de Tae.

YoonGi suspiró con flojera escuchando el alboroto y deseando que el techo le cayera encima. Trató de no mirar al recién llegado hasta que este se plantó en frente de él y se inclinó para verlo mejor, el alfa peli-azul levantó ambas cejas con aburrimiento y Tae sonrió.

—Tengo un mensaje para ti —YoonGi frunció sus labios por la falta de honoríficos

—¿Sí? —decidió ignorarlo, ahora mismo le estaba dando muy igual muchas cosas—. Si no tiene que ver con que gané la lotería no me importa.

—Es de JiMin.

—¿JiMin? —se sentó rápidamente, sintiendo su corazón acelerarse por la simple mención de su nombre, Tae asintió—. ¿Por qué JiMin mandaría un mensaje contigo? Ni siquiera te conoce, ¿cierto? ¿Cómo sé que no me estás mintiendo? —frunció las cejas.

—Suenas como un viejo paranoico —le dijo NamJoon.

—Porque no tengo razones para hacerlo —se encogió de hombros con una mirada inocente en el rostro, YoonGi miró a NamJoon y este imitó el movimiento de TaeHyung.

—Esa explicación es demasiado simple —le dijo, desconfiado.

—Es la verdad —insistió.

—No creo que esté mintiendo —lo apoyó JungKook—. Está haciendo su cara de tonto —se rió.

TaeHyung le sacó la lengua.

—¿Quieres escucharlo o no? —miró a YoonGi, este terminó asintiendo—. Bien. Para que sepas, hoy me senté a su lado en clase, lo vi triste y quise animarlo, cuando logré que me dijera lo que tenía, me contó un par de cosas.

YoonGi lo miró con ojos poco confianzudos pero TaeHyung lo tomó como incentivo para seguir hablando.

—Como decía, él dice que siente mucho lo que sea que te haya dicho o hecho ChanYeol, pero está castigado y le quitaron el celular, así que no puede hablar contigo por ahora.

—¿Le quitaron el celular? ¿Cuándo? —ahora estaba armando piezas en su cabeza y si pudiera leer los pensamientos, seguro escucharía la voz de NamJoon diciendo "se los dije, ja".

—El día anterior a la reunión que habían organizado aquí —explico rápidamente.

—¿Te dijo algo más? —ahora estaba más interesado, si tuviera orejas y cola como sus antepasados, seguramente las tendría erguidas.

—No me dijo mucho, le acabo de hablar hoy —se encogió de hombros—. Aun así me sorprende que me dijera esas cosas, supongo que quería desahogarse un poco.

YoonGi formó una mueca un poco decepcionada y cruzó sus piernas, sus amigos estaban sentados mirándolo y tratando de adivinar qué cosa podría estar pensando el alfa, sin embargo lo vieron suspirar y supieron que realmente, no había mucho que hacer en esa situación.

Aun así, YoonGi estaba feliz, porque JiMin no había enviado ese mensaje con una intención real de lastimarlo, o quizás ni siquiera escribió el mensaje.

—¿Qué se supone que haga ahora? ¿Tienen alguna idea? —miró a los demás, TaeHyung se sentó con ellos pero no se le ocurrió nada a la par que el resto—. No todos al mismo tiempo —dijo con sarcasmo.

—Mira —NamJoon habló—, nada te detiene de ir con él ahora mismo y hablarle o tratar de hacerlo, la única cosa que podría pasar es que ChanYeol te noquee y si realmente quieres meterte en la vida de ese niño, tendrás que soportarlo —concluyó y no era mentira—. Sentarse y sufrir no hará ningún cambio en tu situación actual.

—Pero tampoco quiero que él se meta en problemas —se sentiría demasiado culpable si ese fuera el caso—, JiMin ya me ha dicho que su padre es peor que ChanYeol y si lo castigaron sólo por hablar conmigo no sé qué podría pasar si sigo tratando.

—Entonces no te deberían ver hablando con él, ¿estás seguro que quieres tratar eso de nuevo? —HoSeok ahora opinó.

—También puede esperar a que su enamoramiento pase y conseguirse otro omega —insistió el más alto.

—¡Pero yo quiero a JiMin! —lloriqueó y su lobo aulló en desesperación, nunca había estado tan de acuerdo con él.

Entonces, luego de un par de segundos, los ojos del menor de todos se abrieron a consecuencia de una pequeña idea.

