•Capítulo 54: Thana•

La terquedad era uno de sus mejores atributos cuando se trataba de trabajo, era eso que lo obligaba a seguir adelante aunque el resto del mundo creyese prudente parar. En aquel momento ni siquiera su terquedad consideraba bueno seguir adelante; lo único que lo motivaba era el eco del llanto rebotando en las paredes del laboratorio.

- Slug.. - la voz de Clemencia fue casi como un mensaje, un golpe de realidad; su tono era casi un susurro, una súplica por un final que, aunque se negase a aceptar, ya había llegado.

El llanto de la bebé solo aumentaba con el paso del tiempo, empezaba a sentirse como un reclamo, una orden que exigía una solución inmediata al problema. Quedaba claro que no estaba cómoda en los brazos de Demencia, quería a su papá, o al menos eso interpretaban los que estaban sometidos a su llanto.

- Detente Blue- le ordenó a la villana, dejando de comprimir el pecho del muchacho; ya habían intentado desfibrilar y le habían conectado a un respirador; habían hecho todo lo que los recursos les permitían, pero simplemente nada parecía funcionar- Es suficiente. La hora de muerte es a las dieciséis cuarenta y cinco.

La villana apretó los ojos, negándose a aceptar la realidad, retrocediendo un par de pasos para alejarse, para llorar sin afectar a Flug, que simplemente parecía dormir. Casi como si solo estuviese tomando una siesta tras la cirugía.

- ¡NO! - reclamó Demencia, alzando la voz sobre el llanto de la bebé, apretándola contra su pecho con una delicadeza algo brusca- ¡No puedes rendirte! ¡¿Qué va a pasar con ella...?!

Demencia dejó sus lágrimas correr, abrazando a la pequeña con cariño, susurrándole disculpas y palabras de aflicción que solamente Clemencia era capaz de escuchar. La unicornio se acercó a ella y, desatándole el cabello que llevaba trenzado para hacer más fácil todo, se dedicó a consolarla, a intentar calmar la culpa que parecía sentir en aquel instante.

- Slug ¿Qué hacemos? - inquirió la villana arácnida con voz pañosa, acercándose al moreno y apoyando una de sus manos en el hombro del muchacho, mirando en dirección a las dos alebrijes, que parecían más ocupadas en consolarse mutuamente que en calmar a la bebé- ¿En verdad piensas rendirte?

- No hay de otra- admitió con la voz apagada, respirando profundo, obligándose a tragar el nudo que tenía en la garganta y volteando a ver al castaño, ignorando las líneas rectas que mostraba el monitor- Supongo que Black Hat ya lo habrá notado, será mejor tener todo listo para presentarle a su hija.

וווו×

Black Hat, probablemente mejor que su propio hermano, entendía a la perfección lo frágiles que eran las criaturas ajenas a su mundo; se requería un toque, a veces incluso menos, para darles fin, eliminarlas permanentemente de la existencia. Aquellas que, además, perdían su alma, eran incluso más simples de erradicar.

Ellos mismos tenían cierta fragilidad, heredada de sus padres y una cualidad pasada entre generaciones; esa fragilidad exigía una fuente de poder adicional, un elemento que la mantuviese oculta de cualquier enemigo que considerase una buena idea hacerles frentes. Por ello reunían almas, para ser lo bastante fuertes y perpetuar su existencia.

Pero, y aunque odiase reconocerlo, el problema de su parcial eternidad, radicaba en la capacidad de desarrollar afecto hacia una de esas criatura efímeras, hacia una de esas almas pasajeras que, después de la muerte, se volvían parte de ellos. Siempre asumió que por eso sus padres lo convirtieron en un ente sin emociones claras, para evitar esa amargura que ahora se instalaba en su boca.

- Vas a llenar mi alfombra de sangre- murmuró White Hat, más como un modo de traerle nuevamente a la realidad que como un verdadero reproche hacia las heridas auto infringidas en las palmas del menor- Hacerte daño no va a traerlo de vuelta.

- ¿Prefieres que destroce este mundo? - cuestionó con cierta ironía, observando de reojo a su hermano que, al igual que él, seguía con la mirada fija en el paisaje de la cuidad bajo la luz de media tarde- Si es así, con mucho gusto te complaceré, White.

El eldritch blanco observó a su hermano directamente, incapaz de ocultar su preocupación por lo que estaba diciendo. Suponía, debido a la naturaleza de su relación con el humano, que estaba afectado por su muerte, pero no imaginó que llegaría al punto de dejarse llevar por el sentimiento.

- Blacky, lo si~ se calló en el momento en que el villano levantó la mano pidiendo silencio, no iba a tentar a la suerte. Su trabajo era mantener a Black Hat bajo control al menos dentro de lo posible, no pretendía fracasar por el deseo de darle palabras de aliento.

