•Capítulo 25: De nombres y amores pasados•

Saludos cordiales, villanos.

¿Pueden creer que en menos de un mes se cumple el primer año de esta historia? El tiempo que le he dedicado a esta belleza supera con creces el que gasto en mis otras historias. Eso me hace sentir un poco mal, pero se me pasa cuando veo el apoyo que he recibido aquí. Como sea, no vine a hablar de eso (aun).

El primer dato de esta vez es, en realidad, no es algo verídico, ni siquiera sé si puedo encontrar información en internet; sin embrago, creo firmemente que aplica en Black Hat y White Hat, por lo que me tomaré la molestia de explicarlo.

A ver, el libro que estoy leyendo actualmente hace referencia a algo interesante; se trata del nombre verdadero. ¿Y esto qué diablos es? Bueno, cada demonio que habita el mundo humano tiene un nombre con el cual se presenta ante quienes desean sus servicios, y un nombre secreto, que otorga a quien lo pronuncia el control total sobre él y la potestad para romper un contrato o pacto. Dicho nombre les es otorgado al momento de nacer, y debe permanecer secreto bajo cualquier circunstancia. A este nombre lo llaman "verdadero nombre" puesto que es el primer nombre que reciben, antes de recibir el otro.

¿A qué viene esto? Bueno, "Black Hat" no es el verdadero nombre de nuestro amo y señor ¿Recuerdan? Él mismo mata a todo el que se atreve a pronunciarlo, sin embrago, si alguien llama a "Black Hat" no pasa nada. ¿Mi teoría? Black Hat protege su verdadero nombre de todo el que se crea capaz de pronunciarlo, porque obedecer a la voluntad de un humano es el castigo más bajo y mundano que puede sufrir un demonio. Ya sé que, a profundidad, puede no tener el sentido que yo pienso que tiene, pero me resultó sumamente interesante poder combinar ambos análisis.

Por eso, cuando vean esto: ••••••• entiendan que se trata del nombre de Black Hat. Que, por cierto, tiene siete letras por una teoría que tengo, algo a explicar más adelante.

Como sea, fuera de esto, no tengo datos de interés esta vez. Solo un amigable recordatorio de que White Hat es un estrés constante en la vida de su hermano, y no puedo dejarlo de lado así nada más.

SIDE NOTE: Cambie el apodo de White Hat hacia Slug; desde hace meses quería cambiarlo, y encontré entre las preguntas de Cats uno que me encanta. Obviamente le va a seguir diciendo cariño, pero este nuevo apodo es perfecto.

La imagen en multimedia es propiedad de Cats-Dont-Draw.

Sin más que decir, por favor disfruten de la lectura.

— Repíteme una última vez, ¿Por qué esto será diferente? — el joven moreno, que permanecía recargado contra la pared de la blanca oficina, observaba a su jefe con una mueca de desaprobación, oculta bajo la bolsa de papel y los googles que mantenían al mundo privado de su rostro— Si no me falla la memoria, Black Hat estaba completamente dispuesto a destriparte si volvías a entrar en sus dominios.

— Mi terroncito de azúcar— ronroneó el demonio de blanco, terminando de acomodarse la corbata y girando a ver a su subordinado con una sonrisa felina— Mi querido hermano no puede matarme, me necesita con vida para seguir jugando su estúpido juego. Además, sin mi ¿Qué sentido tiene intentar derrotarlo?

— No te creas tan importante, White Hat— le reprochó con una expresión de resignación, demasiado habitual— Black Hat ha estado aquí desde antes que tú, y seguirá sin ti. No necesita otro jugador para divertirse, solo las fichas del tablero.

— ¿No me tienes algo de confianza? Que descortés de tu parte— el sarcasmo en la voz del eldritch, mezclado con un toque cínico y la sonrisa burlona que surcó sus labios, le recordó al humano que su jefe era la viva imagen de Black Hat— Me ofendes cariño, nunca hago un plan sin contemplar todos los finales.

