•Capítulo 48: Sorpresas desastrosas•
Saludos cordiales, villanos.
What a journy! No creí que terminaría de editar la historia a tiempo, me tomó mucho más de lo esperado llegar a este punto, pero valió totalmente la pena. No solo pude volver a disfrutar de mi trama, sino que renové mi amor por la historia y aclaré todas mis ideas para lo que nos falta. Se vienen cosas grandiosas, y no puedo esperar para escribirlas.
Quiero agradecerles una última vez, al menos por ahora, por haberme tenido paciencia y haber esperado a que regresara en forma. Creo que logré superar exitosamente mis tontos miedos, y estoy listo para continuar hasta el final, para llegar a donde tanto deseo llegar.
¿Les parece si empezamos? Hace bastante que no tenemos nada del trabajo del huevito, y ya estoy empezando a extrañarlo. Centrémonos un instante en el octavo mes de embarazo; para este momento, los sentidos se encuentran casi completamente desarrollados, El oído funcionará a la perfección y sus ojos ya le permitirán notar los cambios de luz, aunque no será capaz de ver correctamente. De igual forma, en este periodo empieza a cambiar la posición del feto en el vientre, y recibe anticuerpos que ayudaran a garantizar su supervivencia en las primeras semana de vida, después del parto.
Es uno de los meses más complicados para la madre, pues el espacio para el feto es reducido, por lo que los movimientos se perciben más pesados y con mas fuerza, se puede presentar una dificultad leve para respirar, además, es la etapa en la que más peso gana el bebé, por lo que la madre puede sentirse mucho más pesada.
En este mes se presentan muchos problemas para descansar, tanto por el tamaño de la barriga como por la diferencia del patrón de sueño del bebé con el de la madre. De igual forma, debido a que el feto ocupa parte del espacio del estómago, la digestión se vuelve pesada e incómoda; normalmente se recomienda comer en cantidades pequeñas y con más frecuencia.
De igual modo, acompañando los problemas para respirar, se presentan problemas de espalda y calambres en las piernas, debido al peso del bebé y al esfuerzo que cargarlo puede implicar. En embarazos normales, es de esperarse que se presenten, con más frecuencia, las contracciones que ayudan al útero a prepararse para el parto.
En cuanto al bebé, es por este periodo de tiempo en el que se formas las conexiones neuronales que le ayudaran más adelante a identificar apropiadamente los estímulos y, a futuro, a formar recuerdos; esto también se aumenta su sensibilidad. Hacia el final del mes, la piel adquiere una coloración más rosácea, y es muy probable que se haya dado vuelta en el útero. Algo notorio es que, en este mes, la uñas están completamente formadas y es muy probable que ya tenga pelo.
Hacer esto no deja de parecerme fascinante, hay algo en la biología que la hace tan sumamente interesante, y espero que a ustedes les pase lo mismo. Ahora, ¿Saben lo que es exactamente un baby shower? Un baby shower es una fiesta que celebra la llegada del bebé, se suele organizar cuando queda poco para que nazca, es decir, en la etapa final de la gestación, normalmente a partir de los 7 meses de embarazo, Pero como toda tradición, existen variaciones.
Normalmente, se organiza por las amigas de la embarazada, el menú se basa en cosas dulces o postres de media tarde, se planean juegos relacionados con el embarazo, y se regalan objetos que tanto la madre como el bebé puedan utilizar a futuro. Esta celebración, igual que muchas otras cosas, se popularizó después de la segunda guerra mundial (los boomes son raros la verdad), principalmente en estados unidos.
Confieso que jamás he ido a un baby shower, no es mi tipo de celebración, y francamente, no les veo lo interesante. Aun así, celebraría uno si alguna de mis amigas queda embarazada, y si, eso incluye a mis amigas virtuales.
Voy a explicar una última cosa que, a mi parecer, algunos olvidamos que es algo en las series animadas. La temporalidad es un termino referido en que momento del tiempo tiene lugar un evento; las series animadas, y por ende sus personajes, están sujetos a una temporalidad. En el caso de Villainous, la temporalidad los ubica en nuestro tiempo, alrededor del 2018.
Este concepto limita las apariciones de los personajes, por ejemplo Penumbra, ella está sujeta a una temporalidad, llevada hacia 2019, pues es el momento en que aparece por primera vez, entendida como Villana. En la otra cara de la moneda, tenemos a Miss Heed, una heroína cuya temporalidad no está sujeta a su primera aparición, pues para llegar a ser la heroína famosa y conocida que es, primero tuvo que surgir como heroína.
¿A qué viene esto? Pues me convencí a incluir a Miss Heed como un personaje en la historia, manipulando su temporalidad para hacerla surgir como la heroína que hoy conocemos. Es solo un datito interesante que pienso utilizar a mi favor.
Tengo muchas ganas de volver a escribir en forma, lo extrañaba mucho, y como finalmente terminé con mis casa para el proyecto de grado, entonces creo que podré volver en forma por un rato.
⚠️ Este capítulo contiene escenas de naturaleza sádica. Por favor, lean con precaución.⚠️
¡En fin! Traigo muchas ideas frescas, y creo que les van a gustar. Ya dije todo lo que tenía que decir, así que, sin más preámbulos...
¡Disfruten de la lectura!
Esquivó la lanza de FrozenHeart, como ya era costumbre, alejándose tanto como el reducido tejado le permitía, retrocediendo hasta casi estar en el borde del edifico, apretando los diente y el mango de la espada como si con ello pudiese controlar sus impulsos apropiadamente
— ¡¿Y yo ahora qué mierda hice para que intentes matarme?! — cuestionó, siguiendo con cautela los movimientos de los lobos que la acompañaban, empezando a temblar por el miedo y la limitación que se había impuesto para no lastimar a la villana— ¡Esto es injustificado!
— En verdad lo es, Kirsi— no supo muy bien cómo reaccionar al ver a Mawra cargando con Arrow en la espalda; creía que, después de la desastrosa fiesta que habían tenido, no iba a tener que volver a lidiar con ellas por un tiempo, sin embargo, allí estaban, rodeándola e impidiendo su escape— Dark, baja la espada, venido en paz.
— ¡Y una mierda! Ella intentó apuñalarme, de nuevo— no tenía motivos para bajar la guardia, no después de haber recibido múltiples cortes y mordidas de los lobos y la lanza de la albina— ¿Qué es lo que quieren? No he hecho nada en varias semanas como para que me estén molestando.
