Capítulo 6
Editado: 05/ 04/ 2021
Sospechas.
El mensaje había sido entregado el día anterior y la respuesta volvió en un segundo, la nueva posición que se había tomado en los alrededores de Iwagakure fue aprobada por los altos mandos, y aparte de eso el grupo había brindado nueva información que ahora causaba una inquietante discusión en la sala de juntas de Konoha y Suna.
—Te dije Gaara, que no era buena idea volver... —suspira elevando la mirada al grupo en la oficina — ¿Y ahora qué?
—Pues el plan debe ser, Kankuro —se interpone con dureza el Mitsukage —si hay un traidor entre ustedes, Gaara es quien finalmente estará en problemas.
—Ahora mismo toda la villa está bajo los ojos del enemigo —afirma la Tsuchikage.
— ¡Debemos actuar! —golpea la mesa el Raikage — ¡Iremos cuanto antes a ayudarlos, vamos a golpear a los ancianos necesarios para no iniciar una nueva guerra!
—No, no, no, —se interpone el Hokage pidiendo calma a sus compañeros —por favor, piensen un poco la situación, cada una de nuestras villas se maneja distinto, la aldea de Suna es la más estricta, —observa la pantalla en busca de la aprobación del Kazekage y su mano derecha —los ancianos son intocables, la gente se alzaría con ellos.
—Naruto tiene razón, —expresa Lee entre un asentimiento —las cosas en Suna se manejan muy distinto, si algo pasa a algún anciano... todo el pueblo podría levantarse, somos muy...
— "Conservadores" —apoya Kankuro con un asentimiento —o mejor dicho aburridos, seguimos al pie de la letra las reglas impuestas desde el inicio, y en ellas se aseguraron de tener en un altar de oro a los "sabios" ancianos de la villa... —rasca su sien —eso servía bien cuando los ancianos no eran tan... cerrados a nuevos proyectos, pero recientemente no paran de decir "No" a cada cosa que proponemos.
—Es imposible tocarlos —anuncia el pelirrojo —pero claramente haré algo al respecto, —asegura pensativo — ¿Lo van a dejar en mis manos o debo contarles el plan?
—Agradecemos la información de tus chicos, —informa el Raikage —pero aun así necesitamos la información sobre tu idea de avance, es peligroso que procedas solo y sin nuestra vista sobre tus movimientos ya que... si el día de mañana una noticia falsa azota nuestros oídos no sabremos si es verdad o no, si nos dices tú plan, claramente tendremos en claro que algo esta ocurriendo y nos podremos en marcha enseguida, vamos a alistarnos para la siguiente guerra y para ayudarte en lo que podamos.
—No sería un lindo anuncio, pero efectivamente... —suspira la Tsuchikage —necesitamos saber que ocurre.
Asintiendo, el hombre contaba su plan mientras su pareja y hermano salían de la habitación haciendo guardia en la puerta para evitar el problema de un posible espía que informara a los ancianos.
Con el turno cambiado, esta vez era Boruto quien mantenía los ojos fijos en el camino fijado mientras Metal entrenaba con diligencia tratando de mejorar su estado físico entre golpes y patadas al aire, el menor volvía a una pose firme y comenzaba a golpear algunas rocas limitando su fuerza para no llamar tanto la atención.
—Estas misiones siempre me han parecido aburridas amigo... —expresa entre un bostezo —es totalmente aburrido mirar un punto fijo durante horas y días enteros... en especial aquí, —golpea una roca con sus nudillos —que no ha pasado ni una ardilla por quien sabe cuánto tiempo.
—La verdad no creo que las ardillas paseen por las rocas Boruto.
—Solo es una expresión Metal, —exhala un suspiro para después sonreír — ¿No quieres ir a dar una vuelta? —gira levemente la mirada —yo puedo cubrir el puesto sin problemas, solo mantén tú audífono encendido en todo momento y estaremos bien.
