¡Cuarenta!: más padres insensibles y preparativos para eventos importantes.
Esa mañana de sábado había sido diferente para el trío de mejores amigos; si bien a YoonGi le esperaba una tarde con el omega que lo enamoraba más cada día, NamJoon había decidido dormir hasta tarde en espera de recuperar el sueño que sentía que había perdido y HoSeok miraba su peluche de lobo con una sonrisa en la cara, abrazando con cariño al muñeco a la par que sentía su corazón latir emocionado por los recuerdos que le traía. Se sentía de buen humor aquel día, había una sonrisa en su cara y, a pesar de que sabía que JungKook estaba ocupado con sus entrenamientos, sí había recibido un mensaje de buenos días de su parte, así que estaba satisfecho.
Nunca se había imaginado estar en una situación como esa, es decir, comenzar algo con alguien a quien llevas conociendo poco tiempo es aterrador, más aún mientras estás superando sentimientos por otra persona, pero al mismo tiempo HoSeok quería conocer más de aquellas emociones, quería saber qué tan lejos podía llegar esa sensación que revoloteaba en su pecho y que tan lejos podían llegar ambos juntos. A pesar de lo mucho que le aterraba su condición de beta siendo JungKook un alfa, había algo dentro de él que le permitía ser un poco soñador y esperar lo mejor, quizás un positivismo extremo que era consecuencia de su lento enamoramiento por el alfa, pero lo estaba disfrutando.
Soñar era gratis, después de todo.
—HoSeok —escuchó a su madre llamarlo antes de abrir la puerta y el beta lanzó el peluche a un lado, acomodándose sobre su cama porque sentía que se había visto muy sospechoso—. ¿Qué haces?
—Nada —dijo de inmediato, sintiendo su cara calentarse un poco. Su madre enarcó una ceja, pero para que ella no insistiera al respecto, él continuó—. ¿Vas a salir? —le preguntó cuando notó la ropa formal.
—Sí, iremos a la empresa —respondió, terminando de abrir la puerta para dar un paso dentro de la habitación de su hijo, ojeando los alrededores con ojos que no se veían en absoluto curiosos, más bien casi parecían juzgar el lugar, casi como si no estuviera acostumbrada a estar ahí dentro—. Vístete —lo miró de nuevo.
HoSeok frunció un poco sus cejas, luciendo confundido.
—¿Iré con ustedes? —preguntó con decepción, notando cómo la mujer se cruzaba de brazos sobre su pecho como si la pregunta sonara ofensiva—. Lo siento... es que... no me avisaron... —se arrepintió al notarla fastidiada, pero estaba seguro de que no había dicho nada malo.
—Te estoy avisando ahora. Vístete —insistió y el beta bajó la cabeza, asintiendo lento. La mujer volvió a mirar alrededor y frunció un poco sus labios cuando sus ojos llegaron a la cómoda de su hijo en donde reposaban fotos con sus amigos, así como la copia que sacaron de la máquina en el centro comercial—. Tus exámenes terminaron, así que vas a tener más tiempo libre para acompañarnos, es algo que debes saber, no tenemos por qué avisarte todo el tiempo —agregó.
HoSeok comenzó a sentirse cada vez más nervioso y trató de formular las palabras correctas en su cabeza para que ella no perdiera la paciencia, no quería que le gritaran.
—Todavía tengo que ir a clases porque... tenemos que preparar las cosas para el evento de... verano... —decía mientras jugaba con sus dedos, nervioso por la respuesta que recibiría.
—¿Cómo? ¿No hicieron uno ya? —frunció sus cejas.
—No, esa fue la fiesta de navidad...
Ella bufó.
—No creo que te extrañen un par de días —hizo un ademán de desinterés con su mano y el beta levantó la mirada, luciendo preocupado, provocando que la omega virara los ojos—. Bien, el próximo sábado, ¿contento? —se dio media vuelta para salir de su habitación.
HoSeok se levantó de su cama, negando con la cabeza.
—Mamá, el sábado t-tengo un compromiso... —su voz vaciló cuando ella se giró, expresando con sus cejas fruncidas que ya había perdido la paciencia y el beta tuvo impulsos de llorar—. Es que... es que, un amigo... —trató de explicarse.
—No me interesa lo que tenga que hacer tu amigo —fue su respuesta, sonando harta y provocando que su hijo diera un paso hacia atrás con miedo—. ¿Crees que te mandas solo? Te hemos dejado salir muchas veces estos meses, solo has perdido el tiempo y eso no puede ser posible. Nada de lo que hagan tus supuestos amigos es más importante que ir a aprender cómo manejar la empresa que te va a pertenecer cuando seas un adulto —bramó y la respiración de su hijo comenzó a tornarse irregular—. ¿Vas a llorar ahora, Jung HoSeok? —cuestionó enojada.
El beta sorbió su nariz, sus labios temblando en contra de su voluntad.
—Pero, mamá... ya c-confirmé que iba a ir y...
—Cállate y vístete de una vez —dio un paso al frente, imponente frente a su hijo, y él retrocedió con la cabeza gacha, sintiendo sus ojos cargarse de lágrimas—. Vamos a salir en diez minutos, si llegamos tarde por tu culpa, la menor de tus preocupaciones va a ser tu amigo ese —se dio media vuelta y se fue de la habitación del adolescente, cerrando la puerta de un portazo.
El labio inferior del beta comenzó a temblar y el pánico de cancelarle a JungKook se extendió por todo su cuerpo. El alfa quizás se enojaría, estaría decepcionado, y él hipaba desesperado por no romper a llorar porque necesitaba vestirse. Otra vez sentía esa presión en su pecho que le cortaba la respiración y en un intento de no perder el control, se recordó insistente que no podía permitirse tener uno de sus extraños episodios de nuevo.
—Basta... basta... —murmuraba para sí mismo, tratando de dejar de temblar.
Se giró, caminando hacia su cama y tomó el peluche entre sus manos para abrazarlo con fuerza en busca de consuelo. La idea de que JungKook se hartara de él por no estar disponible retumbó en su cabeza tan fuerte que casi sintió que podría comenzar a dolerle por ello y cerró sus ojos con fuerza en un intento de retener sus lágrimas.
Encontraría una manera de resolverlo, no quería decepcionar a JungKook.
Aquel lunes en la mañana las notas de sus exámenes serían reveladas así como las fechas de los recuperatorios. Nadie quería tener que rendir los recuperatorios finales porque aquello implicaba estudiar durante sus pequeñas vacaciones y quizás perderse los viajes que muchos tenían planeado hacer, por lo que la ansiedad reinaba y el tumulto de gente miraba casi en pánico las listas puestas en la entrada del instituto.
NamJoon fue el primero en encontrar su nombre luego de un sinfín de apellidos iguales al suyo y sonrió satisfecho cuando vio que su nota más baja fue un nueve en física, mientras que todas las demás eran dieces. YoonGi, por otro lado, saltó de alegría cuando su nota más baja fue un cinco en química y su máxima fue un diez en literatura.
—¿Cómo sacaste un diez? Ni siquiera te gusta leer... —cuestionó NamJoon y el alfa se encogió de hombros, moviéndose como si estuviera haciendo un pequeño baile de felicidad.
—¿Suerte? No lo sé, vi tu hoja antes de entregar —rió y NamJoon viró los ojos.
—Tenía que ser...
—Es mi primer diez de este año, deberías estar orgulloso de mi —decía mientras ambos salían de la multitud de personas y NamJoon rió por lo bajo.
—¿Por copiarte? Claro —negó con la cabeza—. Eres un tramposo, pero me sorprende saber que pudiste ver mi hoja sin que ni siquiera yo me diera cuenta, tengo que reconocer que existe un poco de habilidad ahí.
—Gracias, si no fuera un lobo, seguramente sería un zorro escurridizo —enseñó sus manos como si quisiera verse amenazante, garras imaginarias en ellas mientras soltaba un pequeño gruñido a modo de juego.
NamJoon rió, luciendo más risueño de lo que el alfa estaba acostumbrado, pero para no arruinarlo, YoonGi no lo cuestionó, sólo siguió como si nada.
