Capítulo 9
Hakyeon y Hongbin durmieron durante un muy largo rato, un par de miembros de la manada Park, de los más jóvenes, se asomaron al cuarto con curiosidad pero ellos ni siquiera se dieron cuenta.
Hongbin fue el primero en despertar, descubrió que Hakyeon se había volteado para abrazarlo contra su pecho, tal como hacía en aquellas noches lejanas cuando ambos eran unos chiquillos y hacían alguna pijamada en casa del mayor. Hongbin respiró profundo el seguro aroma de su alfa líder, más aún, de su mejor amigo.
Solo algunos instantes después Hakyeon también despertó, por algunos momentos todo su cuerpo se tensó mientras la memoria volvía a su consciente, supuso que pasaría algo de tiempo antes de que pudiera despertar con normalidad. Poco a poco fue recuperando el control de sí mismo, aún así no soltó del todo a Hongbin.
—¿Cómo estás, Binnie?
—Ah, hyung. Yo estoy bien, ¿tú cómo estás? ¿Cómo están tus heridas? —preguntó preocupado.
—Estoy bien, ya no me duelen... tanto —añadió, viendo la mirada de incredulidad en el menor—. Además, parece que la fiebre remitió, así que pronto estaré como nuevo.
Hongbin suspiró, aún algo preocupado. Tocaron entonces a la puerta de manera suave, aunque el menor brincó un poco por la sorpresa, Hakyeon sonrió un poco y lo abrazó algo más fuerte para consolarlo mientras indicaba que podían entrar. Ya había presentido el olor del omega que lo había sanado, en efecto él entró a la habitación.
—Hola, venía a ver cómo seguías, ¿cómo te sientes?
—Estoy mucho mejor, gracias.
Hongbin salió de la cama entonces y se estiró para desperezarse, había intentado contenerse pero...
—Perdón, ¿puedo pasar a su baño?
—Claro, es el que está al final del pasillo. Mientras comenzaré a revisar sus heridas.
Hongbin asintió y salió con paso rápido por el pasillo indicado, Hakyeon soltó una ligera sonrisa mientras Ryeowook se acercaba.
—Al menos tienes un mejor aspecto ahora. Voy a revisar tus heridas.
Hakyeon asintió y se acomodó, recargando el brazo derecho detrás de su cabeza para poder darle todo el espacio que pudiera necesitar. Ryeowook se inclinó para apartar con cuidado las vendas sobre su torso, cuando quitó el emplaste que había hecho con distintas hierbas analgésicas y desinfectantes Hakyeon hizo un ligero sonido de dolor, aunque fácilmente podría calificarlo de molestia, más luego del dolor que había pasado antes.
Ryeowook parecía bastante concentrado mientras limpiaba las heridas y colocaba un nuevo emplasto.
—En efecto estás mucho mejor, parece que la infección está remitiendo y no alcanzó a filtrarse en la sangre.
—Todo gracias a ti, me has salvado —dijo Hakyeon con formalidad.
Ryeowook se sonrojó bastante y mantuvo la mirada en lo que estaba haciendo para evitar mirar al alfa.
—No, no es, bueno yo solo... me alegra haberte ayudado —dijo al final, con una sonrisa a pesar de su sonrojo.
—Por cierto, ¿dónde está tu pareja? ¿No le molesta que estés solo en una habitación con otro alfa?
—No, él confía en mí. Y en caso de que las cosas se salieran de control, con solo un sonido de mi parte todos los demás estarían aquí.
Hakyeon sonrió ante aquello.
—Además, eres un alfa moribundo, no hay mucho que pudieras hacer aunque quisieras —sonó de pronto la voz del otro alfa en la puerta.
—¡Yesung! —exclamó Ryeowook indignado, sin embargo Hakyeon sonrió de medio lado.
—Está bien, en realidad tiene razón.
Hakyeon intentó levantarse mientras el otro alfa entraba a la habitación cargado con una bandeja con algunas tazas humeantes. Detrás de él volvió a entrar Hongbin, quien al verlo se apresuró a ayudarlo para que lograra sentarse, recargado en la cabecera de la cama.
—¿Estás bien? ¿No sería mejor que te quedaras acostado?
—No te preocupes, estoy mejor —a pesar de sus palabras, aquel simple esfuerzo por enderezarse lo había dejado con la respiración agitada y algunas gotas de sudor en la piel.
Rye y Yesung esbozaron una ligera sonrisa, comprendiendo la obstinación de un alfa joven. Una vez que los otros estuvieron listos el mayor les tendió las tazas.