Con una amplia sonrisa el chico deja su entrenamiento para volver la mirada a su amigo, pero antes de si quiera poder agradecer a su amigo, ambos se ponían alerta al escuchar la alarma del perímetro sonar; dándose una mirada rápida tomaron sus armas poniéndose en posición espalda con espalda en espera de cualquier ataque. El azabache traga grueso entre su preocupación, pero sin dudarlo informa a los otros grupos sobre la activación de la alarma y pide un momento para confirmar el objetivo; entre unas señas de manos los chicos dan un asentimiento entre si para comenzar a avanzar uno a la derecha y otro a la izquierda dejando sus cosas en el medio para utilizarlo como carnada, cada uno se mantiene con el chakra oculto y las armas en alto.
—No veo a nadie —susurra el rubio en el micrófono.
—Pudo haber sido un animal... pero mejor esperemos un poco —se oculta tras unos arbustos —puede ser una trampa, mantén la guardia Boruto.
—Bien.
Manteniéndose en sus posiciones, ambos chicos analizaban toda el área desde sus puntos en busca de cualquier movimiento extraño; el azabache vuelve la mirada y entrecerrando los ojos con duda analiza el rostro de la persona, tragando grueso abre la comunicación con todos sus compañeros dando una última mirada para asegurarse.
—Es poco confiable, pero parecer ser... Yoshio —expresa desconfiado.
— ¿Tu tío? —cuestiona el rubio.
— ¿Poco confiable? —cuestiona la azabache.
—Ese maldito cerdo traicionero... —musita entre dientes la rubia.
—Como dijo Metal, no es para nada confiable... no creo que sea buena idea hacerle frente.
—Pero es de Iwa —añade Mitsuki —cabe la posibilidad de que este enterado del tema, quizá tenga información que nos sea útil.
— ¡No es confiable! ¡Seriamente no te acerques a ese maldito!
Ante tal fuerte grito de su hermana, Metal y todos terminaron completamente impresionado, pero haciendo oídos sordos, el menor tomo su arma y siguiendo las palabras de Mitsuki bajo de su escondite en un brinco manteniendo su arma directa a aquel hombre, Yoshio se detuvo en seco al ver la firmeza en los ojos de aquel chico; el kunai estaba directo al cuello de Yoshio que tragaba grueso apenas dejando formar una sonrisa temblorosa.
—Metal... —eleva las manos en son de paz —que bueno verte de nuevo, —ríe más animado — ¿Estás en una misión? ¿Es por la salida de la preciosa Tsuchikage?
Ante esas palabras y la sonrisa más tranquila y confiada, el joven ni siquiera se inmutó manteniendo el arma directa al cuello de su familiar; Yoshio sonreía comprendiendo la situación, y tomando un breve respiro tomaba la mano de su sobrino para acercar y presionar el arma punzocortante contra su cuello.
— ¿Qué pasa sobrino? —muestra confianza — ¿No has superado lo de tu padre, las cosas que robe o...? ¿Quizá el hecho de que intente seducir a tu hermana?
Con el enfado deformando su rostro, Metal utilizo su antebrazo para empujar por el cuello al hombre y enseguida dio una patada directa a su estomago que lo hizo retroceder sin aire hasta chocar contra el tronco de un árbol; entre un acercar sigiloso Boruto veía el espectáculo admirando desde las ramas de un árbol cercano, era sorprendente, aún ante la fuerza del golpe aquel hombre solo reía encogiéndose sobre si mismo lleno de dolor, Metal no dudaba y aun con aquella sonrisa socarrona en la cara del tipo hacia presión con su Kunai en el cuello ajeno.
— ¿Qué pasa? —ríe levemente — ¿Tan feliz estas de verme?
—Mi padre te odia, y todos nosotros te odiamos... —aprieta los dientes con furia —maldigo el día en que te conocimos, pero no pienso manchar mis manos con tu asquerosa sangre...
Exhalando un suspiro el adolescente retrocedía unos pasos guardando sus armas mientras mantenía la mirada sobre aquel hombre que entre su sonrisa limpia sus ropajes sucios mirándolo de reojo.
