•Capítulo 35: El pasado será nuestro prólogo•
Saludos cordiales, villanos.
¿Cómo los está tratando el encierro? Yo ya estoy hasta la madre de estar en mi casa, pero con tal de ayudar a que la situación no empeore, unos días sin ver el sol no van a matarnos.
Ahora, como estoy hasta la madre de ver las cuatro paredes de mi habitación, y quiero escribir cosas gays para hacer algo productivo con mi tiempo y no deprimirme (más), vengo a ustedes con el nuevo capítulo, que como siempre, espero que les guste. ¿Comenzamos?
La frase que aparece como título de este capítulo, si bien la tome de un libro que me gustó mucho, esta es atribuida a William Shakespeare; es entendida como una forma de decir que, sin el pasado, no habrá futuro. Muchas personas la interpretan, erradamente a mi parecer, de la misma forma que el "Un pueblo que no conoce su historia, está condenado a repetirla"; sin embargo, la frase del dramaturgo inglés está más enfocada al hecho de que, sin tu pasado, no serias quién eres y no tendrías un futuro como el que ahora se muestra ante ti.
Ahora, a mí no me engañan, yo sé que ven o han visto porno. Nadie se ha escapado de eso, pero ¿No le interesa saber un poco de su historia? Digo, por pura curiosidad. El término "pornografía" se refiere a todos aquellos materiales, imágenes o reproducciones que representan actos sexuales con el fin de provocar la excitación sexual. Desde la década de 1970, las películas y fotografías con dicho contenido sexual explícito recibían la clasificación X, para diferenciarlas de las de erotismo más suave (S).
A lo largo de la historia, en diversas culturas, se encuentran manifestaciones pornográficas de hombres y mujeres. Un ejemplo son las estatuas que presentaban a las mujeres con enormes senos y hombres con falos prominentes, sin embargo, dichas representaciones eran concebidas con el objetivo de pedir a los dioses cosechas abundantes y tierras fértiles, no buscando la excitación sexual.
La pornografía, tal como la conocemos hoy en día, surgió con la aparición de la fotografía. Pocos años después de que Daguerre inventara su daguerrotipo ya se hacían las primeras fotos de desnudos y las primeras fotos de parejas en el momento del coito. Es con esta aparición que se otorga el nombre de "pornografía" a estas representaciones eróticas, durante los 1800.
La invención del cinematógrafo amplió aún más la producción de pornografía, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial. En los Estados Unidos, la llamada revolución sexual de los años sesenta permitió que temas de sexualidad se trataran más abiertamente. Una consecuencia indirecta de estos cambios sociales fue el aumento en la producción gráfica de material de contenido erótico. De hecho, en 1959 el posterior prolífico realizador Russ Meyer rueda su primera película «El Inmoral Sr. Teas», que marcaría el inicio de la carrera de explotación del desnudo femenino en el cine, sin alcanzar todavía la explicitud del actual Porno; a estas películas de corte erótico se las denominaba nudies.
En la década de 1980 llegó al público a través de videos. Con la difusión masiva del video, millones de personas en todo el mundo pudieron ver películas porno en la privacidad de sus hogares, sin tener que asistir a un cine porno, lo que resultaba algo embarazoso. Naturalmente, con la llegada del internet, la expansión de la industria y la accesibilidad al material le brindo una expansión aún mayor.
Naturalmente, hay leyes que rigen y regulan la producción de material; la gran mayoría de países islamistas y China consideran cualquier tipo de pornografía como ilegal. En Estados Unidos, los productores obligan a los actores a someterse regularmente a exámenes médicos, con la intención de prevenir el contagio de ETS. En todo el mundo, la pornografía infantil es ilegal y castigada.
Entonces, se preguntarán ustedes ¿A qué vienes esto? La mayor parte es para culturizar, porque estoy segura que la gran mayoría ignora esto; la otra parte, bueno... hace unos días, mientras buscaba la mejor forma de empezar este capítulo, Cats-Dont-Draw empezó a recibir una curiosa cantidad de preguntas acerca de la intimidad de Black Hat y Flug. Un par de esas preguntas estaban centradas en este tema. Y la respuesta que ella dio fue lo que necesitaba para empezar a escribir, so... ahora estamos aquí.