—Creo que serías más como un hámster —molestó NamJoon, recibiendo un pequeño sonido como queja de parte del alfa.
El par de amigos se alejó hacia la parte de los casilleros para continuar con la conversación mientras esperaban a que los demás salieran del mar de gente. Cuando todos terminaran serían enviados a ayudar a los clubes y los uniformes habían sido cambiados por ropa suelta, camisetas y shorts o faldas para mayor comodidad durante las actividades y las prácticas, así como por el calor que comenzaba a hacer por esas fechas. El omega llevaba encima una camisa sin mangas y un par de shorts que llegaban hasta sus rodillas, sueltos y cómodos, mientras que YoonGi por la vergüenza de sus piernas flacuchas, llevaba un pantalón de chándal gris y una camiseta holgada de color negro que aunque lo hacía lucir más pequeño, al menos no se ajustaba a su flacucho cuerpo.
Durante ese pequeño período de tiempo, NamJoon notó la manera en la que YoonGi parecía buscar a alguien con la mirada y no era difícil suponer de quien se trataba, así mismo, no podía evitar sentir un poco de curiosidad por los acontecimientos del fin de semana ya que el contrario no les había contado cómo le había ido en la cita, pero como no lo estaba viendo lloriqueando y sufriendo, suponía que había salido bien.
—Quizás me arrepienta de preguntar —comenzó—, pero, ¿cómo te fue en la cita con JiMin? —lo miró y de inmediato notó que el alfa dejó de buscar y sus mejillas se tornaban de color rojo mientras se encogía un poco en su puesto—. Uy...
¿Qué había sucedido? ¿Acaso había nuevo material con el que molestar al alfa? NamJoon no iba a mentir, se sentía emocionado por ello, como un pequeño cachorro que acaba de encontrar una jarra llena de galletas. Claro que sabía sus límites, obviamente no se iba a burlar con algo que hiciera llorar a YoonGi, pero verlo torpe y tonto eran la perfecta luz verde que le daba pase libre para ser un poco idiota con él.
—Bueno... —YoonGi metió sus manos dentro de sus bolsillos—. Uh... estuvo bien... —se limitó a decir y NamJoon supuso de manera acertada que lo que sea que haya sucedido debía ser algo jugoso como para que lo ocultara tan celosamente, después de todo, no ibas por la vida diciéndole a tus enemigos tus puntos débiles y YoonGi no quería quedar en evidencia—. ¿P-Podemos cambiar de tema?
—¿Sí? ¿Estuvo bien? —enarcó una ceja en su dirección mientras ignoraba la última petición, notando que el otro ni siquiera lo estaba mirando, luciendo tímido y avergonzado por el aparente recuerdo de su cita—. No nos contaste nada a HoSeok y a mi, y eso que hace unos meses no dejabas de hablar ni siquiera de las veces que cruzabas miradas con JiMin, así que ahora debió pasar algo realm... ¡Cogieron!
—¡Kim NamJoon! —le gritó y cubrió su boca para que se callara, poniéndose de puntillas en una imagen que haría reír a cualquiera porque su cara se encontraba tan roja como un tomate a la par que su cuello—. ¡¿Qué te pasa?! —le reclamó con un hilo de voz que hizo reír al omega—. ¿Estás loco? ¿Qué pasa si alguien te oye y piensa algo erróneo? ¡Nada de eso pasó, deja de reírte!
NamJoon seguía carcajeándose bajo las manos del alfa y al no poder mantener la posición mucho tiempo, YoonGi decidió soltarlo, murmurando quejas por ser tan bajito y porque su amigo fuera tan idiota.
—En serio, ¿cómo me preguntas eso? —siguió quejándose, llevándose las manos a la cara para luego peinar su cabello hacia atrás con frustración. NamJoon sólo seguía mirándolo, esperando que le respondiera mientras retenía su risa—. Y no, eso no pasó —el omega puso un puño sobre su boca para dejar de reír—. ¡Hablo en serio! —insistió—. No les conté porque... Ah, mira, es HoSeok —señaló con un movimiento de su cabeza.
NamJoon pensó que había sido una mala excusa para distraerlo, pero cuando se giró, el beta ya se encontraba saliendo de entre la multitud hacia su dirección y él tuvo que retomar una postura seria y calmada para poder recibirlo, ya que el chico de cabellos casi naranjas no lucía de humor ni siquiera para burlarse de las citas de YoonGi. Desde que llegó esa mañana, no había cargado consigo su humor habitual y ese momento no había sido la excepción, siendo rodeado por un aura casi negra que hacía que sus dos amigos temieran que lo peor hubiera ocurrido en casa o con sus notas.
—Hey, ¿cómo te fue? —preguntó Kim, pero el beta se encogió de hombros y él se preocupó un poco más.
—Tres ochos, dos nueves y dos diez, me fue bien —dijo viéndose algo decepcionado pese a todo.
NamJoon formó una mueca con sus labios, ellos no habían podido preguntarle si había ocurrido algo porque fueron de inmediato a revisar el tema de las notas, pero ahora suponía que sería necesario. YoonGi, cortando el tema anterior y concentrándose en su otro mejor amigo, se acercó sin dudar y colocó su brazo sobre su hombro con cariño, mostrándose preocupado por el otro como solía hacer siempre.
—Oye, no seas tan tan duro contigo mismo, esas notas son fantásticas —decía con seguridad—. Sí, la última vez tuviste cuatro dieces, pero ahora no estás mal en absoluto, sólo son números —consoló, recargando su cabeza contra la ajena mientras lo apretaba en un medio abrazo y Jung lo miró con cariño.
—Tiene razón —apoyó NamJoon.
YoonGi lo miró como si fuera un tonto y el omega se encogió de hombros con una sonrisa suave en su rostro porque él no era bueno para consolar, pero al menos lo había intentado.
—Gracias chicos... —dijo HoSeok, pero suspiró—. Aunque no creo que mis padres estén contentos... —se lamentó por lo bajo, encogiéndose un poco—. La última vez fueron nueves y dieces e igual hicieron un escándalo.
NamJoon bufó.
—Es que tus padres son unos idio...
De repente, los tres se giraron cuando un contento TaeHyung saludó por lo alto mientras caminaba hacia ellos, vistiendo un suéter blanco suelto y pantalones negros igual de holgados que los shorts de NamJoon, pero con el detalle de un pañuelo sujeto alrededor de su cuello del mismo color que sus pantalones. Él era seguido por un JiMin igual de sonriente que vestía una sudadera negra mucho más grande que él y un par de shorts de jean que dejaban a la vista sus musculosas piernas. NamJoon no perdió el detalle de que las mejillas de YoonGi se colorearon de rojo otra vez mientras el omega rubio se acercaba, luciendo mucho más nervioso de lo que estaba acostumbrado, incluso más torpe.
La manera en la que la dulce parejita se saludó fue incluso empalagosa, con JiMin extendiendo sus brazos hacia el contrario para abrazarlo como si hubiera esperado toda una vida para ello y YoonGi claro que no se negó a esta muestra de afecto, sonriendo un poco apenado mientras apretujaba al omega entre sus brazos, mucho más rojo cuando sus ojos se cruzaron con los de NamJoon y este movió sus cejas de arriba hacia abajo.
—¿No tienen calor con eso puesto? —preguntó HoSeok cuando ambos estuvieron lo suficientemente cerca, notando el pañuelo y la sudadera, pero estos negaron.
—Estaremos en el salón de eventos, no bajo el sol como ustedes —respondió TaeHyung juguetonamente, tan natural que ninguno dudó de su respuesta—. Además, este pañuelo me hace ver más elegante —agregó orgulloso.
—Sí, fashionista presumido, ¿qué tal sus notas? —preguntó curioso NamJoon, cruzándose de brazos.