Slug respiró hondo para controlar el deseo de matarlo él mismo y ahorrarle el trabajo al villano ¿Qué ganaba con ir a tentar su suerte? Black Hat no había aceptado nunca una negociación, menos viniendo de un héroe ¿Cómo sería con su propio hermano? La razón dictaba que todo acabaría en desastre, sin embrago, antes se había equivocado.

Esperaba que está vez, contra todo pronóstico, la razón estuviera equivocada.

וווו×

Flug despertó con los ojos llenos de lágrimas, y sin poder recordar lo que había soñado. Sentía el cuerpo terriblemente pesado, como si no estuviera en control de este; el simple hecho de sentarse y salir de la cápsula resultaba una tarea titánica. Tomó la bolsa con que había dormido y la retiro de su cabeza, completando el recorrido que habían marcado las lágrimas al bajar de sus ojos ¿Cómo era eso posible? Se suponía que aquella cápsula debía congelar todo en su interior, incluyendo el agua que sus ojos secretaban cuando lloraba en las noches ¿Qué las hacía diferentes?

Desde ese momento supo que, aunque se esforzará, aquel sería un muy mal día.

La rutina matutina no varió demasiado, salvo por la evidente ausencia de 5.0.5. y la falta de una torre de hotcakes frente a él, todo era exactamente igual. Demencia y su insistencia por no cambiarse de ropa, Black Hat y su mala actitud matutina. Todo normal. Flug se esforzó más de lo necesario por aparentar esa normalidad que la mansión llevaba consigo, sin embrago, cada vez que cerraba los ojos, la imagen del rostro se su jefe se hacía presente y le recordaba que no había nada normal en esa mansión.

Black Hat analizaba a su subordinado, mientras evadía a Demencia y su insistente afecto; no sabía si su plan había resultado, pues ninguno de los dos parecía tener la intención de interactuar con el otro, sin embrago, la actitud distante y atontada del chico era un buen indicio de éxito. Tenía la sensación de haber logrado reacomodar las piezas para que Flug, en su estado de ensoñación, bajase la guardia y volviera a él.

Admitir que deseaba tener a Flug de nuevo en sus brazos, lejos de ser algo plausible, era más bien la imposibilidad del día, pues tendría que admitir también su aparente cariño por él. Black Hat, ante la idea de tener que reconocer algo tan repulsivo como el amor, sintió náuseas y el deseo de destripar algo, solo para deleitarse con la belleza del dolor y la desesperación de su víctima.

Cerró los ojos para intentar aclarar su mente, para buscar en el fondo de su ser aquel desprecio que antes solía sentir por el muchacho ¿A dónde se había ido? No recordaba un solo día en el que no despreciarse cada cosa que el científico representaba. El desastroso villano que era Flug no generaba en él más que repulsión y decepción y, sin embargo, la idea de hacerlo sufrir por eso ya no resultaba tan placentera como antes.

Mantuvo los ojos cerrados y, como solía hacer cuando no tenía en que invertir su tiempo, espió a los habitantes de la mansión. Demencia, como de costumbre, estaba entretenía molestando a Earl, a falta de un Black Hat de verdad; Jack reptaba por los pasillos a la espera de tener apetito para buscar una presa y Flug, sorprendentemente, no estaba haciendo nada. Tenía sobre una mesa, en un desorden fatal, toda suerte de planos y hojas arrugadas, que pretendían ser un nuevo invento; lápices a medio camino de ser solo una punta con borrador y otras cuantas cosas que no supo identificar ¿Qué estaba mal con él? Nunca había visto al muchacho tan desconectado de su trabajo, o de la realidad. El joven científico parecía estar atrapado aún en sus sueños, pese a llevar varias horas despierto.

