•Capítulo 32: Baches del amor•
Saludos cordiales, villanos.
Cuando escribí esto estaba deseando poder terminar la historia para centrarme en otros proyectos, ahora que eso es un hecho innegable, me emociona todavía más lo que depara el futuro. Pero, ya habrá tiempo para hablar de eso.
Por lo que respecta al capítulo ¿Comenzamos? estoy ansioso por lo que vendrá ahora.
¿Sabes lo que es la apatía? La apatía es una condición o estado de falta de motivación o de interés por los diferentes aspectos de la vida, generalmente asociada a un estado de malestar o desesperanza. Existe una indiferencia tanto a nivel cognitivo como afectivo a la mayoría de estímulos, y hay una evidente falta de deseos de actuar ante determinadas situaciones.
Por otro lado, las principales características de este síntoma son el aplanamiento o embotamiento afectivo, la falta de perseverancia y la reducción de pensamientos y conductas autogeneradas. Por lo cual, no solo se pierde la iniciativa, sino que, la vinculación de los sucesos con las emociones sucede a un nivel mucho menor. Ello puede provocar que la persona disminuya su rendimiento y nivel de esfuerzo al realizar diferentes actividades, cosa que, a su vez, retroalimenta la desmotivación del sujeto.
Cuando la apatía se da a un grado máximo en el que no deja actuar con normalidad, dificultando tomar decisiones o imposibilita el empezar o continuar tareas.
La apatía puede encontrarse de forma primaria como síndrome sin que exista necesariamente un trastorno asociado. Pese a esto, se la puede asociar directamente con una variedad de trastornos mentales, tales como la depresión, demencia, ansiedad y estrés postraumático; así como padecimientos físicos, como anemia e infecciones graves. Para ser tratada, en primera instancia, es necesario conocer cuál es la causa probable detrás de esta; cuando se trata a nivel psicológico, se crean estrategias con metas plausibles, y hábitos que escalan progresivamente de dificultad, con la intención de motivar al sujeto a seguir adelante con dichas metas y costumbres.
Ahora, pasando a algo que no tiene forma de ser confirmado, mi imaginario de Lil'jack es que, debido a que no es realmente un ser de este mundo, posee una clase especial de veneno, con el cual puede manipular para cumplir sus objetivos. Si, tiene veneno mortal, con el cual es capaz de cazar a sus presas, pero así mismo, posee un veneno que le permite manipular a su víctima para conseguir algo; también puede crear esclavos que obedezcan sus órdenes y muchas más cosas que ahora mismo no tengo presentes. Todo esto, tomando en cuenta que posiblemente sea un ente del mismo mundo al cual pertenece Black Hat.
Como siempre, información de utilidad que nunca sobre tener en nuestras mentes para poder leer la historia.
¡¿Quién está listo para el drama?! porque esto está a punto de ponerse salvaje. prometo que van a amarlo tanto como yo.
La imagen en multimedia pertenece a Cats-Dont-Draw.
Por favor, disfruten la lectura.
"Nunca sentirse amada". Esas eran las palabras que mostraba el libro, justo delante de su nombre. Palabras que, después de su regreso, aun la perseguían en sueños. Normalmente se habría burlado en el rostro de la criatura de pelaje azulado y habría reafirmado su eterno amor por Blak Hat, pero... saber que Flug había llegado mucho más lejos que ella en, probablemente, menos tiempo y esfuerzo, la hacían pensar en si había estado perdiendo el tiempo durante años de devoción y entrega.
¿Qué había estado persiguiendo por tanto tiempo? Recordaba que su maldad, su retorcida maldad que tanto aterraba a otros, era eso que la había cautivado; había aprendido a amar cada pequeño y perverso detalle en él, a leer entre sus enojos y desprecios un cariño que solo necesitaba un objetivo en el cual ser depositado. Había incluso renunciado a todo lo que conocía, lo que la vida le había dado, para entregarle su alma y su cordura. Había renunciado a todo por él. ¿Había cometido un error?
