¡Cuarenta y seis!: concursos de belleza y alfas atrapados en el baño
El siguiente evento en la lista sería las coreografías que el club de danza había practicado durante todo el primer ciclo escolar, por lo que JiMin se despidió del grupo casi al mismo tiempo que NamJoon se fue para poder prepararse con el resto de sus compañeros. Muchas de las personas dentro del lugar se movieron, algunos yéndose para seguir jugando los juegos que habían preparado los estudiantes y otros nuevos llegando para presenciar lo que el club de danza había preparado con tanto esmero.
YoonGi logró encontrar un asiento libre entre los primeros puestos del enorme salón (quizás empujando a más gente de la que debería en el proceso) y se sentó derecho a esperar que el escenario estuviera listo para la siguiente presentación. A su lado, HoSeok se sentaba con un poco de preocupación en su cara.
—¿No crees que deberíamos buscar a NamJoon? Sigue sin aparecer —dijo al buscar la mirada de YoonGi.
—JiMin me dijo que estaba todo bien y de que no debería entrometerme —se encogió de hombros antes de mirar la entrada del salón con la esperanza de encontrarse con su amigo, pero no lo hizo—. NamJoon parecía bastante seguro cuando se fue, así que... —frunció sus labios, pero no se veía convencido.
—Lo sé, pero... creo que nunca había estado a solas con SeokJin desde quién sabe cuándo. ¿Qué pasa si le da uno de sus ataques y se va? Nosotros no podríamos saberlo —miró a YoonGi seriamente—, como en la fiesta de navidad.
YoonGi lo pensó un par de segundos, pero luego sacudió la cabeza.
—Creo que no deberíamos preocuparnos tanto —tomó la mano de su amigo sobre el apoyabrazos de la butaca—. Ahora creo que si él nos necesitara, lo diría. Aún si es con su lenguaje todo complicado de miradas y muecas que todavía no entiendo del todo —sacudió su mano y HoSeok rió
—La verdad pensé que tú serías el primero en ir detrás de él —enarcó una ceja.
—Créeme, lo haría, pero siento que esta es una de esas veces en las que debo darle su espacio —se recostó en la silla—, de otro modo podría golpearme.
—Me parece justo —dijo con gracia.
Después de un par de minutos, las luces del salón bajaron de repente y el alumno que tomó el trabajo de presentador subió al escenario con sus tarjetas de notas y un micrófono inalámbrico. YoonGi comenzó a sentir que su estómago se retorcía de pura emoción y expectativa, feliz de ver lo que haría JiMin. A pesar de haber visto las prácticas, el resultado final podía ser diferente y siempre era impresionante ver al omega bailar.
—Espero que estén emocionados para recibir al club de baile, quienes prepararon una hermosa coreografía inspirada en el pasado de los lobos —contó el carismático alumno—. Todos los integrantes del club de danza pusieron de su parte para esta coreografía. Así que, sin más preámbulos, ¡vamos a recibirlos con un fuerte aplauso! —extendió su mano hacia el escenario y se deslizó detrás de las cortinas cuando las luces se apagaron.
Los aplausos llenaron la sala antes de que el telón se elevara una vez más. Las luces se encendieron, apuntaron al escenario y la música empezó.
Como en todas las prácticas, la coreografía comenzó con un grupo de mujeres. Todas usaban vestidos blancos que lucían delicados contra sus cuerpos. Ellas bailaban con sonrisas en sus rostros, brincaban y lanzaban flores al cielo, sacudiéndose de un lado a otro con canastas en sus brazos y pasos suaves.
De repente, el humo llenó el escenario y todos los chicos aparecieron, incluyendo a JiMin. Vestían ropas marrones desgastadas y se sumergieron en escena con brusquedad. Las chicas se alejaron asustadas, huyendo de los hombres que estaban destruyendo su pequeño rincón soñado sin perder la elegancia de los movimientos artísticos del baile.
—Ah, eso fue muy triste —comentó JungKook en voz baja, como si no quisiera romper la burbuja que se estaba formando en el escenario.
—¿Sabes de qué va? —HoSeok lo miró— No logro reconocer la historia.
—Es la de los primeros lobos —respondió—, la que contaba que antes todos los alfas eran hombres y todas las omegas eran mujeres.
—Ah sí —YoonGi estuvo de acuerdo, sus ojos fijos en el escenario, específicamente en JiMin—. Es por eso que algunos alfas hombres se creen el centro del universo —bromeó y sonrió cuando vio a JiMin dar una voltereta.
JungKook asintió.
—Es por culpa de ellos y su poder desproporcionado que la luna decidió mezclar los géneros de los próximos bebés, creando así hombres omega y mujeres alfa —contó Jeon como todo un experto en la materia.
—Oh... ¿de dónde conoces esa historia? —preguntó HoSeok con interés.
—Mi mamá me compró un libro de cuentos que tiene gran parte de las leyendas más famosas —murmuró JungKook. Luego volvió a mirar al escenario para admirar los pasos de baile delicados y furiosos de ambos bandos—. Mi favorita es la del príncipe y el granjero.
—¿Cuál es esa? —HoSeok ladeó su cabeza.
JungKook volvió a mirarlo y le sonrió.
—Se la enseñaré cuando usted vaya a mi casa para las tutorías.
El beta parpadeó y apretó sus labios con una sonrisa.
—Es un trato.
Momentos después, la coreografía terminó como todas las prácticas: con los hombres parados victoriosos frente a los cuerpos tirados de las mujeres, quienes habían hecho lo posible por escapar de ellos hasta ese momento.
La música se detuvo, las luces se encendieron y los bailarines se inclinaron como saludo. Los aplausos estallaron una vez más a la par que los vítores de apoyo que hicieron sonreír a los jóvenes. Muchos hacían esto por los puntos extra, pero el reconocimiento del esfuerzo y trabajo duro emocionaría a cualquiera que lo recibiera.
Entonces el telón bajó lentamente y el presentador volvió a aparecer.
—¡Bien! Eso ha sido espectacular. Como ya saben, el club de baile nunca nos presenta una sola coreografía, así que les voy a pedir más y más aplausos para los próximos solos que se vienen —varias personas, seguro conocidos de los solistas, comenzaron a gritar y a aplaudir en total apoyo, provocando un par de risas alrededor—. El primero de ellos es el de Min MinJae y su coreografía que se titula: ¡Move!
Todos aplaudieron con más fuerza y el telón volvió a subir.
El par de coreografías que se presentaron antes que JiMin eran muy diferentes una de la otra. La primera mezclaba matices coquetos con misterio, como si buscara verse genial e inalcanzable. La canción no tenía letra y más que una historia la presentación parecía más una muestra en escena de las habilidades de baile del alumno. La segunda coreografía era mucho más alegre, los movimientos eran más firmes y tenía muchas más acrobacias, la bailarina mantuvo su sonrisa cada segundo de la presentación, acompañada por el sonido de trompetas y un poco de confeti al final, como si fuera un desfile. Ella también recibió aplausos y finalmente el grupo esperó emocionado para ver qué era lo que JiMin tenía para ofrecer.
La canción de JiMin era a piano, ninguno de ellos sabía de dónde la había sacado el profesor, pero sabían que cada coreografía fue escogida para el alumno que pudiera interpretarla mejor y JiMin dejó a todos con la boca abierta cuando sus suaves movimientos y brincos por el escenario demostraron su gran habilidad para lucir como una hada saltando de una flor a la otra. Como acompañamiento para su despliegue, JiMin llevaba consigo un pedazo de tela igual de blanca que su delicado vestuario. Lucía etéreo, coqueto y delicado, moviéndose sobre el escenario como si este fuera una pista de hielo al son de una delicada melodía.
—Woah... —exclamó suavemente JungKook.
—Y pensar que la vimos por la ventana de la puerta —comentó HoSeok con un deje de gracia—. ChanYeol casi nos mata ese día, ¿verdad, YoonGi?
Sin embargo, YoonGi no estaba escuchando la conversación, simplemente miraba con ojos desbordados de orgullo al hermoso omega que se movía por el escenario como si hubiera nacido para ello. Él ni siquiera alcanzó a sacar su celular para tomarle una foto o video como habría querido hacer, simplemente lo observó y siguió cada paso, completamente hipnotizado.
Por un momento, YoonGi se preguntó si en serio un tonto como él tenía la dicha de que ese omega gustara de su persona y suspiró como un idiota enamorado porque definitivamente no podía imaginar un mundo en el que JiMin no estuviera en su vida. Quizás era un poco cursi, a los dieciocho años no todo el mundo tiene buenas oportunidades de conocer al amor de su vida, pero YoonGi creía que ya lo había encontrado y que ese hermoso chico lo quería de vuelta a pesar de que él no fuera digno en absoluto.
Cuando la canción terminó, JiMin yacía en el centro del escenario, posando con delicadeza de modo que su mano se extendía hacia la única luz sobre él. Finalmente se apagó la iluminación y los aplausos estallaron en el salón, llenando el silencio momentáneo. JiMin sonreía cuando las luces volvieron a encenderse y le dedicó una reverencia a todos los presentes, pies juntos en una posición de ballet y brazos extendidos de lado a lado como un hermoso cisne.
Cuando se levantó, miró específicamente a YoonGi y arrugó su nariz en su dirección mientras sonreía.
El alfa sintió que su pecho explotaba y no dudó en levantarse de su lugar para aplaudir con más fuerza.
Ese era su omega.
Su precioso omega y de nadie más.
JiMin se encogió en su lugar y rió, casi como si hubiera escuchado aquel par de pensamientos.
Entonces el telón cayó y YoonGi comenzó a moverse.
—¿A dónde vas? —lo cuestionó HoSeok.
—Voy a ver a JiMin.
—Pero mejor sería que... —no pudo terminar su propuesta porque el alfa ya se había ido corriendo por el pasillo. HoSeok bufó y miró a JungKook con una expresión de fastidio—. Nunca nadie me escucha.