Una nauseabundo sensación le recorrió al darse cuenta de que, inconscientemente, estaba preocupado por el muchacho y su peculiar forma de actuar. Abrió los ojos de golpe, apretando los dientes y soltando un gruñido digno de un animal salvaje, golpeando con el puño el cristal de la ventana, quebrándolo al instante. Fragmentos de vidrio se quedaron clavados en su mano, manchándose de la espesa y oscura sangre que recorría sus venas.

Antes de arreglar la ventana observo el desolado paisaje de la calle frente a la mansión, a los transeúntes que escapaban de la remota posibilidad de invadir sus dominios y de los pocos villanos que, sin tener mucho que perder, cruzaban la acera con tranquilidad. Entre la habitual agonía que ofrecía el paisaje, un elegante auto blanco se asomaba por las calles, con trayectoria directa a su hogar.

Apretó aún más el puño, clavándose los cristales hasta que desaparecieron en su piel, al percatarse de quién estaba en el auto. La irá que envenenó su sistema fue apenas controlable; deseaba poder destriparlo esta vez, arrancarle las entrañas una y otra vez, hasta que suplicará por su muerte. Con esa rabia que ahora lo embriagaba, se deslizó por los pasillos hacia el laboratorio, teniendo nulas ganas de enfrentar a su hermano solo.

— ¡FLUG! — bramó en cuanto ingresó en la blanca habitación, sobresaltado al científico que arrojó al suelo todo lo que tenía al alcance— ¡Ven aquí, AHORA!

El muchacho, que temblaba y sudaba como si acabara de correr una maratón, se arrastró hasta estar frente al villano y su sombra, que se hacía cada vez más grande. No tenía idea de a que se debía el repentino enojo de su jefe, y tampoco deseaba averiguarlo, sin embargo, no quería ser un agravante de su mal humor. Obedientemente se irguió frente al villano y trato de aparentar seguridad.

—Tendremos un invitado inesperado— gruñó con una voz más tranquila, esforzándose por no desquitarse con el inocente científico que le escuchaba atentamente— No tengo el ánimo para lidiar con él sólo, y estoy seguro que tampoco tendrá la decencia de llegar sin acompañante. Ven conmigo y no digas nada.

Normalmente cuestionaría el peculiar actuar de su jefe, intentaría averiguar por qué estaba tan enojado, o quién era aquel "invitado" sin embargo, ver al demonio con una mano sangrante y un humor de perros le hacía preferir mantener la boca cerrada y la curiosidad a raya.

En la calle, como si no fuera un riesgo, el elegante auto blanco se estacionaba frente a la reja principal de la mansión del demonio. Un muchacho similar a Flug, con bata negra y un saco cuello tortuga rojo, descendía del asiento del piloto y se ocupó de abrirle la puerta a su pasajero. Los transeúntes observaron con asombro como, con una sonrisa galante, un ser similar al villano, vestido de blanco, se aproximaba hasta la puerta y se colaba en los dominios del eldritch como si fuera su propia casa. White Hat Camino por el marchito jardín hasta la puerta principal, sin perder la sonrisa.

Slug retrocedió en cuanto la puerta se abrió ante ellos, por si sola, y les permitió entrar en la oscura e imponente mansión. El primero en entrar fue el demonio blanco, que ocultó su mueca de desprecio con una mirada de análisis a su entorno. El interior de la mansión era la viva imagen de su hogar antes de ir al mundo humano, era la copia perfecta del oscuro hogar de sus padres.

— Vaya, y yo creía que tenías mejor gusto que ellos— comentó a la nada, sabiendo que su hermano los observaba desde algún lugar, esperando un motivo para atacar— Que decepción. Incluso recibes a los invitados con ellos.

— Mis invitados tienen la cortesía de anunciar su visita— gruñó bajando las escaleras, situándose justo frente a su hermano, sintiendo que estaba viendo su reflejo en un espejo— Tú, por otro lado, te paseas en mis dominios como si fueran tuyos ¿A caso Cooper no ha tenido el valor para decirte que ocurre con los héroes que osan irrumpir en mi hogar?