—Bueno, antes de presumir mis notas, me gustaría saber si alguno reprobó, ¿no? ¿Nadie? —TaeHyung miró a los demás y cuando estos negaron, una sonrisa ladina llena de orgullo llenó su cara—. Todos dieces, hice un all-kill perfecto —aquella sonrisa de chico lindo se hizo más grande en su cara y mientras NamJoon maldecía, HoSeok se dio cuenta de que las mariposas ya no revoloteaban con fuerza en su estómago como lo habrían hecho antes al mirarlo sonreír.
—Hijo de... —maldijo NamJoon, llevando su atención al alfa de cabello gris—. Yo saqué un solo nueve —TaeHyung chasqueó la lengua, fingiendo decepción.
—Supongo que no podrá estar en el grupo del all-kill —se lamentó como si su amigo del alma hubiera muerto en batalla—. No se preocupe Hyung, yo lo esperaré para la próxima tanda de notas de diciembre.
Para ese momento, JiMin se había separado del abrazo, pero seguía igual de cerca de YoonGi con una pequeña sonrisa en su rostro. El alfa simplemente lo sostenía de la cintura en un gesto natural al que no sabía que estaba acostumbrado, demasiado cómodo con la presencia ajena pese a lo torpe que lucía, casi como si su lobo se sintiera tan tranquilo y normal con JiMin que tenía esas pequeñas atenciones con él sin pensarlo mucho, mientras que su conciencia todavía no procesaba que el omega que se le había lanzado encima el fin de semana estaba ahí siendo dulce con él mientras usaba su sudadera.
Fue entonces que pellizcó su cintura un poco para llamar su atención.
—¿Cómo fueron tus notas? —preguntó curioso, haciendo que la atención de los demás recaiga sobre el omega.
—Bastante buenas —asintió contento—, la más baja fue un seis en química —hizo una pequeña mueca con sus labios, pero se encogió de hombros como si no fuera la gran cosa después de todo—. Odio esa materia, así que no esperaba mucho de todas formas.
YoonGi parpadeó con un poco de sorpresa en su mirada, sintiendo su corazón retumbar dentro de su pecho.
—Yo también odio química —dijo casi suspirando y los demás podían jurar ver corazones sobre su cabeza.
HoSeok no pudo evitar reírse de aquello, no sólo por la expresión tonta de YoonGi, sino por la manera en la que NamJoon había girado los ojos, fingiendo estar tan harto de la melosa pareja que casi parecía querer que la tierra lo tragara. Fue entonces que TaeHyung reparó en la presencia de JungKook acercándose de entre la multitud y lo saludó con su mano medio levantada, recibiendo un saludo parecido; desanimado.
El beta cruzó miradas con él en ese segundo, y aunque estuvo a punto de desviarla al suelo con nervios, se dio cuenta de que la expresión en el rostro del alfa lucía de todo menos contenta; parecía derrotado, casi como si estuviera reteniendo un suspiro y la preocupación surgió dentro de él para dejar en segundo plano los nervios provocados por el evento de karate al que no iba a poder asistir.
Aún necesitaba hablar con JungKook sobre el tema, pero no creía que fuera conveniente ahora.
—¿Todo bien? —fue la pregunta de NamJoon cuando el alfa se acercó lo suficiente, pero este llevó una mano hacia la zona de su nuca, luciendo tenso.
—¿Todos aprobaron? —cuestionó, observando a los demás con una mirada tentativa que se transformó en una aún más tensa cuando todos asintieron a su pregunta—. Ah... me alegro por ustedes... —en el instante en el que las miradas del grupo se tornaron comprensivas y de consuelo, él suspiró y se estiró en su lugar, luciendo cansado—. Definitivamente no soy bueno en matemáticas.
Un pequeño silencio se prolongó, todos un poco tensos sin saber qué decir exactamente al respecto, pero luciendo igual de preocupados por el alfa.
—Bueno, creo que tus madres lo entenderán —le dijo HoSeok como apoyo, levantando su mano para ponerla en el hombro del alfa con cariño en su mirada—. Ellas son bastante comprensivas, no creo que se enojen.
—Ah, eso lo sé. Lo máximo que pueden decirme es desearme suerte para el recuperatorio, sólo que... —dijo con un suspiro—. Lo único que me preocupa es que prácticamente les arruiné las vacaciones. Es decir, tendré que presentar de nuevo la segunda semana de vacaciones y se suponía que en ese momento íbamos a estar en Busan.
—Bueno, igual pueden ir, lo que sí es que va a ser por poco tiempo. Sólo tienes que hablar con ellas y ver qué organizan —decía TaeHyung con un tono tan tranquilo como serio.
—Eso sí, seguro llegan a un acuerdo —apoyó JiMin y JungKook movió un poco su cabeza hacia los lados, tanteando la idea.
—Sí, bueno... —paseó su mirada por el resto, deteniéndose en TaeHyung y formando una mueca consternada—. ¿Por qué tienes ese ridículo pañuelo en el cuello?
El alfa mayor largó un sonido ofendido mientras los demás se carcajeaban y en el momento que su cabello fue jalado por ser un irrespetuoso, JungKook decidió disculparse, pidiendo piedad entre risas; al menos no había perdido su humor del todo.
De repente, los altavoces de la escuela avisaron que todos los alumnos que habían terminado de revisar sus notas se dirigieran hacia el salón de eventos para coordinar las actividades del día y el grupo comenzó a caminar hacia allá mientras se quejaban de la flojera que sentían esa mañana. JiMin y YoonGi caminaban tomados de las manos y además de eso, TaeHyung también notó cómo HoSeok fue jalado un poco más hacia atrás mientras los demás hablaban, pero no dijo nada, simplemente lo ignoró, después de todo sabía quién había sido.
HoSeok se asustó por un segundo al haber sido tomado por sorpresa, pero cuando se dio cuenta de que era JungKook, su cuerpo entero se relajó, mirando al contrario apoyar su mentón sobre su hombro.
—Hyung —llamó Jeon, rodeando al otro en un abrazo por la espalda mientras caminaban torpemente detrás de todos los demás—. ¿Cuánto sacó usted en matemáticas? —preguntó.
—Nueve —respondió después de dudar, sintiéndose un poco más culpable luego de que JungKook se quejara por lo bajo, escondiendo su rostro en el hombro del beta—. Oye, está bien, simplemente no se te da bien, eso no tiene nada de malo...
—Usted es muy bueno, yo me siento todo un tonto —murmuraba con su voz siendo tapada por el hombro del otro y este sintió un escalofrío al sentir al otro tan cerca de su cuello.
—N-No eres un tonto, JungKook...
—¿Puede ayudarme a estudiar? —pidió, regresando su mentón al hombro del otro y aunque HoSeok no podía verlo, sí sabía que estaba poniendo ojos de cachorro y formando un puchero.
—¿Enseñarte? —cuestionó avergonzado, sintiendo su cara caliente no sólo por el íntimo contacto que estaban teniendo en mitad del pasillo lleno de estudiantes, sino también porque JungKook no parecía notar los estragos que hacía en él al hablarle de esa manera—. B-Bueno...
Escuchó un pequeño lamento durante su segundo de duda y se sintió culpable. No quería dejar al otro a su suerte, además de que claro que estaba totalmente dispuesto a ayudarlo, pero no sabía si sus padres estarían de acuerdo con la idea. De por si, ellos ni siquiera sabían que había logrado conseguir más amigos aparte de YoonGi y NamJoon, ¿cómo se supone que les explicaría que iría a casa de alguien a ayudarlo en matemáticas? Lo más probable era que lo tacharan de inútil por haber reprobado y de alguien con quien no debería juntarse. Así mismo, no estaba seguro de poder convencerlos si ellos querían que los acompañara seguido a la empresa.
—Bueno, tengo que hablar con mis padres, pero puedo intentar darte tutorías si quieres... —decidió decir, esperando que el otro no se ilusionara demasiado con eso porque no se sentía lo suficientemente fuerte como para lidiar con ambas decepciones—, p-pero ten en cuenta que no hay nada confirmado y que no soy bueno enseñando, así que...