Negar que deseaba hacer algo sería mentirse a sí mismo, y White Hat era realmente malo mintiendo. No conocía el alcance de su poder, o siquiera si era posible hacer algo para cambiar aquel resultado. Sabía que no podía arreglar al cuerpo cuando perdía una parte, pero ¿Y la muerte?

No ofreció su idea como solución, no era el momento de jugar a ser dios y meterse con los límites de la mortalidad, sin embargo, esperaba que cuando lo hiciese, su hermano le escuchase y, probablemente, no se negara a la idea de recuperar a su amado.

Para cuando pudo notarlo, Black Hat chasqueaba los dedos y se desvanecía en una sombra, dejándole con las palabras de consuelo en la boca y la sensación de que, de no intervenir, iba a tener que conseguirse un nuevo hogar, y nuevos acompañantes.

La sombra se deslizó por los pasillo como una serpiente al acecho, lenta y silenciosa, casi como un animal que no desea ser perturbado, manteniendo un perfil bajo y mimetizándose con las sombras de su entorno, volviéndose un instante, parte de la mansión de su hermano.

No le resultó difícil ubicar el laboratorio, era el único lugar que carecía de la energía de su hermano; era casi como si él mismo hubiese aislado la zona, creando una barrera cargada de su maldad, de esa aura pesada e intimidante que tanto lo caracterizaba. Sin embargo, esa energía no era suya.

Pertenecía a su hija.

Se materializó en medio de un murmullo de lágrimas y disculpas, desentonando en las escena de consuelos y tristeza. Buscó con la mirada a Demencia, único ser ajeno al lugar que cargaba también aquella energía tan pesada, propia de sus secuaces, esperando encontrarla con la cría en sus brazos. Naturalmente, las interrupciones no podían faltar.

- Lord Black Hat...- la voz del moreno tenía ese toque de arrepentimiento que siempre buscaba causar, pero que le molestaba oír en aquel momento. Slug estaba junto a la camilla en que descansaba Flug, a punto de retirar la banda del brazo izquierdo, que monitoreaba los signos del muchacho.

Bastó una mirada para que todos acatasen la orden; no iba a desperdiciar palabras en aquel instante, no cuando sentía que todo en su interior estaba por estallar.

- Blacky...- Demencia se acercó a él con pasos temerosos, meciendo suavemente un bulto de ropa roja, envuelto en una manta y sombras danzantes, huyendo de su fría mirada- Aquí tienes... e-ella... ella esta, está bien...

Recibió de manos de la joven alebrije a su hija y, en segundos, se vio solo junto al castaño, cargando delicadamente a la cría que habían creado juntos, al único ser que portaba sus genes y los de un brillante muchacho que se había abierto paso en su vida.

- Has causado muchos problemas, sabandija- le habló a la niña, levantándola hasta tenerla a la altura de su pecho, estudiando su rostro y las ropas con que la habían vestido.

Era una criatura demasiado adorable para ser producto de su esencia, pero no lo suficiente para ser hija de Flug; tenía la piel durazno, apenas un poco más oscura que la del humano, con las mejillas coloradas por tanto llorar y las manos, una particularidad agradable, eran del color de su piel, un profundo gris que a cualquier ignorante le parecería poco saludable. El cabello, apenas visible bajo el gorro que le habían colocado, era también ligeramente más oscuro, pero castaño igualmente. Aquella era una mezcla perfecta entre ambos.

- Thana- susurró antes de siquiera darle un nombre real, limpiando las pequeñas lagrimas que mojaban las regordetas mejillas de su hija con el pulgar. Era una criatura frágil, pequeña y vulnerable, pero con el aura y el poder oculto que cualquiera de su especie tendría- •••••••, espero no tener que usarlo...

Su nombre, el que los humanos podían pronunciar, era uno de esos que había elegido tachar en la lista que había hecho en una libreta, un nombre cuyo valor solo podía darlo la perdida. Sería el recordatorio de que alguien como ella podría traer a sus víctimas la muerte, pero que también recordaría lo tranquilo que había sido el final de quien había cargado con ella durante su formación.

Porque sabía que Flug no había sufrido al morir.

Observó un poco más a la criatura, permitiéndole calmarse completamente, dejar de llamar por la atención de quienes eran responsables de su existencia; abrió a medias los ojos al dejar de llorar, revelando algo que no deseaba ver.

La pequeña tenía ojos dispares, tal como él y como White Hat, uno verde y uno azul; un ojos heredado del humano y otro del eldritch. Black Hat sabía que ese ojo azul, que el más claro de los dos, un día se tornaría blanco e inútil. Maldijo su herencia materna solo cuando entendió que no se libraría de esa maldición ni teniendo crías.