—Creo que podría intentar algo —dijo JungKook, llamando la atención de todos.

JiMin ladeó sus labios mientras caminaba por los pasillos del instituto junto a ChanYeol y su grupo de amigos, todos estaban hablando sobre el partido que se acercaba y el alfa se quejaba de que el entrenador era un estúpido por no dejarlo participar, por cada grosería que usaba el más alto JiMin viraba los ojos y tenía la sensación de que terminaría con los ojos blancos de tantas veces que el contrario insultaba. Realmente odiaba que su hermano se comportara como un idiota.

Sin previo aviso, se encontró a sí mismo preguntándose cómo estaba YoonGi y se sonrojó.

De repente, TaeHyung apareció sonriente por el pasillo y se acercó al grupo de amigos de Yeol sin sentirse mínimamente intimidado, JiMin estuvo mirándolo unos segundos sin entender qué demonios hacía él ahí y los alfas miraron al recién llegado con cejas alzadas y miradas de desconfianza.

—¿Ustedes van a jugar, cierto? —los señaló—. El entrenador los está llamando —sonrió encantador y sin mirar a JiMin, el rubio supuso que era para no meterse en problemas con su hermano, pero le hubiera gustado saludarlo. ¿Le habrá dicho a YoonGi lo que le pidió?

El grupo de alfas se miró confundido pero aun así comenzaron a caminar hacia la cancha, ChanYeol quiso seguirlos pero Tae lo detuvo.

—Él sólo quiere hablar con el equipo que jugará —le dijo con una sonrisa casi burlona y el alfa gruñó por lo bajo—. Hasta luego.

Se fue por el mismo lugar por donde había llegado y ChanYeol lanzó un bufido mientras se recostaba sobre los casilleros, JiMin tenía una rara sensación en ese momento y ChanYeol se quejó de nuevo sobre el entrenador.

—No tienes que ser tan irrespetuoso siempre —le aclaró, Yeol viró los ojos.

—Ese tipo es un exagerado, tengo completo derecho a quejarme —se excusó como si fuese una razón válida.

—¿Te gustaría que hubiera alguien quejándose de ti y diciéndote insultos?

—Le hago entender que no me tiene que insultar —movió su puño.

—¡Pues que el entrenador venga a golpearte! —se cruzó de brazos, mirándolo con reproche—. ¿Siempre tienes que resolver todo con la estúpida violencia?

—Soy un alfa, no es violencia, es... ¡Oye!

El menor ni siquiera se dio cuenta cuando un chico más bajo que ChanYeol y con una capucha negra tomaba la mochila de este y salía corriendo lejos de ellos, el alfa lo siguió de inmediato y JiMin ni siquiera reaccionó.

El menor parpadeó y dio un paso cuando se dio cuenta de la situación, no podía quedarse ahí quieto, tenía que avisarle al director que le habían prácticamente robado la mochila a su hermano y...

—Hey —pegó un brinco cuando escuchó una voz grave y se giró, YoonGi de inmediato formó una mueca preocupada—. ¡Lo siento! No quería asustarte —dijo rápido, mostrando sus manos—, sólo quería hablar.

JiMin sintió sus mejillas calentarse y asintió lentamente, el olor a chocolate de YoonGi era más intenso que nunca y a pesar de sentirse medianamente mareado, estaba encantado con eso.

—Hola... —casi suspiró. Tratando de ignorar las repentinas ganas de abrazar al contrario.

—Hola —sonrió como un tonto enamorado, JiMin lucía tan lindo y besable que no podía recordar lo que se supone que iba a decir.

JiMin ladeó la cabeza, sonriendo y esperando a que YoonGi hablara.

—¡Oh!, ah, v-venía a decirte que sé lo que pasó con el mensaje, y que realmente quiero poder hablar más contigo, porque siento que conectamos bastante bien y me caes demasiado bien, y eres muy adorable y amable y tierno y... —se detuvo cuando sintió que era demasiado, sus propias orejas calentándose—, el punto... hum... es que quiero mantener esto... y no sé si te sientas igu...

—Sí —asintió de inmediato—. Me siento igual —soltó una risita ligeramente apenada, sus mejillas estaban rojas y YoonGi quería besar su rostro—. Es la primera vez que quiero tanto ser cercano a alguien y... y me alegra muchísimo que no haya decidido alejarse, Hyung.