Flug, a diferencia de esa copia que tenía delante, no daba crédito a lo que sus ojos veían ¿Había más de un Black Hat? Creía que la existencia de uno solo ya era problemática, por eso jamás imagino que habría otros como él. Hasta entonces, creía que el sombrero era eterno y único. Slug, por su parte, intentaba adivinar quién se ocultaba bajo la otra bolsa de papel, solo para poder cazarlo más adelante.

— Eres tan frío como siempre— suspiro el demonio blanco, negando aún con la sonrisa coqueta en los labios, volviendo la mirada al muchacho junto a su hermano, que no era capaz de ocultar su asombro— ¿A caso este dulce muchacho no ha logrado derretir tu corazón?

Con gesto galante, y tratando al científico de blanco como si fuera una dama de sociedad, le beso la mano y se quitó el sombrero a la hora de presentarse, dejando ver qué debajo también tenía más sombreros ocultos.

— Puedes llamarme White Hat, querido— Flug pensó por un momento que su jefe los observaba con una frialdad casi celosa, sin embargo, lo asumió como una fantasía de su imaginación— ¿Cuál es tu nombre?

— Agradeceré que no toques mi propiedad— intervino el villano antes de que Flug se dejará a sí mismo en evidencia. El gesto protector con que Black Hat se aseguró de alejar al otro demonio de Flug no pasó desapercibido para nadie— ¿Qué asunto te trae a arriesgar nuevamente tu vida? A diferencia de ti, mi tiempo cuesta.

— Es una pena que no tengo un alma o cordura para pagar— lamentó falsamente, volviéndose a Flug, que permanecía ocultó tras su jefe, evitando ahora la depredadora mirada del demonio blanco— Joven doctor, no tienes por qué ocultarme tu nombre. A diferencia de mi hermano, no tengo el poder de manipular a quien me revela está información.

Flug se vio tentando por la forma en que el otro demonio lo observaba. Había una calidez que no había visto en años, reflejada en aquel ojo visible. Sin embargo, la voz en su cabeza le gritaba que, si Black Hat se rehusaba a decirle él mismo su nombre, debía haber una buena razón para ello.

— Si mi señor no revela está información— comenzó, recibiendo una mirada de sorpresa del otro científico, que batallaba por recordar a quien pertenecía la voz que provenía de bajo la bolsa— yo no traicionare sus razones.

Black Hat sonrió con satisfacción, avanzando hacia el otro eldritch, que parecía realmente desconcertado. Flug permaneció en su sitio, esperando instrucciones, mientras el otro científico se aproximaba cautelosamente hacia él.

— Di de una maldita vez a qué has venido, imbécil— ordenó el villano cuando la paciencia comenzó a desaparecer, esperando el momento adecuado para tomarlo por el cuello y despedazarlo— pierdo mi tiempo esperando a que tú estupidez decía hablar.

— Slug, cariño ¿Nos dejarían a solas? — ignorando a su hermano, pidió con demasiada amabilidad al científico de negro que buscará otra habitación, e indirectamente, se llevará a Flug con él— Quiero discutir asuntos importantes con él.

— ¿Con qué derecho le das órdenes a mi subordinado? — Black Hat tenía un tic en el ojo izquierdo, que hacía saltar un poco el monóculo— Doctor, saque a este intruso de aquí. Si intenta algo, dispare.

Sin esperar a lo que el demonio blanco pudiera decir en respuesta, Flug sacó a empujones al otro humano, obligándolo a entrar en la tenebrosas y oscura sala de estar, iluminada solamente por la verdosa llama de la chimenea. El científico de negro observaba la habitación maravillado, intrigado por como cada pintura lo seguía con la mirada y el peculiar color de las llamas.

