•Capítulo 19: Deseo•
Saludos cordiales, Villanos.
Bien, este capítulo tiene una nota final un poco tonta, pero no pienso cambiarla, porque me trae lindos recuerdos de la primera vez que casi muero de emoción, así que ¿Qué más da?
Voy a empezar esta vez explicando algo que, a lo mejor, ustedes ya conocen. ¿Les importa si hablo de ansiedad? Por favor, si tratar el tema te afecta de alguna forma, evita leer la nota hasta que vuelvas a ver la letra en cursiva. Gracias.
Es normal sentirse ansioso en algunos momentos, sin embargo, la ansiedad y la preocupación excesivas y continuas que son difíciles de controlar e interfieren en las actividades diarias pueden ser signo de un trastorno de ansiedad generalizada; es normal que sus síntomas se asocien con TOC (trastorno obsesivo compulsivo), al pánico causado por ansiedad u otros tipos de ansiedad. Así mismo, es normal que se presente junto a otra clase de trastornos emociones. En muchos casos, el trastorno de ansiedad generalizada mejora con psicoterapia o medicamentos; también puede ser útil hacer cambios en el estilo de vida, aprender a hacer frente a desafíos o situaciones y practicar técnicas de relajación.
Pueden encontrarse síntomas a nivel fisiológico y psicológico; entre los primeros esta: fatiga, trastorno del sueño, dolores musculares, temblores y agitación, tendencia a los sobresaltos, sudoración, irritabilidad y parestesia (en este profundizaré más adelante). A nivel mental, encontramos: dificultad para lidiar con situaciones de incertidumbre; temperamento indeciso y miedo a tomar la decisión equivocada; incapacidad para relajarse; dificultad para concentrarse, entre otros.
Como sucede con muchas enfermedades mentales, la causa del trastorno de ansiedad generalizada probablemente surge de una interacción compleja de factores biológicos y ambientales, que pueden incluir los siguientes: diferencias en la química y la función del cerebro, genética, diferencias en la forma de percibir las amenazas, desarrollo y personalidad.
Ahora, profundicemos en la parestesia. Este es el término utilizado para referirse al adormecimiento de las extremidades, acompañado por un hormigueo y, comúnmente, una sensación de frío. Cuando son causadas por ansiedad, pueden generar mareos y sensación general de frío, incluso afectar también el rostro.
El sistema nervioso alterado da rienda suelta para que el hormigueo aparezca en las manos, (la más habitual de las parestesias, junto a la que ocurre en los brazos). Puede ir seguido por una sensación de frío, y si bien no es peligrosa, es desagradable y suele generar preocupación.
En el rostro, puede dividirse en diferentes ramas (lingual, facial y general) cada una puede traer consigo daños a los nervios de la zona debido a la sensibilidad de los mismos, en cuyo caso pueden realizarse pruebas para determinar el daño.
Eso es todo lo que tengo que decir respecto a la ansiedad, en esta ocasión. Lamento tocar de vez en cuando temas sensibles, pero es necesario.
Ahora, no se si está solo en mi memoria y me estoy engañando, o en verdad llegué a usar esta canción para esta historia. El caso es que, como no di con ella, preferí apegarme al plan y seguir adelante. Este capítulo llega a ustedes gracias a "Animal" de Chase Holfelder. Pueden encontrarla en la playlist de la historia. Sé que esta versión es un cover, pero la original es terrible, el ritmo no encaja con la letra y no me gusta la voz, así que nos quedamos con Chase.
Sin más que decir, a leer.
El trabajo que debería estar haciendo estaba ahora acumulado sobre una de las mesas, esperando a que el día siguiente llegaste para ser concluido. Los pedidos estaban, en su mayoría, listos para ser despachados, esperando a recibir un empaque y una dirección; los pocos que aún estaban en piezas no le tenían preocupado. La búsqueda en su computadora, por otro lado, sí.