YoonGi casi se derrite en el suelo al escuchar el honorífico y no podía creer que existiera alguien en el planeta que pudiera decir tan lindo la palabra "Hyung", su corazón estaba latiendo a mil por segundo y quizás fue por sus hormonas alborotadas, quizás porque su lobo estaba casi llorando o porque JiMin lo estaba mirando con esos ojitos preciosos, pero se inclinó y plantó un pequeño beso en la regordeta mejilla del menor, un beso rápido que hizo a ambos sonrojarse tanto que sus rostros podrían confundirse con tomates frescos.

—Uh... no sé por qué hice eso —fue lo primero que dijo y se sintió muchísimo más estúpido—. ¡Ah! Me tengo que ir, e-espero poder hablar contigo pronto.

JiMin asintió torpemente.

—Ta... También yo... —bajó un poco la mirada.

YoonGi lanzó un grito de sufrimiento en mute y se fue de ahí tan rápido como apareció, segundos más tarde, ChanYeol llegó hasta donde estaba su hermano, jadeando y con su mochila sobre su hombro.

—Joder, ¿puedes creer que ese bastardo lanzó mi mochila y se metió entre las person...? ¿JiMin? —buscó la mirada del contrario, este estaba concentrado en el suelo con una sonrisa tonta en su rostro y completamente sonrojado. Yeol entonces sintió un aroma que no era de su hermanito—. ¿Qué pasó? —bufó.

—Nada —murmuró con una sonrisa tonta y con la voz más pequeña que su hermano hubiese hecho nunca.

Trató de olfatear y encontrar al dueño del aroma pero terminó mareando cuando el olor JiMin azotó su nariz sin piedad, tuvo que cubrirse mientras miraba desconcertado al rubio.

JiMin estaba sonrojado y cubría su rostro, sólo podía pensar en el aroma de YoonGi, en YoonGi sonriendo, en YoonGi sonrojado, su cabeza se llenó por completo de ese alfa y sintió como su lobo aullaba en búsqueda de su presencia.

Cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando, ChanYeol ya lo estaba cargando y llevando en dirección a la enfermería; había entrado en celo.

JungKook llegó trotando hasta donde se encontraban los demás y se quitó la sudadera negra, sabía que era bueno corriendo pero cuando le quitó su mochila al más grande no estaba seguro de que pudiera superar a ChanYeol, y ahora sentía que había roto un nuevo récord personal.

Triunfante se acercó al grupo pero antes de que pudiera comentar algo sobre el plan perfectamente ejecutado, se encontró con YoonGi siendo sostenido por NamJoon mientras HoSeok lo rociaba de inhibidores.

Quizás esa era la imagen más rara que tenía de los tres. Hasta ahora.

—Uh, ¿qué pasó? —le preguntó a Tae, el más cercano en ese momento y quien le guardaba un poco de espacio al trío por las constantes pataletas de YoonGi.

—Creo que enloqueció —murmuró el peli-gris, sus ojos sorprendidos y curiosos mirando al alfa.

—Pasó lo que sabía que pasaría si se acercaba a JiMin en pleno celo —bufó el más alto, sosteniendo los forcejeos de YoonGi.

—¡Pues no te oí quejarte del plan! —dijo HoSeok, agitando la lata.

—¡Sí lo hice, pero nadie me hizo caso!

YoonGi lloriqueó.

—¡JiMin! ¡JiMin! ¡Déjenme ver a mi JiMin! —pataleó—. ¡Huele demasiado bien! ¡Tengo que abrazarlo! ¡JiMiiin!

JungKook ladeó un poco la cabeza. en el poco tiempo que llevaba conociendo al alfa no creía que fuese capaz de reaccionar así, pero tampoco le pareció lo peor del mundo.

—Bueno, no me suena a un lunático —mencionó, tratando de aligerar el ambiente—. Actúa bastante... ¿tranquilo?, para ser un alfa en celo. Creo que sería peligroso que estuviera pensando en marcarlo.

YoonGi le gruñó—. ¡Mío!

—Ni siquiera menciones eso ahora —le advirtió el omega.

—YoonGi nunca se comporta así, para nosotros sí se volvió loco —habló HoSeok, tratando de rociar mejor al alfa—. Dios, ¡quédate quieto!