Estudió el entorno en busca de un sitio apropiado para dejar a la bebé, hartándose de cargarla y sentir debilidad por la belleza que irradiaba. Debía darle crédito a Slug por el orden del lugar, un opuesto perfecto al castaño, que solía tener un desorden particular en cada mesa de su laboratorio.

- Si dejo de ser yo mismo por ti- declaró recostándola en la cuna que había dispuesta junto una ventana, chasqueando los dedos para hacer aparecer su violín- te juro que te haré pagar por ello. Ahora duerme, pequeña sabandija.

Comenzó a tocar una melodía melancólica, arrullando a la bebé y despidiendo a su más leal empleado, y su pareja aunque no lo admitiese. Tocaría hasta que la noche cayera , o hasta que dejase de sentir dolor por su muerte. Podía incluso tocar hasta que el final del mundo llegase, pero eso implicaba dejar de lado a la pequeña criatura de la cual, para su buena o mala suerte, era ahora responsable.

וווו×

Slug fue el último en entrar en la sala de estar de la mansión, el único espacio donde sentían que podrían dejar salir los sentimientos que tenían atrapados. no solo era la tristeza, también había culpa y preocupación, una revolución de emociones que solo volvía más difícil de aceptar la realidad.

Demencia se había aislado de los demás en una esquina, abrazando sus piernas y llorando en silencio; era fácil imaginar lo mal que le había caído la noticia, se suponía que ella estaba para protegerlos a ambos. Compartía un temor con la joven alebrije, ambos aguardaban a que Black Hat fuese por sus cabezas.

Clemencia intentaba, siendo siempre un faro de esperanza, alegrar los ánimos de las otras dos chicas, llevándoles dulces e invitándolas a hacer algo simple, cualquier tontería que permitiese a sus mentes alejarse del asunto. Envidiaba ese positivismo, esa capacidad de extraerse a sí misma de la ecuación para intentar aportar soluciones. Siempre había sido así.

Cobalt Blue estaba tan alejada como Demencia, aunque sumida en una actividad completamente diferente; no era difícil descifrar que lo que tenía entre las manos era un peluche de oso, un oso azul con una flor en la cabeza. Imaginaba que se encontraba terminando algún detalle, que aquella replica de 5.0.5 era un regalo para la recién nacida.

Y, entre aquel panorama de lágrimas y actividades sin sentido para escapar de la tristeza, desentonaba su seriedad; Clemencia no había tardado mucho en llamarle la atención, en recordarle que el momento era delicado y debía mostrar empatía, algo que ya sabía de antemano.

No era que no le importase, en realidad, le importaba más de la cuenta; el problema era que tenía tanto en mente que las emociones se habían quedado abandonadas en alguna parte de aquel desastre que tenía en la cabeza.

- A veces creo que te vendrían bien unas vacaciones, cariño- se sobresaltó al escuchar al demonio blanco romper el silencio, no esperaba que White Hat decidiese unirse al momento, mucho menos que su llegada arrastrase una melodía tocada en violín- ¿Temes a su reacción?

- Ya vi su reacción, está triste- aclaró con suavidad, dejando que el eldritch le acariciase el cabello y se llevara con sus manos algunas preocupaciones- Lo que temo es a lo que nos hará cuando deje de estarlo.

- Va a matarnos...- no imaginó que Demencia pudiese escucharlos hasta que intervino en la conversación, captando la atención de todos los presentes, que se congelaron al verla desaliñada, con el maquillaje corrido y profundas ojeras en el rostro- Black Hat va a eliminarnos a todos, somos culpables de que él...

- No digas eso, a ti te necesita para criar a la niña- señaló con un toque de positivismo la araña, cortando el hilo tras terminar lo que se encontraba haciendo- Los demás, por otro lado...

- Dudo mucho que les haga daño- intervino el demonio, abrazando a Slug y apretándolo a su pecho, manteniendo siempre una mirada tranquila- Y si lo hace, en todo caso, no matará a nadie. Hay que garantizar que el secreto no va a saberse, si alguno desaparece, será más fácil descubrir la verdad.

Aunque nadie dijo nada, todos parecieron estar de acuerdo en que las palabras del demonio eran ciertas; Black Hat era alguien que pensaba siempre de modo estratégico, sin un motivo para encubrir sus muertes, alguien acabaría descubriendo la verdad, descubriendo a la bebé e intentando utilizarla. No era la tranquilidad que buscaban, pero si la necesaria para calmar los ánimos.

El silencio volvió a envolver la estancia, roto de vez en cuando por murmullos o lamentos perdidos que eran imposibles de ocultar. El bailar de las llamas de la chimenea, acompañado por la luz que entraba por la ventana volvía la escena, a ojos del moreno, algo menos deprimente.