—Yo sí, Hyung —se recargó sobre el apoyabrazos para meterse en el espacio personal de HoSeok con una sonrisa encantadora—. Yo escucharé todo lo que usted quiera.
El beta se encogió en su lugar junto con una risita tímida y tomó el rostro de JungKook entre sus manos.
—Y te agradezco por eso.
—Podría agradecerme con un besito.
HoSeok se sonrojó y puso una mano en la cara del menor para apartarlo mientras JungKook se reía.
—Tonto —le dijo.
—Tenía que intentarlo —el alfa puchereó.
Por otro lado, en el pasillo afuera del salón de eventos, el grupo de baile caminaba en dirección al aula que habían designado como vestuario para poder cambiarse de ropa. JiMin era el último en la fila y se detuvo cuando sintió un tirón en su pecho que lo hizo girar hacia atrás.
—¡JiMin! —YoonGi corría a su encuentro, así que él se detuvo y lo esperó con una enorme sonrisa—. ¡Eso fue espectacular! —exclamó emocionado y tomó sus hombros para abrazarlo—. ¡Lo hiciste increíble!
JiMin no dejaba de reír. Arrugó su nariz con ternura y cubrió su risa con su mano, todavía vistiendo esa hermosa ropa blanca que lo hacía lucir como el ángel que YoonGi estaba seguro que había caído del cielo para bendecir su vida. Se había visto tan lindo sobre el escenario, tan espectacular como sólo el omega podía serlo y él solo estaba ahí parado con un short y una camisa hawaiana.
—Gracias, Hyung —tomó sus manos—. Me hace muy feliz que le haya gustado.
—Todo el mundo te amó —declaró sin dudas—. Pero yo lo amé más.
JiMin volvió a reírse.
—Ah, apuesto a que sí —se encogió de hombros con timidez y se dio cuenta de la manera en la que el otro lo estaba mirando, con esa sonrisa de gato dormilón que le hacía reír—. ¿Por qué me mira así? —volvió a reír.
—Es que eres muy lindo, no puedo creer que seas mi novio.
JiMin se sonrojó y volvió a sonreír.
—Hyung, creo que aún no le he dicho que sí.
Entonces fue turno de YoonGi de sonrojarse y agrandó sus ojos en reconocimiento.
—A-Ah... es verdad, bueno... —carraspeó—. Ignora lo que dije —dijo sin pensarlo, luego se arrepintió—. Es decir, sí lo digo muy en serio, pero claro, tienes razón, no me dijiste que sí, entonces...
JiMin comenzó a reírse una vez más, esta vez lo suficientemente audible como para que TaeMin escuchara el pequeño alboroto. El profesor se dio cuenta de que faltaba uno de sus estudiantes y se giró hacia el pasillo para encontrarse con su alumno estrella abrazado como una garrapata a Min YoonGi.
Él suspiró.
El alfa correspondió al abrazo y apretó a JiMin contra su cuerpo como si no quisiera que se le escapara, o mejor dicho, como si no quisiera que nadie se lo llevara de su lado. Él podría ser algo acaparador, lo admitía, pero a la mierda, sabía que era por algo razonable porque tener a JiMin era definitivamente un regalo divino.
—Está bien, Hyung —acunó su rostro sonrojado entre sus manos—. Creo que es bastante claro que no le voy a decir que no.
—Bueno, eso me tranquiliza —se rió con nervios y colocó sus manos sobre las de JiMin para acariciar sus dedos—, pero todavía quiero poder demostrarte que valgo la pena.
Mientras JiMin lo miraba y pensaba en el hecho de que el alfa había corrido para verlo inmediatamente después de haber terminado su presentación, con esa cara de ensueño y esa sonrisa hermosa que solo YoonGi tenía, él consideró que quizás era demasiado fácil de convencer o que YoonGi era simplemente muy bueno en ello.
—Esta bien —le dijo suavemente—. Voy a quitarme esto e iré con ustedes para ver la obra de Tae, ¿sí? —YoonGi asintió, pero no lo soltó—. Hyung, por favor, guardeme un lugar.
—Lo haré, pero uh, por favor, deja de tratarme de "usted" —dijo de repente—. Me hace sentir lejos y, no sé si te has dado cuenta, pero cuando se trata de ti quiero estar tan cerca como pueda.
JiMin sonrió una vez más y apretujó el rostro del alfa entre sus manos.
—Está bien, Yoon.
El alfa casi pega un brinco, pero terminó mordiéndose el labio con alegría. Ambos intercambiaron miradas amorosas y sonrientes antes de inclinarse hacia el otro en busca de un pequeño beso que nunca llegó.
—¡JiMin! —se escuchó la voz del profesor TaeMin, lo que hizo que el par de tortolitos brincaran en su lugar y se separaran de inmediato—. Por favor, YoonGi, vuelve a tu lugar. Pueden seguir con sus mimos más tarde —tomó el hombro del omega para apartarlo un poco más—. Vamos.
JiMin se despidió con su mano y el alfa regresó a la sala en donde el resto del grupo se encontraba. Otra vez se había movido mucha gente y HoSeok había apartado un par de puestos mientras veía hacia todas direcciones en busca de su amigo.
—Hey —saludó YoonGi cuando se sentó a su lado de nuevo. HoSeok suspiró en alivio—. TaeHyung se va a presentar en cualquier momento, ¿algo sobre NamJoon?
—Eso te iba a preguntar —frunció sus labios—. Le mandé un mensaje en la segunda coreografía y aún no me contesta, pensé tal vez te lo encontraste en el pasillo.
YoonGi frunció un poco sus cejas y escaneó una vez más el salón. ¿Quizás ya había terminado su charla con Jin y NamJoon los estaba buscando? ¿O tal vez algo había salido mal y se había ido a su casa? Él no podía verlo por ningún lado, lo cual ya estaba comenzando a ser preocupante. No es que no confiara en las decisiones de NamJoon, pero nadie lo podía culpar por ser tan sobreprotector con su amigo a sabiendas de lo fácil que era para él tener una crisis.
Quizás no había sido buena idea que se fuera con SeokJin.
—¡Oh! Contestó —avisó HoSeok.
YoonGi se asomó de inmediato al celular de su amigo. El mensaje no decía más que un "estoy bien" con el agregado de "no se preocupen", lo cual no convenció mucho a ninguno de los dos, pero cuando estaban a punto de levantarse para ir por él, llegó otro mensaje. Esta vez, NamJoon aclaraba que estaba con SeokJin y que seguían conversando, que también lamentaba haberse perdido la coreografía de JiMin, pero que haría lo posible para llegar a la obra de TaeHyung.
—Para que llegue tendría que estar aquí en menos de quince minutos —mencionó HoSeok—. Entre cada evento hay un intervalo de media hora.
—Entonces debería estar en camino —miró el puesto que HoSeok había apartado, seguramente para NamJoon—. ¿Crees que venga con SeokJin? No tenemos más puestos libres.
Pero HoSeok no contestó y cuando YoonGi se giró, se encontró con su amigo saludando hacia una dirección en particular, así que él siguió su línea de visión para acabar encontrando a NamJoon con su hombro apoyado en una pared cercana a la salida. A su lado estaba SeokJin con las manos en sus bolsillos. Ambos lucían bien, mucho mejor que como YoonGi se imaginó que terminaría la supuesta charla, así que él se dio el lujo de suspirar aliviado porque esto era un enorme avance
HoSeok le hizo un gesto para que se acercara, pero el omega negó con la cabeza y sacudió su mano con desinterés.
—Creo que se quedará allá con SeokJin —suspiró HoSeok—. No puedo creer que nos reemplazara por un alfa tonto.
—Hey —tanto JungKook como YoonGi se quejaron al unísono, provocando una carcajada de HoSeok.
—Ah, cuando no está no puedo hacer estos chistes, estoy en desventaja aquí —se quejó con un tono juguetón—. Debí esperar a que llegara JiMin.
Como si hubiera sido invocado, JiMin apareció por las escaleras para meterse a la fila en la que estaban los demás sentados.
—¡Hola! —movió su mano para saludar a todos—. ¿Llegué a tiempo? —YoonGi asintió.
—JiMin, tu solo fue muy lindo, tienes muchísimo talento —halagó HoSeok con entusiasmo mientras el omega se sentaba en el puesto que él había apartado al lado de YoonGi.
—Oh, muchas gracias, Hyung —sonrió timidamente.
—Estuvo muy bueno, me dieron ganas de aprender a bailar también —intervino JungKook—. ¿Cómo es el club de danza?
—Pues es bastante divertido, si de verdad te animas sería fabuloso.
—JiMin, ¿viste que NamJoon nos abandonó por un alfa tonto? —sin perder el tiempo, HoSeok señaló a sus espaldas y JiMin siguió la línea de visión—. Creo que vamos a tener que escucharlo hablar de lo lindo que es SeokJin otra vez y de lo nervioso que está de hablarle.
—¡Aish, no me lo recuerdes! —YoonGi se encogió en su lugar—. No sé por qué se quejó tanto de mí cuando él era exactamente igual.
—Bueno, él era un poco más sutil, tú casi que decías el nombre de JiMin cien veces al día.
—¿Ah, sí? —el omega lo miró con ojos inquisitivos.
YoonGi carraspeó y se sonrojó.
—Cambiemos de tema.
Luego de reírse, JiMin volvió a mirar a NamJoon y levantó su mano para saludar al omega. NamJoon le respondió el saludo con una sonrisa y levantó su pulgar en señal de que todo había salido bien. JiMin levantó su pulgar de igual manera, mucho más emocionado ahora que sabía que por fin habían tenido la charla que merecían. A su lado, SeokJin se acercó un paso a NamJoon y le susurró algo, luego se fue. Entonces JiMin le hizo un gesto a NamJoon para que fuera con ellos, pero él se negó.