—¡NamJoon, déjame ver a JiMin! —saltó pero el moreno lo sostuvo con fuerza y YoonGi terminó abrazado a él como un koala—. ¡Deja de ser tan celoso y suéltame!

El omega lo ignoró y por primera vez agradeció ser lo suficientemente fuerte para sostener al alfa. Si no hubiera reaccionado rápido cuando YoonGi perdió el control, una pelea entre ChanYeol y él se pudo haber desatado. HoSeok aprovechó la posición para rociar mejor la zona en el cuello de YoonGi pero estaba más que claro que no había ningún resultado, necesitaban una pastilla.

—Bien esto no está funcionando —jadeó, el olor de Min se estaba volviendo insoportable y aunque lo negara, le estaba afectando un poco, él seguía siendo un omega después de todo—. Lo llevaré a casa.

—¿No sería mejor llevarlo a la enfermería? —HoSeok preguntó.

—No lo creo, allá no tienen supresores para alfas, lo que harán es decirle que se haga el rudo y siga adelante —explicó, el beta formó una mueca con los labios.

—Eso es horrible... 

—Lo es —NamJoon estuvo de acuerdo—, mejor me lo llevo. Nadie se dará cuenta de que nos fuimos de todas maneras, el vigilante fue despedido hace como una semana, siguen buscando su reemplazo.

—No sé si ustedes tienen mucha suerte o qué —TaeHyung comentó divertido, NamJoon se encogió de hombros porque no creía que la suerte fuera algo que los acompañara de todas maneras.

—Bueno, ¿te acompaño? —HoSeok ladeó su cabeza, mirando cómo NamJoon forcejeaba un poco con un nervioso y errático YoonGi—. Sigues siendo un omega después de todo, no sé si sea buena idea que estés con un alfa en celo.

—No, está bien, quédate con Jeon y Kim, no quiero que YoonGi te haga algo, regresaré apenas lo deje. YoonGi no pensaría en hacerme algo de todos modos, nuestros lobos se ven mutuamente como familiares —lo sostuvo sobre su hombro cual saco de papas y YoonGi sintió su orgullo alfa ser pisoteado. HoSeok suspiró y asintió, tomando la mochila de NamJoon—. Vamos, llorón —tomó la mochila ajena y comenzó a caminar hacia la salida—. Estarás mejor en casa.

—JiMin... —sus ojos se aguaron—. ¡Quiero a mi omega! —NamJoon murmuró un "sí, sí".

Jeon soltó una pequeña sonrisa cuando vio al alfa irse y miró a HoSeok guardar sus cosas en su mochila, rápidamente tomó la de NamJoon para ayudar al beta a cargarla y este le sonrió como agradecimiento. TaeHyung se acercó con las manos en sus bolsillos y el castaño se sonrojó tan rápido que JungKook hubiera pensado que se le subió la tensión.

—¿Y ahora? ¿Vamos a clases o esperamos a que NamJoon Hyung regrese? —Kim preguntó con una sonrisa inocente, HoSeok olvidó cómo hablar en ese momento.

—P-Pues... ustedes no deberían perder clases, yo... yo puedo quedarme a esperarlos —les sonrió, aunque la sonrisa fue más para Jeon a quien sí podía mirar sin ponerse nervioso.

—No, está bien, al menos por mi —Tae se encogió de hombros—. ¿Y tú, Kookie?

Jeon pensó unos segundos, si decía que no, HoSeok tendría tiempo a solas con TaeHyung, podría ayudarlo a desenvolverse con el menor y si decía que sí, quizás el beta tendría de donde apoyarse para no sufrir algún tipo de colapso al tener a su amor platónico tan cerca.

—Uh... ¿yo? —parpadeó.

—En serio, no tienen que quedarse —insistió Jung—. ¿Y si pierden algo importante en la clase? Estoy bien...

—Hyung —HoSeok lo miró, los ojos del beta tratando de no apartarse y sus mejillas encendidas en rojo—, ya le dije que por mi está bien —sonrió en grande, Jung tuvo que retener un suspiro.

Jeon apretó los labios. Quizás HoSeok estaría bien solo.

—Yo, uh... tengo examen —murmuró una mentira, casi no se escuchó pero ambos lo voltearon a ver—. Así que... creo que debería irme ahora.

—Oh, está bien —Tae tomó la mochila de NamJoon—. Supongo que seremos sólo usted y yo, HoSeok Hyung.