— Pediré que no toque nada— aconsejó Flug con tono dominante, diferente al nervioso que tenía estando junto al eldritch— A Lord Black Hat no le gusta que toquen sus cosas. Y se dará cuenta si lo hace.

— Deja la cortesía para ese par de demonios— sugirió el otro con desinterés, observando la repisa sobre la chimenea; tomando sin permiso el dispositivo antigravedad y analizando rápidamente su composición— Nosotros nos entendemos mejor con cosas como estás ¿Qué estabas intentando construir para él? No parece haberle gustado.

— Eso no es asunto de héroes— había odio en sus palabras, más del que normalmente tendría al referirse al asunto. Slug supo que hablar de héroes era una sensibilidad fácil de herir en el otro, por lo que quiso picar el nervio hasta conseguir más información— Ahora, ponga el dispositivo en su sitio, por favor.

Slug, ignorando las órdenes del muchacho, oprimió el botón, viendo cómo todo a su alrededor flotaba, incluido él. Le resultó asombroso que alguien fuera capaz de crear algo con el bastante poder para desafiar las leyes de la física. Flug, por su parte, intentaba llegar al dispositivo y revertir el efecto antes que su jefe se enterase de lo que había pasado.

— Fascinante, la física acaba de pasar a segundo plano— un fuerte golpe en el costado fue lo siguiente que lo distrajo; el joven de bata blanca acababa de darle una patada en las costillas, obligándolo a soltar el dispositivo y arranca dile un jadeo de dolor— ¡¿Pero qué coño te pasa?!

— Si la razón no sirve, la violencia si— se justificó volviendo a presionar el botón, intentando caer de pie como había hecho su jefe en su momento— Mira, Slug, no sé cómo funcionan las cosas con White Hat, pero aquí hay reglas que es mejor no romper. Aunque, adelante, deja que mi jefe te atrapé, no me molestaría tener un nuevo sujeto de pruebas.

Pese a la bolsa, Slug podía ver la expresión sádica que tenía el otro en el rostro ¿Quién era aquel muchacho? Parecía tener su misma edad, y dudaba que Hat Island tuviera muchos locos con bolsas en la cabeza corriendo por las calles ¿Qué rostro ocultaba aquella máscara? Decidió descubrirlo, aún si terminaba muerto en el proceso.

Mientras, en la habitación contigua, ajenos a la pequeña discusión de los humanos, el par de demonios se miraban el uno al otro con intensidad, esperando a que alguno decidiera hablar primero, o atacar, lo que ocurriera primero. Ensanchando sus sonrisa felina, White Hat decidió hablar primero.

— Mira, Black Hat, Está vez no vengo por orden nadie, si es lo que estás pensando— comenzó a explicar, rodeando a su hermano, que le seguía con la mirada sin girar ni un poco la cabeza, volteando completamente los ojos— Solo quiero hablar contigo y llegar a un acuerdo.

— Aprecio la intención, pero sé muy bien que Cooper mueve tus cuerdas— el desprecio de Black Hat no pasaba desapercibido, a lo que su hermano fingió sentirse ofendido por la forma tan cruel en que el otro lo trataba— Dile que, si de verdad quiere lograr algo con esa estúpida organización, que tenga las bolas de presentarse él mismo aquí.

— Me gustaría, pero la única forma de hablar con el nuevamente es llevarte conmigo, derrotado— ambos sabían que eso era simplemente una fantasía humana, que se alimentaba las derrotas a los villanos que la organización ayudaba— Esto es más bien una visita familiar. Dime, hermanito ¿No crees que el mundo humano está lo bastante mal sin tu ayuda? — había sinceridad en su voz, algo que el villano despreció de inmediato con una muñeca ¿Cómo era que un ser como él podía ser honesto sin sentir náuseas? A veces dudaba de su lazo sanguíneo con White Hat— Yo creo que, si nos marchamos, este lugar tendrá las posibilidades que siempre ha tenido, que nuestra ausencia no cambiará nada ¿Vendrías conmigo para dejar este absurdo juego?