— Queremos tu ayuda— intervino la joven de tres ojos antes que alguna de las otras dos decidiese hablar o actuar en contra de la cazadora de almas— Queremos hacerle un baby shower a Flug, y necesitamos tu ayuda.
— Awwww eso es- se detuvo a pensar en el instante en que terminó de procesar las palabras de la villana, uniendo los puntos tan rápido como el pánico le permitía pensar; sin duda iba a tener problemas por ello, Black Hat iba a matarlas a todas, y a ella la iba a torturar por el resto de la eternidad. Sin duda aquello iba a terminar muy mal— ¡¿Cómo es que saben?!
— Demencia nos dijo— no supo si sentir alivio al ver a Aracne sumarse a la escena, o si el pánico por saber lo que el futuro les deparaba iba a tomar control de sus acciones— oh bueno, algo así. Estaba bastante ebria cuando habló al respecto.
— Díganme que no le pidieron pruebas cuando estuvo sobria, por favor...— rogó bajando finalmente la espada, segura de que acabaría desmayándose por el estrés de la situación, sintiendo que algo abandonaba su cuerpo, aunque no estaba muy segura de qué.
— ¿No es adorable? — cuestionó Arrow, enseñándole una foto que, si bien era linda, posiblemente sería su sentencia de muerte; Flug estaba sentado en una cama, rodeado de muñecos de peluche y con 5.0.5, reducido a una adorable bola de pelo azul, durmiendo sobre su vientre. En verdad no sabía si el mayor problema era que se veía su panza de embarazo claramente, o que estaba sin la bolsa y todos podían ver su rostro— No sabía que Flug fuese tan lindo.
Se cubrió el rostro, lanzando maldiciones a cada dios o deidad en la que alguna vez alguien había crido, lamentando el momento en que había aceptado si quiera relacionarse con aquella villanas. Estaba segura que era una mala idea, cada parte de esa conversación tenía escrito "desastre" en letras rojas, advirtiéndole que no aceptase, que no ayudase a las villanas a festejar el embarazo de Flug. Sin embargo, el muchacho también era su amigo, y quería que se sintiese apoyado en tan crucial momento de su vida.
— Está bien...— susurró descubriéndose el rostro, suspirando y avanzando hacia el grupo, extendiendo la mano como si fuese a cerrar un trato— pero, tienen que ser discretas. Black Hat las matará si descubre que saben algo de esto.
וווו×
No entendía por qué la sensación de que algo andaba mal le seguía incluso estando a minutos de volver a ver a Slug, había querido atribuir aquel presentimiento a los muchos problemas que, recientemente, le habían complicado la vida, sin embargo, una parte de él sabía que no era así, que aquel presentimiento respondía a su instinto, no a su cansancio.
Bajó del vehículo, utilizando a Demencia como apoyo para no caer o perder el equilibrio; había tenido tantos problemas para caminar en los últimos días, que ya no confiaba en sus piernas en lo más mínimo. Avanzaron con pasos cortos hasta la puerta principal, en un silencio que agradecía internamente no tener que romper.
— Bienvenidos nuevamente— el entusiasta saludo de la heroína que habitaba la mansión no ayudo en nada a su nerviosismo; esperaba ver a Slug, ver su peculiar rostro o su falta de una sonrisa, no la brillante y alegre mirada de Clemencia— Slug los espera en su laboratorio.
— Te lo agradezco, Clemencia— se apresuró a decir, evitando que Demencia atacase a la chica con palabras acidas y llenas de un rencor que, si debía ser sincero, no entendía; pretendió avanzar y llevarse a la joven alebrije consigo, sin embargo, la heroína les cortó el paso con una sonrisa ligeramente traviesa.
— Me pidió que Teddy los escoltase— explicó con calma, leyéndole la mente y moviendo la mano para indicarle al enorme oso que se acercase, mientras ella cerraba la puerta— Hoy tenemos una cliente rondando la mansión, hay que ser precavidos.
Siguieron al oso sin poner en duda sus palabras, ambos sabían que era verdad, que si un cliente de White Hat estaba allí en aquel momento, lo mejor sería mantener un perfil tan bajo como fuera posible. Avanzaron por los pasillos con calma, manteniendo un silencio que, aunque se sentía tenso, no tenían muchas razones para romper.
— Oye, nerd— llamó Demencia cuando estuvieron a pasos del laboratorio, deteniéndose sin que su escolta lo notase, murmurando tan bajo como le era posible— ¿Cómo piensas explicar las mordidas? No creo que tu ex pase por alto ninguna de ella.
— Demencia, Slug no es mi ex— contestó con algo de frialdad, suspirando y evitando lo más posible si quiera pensar en las numerosas marcas que su pareja había dejado recientemente, esperando tener suficientes excusas para que el otro científico no las notase— No te preocupes, ya había pensado en ello, ahora ¿Entramos? El oso nos mira y me pone nervioso.
La joven alebrije obedeció porque también podía sentir la mirada del escolta que los había guiado hasta el laboratorio, y también se sentía nerviosa cuando el oso la observaba por mucho tiempo.
— Empezaba a pensar que estaban planeando algo— saludó el moreno con una antipatía poco usual en sus recibimientos, señalando la camilla en la que Flug debía recostarse, apurándolos con la mirada— Vamos, entre menos tardemos, mejor. No pienso arriesgarme a que nuestro cliente descubra su presencia aquí.
Flug respiró profundamente al poder finalmente descansar un poco; aun si el trayecto no era muy largo, llevaba ya un tiempo teniendo dificultades para respirar, y ahora que desconfiaba plenamente en sus piernas, caminar se había vuelto una tarea compleja. Se sentó en la camilla para esperar a que Slug se preparase, quitándose lentamente la gabardina que Black Hat insistía que usase y frotándose las manos con algo de nervios, impaciente por saber empezar con la revisión rutinaria.
— Bien, ¿Cómo te has sentido? — Slug podía ser demasiado frio cuando no parecía estar de humor, o al menos esa fue la impresión que tuvo al escuchar la pregunta. El moreno se sentó delante de la camilla, trayendo consigo tantos instrumentos como fueran necesarios— ¿Algún cambio o síntoma importante que reportar?
— Tengo problemas para respirar— admitió en voz baja, permitiendo que le subiera la camiseta hasta descubrir por completo su vientre, revelando también algunos sutiles rasguños de su más reciente encuentro con Black Hat— y... las piernas me están temblando últimamente, como si ya no... por favor no me veas así.