(Roguemos a los dioses que Wattpad no vuelva a ser un Pussy como hace poco y censure el capítulo, porque lo mato.)
Sin absolutamente nada más que agregar ¡A leer!
El cielo de aquella noche era negro, casi tanto como el sombrero de su jefe; la lluvia caía con violencia y el viento sacudía los árboles con la intención de arrancarlos de raíz. Era una noche poco agradable, que traía a su mente recuerdos no muy gratos de años pasados, de momentos que ahora estaban en su rostro para siempre.
Suspiró cerrando los ojos, intentando alejar su mente de aquella época que deseaba olvidar. Estaba cansado, agobiado del trabajo, listo para dejarse caer en las sabanas y olvidarse de todo por una noche, sin embargo, las fechas de entrega de los pedidos estaban a la vuelta de la esquina; y si bien mucho estaban listos, aun había un alto número que debía ser terminado en los próximos días.
— Esto es inútil— se dijo después de varios minutos, poniendo sus manos sobre los googles y soltando un sonoro quejido de frustración. Sabía perfectamente que, por más empeño que pusiese, concentrarse con una tormenta de tal magnitud sería imposible.
Levantándose de su lugar, apagando la computadora y considerando seriamente donde dormir aquella noche, paso unos cuantos segundos observando los rayos iluminar el cielo. Admitía que era un espectáculo admirable, imponente, majestuoso. Probablemente, de todas las cosas que volvían aquella una mala noche, los rayos eran lo que menos detestaba.
— ¿Baw? — el adormilado gruñido del oso captó su atención, ayudándolo a olvidarse por un momento de lo alterado que se encontraba— Baw...
— Tranquilo Quinientos Cinco, es solo una tormenta— susurró con voz cariñosa, acariciando la cabeza del animal, desacomodando ligeramente su pelaje, intentando tranquilizarlo— Vuelve a dormir pachoncito, todo va a estar bien...
Decidido sentarse junto a él mientras volvía a dormir, acariciando su pelaje y disfrutando de la calma que el experimento le brindaba. Esos momentos, simples pero agradables, hacían las cosas mucho más sencillas en ocasiones como esa, en las que el pasado parecía determinado a cazarlo. No pasó mucho para que el oso regresase a su mundo de sueños, sin embargo, aquellos minutos le permitieron relajarse, olvidarse de la tormenta y disfrutar del sonido de la lluvia al caer.
Volvió a levantarse y, movido por la curiosidad, decidió revisar la cámara de seguridad de la jaula de Demencia, queriendo asegurarse de que todo estaba en orden. La chica dormía plácidamente sobre su cabello y una pila de objetos que había recolectado durante las últimas misiones, abrazando fuertemente a Earl y roncando. Flug dejó salir una sutil risa al verla así; debía admitir que, en momentos como ese, la joven alebrije perdía rudeza.
Finalmente, harto de estar en el laboratorio, tomo su laptop del escritorio y, sin otro lugar a donde ir, comenzó a caminar por los pasillos de la mansión en busca de la habitación de Black Hat. Desde que habían bailado en la fiesta, las cosas habían ido mejor, al menos a su parecer. Se había vuelto ya parte de su rutina el dormir en la misma habitación, y aunque por lo general el villano no dormía en toda la noche, Flug sabía que por lo menos se quedaba a su lado, observándole.
El baile... recordarlo ponía una sonrisa en sus labios; podía parecer un gesto muy pequeño, pero el hecho de haber podido compartir una danza junto al demonio, sin ser torturado, era probablemente una de las mejores cosas que habían pasado en su vida. Aun le costaba creer que de aquello ya habían pasado un par de semanas.
Entró en la habitación con una sonrisa enamorada, oculta por la bolsa, encontrándola vacía. Era extraño, normalmente el eldritch estaba allí desde temprano, observando por la ventana como el mundo dormía a sus pies, sumido en sus pensamientos. Eligió no darle importancia y adentrarse en el lugar; teniendo el permiso del demonio, realmente no había razones para permanecer en el pasillo.
La mejora entre el laboratorio y la habitación no era en realidad mucha, sin embargo, al menos allí podía tumbarse en la cama si así quería. Se acomodó en una silla, abrió la laptop y se puso a trabajar en los detalles técnicos de los pedidos y trabajos pendientes.