No era usual que utilizará el "modo incógnito" del navegador. Estaba acostumbrado a no preocuparse por un rastreo de búsqueda o una compañía de cable llamando debido al historial de navegador. Esta vez, por otro lado, quería evitar lo más posible dejar rastros de la búsqueda que realizaba. En la pantalla, reflejada por el oscuro cristal de los googles, se leía un artículo acerca del sexo entre hombres y cómo practicarlo de forma segura; arriba, otras tres páginas abiertas esperaban su visita, todas relacionadas con el tema.
Había pasado unas cuantas horas pensando en cómo escapar del encuentro con Black Hat, en qué excusa inventar para salir bien librado y posponer tanto como le fuese posible en volver a estar a solas con él; sin embargo, la vocecita en su cabeza no dejaba de gritar, literalmente, que terminaría muerto si escapaba, que debía prepararse como había dicho y que, aunque intentase negarlo, quería repetirlo. Por eso ahí estaba otra vez, ansioso por un encuentro y deseando poder controlar su miedo.
La búsqueda había resultado bastante informativa, pese a lo vergonzoso que podía resultarle leer aquellos artículos, y ver algunos vídeos, tenía ideas claras de cómo disfrutar el encuentro y como, con algo de suerte, salir caminando después. Una burlona risa hizo eco en el laboratorio cuando, apurado al ver la hora, cerro velozmente todos los resultado y limpio, por precaución, el historial del día.
- Un dedicado doctor- la enorme serpiente se deslizó con gracia hasta llegar a su lado, enrollando su cuerpo por el de Flug hasta llegar a su hombro ¿A caso se prepara para un... evento especial, doctor?
- ¿Qué rayos quieres, Jack? - preguntó con cierto odio implícito en su voz, empujando la cabeza del reptil al sentir su bífida lengua acariciando la bolsa- Tengo que ir a ver a Black Hat, no hay tiempo para ti en mi agenda.
- Vamos doc. ¿No busca, acaso, algo más que una amistad? - su cuerpo le permitió encarar a Flug, enroscado su cola en uno de sus brazos- Black Hat no sabe amar, ¿Por qué te esfuerzas tanto?
No sabía cómo contestar a esa pregunta, no quería contestar esa pregunta, porque le aterraba la respuesta. Ignoró al reptil que se apoderaba lentamente de su brazo y, como si no estuviera allí, se levantó y comenzó a caminar hacia la salida, sintiendo el escamoso cuerpo dejar libre nuevamente su brazo, colándose por una rejilla de ventilación en el suelo. Al perderlo de vista, algo que normalmente no lo atacaría en esa situación comenzó a invadir su cuerpo. El molesto hormigueo en sus manos y piernas crecía a cada paso, causado por la ansiedad del momento.
Pequeñas punzadas de un molesto dolor pinchaban las yemas de sus dedos y sus brazos con cada paso que lo acercaba más y más a la oficina del villano ¿Lo harían allí? Era ridículo siquiera pensarlo. En toda la mansión, no había lugar más sagrado para el eldritch que aquella oficina; profanarlo con un acto tan "sucio" le parecía impensable.
"¿Y si con Demencia..." pensó en un instante de lucidez, que le recordó la realidad de todo. Aquellos momentos no eran suyos, eran de alguien que no estaba en la mansión. En cuanto regresará, el villano se olvidaría de él y volvería a divertirse con Demencia, con su novia. Y él los observaría en silencio, añorando la semana más caótico de su vida.
Tocó con los nudillos la puerta de la oficina, sintiendo un leve dolor debido al hormigueo, esperando pacientemente la respuesta del eldritch. Black Hat observaba la oscuridad de la calle hacerse más densa cuando el muchacho rompió el silencio desde el pasillo. Dio permiso para entrar, aun observando por la ventana como todos los transeúntes corrían a ocultarse, temiendo a la noche que se cernía sobre ellos.
- Vine, como pidió, jefecito- anunció el joven científico, temeroso de las nulas palabras que le daba el villano; quería decir algo, iniciar una conversación, o al menos un intento de conversación. Prefería incluso sus gruñidos al silencio que los rodeaba- Vamos... ¿Vamos a hacerlo... aquí?