Aun si los ojos de Slug normalmente tenían una sola expresión, sentirse juzgado y que desaprobaban sus acciones le hacía sentir como si fuera un niño al que debían reprender, y detestaba esa sensación. El moreno se pasó las manos por el rostro, intentando despejarse la mente, respirando profundamente varias veces antes de volver a hablar.
— Mira, Kenning, aunque sé muy bien que el sexo no afecta un embarazo normal— empezó, levantándose para encender el ecógrafo, indicándole que se recostase y mantuviese la camiseta levantada— tu embarazo no es normal, ni siquiera sabemos cómo es que ocurrió. No tengo que explicarte porqué pienso que es una mala idea.
— Uy, parece que alguien está en abstinencia sexual— picó Demencia con picardía, riendo maliciosamente y trepando por las paredes hasta encontrar un buen punto para observar el laboratorio completo— ¿Acaso estas celoso de que a él si le dan y a ti no, Slut?
— Que Black Hat me llame puta ya es suficiente, muchas gracias— gruñó sin prestarle atención a la chica que, con risa burlona, comenzó a repetir insistentemente el apodo que el eldritch le había otorgado al aludido— Demencia, si no vas a aportar nada importante, te agradeceré que te largues de aquí.
Sin chistar, para sorpresa del castaño, la joven alebrije dejó el laboratorio tan pronto como su colega se lo ordenó, llevándose consigo la energía caótica que había empezado a inundar el ambiente. El moreno respiró con más calma al verse a solas con Flug, al menos así no tendría el constante eco de un apodo barato y las burlas hacia su vida sexual distrayéndole de la revisión.
— La falta de aire es normal— retomó el tema después de una silenciosa ecografía y toma de signos, a la que Flug no iba a acostumbrarse ya— el tamaño de la bebé presiona tus órganos hacia arriba, la nueva distribución toma espacio que normalmente usarían tus pulmones para expandirse.
— Básicamente, mi estomago me corta la respiración— concluyó con desanimo, preguntándose como volverían a acomodarse sus tripas una vez naciese la criatura que algún día llamaría hija; quería que naciese tan pronto como fuera posible, sin embargo, entendía que debían garantizar su desarrollo lo máximo posible antes de siquiera pensar en la extracción— ¿Qué me dices de mis piernas? Siento como si no tuvieran la fuerza para sostenerme.
— En teoría, no la tienen— admitió con un notorio mejor humor, recargándose en el espaldar de la silla, aguardando a que Flug se organizara la ropa para continuar con los demás exámenes de rutina— Hace unos meses, solo te soportaban a ti, ahora tienen que llevar a dos personas, y una de ellas crece a un ritmo acelerado. Black Hat no te tiene trabajando aun ¿O sí?
— No, ni siquiera deja que me acerque al laboratorio— admitió con tristeza, subiendo la manga de la camiseta hasta casi el hombro, extendiendo el brazo para que le tomase la muestra de sangre que, aunque no debían, deseaban analizar nuevamente— No sé si es genuina preocupación, o solo no quiere que vayas y me secuestres hasta que nazca.
— O camine si es necesario— murmuró más para sí que para el castaño, procediendo con tanta calma como podía, esperando que un pequeño pinchazo no fuese un problema a sumar a la lista de dolores de Flug— Parece que estas en buena condición, dentro de lo que cabe. Supongo que en el próximo mes tu salud se deteriorará levemente, pero es de esperarse, tomando en cuenta la clase de implantación que esto representa.
Flug le escuchaba con atención, deseoso por escuchar buenas noticias, o al menos una noticia medianamente decente que le subiese el ánimo. No iba a confesarle que se sentía horrible, no quería que lo supiese y culpase a Black Hat por ello, no quería alejarse de él cuando más necesitaba del silencioso apoyo que le brindaba.
— En cuanto a la cirugía, me gustaría esperar un poco más antes de pulir los detalles— desvió la mirada hacia un calendario colgado en la pared, leyendo las fechas en silencio, meditando— Creo que, si este examen sale bien, podemos empezar a pensar en programarla para mediados de septiembre; tomando en cuenta la cronología y el desarrollo que se aprecia en las ecografías.
— Eso me parece bien— admitió con algo más de tristeza de la que quería usar, contemplando el calendario con melancolía; aquella fecha estaba tan cerca, y tan lejos al mismo tiempo— me parece bien...
Slug se mordió el labio, buscando las palabras adecuadas para continuar la conversación; reconocía que estaba siendo bastante arisco en aquel momento, y tenía una buena razón para serlo, sin embargo, Flug no tenía la culpa de ello, estaba pagando por algo que no estaba si quiera en su control. Suspiró suavemente y, como si supiera lo que hacía, tomó entre sus manos la del castaño, apretándola con ternura y observando fijamente sus ojos, que brillaban ligeramente por las lágrimas.
— Kenny, todo va a salir bien— aseguró aun si no podía mantener su palabra, soltándole para llevar su mano hacia la bolsa, queriendo acariciarle la mejilla y limpiar cualquier lágrima que pudiese escapar de sus ojos— Has hecho un gran trabajo con ella, está sana, está viva y está lista para nacer, solo hay que esperar un poco más.
Flug se dejó acariciar con ese cariño que expresaban sus palabras, respirando hondo y tragándose las lágrimas, convencido de que sus palabras eran tan sinceras como la situación lo permitía. Una idea surgió en cuanto el moreno se alejó, volviendo a ser la persona distante y arisca que conocía, permitiéndole tranquilizarse un poco.
— Slug, ¿Puedo pedirte un favor? — murmuró con algo de temor, imaginando que ya había abusado bastante de su confianza y su amabilidad, suponiendo que, en algún momento, tendría permitido negarle cualquier cosa que le pidiese.
— ¿De qué se trata? — probablemente, bajo otras circunstancias, no consideraría la idea de pedirle algo más allá de lo que ya había hecho por él, sin embargo, confiaba en él, y quería creer que era una buena idea.
— Um... ¿Podrías... cortarme el cabello? — sabía que era una petición extraña, que era inusual pedir algo que era capaz de hacer por su cuenta, pero creía que era mejor a tener que batallar con el cansancio general que la tarea implicaría en su delicado estado— No ahora, claro, pero después. Quiero, no sé, quiero tenerlo corto para cuando nazca, aun si no puedo mantenerlo, será más fácil que seguir teniéndolo largo.