Sintió el abrazo apretarse un poco más antes de que la nariz ajena rozara su cuello, como si buscara olfatear un aroma que no estaba ahí. La risa de JungKook no demoró en aparecer y HoSeok cubrió su rostro con ambas manos, su corazón sintiéndose como si fuera a salirse de su pecho por lo fuerte que estaba latiendo y una pequeña sonrisa colándose en sus propios labios por aquella hermosa sensación.
—Gracias Hyung, lo quiero mucho —fue lo que dijo, alterando aún más el pobre corazón del ansioso beta.
HoSeok trató de mirarlo en ese segundo, sus ojos abiertos de par en par por la sorpresa que le ocasionaron aquellas palabras.
—¿Q-Qué?
—¡Hey! ¡Sepárense! —ambos pegaron un brinco cuando la voz de la profesora de inglés resonó por el pasillo. JungKook hizo caso a la orden y colocó sus manos detrás de su espalda, luciendo avergonzado a la par que el beta—. Los vuelvo a ver a ambos así y los mando a la oficina del director. Una llamada a sus representantes y se les acabó el teatro, vayan al salón de eventos y déjense de estas cosas que esto es una institución educativa, no un club, rápido —hizo ademanes con sus manos para que se apresuraran, sonando enojada.
—S-Sí, lo sentimos —dijeron al unísono, HoSeok más rojo que JungKook.
La mujer se cruzó de brazos mientras ellos apresuraban el paso hacia el área designada y HoSeok no pudo evitar notar el par de risas y murmullos que resonaron alrededor de ellos de parte de los demás estudiantes luego del regaño. Sus labios se apretaron, pensando en que aquella había sido la segunda vez que les habían llamado la atención y sus cejas se fruncieron un poco por pensar en la idea de que sus padres se enteraran de lo que tenía con JungKook, pero siguió caminando al lado del alfa que miraba a los demás como si fueran unos estúpidos, gruñendo por lo bajo como si quisiera preguntarles cuál era su problema.
Cuando estuvieron lo suficientemente lejos de la mujer, JungKook tomó la mano del beta y después de un apretón dulce y una mirada de disculpa, HoSeok entendió que los demás eran unos tontos y que JungKook era el alfa más dulce del planeta.
La gran mayoría de las decoraciones se iban a realizar al aire libre; había que pintar, armar, organizar y demás, los profesores encargados se mantenían concentrados en sus propios grupos mientras dictaban las órdenes para el staff. Las aulas estaban cerradas con llave para que ninguno de los alumnos decidiera colarse y hacer quien sabe qué dentro de las instalaciones. Los alumnos con más suerte se encontrarían en la cancha techada para decorarla como una zona a la que se podría ir a bailar durante el evento y dentro del salón de eventos en donde se harían la mayoría de las presentaciones, mientras que los demás iban a tener que estar bajo el sol de un verano que se aproximaba, siendo resguardados por la sombra de los toldos que los profesores montaron para ellos y los diferentes garrafones de agua que habían colocado para quien quisiera.
Todos habían tomado sus precauciones para que nadie se desmayara, pero a veces habían excepciones.
—No ha pasado ni una hora... —se lamentó una de las profesoras mientras le echaba aire a una omega que se encontraba recostada sobre una de las mesas, quejándose bajito por el dolor de cabeza que la estaba atormentando.
—Creo que es porque no desayuné... —se lamentó la chica.
—¿No desayunaste? —preguntó escandalosamente su amiga, a punto de darle un golpe a la pobre y moribunda omega que lloriqueaba.
NamJoon observaba la escena con un poco de pena mientras mantenía sus manos en su cintura. Él había tenido que desayunar en contra de su voluntad, pero al menos no se encontraba recostado sufriendo por el sol y por el ligero calor que revoloteaba alrededor. Aun así, le parecía tonto que no pudieran hacer todas esas cosas dentro del aula por la tonta excusa de que podrían ensuciar demasiado. Un cadáver si era algo difícil de limpiar, sin embargo.
—¿Qué se supone que vamos a hacer? —preguntó curioso JungKook mientras veía al profesor de teatro subir a una pequeña tarima con un megáfono en la mano y luchar con este para encenderlo de una vez, haciendo reír a un par de sus compañeros.
—Oh, es verdad, esta es tu primera vez —mencionó HoSeok, luciendo sorprendido mientras JungKook asentía.
—Bueno, vamos a hacer muchas manualidades, básicamente —explicó NamJoon, desviando su atención de la chica para ver al profesor—. Pintar, pegar, cortar, etc. El año pasado la obra fue de Hansel y Gretel, así que hicimos una casa con cartón y la pintamos como si estuviera hecha de dulce, fue divertido.
—YoonGi se quedó dormido dentro de ella y no podíamos encontrarlo —se rió HoSeok por el recuerdo, cubriendo parcialmente su boca con la palma de su mano—. El profesor de teatro quería matarlo ya que habían suspendido un día de prácticas porque él estaba perdido —esta vez, una carcajada salió de su boca, contagiando al omega y al alfa.
—Este idiota... —mencionó divertido NamJoon.
—Whoa, me habría gustado vivir eso. ¿Por qué tuve que nacer tan tarde? —decía quejumbroso el menor de todos, haciendo un mohín que HoSeok encontró adorable y lo miró como si fuera un cachorro.
JungKook había tenido su primer celo hacía un año solamente. Seguía siendo, para los ojos del beta, un cachorro que no podía controlar sus hormonas, y vaya que lo había dejado claro en un par de ocasiones. Así que, HoSeok no podía evitar esa sensación de querer poner su mano sobre la cabeza del chico para acariciarlo con cariño, como si fuese un niño, recibiendo una sonrisa encantada y un NamJoon que los veía como si ambos tuvieran monos en la cara.
—Tranquilo, aún nos queda un año aquí, podemos hacer muchos recuerdos juntos —animó Jung con una sonrisa suave, recibiendo un par de ojos brillantes como respuesta.
—Hyung... —hizo un puchero más pronunciado, su lobo aullando adolorido por la idea de que el beta fuera a marcharse mucho antes que él.
La madurez sexual que llegaba con el primer celo era tan o incluso más importante que la presentación de la jerarquía de un niño, así que, una vez que esta se alcanzara, un chico o chica de quince años (la edad común en la que se presentaba el primer celo) se consideraba lo suficientemente grande como para subir un nivel académico y llegar al instituto junto con todos los demás alfas y omegas de entre su edad y los diecinueve años. No era un cachorro, menos biológicamente; pegó el estirón de su cuerpo y el crecimiento lento de sus músculos luego de que sus feromonas se desarrollaran, pero HoSeok lo encontraba adorable, a pesar de que luego se hiciera cada vez más grande.
Aun así, habían excepciones en cuanto al desarrollo del cuerpo luego del primer celo y YoonGi era una de ellas.
—Ya, ya... —continuó acariciando su cabello y aunque JungKook quiso abrazarlo, no lo hizo, no quería que les llamaran la atención de nuevo.
—Ustedes son casi tan empalagosos como JiMin y YoonGi —mencionó NamJoon, casi recordándoles que él seguía ahí.
HoSeok chasqueó la lengua, mirándolo con reproche, y JungKook simplemente siguió mirando al beta con ojos de cachorro enamorado.
Finalmente, el profesor logró encender el megáfono y se preparó para hablar, llamando la atención de todos los presentes con una pequeña alarma integrada al megáfono.
—Por fin —murmuró, carraspeando luego—. Como sea, quiero comenzar agradeciendo al club de costura por su gran trabajo en hacer los vestuarios no sólo del club de teatro sino también del club de canto y baile, por lo que es una cosa menos en la lista —los mencionados chocaron los puños y vociferaron emocionados, contentos por el reconocimiento que no sólo sería oral, sino que también se reflejaría en sus notas finales. Después de todo, aquella había sido la actividad en la que se habían enfrascado desde que comenzó el año—. Sobre la obra; los escenarios que vamos a trabajar van a ser cinco: el bosque de día, el bosque de noche, el castillo, el pueblo y las celdas del castillo —enlistó, mirando el papel—. El castillo y el bosque nocturno son los lugares donde más van a interactuar nuestros personajes, así que necesitaré mucha gente para estas escenografías.
