•Capítulo 03: Cosas en común•

Saludos cordiales, villanos.

Cambiamos de título, y supongo que quieren entender porque, o al menos les causa curiosidad. Bien, cuando empecé a escribir, solía forzarme a terminar antes de las 2000 palabras, pues creía que algo más largo podía ser abrumador. El caso es que, los capítulos 3 y 4 son inmediatamente consecutivos, es decir, deberían ser uno solo. Y eso es lo que hice, volverlos uno.

En su momento no hable de la historia de esta canción, por lo que ahora voy a hacerlo. Cross Road Blues es una canción clásica de blues escrita y grabada por el artista estadounidense Robert Johnson en 1936. Johnson la interpretó como solista con su voz y su guitarra slide acústica en el estilo Delta blues. La canción se ha convertido en parte de la mitología de Robert Johnson al referirse al lugar donde supuestamente vendió su alma al diablo a cambio de sus talentos musicales, aunque la letra no contiene ninguna referencia específica.

Se le hicieron múltiples adaptaciones después de 1950, entre ellas una interpretación por Eric Clapton; esta era una mezcla de blues y rock, por lo que se le consideró una de las canciones que formaron al rock and roll.

Ahora, cómo en bien sabido, solamente Black Hat ha visto comer a Flug (información confirmada por Alan) por lo que quiero agregar ese pequeño detalle a la historia. También quiero recordarle que Alan aseguró que a Flug no le gusta la música; sé que es un detalle que todos elegimos ignorar, pero me gustaría incluirlo de alguna forma.

Me di cuenta que hay un error en este capítulo, uno grande; yo creo que Black Hat puede entender perfectamente a 5.0.5, pese a haberle cortado la lengua en su momento. Sin embargo, en este capítulo, omití por completo ese detalle de la relación de ambos. Creo que no habría caído en cuenta de no haberme puesto a editar.

Siento que lo que están por leer en mi headcannon acerca de cómo son las cenas en la mansión y lo que ocurre cuando se pierde un poco el control. Adicionalmente, comenzamos a ver un poco más de la relación de ambos, y eso es muy importante.

Por favor, disfruten la lectura.

Se alejó un instante del escritorio, suspirando cansado y cerrando los ojos con pesadez; necesitaba dejar de pensar en los muchos pedidos pendientes que tenía y tomarse un momento para recuperar energías, pero la hora no era la adecuada y seguramente recibiría uno o dos gritos por parte del demonio si lo veía vagando por la mansión de forma despreocupada.

Habían sido días duros, llenos de trabajo y estrés a causa de la urgencia con que algunos artefactos eran solicitados; ni siquiera su jefe, que presumía como pavo real su habilidad para estar siempre al día con el trabajo, había tenido la oportunidad de darse un respiro esos días. Volvió a suspirar con aquel pensamiento en la cabeza, recordando la hermosa melodía de hacía ya tiempo, deseando saber si había tenido la oportunidad de volver a practicar.

— Realmente parece tranquilo cuando toca el violín— susurró para si con una sonrisa, apenas visible por la curva bajo sus googles producida por sus mejillas; le gustaba ver a Black Hat tranquilo, porque al menos así no andaba gritando sus órdenes constantemente— Es tan hábil... me pregunto si...

Antes de poder formular su interrogante a la nada, el inconfundible sonido de la pesada puerta siendo empujada captó su atención; alarmado, aunque sin escuchar el icónico taconeo de su jefe, regreso al trabajo cómo si jamás lo hubiera dejado. El agradable aroma de hotcakes recién preparados llegó a su nariz, distrayéndole de su labor; escuchó su estómago rugir, exigiendo comida, demandando probar el alimento que ahora estimulaba sus sentidos.

— Baw— un cariñoso gruñido se escuchó en cuanto el plato fue dejado en una mesa cercana, sin papeles o algo que pudiera arruinarse; 5.0.5 corrió inmediatamente después abrazar al doctor por la espalda, restregándose contra su cuerpo como un cariñoso felino.