— Bueno, supongo que podemos cortarlo la próxima que vengas— se levantó de la silla con calma, ofreciéndole la mano al castaño para que también se levantara— Vamos, no tiene caso que te haga esperar aquí.
Flug se dejó guiar de regreso por los pasillos sin preguntar a que se debía aquello; normalmente aguardarían juntos a que los exámenes de sangre estuviesen listos, o se quedarían discutiendo temas de mutuo interés hasta que Demencia volviese para decir que se les hacía tarde y que debían volver antes de que Black Hat fuera a buscarlos. De cierta forma le alegraba la ruptura a la rutina, pero igual le preocupaba ser descubierto allí.
— Lo siento— murmuró Slug antes de permitirle entrar al salón principal de la mansión, revelando un panorama que, ni en sus más locos sueños, habría esperado ver— te juro que intenté impedirlo.
No sabía si emocionarse o preocuparse, tampoco sabía si el acelere en sus latidos era producto de la sorpresa o el miedo racional que le decía que debían marcharse, de inmediato. El grupo de villanas con que Demencia había empezado a fraternizar recientemente, acompañadas por Dark Blood y Clemencia, rodeaban una mesa decorada, sonriendo y sosteniendo globos de color rosa pastel, con algo de orgullo y complicidad en la mirada. El lugar estaba perfectamente ordenado para celebrar una fiesta, o mejor dicho, un baby shower que, aunque le parecía lindo, no deseaba tener.
— ¿Pero qué...? — jadeó sorprendido, mordiéndose el labio bajo la bolsa y sintiendo su estómago revolverse, alimentando el malestar general que lo acompañaba desde hacía días— Demencia ¡¿Qué hiciste?!
— No fue mi idea— se defendió la joven alebrije, encogiéndose de hombros y caminando hacia él, arrastrando consigo a la cazadora de almas, para ayudarlo a sentarse, o al menos a dejar de estar en medio de la habitación como un idiota— A las chicas les gustó la idea de darte regalos, y yo accedí porque hay comida ¿No es lindo? Van a mimar a tu Little Monster.
No sabía a quién regañar primero, si al grupo de villanas que habían tenido la idea, o a Demencia por ser tan lengua suelta y soltar el chisme como si en realidad no fuese nada importante. Las encargadas de la sorpresa lo rodearon en cuanto estuvo sentado, murmurando felicitaciones y cumplidos que sonaban falsos, aun si su mirada parecía honesta.
— Chicas— pidió cuando empezaba a sentirse abrumado, ignorando la sensación de la sangre nuevamente en su garganta; se había olvidado de lo desagradable que podía llegar a ser el modo violento conque su bebé se movía en ocasiones— oigan, el gesto es muy lindo, pero... no deberían saber nada al respecto.
— Oh, lo sabemos— interrumpió Mawra con notorio entusiasmo, acercándose de más al muchacho, que no pudo evitar sentir temor la cercanía del parasito de la joven villana— al principio ni siquiera creímos que fuera verdad, pero Demencia nos mandó esa adorable foto
— ¿Cómo que foto? — no creía que alarmarse fuera bueno para su estado de salud, sin dudas no era algo bueno, pero la situación no le iba a dar tregua a sus miedos. Si era la foto en la que estaba pensando, solo estaban sumando problemas a su lista— Demencia, dime que no es la foto que estoy pensando.
— Si piensas en la foto en la que estas con Quinientos Cinco dormido en tus brazos, entonces no te lo diré— de algún modo, la bolsa dejó de ser un escudo seguro para el mal estado de su rostro, sentía que ahora todos los presentes en aquella habitación podían verle, analizarle, juzgarle y desaprobar su apariencia, sus descuidos y las marcas que habían quedado para siempre en su piel— Hey, tranquilo, Blacky no sabrá nada. Tenemos todo cubierto.
— Él lo ve todo ¿Lo olvidas? — lamentó cubriéndose el rostro con las manos, arrugando la bolsa y huyendo de la mirada de las villanas, que parecían verdaderamente consternadas por como las emociones del muchacho variaban con tanta facilidad, incluso si era apenas notorio— Va a matarlas a todas, no se va a arriesgar.
— Oye, Flug— intervino la mayor de todas, agachándose para buscar su rostro, poniendo las manos sobre las rodillas del muchacho, hablando con tanta calma como el miedo compartido le permitía, queriendo tranquilizarlo, por el bien de la bebé y de él mismo— acordamos que, si Black Hat nos atrapa, yo tomaré la responsabilidad. No te preocupes por ellas y sus vidas, ahora ¿Qué dices si disfrutamos la fiesta? Para distraerte un rato de todo lo demás.
Flug observó los brillantes ojos magenta de la cazadora de almas como si en ellos estuvieran todas las respuestas, respirando profundamente y calmándose un poco; ella tenía razón, aquella ocasión le permitía despejar su mente, pensar en su bebé de otro modo, uno más alentado. Asintió con otro suspiro, agradeciendo la compresión y sintiéndose ligeramente mejor, más tranquilo.
— ¡Muy bien! — festejaron las demás villanas, alejándose del muchacho para traer hacia él las cosas que tenían preparadas, los juegos y bocadillos que planeaban compartir. Todas deseaban que aquella fuera una tarde maravillosa.
— Lo primero en la lista... — anunció Arrow, metiéndose un cupcake de glaseado rosa entero a la boca, manchándose los dedos y los labios en el proceso— es ¡Vístele primero! Tenemos dos muñequitos de bebés, haremos parejas, y quien primero vista su muñeco, será el ganado.
El castaño permaneció en silencio durante la explicación, analizando las diversas reacciones de las demás presentes con una sonrisa bajo la bolsa. Sentía una calidez en el pecho que creía muerta hacia años, se sentía verdaderamente en familia, en un ambiente cálido y agradable que le alegraba la vida.
— ¿Piensas jugar, chico guapo? — se había olvidado de Slug hasta el momento en que Devika le dirigió la palabra, utilizando un tono seductor, mu propio de un demonio como ella.
— Mientras mis servicios no sean requeridos por mi jefe— murmuró, acercándose hasta estar junto al castaño, apoyándose en el espaldar de la silla y aguardando a que las villanas ordenaran todo para iniciar el juego— Kenny, perdón, te juro que intente detenerlas, pero a White le pareció una buena idea.