— Precisamente eso es lo que me mantiene aquí— la sonrisa de tiburón del villano se ensancho cuando el héroe dejo de caminar en círculos para escuchar atentamente su respuesta— Dime ¿Crees que deshaciéndote de mí lograrás salvar este patético mundo? Sin mí, algún humano intentara hacer lo mismo, y mantendrá viva mi creación. Las almas que ahora son mías me deben lealtad, sin mí, seguirán mi legado y se harán cargo de continuar su trabajo. Yo no creo villanos, White, simplemente les ofrezco herramientas para triunfar.

— ¿En serio creer que te deben lealtad? — la voz tranquila del demonio blanco había desaparecido, dejando paso a un tono ronco, similar al de Black Hat, que lo hacía parecer más villano que héroe— Les robaste la libertad, sin ti, podrán hacer lo que quieran. Todos ellos descubrirán que pueden ayudar a salvar el mundo en que viven. ¿Crees que ese científico tuyo permanecerá a tu lado aun cuando te vayas? Déjame probarte lo contrario.

Black Hat vio, sin inmutarse, como su hermano abría un portal que les permitía ver al interior de la habitación en la que ambos humanos se encontraban. El lugar era un desastre, por el cual reprocharía a Flug más adelante; en el centro, los científicos se apuntaban con un arma mutuamente, listos para matarse el uno al otro en nombre de su jefe.

— ¿Cómo diablos sabes mi nombre? — chilló Flug, afirmando el agarre en su arma de rayos, que temblaba ligeramente en las manos del muchacho— ¡Responde! ¿Quién mierda eres y como sabes mi nombre?

— Kenning, vamos, baja el arma y déjame explicarte— pidió amablemente el otro, intentando tranquilizar al de blanco, que apuntaba directamente a su frente, oculta bajo la bolsa— Puedo mostrarte quien soy, solo baja el arma.

— Nunca bajaría la guardia con un héroe— gruñó entrecerrado los ojos, siguiendo atentamente cada movimiento de las manos del otro, que soltaban el arma y se dirigían a retirar la bolsa de su cabeza.

Slug de quitó la bolsa y los googles, revelando lentamente el modificado rostro de un muchacho moreno, con el cabello negro y unos ojos robóticos de iris roja que brillaban en la tenue oscuridad de la estancia. Flug repasó los detalles que aún eran humanos en ese familiar rostro, conocía sus facciones, pero su voz y sus ojos eran demasiado distintos a lo que su mente recordaba.

Los años de secundaria, cuando todos parecían odiar su existencia y querer despedazarlo emocionalmente le mostraron los antiguos ojos castaños de quién ahora tenía en frente, con las manos alzadas y una sonrisa nerviosa. El chico en sus recuerdos era dulce con él, lo bastante para defenderlo en ocasiones, y parecía dispuesto a dejarlo todo por estar a su lado; también era un villano prometedor, con una familia que lo apoyaba y un ingenio superior al suyo. Sin embargo, el nombre que rondaba su cabeza no era precisamente "Slug".

— ¿Qué... que rayos... te paso? — balbuceó, sin bajar el arma, intentando comprender la información que chocaba en su cerebro— Tu cara... tus ojos... este no eres tú...

— Lo soy ahora— susurró dando un paso hacia el frente, causando que Flug retrocediera un poco, encontrándose con objetos que entorpecían su huida— No podía conservar mi rostro si no iba a ser del bando que lo conocía perfectamente. Además, unas cuantas mejoras no vienen mal, ayudan a alcanzar la perfección.

— No, ¡No! Eras un villano prometedor ¡De los mejores que había! — chilló llevando las manos a su cabeza, arrugando la bolsa y distrayéndose lo suficiente para que Slug see acercara a él hasta estar a poco más de dos pasos— ¡¿Por qué un héroe?! Lo único que hacen es arruinar vidas y creer que el mundo puede ser salvado.