— Quinientos cinco, esto es muy amable de tu parte— correspondió al abrazo con una sonrisa, dejándose hacer sin fuerzas para evitar el afecto que le brindaba— Pero sabes que aquí no debemos consumir alimentos. En seguida iré al comedor.

— Baw...— aunque pareciera decepcionado, el oso entendía lo que le quería decir su adorado científico, por lo que deshizo el abrazo y, volviendo a tomar el plato entre sus patas, regresó sobre sus pasos para dejar la comida en el comedor, a la espera del joven.

Caminaba con una sonrisa por los pasillos, tarareando alegremente, cuidando sus pasos para no tropezar o dejar caer la comida; estaba complacido con la reacción del muchacho, sentía que le había hecho un favor al llevarle comida, al darle una excusa para salir del laboratorio y tomarse un respiro.

— ¿A dónde llevas eso, oso?— el animal dio un respingo cuando la rasposa voz del eldritch hizo retumbar las paredes del pasillo; se detuvo esperando a que el ensombrerado volviera a hablar— ¿No piensas responder, estorbo?

A-al comedor...— señaló la dirección que seguía con su temblorosa pata, mirando aterrado al más bajo, que asintió con expresión descifrable— Es para Flug...

— ¿Así que piensa descansar?— el animal asintió ante la pregunta, no queriendo molestar de más al demonio; solo ellos sabían de lo irritante que resultaba para el oscuro villano la voz del experimento— Deja el plato en el puesto más cercano al mío, como siempre.

El tenue gruñido que dejo salir el oso antes de retirarse casi corriendo apenas pudo entenderlo como el "sí señor" que tanto gustaba oír; retomó su silencioso caminar con una mueca de fastidio en los labios, no era particular fan de tener que intercambiar palabras con el fallido experimento, traía a su cuerpo desagradables sensaciones que estaba dispuesto a evitar.

Entró en su oficina en silencio, intentando olvidar la molestia que sentía, para tomar asiento en su elegante silla y apoyar los codos sobre la madera, meditando. Era muy temprano aún para que Flug pudiera cenar en paz, seguramente Demencia se haría cargo de convertir el descanso del científico en un infierno, y no quería que se presentarán más retrasos en los pedidos, tenía suficiente con no estar libre como para escuchar al joven decir que necesitaba más tiempo.

—Tendré que intervenir— masculló con desagrado, soltando un suspiro y cerrando los ojos, dejando su cuerpo fluir hasta no ser más que el hámago de una líquida sombra de profundo color negro.

Comenzó a desplazarse por los pasillos con velocidad, atravesando paredes y puertas como si no estuvieran allí; volvió a su forma física en cuanto se vio frente a la enorme puerta del comedor, apretando los dientes en un sonoro gruñido. Del otro lado, a la perfección, podían escucharse las escandalosas risas de Demencia y el rogar de Flug por detenerse. Era demasiado tarde.

— Demencia, basta— el joven hacía un esfuerzo ridículo por quitarse a la chica de encima, mientras esta reía picándole la mejilla sobre la bolsa, a poco de botarlo de la silla— ¡Déjame tranquilo!

Un negro y viscosos tentáculo, que serpenteaba a su antojo, se enrolló en la cintura de la joven, alejándola sin problemas del científico y levantándola por el aire sin dificultades; Demencia tenía una fuerza increíble, pero no sé comparaba a lo que si jefe podía hacer.

— Las reglas son claras, lagartija— gruñó el eldritch con voz distorsionada, poniendo a la joven a la altura de su rostro y enseñando su afilada sonrisa, acompañada de un brillante ojo de esclerótica negra— Largo de aquí, ahora.

Sin esperar una respuesta, arrojó a la joven alebrije fuera de la habitación, por la extensión del pasillo; a lo lejos podía escucharse la emoción con que disfrutaba el poder volar, mientras gritaba cosas incompresibles. Una vez el problema estuvo solucionado, y en cuanto 5.0.5 dejó el lugar casi corriendo, pudo cerrar la puerta con un fuerte golpe, volteando a mirar con aun evidente enojo al joven de la bolsa.