—Ni lo intentes, se ve que quiere estar con ese grandote —se quejó YoonGi a su lado—. Nos ha reemplazado.
—Ah, Hyung... digo, YoonGi —se corrigió y miró al alfa—. No seas tan celoso, él estará bien.
—No son celos, SeokJin no me agrada mucho —se excusó, sentándose derecho—. Si no se hubiera metido a los vestidores esa vez...
—Pero si SeokJin Hyung es un amor.
YoonGi resopló y se recostó sobre el hombro de JiMin para frotar su mejilla contra el joven omega. JiMin reconoció que el alfa estaba tratando de marcar algún tipo de territorio, algo totalmente instintivo e infantil, pero le provocó cierta ternura que le hizo sonreír y llevó su mano a la nuca del alfa para acariciar su cabello negro. En ese momento, SeokJin volvía a entrar al salón con dos vasos y le entregó uno a NamJoon, quien le sonrió como agradecimiento.
JiMin vio el pequeño intercambio y supo que las cosas definitivamente habían salido bien.
Entonces, el presentador volvió a subir al escenario y el par de luces lo apuntaron.
—Muy bien, gracias por esperar. Me complace anunciarles que a continuación vamos a disfrutar de la obra de teatro que el club nos va a presentar. Esta es una historia original escrita por el profesor Hwan y tenemos un espectacular elenco, protagonizado por Kim TaeHyung de segundo año y Byun BaekHyun de último año.
Los aplausos empezaron una vez más y el telón se elevó.
La obra duró al menos una hora. La historia, bastante triste, contaba la terrible experiencia de un príncipe que vivía sometido por su estricto padre. TaeHyung actuaba como el príncipe, un ágil espadachín que odiaba la idea de gobernar un reino tan cruel como el suyo y, preso del miedo por la próxima coronación, dicho príncipe huyó hacia la profundidad del bosque prohibido. Grande fue su sorpresa cuando, después de caer de rodillas en el centro de un claro en lo profundo del bosque, se encontró con una criatura mágica entre los árboles.
La criatura en cuestión era interpretada por BaekHyun, quien usaba una toga blanca y llevaba encima de su cabeza un par de cuernos de ciervo. El maquillaje en su rostro tenía símbolos inventados hechos con color blanco y usaba lentes de contacto del mismo color.
El grupo que miraba la obra se sumergió en la historia relativamente rápido, la vergüenza que pensaron que tendrían por ver a uno de sus amigos actuar no apareció en ningún momento y, de hecho, todos reconocieron lo bueno que era el alfa en lo que hacía.
TaeHyung pidió respuestas a esta supuesta criatura, quien simplemente lo miró con curiosidad y, a juzgar por el juego de luces y los efectos de sonido que usaron, lo atacó con sus poderes para tirarlo al piso en el momento que él se levantó para pelear.
A pesar del primer encuentro, la criatura parecía ser bastante juguetona y no entendía por qué un humano había pisado sus tierras cuando al inicio de la historia el narrador aclaró que el bosque prohibido era peligroso. Así que, después de una pequeña introducción juguetona de parte de Baek, TaeHyung se presentó como el príncipe y la criatura comenzó a preguntarle todo lo que se le ocurría, caminando de un lado a otro, luciendo un brillo inocente en su rostro, curioso como un niño y encantador como una flor.
—Hicimos un buen trabajo pintando esos árboles —mencionó HoSeok con un susurro.
—Sí, creo que ese a la derecha lo hice yo —se rió JungKook.
—No puedo creer que toda la ropa la hiciera el club de costura —dijo JiMin, asomándose sobre el asiento de YoonGi para que tanto HoSeok como JungKook escucharan—. Entrar a ese club fue mi primera opción, creo que el próximo año será una de mis elecciones.
—Oh, sería divertido —dijo HoSeok—. Yo te acompaño.
JiMin sonrió y YoonGi besó su mejilla, aprovechando la cercanía. El omega arrugó su nariz en su dirección y le sonrió.
—¿Tú también quieres?
—No, soy un asco para la costura, prefiero jugar basket porque solo soy bueno en eso.
—¡Shhh! —se escuchó a sus espaldas. YoonGi chasqueó la lengua y miró hacia atrás para encarar a quien sea que lo estuviera interrumpiendo, pero se encontró con el rostro de ChanYeol, así que casi chilló—. Cállate, idiota.
—No lo llames idiota, Hyung —le defendió JiMin.
—¡Shhh! —dijo otra persona en el público y JiMin se volvió a sentar derecho, esta vez con la cara roja.
YoonGi lo siguió y se encogió en su lugar, una risa baja saliendo de su boca porque eso había sido estúpido. JiMin lo acompañó y ambos se miraron con complicidad.
La obra continuó. Tanto la criatura como el príncipe se hicieron amigos y TaeHyung comenzó a meterse en el bosque cada vez que podía para visitar a su amigo. Eventualmente, la amistad se transformó en algo más y, por la manera en la que el alfa y la criatura se miraban, parecía que era mutuo.
Ellos bailaron en una de las escenas, con la voz de TaeHyung cantando una melodía azarosa y con Baek riendo al girar por el escenario.
—¿Cuándo va a durar esta escena? —se quejó ChanYeol en un susurro un poco más alto de lo que debería.
—¡Shhh! —lo calló JiMin.
La historia continuó hasta un trágico desenlace. El rey descubrió el romance prohibido y trató de asesinar a la mágica criatura bajo la creencia de que estaba manipulando a su hijo. TaeHyung defendió a su amado y terminó siendo herido por el propio rey, muriendo así en los brazos de la criatura. JiMin se cubrió la boca cuando TaeHyung cayó al suelo y HoSeok se lamentó con un jadeo, todo el mundo lo suficientemente metidos en la historia como para sufrir casi tanto como la criatura, quien, presa de la tristeza, asesinó al rey con sus poderes.
BaekHyun abrazó al príncipe y besó su mejilla, aunque por el ángulo pareció haber sido un beso en los labios. TaeHyung levantó su mano lentamente, acunando la mejilla de la criatura, y el narrador anunció así el final de la trágica historia de amor entre el joven príncipe y el alma del bosque.
El telón cayó cuando la historia acabó y el resto del salón estalló en aplausos. Algunos incluso hicieron una ovación de pie cuando el telón volvió a elevarse y los jóvenes sonrieron en grande mientras le dedicaban a la multitud una reverencia de agradecimiento.
Cuando TaeHyung se reunió con el resto de los chicos, todos lo felicitaron por su excelente trabajo entre halagos que lo hacían sonrojar y ánimos de un excelente futuro como actor. HoSeok admitió que casi se pone a llorar con el final de la obra y YoonGi hizo un comentario sobre lo poco contento que seguramente estaría ChanYeol al verlo besarse con BaekHyun.
—Creo que vi a ChanYeol ir tras bastidores para darle un ramo de flores a Baek, así que no debería preocuparme mucho —comentó con diversión el alfa de cabello gris.
JiMin chilló y se rió de la cursilería de su hermano.
—¡Lo voy a molestar por el resto de su vida! —juró al cielo.
Como los eventos más importantes habían concluido, ellos decidieron volver a pasear por los pasillos de la institución para encontrar algún otro juego entretenido en el que pudieran participar mientras esperaban a que fuera hora de ver el concurso de belleza que iba a cerrar con el festival.
Por un lado, HoSeok y JungKook fueron al salón de terror que habían decorado los respectivos alumnos de ese año y no duraron dentro más de un minuto antes de que HoSeok saliera corriendo entre las carcajadas de JungKook. Por otro, YoonGi, TaeHyung y JiMin fueron a ver cómo estaba yendo el partido de fútbol que organizaron los del mismo equipo mientras que NamJoon y SeokJin fueron a buscar comida a los salones. Incluso el grupo entero visitó rápidamente el salón del trío para cantar un par de canciones antes de que los participantes del concurso tuvieran que irse para alistarse.
—Hyung, la cancha está del otro lado —le dijo JiMin a YoonGi mientras el alfa lo guía por los pasillos equivocados, lejos de la salida a la que deberían estar yendo.
En algún punto ellos se separaron del grupo y YoonGi le comentó que sabía un atajo, pero JiMin no estaba muy seguro de eso.
—¿A dónde vamos?
—Espera, es que quiero hacer algo antes de ver el concurso.
Cuando JiMin se dio cuenta, ellos estaban entrando al baño designado para los omegas. El rubio supo lo que sucedía cuando YoonGi se metió con él a un cubículo y cerró la puerta tras sus espaldas, pero no dijo nada porque una sonrisa expectante surcó su boca.
—Esto no es un atajo —bromeó al rodear los hombros del alfa con sus manos.
—No —YoonGi sonrió y sus manos encontraron su lugar en la cintura de JiMin. El contacto hizo al omega morderse el labio para no suspirar y es que su cuerpo era débil cuando se trataba de YoonGi—. Es mejor.
—Esto no está bien —negó JiMin con cierta diversión, pero no hizo nada para apartarse, su vientre tenso en expectativa y sus cachetes hirviendo en bochorno.
YoonGi se encogió de hombros. Él estaba igual de sonrojado, pero parecía estar llevándolo un poco mejor que JiMin.
—No me importa.
JiMin aspiró al escuchar su voz ronca y cerró sus ojos en el segundo que sus labios se encontraron en un hambriento beso.
YoonGi había aprovechado la atención del concurso de belleza para escabullirse entre los controles de los profesores y así encontrar un baño que no estuviera siendo vigilado. Si los encontraban les pondrían una sanción o un castigo, mierda, si los padres de JiMin se enteraban harían el escándalo del siglo, pero YoonGi no podía pensar en eso cuando la lengua del omega acariciaba la suya dentro de su boca.
Él quería darle a JiMin algún tipo de reconocimiento por su presentación y esperaba que el omega lo considerara como un buen regalo. JiMin lo hizo, claro, cuando suspiró contra su boca se vio realmente satisfecho.