- ¿Por qué haces esto? - preguntó a su pareja después de un rato, separándose de su cuerpo para poder encararlo, recibiendo a cambio una suave caricia en la mejilla- No tienes porqué tranquilizar a las villanas. Con Feli lo entiendo, pero ellas...

- Demencia necesita escuchar que todo estará bien de parte de alguien que conozca a Black Hat- expresó dejando un beso en la otra mejilla del muchacho, sonriéndole tontamente, paseando después la mirada por la habitación- Normalmente su científico haría eso, pero ya que no puede, solo le brindo la tranquilidad que estaba buscando. El mismo efecto aplica a la araña.

- Es sorprendente que no tengas corazón- admitió en un suspiro, empinándose ligeramente para besar los labios de su pareja- Ahora, ve a decirle lo que sea que quieras decirle. Estoy bien.

White devolvió el beso antes de desvanecerse como una sombra, dejándolos nuevamente solos, aunque en un ambiente mucho menos deprimente. La música del violín seguía sonando, transportando un sentimiento imposible de poner en palabras, pero que todos compartían.

Slug solo esperaba que su jefe regresase a él en una pieza.

וווו×

Black Hat erró una nota al sentir la presencia de su hermano invadiendo el espacio que había reclamado como suyo por un instante, apretó los dientes y giró a encarar al mayor, dándole por primera vez la espalda a la cría que, finalmente, se había dormido.

- Extrañaba escuchar tu violín- admitió con sinceridad, acercándose un paso hacia el villano, manteniendo una sonrisa confiada en el rostro, cosa que solo irritaba más a Black Hat- ¿Quién lo diría? De los dos, tu resultaste ser un gran padre.

- Esta cosa apenas tiene menos que horas de haber nacido- le recordó gruñendo, interponiéndose en la directa trayectoria del mayor hacía la bebé- dudo mucho que sea un tiempo razonable para juzgar eso. ¿Qué mierda quieres, White?

Ignorando a su hermano, el demonio blanco se aproximó a la cuna en la que descansaba su sobrina, observándola con ternura y asombro. Era realmente adorable, nada parecida a ellos, pero con una energía tan similar a la de Black Hat, que era imposible no adivinar su origen y lo que sería capaz de hacer.

- Quería agradecerte por no destruir el mundo- admitió, chasqueando los dedos para aparecer un chupón que, ignorando los gruñidos de advertencia del menor, colocó en la boca de la niña- Y decirte que seré su padrino cuando hagas oficiales los nombres que le diste. Es una tradición humana adorable.

- No- sentenció antes de que pudiese seguir fantaseando con la idea de tomar un rol que no le correspondía; no le daría ese lujo ni aunque aquella criatura fuese completamente humana- Aléjate de ella antes que vuelva a despertar, y ve olvidando la idea de verla nuevamente después de hoy.

- Owww... pero necesitaras de alguien que la malcríe y le recuerde que su padre también se equivoca- burló sin hacer caso a las amenazas del menor, acariciándole la mejilla con cariño. Black Hat empezaba a estrangular el mango del violín con la suficiente fuerza para reventar las cuerdas y la madrea- Además, no tienes idea de cómo criar niños, yo sí.

- Sigue tentando la suerte y te garantizo que no vivirás para dejar tu mugrosa herencia en este mundo- advirtió tomándolo por el hombro, enterrando las garras en la carne del mayor, obligándolo a alejarse de la cuna y de su cría- Si es todo lo que querías, entonces lárgate y deja de andar molestando.

- También vine a despedirlo a él- reconoció con más seriedad, sobando la hería que había arruinado su ropa, observando a Flug de reojo- ¿No te parece fascinante? Los humanos parecen dormir cuando mueren.

White se acercó a la camilla con pasos lentos, casi como temiendo despertarlo. Black Hat le siguió el paso de igual modo, emitiendo tan poco sonido que casi parecían flotar. El eldritch de blanco le pasó la mano por el rostro, despejándole los ojos del cabello que caía por su frente.

- Es un lástima que no resistiera la cirugía- comentó suavemente, ignorando la mirada de su hermano, entretenido en jugar con el mechón más largo de cabello que tenía el fleco del muchacho- habría sido un gran padre para tu cría, a lo mejor incluso habría evitado que fuese como tú.

- Vete a la mierda- gruñó ofendido, alejando la mano de White con ayuda de un tentáculo, evitando a toda costa tocar a Flug- No estoy de humor para soportar tus tonterías, lárgate o te saco a patadas.

Aun con la extremidad adicional del villano sobre su muñeca, el eldritch alzó las manos y sonrió, demostrando indefensión; ninguno de los dos tenía realmente la intención de pelear con el otro, pero Black Hat tampoco planeaba contenerse si el mayor seguía empujando su paciencia.