— Descuida— tranquilizó sin mirarle, siguiendo a cada una de las villanas mientras preparaban los muñecos y la ropa que, según las reglas, deberían colocarles; le llamó la atención que todas las prendas fueran para niña, como si ya supieran lo que iba a tener— tienen buenas intenciones, aunque son irresponsables, siguen siendo buenas intenciones.
— Bien, primero irán Demencia y Dark— anunció la villana de tres ojos, arrastrando una silla para sentarse junto a Aracne, sacando un cronometro y colgándose al cuello, aguardando a que las nombradas estuviesen listas para empezar— ¿Listas...? ¡YA!
A Flug le pareció entretenida la forma en que Demencia, con brusquedad y desorden, intentaba vestir al muñeco lo más rápido posible, maltratándolo y forzando las cosas, mientras que Dark, aun con el odio jurado a los bebés, era cuidadosa y paciente, siguiendo pasos estándares que posiblemente los años le habían enseñado. Naturalmente, la joven villana fue la primera en acabar, su muñeco estaba vestido tal y como ella, con un desastre de colores y prendas dispares, que a Flug le causaban ternura.
— Vaya, aún sigue en una pieza— corroboró la arquera, examinando el trabajo de Demencia como si ver el juguete vestido no fuese suficiente prueba de que había ganado por tiempo— No es lo convencional, pero Demencia gana.
Mientras la siguiente pareja, conformada por Clemencia y FrozenHeart, se preparaba para empezar, Slug se excusó y dejó la estancia, según él, por órdenes de White Hat. Ni Flug ni nadie cuestionaron su repentina huida, ya suponían que acabarían retirándose de la fiesta en algún momento, solo no esperaban que fuera tan pronto.
— Aww, Clemencia es muy delicada— burló con malicia Devika, queriendo desconcentrar a la única heroína del grupo, obteniendo solo resultados desfavorables para la villana que pretendía apoyar, quien empezó a reír a carcajadas por el comentario— ¡Kirsi concéntrate!
La risa se contagió en el grupo, que soltaba comentarios de aliento a la chica que creían que mejor lo haría, burlándose de los inútiles intentos por sabotear la competencia. Aun si era algo inocente y casual, seguía presente la innata rivalidad de las villanas con cualquier ser relacionado con los héroes. Con todo y sabotajes, Clemencia acabó por derrotar a la villana albina con suma facilidad, como si tuviera experiencia en el asunto.
— Flug irá contra Aracne— anunció la arquera, empujando a su amiga a unirse al castaño, que se esforzaba por mantener el buen humor, aun cuando el mal presentimiento empezaba a sentirse con más fuerza— ya que nuestro pretty boy nos dejó.
El miedo al enfrentarse a un muñeco que, en un futuro próximo, sería su hija era difícil de describir; estaba perfectamente consciente de lo que tendría que hacer, de qué clase de trabajos y tareas empezarían a robarle el sueño, sin embargo, no había practicado ninguna hasta ese momento, y la realidad golpeándole en aquel instante no era precisamente amable.
Comenzó lento, estudiando la ropa y poniendo un orden necesario a cómo debía proceder; empezó con el body blanco que, normalmente, haría las veces de camiseta, temblando al meter los brazos del muñeco en las mangas, intentando ignorar los ánimos que las villanas le brindaban. Prosiguió con un leggin del mismo color, cuidando mucho no forzar las piernas del muñeco, imaginando que tan complicado sería hacer aquello con un niño real, con una cría de Black Hat.
Continuó con los zapatos, la falda y el abrigo, más confiado que antes, coronando el atuendo con un gorrito de lana que, a sus ojos, era la cosa más adorable del mundo. Suspiró aliviado al ver terminada la tarea, sonriendo orgulloso y aguardando a ver la reacción de las chicas; era consciente de que, con la ventaja de brazos extra, la joven araña había terminado mucho antes que él, sin embargo, agradecía que le hubiesen dejado terminar, que le hubiesen permitido practicar.
— Es hermoso— celebraron con ternura, acercándose a él para observar el modo en que había vestido a su muñeco— Serás una gran mamá, Flug.
— Papá— corrigió con vergüenza, regresando a su silla como si fuese una necesidad obligada, pasándose la mano por la nuca y huyendo de la mirada de las más curiosas del grupo— Soy hombre, que esté esperando no cambia eso. Black Hat es el padre, pero yo sigo siendo su papá.
— Me parece bien que pienses así— animó la cazadora de almas, recargándose contra una mesa, comiendo a bocados pequeños un cupcake, igual al que había tomado Arrow más temprano— Bueno, yo digo que pasemos al siguiente juego, la tarde corre y el tiempo no espera a nadie.
— Dark tiene razón, nosotros deberíamos marcharnos en media hora— secundó Demencia, sentándose con las piernas cruzadas sobre una mesa, bajándose la capucha de lagarto y arreglándose el cabello, con la mirada fija en la cazadora de almas— ¡Elijamos nombres!
— No, seguro Flug ya tiene un nombre para su bebé— declinó la albina, sentándose en el piso, observando a Arrow y Aracne discutir acerca de que harían ahora— ¿No, Flugcito?
— En realidad...— el silencio de las villanas le puso incomodo, como si aquello fuera un crimen o algo similar— no he tenido mucho tiempo para pensar en ello, y... nada se siente correcto. Ningún nombre me parece apropiado para ella.
— ¡Entonces elijamos nombre! — volvió a animar la joven alebrije, alzando los brazos en el aire para expresar su ferviente deseo de dar sugerencias para el nombre de la futura integrante de la mansión— ¡Yo digo que la llames Flug junior!
— Demencia, no le voy a poner mi apellido como nombre— rechazó con incredulidad, rodando los ojos e ignorando cualquier nuevo comentario que pudiese tener la joven alebrije— Y ni si quiera pienses en mi nombre, no la voy a llamar Kenning.
— ¿Qué tal Merlina? — opinó Clemencia, imitando a la alebrije y sentándose en una mesa, aunque con los pies colgando para poder balancearlos— Por Merlina Adams, podría quedarle bien.
— Yo pensaba más en un nombre como...— la albina se quedó pensando un instante, jugando con su cabello con calma, peinándolo y murmurando para sí cosas que los demás, o no entendían, o no llegaban a escuchar— Kaira, o Ashina. Son nombres poderosos.
La discusión por el mejor nombre fue escalando lentamente hasta ser un debate serio respecto a quien podía proponer el mejor nombre de todos; la lista crecía conforme surgían más y más ideas de parte de las villanas. Flug escuchaba cada opción y las razones por las que eran buenos nombres, pero ninguna le parecía apropiada, todas eran buenas ideas, todas encajaban con cualquier apellido que le diesen, pero... simplemente no encajaban.
