•Capítulo 18: Atracción•
Saludos cordiales, Villanos.
Esta es la primera nota inicial que edito en un tiempo, porque es la primera que no va a tener información interesante. Originalmente, les explicaba a detalle en que consiste la dependencia emocional, pero como trasladé la información al capítulo que le corresponde, entonces no tiene caso repetirla.
Voy a aprovechar la falta de información para agradecerles profundamente que estén volviendo a leer esto, o que lo estén leyendo por primera vez. Esta historia se ha convertido en mi proyecto más ambicioso, y realmente estoy orgulloso de lo que he logrado con el paso del tiempo.
Ahora, se perfectamente que todos quieres ver a Black Hat sufrir un poco, porque se ponen siempre del lado de Flug. Bueno, déjenme decirles que todo llegará a su tiempo, solo hay que tener paciencia.
La imagen en multimedia es propiedad de Cats-Dont-Draw.
Sin más que agregar ¡A leer!
La mañana llego antes de que pudiese darse cuenta, habría querido seguir acurrucado en la cama hasta morir, o ser sacado a la fuerza, pero tenía una orden que cumplir y trabajos por hacer. Cuanto antes empezará, mejor sería todo. Dejó atrás la cápsula que funcionaba de cama de vez en cuando y, con pereza, entró a un baño carente de espejos.
La noche anterior se había encargado de descolgarlos todos y ocultarlos fuera de su vista, no quería tener que ver su agotado reflejo hasta que las notorias cicatrices no desaparecieran por completo. Se dio una ducha rápida y, con una punzada de dolor en la espalda baja, hizo un esfuerzo por vestirse en tiempo récord.
— Solo otro día de trabajo— se dijo a sí mismo, colocando la bolsa y los googles en su cabeza, buscando esconder las ojeras que enmarcaban sus ojos. Bajo con parsimonia a la planta principal de la mansión, arrastrando un poco los pies en el proceso; entró directamente a la cocina, rebuscó en los cajones y sacó todo lo necesario para preparar una preocupante cantidad de hotcakes que devoraría solo más adelante. Preparó también un café negro y, como si volviese en el tiempo, una taza de un brebaje espeso y letal que hacía de desayuno del eldritch.
Su mente se perdió en el villano mientras la cafetera hacía ruido de fondo y la mantequilla crispaba en la sartén a la espera de un poco de mezcla ¿Qué sentiría después de lo ocurrido? ¿Se habría sentado a pensar el efecto de sus acciones o a disfrutar el notorio sufrimiento que había causado? ¿Estaría arrepentido o lo habría disfrutado? Quería creer que las respuestas más obvias no eran las acertadas, pese a la enorme posibilidad de equivocarse. Black Hat era egocéntrico, narcisista y un villano ¿Cómo podía albergar esperanzas, tratándose de él?
El sonido de la puerta, el correr de una silla y las hojas de un periodo regresaron su mente a la realidad; el eldritch estaba ya en el comedor, esperando a ser atendido y leyendo como siempre ese periódico que se actualizaba solo, porque no había un repartidor con las agallas de entregar diariamente un ejemplar en la puerta. Apagó el fuego y, sirviendo el último de sus hotcakes en un plato, tomó la anticuada taza, la dejó en una bandeja y salió con ella hacía el comedor.
Asegurándose de no tropezar con ningún bache, dejó la taza frente al villano, que miro de reojo la cansada expresión del científico. Arqueó una ceja con curiosidad, más que nada por como las ojeras se hacían visibles pese a la bolsa ¿Habría dormido bien? Estuvo tan ocupado en intentar ordenar su cabeza que había dejado de prestar atención a Flug, y no había sabido nada de él desde que lo envío a darse un baño ¿De verdad habría regresado a trabajar?
— Buenos días, jefe— saludó con sequedad, evitando el contrato visual a toda costa. Regresó rápidamente a la cocina por su propia comida y tomó el lugar que le correspondía en el enorme comedor: a la derecha, junto a Black Hat— Me dedicare a completar los pedidos recibidos el día de ayer, priorizando a Nightmare Prinxe; ordenando en importancia a partir de allí.
— Mhm... — gruñó sin intención, pasando la página del periodo, leyendo sin mucho interés noticias irracionales que buscaban culparlo de cualquier crimen cometido en las últimas veinticuatro horas— No se sobre esfuerce, doctor.
Flug dejó de jugar con el tenedor para verlo, sorprendido ¿Había escuchado bien? Esas palabras eran un milagro, uno nada propio del gran Lord Black Hat, El mismísimo mal encarnado. Parpadeó atónito y abrió un par de veces la boca para intentar decir algo, sin éxito alguno. Finalmente, murmuró un "si, jefecito" y volvió a remover sin apetito su comida.