- Esta bien, pero recuerda que Slug trabaja aquí,- aceptó, quitándose el tentáculo de la muñeca, observándolo desaparecer para no entablar contacto visual con su hermano, que parecía planear su muerte en aquel instante- le diré que venga a limpiar este desastre. Nosotros también tenemos fechas de entrega que cumplir.

Sin esperar una respuesta, se desvaneció del mismo modo en que había llegado, dejando nuevamente solo al villano. Black Hat dejó salir un suspiro que, lentamente, se transformó en un gruñido; su hermano en verdad lograba poner a prueba los límites de su paciencia.

Observó el violín cuando se sintió más tranquilo, evaluando los daños que había causado al instrumento; chasqueó los dedos para reparar el maltrato que había provocado, restaurando las cuerdas y eliminando cualquier astilla que su fuerza hubiese dejado a la vista.

Con la mirada fija en el muchacho, comenzó a tocar una pieza única, una melodía que nunca antes había interpretado, pero que llevaba demasiado tiempo rondando su mente. Tenía que admitir que White Hat tenía razón, Flug parecía dormido, se veía tan tranquilo como cuando conciliaba el sueño a su lado tras un día de trabajo.

La música se apoderó del ambiente, era una pieza exclusiva para él, para ellos.

Dejó de prestarle atención a su entorno cuando el desagradable sentimiento de haber perdido algo importante regresó a su ser; no estaba seguro de como nombrarlo, apenas y podía identificar sus señales en el cuerpo, pero estaba ahí y le oprimía la garganta. Se centró en la música para busca alivio, ignorando lo que pasaba en el laboratorio.

El sonido de las sabanas lo atribuyó a la bebé, que debía estar molesta por la desagradable presencia de White Hat; fue así hasta que escuchó un quejido que le resultaba fácil de reconocer. Abrió los ojos para gritarle a quien estuviese jugando una broma tan desagradable.

No esperaba lo que vería.

El muchacho se frotó el rostro con fuerza, pasándose las manos por los ojos, acariciando las cicatrices y repasando cuidadosamente cada detalle, casi como si intentará comprobar que aquel cuerpo era el suyo. Estudió sus manos como si volviese a descubrirlas, abriéndolas y cerrándolas suavemente, moviendo los brazos y analizando lo que veía, lo que sentía.

- ¿Jefecito? - llamó al notar la mirada del villano sobre su ser, levantando la vista hacia el eldritch, encontrándole con una expresión ajena al él- ¿Se encuentra bien? Parece asustad~

El sonido que produjo la caída del violín quedó suspendido en el tiempo, convirtiéndose en un murmullo apenas perceptible entre el roce de sus ropas y el aire que se escapaba de sus pulmones. Todo se detuvo un momento, una eternidad contenida en el segundo en que los brazos del demonio rodearon su cuerpo en un abrazo.

Lentamente, casi como si retomase el control de su cuerpo, correspondió al gesto del villano, ocultando el rostro entre el cuello y el hombro de Black Hat, dejando las lágrimas fluir sin control, sujetando aquel instante con la fuerza suficiente para volverlo interminable.

Solo se alejaron para unir sus labios en un beso que distaba abismalmente del primero que habían compartido; era una danza lenta, casi un vals, en el que no había rasguños, ni sangre, solo el consuelo de poder volver a mezclar sus sabores, de poder volver a sentir el cosquilleo del veneno y el dulzor de la saliva.

- Voy a liquidar a White Hat- sentenció al separarse, apartando el mismo mechón conque había jugado su hermano, acariciando delicadamente la mejilla del muchacho, limpiando las lágrimas que bajaban por su rostro- ¿Cómo te sientes, Flug?

- Muerto- admitió alejándose un poco más del demonio, estudiando de reojo la manilla que seguía unida a su brazo, buscando el monitor cardíaco que, bajo circunstancias normales, debería registrar su pulso- literalmente...

La pantalla registraba su temperatura, y el nivel de oxígeno en sangre, valores que debía marcar normalmente, pero no había pulso, ni presión arterial. Alejando al villano, retiró la manilla de su brazo izquierdo y la cambió de lugar, esperando que se hubiese desajustado. Tampoco había pulso en el brazo derecho.

- No te molestes- aconsejó el villano cuando el científico empezaba a entrar en pánico, recogiendo el violín y desapareciéndolo en una sombra que se fundió con las demás bajo su ser- No estas vivo, esa cosa no va a registrar algo que no está ahí.