Los dos habían extrañado el contacto y se notaba por el tono de desesperación con el cual escaneaban la boca del otro. Era desordenado, húmedo y cálido. JiMin chupaba los labios de su alfa entre cada beso y YoonGi se aseguraba de seguirle el ritmo para darle el gusto. Sus cuerpos se apretaban contra el otro, sus manos acariciaban sus cuello y mejillas. Ambos perdidos en ello como si el mundo se hubiera reducido a solo ellos dos metidos en ese baño. Sus aromas se mezclaron al son de sus besos y sonrisas tímidas se colaron entre cada chasquido vergonzoso de labios.
Entonces YoonGi encontró divertido tomar el belfo inferior del omega entre sus dientes para tirar de él antes de volver a besarlo.
JiMin gimió y se empujó hacia arriba para colocarse de puntillas y así arremeter un poco más contra la boca de YoonGi, quien dio un paso hacia atrás y chocó contra la puerta del cubículo para ser acorralado por el omega.
Entre sus caricias desordenadas, JiMin tiró el pelo de YoonGi y el alfa apretó sus muslos por reflejo, lo que provocó que ambos exhalaran un gemido en la boca del otro.
—Me estas matando —murmuró el alfa con la cabeza contra la puerta, sus ojos cerrados y su respiración irregular haciendo eco en el baño.
—Fuiste tú quien empezó —puchereó JiMin y acunó el rostro de YoonGi con una de sus manos para acariciar su cálida mejilla sonrojada—. No te arrepientas ahora.
—Jamás —YoonGi negó con la cabeza y arremetió contra la boca de JiMin una vez más.
Ambos sabían que esto era un simple arranque de confianza, que cuando volviera con el resto del grupo volverían a ser tímidos y torpes alrededor del otro, pero ahora mismo podían fingir que eran un poco más osados.
Pero JiMin estaba siendo definitivamente osado cuando se separó de la boca de YoonGi con un chasquido húmedo y bajó hasta su cuello para esparcir besos húmedos y calientes sobre la piel de su alfa. YoonGi se tensó en su lugar, rígido contra la puerta, y un gemido tembloroso abandonó su garganta, la cual JiMin se estaba encargando de chupar suavemente y de besar con la boca abierta, sus labios mojados por la punta de su lengua que se asomaba.
YoonGi casi ve estrellas y el sonrojo de su piel hirviendo bajó hasta sus orejas, pero se encargó de tomar los hombros de JiMin para apartarlo casi en pánico. El omega lo miró con extrañeza y YoonGi tragó duramente porque verlo lo volvió un poco más loco de lo que ya estaba. Las mejillas sonrojadas de JiMin le daban cierto toque encantador que le robó el aliento, sus labios rojos y brillantes eran su perdición y sus ojos vidriosos que lo miraban fijamente en busca de explicaciones le ponían los pelos de punta.
—No hagas eso.
JiMin lo miró preocupado.
YoonGi lo soltó y aspiró.
—Si hace eso voy a... —tragó—. Va a... a ser incómodo.
JiMin lo miró un momento y YoonGi casi se desmaya cuando los ojos del omega bajaron hacia sus pantalones.
—¡J-JiMin!
Cuando el omega levantó la mirada, una sonrisa traviesa se extendía por su rostro.
—Tienes razón, no deberíamos exagerar —dijo, pero se escuchaba peligroso, prohibido. YoonGi se quedó sin aliento cuando JiMin volvió a presionar su cuerpo contra el suyo, sus manos en su abdomen y sus ojos brillantes bajo sus hermosas pestañas—. Si nos pasamos de la raya voy a empezar a lubricar, Hyung.
YoonGi se sostuvo de las paredes del baño cuando sus piernas fallaron. Su cuerpo entero se contrajo y su lobo gruñó en reconocimiento de su omega elegido. Las imágenes mentales que lo azotaron fueron infinitas, un mundo de posibilidades, con la cara de JiMin luciendo hermosa, satisfecha y sonriente en todas ellas. Él simplemente ya no podía seguir el ritmo porque estaba seguro de si besaba a JiMin otra vez podría ponerse muchísimo más duro de lo que estaba y correrse vergonzosamente rápido.
JiMin no hizo ningún intento de besarlo, gracias a la sagrada Diosa de la luna, pero sí frotó su pequeña nariz contra la mejilla del alfa y besó la piel caliente y sonrojada con cariño.
YoonGi suspiró aliviado por el tacto suave y rodeó el cuerpo del omega con sus brazos antes de comenzar a frotar su mejilla contra la de JiMin. El omega sonrió y aceptó la marca de su aroma, ronroneando suavemente.
Cuando el calor bajó lo suficiente, ambos salieron del cubículo y se lavaron los rostros con agua fría.
JiMin parecía un poco insatisfecho aún así, por lo que YoonGi se apresuró en terminar rápido en secarse y, cuando pasó al lado de JiMin, deslizó una mano por su cintura para abrazarlo por la espalda. JiMin agrandó sus ojos al verse en el espejo del baño, ahí con sus manos apoyadas sobre el lavabo mientras YoonGi se erguía detrás de él con una sonrisa y acercaba su boca a su hombro para morderlo suavemente, una de sus manos contra su vientre y su pelvis contra su espalda baja.
JiMin gimoteó por la fugaz mordida y de repente un calor sofocante hizo que su cuerpo entero hirviera de pies a cabeza, apretando en su vientre por debajo de la mano de YoonGi. Él perdió fuerza en sus brazos y cabeceó hacia adelante, temblando suavemente como si hubiera acabado de ser empotrado.
Cuando miró hacia atrás, YoonGi plantó un beso en su nariz y se apartó de su cuerpo, dejando atrás a un acalorado JiMin cuyo corazón latía desbocado y cuya sangre había subido y bajado a todos los lugares incorrectos.
El alfa solo le sonrió con cariño y salió del baño.
En la momentánea soledad, JiMin pensó en lo mucho que deseaba a ese alfa.
—Escuché que los premios para el primer y el segundo lugar son cupones de comida —le dijo JungKook a TaeHyung mientras ellos caminaban en dirección a los baños que se encontraban a un par de metros de la cancha de tierra, lugar en donde se realizaría el evento.
—Oh, ¿no te gustan los premios?
—¡Al contrario! Si hubiera sabido que los premios eran esos, le habría puesto más voluntad —chasqueó la lengua y TaeHyung se rió—. De todos modos, sigue sin convencerme esto.
—Sí, es una tontería superficial, pero sería divertido obtener el primer lugar, ¿no?
—Habla por ti —se rió Jeon y dejó su mochila en el suelo del baño. Dentro se encontraban el resto de participantes, un par de alfas de penúltimo y último año—. No me parece tan justo que los de último año también participen —murmuró.
—Los jueces son de todos los años, pero sí, los que lo organizaron fueron los del aula de último año —se defendió el alfa, el cual era uno que llevaba un piercing en el labio y cabello medio rapado. Su aura era la de todo un "chico malo" y el par de amigos se preguntó por qué lo habían escogido a él teniendo a SeokJin—. No me miren así, yo tampoco tengo ganas de estar aquí, creo que los únicos emocionados son los omegas.
—Tienes razón en eso —dijo el tipo que era del aula de YoonGi, un alfa con el cabello teñido de rojo. Era alto y tenía una cara delgada, así como un par de hoyuelos en sus mejillas—. A ellos siempre les va a gustar tener la oportunidad de presumir lo lindos que son —dijo burlón.
JungKook viró los ojos y TaeHyung resopló con gracia.
Entonces, se escuchó a alguien tocar la puerta y uno de los alumnos de último año se presentó con una sonrisa emocionada.
—¡Hola! Ya casi comenzamos. El primer evento es ropa casual, el siguiente será traje de baño y el último será de gala, así que vayan cambiándose en ese orden.
Todos los alfas se metieron a los cubículos del baño entre quejas, excepto TaeHyung, quien le agradeció al chico con una sonrisa y se metió en su propio cubículo. En la intimidad, JungKook suspiró y abrió su mochila para comenzar a vestirse. Mientras estaba en ello, escuchó el sonido metálico de algo cayendo al suelo y luego una maldición, entonces miró a su costado, hacia el cubículo en el que debería estar TaeHyung.
—¿Todo bien? —preguntó y vio la sombra de la mano de Tae levantar algo del suelo. Seguro se le había caído su desodorante.
—Sí, sí, todo bien —dijo el otro con apuro.
JungKook continuó en lo suyo.
Afuera, una gran cantidad de estudiantes esperaban la salida de los modelos mientras el presentador electo daba una introducción sobre cómo iba a ser la dinámica. YoonGi y JiMin ya estaban con ellos en ese momento y a pesar de que el grupo le dio un par de miradas curiosas cuando se aparecieron entre la gente, nadie dijo nada. Ninguno de ellos quería saber más detalles con respecto a su acalorado aroma.
Entre el público, NamJoon viraba los ojos con sus brazos cruzados sobre su pecho.
—Esto es una ridiculez —se quejó en alto, sin importarle que los de último año lo escucharan.
—Eso es lo que yo les dije, pero bueno, no me hicieron caso —SeokJin se encogió de hombros.
—¿Quién creen que se desmayará de la vergüenza primero? —preguntó YoonGi con una sonrisa burlona.
—JungKook —respondió JiMin sin dudar.
—Voy a preparar la cámara —NamJoon dejó de un lado su crítica social y sacó su celular de su bolsillo. Entonces HoSeok le dio un golpecito en el pecho—. ¡Ay! —se quejó entre risas—. Me agredes, pero serás el primero que me va a pedir el video de tu novio siendo un tomatito.
—No somos novios —murmuró con las mejillas rojas y la mirada baja.
—¿No? —JiMin lo miró estupefacto—. Hyung, pensé que ya eran oficiales.