—Estoy en una misión, al parecer un grupo de ladrones que ha saqueado diversas aldeas esta en dirección a Iwagakure, la Tsuchikage me contrató junto a otro compañero para detenerlos antes de entrar.
— ¿Por qué contratar a alguien de otra villa? —cuestiona con una amplia sonrisa.
—No lo sé y no importa, —contesta con indiferencia —me pagan por hacer este trabajo, además, ellos están ocupados con esas misiones por los ataques del alrededor, puede que sus ninjas de alto rango estén en ello... deberías saberlo —da un paso al frente con firmeza —es tú villa.
—Muy bien, —ríe frotando su nariz — ¿Cómo... —lo mira de reojo —está el chico del Kazekage?
— ¿Hablas de mi padre, tú hermano? —cuestiona sin poner real interés volviendo la vista al fondo del cañón.
—Bueno, si... también me interesa un poco, pero más bien... —avanza unos pasos —el chico, su hijo...
— ¿Shinki? —musita sorprendido — ¿¡Con qué derecho!? —furioso se gira hasta tomar por el cuello de la camisa.
— ¡Ey Metal!
De un rápido salto Boruto llega detrás de su compañero y pasando los brazos bajo los de su amigo lo hace retroceder para después inmovilizarlo sujetando sus brazos tras su espalda.
—No me importa que haya pasado entre ustedes, pero debemos seguir con la misión.
Entre su molestia Metal se soltaba dirigiendo una dura mirada a su compañero y luego dirigiendo todo su odio hacia aquel hombre que entre su diversión seguía acomodando sus ropajes.
—Tenia que hacerlo, ella era muy bella —explica sin culpa.
— ¡Muérete maldito! ¡Era aún una niña! ¡Aléjate de mí y de mi familia! —gruñe enfadado — ¡Y dime de una buena vez que demonios haces aquí!
—Bueno... —sonriente se encoge de hombros —iba de salida de la villa cuando escuché el golpe incesante sobre una roca, me apresure a venir para ver si tal vez... pasa muy seguido, hay rocas que caen y crean un desastre en los caminos, pero al verlos aquí puedo suponerme —dirige la mirada a su sobrino —que estabas entrenando, y... —inclina la cabeza de lado —por lo que veo ya has quitado, o destruido por completo tu roca de entrenamiento.
—Pero es extraño, ¿Sabes? —tomando su Kunai da un paso adelante —estamos en una salida poco transitada y difícil de cruzar... ¿Por qué razón alguien vendría para verificar si una roca cae cuando nadie sale por este lado?
— ¡Genial! —sonríe entusiasmado —amárralo y cubre sus oídos Boruto.
— ¿¡Qué!? —cuestiona sorprendido el mayor.
— ¡A la orden jefe! —asiente animado.
Con rapidez y habilidad Boruto sometía al hombre amordazándolo, cubriendo sus ojos y finalmente amarrándolo de pies y manos; Metal solo sonreía complacido con el disgusto de su tío y tranquilamente encendía su micrófono para anunciar a sus compañeros sobre lo ocurrido.
—Bien, fue un error hacerle frente —anuncia con tranquilidad —pero tenemos al sospechoso...
— ¡Ahora ese maldito intenta atacar a toda la alianza! —se queda la rubia.
— ¿Podrías calmarte y dejar a Metal explicar? —cuestiona su hermano —te lo pido de favor Yodo.
Ante el bufido de la joven Metal avanzo hacia su amigo tocando su hombro para enseguida ponerse en marcha subiendo a la copa de unos arboles junto a él, ambos recorrieron el lugar con la mirada para cerciorarse de no estar comprometidos por atacantes. Con el lugar asegurado ambos vuelven al lado del hombre atado.
—Según dice, iba de salida de la villa.
—Eso es un mal chiste —se burla su rubio compañero —este definitivamente no es el mejor lugar para salir.
—Exacto, y... al parecer solo vino para asegurarse de que una piedra no obstruyera el camino debajo de nuestro punto.