Había algo agridulce en la explicación del demonio; tenía la posibilidad de estar allí, con él, de volver a abrazarle y besarle, pero también permanecía latente la verdad ante todo, su corazón no latía, no estaba realmente vivo ¿Cómo se supone que deba tomarse aquello? Quería estar feliz, pero no podía.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por un suave llanto, uno que clamaba por atención, rebotando en las paredes del laboratorio. Su mirada pasó del demonio al lugar de donde provenía el llamado, una cuna bajo la ventana, recubierta con colchas lilas y adornada con un móvil de estrellas y lunas.

- Definitivamente voy a matar a White Hat- gruñó el demonio al aproximarse a la cuna, tomando por sorpresa al muchacho; lo que menos esperaba era ver a Black Hat cargando a su cría. Sin embargo, la imagen del eldritch con el pequeño bulto entre sus brazos resultaba sumamente adorable a sus ojos.

- No es culpa de White Hat- afirmó el muchacho buscando con la mirada un biberón, o algo con lo que pudiese distraerla- Tiene hambre, ¿Sabe si Slug dejó preparada su comida? Habrá que preguntarle por eso cuando venga...

- Ninguno de ellos tuvo el valor de hablarme cuando llegue aquí- reconoció con un retorcido orgullo, creando un pequeño sonajero con sus sombras para distraer a la pequeña, un truco que sabía que funcionaba para callar el llanto de cualquier insoportable cría- Estaban demasiado ocupados intentando traerte de vuelta como para pensar en algo así.

Flug bajó la vista a la bebé, que dejó de llorar para concentrarse momentáneamente en el juguete que le ofrecía su padre; era adorable, como sus mejillas se coloreaban cuando lloraba, como parecía ser consciente del mundo que la rodeaba y el movimiento de sus manos para ahuyentar las molestias que llegaba a sentir por el sonajero cerca de su rostro.

- Jefecito, nuestra niña es hermosa...- admitió con una sonrisa, pasando el pulgar por su rostro, limpiando las lágrimas que habían quedado a medio camino de caer- ¿Le dio ya un nombre?

- Por supuesto que es hermosa ¿Esperabas menos de un ser que viene de mí? - a Flug le causó gracia como el villano alimentó su ego al mismo que reconocía la belleza de la criatura que juntos habían creado- Thana.

Un escalofrío recorrió la espalda del castaño al escuchar la respuesta a su pregunta; no estaba seguro de que podría significar un nombre que al escucharlo fuese aterrador y hermoso al mismo tiempo, no estaba seguro de querer saber que quería decir, pero sabía que le quedaba de maravilla.

- Thana Hat- murmuró alegremente, abrazándola contra su pecho delicadamente. Pronunciar su nombre dejaba un sudor frío en su espalda, pero era irrelevante junto a la alegría de tener a su pequeña entre sus brazos.

Quería sostener ese momento para siempre, conservar al Black Hat que parecía genuinamente preocupado, a su niña entre sus brazos, y su vida congelada en el tiempo para acompañarlos a ambos eternamente.

- Bien Black Hat, necesito que...- era de esperarse que el momento llegase a su fin, y aunque le alegraba ver a Slug entrando al laboratorio, también quería mandarlo al demonio por romper la frágil burbuja que rodeaba a su familia en ese instante- ¡¿Pero qué mierda hiciste?!

- Pregúntale a tu jefe, Slut- gruñó levantándose de la cama y alejándose de Flug y la bebé, casi como si buscara evitar que alguien más le viese siendo considerado con el muchacho y su cría- Claro, si es que sale con vida.

El eldritch se desvaneció como sombra, dejando tras de sí el pesado ambiente que cargaba su aura y una sensación de responsabilidad que Flug no estaba en condiciones de asumir.

- ¿Puedes explicar qué demonios está pasando? - inquirió al encarar al menor, cruzando los brazos sobre el pecho y tomando la postura que solía tener cuando le reprochaba a White Hat o Clemencia alguna tontería.

- Bueno, aparentemente estoy vivo, o algo así- se sobresaltó con el renovado llanto de la bebé ¿Cuánto había pasado desde su nacimiento? Imaginaba que no mucho en realidad, pero era fácil suponer que habían estado demasiado ocupados para prestar atención a las señales- ¿Tienes lista su comida? Tiene hambre y no creo que vaya a dejar de llorar pronto.

Slug suspiró frustrado, bajando los brazos y caminando hacia algún área fuera de la vista del castaño; Flug aguardó en silencio a su regreso, jugando con las manitas de su bebé y susurrando suaves palabras cariñosas que esperaba alegrasen un poco el ánimo de la niña. Entre más la observaba más tierna la encontraba, y más amor sentía por ella.

- Voy a necesitar examinarte para... saber que hacer- comentó el moreno a su regreso, entregándole una botella con la temperatura correcta y un poco más de la cantidad de leche que esperaban que tomase la primera vez- ¿Cómo te sientes?