El villano analizó el comportamiento del muchacho sin que lo notase, sintiendo una molesta incomodidad en el pecho, allí donde debería de haber un corazón. Flug tenía delante su plato favorito, ese que siempre pedía para desayunar y que 5.0.5 preparaba con amor cada mañana; sin embargo, no había probado bocado, no había siquiera movido la bolsa para comer ¿A caso era el efecto de la noche anterior? No ser bueno sintiendo lo llevo a pensar en el veneno de su saliva, no sería extraño que aún se sintiese adormecido pero ¿Cómo estaba tan tranquilo? Debía tener cantidades relativamente letales en la sangre.
Con un movimiento de la mano, dejando el periodo sobre la mesa, hizo la bolsa flotar sobre la cabeza de Flug, dejando los googles colgando en su cuello. El científico observó algo molesto al villano, que se dedicó a analizar cada pequeño detalle de su rostro, cada pequeña cicatriz y marca que había dejado el accidente, y las que sus besos agresivos habían dejado en los labios del humano. Bajo también a su cuello, allí donde sus dientes de habían encajado y perforado su piel.
— No pretendo ser grosero, pero— con brusquedad, tomó entre sus manos la bolsa y la volvió a colocar sobre su cabeza, reacomodó los googles y se levantó, empujando fuertemente la silla— tengo trabajo que hacer.
Dejó atrás la comida, al eldritch y la habitación, sintiendo el corazón golpearle con fuerza el pecho, bombeando sangre a sus mejillas y orejas, tiñéndolas con un delatador sonrojo que el demonio no había percibido, para su alivió. ¿Qué era eso en su mirada? No era compasión, sabía perfectamente que no estaba en el abanico de emociones, conocidas y no nombradas, que podía sentir. Era algo a lo que no sabía darle nombre, algo que lo hizo sentir especial ¿Cariño? ¿Preocupación? Black Hat negaría a toda costa esas posibilidades, pero su ojo visible no mentía, había analizado las marcas de su rostro y pensado en algo a lo que Flug le temía.
Los nervios le estaban jugando en contra, como solía ser. Era el mejor científico de todos, un villano de alto calibre, con habilidades insuperables y una sed de sangre que sabía ocultarse bajo sus inseguridades; ¿Por qué todo eso, de lo que estaba orgulloso, se esfumaba bajo la intensa mirada del eldritch? Suspiró queriendo tener la respuesta, mientras entraba en el laboratorio. Normalmente se sentiría seguro en su trozo de mansión, pero ni siquiera allí estaba a salvó ahora, estando a solas con Black Hat.
Encendió la computadora y, retomando lo que había iniciado la tarde anterior, comenzó a trabajar en los robots necesarios para la criatura de pelaje azul, intercalando su actividad, de vez en cuando, con los demás pedidos que habían entrado durante la noche. Le gustaba el ritmo de trabajo que llevaba ese día, estaba tranquilo y podía concentrarse en las cosas importantes, en los pequeños detalles y en no perder de vista lo que hacía.
A media mañana, cuando el sol se colaba descaradamente por las pequeñas ventanas del lugar, su estómago le reclamo la falta de alimento; el hambre atacó en un momento poco oportuno, justo cuando no tenía tiempo de levantarse e ir a buscar su torre de hotcakes. Suspiró resignado, apretando un último tornillo y dando por terminada la flota de robots para la conquista solicitada por Nightmare.
Sin detenerse, más por miedo que por otra cosa, continuó trabajando en los demás pedidos, diseñando armas y ensamblado componentes, agendando algunas citas y organizando también los pedidos para Demencia, que entraban con la misma regularidad que los suyos.
Estaba concentrado ensamblando un dispositivo anti gravedad cuando el eldritch decidió deslizarse sigilosamente por la habitación, seguido por un Hatbot-ler que llevaba en sus manos el plato de hotcakes y la taza de café humeante que Flug había abandonado en la mañana, sobre una bandeja. Entregó lo que llevaba al Lord de la mansión cuando estuvieron detrás del muchacho y se retiró en silencio, dejándolos solos.
Black Hat estampó con fuerza la bandeja sobre la mesa de metal en la que trabajaba el científico, creando un estruendoso eco metálico que resonó en las paredes y sobresaltó a Flug de forma poco grata; debía agradecer no estar soldando, y conservar sus dedos intactos. Con un rencor camuflado, observó de reojo al villano mover una mano y aparecer una silla, idéntica a la que se hallaba en su oficina usualmente.