—Muy bien, —habla con calma la azabache —pensemos con la cabeza fría, simplemente no es correcto mezclar asuntos personales con las misiones... —suspira casi pidiendo perdón —lo que ha dicho es una excusa completamente estúpida, ¿Quién en su sano juicio, teniendo permiso de abandonar la aldea por la salida sencilla, elegiría ir por un camino rocoso lleno de derrumbes? que son de hecho muy normales en esta zona.
—Ella tiene razón —asiente el rubio —Entonces... ¿Cómo vamos a proceder con este tema?
—Lo más sencillo y práctico es cuestionar a la Tsuchikage sobre su habitante —menciona Mitsuki —ya vera ella si mandar a su gente para que lo apresen o, si debemos soltarlo aun con el riesgo y desconfianza.
Aunque dudosos y no muy convencidos con la idea, el par de chicos dirigía la mirada a su prisionero para enseguida asentir volviendo a su lugar de vigilancia mientras esperaban a que su compañera azabache terminara de contar el problema a la líder de Iwa.
— ¡Ay no puede ser! —expresaba totalmente enfadada — ¡Ese imbécil no es un enemigo, simplemente es un perro caliente incapaz de controlar su pe...!
— ¡Kurotsuchi! ¡Aun son unos niños! —reprende el Mitsukage.
— ¡Ellos saben lo que es un pene impaciente porque son un grupo de adolescentes! —sigue con firmeza a su palabra.
—Dios... —suspira Darui.
Por la línea se podía escuchar la leve risa de Naruto y Gaara siendo seguida por la risa del mismo grupo de chicos; entre un bufido lleno de agotamiento Kutosuchi solo cede entre su tranquilizar y vuelve su mente sobre la misión.
—Ese idiota no es un traidor, hasta donde sé... —expone molesta —solo es incapaz de mantenerse sin sexo por media semana, ¡Le he prohibido salir de la villa! Es por eso que parece haber decidido salir por otra parte... pero ciertamente, en estas circunstancias no podemos dejar a nadie sin vigilancia, así que enviaré un par de Ninjas de confianza para recogerlo... solo no le dejen saber nada de la misión, ni lo suelten hasta que mis ninjas lleguen por él.
—Entendemos —declara el azabache —será... divertido —apagando el comunicador se gira hacia su tío —Muy bien, órdenes son órdenes Boruto... —sonriente se levanta —yo le bajaré los pantalones mientras tú le cortas el...
Boruto cubre su boca tratando de no explotar en risas y seguir con el juego mental de su amigo, pero ni siquiera es necesario el intento de fingir porque aquel hombre se aleja con prisa arrastrándose como gusano por el suelo tratando de huir.
—Deja de atormentarlo —ríe más abiertamente.
Con paso tranquilo y una leve sonrisa, Metal avanza comenzando a quitar los amarres y la mordaza, el hombre se mantiene mirándolos con total pánico en el cuerpo, pero simplemente termina agachando la mirada a punto de llorar.
—Oye... solo dile que no volveré a embarazar a nadie, pero... —sube la mirada cristalina —es que ya no soporto estar aquí ¡Soy un hombre de mundo! ¡Me gusta viajar! ¡No puedo seguir ahí encerrado!
—Eres un simple idiota, —menciona con firmeza —ella decidirá que hacer si vuelves a traer a otro niño a la villa, a mi no me importa en lo más mínimo la escoria que seas.
Una vez libre, el hombre se levanta entre un suspiro frotando sus muñecas con algo de dolor mientras observa de reojo al chico delante suyo.
—Estaba ebrio esa noche... —confiesa.
Entre una leve risa continúa enredando la soga mientras mira de reojo al hombre que le habla con arrepentimiento.
— ¿Y quieres que eso te libre de la idiotez que hiciste? Yodo tenia apenas trece años... era una niña —sube la mirada enfrentándolo —atacaste a una niña, y eso no tiene perdón —dictamina con enfado.