HoSeok no podía creer lo que estaba pasando, no sabía si su peor pesadilla o si su mejor sueño estaban ocurriendo, quizás ambos.

Miró a Jeon y este le dedicó una sonrisa sin sus ánimos normales.

—¿Nos vemos luego, entonces? —sintió a Tae pararse a su lado y comenzó a juguetear con sus manos con nerviosismo.

—Seguro —movió su mano como despedida y se fue de ahí.

HoSeok no podía estar seguro si Jeon estaba feliz o decepcionado.

NamJoon abrió la puerta de la casa y lanzó a YoonGi al sofá antes de cerrar la puerta, este trató de salir de ahí y el omega lo amarró entre un par de sábanas que estaban esparcidas por el mueble, YoonGi lloriqueo mientras NamJoon buscaba un par de supresores, sin embargo, no los consiguió en la cocina.

—¿Dónde están? —regresó a la sala, YoonGi estaba mirando al techo y sorbiendo su nariz.

—No lo sé, mi mamá ahora los esconde...

—¿Y me lo dices ahora? —le preguntó con indignación—. Pasamos al lado de la jodida farmacia, YoonGi —lo regañó.

El alfa lloriqueó de nuevo y Nam se restregó el rostro con sus manos.

—Ya regreso —tomó las llaves del más bajo y YoonGi abrió los ojos en sorpresa—. Espera aquí.

—¡Oye! ¡¿Me vas a dejar amarrado como un burrito?!

—Yep.

—¡NamJoon! —pataleó pero no pudo soltarse y el omega cerró la puerta mientras le sonreía—. Joder... —de repente, sintió ganas de ir al baño—. ¡Kim NamJoon!

NamJoon cerró con llave y trotó en dirección a la farmacia, agradecía que YoonGi no viviera tan lejos de una y que su humor fuera decente ahora, porque estaba queriendo dejar al alfa encerrado y amarrado hasta que se le pasara el calor. No podía creer que en serio se hubieran puesto de acuerdo para "ayudar" a YoonGi a sabiendas de su situación, el alfa estaba celo, ¿no pudieron decidir hacer algo luego? Era estúpido, le dijo a HoSeok que no era buena idea y el beta sólo le dio la razón a YoonGi. ¿Por qué la ridícula desesperación de hablar con JiMin? Si no quería que le cortaran la cabeza YoonGi debería ser más inteligente.

Cuando vio a su amigo caminar de regreso, atontado y con una expresión desesperada supo que tenía que sostenerlo, YoonGi estuvo a nada de darse la vuelta y correr a abrazar a JiMin, y estaba tan desesperado por ello que se comportó como un completo alfa de las cavernas y no había algo que NamJoon odiara más que un alfa en celo idiota y hormonado.

—¿Debería darle una pastilla y luego otra para hacerlo dormir? —revisó los estantes, las cajas estaban cercas una de la otra y se le hizo casi graciosa la ironía. Decidió llevarla, por si acaso.

Mientras hacía la fila para pagar suspiró, recordando que YoonGi lo había llamado celoso, ¿celoso él? ¿De qué específicamente? ¿De su interés por JiMin? Para nada, NamJoon soltó una risa floja, la única vez que pensó que YoonGi era lindo fue cuando estaban en primaria y el alfa le regaló un chocolate por San Valentín, nadie le regaló más nada y él estuvo realmente agradecido. ¿Entonces? ¿De qué cosa pensaría YoonGi de la que él esté celoso? Tampoco rogaba por la atención de YoonGi como mejor amigo, además de tener a HoSeok, a él le había dado completamente igual cuando YoonGi hacía cientos de amigos, el alfa siempre regresaba con él y NamJoon sabía que no lo cambiaría por cualquiera, no lo ponía celoso en absoluto.

El hombre que estaba enfrente de él se fue y se apresuró a pagar, el cajero tomó ambos productos y le dijo el precio al omega, este le entregó su tarjeta.

—¿Estabas buscando los supresores para omega? —le preguntó el hombre—. Estos son de alfa.

—No, esos eran los que estaba buscando —enarcó una ceja.

—Ah, ¿son para ti? —volvió a meter los productos en la bolsa, NamJoon apretó los labios—. Pensé que buscabas para tu omega.

El omega se sonrojó.