Un repentino cambio en el ambiente calmó la acalorada discusión repentinamente, como si la temperatura hubiese descendido y el tiempo se hubiese paralizado; Flug fue el primero en darse cuenta de que era lo que había causado aquello, gracias a la alegre reacción de su bebé. Dark comprendió, posiblemente demasiado tarde, que de todos los posibles escenarios que habían contemplado para evitar las consecuencias, nunca creyeron que él se presentaría en la mansión.
Fluyó por los pasillos, pidiendo a modo de orden que nadie saliese o se moviese de su sitio, dispuesta a investigar lo que ocurría. Acabó por llegar a la oficina del demonio blanco, escuchando una conversación que no la incluía, pero la afectaba directamente.
— ¡¿EN QUÉ MIERDA PENSABAS WHITE HAT?! — sin duda Black Hat iba a asesinarlas a todas, a despedazar sus cuerpos en mil maneras, prologando su sufrimiento tanto como fuese posible— DE TODAS LAS TONTERÍAS QUE HAS COMETIDO EN TU VIDA...
— Hermano, estas exagerando las cosas— intentó tranquilizar el aludido, hablando tan suave como podía, alzando las manos en son de paz, escudándose tras Slug y un arma que, posiblemente, no haría mucho contra el villano— nadie sabe que están aquí, me aseguré de eso. Él está a salvo, igual que tu cría y-
El tentáculo terminado en una cierra eléctrica que quebró la ventana dejó las palabras del eldritch en el aire, flotando a la espera de ser retomadas, o al menos escuchadas. Black Hat apenas y se mantenía reconocible, era un amasijo de cierras, bocas, insectos y sombras, todas conectadas al familiar rostro del villano, que ahora tenía múltiples ojos, los colmillos agrandados y un odio palpable.
— Me importa una mierda si fuiste precavido o no, alimaña— gruñó con odio, reduciendo el espacio de acción del científico hasta tenerlos a ambos acorralados contra la ventana, amenazados por aguijones y cierras— La poca capacidad de razón que tienes te hizo cometer una estupidez ¿Qué esperabas que fuera a pasar? ¿Crees que en verdad iba a quedarme esperando mientras una partida de parásitos sin propósito alertaba al mundo de su existencia?
— Tus villanas solo tenían buenas intenciones, hermanito— le sorprendió el modo en que Black Hat, sin meditarlo un instante, atravesaba el ojo izquierdo de su hermano con un aguijón, derribándolo hacia un lado, salpicando la espesa y oscura sangre en toras direcciones.
— El camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones— finalizó con rabia, regresando a la forma bien conocía, conservando los múltiples ojos en el rostro, ensanchando la sonrisa hasta deformarla por completo— Deberían agradecer su posición en este juego, de lo contrario, me divertiría más con su sufrimiento. Si me disculpan, tengo asuntos que atender.
Regresó a toda prisa al salón donde, tal y como había ordenado, permanecían inmóviles las villanas, respirando suavemente, como si desearan hacerse invisibles. Su instinto la llevó a quedarse junto a Flug, protegiéndole y tranquilizándole, acariciándole la espalda para brindarle apoyo.
— Demencia, ven— pidió suavemente, considerando un instante el tomar sus dagas y enfrentar al demonio que, aun en el silencio, podía escuchar acercarse a pasos lentos, calmos, tortuosamente calmos— Será mejor que estés a su lado...
Todas las villanas, Clemencia, y la misma Dark Blood, cayeron de rodillas en cuanto la puerta se abrió bruscamente, dejando a Demencia y Flug a merced del enojo del villano. La joven alebrije se encogió al observar el rostro de su jefe, que sonreía grotescamente y los observaba con una anormal cantidad de ojos inyectados en sangre. Quiso hablar, reconocer su culpa, pero la voz no le salía, estaba atrapada en su garganta, ahogándola lentamente.
— Es decepciónate cuando marionetas tan útiles como ustedes se rompen— admitió el demonio con una voz que parecía no venir de él, avanzando hacia el centro de la estancia, reventando globos a su paso, pudriendo los bocadillos que no habían logrado comer, destrozando cualquier decoración que las villanas hubiesen colocado— aunque, no esperaba más de parásitos tan inservibles y fracasados.
Flug se encogió en su lugar, cerrando los ojos con fuerza y aguantando el llanto al sentir la garra del eldritch en su mejilla; sabía que no iba a lastimarle, pero eso no desvanecía el miedo de los recuerdos, de la imagen que tenía delante. Podía escuchar su corazón en los oídos, latiendo con una fuerza peligrosa, complicando aún más el respirar con normalidad; podía sentir a su bebé moviéndose con alegría al tener a su padre cerca, era ya habitual que fuese así, pero no quería sentirla en ese momento, no cuando tenía tantos problemas para oxigenar su sistema.
— Para suerte de todos ustedes— la calma de sus palabras, el que su voz tuviese un origen fácil de identificar, no disminuyó la tensión del ambiente; todas las presentes tenían la mirada fija en la pareja, en la imagen ligeramente tierna que aquel macabro momento reflejaba— ninguno de ellos está herido.
Poco a poco, cada una de las presentes pudo levantarse, o al menos sentarse y moverse con normalidad, recuperando el control de sus cuerpos. Black Hat paseó la mirada por cada una de ellas, siempre con la grotesca sonrisa en el rostro, girando su cabeza como un búho o un poseído, finalizando en la cazadora de almas a sus pies.
— Si ustedes, intento de villanas de quinta, valoran sus vidas— inició calmo, dejando de tocar a Flug, girando sobre su eje para darle la espalda al trio, ladeando la cabeza y aumentando la pesada aura que traía consigo hasta volverla casi asfixiante— se largarán de esta mansión de inmediato, y no volverán a tener contacto con mis subordinados por asuntos ajenos al trabajo. Desobedezcan, y les presentaré en carne propia esos miedos que nos las dejan dormir en las noches.
Bastaron segundos para que solo quedaran Demencia, Flug y Dark en la habitación, aguardando a recibir órdenes, huyendo todo el tiempo de la mirada del eldritch.