—Yo... lo sé, —expresa arrepentido —pero... —poniéndose de rodillas pega la frente al suelo —sinceramente lo lamento, ¡Y sé que debería de disculparme con ella! Pero... —exhala un suspiro —no creo que desee verme ni en pintura... yo no querría verme ni en pintura, — avergonzado baja la mirada por sus acciones —soy un idiota cuando bebo, y cuando no, pero sé muy bien que hice mal... y realmente lo siento, a final de cuentas son los hijos de mi hermano, y aunque nuestro vínculo no sea el mejor... no quiero que me guarde rencor de tal forma.
—Pues, deberías buscar perdón en otra parte, yo no puedo perdonarte, dudo mucho que Yodo lo haga... y mis padres no te quieren cerca, —desvía la mirada —lo mejor sería que te fueras cuanto antes de nuestra vista, sin vernos de nuevo... romper nuestro vínculo por completo, no te necesitamos, y no tienes por qué necesitarnos.
Boruto permanecía en silencio admirando con atención la escena que se desarrollaba delante de sus ojos, aquel chico que normalmente era dulce y tranquilo ahora dirigía palabras bruscas y frías hacia un hombre que de rodillas delante suyo buscaba perdón por todo lo posible.
—Sera mejor que se vaya —avanza el rubio.
Aunque dudoso, aquel hombre se levanta del suelo observando entre el tragar de saliva la espalda de aquel joven, una espalda fuerte y erguida en confianza con sus ideas.
—Antes de que me marché... sé que no estás aquí por unos simples ladrones, tengo más de diez hijos de todas las edades, tamaños y caracteres... muchos de ellos me informan de los pasos en la villa, y de la reciente invitación a una guerra...
Con un suave suspiro el joven se mantiene dándole la espalda, pero atento a sus palabras mientras aquel hombre da un asentimiento sabiendo que está bien seguir hablando.
—Hay un problema nuevo con las villas, lo comprendo, pero no es tan simple como se pinta... he escuchado sobre los ataques en la costa, pequeños pueblos devastados con la mínima cantidad de gente sobreviviendo... —baja la mirada con seriedad —una guerra no es sencilla, ya hemos vivido una...y aunque yo no luche en ella pude verla de cerca igual que muchos otros guerreros y civiles, yo solo... espero que se cuiden tus hermanos y tú, también tus padres... pero... eso no es mi mayor preocupación o como le quieras llamar... —muerde su labio interior —escuché sobre los ataques, es claro que es alguien de Suna, con una nube de arena negra. Yo solo... conozco a una persona que posee tal poder, y es tú hermano mayor.
— ¿A qué quieres llegar? —cuestiona con enfado.
—Tú y ese niño eran cercanos, debe ser un problema ir a capturarlo para... entregarlo a desconocidos... simplemente... no lo sé —frota su nuca —se fuerte chico, y ten en cuenta que si cualquier cosa sale mal entre las villas teniendo a tu hermano de por medio... yo conozco muchos lugares, puedo ayudarles a esconderse de todo el lío, sin pedir nada a cambio.
—Pues se lo agradezco... pero no creo que lo necesitemos.
Ante aquellas palabras el hombre solo da un asentimiento lleno de comprensión, y en silencio se aleja sin despedirse, es entonces cuando Boruto se acerca al lugar de vigilancia dónde Metal mantiene la mirada y suavemente toca su hombro entre un suspiro.
— ¿Estas bien?
—Si, solo... —le dedica una sonrisa —de verdad estamos distanciados de él.
—Ya pronto anochecerá, será mejor que comience a poner la tienda, ¿Me sigues cubriendo con la vigilancia?
—Si claro, —sonríe levemente —luego voy por la leña y todo para hacer la cena.
—No lo pienso discutir —se aleja entre una risa tranquila —cocinas muy bien como para negarme.
Entre una leve risa se queda observando como su compañero se aleja, y poco a poco aquella sonrisa comienza a desvanecerse con pesar.
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