—Aún no —corrigió YoonGi—. Y no sé qué están esperando, sinceramente.
—Quizás HoSeok todavía tiene un poco de miedo a las relaciones —reflexionó NamJoon.
—¿Por qué hablan como si yo no estuviera literalmente en el medio de ustedes dos? —le preguntó a sus amigos, mejillas rojas y tono exasperado.
—Yo creo que deberías hacer tu movimiento —intervino YoonGi como si no hubiera acabado de ser reprendido—. Marca territorio, a los alfas nos gusta eso —aconsejó y JiMin lo miró con diversión.
—¿De verdad? —preguntó el rubio.
—Somos muy básicos —admitió con una sonrisa cómplice—. Cualquier cosa que haga nuestra pareja para decir "ese alfa es mío" nos enloquece —explicó, provocando que las mejillas de HoSeok se sonrojaran y los ojos de JiMin brillaran en reconocimiento.
—¿Podríamos no hablar de esto ahora? —se lamentó el beta.
—Lamento meterme, pero HoSeok-ssi, estoy bastante seguro de que la última vez que supe de tí, te gustaba TaeHyung —intervino SeokJin con curiosidad—. ¿Qué sucedió?
—Las vueltas de la vida —comentó NamJoon con diversión.
—¡Yah! —se quejó avergonzado.
—Kim SeokJin, todavía tienes que pasar por un periodo de prueba antes de que puedas opinar en los asuntos privados del grupo —intervino YoonGi con ojos entrecerrados en acusación.
El alfa mencionado boqueó sin saber qué responder y NamJoon viró los ojos.
—No le hagas caso —le dijo NamJoon con un tono más comprensivo de lo normal.
YoonGi jadeó.
—Traicionero.
De repente, la música de concurso más cliché que podría encontrar cualquier adolescente en YouTube comenzó a sonar por los altavoces y todos prestaron atención al escenario. JungKook, al ser alumno de primer año, fue el primero en salir al lado de una omega que vestía un top color blanco y pantalones anchos de jean. JungKook usaba una camiseta negra dos tallas más grande que él y pantalones negros rasgados en las rodillas junto a sus típicas botas. El público comenzó a aplaudir y se escucharon vitoreos tanto de alfas como de omegas.
Por otro lado, el pequeño grupo observó expectante al sonrojado JungKook, quien no hizo más que caminar hasta el final del escenario con timidez, saludar, y luego irse por donde había llegado.
Las carcajadas de YoonGi y NamJoon explotaron inmediatamente después.
HoSeok solo sonreía con ternura.
El siguiente en pasar fue un omega del aula de segundo año, un chico alto y delgado de cabello negro que caminaba como si fuera dueño del escenario. Modelaba como todo un profesional y lanzaba besos al público que aplaudía.
—Definitivamente fue mejor opción que yo —admitió JiMin.
—Tú habrías estado espectacular —le dijo YoonGi con seguridad—, pero menos mal que no eres tú porque hay un montón de alfas imbéciles por aquí —se quejó en el momento que un grupo de alfas comenzó a silbar en dirección al omega en cuestión—. ¿Ves?
JiMin se rió.
—Por eso mismo los rechacé. Ahí deberían estar personas que les guste esto, como a Tae —señaló con un movimiento de su mentón.
En la pasarela, TaeHyung también se paseaba como un profesional. Caminando con una sonrisa y el rostro en alto mientras lucía su outfit, el cual eran un par de pantalones color marrón de vestir, una camisa blanca y un suéter con patrón del mismo color de su pantalón. Él saludó y guiñó al público, el cual gritó emocionado por el guapo alfa, pero sus amigos no pudieron evitar reírse.
—Es un tonto —se burló NamJoon—. ¿Por qué usaría esa ropa como algo casual en verano?
—Creo que mientras el outfit sea lindo, no importa el clima —argumentó JiMin.
El concurso continuó y todos los participantes hicieron su aparición como se esperaba. En ese momento, el presentador salió a decir que ahora se iban a presentar en parejas para saludar al público y hablar un poco sobre ellos mismos. Todo planteaba ser como un típico concurso de belleza, lo único que faltaba era la muestra de talentos que no se pudo organizar por la falta de tiempo, pero a JungKook le habría gustado enseñar alguna coreografía de karate.
Cuando llegó el traje de baño, el público pensó que los alumnos iban a salir semi desnudos, pero los profesores pusieron de requisito que como mínimo tuvieran una prenda de ropa encima, así que varias de las chicas salieron con camisones o pantalones anchos de playa, mientras que los chicos salieron con los típicos short de baño o camisas abiertas. Algunos incluso llevaban sombreros y pelotas para combinar.
JungKook se puso un short de baño que le llegaba hasta las rodillas y arriba usó una camiseta de baño de lycra ajustada a su pecho con el logo de una marca azarosa en el centro, un par de sandalias y sus típicos accesorios en muñecas y cuello. TaeHyung apareció con un par de shorts cortos de color azul celeste, una camisa blanca de botones abierta por completo y un gorro de playa sobre su cabeza. También tenía un pañuelo de color blanco alrededor del cuello y el grupo de amigos que le aplaudían se preguntó si acaso tenía una colección de esos en su casa.
Para la última parte del evento, los alumnos comenzaron a entrar con trajes de gala. JungKook apareció con un saco negro encima de una camisa igual de negra y una corbata color rojo que combinaba con una pequeña rosa colocada en el bolsillo de su traje. Su cabello ligeramente largo se encontraba suelto sobre su cara de un modo desordenado y sus ojos ya no estaban delineados con negro, ahora tenían una sobra de ojos de color rojo que parecía haber sido coloca descuidadamente, como si se hubiera restregado los ojos con sus puños antes de salir. Él tenía las manos dentro de los bolsillos cuando salió y los gritos de omegas no demoraron en aparecer, sorprendiéndolo un poco.
—No sé si un maquillaje así es exactamente de gala —dijo NamJoon con duda mientras veía al alfa pararse en el centro del escenario para posar un poco antes de caminar hacia la salida. Esta vez parecía tener más confianza en su andar, pero debía ser por la expresión brillante que tenía HoSeok en la cara y los gritos emocionados que le dedicaba.
Aunque HoSeok no era el único emocionado por el guapo alfa con pinta de rebelde que se paseaba por la pasarela.
TaeHyung apareció poco después con un traje de color crema con una corbata verde claro. Su cabello estaba igual de suelto, esponjado con encanto. Él ya era un poco famoso entre la gente, así que no fue sorpresa para nadie que algunos omegas chillaran por su aparición.
—¡Whoa! TaeHyung es increíble. ¿Por qué se juntaría con un grupo de feos? —se quejó YoonGi mientras aplaudía.
—¿Grupo de feos? Habla por ti —reprochó NamJoon y HoSeok se carcajeó.
—Tienes razón —reconoció YoonGi y miró a JiMin—, tú no eres feo.
El omega más alto bufó y HoSeok volvió a reírse, esta vez SeokJin lo acompañó.
—Gracias, Hyung —JiMin le dio un empujoncito con su codo y luego tomó su mano para apoyar su mejilla contra su hombro—. Eres el alfa más lindo del mundo.
El pelinegro sonrió abochornado por el cumplido, pero su cara explotó en rojo cuando el omega se inclinó contra su oreja para susurrarle algo al oído. NamJoon notó el aroma dulzón de su amigo y lo miró con reproche por ser un hormonal, pero YoonGi sólo se encogió en su lugar con la cara roja y una sonrisa estúpida en la cara mientras JiMin se acurrucaba contra su cuerpo.
—¡Muy bien! —el presentador apareció una vez más—. Como ya han acabado las temáticas principales, ahora vamos a continuar con las preguntas y respuestas. Por favor, todos los participantes, pónganse en una fila al lado del otro.
Todos los omegas y alfas aparecieron una vez más y acataron las órdenes. Cada uno parado al lado de su pareja designada mientras el presentador continuaba con su parloteo y explicaba que se les iba a hacer una serie de preguntas antes de que los jueces deliberaran y entregaran sus respectivos premios. Los primeros concursantes fueron los de último año, se les preguntó temas polémicos y continuaron así hasta que llegaron al lugar de TaeHyung.
—¿Qué opinas de las relaciones entre alfas y omegas con betas? —le preguntó el presentador cuando su turno llegó.
El alfa miró al chico con extrañeza.
—¿Esa es la pregunta? —le preguntó lejos del micrófono, pero igual se escuchó su voz baja hacía el público.
El presentador solo se encogió de hombros y le tendió el micrófono para que hablara.
TaeHyung tragó y miró al público un momento. Entre el mar de gente, su anterior grupo de amigos lo miraban como si estuvieran enojados con él mientras que su actual grupo de amigos parecían expectantes por su respuesta. Específicamente HoSeok lucía incómodo, mirando hacia algún otro lado en particular mientras esperaba a que el alfa contestara la pregunta. Él recordó, en ese momento, la desastrosa discusión que había tenido con JungKook hacía unas semanas y se preguntó si acaso esta era alguna especie de oportunidad para redimirse.
—Hablo en serio, ¿esa es la pregunta? —preguntó contra el micrófono, tomando por sorpresa al presentador—. No es un tema polémico como el aborto, así que no entiendo por qué lo preguntarían. ¿Tiene algo de malo?
El presentador apartó el micrófono y miró a los jueces, quienes parecían un poco decepcionados. TaeHyung miró un momento a JungKook y el más joven se rió por lo bajo.
El presentador fingió que eso no había ocurrido y cambió de pregunta, una un poco más genérica. TaeHyung contestó normalmente y, momentos después, el micrófono pasó a JungKook. Su pregunta fue realmente sencilla, la respondió sin titubeos y todos respondieron con aplausos.