—No soy un alfa —tomó la bolsa y se fue de la tienda, ignorando la mirada sorprendida del cajero. Eso había sido incómodo.

No era la primera vez que alguien lo confundía con un alfa y ciertamente no se sentía cómodo con eso. Los betas no solían ser tan grandes como él y los omegas mucho menos, sería mucho más fácil si la gente dejara de hablarle con respecto a su aspecto.

Cuando entró a la casa de nuevo, YoonGi estaba cantando sobre lo solo que estaba y lo mucho que extrañaba a JiMin. Se rió cuando el alfa levantó la cabeza para mirarlo y frunció sus cejas con indignación.

—¡Quiero ir al baño y me dejaste así!

—Irás después de que te tomes el supresor —lo soltó y fue a buscar un vaso con agua, cuando regresó sacó la pastilla y se sentó frente al alfa—. Toma

YoonGi se tomó el supresor a regañadientes y luego se directo al baño. NamJoon tomó ese momento para acomodar las sábanas sobre el sofá y pensar en cómo le estaría yendo a HoSeok, JungKook se veía buena persona así que seguro su amigo estaría en buenas manos hasta que regresara, además, si estuviera en mitad de una crisis seguro lo llamaría.

—Estoy demasiado indignado como para pensar en un insulto decente —decía el alfa regresando a la sala—, primero me sacas en contra de mi voluntad del instituto y luego me atas aquí y me dejas solo y con ganas de orinar.

—No me dijiste que querías ir cuando entramos, si me lo hubieras dicho pude haberte encerrado en el baño —YoonGi hizo un puchero—. ¿Se te bajó el calor?

—Estoy en eso —suspiró y se lanzó de nuevo al sofá, NamJoon se sentó a su lado.

—¿Entonces ya no estás todo loco queriendo lanzarte encima la gente? —YoonGi asintió—. Me parece bien. Fue loco, pensé que ibas a golpearme o algo —le dijo como broma.

YoonGi no se rió.

—Ni estando así soy capaz de usar la voz de mando contigo, Nam —le dijo con una sonrisa floja y NamJoon se sintió pequeño un segundo.

—Pues me alegra, ambos sabemos que no quedarías vivo luego de romper una promesa así —YoonGi se rió por el mal chiste y NamJoon sintió el ambiente más ligero—. ¿Te sientes bien? —cambió de tema y YoonGi asintió, un pequeño puchero en sus labios—. ¿Qué sucede?

—Es que... fue muy extraño, nunca me había sentido así por el olor de alguien, fue como si mi lobo se hubiera querido lanzar encima de él para llenarlo de amor y también...

—No quiero detalles —le dijo antes de que dijera algo vergonzoso—. Te gusta JiMin, mucho, supongo que por eso reaccionaste así.

—Se sintió como algo mutuo, no sé —frunció sus labios sin saber cómo explicarlo—, casi como si ya hubiese pasado.

—Quizás lo soñaste —se encogió de hombros.

YoonGi suspiró en frustración.

—¿Sería muy tonto insistir con eso de ser predestinados? —enarcó una ceja, mirando al omega con un poco de pena.

NamJoon ladeó los labios.

—Esas son historias, las personas dicen que consiguen su otra mitad pero no hay una prueba que diga que lo son, ser el uno para el otro y ser almas que se persiguen por la eternidad son cosas que la gente confunde, supongo —YoonGi miró pensativo sus manos.

—Es algo raro de explicar, es como si mi lobo supiera algo que yo no.

—Los lobos teóricamente nos han acompañado desde los inicios de los tiempos, ellos deben saberlo todo pero no creo que se quieran sentar a hablarnos, si lo que sientes es muy fuerte supongo que... —bien, lo admitía—. Ustedes dos deben tener algo —se encogió de hombros.

—¿Tu lobo no te hace sentir cosas así? —lo miró.

NamJoon se quedó mudo un segundo, su lobo sólo le había hecho sentir miedo y cosas que él sentía inútiles, siempre llevando la contraria y provocando que se sintiera mal. Lo había callado lo suficiente, así que ciertamente casi no sentía nada.

—No... no realmente —dijo sin soltar más detalles.

—¿Ni cuando te gustaba SeokJin? —el omega se levantó, mirándolo con reproche—. Lo siento, es que lucías muy diferente y hablabas bastante con él y te reías mucho, entonces...