— Ustedes dos, ¡Largo de aquí! — ordenó, dirigiéndose a la villana y la cazadora, señalando la puerta a su espalda, apretando los dientes y gruñendo igual que un animal salvaje— Las quiero en mi mansión de inmediato. Si desobedecen, las dos pagaran las consecuencias.
Dark tomó la mano de Demencia y, sin esperar a una segunda orden, o un final inmediato, desapareció tal como lo haría el demonio, hecha una sombra que se perdió de vista al mezclarse con las demás. Flug respiró profundamente al verse solo, aguardando a escuchar su sentencia, o una orden tajante que le costaría horrores cumplir apropiadamente.
— Nos vamos— sentenció el villano, dándole la espalda y avanzando hacia la salida, cruzando las manos por la espalda e ignorando cualquier queja o petición que tuviese el muchacho— Lo quiero en mi auto de inmediato, doctor. No me haga volver por usted.
Se obligó a caminar con confianza, avanzando con ligera prisa hacia la puerta principal, mordiéndose el labio y tomando pequeños descansos para recuperar el aliento, siendo tan veloz como su condición le permitía. Podía sentir la mirada de Slug en su ser, posiblemente esperando la oportunidad de acercarse e impedir que fuese con el villano.
— Voy a estar bien— aseguró con confianza, apoyándose en el marco de la puerta principal, evitando girar la cabeza, prefiriendo que su amigo no viese el temor en su mirada— Black Hat no me hará nada, preocúpate más por Clemencia.
Bajó las escaleras antes de poder escuchar una respuesta, obligándose a no llorar o quebrarse, a no caer de rodillas o dejar que el miedo fuese más fuerte. No temía por su vida, entendía, de algún modo, el actuar del demonio, pensaba más en Dark y Demencia, en qué clase de castigo tendría preparado para ellas en aquel momento.
Subió al Phantom con calma, cuidando de no caer o golpearse la cabeza, huyendo de la mirada de su pareja, controlando a duras penas el temblar de sus manos. Quería tranquilizar al demonio, recordarle que estaba bien y que la intención de las villanas no había sido mala, pero no sabía cómo.
— De todas las estupideces que podían haber hecho— gruñó mientras el auto arrancaba, cruzando los brazos sobre el pecho y apretando la mandíbula con la suficiente fuerza para rechinar los dientes— ¡¿Por qué mierda eligieron esta?! ¿En qué estaban pensado Flug?
— Jefecito, discúlpelas...— pidió con calma, mordiéndose el labio; tenía la voz pañosa, no sabia si por miedo o por el modo en que el villano le culpaba también de la celebración— ellas solo querían darnos una linda sorpresa. Yo no sabía nada.
— ¿En serio esperas que te crea? — no sabía realmente porqué se sentía traicionado, o que era lo que más alteraba sus nervios, simplemente sabía que estaba molesto, que el irresponsable actuar de su hermano, y de las villana, le enojaban— Vamos Flug, ¿Cómo supieron donde vivía mi hermano, o cuando vendrías a ver a Slut?
— Señor, si esto hubiera sido mi idea— explicó con calma, quitándose la bolsa y los googles, queriendo mostrarse lo más sincero posible ante el eldritch— le habría pedido permiso para hacerlo en su mansión, no en la de White Hat— no quería comentar lo que tenían en mente, pero sabía que era la mejor explicación que tenía a las acusaciones del villano— Yo mejor que nadie sé lo peligroso que puede si... si la persona incorrecta descubre la verdad...
Black Hat observó de reojo al muchacho, lucia preocupado, o al menos eso era lo que podía leer en su comportamiento; sabía lo que quería decir, aun sin haberle preguntado jamás por su pasado, sabía que esa preocupación tenía origen en la familia de la que no sabía nada. Y lo entendía.
— Flug— llamó con mucha más calma, descruzando los brazos y atreviéndose a tomar entre su garra una de las manos del muchacho, entrelazando sus dedos y llevándola hasta sus labios para besar el dorso— deja de preocuparte.
El muchacho, que había aprendido a leer la comprensión en sus palabras, sonrió y se acercó más al demonio, recargando la cabeza en su hombro, disfrutando de la calma que su presencia le traía. Se sentía tan tranquilo a su lado, aun cuando debía temer a su presencia, estar junto a Black Hat le tranquilizaba.
וווו×
Se apartó de la joven alebrije en cuanto volvieron a ser entes materiales, rodeándola y maldiciendo en voz baja, murmurando planes que descartaba de inmediato, intentando encontrar una manera de enfrentar el problema sin poner en riesgo a Demencia.
— Oye, cálmate— Demencia se lanzó al sofá de la sala de estar, acostándose y utilizando los brazos como almohada, ignorando la verdadera seriedad de la situación— Blacky solo nos va a gritar y ya, siempre es así. ¿Qué dices si vamos a causar problemas? Quiero divertirme un poco.
— Tu no entiendes, ¿Verdad? — cuestionó con enojo, dejando de caminar como animal enjaulado para encarar a Demencia, que se comportaba como la adolescente que era— Black Hat nos va a destripar, o algo peor. Les dije que era una mala idea, pero lógicamente, lo mejor es no escuchar la voz de la razón.
— ¿No qué tú te hacías cargo? — le recordó con fastidio, soltándose el cabello y acomodándolo para que se viera más desastroso, creando en el proceso un par de cuernos que, aun sin la capucha, quedaban en el mismo lugar— Vamos, relájate un poco, de seguro Flug se lo coge y se le olvida.
La cazadora de almas jadeó exasperada, frotándose el rostro con frustración; valoraba a Demencia como una amiga, alguien importante, pero la imprudencia que conllevaba su forma de ser le molestaba, y preocupaba. ¿En cuántos problemas se había metido al tener esa misma mentalidad?
— Deja de actuar como una niña— regañó finalmente, acercándose a Demencia con enojo, cruzando los brazos sobre el pecho y observándola con desaprobación, sintiéndose como una madre que reprocha a su hija— Que yo tome la responsabilidad no quiere decir que- WOAH!
Demencia la atrajo hacia si fácilmente, tomándole por el borde de la camiseta y aprisionándola en un abrazo que, lejos de ser cariñoso, se sentía asfixiante; Dark se removió entre los brazos de la villana, buscando respirar mejor, descubriendo que la fragancia de la chica era mucho mas agradable en cercanía.
— Deberías relajarte— sugirió en un ronroneo, abrazándola por la cintura con las piernas para restringir aun más sus movimientos; dejó su torso libre para tomarle el rostro, sonriendo con malicia y acariciando la cicatriz que tenía en la mejilla, acortando distancia— ¿Y si te vuelvo a besar? En la fiesta funcionó bien.