La gran cantidad de alumnos intercambiaron miradas y NamJoon se adelantó con HoSeok y JungKook para que los tres estuvieran juntos en la sección del bosque nocturno. Así mismo, el grupo de gente comenzó a moverse y a aglomerarse en las secciones que les pedía el profesor, dudando sobre cuál sería más divertida o cuál sería más sencilla de hacer.
—Bien, para el club de canto, necesitaré a un grupo que se encargue de su escenografía. Esta no va a ser tan compleja como la de la obra, pero sí necesitaré que sean consistentes con la calidad, ¿bien? —todos asintieron, un grupo moviéndose hacia la zona designada—. Así mismo, el club de música nos ayudará con la ambientación de la obra, así que van a practicar juntos con los demás en el salón de eventos —continuaba—. Por el momento, ustedes van a quedarse aquí afuera para hacer toda la escenografía y van a llevarlas dentro del salón de eventos cuando estén listas. Para cada grupo voy a designar un jefe de diseño y este se va a encargar que todos los elementos se hagan de acuerdo a la idea principal, ¿de acuerdo?
Todos respondieron un "sí" fuerte como afirmación.
—YoonGi es un suertudo, el staff del club de baile estará dentro del salón de eventos con aire acondicionado —se quejó HoSeok mientras acomodaba una gorra en su cabeza, una que había traído de casa por si acaso.
—Sí, como el club de teatro, el de electrónica, música y canto —apoyó JungKook.
—Probablemente lo terminen enviando fuera, siempre piden a muchos para el staff de esos clubes, pero los terminan descartando porque no hay muchas actividades para hacer al final —explicó NamJoon, esperando que fuera el caso sólo porque quería fastidiar un poco más a su amigo.
—Ojalá —continuó HoSeok, mirando con atención el movimiento alrededor—. Merece sufrir como nosotros —chasqueó la lengua.
Entonces, todos vieron cómo la profesora de física se acercaba al profesor del club de teatro, tocando su hombro y susurrándole algo al oído. El hombre asintió, recibiendo la información nueva, y volvió a hablar por el megáfono.
—Finalmente, aunque no tenga que ver con el club de teatro, voy a necesitar a todos los alfas disponibles para que ayuden a la profesora Rin a montar la tarima para el concurso de belleza organizado por el salón de último año —pidió el profesor y aunque JungKook quiso negarse, terminó caminando hacia el frente junto con varios alfas fastidiados por el trabajo extra—. Este es un evento nuevo de último minuto y antes del viernes necesitamos que inscriban a un alfa y un omega de cada salón, no importa el género. Los presidentes pueden hablar con la profesora Rin sobre esto —la mujer levantó su mano para avisar dónde estaba—. Gracias a todos por su atención.
En ese momento el grupo se dispersó para ir a sus respectivas actividades, tomando los materiales que iban a usar y buscando los cubos de pintura. NamJoon y HoSeok se acercaron a la jefa del grupo, una alfa de cabello rubio y ojos color café, ella tenía un sujetapapeles en mano y ya estaba comenzando a anunciar órdenes en base a lo que el profesor del club de teatro le había pedido que hiciera.
Su escenografía asignada llevaba consigo un montón de arbustos, árboles, espadas, arcos, flechas y demás objetos que pudieran encontrarse en la época medieval en la que estaba ambientada la obra. A NamJoon se le encargaron objetos simples como arbustos y plantas de fondo, mientras que HoSeok obtuvo piedras y el trabajo compartido de pintar y hacer la luna llena. JungKook recibiría su trabajo cuando terminara de ensamblar la tarima, pero el alfa ya se encontraba fastidiado porque quería ir con HoSeok.
Por otro lado, en el salón de eventos lleno de asientos y de personas que conformaban el club de baile, canto, electrónica, teatro y música, se encontraba YoonGi sentado a la par de JiMin y TaeHyung mientras el profesor Lee hablaba por el micrófono para asignar las actividades que iban a realizar cada uno, lo mismo que ocurría en la parte de afuera, pero más cómodos.
El hombre había estado un momento enlistando al grupo de alumnos que iba a mandar a ayudar al club de teatro tal y como lo había dicho NamJoon, y YoonGi se encontraba un poco preocupado porque estaba demasiado cómodo como para salir al sol y tostarse.
—Muy bien, todos los mencionados, por favor salgan —un grupo de murmullos fastidiados se oyó y YoonGi pudo respirar tranquilo porque no escuchó su nombre. Así mismo, sintió al omega a su lado igual de contento, acurrucándose a su lado—. Los que quedan serán asistentes no sólo del club de baile, sino también de todos los clubes que se vayan a presentar en esta tarima, así que los voy a necesitar atentos a las órdenes que se les pida no sólo ahora, sino el día del evento —avisó.
YoonGi miró alrededor y las personas que no conformaban parte de ningún club eran al menos quince, no estaba seguro de si eran suficientes, pero suponía que no había mucho que pudiera hacer después de todo.
—Así mismo, van a ayudar el club de electrónica con lo que ellos necesiten para organizar los eventos tras bambalinas. Como saben, este club es reducido, por lo que van a necesitar que cada uno de ustedes se comprometa —continuó, a punto de finalizar para comenzar con las prácticas—. La obra va a ser al final del evento, por lo que quienes estén interesados podrán ver las otras presentaciones, sin embargo, los necesito a todos para el momento en el que las luces para la obra se enciendan. ¿Quedó claro?
El staff asignado asintió y vociferó una respuesta afirmativa. El profesor Lee asintió, mirando un sujetapapeles.
—En fin, vamos a comenzar las prácticas finales y el primer club en practicar va a ser el club de canto —fue su manera de finalizar, bajándose del escenario con toda la elegancia que un profesor de danza como lo era Lee TaeMin podía tener.
Tanto el club de canto como el club de baile no necesitaban practicar demasiado, ya que durante las clases ellos se habían concentrado en preparar sus presentaciones para pulirlas a la perfección y lo único que necesitaban era organizar el sonido y los tiempos. Quien más necesitaba el escenario era el club de teatro y es por esto mismo que iban a ir al final para poder quedarse ahí hasta que la hora de clases culminara a las doce del día; mucho antes de lo normal porque ya no estaban viendo clases.
YoonGi observó cómo el grupo mencionado subía al escenario y se aglomeraba alrededor de su profesora asignada. No le sorprendió ver a SeokJin ahí, el alfa aparte de buen estudiante también era talentoso y lo había visto participar en coros y en presentaciones individuales a lo largo del tiempo que llevaba estudiando ahí, aquel evento de verano no parecía ser la excepción.
—No sabía que Jin Hyung cantaba —mencionó JiMin con curiosidad, viendo con atención cómo el mencionado recibía un micrófono de parte de uno de los chicos del staff/club de electrónica. Sus compañeros también recibieron un par de micrófonos, seguramente harían un coro.
—Oh sí, es bastante bueno —respondió TaeHyung al otro lado del omega, sin perder de vista cómo todos se preparaban para comenzar—. Lo vi en la presentación del año pasado —agregó—. Hicieron todos juntos un coro, cantaron una canción muy alegre, ya no recuerdo el nombre... —ahora se veía pensativo.
El rubio miró a YoonGi, buscando quizás alguna afirmación de parte de este.
—Sí, TaeHyung tiene razón. Usualmente Jin está ocupado por lo que no se presenta en todas las clases, pero tengo entendido que está en el club desde su primer año aquí —explicó y JiMin ahora tenía más curiosidad—. Lo sé porque, ya sabes, antes se juntaba con nosotros.
—Él es un total misterio, también NamJoon Hyung —dijo con algo de frustración en su voz, capaz demasiado curioso al respecto. YoonGi estaba de acuerdo.
—Bueno, sí, no lo niego, pero supongo que por algo pasan las cosas, aunque no logremos dar con toda la información. Eventualmente NamJoon hablará... quizás —rió apenado al no tener más que decir sobre ello y regresó su atención al escenario.