El rugido de un trueno, acompañado de la brillante luz de un rayo, cambio por un instante el ambiente de la habitación. Normalmente era una escena digna de una película de terror, sin embargo, la luz violácea del rayo la convirtió en algo mágico. Flug no podía creer que ese oscuro rincón del mundo pudiera tener una atmosfera así, casi hipnótica. Admitía que, si bien los momentos más íntimos con el demonio habían ocurrido allí, el lugar por sí solo no era muy distinto a una mazmorra.
Inevitablemente se puso a pensar en todas las veces que habían estado allí, a solas, disfrutando del otro. Esos momentos íntimos le parecían lejanos, aun después de haberse reconciliado; no habían tenido sexo desde antes del arranque de celos del villano, y aunque costase admitirlo, empezaba a extrañar las caricias de Black Hat. Talvez si fuese él quien...
Un fuerte sonrojo se apodero de su rostro con la sola idea de ser él quien buscase iniciar un encuentro intimo entre ambos; no es que lo considerase una mala idea, pero debía admitir que no tendría ni la más mínima idea de por dónde empezar. Una idea un poco más arriesgada cruzo entonces su mente; no perdía nada si se documentaba un poco acerca del sexo entre hombres.
Aun recordaba aquellos artículos acerca de la seguridad al practicarlo, pero eran meros tecnicismos si se ponía a pensar en todo lo que realmente hacían. Se mordió el labio, intentando calmar su corazón y, con prisa, tecleó el nombre de alguna página porno, con el navegador en incognito.
Realmente no recordaba la última vez que había hecho algo así, más que nada porque normalmente estaba tan ocupado que no tenía tiempo para pensar en satisfacerse. Ignorando por completo a la enorme cantidad de videos que se mostraron inmediatamente en su pantalla, busco la forma de cambiar el tipo de contenido que deseaba ver.
No estaba muy seguro de por qué se sorprendía, si era exactamente lo que esperaba ver; obviamente ningún resultado tendría a Black Hat o un ser de sus características para ayudarlo, pero algo podía hacer con lo que la pantalla mostraba. Comenzó a bajar lentamente, deteniéndose a mirar las micro animaciones de los videos que más llamaban su atención, sintiendo la sangre de su cuerpo calentándose poco a poco. Conforme avanzaba, su respiración se iba volviendo pesada y el deseo de entrar a un video más intenso.
Habría podido seguir así de no ser por la helada brisa que acarició su cuello, enviando su alma al cielo y de regreso.
— Le importaría decirme ¿Qué está viendo, doctor? — la rasposa voz del villano, acompañada por el suave olor a tabaco y la mano enguantada que sujetaba la pantalla, evitando que la cerrase, le dejaron con el corazón en la garganta. No tenía idea de cómo explicarse o defenderse.
— Je-jefecito...— chilló sorprendido, incapaz de girarse a verlo, a pesar de tener la bolsa— Yo... am...
El demonio pasó de mirar al chico a centrarse en la pantalla, sintiendo asco. No importaba cuantas veces hubiese visto el cuerpo humano, ni bajo qué circunstancias, no podía dejar de encontrarlo desagradable. Volvió a observar al muchacho, que murmuraba cosas sin sentido por lo bajo, seguramente avergonzado y deseoso de que la tierra se lo tragase. Su sonrisa se hizo más ancha al momento en que una idea cruzaba su mente.
— No imagine que estas cosas fuesen de su agrado, doctor Flug— comentó con burla, acercándose un poco más al cuello del muchacho, deseoso por morderlo y volver a probar su sangre— ¿A caso quiere que las veamos juntos?
Apenas y fue capaz de controlar el temblor causado por el escalofrió que recorrido su espalda al escuchar el tono profundo y seductor que utilizó el demonio en su proposición. No iba a decir que la idea le llamaba la atención, porque sabía lo que su jefe pensaba del cuerpo humano, sin embargo, hacia tanto que no tenían un momento íntimo, que la tentación era más fuerte que la razón en esos momentos. ¿Qué podía perder? Ya había aceptado que estaba enamorado, y se había resignado a no abandonar esos sentimientos; tenía derecho de disfrutar al ser que lo proclamaba como suyo.
