Capítulo 6

Hongbin se dedicó a asar los dos conejos y la marmota que había logrado cazar. También había encontrado una pequeña fuente de agua, que trajo para poder limpiar un poco las heridas de su mayor.

Después de comer Hakyeon parecía tener un mejor aspecto, o al menos no tan malo a como lo encontró a un lado de la fogata cuando había regresado, así que decidieron seguir su camino.

Aún así pudo notar la tensión que creaba el cambio en su amigo, pero sabía que moverse como humano entre aquellos terrenos boscosos sería demasiado difícil. Además, la ciudad no quedaba demasiado lejos por lo que podían presentir, Hongbin pensó que, si lograban acercarse lo suficiente, podría entrar de contrabando a la ciudad y robar algunos implementos médicos que pudieran ayudar a su amigo. Aunque no confiaba demasiado en los humanos, quería desesperadamente ayudar a Hakyeon.

De nuevo el viaje fue algo lento, Hakyeon tenía algunos problemas para brincar obstáculos altos, y cuando tuvieron que pasar por el río, el agua al otro lado de su cuerpo salía con un tono rosáceo antes de difuminarse con el resto.

Siguieron avanzando hasta casi la media tarde, al llegar a una zona de arbustos algo tupida Hakyeon por fin se rindió y se dejó caer de lado en el suelo, jadeando con cierta fuerza. Pronto Hongbin ya estaba a su alrededor, se acostó también a su lado y lo empujó con el hocico.

"Lo siento Binnie, estoy cansado. Dame unos momentos y seguiremos."

"Espera aquí N hyung, te traeré algo de agua, ¿seguro que estás bien?"

Hakyeon solo soltó un quejidito lobuno pero ya no dijo más, así que Hongbin se levantó para ir a buscar el agua al mismo riachuelo que habían cruzado antes. Tomó su forma humana para poder arrancar algunas hojas e improvisar con ellas una especie de cuenco en el cual poder llevar el agua.

Una vez listo comenzó a caminar, dándose la mayor prisa que podía para no dejar a su hyung solo. Estaba a medio camino cuando el sonido de algo acercándose lo detuvo en seco.

Se quedó inmóvil mientras sus sentidos se acentuaban, algo grande y peludo se acercaba, su miedo se disparó al reconocer a otro lobo cerca.

"¡Hongbin! ¿Qué ocurre?" escuchó la voz de Hakyeon en su mente, pero no podía contestar, no podía reaccionar, estaba aterrorizado tanto por sí mismo como por su amigo herido.

Luego de algunos instantes de incertidumbre asomó entre los arbustos un lobo mediano de colores entre grises y negros. Hongbin no estaba del todo seguro de qué hacer, aunque no parecía haber malicia en aquel lobo, su aroma era más bien dulce...

No tuvo tiempo de analizar lo que eso significaba cuando Hakyeon apareció por el otro lado, arremetiendo directo contra el lobo recién aparecido.

A pesar del elemento sorpresa, el otro lobo no tuvo ninguna dificultad para arrojar lejos al alfa. Hongbin se quedó algo impresionado al notar que eran casi del mismo tamaño. Hakyeon cayó y lloriqueó a causa del dolor. De inmediato, aunque sin pensarlo bien, Hongbin se colocó entre ellos dos, levantó las manos hacia el lobo oscuro.

—Oye, basta, no sé quién seas pero esto no es necesario —habló, intentando sonar apaciguador y no aterrado como estaba.

"¡Hongbin, apártate!" ordenó Hakyeon en su mente.

—Hyung, no, espera un momento —había girado una de sus manos hacia él también, como para contenerlos a ambos—. Hay algo diferente, algo... Tú eres un omega, ¿no es así? Igual que yo, ¿por qué nos atacas?

El chico castaño parecía desesperado, mientras el alfa detrás de él aún luchaba por incorporarse a pesar de la sangre que caía de su costado. El otro lobo se tomó algunos minutos para analizar todo lo que ocurría, con movimientos lentos para no alterar más a los jóvenes, tomó su forma humana para poder comunicarse con ellos.

Por algunos momentos Hongbin se quedó impresionado y temió haberse equivocado, aquel hombre era más alto que ellos y bastante musculoso, podría creer sin dudar que se trataba de otro alfa, si no fuera por su olor dulce y su mirada tranquila.

—Lo siento, pensé que estabas solo, y al ver llegar a este alfa, pensé que quería atacarnos, que quería aprovecharse de ti.

—Te equivocas, él es mi alfa líder.

De pronto el hombre soltó una carcajada, lo cual descolocó algo al más joven.

—Y de seguro creyó que yo te estaba atacando, claro. Chico, ni siquiera estás en condiciones de moverte, y aún te lanzas al ataque de esa forma, ¿estás loco?

Hakyeon gruñó, seguía intentando ponerse de pie sin mucho éxito.

—Tranquilo, no quiero hacerles daño ¿ves? —Levantó ambas manos—. Mi nombre es KangIn, pertenezco a la manada Park. Escuchamos su llanto ayer y salimos a investigar qué había ocurrido.

Hongbin pareció relajarse un poco, algo en el aura de aquel lobo le hacía confiar en él. Se giró entonces, dándole la espalda con cierta confianza al otro lobo para arrodillarse junto a Hakyeon y evitar que siguiera moviéndose.

—Lo importante ahora es ayudar a tu amigo herido. Luego podrán contarnos su historia y qué hacen aquí.

—¿Ayudarlo? —preguntó Hongbin, fluctuando entre la esperanza y la sospecha.

—Sí. Bueno, tampoco es que seamos médicos ni nada por el estilo, pero estoy seguro que Wookie y Yeye podrán hacer algo por él. Está claro que necesita limpieza y descanso.

"Binnie, ten, cuidado" resonó su voz muy baja en su mente.

—Está bien hyung, estaremos bien —le habló suavemente Hongbin, acariciando su cabeza y su cuello.

Hakyeon cerró los ojos y todo su cuerpo se relajó, al grado que incluso tomó de nuevo su forma humana. Se había desmayado.

—¿Cuál es tu nombre? —preguntó KangIn.

—Soy, Hongbin, y él es Hakyeon.

—Bien, Hongbin, voy a acercarme para cargarlo ¿de acuerdo? Iremos a nuestra casa para que puedan tratarlo.

Se inclinó a su lado mas no hizo ningún otro movimiento, Hongbin entendió y se acercó a olerlo con cuidado. No pudo percibir ninguna esencia agresiva en su olor o su postura, no parecía haber ninguna indicación de peligro.

—Es, está bien.

—Tranquilo, ya están a salvo.

Con aparente facilidad, KangIn pasó sus brazos debajo del cuello y las piernas de Hakyeon para cargarlo, cuidando de no moverlo demasiado para no abrir más sus heridas. Las cuales, ya viéndolas así en su forma humana, parecían infectadas y dolorosas, debían darse prisa para poder ayudarlo.

Aún en el camino ya había contactado con Leeteuk, su líder y pareja de vida, para avisar que había encontrado a dos chicos lobos que necesitaban ayuda. En efecto le confirmo que todo estaría listo para cuando llegaran.

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