— ¡¿Lo recuerdas?! — chilló con una voz notoriamente más aguda de lo normal, sintiendo las mejillas rojas y la vergüenza tomando el control de sus emociones. Empezó a removerse con más violencia, a medida que Demencia se acercaba más a su rostro, riendo burlona— ¡Es-espera!
— Me gusta vete nerviosa, es divertido— admitió, dejándola libre, pasando nuevamente las manos tras su cabeza, hundiéndose en el sofá como si deseara fundirse con él, conservando siempre esa sonrisa burlona y maliciosa— ¿No piensas moverte? Parecía que querías salir corriendo.
Cualquier respuesta que pudiera tener planeada desapareció en el momento en que, para su fortuna o desgracia, Black Hat entraba en la mansión, llamando a gritos su nombre, exigiendo su presencia en la oficina. Consideró que hacer un instante, suponiendo que un pequeño retraso no podría añadirle peso al castigo; se levantó y avanzó hasta estar a la altura del rostro de Demencia, inclinándose y dejando un beso en la frente de la villana, desapareciendo antes de poder recibir quejas o reclamos. Si ese era el juego que quería jugar, entonces iba a unirse a la partida y competir para ver quien se rendía primero.
Suspiró profundamente antes de entrar en la oficina del demonio, suponiendo que su destino estaba sellado, al menos por esa tarde. El recibimiento fue tal y como lo esperaba, un enorme aguijón atravesándole el pecho de lado a lado, desgarrando su carne y su ropa como si fuese mantequilla, salpicando sangre hacia el pasillos en todas direcciones.
— Señorita— saludó el villano con calma, atrayéndola hacia sí sin borrar la amplia sonrisa de sus labios, chasqueando los dedos para cerrar la puerta, limpiando las gotas de su maloliente sangre de las paredes del pasillo— le importaría explicarme ¿En qué estaba pensando? Adjudicarse la culpa por tantas villanas es un acto sumamente estúpido.
— Lo sé...— reconoció con dificultad, intentando no moverse mucho en el tentáculo que aun atravesaba su pecho, parpadeando constantemente para enfocar la mirada en Black Hat y su inquietante expresión— pero ellas... no están hechas para, para soportar esto... yo si...
Cortes y mordidas, todas hechas por los tentáculos del eldritch, empezaron a plagar su cuerpo, desgarrando su carne y su ropa, salpicando la habitación de sangre y llenando el ambiente del desagradable olor a podido que despedía su sangre.
Dejaba salir gritos ahogados cada vez que una nueva herida cubría su ser, llorando y sintiendo nauseas por el dolor y el aroma, temblando cada que sentía los roces de los dientes y las cierras sobre su piel. Apenas y podía escuchar la risa de Black Hat sobre sus lamentos. Empezaba a desvanecerse, a creer que finalmente había algo capaz de acabar con su vida, cuando el calor de su sangre cubriendo las heridas le recordó la dolorosa verdad de su existencia.
— Espero que, la próxima vez— gruñó Black Hat chasqueando los dedos y dejándola caer como el peso muerto que era al suelo, pasándole por encima con dirección a la salida— tenga la sensatez de infórmame acerca de los planes de mis clientes.
Intentó moverse lentamente, al menos para dejar de parecer un cadáver, sin embargo, el nivel de dolor que soportaba su cuerpo era demasiado como para forzarse a hacer algo. No creyó que podría seguir consciente tras tal tortura, sin embargo allí estaba, observando el techo con la mirada nublada y los sentidos confundidos.
Lo último que vio antes de desmayarse fue la brillante cabellera de Demencia en el techo, colándose por una ventila, bajando a toda prisa para ayudarla. Sonrió ante esa idea, creyendo que, al menos por una vez, podía permitirse ser la débil e indefensa damisela en apuros.
וווו×
Observó a la heroína organizarse el cabello tras los auriculares, desaprobando su llamativa apariencia y sintiendo ligera repulsión por el dulce aroma que la rodeaba, esperando no tener que lidiar con ella por mucho tiempo.
— ¿Me garantizas que con esto podre controlarla? — volvió a preguntar, como si las palabras de la joven al otro lado de su escritorio fuesen solo mentiras en las que no podía confiar— La idea es un tanto... absurda.
— Um... si— murmuró con nerviosismo, moviendo las piernas nerviosamente, huyendo todo el tiempo de la mirada del otro, como si temiese que alguien la notara— mis pruebas demuestran que puede controlar a cualquiera, o al menos en teoría debería ser así.
Cooper volvió a observar la botella de cristal en su mano, suponiendo que la doctora Wellis había tenido mucho que ver en la creación de aquella desagradable fragancia, al menos antes de caer en las garras del sombrero.
— Bien, señorita— retomó la palabra, complacido por los resultados de aquella visita— me aseguraré que su convenio con White Hat no sea de conocimiento público, en tanto me garantice que obtendré lo que necesito con su perfume.
— Cualquier, am... cualquier problema...— intentó hablar con fluidez, bajando la cabeza para no pensar en como los ojos de su interlocutor la juzgaban en silencio— solucionaré cualquier problema que tenga... Agente Slys.
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Holy shit. Terminar esto me tomó cuatro días. Creo que necesito volver a ponerme en forma si quiero cumplir mis planes en el tiempo que deseo hacerlo.
¿Cómo están? ¿Me extrañaron? Porque yo si los extrañe a ustedes, a sus comentarios y a esta hermosa historia que se ha convertido en mi bebé. Tenía tantas ganas de volver a escribir para ustedes, que me frustra no haber terminado antes este capítulo; no sé si es perfecto, puede que no, pero eso da igual, me hace feliz simplemente volver a publicar y seguir contando esta historia que a todos nos gusta.
Que Miss Heed aparezca en la historia es más un capricho que una necesidad para la trama, aun así, las teorías que hay de ella me vienen de maravilla para lo que va a pasar, y no pienso desaprovechar la oportunidad; espero que no les moleste el cambio de personalidad momentáneo.
Una última cosa antes de despedirme, ya pueden leer el prólogo de "De Amores y Causas Perdidas". Sé que todos estaban emocionados por la historia, y me encantaría verlos a todos allí, apoyando con el mismo amor a White Hat y Slug.
Sin más, muchas gracias por leer.
Nos leemos luego :)
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