Sabía que Blak Hat no era perfecto, pero estaba cerca de serlo. Era el más grandioso villano de todos, un ser con quien nadie tenía el valor de meterse, una criatura de la obscuridad y el único en todo el mundo que realmente parecía tener la paciencia para sus travesuras y jugarretas. ¿Era todo aquello una simple ilusión de su mente enamorada? Suspiro nuevamente, intentando alejar aquel pensamiento mientras, a su lado, un héroe intentaba escalar las paredes de concreto de su jaula.
— ¿Sabes?, yo solía creer que valía la pena— susurro, levantándose del suelo con bastante pereza, caminando hasta donde estaba el joven y, sin mucho esfuerzo, lo tomo del tobillo y estrello su cabeza contra el suelo, riendo sin ánimo ante el sordo golpe que el impacto provocó— Pero... ahora tiene a alguien más... y parecen más feliz de lo que eran antes.
— Po-por favor... dé-déjame ir... — lloriqueo el héroe, intentando recobrar el sentido que el golpe le había arrebatado. La joven alebrije, con otra risa desanimada, miro directamente a los ojos del aterrado muchacho y, sin decir nada más, le rompió el cuello con un rápido movimiento. El cuerpo cayó inerte a sus pies, con lágrimas aun brotando por sus ojos y un último jadeo de sorpresa, antes de convertirse en otro inútil y aburrido juguete sin vida.
Una suave melodía comenzó a sonar en cuento pateo el cuerpo con asco, música lenta y relajante, hecha para mantenerla en calma ¿A caso no veían que no deseaba hacer nada? Estaba aburrida, agotada y bastante desmotivada, sentía que aquella música era la representación de algo evidente desde hacía tiempo, de un descuido hacia su ser que, a estas alturas, comenzaba a molestarla.
ווווו
Flug recibió la llave inglesa que le entregaba un Hatbot-ler, mientras escuchaba lo que tenía que decirle el otro científico, desde la pantalla de la computadora que estaba, cuidadosamente balanceada, sobre la máquina que se encontraba ajustando.
"Repíteme, ¿Cómo es que el gran Lord de la oscuridad te deja tener estas conversaciones conmigo?" cuestiono el moreno, ocupándose de sus propios pedidos, mientras el castaño terminaba de bajar la escalera y se limpiaba las manos.
— No lo sabe— explicó con simpleza, revisando nuevamente los planos para estar seguro de ir en la dirección correcta— Es fácil hacer ciertas cosas mientras Lord Black Hat no se entere de ellas; y, para nuestra fortuna, el laboratorio es uno de los pocos lugares en la mansión que no están bajo su vigilancia.
"¿Quién lo hubiera dicho? La mascota favorita de Black Hat, portándose mal" burlo con una sonrisa oculta bajo la bolsa, escuchando como el otro científico rebuscaba entre sus herramientas para continuar con su trabajo. "A lo mejor deberías asegurarte de no estar cometiendo traición. Los demonios como nuestros jefes se toman ese tema con mucha seriedad."
— ¿No te has preguntado por qué tengo la computadora en el peor lugar de todos? — cuestiono con diversión, volviendo a subir, deteniéndose a observar cómo iban las cosas abajo, donde algunos Hatbots se hacían cargo de mover las partes más pesadas— Si tuviera esta conversación a una altura más próxima al suelo, estaría en riesgo de permitirte ver algún plan que no debe caer, bajo ninguna circunstancia, en manos enemigas.
"Vaya, Kenning, tienes todo en perfecto control" reconoció sin ironía, asombrado por lo mucho que había logrado mejorar ese aspecto de su vida "Y dime ¿Nunca te has sentido tentado por el lado blanco?"
Flug rio con sorna ante la pregunta, sentándose en el borde de la escalera que le permitía acceder a la parte alta de la máquina, tomando de allí la computadora y mirando directamente al otro muchacho con bolsa en la cabeza, muy seguro de lo que iba a decir después.
— A diferencia de ti, Slug— comenzó, deleitándose con la sorpresa en la expresión de su colega— yo tengo claro a quien pertenece mi lealtad. No apoyaría a los héroes ni, aunque mi vida dependiera de ello, porque ya no tengo nada bueno que ofrecer al mundo. Ahora, lamento dejarte tan repentinamente, pero esto es bastante urgente.