Sin contestar, dio la vuelta a su cuerpo sin moverse un milímetro, dividiendo todo lo que componía su ser en dos para invertir los polos, dejando delante lo que antes estaba atrás, encarando al científico. Flug, aunque algo alterado por la acción, se limitó a tragar saliva y esperar en silencio a que se acercarse, deslizándose por la alfombra sin hacer ruido.
- Vaya pregunta, doctor- burló con una sonrisa, obscureciendo su mirada con ayuda de la sombra del ala del sombrero- Obviamente no, mi oficina no es un espacio mínimamente apropiado para esta clase de actos.
Puso su mano en la cintura del muchacho, apegándolo a sí; sin inmutarse, se dejó fluir como una sombra, llevando consigo al muchacho, que solo veía como la obscuridad los consumirá y las forma a su alrededor se distorsionaban. En segundos, la habitación recibir forma, mostrando un espacio desconocido para todos en la mansión. Una enorme cama, cubierta por sábanas vino tinto, iluminada por la luz rojiza que se colaba por la ventana, era el centro de la habitación que tenía como única decoración una serie de libreros y una puerta oculta que, su sentido común, asumió como el armario.
Black Hat no le dio mucho tiempo de curiosear, pues lo cargo sin dificultad por la cintura hasta la cama, dejándolo caer como peso muerto sobre el colchón. El sacó se deslizó sobre sus hombros y cayó al suelo pesadamente, mientras el demonio se desataba el nudo de la corbata con una sonrisa pícara que tenía hipnotizado al científico.
Flug se levantó la bolsa y tomó la corbata, a medio deshacer, para atraer al eldritch hasta él, uniendo sus labios en un húmedo beso que no tardó en unir sus lenguas. Pese al miedo que tenía adormecidas sus manos, estaba deseoso de complacer a su jefe. Vivía para eso, para mantener contento al villano, cumpliendo sus órdenes y saciando sus deseos.
Los cortes no tardaron en aparecer, agregando la dulce sangre del muchacho al salivoso beso, mezclando ambos fluidos en uno solo que los embriagaba a ambos. Flug terminó de desandar la corbata y comenzó a desabrochar los primeros botones de la camisa, separándose del beso en un jadeo, buscando recuperar el aire que sus pulmones exijan. Echó la cabeza hacia atrás, perdiendo finalmente la bolsa por completo, descubriendo su marcado rostro y sus brillantes ojos verdes, enmarcados por ojeras y lágrimas.
Black Hat tomó la coleta que recogía su cabello y mantuvo la cabeza del muchacho hacía atrás, pasando la lengua por la piel de su cuello y mordiendo sin pensarlo dos veces, recibiendo en respuesta un sonoro quejido de dolor. Flug había olvidado ese detalle, había olvidado la aparente manía del villano por morder su piel; sin embargo, empezaba a gustarle que lo hiciera, lo marcaba como suyo después de todo.
Las inquietas manos del villano no tardaron en rasgar la bata y comenzar a subir la camisa, acariciando las cicatrices de los rasguños del día anterior, abriendo en el proceso algunas nuevas, que dejaban rastros de sangre a medida que la tela se deslizaba por ellas. Flug subió lo brazos, facilitando el trabajo, besando los labios del demonio en cuanto su torso estuvo desnudo. Sus lenguas volvían a bailar entre sus bocas, mezclando saliva, veneno y sangre en una sola mezcla que comenzaba a aturdir al muchacho.
- Mi Lord.... - jadeó entre besos, empujando al demonio para quedar libre, bajando sus manos hasta su pantalón- permítame prepararme para usted.
Sin dejar al eldritch evitarlo, se apartó del beso y terminó de desvestirse, enseñando la nada discreta erección que ya pedía atención. Su cuerpo temblaba, sus dedos aún cosquilleaban por la ansiedad y tenía la sensación de que nada podría eliminar el frio que sentía; sin embargo, no era el momento de dudar. Estaba dispuesto a perder allí una parte de su corazón, a sentir aquellos dientes en su piel, mordiendo y marcando. Estaba dispuesto a entregar lo que no tenía, porque sabía que de todas formas no saldría ileso de allí.