—Aquí, es una infusión que les ayudará tanto con la recuperación como con los nutrientes.
El té sabía bastante bien en realidad, endulzado con miel y algunas gotas de limón, era bastante agradable y tenía la temperatura perfecta para calentar su interior conforme lo tomaban. Ambos soltaron una sonido de satisfacción luego del primer trago.
Mientras bebían, algunos otros lobos entraron a la sala, incluido Leeteuk así como los dos alfas que habían puesto nervioso a Hongbin al inicio, también entraron Donghae y su pareja.
—Hola, buenos días. ¿Cómo han seguido? ¿Pudieron descansar?
—Sí, muchas gracias —contestó Hakyeon con formalidad.
—¿Podrían ahora contarnos qué fue lo que pasó?
Hakyeon suspiró, fue Hongbin quien asintió antes de comenzar a narrar todo lo que habían vivido aquellos últimos días, desde las escaramuzas hasta el ataque final, y el cómo fueron salvados por aquel omega de cabello claro, aunque omitió el detalle de su padre.
Se había sentado en la orilla de la cama, también recargado en la cabecera junto a Hakyeon así él pudo acariciar su brazo para confortarlo, sin soltar su taza con la otra mano hasta que la terminó. La historia fue relativamente corta, concisa a los detalles más importantes para no generar mayor tristeza en los dos protagonistas.
Una vez que terminó, el silenció fue algo pesado mientras cada uno de los presentes se quedaba envuelto en sus propios pensamientos y recuerdos. En medio de aquel silencio, Donghae y Ryeowook se acercaron a ellos, Donghae incluso puso una mano solidaria sobre el hombro de Hongbin.
—Comprendo, en verdad lamento lo que han pasado. ¿Qué es lo que quieren hacer ahora? —comentó Leeteuk, Hakyeon pudo percibir un cierto tono tenso en su pregunta.
—Bueno, no podemos regresar, es claro que hemos perdido ese territorio y no tenemos esperanza de recuperarlo solo entre nosotros dos. Supongo que podremos ser nómadas un tiempo... —por algunos momentos Hakyeon se quedó pensativo.
—También hay otra opción —comentó Leeteuk, en apariencia más tranquilo.
—¡Sí, podrían quedarse con nosotros! —comentó de pronto Ryeowook.
Ambos alfas líderes voltearon a verlo, algo sorprendidos por su reacción. Ante tal escrutinio Ryeowook se hizo un poco más pequeño y se escondió bajo el brazo de Yesung.
—Bueno, pensé que ibas a decir eso... —se excusó con una vocecita aguda.
Leeteuk sonrió con más ganas.
—La opción está abierta si es que así lo desean, pero creo que no es así. No, en realidad yo me refería a la opción de tomar otro territorio.
—¿Otro territorio? —Hongbin frunció el ceño.
No importaba cuánto lo necesitaran, él no se veía atacando a otro grupo para arrebatarles su hogar, o incluso sus vidas como habían hecho con ellos. Además, siendo solo dos...
—Desde que llegamos aquí, hay otro territorio más al norte, sobre las montañas, que ha estado siempre desocupado.
—¿Y por qué nadie lo ha reclamado? —cuestionó Hakyeon con algo de duda.
—No estamos seguros —intervino otro alfa, alto y de cabello negro—, aunque creemos que se trata justamente de nuestra cercanía. La manada Park lleva aquí afianzada desde hace varias generaciones, supongo que los nómadas temen que los ataquemos si se acercan demasiado.
Hongbin suspiró con cierta pesadez.
—Pero, si aquel omega sabía de ese territorio, ¿por qué no solo venir aquí, en lugar de atacar nuestra manada? —se lamentó.
De inmediato Hakyeon ya le había pasado el brazo por los hombros para hacerlo sentir mejor.
—Algunas manadas aún mantienen costumbres algo salvajes, quizá pensaron que tendrían más oportunidad contra su manda que contra la nuestra... —el alfa alto fue silenciado por el golpecito de Leeteuk.
—No seas insensible, Zhoumi. —le riñó con voz ligera antes de voltear a los otros—. Aunque su primera suposición parece ser correcta, lo cual es bueno.
Hakyeon asintió, tan pensativo como Leeteuk, pero Hongbin parecía algo confundido.
"Aunque solo seamos tú y yo, gracias a esa fama estaremos a salvo" explicó Hakyeon con suavidad en su mente.
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