— Kenning, el mundo si puede salvarse— Slug posó una mano sobre el hombro del chico, que se sobresaltó con el toque ajeno. No había escuchado su nombre ser pronunciado con tanta dulzura en años, y saber que el chico delante suyo aún recordaba como pronunciarlo le hacía sentir algo especial— Si me dejas mostrarte, si me sigues, juntos podemos liberar al mundo de cualquier amenaza, heroica o villana ¿Qué dices? Puedes dejar atrás a Black Hat y permitir que Podemos Bailar y White Hat Organization te muestren la realidad. Además, la paga es mucho mejor.

No podía creer que si quiera se molestaba en analizar la oferta, porque muchas veces se había dicho que se volvería héroe después de muerto. No tenía la imagen de un furioso Black Hat listo para despedazarlo en la mente, tenía la imagen de su familia y las palabras "te lo dije" rondando junto a la oferta que Slug le estaba haciendo. No iba a negar que era tentador, que podría demostrar muchas cosas aceptando, sin embargo, dejar atrás al único ser del universo que se había interesado en sus capacidades cuando todos parecían querer matarlo era algo que no estaba dispuesto a hacer.

— Lo lamento, Slug, pero no dejaré a Black Hat por un poco más de dinero— miró directamente a los ojos del moreno, que parecía genuinamente sorprendido por su respuesta, y le empujó un poco, apartándose y guardando el arma de vuelta en el bolsillo de la bata— Mi lealtad está con él.

Slug sonrió, como no lo había hecho en años, y tomo el mentón del muchacho con la mano; levanto la bolsa lo suficiente para descubrir sus labios y, sin permitirle evitarlo, besos con cariño a la persona que solía amar cuando era joven y el mundo le aterraba si lo enfrentaba solo. Flug se apartó rápidamente, limpiándose los labios con el antebrazo y retrocediendo hasta chocar con la pared, observando sorprendido al otro humano, que sencillamente volvía a ponerse la bolsa y los googles.

— Eres tan estúpido que no te das cuenta cuando alguien está interesado hasta que te lo dice en la cara— se burló con la crueldad que le había aprendido a los matones de la escuela, acorralando con los brazos al más bajo, que ahora solo buscaba una salida y una explicación para Black Hat— Dime ¿Ya Te costaste con ese patético demonio? O tampoco has notado lo mucho que le importas.

Al otro lado el portal del demonio blanco, Black Hat enterraba sus garras en la palma de sus manos, intentando controlar la creciente irá que, nuevamente, recorría su sistema y le llenaba del deseo de destripar algo. A su lado, White Hat sonreía satisfecho y cerraba nuevamente el agujero dimensional, para encarar a su hermano con una sonrisa burlona.

— ¿Qué te parece? No eres el único que babea por el humano— esquivó apenas el puño que se dirigía a su cara, sintiendo la brisa que dejó a su paso cuando se estampó contra la pared, abriendo un agujero— Vaya, que mal control de irá tienes, •••••••.

Black Hat lo tomó con fuerza por el cuello, enterrando en su piel el filo venenoso de sus garras, y dirigiéndose a la otra habitación con su hermano en alto. Entró con el estruendo de las puertas estrellándose contra la pared y un jadeo de dolor, producto de haber empujado las mismas con el cuerpo del demonio blanco. Slug se apartó de un salto al percibir el instinto asesino del villano.

— Ni tu ni nadie tiene derecho a pronunciar ese nombre— gruñó con voz gutural, babeando entre palabras y agrandando su afilada sonrisa, tiñendo sus ojos del mismo color de la sangre y enterrando con más fuerza las garras en la garganta de su hermano— Querer controlar la maldad encarnada es algo que solo YO puedo hacer. Mi nombre no debe cruzar labios indignos, como los fe un fracasado intento de héroe.