El concurso terminó poco después, consagrando como ganadores al alumno lleno de piercings de último año y al chico encantador de segundo año. Los alumnos de los respectivos salones festejaron por su aplastante victoria y el público aplaudía mientras los ganadores eran coronados con accesorios de plástico y un listones hechos a mano.
Cuando acabaron, los invitaron a retirarse del escenario y así lo hicieron, sin embargo, el plan de JungKook de bajar para ir a buscar al resto del grupo se vio interferido cuando un grupo de omegas se colocó en su camino. Muchos de ellos se acercaron a los otros alfas presentes y él pensó que podría simplemente pasar de largo, pero de repente tenía a ocho personas bloqueando el paso y diciéndole lo guapo que se había visto en el escenario, preguntándole si tenía pareja, si estaba soltero o si tenía interés por salir a una cita. Cuando él no respondió de inmediato, un montón de propuestas de citas cayeron por todos lados.
JungKook trató de buscar a TaeHyung, pero el alfa había prácticamente desaparecido de ahí. Él se quejó y se disculpó con el grupo mientras trataba de seguir avanzando entre la gente.
A lo lejos se acercaban HoSeok y YoonGi para buscarlo, pero se vieron interrumpidos por la llegada de otra pequeña ola de omegas que trataban de obtener un poco de la atención de JungKook.
De repente, HoSeok sentía que el pecho le hervía.
—¡JungKook! —lo llamó y le hizo una seña para que se acercara.
El alfa le sonrió y se disculpó una última vez con los omegas antes de trotar hacia ellos, pero fue detenido cuando una chica tomó su brazo y comenzó a hablarle rápidamente sobre lo lindo que le había parecido. El resto de omegas aprovecharon para acercarse de nuevo, hablando sin parar y ofreciéndole pequeños regalos en la forma de dulces.
HoSeok bufó.
YoonGi carraspeó para llamar su atención.
—Deberías intentar lo que te dije.
—¿Cómo? —lo miró expectante, también enojado.
YoonGi lo pensó un momento y se inclinó hacia él para susurrarle algo en el oído. HoSeok dudó un segundo, pero fue necesaria una mirada rápida al grupo que estaba acosando a su alfa para que pudiera tomar el valor suficiente de caminar hacia ellos mientras YoonGi observaba todo con una expresión orgullosa en su rostro.
—Hey —bramó HoSeok cuando estuvo lo suficientemente cerca, llamando la atención de todos los presentes—, vámonos, Kookie —tomó su mano y tiró de él hacia el otro lado.
JungKook se dejó llevar, pero rápidamente un omega empujó a HoSeok, provocando que este soltara la mano de JungKook, quien jadeó por la sorpresa del inesperado movimiento.
—Quítate beta, haz la fila —le gruñó el chico en la cara.
HoSeok tomó aire y JungKook se colocó en medio de los dos para reclamarle al chico, pero el beta volvió a tomar su mano y lo atrajo hacia él.
—¡Es mi novio! Así que déjenlo en paz.
Todos y todas las omegas que había ahí jadearon con sorpresa y miraron a JungKook en espera de una confirmación a esas palabras, pero el alfa solo estaba mirando a HoSeok con un par de enormes ojos brillantes y la sonrisa más grande que había tenido nunca. La cara de HoSeok se había sonrojado por el bochorno, pero se mantuvo firme, observando a los omegas con el mentón en alto mientras abrazaba el brazo de su alfa. Territorial, como YoonGi le había dicho.
—No estás hablando en serio —dijo una chica en tono de burla.
HoSeok abrió la boca para responder, pero su atención se desvió hacia el alfa a su lado, quien tomó su rostro entre sus manos y plantó un beso en sus labios con la suficiente emoción como para robarle el aliento a quien estuviera cerca. Los omegas volvieron a jadear, esta vez con decepción. YoonGi chilló emocionado, luego se giró hacia los demás y les hizo señas para que miraran lo que sucedía.
Cuando ambos se separaron, HoSeok hizo lo posible por recuperar el aliento.
—¿Lo dice en serio? —preguntó JungKook con una sonrisa brillante.
HoSeok le sonrió de vuelta y asintió a pesar de los desbordantes nervios que lo tenían temblando en su lugar. Esto era lo más valiente que había hecho en mucho tiempo.
—Seamos novios, Hyung.
HoSeok asintió de inmediato y se lanzó a los brazos de JungKook para volver a besar la boca de su, ahora, novio.
JungKook bajó sus manos hasta la cintura del otro y tiró un poco más de él hacia su propio cuerpo mientras el grupo de omegas se iba de ahí entre quejas, bufidos y con el orgullo herido. HoSeok separó sus labios un poco para respirar, pero JungKook volvió a presionar su boca contra la suya, rozando sus labios con la punta de su lengua mientras HoSeok trataba de llevar el ritmo.
—Bueno, bueno —ambos se separaron cuando escucharon la voz de NamJoon—. Pueden respirar también —se burló con un tono irónico, provocando una nueva ola de calor en el rostro del par de tortolitos.
JungKook apretó sus labios en una sonrisa abochornada y se inclinó contra el cuerpo de HoSeok para abrazarlo de costado, apoyando su mentón en el hombro del beta para poder frotar su nariz contra su mejilla y contra el pequeño hoyuelo que se formó cuando comenzó a reírse.
—Muy bien, Seokie —felicitó YoonGi, orgulloso—. No creo que tengas que volver a preocuparte por omegas coqueteando con JungKook en un tiempo.
—Espero que no —rodó con los ojos, pero una sonrisa volvió a su cara cuando JungKook besó su mejilla y lo abrazó por la espalda—. Te queda lindo el traje —tiró de la esquina de su manga.
—Gracias, es de mi mamá —besó su mejilla y continuó frotando su cara contra la suya.
—¿Dónde está TaeHyung? —preguntó JiMin cuando se dio cuenta de que JungKook estaba solo—. Estábamos viendo si ir al centro comercial hoy otra vez.
—Creo que lo vi irse a los baños —dijo SeokJin con ligera timidez.
—Ah, ahí están nuestras cosas —reconoció JungKook con la nariz en el cuello de HoSeok, olfateando el suave aroma propio que el beta tenía. No era cercano a la fragancia de un omega, pero su piel tenía su propio olor, uno mucho más delicado y delicioso para la nariz del alfa—. Debería ir a buscar mi mochila... cambiarme de ropa...
—Ve, nosotros los esperamos aquí —HoSeok le dio un par de golpecitos en sus brazos.
JungKook se quejó y se alejó de él, no sin antes besar su mejilla.
El grupo comenzó a molestar a HoSeok por su reciente confesión de amor y JungKook se apresuró en llegar a los baños, dando zancadas. No había nadie cerca, todos los alumnos se habían esparcido hacia el interior de las instalaciones por el calor, dispuestos a meterse a la cancha techada para bailar un poco a diferencia de otros tantos que comenzaron a irse a sus casas. El evento ya casi había terminado y las vacaciones comenzarían en breve. El ambiente también se sentía mucho más liviano y relajado, así que las cosas pintaban bien para el resto de la tarde.
Cuando llegó al baño, JungKook se metió en la pequeña construcción asignada para los baños y se adentro directamente al baño para alfas.
—Tae, ¿estás...?
Cuando puso un pie dentro, un estridente aroma frutal y químico lo azotó tan fuerte que lo hizo toser. Él se cubrió la nariz de inmediato y se tambaleó hacia una pared para poder apoyarse en ella. De repente se sentía mareado, con el estómago revuelto. y alcanzó a ver a TaeHyung observarlo con ojos cargados en lo que JungKook reconoció como pánico.
Había una lata en su mano con la tapa color rojo, aferrada contra su pecho como si su vida dependiera de ello, y el pañuelo que había usado para la sección de traje de baño del concurso estaba en el suelo.
JungKook siempre había sido sensible con los aromas. Nunca fue fan del gusto químico que dejaban en su paladar los aromatizantes que usaban algunas personas para ocultar sus jerarquías y, como su madre era una beta que usaba aerosoles, él podía reconocer la diferencia de matices entre los olores prefabricados y los exudados por los omegas y los alfas a su alrededor.
Y todo el baño olía a coco, el aroma de TaeHyung.
Un coco artificial.
Ellos se miraron por un largo segundo.
De repente, TaeHyung colocó su mano izquierda sobre la parte derecha de su cuello.
JungKook no estaba seguro de si él debería estar viendo esto. Él ya sabía que TaeHyung usaba aerosoles, pero era claro que TaeHyung no quería que él lo supiera.
—¡Vete! —en un repentino arranque, TaeHyung soltó la lata y se apresuró a empujarlo hacia la puerta.
JungKook se resistió y empujó a TaeHyung de vuelta antes de chocar contra una de las paredes del baño. TaeHyung se tropezó con el lavamanos y se sostuvo de él para no caer al suelo.
—¿Qué te pasa? —lo miró con sus cejas fruncidas, uno de sus ojos semi cerrado por el picor del olor en su nariz. TaeHyung parecía estar hiperventilando, una mano todavía cubriendo el costado de su cuello—. Ya sabía que usabas aerosoles, no sé por qué haces tanto drama —resopló, tosiendo por el fuerte olor.
TaeHyung lo miró con ojos agrandados con incredulidad.
—¿Cómo lo sabes? —preguntó escandalizado—. ¿Quién te lo dijo?
JungKook lo miró con extrañeza.
—Es obvio —soltó—. Mi mamá los usa, ya sé cómo huelen —volvió a toser, así que se cubrió la nariz con su puño y comenzó a sacudir su mano de un lado a otro para espantar el aroma—. Todo el mundo los usa, no seas exag...
—Cállate.
JungKook se dio cuenta de que sus uñas se encajaron en su cuello, todavía cubriendo cierta zona. El pelinegro no entendía lo que sucedía, pero no estaba seguro de que fuera buena idea presionar demasiado a TaeHyung en ese momento. Tenía una expresión que JungKook no había visto en su cara antes.