— ¿Necesita algo, señor? — cuestionó ligeramente desconcertado, pasando la mirada a la bandeja, y su provocativo aroma— Que hambre...
— Come— ordeno de brazos cruzados, sonando más autoritario de lo que esperaba, confundiendo aún más al chico, que no sabía si mirarlo a él o al plato de comida— No pienso hacerme cargo de un subordinado muerto de hambre al final del día. Come.
Inseguro, Flug levantó el tenedor y se dispuso a comer, levantando la bolsa sobre su nariz, dejando apenas visibles sus labios. Black Hat gruño por lo bajo al ver eso; contaba con que retirase completamente la bolsa y comiera cómodamente mientras se dedicaba a analizar las heridas de su rostro ¿Flug lo presentía? Parecía muy lógico, después del episodio en la mañana. No podía culparlo, sin embargo, porque parecía determinado a no verle nuevamente la cara.
— Gracias— murmuró Flug entre bocados, mirando al villano sin que este lo notarse, intentando estudiar su expresión por el orificio en que normalmente encajaban los googles— Tenía mucha hambre... Gracias, jefecito.
Una calidez bastante irritante se apoderó de Black Hat al escuchar de nuevo el ridículo apodo de los labios de Flug ¿Por qué se había preocupado por llevarle comida? Era verdad que desmayado por el hambre no le servía de nada, y tampoco haría algo para solucionarlo pero ¿Por qué prevenirlo? Normalmente se habría ocultado en las sombras y esperado a que Flug muriese, disfrutando el escenario.
— No agradezcas, idiota— bufó volteando el rostro, intentando ordenar sus pensamientos. Flug apartó el plato en un movimiento silencioso, captando de nuevo la atención del eldritch, que se dedicó a observar cómo bebía el café en silencio. Apretó los dientes con fuerza, tensando la mandíbula al seguir viendo la estúpida bolsa sobre la cabeza del muchacho, protegiendo la cicatriz.
— Bueno, hora de volver al trabajo— anunció al dejar la taza sobre la bandeja, tomando un radio y ordenando a uno de los robots que fuera a buscarla— ¿Necesita algo más, jefecito?
Sin contestar, Black Hat volvió a arrancar con magia la bolsa de la cabeza del muchacho, quemándola para no darle oportunidad de escapar. Flug protesto al mismo tiempo que el villano se levantaba de su silla y, sin delicadeza, lo tomaba con ambas manos por el rostro, inmovilizado la mayor parte de sus movimientos. Paseó la mirada por cada pequeña mancha que antes había sido una horrible cicatriz ¿Cómo había sobrevivido? No tenía mucha memoria del periodo entre el accidente y la firma del contrato, porque no le importaba en realidad, pero ahora quería saberlo.
Acarició la mejilla derecha del muchacho, rasguñando ligeramente por encima del pómulo. Su piel era suave, a pesar de todo, sensible; sus manos dejaban marcas que tardaban unos segundos en recuperar su color, y era eso lo que, al final, dejaba tantas marcas con facilidad. Pasó a mirar sus labios, acariciando con el pulgar los pequeños cortés que sus besos habían dejado.
Los ojos de Flug tenían lágrimas asomándose por la comisura, bajando de vez en cuando, mientras otra tomaba su lugar. Estaba temblando y trataba con todas sus fuerzas de apartar las garras del demonio; sentía miedo al ser sujetado así, su memoria le recordaba que no era difícil para él arrancar una cabeza con un movimiento ¿Qué lo detenía a hacer eso con la suya? El pulgar del villano se coló bruscamente en su boca, obligándolo a sacar la lengua.
— Mírese, doctor— burló con una sonrisa, relamiéndose los labios con esa bífida lengua que tanto presumía con orgullo, poniendo aún más nervioso al joven científico— Sonrojado y jadeante ¿Disfruto nuestra tarde de ayer?
Intentó negar, mascullar un "no" lo bastante convincente para apartarlo, pero el intruso en su boca y la fuerza del agarre impedían cualquier intento de negativa a la pregunta. Mientras forcejeaba, dejó de sentir las garras del eldritch en su piel,; lo vio bajar una mano, mientras la otra seguía molestando su lengua.
— Vamos, responda doctor— animó, dejándolo libre de su agarre, manteniendo el pulgar en la cavidad bucal del muchacho por diversión— ¿Lo disfrutó?
