Capítulo 5
A la mañana siguiente, ambos lobos despertaron un poco mejor, al menos se sentían más descansados luego de la horrible experiencia.
"N hyung, saldré a buscar algo de comer, ¿podrías intentar encender una fogata, mientras?"
"¿Qué? ¿Salir? Binnie, no es tan buena idea..."
"Necesitamos comer, y tú no estás en buenas condiciones para cazar. Tranquilo, sabes que soy un buen cazador, y prometo no alejarme mucho así que si hay algún problema, te llamaré de inmediato"
Dio un empujoncito juguetón a Hakyeon, sin embargo el gruñido que soltó el indicó que había ocasionado aún más dolor en sus heridas, con esa confirmación quedó claro que el mayor no podría moverse mucho así que su plan era lo mejor. Al final el omega salió de la cueva y se perdió entre los árboles cercanos.
Luego de quedarse solo, Hakyeon tomó de nuevo su forma humana, con un gruñido al sentir cómo las heridas de su costado y su hombro volvían a abrirse. Hizo lo posible por ignorar el dolor mientras salía a buscar algo de madera seca para poder hacer la fogata; desde que despertó sentía un frío que le helaba hasta los huesos, y aún en su forma de humano no podía dejar de temblar, estaba sudando frío. Entre eso y el malestar general de su cuerpo supuso que tenía fiebre.
Traer la madera no fue tan complicado, solo tenía que medir sus movimientos y no forzar sus partes heridas. Encender la fogata fue tema aparte, tenía que mantener un movimiento constante de sus brazos y su torso para frotar las ramas, cuando por fin se encendió podía sentir algunas gotas de sangre ya resbalando.
Alimentó y afianzó la pequeña hoguera, disfrutando del calor que le proporcionó, cuando quedó listo solo se dejó caer acostado a su lado.
Dejó que su mente buscara la de Hongbin hasta que lo sintió concentrado en la cacería, no parecía haber ningún otro peligro cercano, así que solo cerró los ojos. Su mente febril se puso a recordar de pronto.
La primera vez que había visto a Hongbin tenía casi seis años, mientras que Binnie solo tenía tres. En aquella ocasión, su madre le había propuesto acompañarlo para llevar víveres "a un miembro de la manada que lo necesitaba".
Siguió a su madre hasta la cabaña que estaba más al norte, una a la que hasta entonces no se había acercado. Al inicio se encontró con los mismos lobos de siempre, pero al entrar a la cabaña percibió un olor distintivo.
Su mamá entró hasta una de las habitaciones, dejó la canasta de comida que había a un lado y comenzó a hablar de forma suave y conciliadora con un lobo que había allí. Hakyeon alcanzó a escuchar algunas cosas, su madre instaba al lobo a recuperarse para poder cuidar de su hijo, pero al parecer no obtenía respuesta y Hakyeon no entendió mucho.
Fue otro sonido el que llamó su atención, un llanto más bien bajito que sonaba al otro lado del pasillo. Al acercarse Hakyeon se encontró con un pequeño cachorro color café claro, quien lloraba aún con el hocico oculto entre las patas, como si no quisiera hacer más ruido.
Sin pensarlo demasiado, el mayor se acercó para acariciar al lobito.
—¿Por qué lloras? —preguntó con su vocecita de niño—. ¿Te duele algo? ¿Tienes hambre?
El lobito no contestó, aunque no fue necesario pues su estómago lo hizo por él. Por algunos momentos Hakyeon se le quedó mirando con la cabecita de lado.
—Ya sé, espera un momento.
Fue hasta la canasta que había traído su mamá, sacó dos grandes sándwiches de carne y los llevó ante el cachorro. En un inicio había pensado comer uno y darle el otro, pero él lobito devoró el suyo en un santiamén, por lo cual decidió darle el otro también.
Una vez que terminó de comer, el lobito parecía un poco más tranquilo.
—¿Ya estás mejor? ¿Puedes hablar?
El cachorro no contestó, aunque se acercó a él para restregar su cabecita en el brazo contrario, por lo que Hakyeon volvió a acariciarlo como antes hasta que su madre lo llamó para volver a casa. Cuando iba a salir, el lobito soltó un quejido canino.
—No te preocupes, volveré pronto, ¿sí? Y seremos amigos.
Así el cachorro se quedó tranquilo y Hakyeon volvió al lado de su madre.
—¿Qué hacías, Yeonie?
—Me he encontrado un nuevo amigo, no lo había visto antes, es muy pequeño.
—Ah, debe tratarse de Hongbin.
—¿Hongbin? —Su madre sintió—. Parecía estar triste, estaba llorando.
Su madre le revolvió el cabello.
—Su vida ha sido difícil. Sería bueno que te convirtieras en su amigo Hakyeon, él necesita compañía.
Hakyeon asintió con solemnidad.
—De acuerdo, seré su amigo, y cuidaré de él —su madre rió un poco por aquella respuesta.
—¿Cuidar de él?
—Sí —contestó sin titubear, con la típica seguridad de un niño—. Hongbin parece muy pequeño, así que yo lo cuidaré.
En efecto, al día siguiente Hayeon volvió a la cabaña, cargado con varios sándwiches que le mandó su mamá y algunos juguetes. Al llegar no encontró al lobito de pelaje claro, en su lugar había un niño, igual de pequeño y delgado que el cachorro. Hakyeon pudo reconocer los ojos agrandados y tristes.
—¿Eres Hongbin?
El chiquillo asintió, parecía algo sucio, delgado y aún había algunas lágrimas en su rostro.
—Mi nombre es Hakyeon, ¿quieres ser mi amigo?
Hongbin asintió, y por primera vez algo en sus ojitos brilló.
—Ah-en —intentó decir.
Hakyeon rió ante aquello.
—No, mi nombre es Hak-ye-on —deletreó despacio.
—N —repitió el pequeño Hongbin.
—Está bien, seré N entonces. ¿Quieres comer? Traigo comida, mamá nos mandó algunos sándwiches como los de ayer.
El chiquillo aplaudió emocionado y se acercó gateando al más grande.
***
Hakyeon ni siquiera se dio cuenta de en qué momento se había quedado dormido, soñaba con aquellos viejos tiempos cuando la voz asustada de Hongbin lo despertó.
—¡N-hyung! Despierta, por favor.
—¿Qué, qué pasa?
—Hyung, ¡estás ardiendo! Tienes fiebre, y las heridas se ven muy mal —decía asustado el Hongbin de 15 años.
Hakyeon suspiró de forma pesada y triste, recordando todo lo que había pasado y por qué estaban allí.
—Estoy bien, una vez que lleguemos a una zona segura podré descansar y recuperarme.
Pero Hongbin aún se veía aterrado, así que Hakyeon se estiró para revolver su cabello, una caricia como la que le hacía cuando eran niños y el menor estaba triste o preocupado.
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