— Vamos, ¿A caso no puedo llamar a mi querido hermano? — jadeó con sorna, babeando sangre y tosiendo debido a la dificultad que representaba pronunciar unas palabras— ¿No puedo llorar por mi querido •••••••?

Los dos humanos no lograron escuchar más que estática ante la mención del verdadero nombre del demonio, que se limitó a arrojar el cuerpo de su hermano contra la pared más alejada y atravesarlo con los suficientes tentáculos para manchar el papel tapiz con la espesa sangre que recorría sus venas. El demonio blanco soltó un lastimero lamento al verse clavado a la pared, incapaz de defenderse.

— Adelante, dilo una vez más. Estoy ansioso por eliminarte para siempre— incitó con expresión sádica, preparándose para chasquear los dedos; sin embargo, Slug intervino justo antes de que su jefe obedeciera y volviera a pronunciar la inentendible palabra.

— Con su permiso, me lo llevaré y me aseguraré de que no vuelva por aquí— pidió, tomando la cintura del héroe, que colgaba aún de la pared, suspendido sobre el suelo como un Jesucristo de iglesia— Lamento los problemas causados, no se repetirán.

— Y tú, traidor del carajo— Slug no esperaba que se dirigiera a él con tanto odio, por lo que simplemente lo escuchó con temor en la mirada— Vuelve a tocar lo que me pertenece y conocerás la razón por la que ningún villano tiene las agallas de traicionarme.

El villanos charqueó los dedos y los envío directamente a la acera frente a la mansión, justo dónde habían dejado el auto. El científico arrastró el maltrecho cuerpo de su jefe hasta el asiento trasero y, sin mirar atrás, se puso en marcha una vez ocupó el lugar de piloto, recorriendo el mismo camino que los había llevado hasta allí.

Al interior de la mansión, Flug observaba a su jefe con una mezcla de temor y admiración, mientras el villano intentaba controlar el constante babear que el arranque de irá había causado en él. Observó el desastre que ahora era su sala de estar y, con una muñeca de asco, charqueó los dedos para poner todo de nuevo en su lugar, satisfecho al ver que la mancha de sangre también desaparecía.

— Señor, yo~

— No quiero escuchar una estúpida explicación, mucho menos un intento de interrogatorio— le cortó antes de que pudiera comenzar a hablar, dando media vuelta y dejando la habitación, seguido por el muchacho, que aún temblaba y trataba de calmar sus pensamientos— No tienes nada que saber más allá de lo que descubriste hoy. Ahora, si no se van a presentar más inconvenientes, me gustaría que regrese al trabajo, doctor, y prepare todo para la conquista pendiente.

— Si señor— pese a estar aun temblando, se dirigió al laboratorio y se puso a trabajar, intentando apartar su mente de los tres asuntos que, ahora, parecían ocupar cada neurona de su cerebro. Necesitaba describir tres cosas para estar tranquilo ¿Quién o qué era White Hat? ¿Por qué Slug había decidido ser un héroe? Y ¿En verdad Black Hat estaba interesado en él?

//////////////////

Ok, so... Yeah, acabo de romper, de nuevo, mi propia marca de palabras ¿Saben? Sin las notas este capítulo tiene 4564 palabras. Siento una mezcla de orgullo y asombro súper extraña.

Black Hat tuvo su primer arranque de celos ¿No es dulce? Casi mata a alguien por eso ¿Qué pasaría si algún villano o villana intenta ligarse a Flug? Solo yo lo sé >:D.

En verdad, releer esto teniendo en mente la historia de White Hat y Slug es diferente, cambia completamente mi perspectiva original, lo hace incluso más intenso. No puedo esperar a terminar aquí para seguir allá y que lean las cosas que tengo planeadas.

Espero que les haya gustado, y como siempre, les agradezco sus lecturas, votos y comentarios, me hacen muy feliz.

Nos leemos luego.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top