- Es extraño, sé que no estoy muerto, pero...- no podía poner en palabras concretas lo que sentía, si dejaba de prestar atención, casi era imperceptible la ausencia de un latido, pero en cuanto se detenía a analizar las sensaciones que recorrían su cuerpo, un abrumador sentimiento se apoderaba de su ser- cuando pienso en ello, menos vivo me siento. Es casi como estar entre ambos...

- Yo... preguntaba por la cirugía...- aclaró el moreno con algo de vergüenza, desviando la mirada con culpa por no haber sido lo bastante claro, rascándose la nuca con nerviosismo.

- Oh... con tantas cosas lo había olvidado- admitió avergonzado, riendo suavemente y desviando la vista de su pequeña hacia el moreno, que arrastró una silla para acomodarse mejor a su lado- Duele mucho, es casi como si mi mente estuviese consciente de donde atraviesa cada punto. Pero no es un dolor incómodo.

- Necesito hablar con ellos para saber que hacer...- murmuró para sí, tomando un portapapeles de un escritorio cercano y anotando las cosas que le comunicaba el menor- ¿Alguna otra anomalía? ¿Estás respirando? ¿Tu temperatura?

- Bueno, siento el cuerpo pesado- murmuró pensativo, apartando la botella de la bebé cuando dejó de percibir la succión, levantándola a la altura de sus ojos para ver si había dejado algo o si debía palmearle la espalda para que eructase- Mi respiración es normal, curiosamente, y la temperatura que marca el monitor es de treinta y seis coma cinco grados, un rango normal. Así que no, a menos que consideres eso anomalías.

Slug suspiró para disimular la sorpresa y desconcierto que aquella información traía a su ser. El muchacho parecía tan consciente de su estado que resultaba perturbador, además el lujo de detalle con que podía describir las cosas que sentía, sin afectar ese sonriente rostro no ayudaba a mejorar la mala impresión que ahora tenía.

- Sabes Slug, es extraño- murmuró después de unos segundos, meciendo a la niña en sus brazos, mirando finalmente los brillantes ojos del aludido, que no había tenido la oportunidad de encontrarse con la mirada contraria hasta entonces- Ser consciente de que no estás muerto cambia el modo en que ves las cosas, o al menos eso quiero creer. Me duele todo, pero es como si al mismo tiempo, ese dolor no fuese más que una simple molestia que puedo hacer desaparecer si dejo de pensar en ello.

- Sin dudas es extraño- corroboró devolviéndole la sonrisa, aliviado al entender que, pese a su peculiar condición, Flug estaba bien, estaba feliz y, lo más importante, estaba con su hija- Kenny, voy a hablar con White y Black Hat, y a dar la noticia a las chicas. Seguro Demencia quiere verte.

Asintió dando su consentimiento, volviendo a mecer a la niña con suavidad, tarareando una melodía que el moreno no reconoció, pero que le trajo una calma bastante agradable. Dejó el laboratorio en silencio, permitiéndole al menor concentrarse en volver a dormir a su hija.

- ¿Sabes Thana? - llamó apartando un poco la ropa que cubría su frágil cuerpo, comprobando que tenían el mismo color de piel, que las manitas de la criatura eran lo único gris expuesto a simple vista- Nuestro tiempo juntos será corto, lo sé, pero no hay nada que agradezca más que poder tenerte entre mis brazos.

Siguió tarareando hasta que la bebé respiraba suavemente, acurrucada sobre sí misma, durmiendo plácidamente en los brazos de su papá. Al verla así, le prometió a la nada que daría su vida para protegerla. Era su pequeña, y tal como a 5.0.5, la iba a proteger a toda costa.

וווו×

El golpe de la pesada puerta de metal contra la pared la hizo reaccionar, abriendo los ojos y estudiando al intruso que osaba perturbar su paz. Le agradaba ver su rostro, era un poco de color para adornar la blanca habitación, pero al mismo tiempo, aquella sonrisa burlona afloraba ese deseo de destriparlo una y mil veces, hasta convertirlo en pequeños trozos irreconocibles con los que alimentar a los perros.

- El momento se acerca, Dark- anunció entusiasmado, tomando una bandeja de manos del guardia que le seguía y aproximándose a la inmortal, que retrocedió por inercia, acorralándose a sí misma contra la cama- Pronto podrás salir y cumplir la labor que te he asignado.

- Sobre mi cadáver, bastardo- escupió con odio, apretando los dientes y los puños; su voz salía ronca, afectada por los largos periodos de silencio, y su estómago decidió traicionarla y delatar el hambre que sentía, y lo desagradablemente apetecible que resultaba en plato de insípida comida- Anda a comer mierda, malparido hijo de p-

- No gastes energías en mí, querida- aconsejó embutiéndole la cuchara en la boca, moviendo el incide en negación antes de volver a llenarle la boca con arroz- Necesitarás esa fuerza para cumplir con tu trabajo ¿O es que acaso quieres vivir aquí para siempre?