— S-si... si usted desea...— no tenía el valor de mirarlo a la cara, aun si la bolsa cubría su avergonzado rostro, no estaría allí para siempre, y era probablemente esa idea la que lo tenía tan alterado— Po-podemos... ocupar la cama...
Black Hat se irguió, manteniendo su sonrisa, permitiéndole al muchacho levantarse y tomar camino hacia la cama. Flug podía sentir el corazón en la boca, así como las rodillas flojas y el pulso en las sienes. No estaba nervioso por la situación en sí, la deseaba; pero, lo que tuviese Black Hat en mente le ponía los pelos de punta.
El eldritch se acomodó a su lado, cruzando los brazos y fijando la mirada en la pantalla; esa amplia sonrisa había regresado a ser una mueca de disgusto. Flug, no queriendo obligarlo a ver algo muy largo, eligió un corto video, dio clic en la miniatura y, tragando con dificultad, le dio al play, resignándose a lo que podría pasar.
Debía reconocer que había sido una buena elección. No iniciaba demasiado rápido, pero tampoco era el típico video que contenía una historia previa. La pareja de actores simplemente se abrazaba, besaban y tocaban con ansias, buscando la mayor cercanía posible. Bajo la bolsa, Flug no paraba de morderse los labios y el interior de las mejillas, nervioso. Nunca en su vida había visto pornografía con alguien; por lo general, cuando se daba la ocasión, prefería hacerlo solo y lejos de cualquier otro miembro de la mansión. Apreciaba la privacidad, aquella ocasión era inusual y, aunque fuera difícil decirlo, excitante.
Desvió su mirada hacia el villano, movido por la curiosidad; le sorprendía lo callado que estaba, lo tranquilo que permanecía ante la situación. No era difícil notar que se encontraba pensando, completamente concentrado en la forma tan necesitada con que se tocaban los chicos en el video. Había cosas que eran nuevas para ambos, sin embargo, ninguno se sorprendió cuando uno de ellos comenzó a chuparle el pene al otro.
Flug se removió, ligeramente incomodo, frotando el interior de sus piernas sin saber muy bien que hacer. Black Hat no pudo pasar por alto ese detalle, el chico era naturalmente más susceptible a lo que ocurría en la pantalla, a los estímulos visuales y auditivos. Retomando su amplia sonrisa, descruzó los brazos y llevó una de sus manos al muslo del muchacho, comenzando a acariciarlo suavemente, sintiendo el sobresalto y la tensión en sus músculos.
— ¿Nervioso, doctor? — susurro sobre su cuello, pasando su lengua lentamente por su piel, saboreando cada pequeño milímetro— Tan dulce como siempre...
Flug dejó salir un jadeo, echando la cabeza hacia atrás en busca de más. Ya no le temía a ser mordido, deseaba aquel dolor cosquilleante que dejaban sus colmillos impregnados en veneno. Lo necesitaba. Un gemido ahogado dejó su garganta en cuanto, tal como esperaba, el demonio le mordió.
Nunca admitiría en voz alta lo mucho que había extrañado el sabor de su sangre, o el sonido de sus gemidos. Necesitaba más, más piel que morder, más jadeos con su nombre; necesitaba provocarle más placer. Olvidándose por completo de la laptop, empujo al muchacho para dejarlo recostado sobre la cama, arrebatándole la bolsa con brusquedad y comenzando a acariciar su vientre con la mano aun enguantada.
Quería congelar el tiempo solo para admirar eternamente su expresión. Flug era un desastre en aquellos momentos, un desastre que solo él podía contemplar. Tenía las mejillas tan rojas como fuese posible, camuflando sus cicatrices con el sonrojo; sus ojos brillaban excitados, rogando por más, y su boca, ligeramente abierta, dejaba salir suaves jadeos que iban subiendo lentamente su intensidad.
Flug jadeaba fuertemente, necesitado de más. Las manos del demonio recorrían su cuerpo con total libertad, rasguñando suavemente y estimulando aún más sus sentidos. Giró ligeramente la cabeza, observando la pantalla nuevamente; los actores seguían en los juegos previos, acariciándose, besándose y mordiéndose, masturbándose mutuamente y, de vez en cuando, regresando al sexo oral ¿Qué tan complicado seria...?