El relajado, antipático y tranquilo Kim TaeHyung lucía como si estuviera siendo amenazado de muerte, aterrado y en pánico.
—No te juzgo, Tae —decidió decir, esperando que con eso el chico se calmara—. Sería un poco hipócrita de mi parte hacerlo —quiso bromear.
Sin embargo, las uñas de TaeHyung se encajaron un poco más en su cuello y JungKook no hizo más que preocuparse.
—¿Tae?
—Por favor —su voz tembló—, por favor no le digas a nadie.
JungKook frunció sus cejas.
—No tiene nada de malo usar aero...
—¡Por favor! —lo calló— Es lo único que te pido.
—Tae, cualquier otra persona podría entrar igual que yo —razonó.
—No tendría que oler tan fuerte —JungKook se dio cuenta de que el alfa estaba al borde de las lágrimas—. La lata se rompió, no sé qué... —sollozó y sus piernas parecieron perder fuerza, así que cayó sentado en el suelo—. No sé qué pasó...
JungKook se congeló en su lugar, los sollozos de TaeHyung sonaban sin aliento. Parecía estarse ahogando en su lugar y se dio cuenta rápidamente de que estaba presenciando un ataque de pánico.
—¿Chicos?
JungKook se congeló cuando escuchó la voz de YoonGi en la puerta.
TaeHyung palideció.
El menor de los dos supo que tenía que hacer algo, así que salió del baño rápidamente y se colocó frente a YoonGi para que no entrara. El alfa pareció notar el aroma encima de JungKook, pero arrugó la nariz suavemente. Detrás de él venía el resto del grupo.
—¿Está todo bien? —le preguntó YoonGi.
—¿Y Tae? —preguntó JiMin.
Entonces JungKook dijo lo primero que se le ocurrió.
—A TaeHyung se le adelantó el celo.
Todos agrandaron sus ojos en genuina sorpresa.
—¿Qué? —preguntó YoonGi con espanto—. Pero si no olía a nada —hizo amago de entrar.
—¡No puedes pasar! —se le volvió a atravesar—. Hyung, no es buena idea que muchos alfas estén cerca de él ahora.
—Deberíamos llamar a un profesor —propuso JiMin con preocupación.
—¡No! —JungKook negó con la cabeza—. Yo lo ayudaré, sólo necesito un supresor... ¡Y parches!
El grupo intercambió miradas preocupadas hasta que SeokJin pareció tener una idea.
—En mi salón hay un botiquín. Tengo acceso, vamos.
El grupo siguió a SeokJin al interior del edificio, excepto por NamJoon, quien se quedó mirando a JungKook con extrañeza. JungKook apretó sus labios con nerviosismo. No tenía idea de qué se supone que estaba sucediendo o si había obrado correctamente, pero la mirada inquisitiva del omega mayor lo estaba poniendo mucho más ansioso.
—Hyung, creo que debería ir con los demás —señaló—. No debería estar cerca de un alfa en celo.
NamJoon zumbó en reconocimiento y se cruzó de brazos.
—Me quedaré y no dejaré que nadie entre —dijo—. Ayúdalo.
JungKook parpadeó y asintió.
Cuando volvió a entrar se encontró con TaeHyung acurrucado en una esquina del baño, su cabeza dentro de sus rodillas y una mano rodeando sus piernas. El piso estaba sucidio por la tierra de la cancha y la ropa de TaeHyung se encontraba igual de manchada, pero eso no le importó, ya estaba arruinado de todos modos.
—Hyung.
El peligris levantó la mirada. Lágrimas calientes bajaban con su cara, su nariz rosada y labios rojos. Estaba hecho un desastre y era jodidamente extraño porque TaeHyung siempre se había visto elegante y limpio, seguro y etéreo. No era correcto verlo en ese estado, como si fuera algo impuro.
—Los distraje —susurró con temor de que NamJoon escuchara y se apresuró a tomar la lata en su mano para colocarse de cuclillas frente a TaeHyung, quien se tensó de nuevo—. Les dije que estabas en celo, cuando traigan los parches te los pondrás y fingirás que te sientes mal. Estarás en casa antes de lo que crees.
Los labios de TaeHyung temblaron y un pequeño sollozo abandonó su boca. Su mano derecha se aferró a sus piernas, pero la izquierda seguía cubriendo su cuello.
—Gracias.
JungKook asintió y bajó la mirada hacia la lata.
Olor tropical a coco y palmera. Brisa del caribe. Duración de dos a cuatro horas. Él reconocía la marca porque su madre usaba la misma, pero se mordió la lengua para no preguntar.
La tapa estaba rota, tal vez se había bloqueado y el contenido salió disparado a todas partes. Cuando JungKook trató de presionar, nada salió.
Él miró a los alrededores y dejó la lata, luego levantó el pañuelo de TaeHyung del suelo para entregárselo. El chico sólo lo miró, todavía temblando.
—No sé qué estás cubriendo, pero usa esto.
TaeHyung se tragó otro sollozo y tomó el pañuelo con su mano libre. JungKook se levantó para darle la espalda y esperó a que TaeHyung terminara de colocarlo en su cuello.
El aroma se había disipado sólo un poco. A JungKook todavía le picaba la nariz, pero era mucho más soportable ahora. El baño se sumió en un silencio incómodo y JungKook exhaló con calma. Al menos no había escalado demasiado el ataque TaeHyung porque ahí no podría hacer mucho, los chicos habrían entrado y lo que sea que el alfa estuviera tratando de cubrir no sería un secreto por más tiempo.
—Los demás querían ir al centro comercial después de esto, pero será mejor que vayas a casa ahora. Lo siento, no se me ocurrió otra cosa.
—Esta bien —le dijo TaeHyung suavemente, su voz ronca y sin energía—. Diviértanse.
JungKook cambió de pie de apoyo y se giró tentativamente hacia TaeHyung. El alfa no le dijo nada, así que él se volteó por completo para poder mirarlo a la cara. TaeHyung tenía el pañuelo alrededor de su cuello, se veía más tranquilo que antes y ahora solo rascaba la palma de su mano izquierda con la derecha sin estar realmente enfocado en ello porque sus ojos yacían perdidos en las baldosas del suelo.
—¿Te sientes mejor?
TaeHyung bufó sin ánimos y levantó sus ojos para mirarlo. Sus demás movimientos se detuvieron.
—Gracias.
—No hay de qué.
Eso no respondía la pregunta.
JungKook mordisqueó el interior de su mejilla y miró al suelo un momento.
—Lo siento.
La voz era de TaeHyung.
—No tenía que pasar esto —continuó con un ligero temblor en su voz.
JungKook lo miró sólo para encontrarse con el alfa acurrucado otra vez sobre sus rodillas, su mirada en el suelo.
—¿Que se rompiera tu lata? —preguntó JungKook casualmente y tomó el objeto para analizarlo—. No pasa nada, a mi mamá se le han roto un par, no es...
—JungKook —interrumpió con cierta irritación—. Hablo de esto. Esto. Que me vieras así. No tendría que haber pasado.
El alfa pelinegro tarareó.
—No pasa nada —negó con la cabeza—. No es la gran cosa, Hyung. Los accidentes pasan.
—No lo entiendes.
—No, pero está bien —se encogió de hombros, luego lanzó la lata a su otra mano—. No eres el primero ni el último que trata de ocultar su aroma, TaeHyung. Realmente no es la gran cosa y yo sería incapaz de juzgarte.
—No es sólo eso —se quejó—. No es tan simple como ocultar mi aroma.
JungKook suspiró, pero no pudo insistir al respecto porque escuchó la voz de NamJoon llamarlo.
Cuando salió del baño, JiMin le entregó un supresor y un par de parches para el aroma. JungKook guardó el supresor en su mochila y frotó el pequeño cuadrado que eran los parches para calentarlos antes de separarlos. TaeHyung lo miró con extrañeza.
—¿Has usado parches antes, no?
TaeHyung frunció sus labios.
—A veces —los tomó—. Son caros.
—Sí, es porque duran más —sacudió la cabeza para no decir cosas obvias—. Colócalos mientras recojo las cosas.
JungKook se apartó del otro para buscar su mochila y asegurarse de que tuviera todas sus cosas listas, guardó su saco, se arremangó las mangas de su camisa y guardó la corbata. También tomó la mochila de TaeHyung y metió la lata, así como el propio saco del otro. Con paciencia, JungKook se lavó las manos y el rostro con jabón para apartar los vestigios del aroma a coco y el exceso del maquillaje. Por otro lado, TaeHyung se encargaba de colocar los parches en su cuello con ayuda del espejo y JungKook evitó mirarlo durante todo el proceso para no ponerlo incómodo.
El alfa más joven no pensó demasiado en lo que podría haber justo en esa zona de su cuello. Las opciones eran pocas, pero él no quería hacerse ideas demasiado extrañas al respecto. Quizás ni siquiera era lo que estaba pensando. En el cuello se encontraban las glándulas de aroma, tal vez TaeHyung estaba tratando de evitar que su verdadero aroma se esparciera.
Aunque si hubiera querido hacer eso, él se habría cubierto ambos lados, no solo el derecho.
—Listo —avisó el mayor.
TaeHyung se había lavado la cara también, su cabello se encontraba un poco mojado así que seguro pasó sus dedos por las hebras. Seguía sonrojado por el llanto y sus ojos hinchados, pero podría pasar como el calor de su celo adelantado. JungKook le sonrió cortamente y asintió.
—Dame tu brazo —se colocó su mochila en la espalda a la par que TaeHyung. El alfa lo miró con extrañeza y dio un paso hacia atrás—. Te llevaré. Estás en celo, recuerda.
TaeHyung dudó, pero dejó que JungKook sostuviera su brazo izquierdo y tomara su cintura.
—Eres actor —dijo en voz baja cuando tiró de TaeHyung para que recostara su peso sobre él—. Actúa.