—¿Qué creen que harán para su presentación? —preguntó TaeHyung a la pareja con una pequeña mueca en sus labios—. Si cantan una canción alegre y en coro de nuevo, sería repetitivo.
—Bueno, esta vez parece que él hará algo individual o puede que sea el centro del grupo, supongo que porque se gradúa pronto —parecía ser así, sino, él no estaría hablando con el encargado de la música al lado de la profesora del club, luciendo seguro mientras preparaban la pista.
—¿No deberían ser un grupo completo los de canto y música? Siento que son lo mismo —mencionó JiMin algo confundido, viendo al resto del club sentarse en el suelo alrededor de Jin mientras observaban al alumno de último año prepararse para su práctica.
—Bueno, antes eran uno solo, pero no todos los que cantaban sabían tocar instrumentos o estaban interesados en ello, y no todos los que tocaban sabían cantar. Así que, aunque suelen trabajar juntos en estos eventos, se les separó como dos clubes diferentes —explicó YoonGi para la sorpresa de JiMin quien sí había visto que ambos grupos estaban juntos en su anterior institución—. Esta vez el club de música va a trabajar con el club de teatro, así que el club de canto seguro hará algo por su cuenta.
—Whaaa, que lindo —decía el omega, aún más interesado por lo que iban a hacer.
YoonGi no pudo evitar reír por lo tierno que le parecía JiMin y afianzó el agarre en la mano del omega. Ellos ahora estaban en un punto en el que el contacto, pese a ser algo vergonzoso, se sentía más necesario, así que simplemente se dejaban llevar. Así mismo, no habían hablado mucho de los acontecimientos ocurridos en la casa de YoonGi el sábado, pero ambos suponían que era porque habían estado ocupados durante el día, de hecho, algo en YoonGi le decía que JiMin tocaría el tema cuando estuvieran a solas y se preparó para eso, ya que la vergüenza del recuerdo no terminaba de abandonar su sistema.
En el escenario, todos comenzaron a prepararse, las personas en el suelo comenzaron a chasquear los dedos y a hacer coros suaves, acompañando la pista que habían colocado. La canción se oía suave, casi fantasiosa, como llamados de un bosque mágico, y SeokJin tomó aire, soltándolo en un verso que sonaba como una pregunta.
La canción sonaba hermosa, melancólica y suave hasta que el coro comenzó, que fue cuando la voz de Jin se alzó con fuerza y cuatro integrantes del club se levantaron para hacer un par de pasos, sonriendo divertidos entre ellos mientras chasqueaban los dedos y coreaban a la par que el resto del club. Esto no sólo sorprendió a JiMin, sino también a YoonGi, quien se quedó quieto en su asiento, escuchando la letra con atención, sintiendo la intensidad en la voz de alguien que hablaba desde la perspectiva de una luna solitaria, una que observaba la tierra con anhelo, esperando ser notada, que sus sentimientos llegaran a ella.
El coro se repitió, más personas se levantaron para repetir los pasos mientras el alfa alzaba su voz una vez más, todos acompañando el coro con fuerza, cantando con una voz casi tan melancólica como la de Jin. La canción entonces bajó su intensidad una vez más, se oía suave, lentamente subiendo mientras el resto gritaba un "¡Hey!" en el momento justo, llenando de más emoción la canción, coreando al lado del alfa con sonrisas en sus labios mientras creaban expectativa sobre el siguiente verso.
Cuando el coro comenzó de nuevo, el club completo cantó con fuerza y Jin lanzó una nota alta que erizó la piel del trío que observaba. Continuó cantando luego de esta, cerrando la canción con la sentencia de hacer todo por la tierra como la luna que era, siendo acompañado por pequeños "uhhh" de parte de sus compañeros.
La música se detuvo segundos después.
—NamJoon se va a morir cuando escuche esto... —dijo Min como un murmullo que no fue escuchado por JiMin, ya que este se encontraba mucho más concentrado en aplaudir de pie junto a TaeHyung, ambos emocionados cuando la canción terminó, alabando a Jin por excelente trabajo.
No había que ser tan inteligente para darse cuenta que la letra iba dirigida al omega que se había alejado de él, tan melancólica y dolorida como el lobo del alfa que cantaba. YoonGi no pudo evitar emocionarse al respecto, esperando saber qué reacción tendría el omega, y olvidó por un segundo que Jin debía caerle mal. Ahora mismo estaba sintiendo su cabeza vibrar por la preciosidad de la canción y eso que ni siquiera había sido la presentación final.
—¡Muy bien, Jin Hyung! —vociferaba emocionado desde su lejano asiento, recibiendo una expresión sorprendida del alfa que no había notado que el otro estaba por ahí.
—¿JiMin? —se preguntó desde la tarima, mirando con dificultad por los reflectores.
—¡Bien! —aplaudió la profesora de canto—. Aún hay cosas que debemos pulir, pero eso ha sido fantástico, los felicito a todos. La pequeña coreografía se ve excelente también.
—Y sin ayuda del club de baile —se jactó un alfa de cabello azulado, moviendo sus cejas mientras su compañera reía.
—Ahora hay que darles espacio a los demás sin embargo, pero buen trabajo. Más tarde, si el club de teatro acaba antes, haremos otra práctica, ¿bien? —todos asintieron al pedido de la mujer y esta aplaudió—. Muy bien, descansen. Jin y yo hablaremos sobre qué más podemos hacer para la presentación final —el alfa asintió y siguió a la mujer.
El grupo bajó del escenario entre risas contentas y JiMin fue llamado a la par que sus compañeros. De inmediato, el omega se giró para darle un pequeño beso en la mejilla a YoonGi como despedida.
—Va a arruinarse la sorpresa, pero espero que le guste mucho cómo bailo —le sonrió y se alejó de los asientos, caminando hacia la tarima.
TaeHyung se cambió de puesto, sentándose en el asiento de JiMin para estar más cerca de YoonGi.
—No me dijo qué harían exactamente, ¿usted tiene alguna idea? —le preguntó con curiosidad y el alfa negó, sintiéndose emocionado por lo que venía.
—Me dijo que iba a presentarse hace un tiempo, así que si me dijo más detalles pues no lo recuerdo —admitió con un poco de pena. Cuando hablaron de ello fue en el tiempo que se estaban conociendo y mientras él seguía siendo obligado a limpiar la cancha, así que tenía otras cosas en mente, como en no morir por culpa de ChanYeol—. Pero sé que, sea lo que sea, lo hará increíble, lo he visto bailar antes.
Claro, no iba a admitir que lo había hecho de una manera no muy correcta, pero no mentía en sus palabras. TaeHyung pareció estar de acuerdo con ello, apoyando su mentón sobre su palma y su codo sobre su rodilla, inclinado un poco más hacia delante como si esto lo acercara más a la tarima.
—Bien, haremos dos prácticas para la presentación grupal, la primera para organizar el espacio que van a tomar porque esta tarima es muchísimo más grande que la que tenemos en el aula y la segunda práctica será para ver la coreografía lista, debe ser perfecta, así que pónganse las pilas —el profesor Lee señaló a KyungSoo, el encargado de la música, y este asintió, buscando la pista de la canción que iban a bailar—. ¡A sus puestos!
Todos se organizaron con rapidez, buscando sus puestos. JiMin tomó aire, mirando a YoonGi entre los asientos medio vacíos de los que sería un próximo público y sonrió hacia el alfa. Su lobo estaba nervioso, un poco temeroso por equivocarse frente al otro, pero no iba a pensar en eso para no empeorar más sus nervios, simplemente se dejaría llevar.
La música comenzó y justo como el profesor Lee había dicho, hubo dificultades para que los alumnos encontraran su lugar en el ampliado lugar, así que se vio desordenado mientras ellos marcaban los pasos con movimientos cortos y poco elegantes. El profesor los guió sin preocupaciones, reorganizando las posiciones y observando con detalle los pasos por si había alguno que debía cambiar hasta que la canción terminó, dejando a todos revueltos mientras analizaban los cambios hechos.