Todo aquello había iniciado porque era él quien quería, por una vez, ser quien fuese el que estimulase al villano, quien diese los primeros pasos a la hora de intimar; tenía entendido que el sexo oral llegaba a ser sumamente estimulante y placentero si se practicaba adecuadamente. La idea en realidad no era mala, más bien, era una de las mejores que había tenido mientras su mente se nublaba de placer, pero sabia también que no sería nada fácil, teniendo en cuenta el tamaño del miembro del demonio.
Con un plan en mente, puso sus manos sobre el pecho del eldritch y, suavemente, lo empujo para alejarlo. Black Hat no ocultó la confusión en su mirada con esto. No esperaba que el muchacho quisiese parar, por lo que simplemente guardo silencio, esperando a ver qué haría.
Flug se deshizo de su bata y su camiseta, evitando el contacto visual en todo momento. Empujó un poco más al villano, dejándole casi completamente recostado en la cama; se arrodilló a la altura apropiada junto a él y, con las manos temblando, desabrochó el pantalón, dejando libre la erección del villano.
Era perfectamente consciente del gran tamaño que tenía el miembro del demonio, sin embargo, encararlo y tenerlo entre sus manos le hacía sentir que era mucho más grande de lo que había imaginado. No estaba muy seguro de por dónde empezar o que hacer, sin embargo, ya había llegado hasta allí, ya no podía simplemente dar marcha atrás.
Comenzó a mover sus manos lentamente, mordiéndose el labio, mirando a Black Hat, deseoso de ver su expresión. El demonio parecía sorprendido, sin embargo, Flug podía ver perfectamente como había tensado la mandíbula; era algo sutil, pero estaba presente y le llamaba mucho la atención.
Comenzó a lamer la punta suavemente, bajando de a poco con la lengua, formando una espiral que pronto lo llevo a tener que abrir la boca para poder seguir bajando. Tenía que reconocer que el sabor era extraño, no precisamente desagradable, pero si extraño; volvió a levantar la mirada sin dejar de mover la lengua, sorprendiéndose gratamente al ver al villano cerrando los ojos y apretando los dientes.
Era extraño, no podía describirlo de otra forma; no conocía el pasado del demonio, sin embargo, no era difícil pensar en toda la experiencia sexual que debía tener ¿Nunca había experimentado algo así? Esa idea le daba ánimos de continuar, de hacerlo bien y dejar una buena impresión en él.
Bajó lo más que le fue posible, sintiendo una pequeña incomodidad en el inicio de la garganta; cerró los ojos y comenzó a moverse de arriba abajo, moviendo la lengua sutilmente cada vez que subía, buscando brindar al eldritch la mayor cantidad de estímulos posible. Escuchar los suaves gruñidos que Black Hat dejaba salir cada tanto era probablemente la cosa que más lo motivaba en aquel momento. Lentamente comenzó a subir la velocidad, usando las manos para estimular lo que no alcanzaba a meterse en la boca.
— Mierda...— maldijo por lo bajo, llevando una de sus manos al cabello del muchacho, intentando obligarlo a ir más abajo. Flug, sorprendido por tal acción, intento levantar de inmediato la cabeza, buscando aliviar la sensación de ahogo que aquello había provocado.
Sacó el pene del demonio de su boca, echando la cabeza hacia atrás y dejando la lengua afuera. Un espeso hilo de saliva conectaba la punta de su lengua con la del miembro del villano. Tenía la respiración agitada, las mejillas completamente rojas y, ante los ojos de Black Hat, una de las expresiones más excitantes que había visto nunca.
Flug se limpió los rastros de saliva con la lengua, lamiendo y mordiendo suavemente sus labios, sonriendo satisfecho ante la expresión del demonio. Estaba seguro de que podría seguir hasta causarle un orgasmo, pero él también quería algo de atención. Se levantó para quitarse el pantalón y los zapatos, con un plan muy claro en mente.