La cazadora de almas se encogió ante las palabras del héroe, dejando de masticar para observarle con genuino temor; había sobrevivido a más de tres meses de confinamiento, sin contactar con nadie en el mundo exterior y resignándose a que su chaqueta era el único color que tenía permitido ver, no quería pasar más así, no cuando empezaba a olvidar como lucían verdaderamente los colores.

- Eso es, solo unas semanas más- esas palabras le causaron aún más angustia, Cooper no podía sentirlo, o eso quería creer; solo sería cuestión de tiempo antes que él descubriese la verdad. La hija de Black Hat había nacido, estaba segura, y pronto la obligarían a hacer algo que no tenía la voluntad de hacer- Ahora come, necesitar esa fuerza para regresar al mundo.

Entre lágrimas y sollozos terminó la desagradable comida, maldiciendo entre dientes a su captor y el día en que consideró buena idea aceptar un trabajo que lo involucrase a él.

Al quedarse nuevamente sola, volvió a encogerse en su rincón, abrazando sus piernas y cerrando los ojos para intentar descansar, pensado en la vida que había dejado atrás al atender esa llamada. Quería volver, extrañaba a Demencia, y los regaños y amenazas de Kirsi y Mawra... extrañaba todo lo que el mundo tenía para ofrecerle.

- Perdónenme... por favor- rogó a la nada, llorando en silencio y observado el techo, que a veces confundía con el suelo. No quería que la dejasen salir, pero añoraba tanto la vida que solía tener, que empezaba a considerar la idea de colaborar solo por recuperar su libertad.

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Hey! ¿Cómo los trata la vida? Volví a escribir solo la nota al final, como en los viejos tiempos, simplemente para aumentar la ilusión de continuidad.

Recuerdo haber dicho que tuvieran presenta que la noche es más oscura antes del amanecer... No lo olviden.

Hay mil cosas que quiero decir, y algunas que se van a quedar esperando hasta los agradecimientos, porque nos spoiler y no quiero que sus ganas de descabezarme aumenten más. Creo que lo correcto sería empezar por darles las gracias, no esperaba que me tuviesen algo de piedad después de lo que hice y dije; estaba listo para todo lo que vendría, menos para la ausencia de amenazas y reclamos.

Como dije antes, esto estaba planeado desde, más o menos, mediados de 2019 (casualmente, época en que conocí a Cats) y el motivo es el mismo que expresé antes, simplemente no quiero un final normal. No quiero algo cliché y, de algún modo, igual quiero un final feliz.

Ahora, posiblemente estén molestos por hacerlos llorar para luego traer a Flug de vuelta, pero quiero aclararles que en realidad no está vivo, es decir, lo que vemos es básicamente un fragmento de su alma que permanece atada al cuerpo gracias a la falta de control del poder de White Hat. Flug morirá eventualmente, y mucho antes de lo esperado.

Si, podría haberlo dejado muerto, pero quería que tuviese ese instante con su hija.

Por otro lado, creo que solo he llorado unas dos o tres veces escribiendo, es difícil hacerme llorar, y reconozco que haciendo este capítulo se me aguaron los ojos. Fue realmente jodido alcanzar este resultado. Pero, más allá de haberme tardado una semana solo escribiendo, estoy sumamente orgulloso del resultado.

Finalmente, un aviso de antemano: no sé cuidar niños. Mi información viene puramente de las cosas que me cuenta mi mamá y de internet, si tú tienes alguna experiencia, y creer que estoy cometiendo un error importante, o tienes algún consejo que darme, no tengas miedo de hacerlo.

Algo que olvidé, aunque considero obvio, es que la imagen en multimedia es de mi propiedad. La dibuje hace poco tiempo con este capítulo en mente ¿Qué les parece?

Muchas gracias por leer, en serio, no esperaba llegar hasta aquí, a pasos del final, y me alegra muchísimo que hayan decidido acompañarme desde el principio hasta ahora.

Nos leemos luego :)

Un último edit antes de publicar. Quiero que vean esta belleza de panel que subió Cats al album con todas las cosas del viejo AU.

Tu sabes que te amo y amo tu trabajo, pero ¡¿Tienes una idea de lo fuerte que me golpeó esto en el estómago?! Justo había terminado de escribir este capítulo cuando lo ví, y me sentí como un monstruo, jajajaja.

Bueno ya. Yo solo quería que vieran está belleza, y que vayan a darle amor al álbum, a lo mejor se encuentran con una o dos cosas bien interesantes.

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