—¡A sus posiciones iniciales! —ordenó y todos hicieron caso, corriendo hacia su lugar asignado—. ¡De nuevo! —chasqueó sus dedos hacia KyungSoo y este reinició la pista—. ¡Ahora sí, tiene que ser perfecto! ¡Vamos, vamos, vamos! —animó— ¡Solo tenemos una semana y media!
Esta vez, todos hicieron los pasos con ahínco. Un grupo de seis chicas se cruzó al principio, saltando como bailarinas de ballet, delicadas y hermosas. Ellas hicieron una coreografía elegante y suave, saltando y cayendo al piso con delicadeza mientras movían sus piernas y sus brazos como si estuvieran a punto de elevarse del suelo, sonrientes a la par que la pista de música que sonaba alegre y contenta. Parecía que había una pequeña historia detrás de la coreografía y el alfa se encontró tratando de comprenderla mientras esperaba a que JiMin hiciera su entrada.
JiMin salió después, la música haciéndose oscura de repente, siendo seguido por un grupo de hombres que hacían movimientos un poco más bruscos, pero delicados a su manera, alejando a las chicas del escenario. YoonGi observaba encantado como el omega saltaba y se movía en el escenario con una elasticidad y flexibilidad excepcionales, deslizándose por el suelo como si el viento salvaje estuviera a su favor, extendiendo y moviendo sus musculosas piernas como si aquellos movimientos no fueran nada, terminando en pies en punta para darle más delicadeza a la coreografía. Los chicos lucían molestos, casi intimidantes, aunque YoonGi no podía evitar sonreír enternecido por la expresión enojada de JiMin.
Las chicas aparecieron de nuevo en el centro del escenario cuando los chicos se separaron hacia los lados, ellas debían ser el foco principal de la presentación grupal, luciendo como si estuvieran tratando de escapar de algo desesperadamente por la música fuerte y tensa que sonaba a la par de sus expresiones asustadas, y YoonGi se dio cuenta entonces de que había estado en el borde de su asiento, así que se recompuso y se recostó de nuevo.
—JiMin es muy bueno, parece un hada bailando —comentó TaeHyung, comparando algo que no podría tener sentido, pero YoonGi creía que había usado las palabras correctas.
El omega lucía etéreo bailando, delicado a más no poder como si fuera alguna especie de criatura mágica, así que quizás "hada" estaba perfectamente usado.
La coreografía terminó un par de segundos después, el grupo de JiMin regresó a escena para hacer un par de pasos más detrás de las chicas, luciendo molestos, persiguiéndolas en una secuencia de movimientos fuertes que las hacían tropezar y alzar sus brazos como si pidieran ayuda. Lentamente, la música fue acabando y una a una fue cayendo sin energía al suelo como marionetas con hilos cortados. El grupo de chicos levantó sus brazos, parados derechos y mirando al cielo, sus pies cruzados como los bailarines que eran, luciendo una pose que parecía ser de victoria.
YoonGi aplaudió de inmediato, emocionado por lo que había visto. TaeHyung lo acompañó, vociferando felicitaciones al grupo, pero más a JiMin mientras este recuperaba el aliento y le sonreía a ambos alfas. El omega lucía emocionado, mostrando su rostro habitual y encantador a diferencia de la expresión oscura que había cargado durante la presentación y YoonGi estuvo más seguro de que JiMin era realmente talentoso a la hora de mostrarse en el escenario.
—SeungCheol, necesito que pongas más atención a sus pies, no estaban en punta —TaeMin señaló al alfa, este asintió sin aliento—. Sana, lo hiciste hermosamente, pero vi tus manos torcidas cuando caíste en la segunda mitad, arregla eso —la omega asintió, recibiendo las correcciones con una expresión seria—. ChaeSoo, necesito que prestes atención a tu expresión, no parecías lo suficientemente asustada —la alfa asintió con la cabeza—. Los demás, perfecto. Descansen.
Todos suspiraron contentos y se retiraron a un lado del escenario para buscar sus termos de agua.
—JiMin, iremos con tu solo primero, prepárate —decía mientras le entregaba un pedazo de tela blanca.
El omega asintió y miró nerviosamente al alfa que estaba sentado en las gradas, este observaba el escenario como si estuviera esperando que el rubio regresara a los asientos y Park no pudo evitar reír cuando pensó en que el otro había olvidado que tendría un solo.
El profesor Lee se acercó a KyungSoo para que este comenzara la música y JiMin sonrió cuando notó la manera en la que los ojos de YoonGi se abrían en sorpresa, dándose cuenta de que iba a bailar él nada más. TaeHyung a su lado aplaudió contento, emocionado por ver la presentación y el omega se colocó en posición, colocando la tela blanca sobre su hombro, su expresión tornándose delicada y hasta coqueta mientras la pieza comenzaba.
Él había practicado su solo desde que comenzaron las actividades del club, el profesor encontró talento en el omega y decidió que sería parte de uno de los tres alumnos que presentarían sus propios solos en el evento de verano. La temática de su baile iba a ser la magia, así que sus pasos para comenzar eran cortos y delicados, moviendo sus caderas mientras miraba hacia el frente, mirando los asientos bajo sus pestañas.
—Whoa... —soltaron TaeHyung y YoonGi al mismo tiempo, justo en el instante que la música pasó de ser un simple piano a tomar fuerza, JiMin alzando la tela para moverla sobre su cabeza, arqueando su espalda con elegancia y suavidad, pero con la intensidad que le pedía la pista musical.
La tela blanca estaba siendo usada como si fueran un par de alas, brindándole al omega un extra en cuanto a la imagen etérea que tanto Tae como YoonGi habían estado de acuerdo que tenía. Sus pies eran ligeros, saltando por el escenario como si pesara lo mismo que una pluma mientras hacía girar la tela alrededor de él, su expresión imperturbable, ojos tranquilos y mirada seria, pero hermosa.
YoonGi jadeó con sorpresa cuando el omega hizo tres saltos seguidos, girando por el escenario al mismo tiempo que mantenía sus brazos firmes para sostener la tela antes de agacharse en el suelo y continuar con la coreografía. El alfa no había podido verlo bailar en primera persona, la única vez vaya que había sido un desastre, pero ahora se sentía infinitamente dichoso por poder disfrutar de una coreografía que lucía tan hermosa, aún si el omega sólo estuviera vistiendo su sudadera negra y un par de shorts de jean, sus pies descalzos y su expresión seria mientras hacía movía su cuerpo velozmente de un amanera casi profesional.
JiMin volvió a tomar la tela, arrodillándose en el suelo y haciendo un giro en este con ayuda de sus rodillas, todo mientras mantenía la tela moviéndose con suavidad. Se levantó, continuando con los pasos, hizo un giro y luego se preparó para un movimiento más fuerte.
—¡Whoa! —YoonGi no pudo evitar volver al filo de su asiento, exclamando con sorpresa en el momento que el omega hizo una voltereta que no pareció desestabilizarlo en absoluto, ya que cayó como si no fuera nada, ni siquiera lucía cansado—. Mierda, creo que se me va a salir el corazón... —puso una mano sobre su pecho, recibiendo una risa de parte de TaeHyung.
—De verdad, JiMin es increíble —apoyó el alfa de cabellos grises, sonriendo emocionado—. Si no te has enamorado más, pues yo lo hice —comentó bromista, recibiendo un pequeño golpe en su hombro de parte de YoonGi.
La melodía llegó a su tramo final, JiMin se arrodilló de nuevo para cubrirse con la tela, pero su pie evitó que pudiera completar un movimiento al atraparla contra el suelo, así que estuvo a punto de caer. Sin embargo, continuó como si nada hubiera pasado, un pequeño chasquido en sus labios por el pequeño error. Se levantó, hizo un giro y separó sus piernas antes de lanzar la tela hacia arriba, bajando su cabeza mientras la observaba caer.
De inmediato, los aplausos se hicieron oír y él sonrió contento, el profesor Lee no demoró en detallar el pequeño error con la tela y le aconsejó tener más cuidado, pero lo había hecho perfecto aparte de eso. El rubio bajó del escenario después de que se le mandara a descansar y se acercó a los asientos en donde se encontraban ambos alfas, esperando entre jadeos que ambos dijeran su opinión.