— Señor, permítame complacerlo— pidió con una voz suave, sentándose sobre el vientre del eldritch, inclinándose a besarlo, moviendo suavemente las caderas hacia atrás y adelante,
El demonio simplemente se dejó hacer, observando atentamente cada movimiento del muchacho, ansiando el momento de tenerlo nuevamente bajo su control, deseoso de poder morderlo y marcarlo, recordarle a quien pertenecía. El chico comenzó a prepararse, con notoria facilidad, para recibirlo, estimulando su entrada sin romper el contacto visual con el villano.
Una vez listo, se acomodó sobre el miembro de Black Hat, guiándolo con la mano, comenzó a penetrarse a sí mismo, jadeando de dolor y placer, rasguñando suavemente la camisa del eldritch. Dejó salir un fuerte jadeo al sentir que había entrado por completo; apoyó ambas manos sobre el pecho del demonio y, sin abrir los ojos, comenzó a moverse lentamente de arriba a abajo, soltando suaves gemidos y maldiciones con cada penetración. Nunca habían intentado aquella posición, más que nada porque le cedía el control a Flug, pero debían admitir que los hacía sentir muy bien.
— Black... ¡Hat! — los rasguños que comenzó a dejar sobre la piel de su cadera le arrebataron sonoros gemidos pidiendo más, llamando su nombre y soltando malas palabras que no hacían más que estimular al demonio— Ah!...
Black Hat le sujetó con fuerza y le empujó hacia la cama, dejándolo debajo de su cuerpo. El ritmo estaba bien, pero quería más; necesitaba el control, morder su piel y sentirse más cerca de él. Se quitó finalmente la camisa, dejándola caer por el lado de la cama, apoyando las manos a los lados de la cabeza del muchacho y comenzando a penetrarlo con un ritmo más lento, de forma más brusca que antes. Flug estaba casi gritando, no muy seguro de si se debía a las embestidas o a las múltiples mordidas que el demonio repartía por cuanto le era posible alcanzar.
Se había aferrado a su espalda, rasguñándola con cada nueva penetración, obteniendo en respuesta una serie de gruñidos y jadeos que bien podían pertenecer a un animal salvaje. Ambos se encontraban sumidos en el placer, en el éxtasis de volver a compartir la cama con el otro; se estaban entregando ciegamente de nuevo, abandonando la razón y reemplazándola por estímulos carnales que nunca habrían compartido con nadie más.
Flug fue el primero en terminar, viniéndose entre ambos, manchando completamente su pecho. No pasaron muchos minutos antes de que Black Hat también acabase en su interior, llenándolo por completo. Odiaba admitir que había extrañado la sensación del semen del demonio fluyendo en su interior, intentando salir.
Sonrió con cierto cansancio en los ojos, estirándose un poco para besar sus labios. Adoraba esos besos que compartían después del sexo, porque eran mucho más tranquilos de lo usual, más románticos; besarse en esos momentos significaba, para el muchacho, que al menos el demonio lo había disfrutado, que por lo menos esos momentos los conectaban.
Ya era usual que Black Hat desapareciese por la puerta oculta, y se tomase su tiempo antes de regresar a la habitación. Flug aprovechó ese momento para apagar la laptop, limpiarse un poco y destender la cama; aun si el demonio no dormía, le gustaba saber que la noche la pasaban juntos, en la misma cama.
Se dejó caer con pesadez en su lado, boca abajo, suspirando profundamente y extendiendo los brazos lo más que le era posible. El suave olor del demonio, impregnado en las sabanas, era una de las fragancias que más le gustaba aspirar; era prácticamente adicto a ella, a ese sutil olor a tabaco y colonia, combinado con el aroma de libros viejos.
— Parece que lo disfrutaste mucho— comentó con un deje de ironía, sentándose al borde de la cama, dándole la espalda, ocultando la sonrisa que tenía en el rostro— Había pasado un tiempo...
— Es verdad— Flug observo la espalda del villano con curiosidad; sabía que la capacidad de regeneración del demonio era alta, no le costaba mucho recuperarse de heridas mortales. Sin embargo, los suaves rasguños que había hecho minutos atrás seguían allí, ligeramente enrojecidos— ¿Señor? ¿No piensa curar los rasguños?