—Iré de nuevo al instituto, ya me demoré mucho —caminó directo a la puerta y la abrió.

—Nam... —formó una mueca preocupada.

—Hasta luego —la cerró, sin siquiera mirar de nuevo a su amigo.

YoonGi formó una mueca triste y volvió a mirar el suelo, pensando momentáneamente sobre por qué NamJoon había cambiado tanto.

Suspiró y subió hasta su habitación con los supresores recién comprados, los guardó en un cajón y se recostó sobre su cama. Esa sensación de querer ir por JiMin no se detenía del todo y de alguna manera, sentía que estaba siendo correspondido por el menor, como si este lo llamara y fue jodidamente extraño sentirlo cuando estuvo a centímetros de él, su aroma perforó su presencia tan fuerte que no sabía cómo es que había logrado irse sin llevárselo consigo antes de que NamJoon lo sujetara.

Esas sensaciones eran nuevas y abrumadoras e impulsado por ellas, tomó su celular y abrió el buscador, esperando conseguir algo de utilidad.

Nunca había estado tan interesado en el tema de las almas predestinadas antes, ni siquiera cuando su padre afirmó haber encontrado la suya, estaba más concentrado en pensar que era un suertudo y que su madre era una amargada por no dejar que se fuera a vivir con él.

«Las almas predestinadas son algo realmente mágico y difícil de entender, si bien muchas personas no creen ni logran encontrar la suya, hay unos pocos suertudos que logran dar con el paradero de su otra mitad antes de que sea demasiado tarde.»

YoonGi sentía que estaba viendo una revista para omegas de trece años pero parecía ser el sitio con información más seria en Internet.

«Según la leyenda, algunas almas fueron elegidas por la luna para que estuvieran juntos por la eternidad, buscándose durante sus vidas y haciéndose felices por siempre, se dice que la luna escogió una pareja para cada uno de nosotros pero no todas las parejas que llegan a morir juntos sienten los que una pareja predestinada siente durante toda su vida.

Se dice las parejas predestinadas conocen a la otra sin necesidad de palabras, que son capaces de entenderse sin haberse conocido, que sienten a sus lobos aullar por su presencia y que sienten la conexión de un lazo sin haber ninguna mordida.

Las sensaciones aumentan conforme pasa el tiempo y situaciones extrañas como el aumento repentino del aroma, el adelanto del celo o un celo más fuerte, la inquietud exagerada de sus lobos y llamarse con el pensamiento son algo común».

—¿Llamarse con el pensamiento? Eso es demasiada ficción —dijo entre burlón y un poco decepcionado.

Entonces recordó, aquella vez en la cafetería en la que sintió que debía girar y se encontró con JiMin, cuando él simplemente pensó "estoy aquí" y JiMin lo miró. Creyó que había sido pura coincidencia y le pareció lindo, ¿quizás era otra cosa? Pero, ¿celo repentino?, su celo no se había adelantado, y no estaba seguro si JiMin... ¿JiMin no comenzó a oler más fuerte cuando se acercó? JiMin siempre olía más fuerte cuando él se acercaba, pero esta vez...

—Joder —se cubrió la cara, su corazón latiendo a mil por segundo y sentía como si su lobo estuviera corriendo en círculos y aullando fuerte—. No puede ser...

Y entonces su aroma explotó como si en ningún momento se hubiera tomado el supresor, otra vez tenía calor y quería lanzarse sobre JiMin, quería correr a buscarlo, besarlo hasta cansarse y alejar a cualquiera que se le ocurriera acercarse.

Quería a su omega.

¿Su omega?

Bien, admitía que había pensado eso cuando lo vio por primera vez pero no lo decía tan en serio, ¿cierto?

Ahora no lo estaba diciendo completamente en serio, ¿verdad?

Oh, lo estaba diciendo muy en serio.

—Oh no, no, no —trató con desespero de alcanzar las pastillas y al no calcular bien, cayó al suelo—. Uhg...

Suspiró y trató de no pensar en JiMin mientras se levantaba a tomar las pastillas, lo que menos quería era hacer algo inapropiado o estúpido... con JiMin en mente...

Sus mejillas se encendieron en rojo.

—No, no, no, ¡fuera, pensamientos sucios! —salió corriendo en busca de un vaso, su rostro sonrojado a más no poder.

YoonGi tenía demasiadas cosas en las que pensar como para ponerse tonto ahora.

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