—¡JiMin, eso...!
—¡Eso fue increíble! —TaeHyung se adelantó a las palabras de YoonGi, quien apretó sus labios juntos por haber sido callado. Aun así, el alfas menor no lo había notado, demasiado concentrado en cederle el puesto a JiMin mientras lo felicitaba—. Eres fantástico, no sabíamos que ibas a tener un solo, simplemente nos dejaste con la boca abierta, ¿verdad Hyung? —se sentó, mirando a YoonGi.
JiMin se sentó en el puesto que TaeHyung dejó libre, riéndose de la expresión fastidiada del alfa pelinegro.
—Sí, Tae —le dijo, antes de mirar a JiMin—. Tus pasos fueron hermosos, por un segundo pensé que te ibas a caer cuando hiciste la voltereta, pero a parte de eso lo disfruté mucho. ¿Te han dicho lo talentoso que eres? —el omega se rió apenado, sintiendo sus mejillas rojas no sólo por el esfuerzo, sino por la manera en la que YoonGi estaba reclinado sobre su asiento, robándole un poco de espacio mientras volvía a tomar su mano.
—Bueno, el profesor Lee me dio el solo por una razón. No creí que pudiera hacerlo bien, pero de verdad me alegra que les haya gustado —sonreía contento, mirando a ambos como podía—. Ahora nos queda ver qué harás para la obra —señaló a Tae, este sonrió orgulloso.
—Oh, les encantará —aseguró, palpando el libreto que descansaba sobre su regazo.
Los tres observaron a los otros dos solos del club de danza desarrollarse; el segundo era de Sana, una omega de cuarto año, y su temática era una sexy, dando pasos delicados, pero resaltando sus curvas bajo una canción sensual. El tercero era de un alfa de segundo año, JaeWoon, su temática era más agresiva, resaltando el poder de un alfa como él mientras hacía volteretas y se movía al ritmo de la música pesada y fuerte.
Finalmente, el club de teatro iba a usar el escenario y las luces dentro del salón bajaron un poco su intensidad para comenzar a probar lo que serían el día del evento. YoonGi no iba a negar que se contentó un poco por poder tener un poco de privacidad con JiMin en el momento que TaeHyung se levantó de su puesto para ir con su grupo, pero aunque la culpa estaba ahí, no se arrepentía tampoco de sorprender al omega con un pequeño beso en la mejilla bajo la parcial oscuridad del recinto.
—¿H-Hyung? —lo miró con sus mejillas rojas, su atención completa en el alfa por la pequeña sorpresa de haber sido besado. Él había estado mirando el escenario con curiosidad, pero YoonGi parecía haberse puesto mimoso de un momento a otro.
—Lo siento, quería hacerlo desde que bajaste del escenario, pero TaeHyung me interrumpía —chasqueó la lengua, quejándose por lo bajo mientras JiMin reía avergonzado.
—Bueno, lo aprecio, ¿debería darle uno de vuelta? —movió un poco sus hombros, luciendo coqueto, y YoonGi sintió su lobo mover su cola, emocionado por ello.
—Sí, por favor —pidió, seguramente sintiéndose desesperado.
JiMin se inclinó hacia delante, besando con cariño y lentitud la mejilla del alfa. YoonGi sintió su lobo aullar, moviendo su cola emocionado mientras disfrutaba del suave contacto.
Ambos se miraron luego, riéndose como los dos tontos enamorados que eran. Si le hubiesen dicho a YoonGi que el hermoso omega que había visto caminar aquel día en la cafetería ahora estaría mirándolo como si fuera el alfa más guapo de todos, él no se lo creería y acusaría a la persona que se lo dijera de ser cruel con él al ilusionarlo con algo que jamás iba a pasar. Sin embargo, ahí estaba él, tentado a besar los labios del otro a pesar de que pudieran verlos y castigarlos, pero su lobo se encontraba necesitado de ello, aunque suponía que eran los residuos del celo del omega que lo tenían tan tonto.
—Oh, ¿cómo pasaste tu celo? —preguntó de repente al recordarlo, curioso por saber si los síntomas no habían sido muy molestos.
Entonces, YoonGi recibió una mueca sorprendida y sonrojada de parte del rubio. Aquella pregunta no había sonado del todo bien y él no lo había notado sino hasta después de que se dio cuenta de que JiMin se puso aún más tímido, luciendo apenado no sólo por el cuestionamiento, sino por el aparente recuerdo del fin de semana.
—B-Bueno, no tienes que contestar si no quieres —se adelantó—. Quizás fue un poco fuera de lugar preguntar, lo siento...
—No, no —negó, inclinándose un poco más hacia el alfa—. No pasa nada si pregunta, u-usted sólo quiere saber —habló con nervios, desviando la mirada hacia sus manos juntas, dudando un poco sobre lo que diría a continuación—. Me gusta que se preocupe, de hecho... —apretó un poco sus labios, formando un pequeño mohín mientras jugaba nerviosamente con los dedos de YoonGi—. Uh... lo pasé bien... Su sudadera me ayudó, tuve que encerrarme para que mi papá no supiera que lo estaba usando como pijama, pero...
—A-Ah... —JiMin miró a YoonGi en el instante que este soltó el pequeño ruido, encontrándose con el rostro rojo del alfa—. ¿P-Pijama?
JiMin volvió a sentirse avergonzado y tomó la capucha la sudadera, cubriendo su rostro mientras asentía. YoonGi de inmediato se inclinó hacia el otro lado del asiento para que el rubio no viera su cara, apoyando su codo sobre el apoyabrazos contrario al de JiMin mientras cubría su cara con su mano libre, sintiéndose demasiado avergonzado ahora.
Honestamente, no esperaba que el omega usara su sudadera como pijama, la imagen era demasiado para él y para su lobo, quien gruñía y aullaba orgulloso y necesitado, cargando su cabeza de aún más imágenes que no hacían más que alterar su pobre corazón. Él habría estado bien con que el omega abrazara la prenda mientras dormía, incluso ponerla en su nido, pero usarla durante su etapa de calor era algo más, algo que lo hizo sentir que alguien había apagado el aire acondicionado. Es decir, la imagen de un JiMin olfateando su sudadera mientras lubricaba y se acurrucaba en su nido, era demasiado para él.
—S-Seguro te veías lindo usándola... —dijo sin saber bien la razón, ni siquiera había logrado girarse para mirar al omega a su lado. Quizás su lobo fue quien lo hizo hablar, no lo sabía.
El silencio se prolongó un segundo y YoonGi se arrepintió un poco de lo que había dicho, pero repentinamente, JiMin habló.
—Puedo... enseñarle una foto... si quiere... —mencionó el omega con una voz pequeña, buscando tímidamente la mirada del alfa desde su escondite.
YoonGi quería gritar.
Ese omega definitivamente era su perdición, pero, ¿qué más daba? La luna lo había mandado a él por una razón y Min estaba dispuesto a rezarle todas las noches como agradecimiento si eso significaba poder ver todos los días los ojos brillosos y mejillas rojas del hermoso rubio de quien estaba enamorado.
¿Estaría mal besarlo con ahínco ahí? Suponía que sí, pero le dio igual un segundo, regresando su atención al omega para tomar su mejilla y besar la contraria como si quisiera comérselo entero.
—Me encantaría —fue su respuesta, sonriendo suave mientras miraba al contrario profundamente, con un sonrojo que llenaba tanto su cara como su cuello.
Lamentablemente, YoonGi fue llamado al escenario para ayudar con las cuestiones tras bambalinas, pero al menos pudo mimar a JiMin un poco antes de alejarse de él.
Su lobo necesitaba calmarse, de no ser así, seguramente se lanzaría encima de JiMin la próxima vez que tuviera la oportunidad y eso definitivamente no sería lindo... al menos no para los estándares de ChanYeol.
Adolescentes hormonales, al fin y al cabo.
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