Volvió a recostarse sobre la cama, lamiendo simultáneamente los dedos de una de sus manos, ensalivándolos lo más posible, llevando después su mano en una lenta caricia hasta sus glúteos, levantando sutilmente el cuerpo para acomodarse mejor, para prepararse. La vivida sensación de un intenso dolor aún hacía eco en su memoria, así que decidió ignorarla y comenzar a acariciar lentamente su entrada, sintiendo escalofríos recorrer su espalda.
Bajo la hambrienta mirada de Black Hat, introdujo en su cuerpo el primer dígito, que arrancó de sus labios un sonoro gemido de dolor, mezclado a duras penas con placer. Se embistió a sí mismo hasta creerse capaz de soportar otro. Pronto, los gemidos se hicieron incontenibles y el deseo afloró en su máxima expresión. El eldritch, sin poder realmente creer que el científico estaba haciendo lo que esperaba que hiciera, acariciaba su propia erección, a la espera de que esa suplicante mirada le diera permiso de continuar.
- Se-señor... - jadeó con los ojos cerrados, la cabeza enterrada en las sábanas y un hilo de saliva bajándole por la mejilla- Lo... deseo... lo necesito...
Con la brusquedad habitual en él, lo obligó a sacar la mano de bajo su cuerpo y, sabiendo que tenía permiso, se acomodó sobre Flug, listo para penetrarlo. Se abrió paso en su interior con el fuerte gemido del muchacho como fondo, sintiendo la calidez nuevamente envolverle completamente. Algo adictivo había en el muchacho que le hacía disfrutar aún más el tomarlo sexualmente.
Comenzó a embestirlo con lentitud, buscando convertir el dolor en placer. Flug temblaba en las sábanas y se aferraba con fuerza a los brazos del demonio, que se mantenían a los lados de su cuerpo; una estocada logro finalmente arrancarle de los labios un fuerte gemido de placer, acompañado por la satisfecha sonrisa del villano.
- Black Hat... - susurraba entre jadeos, luchando por mantener los ojos abiertos y disfrutar de la ligeramente pérdida expresión que desvanecía poco a poco el usual enojo de su mirada.
Gruñendo igual que un animal, el eldritch lo tomó por la cintura y le dio la vuelta a su posición, quedando ahora el científico sentado sobre el regazo del villano. Con firmeza, enterrando sus garras en la pálida piel de su cadera, marcó el ritmo que más le apetecía, dejando cicatrices y besando sus labios. La profundidad que alcanzaba así era mayor, más placentera.
Flug luchaba por contenerse, por durar un poco más, mientras a Blak Hat le cruzaba por la mente una idea ligeramente cruel que no tardaría en poner en práctica. Gracias al control sobre su cuerpo, sin importarle lo que pudiera sentir su pareja, dejó fluir una gran cantidad de semen en el interior del muchacho, que comenzó a crear un peculiar sonido entre embestidas. Flug se quejó, cerrando con fuerza los ojos; una incomodidad producida por el cálido líquido lo invadió, sin embrago, admitía que no era tan malo.
Siguieron un rato más, variando el ritmo, compartiendo besos y recibiendo mordidas, hasta que Flug fue incapaz de seguir aguantando y terminó entre ambos, manchando, ligeramente, el chaleco del villano y su pecho. Black Hat Lo penetró un poco más, corriéndose nuevamente en su interior, recibido un quejido en respuesta.
- ...Vez- susurró Flug, cerrando un ojo y abrazando por los hombros al eldritch- Se vino dentro... otra vez...
- Oh ¿En serio? - burló con malicia, acariciando con ternura la espalda del muchacho, tomando su nuca con firmeza. Empujó la cabeza de Flug hacia sus labios, besando con hambre, dejando algunas marcas en los labios del humano.
Se quedaron así un rato más, besándose, compartiendo de vez en cuando miradas indiscretas que hacían temblar al joven científico. Después de unos minutos, Black Hat simplemente lo levantó por la cadera y lo dejó caer en la cama, organizando a medias su ropa y levantándose, caminando por la habitación hasta desaparecer tras una puerta que parecía no estar allí.