Sin esperar respuesta cerro la computadora y la arrojo al suelo, viéndola destrozarse en pedazos. "La reemplazare después" pensó mientras, sin preocuparse por el asunto, reanudaba su trabajo.
Bajo la bolsa ocultaba una sonrisa, de esas que guardaba solo para las más sádicas y crueles ocasiones. No podía creer que, de todas las personas en el mundo, fuera Slug quien le insinuase volverse un héroe. Black Hat lo destrozaría antes de siquiera pensarlo; incluso él mismo se colgaría ante un misero pensamiento de bondad y deseos de ayudar a esos repulsivos y egocéntricos héroes.
Pudo escuchar un serpenteo por la rejilla de la ventilación, al cual prefirió no darle importancia. Si se trataba de Demencia, probablemente solo se encontraba pasando por allí, a la caza de algún ratón o insecto con el cual divertirse; y si era Jack quien rondaba la ventilación, entonces no tendría que hacer más que explicarle el acuerdo con Black Hat y asunto resuelto.
La serpiente de escamas negras, con una enorme sonrisa en el hocico, se arrastró hasta la habitación de la joven alebrije, que se hallaba desconsolada y aburrida, jugando con el cuerpo del héroe que había matado hacia poco. Jack contemplo la triste escena que se mostraba ante él, con una burlona sonrisa, planeando si siguiente movimiento.
Con cuidado de no alertar al centinela que debía vigilar a la joven, se adentró en la jaula de concreto, enroscando su cuerpo alrededor de la más reciente víctima de la chica, recibiendo en el proceso un par de golpes, que no le parecieron accidentales.
— ¿Qué es lo que quieres, Jack? — gruñó con desprecio, volviendo a patear al animal, recibiendo en respuesta un bufido de advertencia— Vamos, habla, no estoy de humor para visitas.
— Vamos no seas rencorosa— sugirió, manteniendo su sonrisa, enseñando los colmillos al primer intento de un nuevo golpe— Yo solo quería abrirte los ojos, no pretendía que vieras lo que viste.
— Eso no es verdad— declaró la joven con una expresión de molestia, sabiendo que el réptil era un artista en cuanto a manipular personas se trataba— Respóndeme ¿Qué es lo que quieres?
El reptil, irguiéndose sobre el cuerpo al que se aferraba, sonrió ampliamente, enseñando los largo y brillantes colmillos, de los cuales caían gotas de un obscuro veneno. Sus ojos se encontraron en un momento hipnótico, que logro distraer lo suficiente a la joven para que Jack, ágilmente, trepase por su brazo y se enrollase alrededor de su cuello.
— Flug está haciendo buenas migas con un héroe que conoció tiempo atrás— susurró con voz seductora, acariciando con la punta de la lengua el oído de la joven, sintiendo como su cuerpo se estremecía— ¿Qué opinas si nos metemos en el camino y hacemos que Black Hat piense que quiere cambiar de bando? Imagina, sin Flug en medio, tú y él podrían estar juntos como tanto deseas. Sería solo para ti.
Demencia permaneció estática, dejando que las palabras del reptil se colaran por su consciencia y la llenaran de una falsa esperanza. Se mordió el labio pensando en lo mucho que aquello le gustaría, en las miles de formas que tenía a la mano para quitar a Flug del tablero; deseaba ser ella a quien el villano más quisiera en el mundo, a quien mirase con deseo y buscara en las noches de aburrimiento. No a un flacucho y débil muchacho de veinticinco años que no había hecho nada importante para ganar el puesto de pareja del más grande y malvado villano de todos los tiempos.
— ¿Qué debo hacer? — susurro, cerrando los ojos y sonriendo con malicia, sintiendo una corriente eléctrica recorrer su espalda en cuanto los largos colmillos del reptil se clavaron en su piel.