El peligris dejó escapar una risa corta y se dejó caer sobre el cuerpo del más joven. JungKook se quejó y comenzó a llevar al alfa hacia la salida. Se encontraron con el grupo afuera y JiMin se apresuró a tomar la mochila de JungKook para que no tuviera que llevar tanto peso, NamJoon hizo lo mismo con la mochila de TaeHyung y YoonGi se acercó a su otro costado.
—Te ayudo —él sostuvo a TaeHyung desde el lado derecho.
JungKook se dio cuenta de cómo el alfa se tensó bajo su toque, pero se dejó hacer.
—Mierda, Tae —JiMin acunó su cara mientras YoonGi se acomodaba al nuevo peso—. Debes tener más cuidado, tienes suerte de que Kookie te encontrara —tocó su cara, tanteando la fiebre que seguramente tenía.
Gracias al calor del baño, TaeHyung sí estaba caliente.
—Sí —cabeceó y frunció sus cejas como si algo le doliera—. Tengo suerte —se rió sin ganas.
JungKook sonrió por lo bajo.
De repente, JiMin comenzó a estornudar.
—Ah, mierda —se quejó con la nariz arrugada y se apartó de TaeHyung para no molestarlo—. Lo siento.
—Tranquilo —arrulló el peligris.
—Bueno, vamos —avisó el más joven—. Tenemos que llevarlo a casa.
Todos caminaron hacia la entrada y evitaron a los profesores para no tener que dar explicaciones. JiMin fue el primero en separarse del grupo porque debía regresar a casa con ChanYeol, así que les dio un corto abrazo a todos, les agradeció por ver su presentación a los que pudieron y besó la boca de YoonGi rápidamente antes de irse con su hermano que ya lo esperaba en la entrada.
NamJoon también se despidió de SeokJin con un pequeño gesto, sólo tomó su dedo índice y le dio un ligero apretón antes de irse con el resto de los chicos. YoonGi y HoSeok notaron el pequeño gesto, y lo único que hicieron fue mirarse mutuamente y apretar los labios para no gritar.
JungKook se dio cuenta de que TaeHyung no parecía muy cómodo con que todos lo acompañaran a casa, él intentó un par de veces de decirles que no era la gran cosa y de que ya se sentía mejor, pero tanto NamJoon como YoonGi fueron insistentes en ayudarle porque ellos sabían lo que él debía estar sintiendo.
Así que, el alfa más joven le pidió el favor a sus madre de que fueran por ellos. Dejaron al trío de mejores amigos en sus casas y, después de que JungKook se despidió de HoSeok con un beso en la mejilla, ellos fueron en dirección a la casa de TaeHyung.
—Pueden dejarme cerca...
—No, niño, te vamos a dejar en la puerta de tu casa —dijo Young con un tono preocupado y maternal—. No deberías ir por la calle con las hormonas así, sólo dinos tu dirección.
TaeHyung bajó la mirada y JungKook agradeció internamente a su madre por no sacar a colación la conversación que ellos habían tenido antes sobre el aroma de TaeHyung. Ellas dos sabían que su hijo sospechaba que TaeHyung estaba ocultando algo, pero actuaron de acuerdo a la única información que se suponía que tenían. Ellas no hicieron preguntas de más, simplemente eran un par de madres preocupadas por el amigo de su cachorro.
JungKook buscó la mirada del otro, esperando poder hacerle sentir menos incómodo ahora. Se había esforzado por ayudarlo, pero parecía ser que siempre había una traba en el medio.
—¿Tae? Solo dinos, te llevaremos ahí rápido —trató de sonar lo más comprensivo posible.
El peligris tragó y, luego de meditarlo un poco, le dijo el nombre de la zona en la que vivía a la madre de JungKook. La mujer ralentizó un poco el auto y zumbó en reconocimiento, luego aceleró. La otra madre de JungKook, Suni, observó al par por el retrovisor un momento.
Fueron quince minutos de viaje.
Todos ellos vivían en zonas no tan cercanas al centro de la ciudad, vivían en donde las casas eran bajas y la tranquilidad era mucho más fácil de encontrar que entre los enormes edificios por lo que era reconocida la capital . TaeHyung no era la excepción, pero la zona en la que aparentemente se encontraba su hogar era un poco más accidentada a comparación, más alejada de los vecindarios limpios y arreglados en los que ellos vivían.
JungKook miraba el barrio con curiosidad a través de las ventanas cerradas del auto mientras su madre conducía por las pequeñas calles. TaeHyung sólo estaba hecho un ovillo en su lugar, encogiéndose en su puesto cada vez que Young pasaba por un bache que hacía rebotar el auto.
—Pueden dejarme al inicio de la cuadra... —insistió TaeHyung.
—Te vamos a dejar en la puerta, tranquilo —esta vez fue la voz de Suni—. Nos gusta hacer lo que esperamos que los demás padres hagan con JungKookie.
—Exactamente —apoyó la alfa, pero se oía un poco más seria que de costumbre.
JungKook volvió a mirarlo, pero Taehyung no parecía sentirse muy animado de hablar en ese momento. Si lo ponía en perspectiva, JungKook podía notar que TaeHyung era de quien menos sabían cosas. No sabían prácticamente nada de su familia, de su hogar, no sabían su pasado ni nada que tuviera relación con su jerarquía. Era un libro cerrado. Así que descubrir este pequeño pedazo de su vida se sentía extraño.
TaeHyung aparentaba algo muy diferente a lo que parecía ser. Era un misterio. Uno de los tantos errores que cometió JungKook fue pensar que TaeHyung vivía en alguna especie de barrio rico y es que el alfa daba esas vibras... o al menos siempre pretendió dar esas vibras.
—Aquí es —avisó TaeHyung y Young detuvo el auto frente a una casa de dos pisos, una con los muros color gris de la que se podían ver un par de ladrillos asomados en la pared agrietada. Tenía un balcón con un barandal de metal desgastado, una puerta de metal que lucía vieja y el suelo de la acera frente a la casa yacía roto por culpa de las raíces de los árboles que levantan el suelo—. Gracias, de verdad. Para salir sólo tienen que dar la vuelta en la rotonda que hay a dos cuadras adelante y listo —explicó rápidamente mientras tomaba su mochila—. Adiós.
JungKook se asomó por la ventana cuando TaeHyung se bajó y vio al alfa apresurarse para meter la llave en la cerradura gastada de la puerta.
—Cuídate —le dijo casualmente.
TaeHyung apretó los hombros y lo miró con una sonrisa pequeña.
—Claro.
Cuando logró abrir la puerta, Young arrancó de nuevo.
JungKook se recostó sobre los asientos traseros mientras su madre conducía de vuelta a la avenida y comenzó a divagar en su cabeza sobre lo que había sucedido. Todo fue rápido y con tropiezos. Él hizo lo posible por ayudar y no estaba seguro de haber hecho un buen trabajo, pero esperaba que TaeHyung reconociera el esfuerzo que hizo para mantener su secreto. Sabía que él también estaba incómodo y tenso, que no tenía ganas de explicarle lo que sucedió en el baño, pero naturalmente le preocupaba porque ellos eran amigos.
Quizás debería hablar con sus madres al respecto, pero no estaba seguro cómo preguntar.
—JungKook.
El joven levantó la mirada cuando su madre lo llamó. Ellos estaban en la avenida de nuevo y Suni suspiraba con alivio.
—¿Sí?
—Si algún día TaeHyung te propone venir a su casa, a hacer una tarea o algo así, dile que no.
El pelinegro frunció sus cejas y se asomó entre los asientos para ver a su madre.
—¿Qué?
—Lo que tu madre trata de decir —interrumpió Suni con un tono un poco más dulce que el que había usado Young—, es que esta zona no es muy buena. Es un barrio peligroso —explicó.
—Lo dejamos en su casa y lo haríamos de nuevo, pero no puedes venir aquí tú solo —continuó la alfa seriamente—. Vi como a tres tipos mirando el auto. No, no puedes ir ahí.
—¿Estás segura? —preguntó con inocencia—. Si se ve un poco descuidado, pero...
—Kookie —volvió a interrumpir Suni, esta vez un poco más seria—. Tu madre sabe de lo que habla, ella ha vivido en zonas así, así que por favor hazle caso. Trata de no venir, si te propone algo dile "no, lo siento, otro día será" y cambien de tema.
—Oh... bueno...
Cuando volvió a recostarse, se dio cuenta de por qué TaeHyung podría haber estado mintiendo.
Vaya mierda.
¡Hola! Yo ya no hago notas al final de los capítulos para no cortar el momento, pero esta era necesaria. Quería enseñarles este par de fanarts ESPECTACULARES que hicieron dos personitas hermosas y que llenaron mi corazoncito de amor y felicidad.
El primero es uno hecho por @ ariri_05 en twitter (quien ya me ha hecho un fanart del motochorro y la amo muchísimo por eso), uno chiquito y bonito del trío de tonotos favorito de todos. ¡Miren qué lindos son! Así se ve todas las veces que regresan de estudiar, mis bebés (son mis hijos y este dibujito me puso emocional).
Y este es el segundo, inspirado también en el trío de tonotos preciosos y bonitos. Mírenlos todos felices y contentos como si yo no tuviera cientos de capítulos de ellos sufriendo, ¡los adoro! Por favor denle muchísimo amor, su creadora es @ xiowithluvv en twitter e hizo un trabajo precioso (sigo llorando brillitos y corazones cuando lo veo).
Agradezco de todo corazón a las personitas que me leen, que me han hecho fanarts, que me siguen y que comentan mis historias. Gracias por recibir mis escritos con tanto amor y el saber que los mismos les inspiran a hacer sus propias creaciones me hace infinitamente feliz.
¡Les amo con todito mi corazón!
Esta historia pronto terminará, muchas gracias si sigues aquí. ¡Besos!
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