Flug no podía hacer mucho, el cuerpo le pesaba y las piernas apenas le respondían, sin embargo, busco a tientas los bóxer que antes lo cubrían y trato de colocárselos, preparándose para ser echado a patadas del lugar. Black Hat volvió a aparecer cuando estaba por colocarse el pantalón, sin camisa o chaleco y nuevamente con su mirada de fastidio habitual.
- ¿Qué cree que hace, doctor? - cuestionó, caminando con los pies descalzos hacia la cama, manteniendo fija la mirada en Flug.
- Me... me preparaba para irme, señor- murmuró con la voz temblorosa, tragando saliva con dificultad, temeroso a lo que pudiera decir el villano- No es... no es necesario que me, me obligué a irme. Puedo hacerlo solo.
- Te perderías en el camino Flug- murmuró sentándose del lado opuesto de la cama, dando la espalda el muchacho- Puedes pasar la noche aquí, si no tienes problema con ello.
Flug no daba crédito a lo que sus oídos escuchaban, y no sabía si era producto del extremo cansancio que aquejaba a su ser o si era verdad lo que había dicho el villano. Obviamente no tenía problema en pasar la noche allí, la cama era mullida (más que la suya o la cápsula) y necesitaba descansar aproximadamente por una vez. Además... deseaba hacerlo. Deseaba dormir en un lugar donde Demencia aún no lo hacía, compartir la cama del eldritch con él antes que la lagartija.
- No, no tengo problema- susurró intentando acomodarse, sintiendo las manos del eldritch destender las sábanas y colocarlas sobre su cuerpo- ¿Señor?
- No me haré responsable si te enfermas- gruñó sin mirarlo, desacomodando ahora su lado y acomodándose también, tomando un libro de la mesa de luz- Ahora duérmete y no molestes.
Había algo lindo en el gesto que Flug prefirió no hacerle notar; cerró los ojos y dejó que el sueño lo invadiese. Pese a estar durmiendo en la misma cama que el mal encarnado, una sensación de calma lo invadió. A su lado se sentía seguro, de una forma que lo transportaba a esa época de su pasado que prefería ignorar.
•×•×•×•×•
- Bien, idiota,- dijo mientras le acomodaba un micrófono bajo la solapa del abrigo, procurando hacerlo lo más invisible que fuera posible- si te matan, no voy a ir a buscarte.
- Relájate- susurró con voz adormilada, mirando sus oscuros ojos con un cariño que mareaba al otro- Soy intocable.
- Eres un héroe, eso es lo que eres- le recordó el castaño mientras el auto seguía su camino y el conductor intentaba no mirar atrás- Te recuerdo que todos los agentes que entran, nunca han salido.
- Yo saldré... y tendré éxito- bajo la bolsa, una mueca de preocupación se asomó, apenas visible en sus ojos. Tenía razón, era intocable, pero seguía siendo un agente, un elemento en riesgo al cruzar los límites de la mansión. ¿Y si se equivocaba? Iba a negar cualquier preocupación a sus iguales, pero no a sí mismo.
White Hat estaba entrando en la boca del lobo, y sacarlo ileso era su única responsabilidad.
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Ok so... ¿Cómo están? Recuerdo que cuando publique esto por primera vez, no cabía en mi de la emoción; hoy aun no me creo lo que pasó esa vez, fue uno de los mejores momentos de mi vida.
Tengo dos cosas que decir. La primera, puede que poco relevante para ustedes pero de mucha importancia para mí, es que Cats-Dont-Draw casi hace que me den tres infartos por la emoción.
En segundo lugar ¿Les gustaría que hiciera un libro de dibujos? Vi que muchos creen que tengo mucho talento y me parece que podría publicar allí, por ejemplo, el dibujo de Clemencia que hice hace poco, y otras cosas que vaya haciendo en la universidad y así ¿Qué les parece?
No tengo mucho más que decir, no puedo creer que de esto ya pasó mas de un año, entre más edito, más feliz me siento. Muchas gracias por leer.
Nos leemos luego :)
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