— Solo quédate quiera, y deja que yo me haga cargo de todo— susurro antes de desaparecer reptando por la habitación, del mismo modo en que había entrado. Demencia abrió los ojos al momento en que Jack desapareció, sintiendo un leve mareo y todos sus sentidos hipersensibles.
Con una risa traviesa, y sabiendo que ya no sentía el desánimo de antes, se escabullo de la jaula para, con la información que recién había recibido, correr hacia la oficina de su amado, lista para entrar también en el juego.
ווווו
Black Hat soltó un suspiro de fastidio en cuanto escucho los pasos de Demencia acercándose a su oficina. Realmente no estaba de humor para lidiar con ella, ni con nadie que habitase la mansión, en aquel momento, sin embargo, decirle eso a la joven de cabello bicolor seria sencillamente inútil, razón por la que permitió que irrumpiese en su despacho, como si se tratara de un huracán.
— ¡FLUG TIENE UN AMIGO HÉROE! — declaro con un grito que retumbo en todo el pasillo, saltando sobre el escritorio y apoyándose en los reposabrazos de la silla del villano, con la fuerza suficiente para empujarlo ligeramente hacia atrás— LO VI YO MISMA.
Una profunda y burlona carcajada broto de los labios del eldritch, desconcertando a la joven que, incrédula por la reacción de su jefe, se apartó ligeramente, recargando la espalda en el escritorio.
— ¿En verdad crees que ese imbécil hace algo sin que yo lo sepa? — cuestiono entre risas, empujándola para ponerse en pie, rodeando a la chica con elegancia— Vamos Demencia, eres más lista que eso. Sé perfectamente que Flug llevas varias semanas en constantes comunicaciones con el imbécil, y que dicho imbécil desea convencer a nuestro doctor de cambiarse de bando.
Ahora, con aquella confesión, no solo Demencia estaba sorprendida, sino también el reptil negro que escuchaba desde la ventilación. No había modo de que supiera aquello y lo siguiera permitiendo. Black Hat no toleraría que uno de sus subordinados tuviese conversaciones con héroes, no sin informarle a alguien previamente.
— ¿Por qué permitirlo? — cuestionó la joven, sin saber si la voz que formulaba la pregunta era suya o de quien la manipulaba— Flug es frágil, tiene la amabilidad y la voluntad de un héroe, ¿Por qué arriesgarse a una traición?
— Simple— contesto con una amplia sonrisa, colocando un disco en el plato del gramófono, esperando ansioso a escuchar la agradable melodía que debía surgir en cuanto la aguja comenzara a surcar las betas en el vinilo— No hay nadie más leal en esta organización que el Doctor Flug. — con poca delicadeza, tomo del mentón el rostro de la joven, mirando directamente a unos ojos que, para su sorpresa, no eran los que esperaba; la esclera de la joven estaba manchada con puntos oscuros, y sus pupilas se habían vuelto afiladas, igual que las de Jack— Tu, sin dudarlo, permites que alguien más te use para un propósito egoísta. Jack juega libremente con quien le place, buscando diversión, y Quinientos cinco no dudaría en seguir a quien le dé un cariño reciproco. De todos ustedes, parásitos inservibles, Flug es el único que hace las cosas porque soy yo quien las ordena.
— Eso no es verdad— aseguró, intentando soltarse del brusco agarre del villano, que comenzaba a lastimarle la piel— Flug nos abandonará a la primera oportunidad. No se puede cambiar la naturaleza de alguien, por más que se intente; somos aquello que estamos destinados a ser, y ni nuestro más determinado actuar logra cambiar ese rumbo.
Black Hat, harto de escuchar a Demencia pronunciar las estupideces que Jack no tenía el valor de decir, lanzó a la joven hacia la pared, sin preocuparse por el fuerte sonido que se escuchó en cuanto su espalda chocó con el muro. No estaba de humor para tener que pensar en si Flug estaría considerando aceptar las tontas ofertas de Slug.
