Capítulo 11

Hongbin estaba sentado junto a la cabecera de Henry, quien aún dormía profundamente, Ryeowook y Donghae habían salido un momento para limpiar lo que habían utilizado y preparar algo de comer, por lo que él se quedó haciendo guardia.

De pronto el humano se revolvió un poco, como si estuviera teniendo un mal sueño. Hongbin se acercó para susurrarle algunas palabras tranquilizadoras, sin embargo no fue suficiente y Henry despertó de golpe, asustado. Lo primero que hizo fue aferrarse a los brazos de Hongbin.

—Ey, tranquilo, está bien. Solo fue un sueño, estás a salvo —siguió susurrando Hongbin hasta que el contrario se calmó, aunque no terminó de soltarlo.

—Si estamos aquí, no fue solo un sueño... —susurró Henry con cierto pesar.

—Te entiendo, pero te aseguro que no estás en peligro.

Henry suspiró, parecía a punto de preguntarle algo a Hongbin cuando éste levantó la cabeza hacia la puerta, oliendo la presencia de dos alfas cercanos. En efecto, a los pocos segundos tocaron a la puerta para después abrirla.

Zhoumi se asomó al interior, iba acompañado de Leeteuk y cargaba una taza humeante.

—¿Cómo está? —preguntó el más alto a Hongbin aun sin entrar.

—Está bien, solo un poco golpeado. Suponemos por las quemaduras del sol que ya llevaba algunos días allí, por lo que también debe estar muy hambriento.

Henry se había mantenido en silencio, sujetando con todas sus fuerzas la mano de Hongbin.

—Ah, sí, justo por eso traje el té, lo preparó Yesung para él, en un rato más traerán comida... ¿podemos pasar?

Hongbin seguía algo sorprendido por las reacciones de Zhoumi, jamás había visto a un alfa comportarse así y menos a la vista de su pareja destinada. Aún así no era su decisión, así que volteó a ver a Henry.

El humano aún parecía asustado, su mano temblaba un poco aún entre la de Hongbin, aún así asintió, a lo que ambos alfas entraron al cuarto.

—Lo lamento, no quería asustarte. Mi nombre es Zhoumi, te traje algo de beber, te ayudará a sentirte mejor.

Se acercó con cierto cuidado para dejar la taza en las manos de Henry, quien a pesar de sus temblores se mantuvo firme y la tomó, ninguno de los dos podía realmente quitarse los ojos de encima.

—Gr-gracias, mi-mi nombre es Henry... —tartamudeó a causa del nerviosismo.

La sonrisa que esbozó Zhoumi entonces parecía bastante honesta.

—¿Lo ves? Te dije que era mucho mejor acercarse así —dijo Leeteuk detrás de él—. Mucho gusto Henry, mi nombre es Park JungSoo y soy el encargado de esta... casa.

>Entiendo que debes estar confundido, que debes tener miedo y muchas preguntas, pero no te preocupes, queremos ayudarte, contestaremos a todo lo que quieras saber una vez que te recuperes, ¿de acuerdo?

—¿Todos son... como él?

Leeteuk asintió.

—Pero tranquilo, no corres el menor peligro entre nosotros. Nuestro Zhoumi te ha reconocido como su pareja destinada, quizá de momento eso no signifique mucho para ti, dado que eres humano, pero para nosotros te vuelve alguien muy importante. Todos en esta casa quieren tu bienestar, pues también significa el bienestar de nuestro Zhoumi.

Henry se quedó mirando al más alto aún mientras escuchaba la explicación de Leeteuk, no podía entenderlo pero desde que lo vio se había sentido atraído. Aún cuando lo vio transformarse en monstruo y sus mayores miedos se hicieron realidad, se había sentido bien entre sus brazos. Tenía una lucha interna entre su atracción y la parte racional que le decía que tuviera miedo y que huyera de ahí.

Antes de que pudiera decir nada más, el cuarto se llenó de pronto con el delicioso olor de la comida, lo cual hizo rugir el estómago de Henry. Instantes después entró Ryeowook acompañado de otro hombre al que no había visto antes y que portaba el gran tazón humeante del que se desprendía el tentador aroma.

—Hola, trajimos algo de estofado caliente —explicó el más bajito antes de acercarse a la cama—. Soy Ryeowook, mucho gusto, y este es mi pareja eterna, Yesung. ¿Cómo te sientes?

A Henry se le escapó una pequeña sonrisa ante la alegría del joven.

—Pues, me siento como si me hubiera caído de un barranco —sonrió, dando a entender que era una broma—. Gracias por ayudarme.

Ryeowook también sonrió, tomó el tazón de los brazos de Yesung y Henry pudo notar la mirada intensa que se dedicaban, algo en su pecho brincó ante el amor patente en aquel simple gesto, en cómo rozaban sus dedos antes de separarse.

—No necesitas agradecerlo, nos alegra ayudar.

Hongbin tomó la taza vacía para que él pudiera sujetar el tazón, no estaba excesivamente caliente así que pudo comenzar a comer de inmediato sin quemarse. Aún mientras comía podía sentir la mirada atenta de los otros, sobre todo la de Zhoumi parecía pesada, como si pudiera acariciarlo solo con la vista.

—¿Es seguro que coma tan rápido? Creí que a los humanos podía hacerles daño si comían luego de un prolongado ayuno —preguntó Donghae.

Henry ni siquiera se había dado cuenta del momento en que más personas entraban a la habitación, estaba demasiado concentrado en su comida, no quería que se la quitaran.

—No te preocupes, el té tenía algo de jengibre, le ayudará con la digestión.

El humano ni siquiera se dio cuenta del momento en el que Hongbin se alejó de su lado, para cuando pudo sacar la cara de su comida fue Zhoumi quien le recibió el plato vacío. Henry se tensó ante su cercanía, aunque algo le decía que a su lado estaba a salvo. Desvió la mirada buscando a Hongbin y lo encontró no muy lejos, hablando con otro chico un poco más bajo.

Antes de que pudiera decir algo más un mareo lo acometió, su mirada se llenó de puntitos negros y para cuando se dio cuenta ya tenía las manos de Zhoumi sosteniéndolo con cuidado.

—Aún necesitas descansar —recomendó Ryeowook entonces.

Henry asintió, antes de decir nada Zhoumi ya lo estaba acomodando en la cama, había tal ternura en su trato que no pudo alegar nada. Pudo notar que algunos de los hombres que habían llegado salían del cuarto.

—Por ahora solo descansa y recupérate, aquí estarás a salvo. Prometo no volver a asustarte, cuidaré de ti —le decía Zhoumi como un arrullo.

Henry suspiró, arrebujándose mejor entre las cobijas. Por algunos momentos temió que el más alto se metiera con él pues no estaba seguro de cómo reaccionaría a ello, pero Zhoumi solo se sentó a su lado. Aun mientras comenzaba a dormirse Henry recordó algo que le había escuchado a los otros.

—¿Zhoumi, en verdad, te duele, mi rechazo?

El otro asintió.

—No es necesario que te preocupes por ello ahora, lo importante es que sanes por completo ¿sí? Ya después veremos qué hacer entre tú y yo, no voy a forzarte a nada, lo único que quiero es tu felicidad.

***

Lamento la demora, no había podido venir a actualizar, pero aquí tenemos un poco de ZhouRi, ¿No mueren de ternura con nuestro Henry todo bonito?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top