Flug se vio dudando de su respuesta al ser libre. Antes deseaba negarlo con todas sus fuerzas pero ¿Era verdad que no lo había disfrutado? ¿O simplemente el enojo del momento? La parte racional de su mente le decía que ese placer no había sido para él, que Demencia era quien lo merecía, la chica había batallado por ganarse ese cariño que ahora el demonio parecía ansioso por entregarle. ¿En verdad no era suyo lo que había vivido?
— S-si... — susurró a medias, haciendo un poco de presión en el pulgar que se interponía al hablar, mirando a los ojos al villano, intentando parecer seguro de lo que decía— Lo...
Un beso lento, en el que sus lenguas se enlazaban como ordenaba Black Hat, corto su oración. A diferencia de los besos que usualmente recibía, ese procuraba no maltratar sus labios, manteniendo alejados los filosos colmillos. Sus labios realmente no sé tocaban, pero era un beso a fin de cuentas. El villano volvió a colocar su pulgar en la boca del científico al separarse, escuchando los ruidosos jadeos que dejaban su garganta.
— No... — suplicó Flug con un ojo cerrado, intentando contener las lágrimas que se acumulaban en sus comisuras. Era quizá inútil, pero no perdía nada rogando— Aquí.... No, por favor.
Podía resultar desconcertante, él mismo no entendía porque buscaba posponer el momento, pero de todas formas lo estaba intentando. Quería ordenar su mente, convencer a su corazón de lo que su cerebro estaba seguro, de no querer repetir el encuentro. Black Hat lo dejó libre al escuchar su súplica, dando un corto paso hacia atrás, evitando que el muchacho cayera al piso.
— Quiero... prepararme apropiadamente— susurró tratando de regresar a la silla, sintiendo como las piernas le temblaban y las lágrimas bajaban por sus mejillas— ¿Me lo permite?
— Te veré al anochecer en mi oficina— sentenció sin darle real respuesta, girando sobre sus talones como si nada hubiese pasado, comenzando a alejarse— No llegues tarde, Flug.
El silencio que dejó tras marcharse era abrumador, el eco de sus palabras martilleaba en su cabeza y, aunque intentaba retomar la compostura, cada célula de su cuerpo pedía un respiro de todo. Deseaba tener allí a 5.0.5, para abrazarlo y dejar salir toda su frustración entre los felpudos brazos de oso ¿Por qué tenía tan mala suerte? Solo quería un día de paz, un día en que no tuviera que preocuparse por Demencia destruyendo sus cosas, o Black Hat gritándole a cada error. Un día de paz como los que solía tener cuando aún era joven y quería comer más de lo que podía masticar.
Suspiró por enésima vez en el día y, con un compromiso al que no sabía cómo huir a cuestas, volvió a lo que hacía, soñando con poder terminar todo y no tener que pensar en cuántos pedidos se acumularían esa noche.
•×•×•×•×•
Estiró el brazo desnudo para recibir el frío metal de la aguja que se enterraba en su piel, sintiendo el cóctel de drogas recorrer sus venas con prisa, a medida que era inyectado en su sistema. Podían sentir la desaprobación con que los observaba el castaño.
— No vas a convencerlo de desistir, ya lo intenté— informó en un susurro, observando como dejaba nuevamente la jeringa sobre la bandeja, odiando el ardor del algodón con alcohol en la reciente herida de su brazo— Simplemente acepta su plan y déjalo ser, Slug, no hay nada más que hacer. Además soy intocable— presumió con una sonrisa, inclinando la cabeza hacia atrás, comenzando a sentir algo de mareo— No puede hacerme nada. Ni yo a él.
— Espero que sea verdad— farfulló el castaño, mirando directo a los ojos ligeramente perdidos del otro— Porque, de no ser así, veremos quién te mata primero, si él o nosotros.
— Bien, todos conocen su misión— el doctor se levantó, tomando a su sujeto de prueba de la silla y empujando a Cooper con brusquedad— Si nadie interfiere de forma estúpida, podremos completar la misión sin bajas.
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Recién me doy cuenta de que bien podría hacer lo que hice al principio y sintetizar estos 4 capítulos en uno, pero esta vez siento que es mucho mejor así, independientes pero conectados. La verdad, mi forma de escribir es bastante desastrosa, pero a ustedes les gusta, y eso me hace feliz.
El ligero cambio al final es por el bien de la trama, no voy a decir nada porque, aunque haya quienes relean todo, para otros podría bien ser spoiler y no quiero hacer eso. Peor bueno, ustedes saben de que hablo.
Como siempre, gracias mil por leer y apoyarme con sus comentarios y votos.
Nos leemos luego :)
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