Pensar en eso mientras se dirigía al laboratorio, ¿Qué haría si Flug verdaderamente lo dejaba por White Hat? Reemplazar a un científico nunca había sido problema, todo el tiempo llegaba en iluso de turno que creía tener lo necesario para ocupar el demandante puesto; solo necesitaba ir a la academia y seleccionar al incompetente con más aptitudes en el campo. Sin embargo, desde la llegada de Flug, algo había cambiado. El joven científico tenía algo que todos los demás detrás de él no podían ni siquiera fingir, sin embargo, no estaba muy seguro de que era ese "algo".
Dejo salir un gruñido antes de entrar en el laboratorio, encontrando un desorden mayor al acostumbrado, rodeando la más reciente máquina que debía construir. No había rastros de Flug en ningún lado, sin embargo, pudo ver los restos de una computadora, víctima de la gravedad, los planos de la máquina, corregidos y garabateados con la horrible letra que tenía el muchacho, y un desastre general, compuesto por papeles, herramientas y partes sin ensamblar.
— Oh! Jefecito, no lo escuche entrar— el usual entusiasmo con que lo recibía en días como ese lo tomo por sorpresa, obligándolo a voltear en la dirección de la que provenía su voz, descubriendo que tenía el rostro descubierto y lleno de aceite— ¿Necesita algo, señor?
— ¿Quién te ha dicho que puedes andar por ahí sin bolsa, idiota? — gruño, desviando la mirada, evitando la alegre y brillante mirada verdosa del muchacho— Me parece que tenemos un acuerdo respecto al asunto.
— Mis disculpas, estaba llena de aceite y...— la repentina proximidad del demonio causo temor en el muchacho, su rostro expresaba enojo, una evidente irritación respecto a algún tema, del cual no estaba seguro si deseaba enterarse— ¿Sucede algo, jefecito?
Con delicadeza, tomo el rostro del chico por el mentón, aproximándose hasta sus labios, dejando algunos milímetros de distancia. Deseaba besarlo, apoderarse de él y recordarle a quien pertenecía, sin embargo, un murmullo hacia ruido en su mente, recordándole las palabras de Demencia, de Jack. Debía estar seguro, confirmar que sus sospechas eran infundadas, que su hermano no tenía influencia en Flug.
— Flug— pronuncio con voz severa, apretando el agarre que ejercía en su rostro, convirtiendo el sonrojo en una expresión de dolor e incomodidad— ¿De qué hablas con Slut cuando no puedo escucharlos?
— No... Ugh! — las garras del demonio se enterraban en su piel a cada momento que el villano consideraba prudente aplicar más fuerza ¿A qué venía aquello? Habían establecido que debía informa de todas sus conversaciones con el héroe ¿Por qué de repente le interesaba saber de qué hablaban? — No hablamos de nada que no sepa ya, él insiste en que sería un buen héroe, y yo le recuerdo que mi lealtad esta con usted. Nada más.
Ese murmullo se hizo más molesto con la respuesta del chico, que comenzaba a mostrar miedo en la mirada. Podía sentir el pulso bajo las garras, aumentando erráticamente conforme su mirada se tornaba oscura y severa.
— Si eso es verdad— se aproximó de nuevo a sus labios, con una sonrisa feroz y una mirada brillante, carmesí, que le helaría la sangre a cualquiera— ¿Por qué tan asustado, doctor?
Flug no se sentía capaz de contestar aquella pregunta; el eldritch estaba realmente alterado, expresaba un sentimiento que no se creía capaz de traducir a términos humanos. Sus ojos brillaban como si estuviera a poco de llorar, de un color similar al de la sangre, su sonrisa era la misma que ponía cuando estaba a punto de asesinar a alguien, y la forma en que sostenía su mentón era posesiva, como si deseara dejar en claro a quien pertenecía.
— Su-suélteme...— susurró, sosteniendo con las manos temblorosas el brazo del villano, intentando apartar aquella garra de su rostro. Sus acciones solo lograron intensificar el brillo carmesí de su mirada, y afilar su pupila hasta no ser más que una línea vertical, perfectamente recta— Por favor, señor... Me lastima.
— Ya veo...— pronuncio con una risa fingida, apartando su garra finalmente del rostro del muchacho— ¿No piensa contestar? Pues bien— llevo su mano hasta la mejilla de Flug, acariciando con delicadeza la zona— Haremos las cosas del modo tradicional.