Black Hat ocupó su lugar junto a él sin dar respuesta; por su expresión, no fue difícil deducir que no era algo de lo que quisiese hablar, por lo que simplemente lo dejó ser. Cerró los ojos y se acomodó mejor, manteniendo esa sutil sonrisa en su rostro. Realmente le gustaba pasar las noches así, disfrutando de la compañía del eldritch y entregándole todo lo que tenía en lugar de desvelarse por el estrés del trabajo y las pesadillas.
Mientras se quedaba dormido, dejó que su mente viajase por pensamientos aleatorios que normalmente le arrebatarían el sueño; no podía dejar de pensar que, si hace un año, le hubiesen dicho todas las cosas que empezaría a vivir, no se habría creído ni la mitad de ellas. Le sorprendía que ya hubiese pasado un año de la primera vez que se habían besado; casi un año de aquel momento bajo el muérdago.
•×•×•×•×•
— ¡White Hat, ya vete a dormir, coño 'e tu madre! — el joven moreno estaba exasperado de tener que lidiar con su jefe. Llevaba toda la tarde conteniéndose para no gritarle o dispararle un tranquilizante o una bala, realmente estaba insoportable aquel día, lo suficiente como para impedirle hacer su trabajo de forma adecuada— Te juro que si sigues fastidiando te voy a romper la cara.
— Ow, me lastimas Slugy— se quejó, fingiendo estar dolido por sus palabras; reemplazando la mueca triste por una sonrisa pícara, que solamente logro irritar aún más al científico— Vamos doctor ¿No estás cansado de trabajar? Tomate un descanso a mi lado.
Slug dejó salir un sonoro gruñido antes de abandonar el lápiz y la regla sobre la mesa, resignándose a ser incapaz de completar aquellos planos esa noche. Empujó la silla hacia atrás y se levantó golpeando la mesa fuertemente con las palmas, asesinando al demonio con la mirada.
— Empiezo a preguntarme quien de los dos es más molesto, si tu o tu hermano— protestó mientras el eldritch lo abrazaba por los hombros y lo arrastraba consigo fuera del laboratorio— De todas formas ¿Por qué mierda actúas como si fueras un niño pequeño necesitado de atención?
— Vamos cariño, sabes que quieres pasar la noche conmigo— intentó evitar el tema, desacomodando la bolsa y dejando un beso sobre su mejilla, riendo suavemente en cuanto el muchacho lo empujó bruscamente— Sabes que podemos divertirnos si quieres.
— Por amor de... ¡¿A caso estas de puta?! — el muchacho no sabía si el sutil asentimiento del demonio era algo bueno o malo. No podía quejarse en realidad, pero la forma tan infantil con que buscaba captar su atención en aquellos momentos era frustrante— Dejemos en claro que fuiste tú quien pidió esto. Si te duele el culo después, no es mi problema.
White Hat no pudo evitar reír ante la respuesta del humano; le encantaba molestarlo en aquellas situaciones, porque volvía sus encuentros más placenteros. No iba a decirlo en voz alta, pero la rudeza con que Slug lo hacía estando enojado era una de las cosas más placenteras que había experimentado en su existencia.
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Bueno, tres días de escritura después, sumados a una semana de pensar y abandonar ideas nos traen a este punto. Bro, hace bastante que no escribía lemmon, ¿Aun tengo el toque? Recuerdo que solía ser buena en esto, pero he dejado bastante de lado este aspecto de mis historias. Como sea, lo que me importa es contar lo que pasa, avanzar en la trama y llegar a donde necesito llegar.
Dato curioso de este capítulo que no necesitan saber, pero igual les digo: lo escribí con una pestaña de incognito abierta en P*rnhub porque nunca había visto la plataforma en computador. Fue una experiencia interesante. ¿Qué les pareció? ¿Valió la pena mi tiempo en la internet para adultos?
Ahora, como una última cosita, les quiero dejar la portada en buena calidad, junto al dibujito de Flug que hice para esta, y saber que opinan. Yo la amo, talvez demasiado, pero es que nunca había dibujado algo así, además que estaba experimentando con brochas en Photoshop y el resultado me gustó demasiado.
Gracias por leer; y antes de irme quiero recordarles que esta historia tiene M-Preg. Lo digo porque sé que no a todo el mundo le gusta.
Nos leemos luego :)
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