Por todo el laboratorio se escuchó el golpe de la mano enguantada contra la piel desnuda del muchacho; el eco de la agresión detuvo todo a su alrededor. Ni siquiera los Hatbots tenían el valor de moverse de su sitio después de escuchar cómo, sin miramientos, Black Hat había abofeteado a Flug. El villano jadeaba con fuerza, apretando la mandíbula y salivando ligeramente, mientras el joven científico no podía hacer más que ver como sus lágrimas caían al suelo, sintiendo el ardor del golpe aumentar a cada segundo.
Quería devolverle el golpe, recordarle que había hecho una promesa, pero aquellas palabras no lo habían incluido nunca. Su promesa de protección se limitaba a quien quisiera dañarlo por estar con él, no contemplaba un acto de agresión por parte del eldritch. Como pudo, levantó la vista hacia el demonio, que ahora tenía una mirada seria, aunque igual de brillante que antes.
— Si, por algún motivo, la idea de abandonarme cruza su mente, doctor— sentencio dándose la vuelta, organizándose la corbata y comenzando a caminar hacia la salida— Le recordare lo que le sucede a aquellos que consideran buena idea traicionar al sombrero. Ahora, cubra ese ridículo rostro y regrese al trabajo.
Flug llevó su mano a la mejilla, ahora enrojecida, que había acariciado antes de golpear. ¿Qué diablos le pasaba? ¡Eran una pareja! Se supone que las parejas confían plenamente en el otro, que no se agreden y que, por sobre todas las cosas, están dispuestas a dialogar; sabía que con Black Hat, la idea tradicional de pareja no encajaba, pero eso no disculpaba una agresión tan repentina, especialmente por un tema tan absurdo como ese.
Se limpió las lágrimas con el antebrazo, apretando los dientes con la intención de no llorar. No iba a dejar que lo vieran desmoronarse por aquello. No era la primera vez que Black Hat lo agredía, no sería la última tampoco. Pero, muy en el fondo, sentía que aquello había sido injustificado, impulsivo y, aunque pareciera difícil de creer, un arranque de celos.
Dos pares de ojos observaban desde la ventilación como, destrozado, Flug volvía a cubrirse el rostro que no habían logrado ver y regresaba a sus labores, aguantando sollozos y gemidos, limpiando lágrimas que solo podían producir la traición. Demencia sonrió con satisfacción, abrazando a Jack en agradecimiento. Con Flug en tiempo fuera, tenía la oportunidad que tanto deseaba, y estaba dispuesta a aprovecharla.
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Eso es lo que llamo "Drama por la trama".
Side Note: inicialmente quería cambiar el momento en que Black Hat golpea a Flug, porque sentía, leyéndolo independiente a la trama, que era innecesario; sin embargo, teniendo en cuenta todo lo que ha pasado en la historia, no voy a modificarlo en lo absoluto. Black Hat es un ser impulsivo, y seguramente no mide las consecuencias hasta que es muy tarde, por lo qué en realidad estas escenas son bastante acertadas. Si, es un momento toxico, pero en realidad es el único verdaderamente toxico y problemático para ellos.
¿Cómo están amigos? ¿Qué tal les fue en año nuevo, reyes, y todo lo que ha habido estas primeras semanas del año? Yo quiero reportar que, finalmente, fui capaz de obtener mi intercambia y viaja a México para estudiar este semestre que inicia. ¿No les parece genial?
En fin, detalles para otro momento. ¿Qué les pareció el capítulo? Las cosas se ponen intensas, y esta vez, será el Jefazo quien se vea afectado por Jack y sus juegos sucios. Espero, de todo corazón, que les haya gustado este capítulo, escrito entre mi primer paso a la independencia y el calor al cual no me puedo acostumbrar.
¡Oh! Y nuevamente quiero recibir con amor a todos los nuevos lectores que, cada día, se animan a leer este humilde escrito hecho por alguien que aprendió a escribir a los golpes.
Nos leemos luego :)
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