— Gracias, jefecito— susurró sin esperar respuesta, acomodándose en su lugar y levantando la bolsa sobre su nariz, asegurándose de que está no caería. Con cierta incomodidad, aún bajo la penetrante mirada del más alto, comenzó a comer.

— Quítate esa ridícula cosa— ordenó tomando asiento junto al joven, chasqueando los dedos para hacer aparecer una peculiar taza de té, que instantáneamente se llenó con un viscoso líquido de color verde.

Sin contestar, obedeció descubriendo su cabeza; no sentía la vergüenza habitual que implicaba mostrar su maltratado rostro, pero le molestaba el modo en que su jefe le pedía aquello, no era como si le molestase, sabía que de todas formas el demonio no iba a mirarle en toda la noche, sin embargo, era extraño que sus órdenes cambiaran. Siguió comiendo en silencio, observando de vez en cuando como el eldritch daba sutiles sorbos al veneno en su taza, mientras leía un periódico algo maltratado.

— ¿Algo que quiera decir, doctor?— preguntó cuando la insistente mirada del joven se le hizo molesta, correspondiendo de reojo, encontrándose con un par de sorprendidas joyas verdes que lentamente entraban en pánico— Ugh... todos ustedes son desagradables.

— Lo lamento jefecito— susurró apartado la mirada. No tenía realmente un motivo para fijar su vista de ese modo en el villano, solo lo hacía cuando tenía la oportunidad y rara vez había sido descubierto, simplemente le gustaba analizar al oscuro ser desde lejos, formulando preguntas que seguramente jamás tendrían respuesta.

— Terminaras el video en mi oficina— sentenció en cuanto vio el plato de comida vacío, levantándose y dejando la taza sobre la mesa, observando al humano con desprecio, acomodándose la corbata antes de empezar a alejarse— No quiero que se presente ningún... inconveniente.

Solo asintió confundido, viendo al demonio dejar el comedor finalmente. ¿Inconveniente? Hasta donde sabía, sus vídeos no presentaban problemas a la hora de subirlos, pero algo llevaba molestando al eldritch desde hacía ya un tiempo, y se moría de curiosidad por saber que era; aunque ya tendría tiempo para eso.

Volvió a cubrir su rostro con la bolsa, dejando allí los platos sucios sin preocuparse por nada mas que las ordenes que había recibido. Tenía tiempo para trabajar un poco más, para avanzar en los pedidos antes de encerrarse junto a Black Hat para editar el video.

וווו×

Abrazaba contra su pecho la laptop, apretándola con fuerza, observando en silencio la elegante puerta de madera que impedía su paso a la oficina del villano ¿Cuántas veces había entrado allí? Era ridículo pensar que tenía miedo de tocar la puerta y entrar, pero había una gran diferencia entre las miles de veces anteriores y esta: iba a trabajar junto al demonio.

Lentamente llevó una de sus manos hasta la madera, golpeando un par de veces con los nudillos de forma casi imperceptible; temblando, regresó a su anterior posición, esperando pacientemente una respuesta del otro lado.

— Entra de una maldita vez— gruñó desde su escritorio, apretándose el entrecejo con el pulgar y el índice, chasqueando los dedos para abrirle la puerta al aterrado científico, que retrocedió un par de pasos en cuanto la puerta le dio paso— ¿Qué esperas, Flug? Deja de estar parado como idiota y entra de una vez.

Soltando un suspiro resignado, avanzó lentamente hacia el interior, dando un respingo en cuanto la puerta se cerró por si sola a su espalda ¿No debía ya estar acostumbrado a ello? Siempre que alguien entraba al lugar era lo mismo; Black Hat odiaba que la gente, que los villanos incompetentes, pusieran sus manos sobre su puerta. Se detuvo en medio de la enorme oficina, paseando la mirada por los rincones, buscando un lugar donde acomodarse.

— Um... ¿Jefecito? — pronunció aferrándose nuevamente a la laptop, como si fuera su mejor sistema de defensa. Las piernas le temblaban, como si lo quería preguntar fuese un modo de firmar su sentencia de muerte— ¿Dónde voy a trabajar?

Nunca había visto una expresión de sorpresa en el villano, y podía suponer que no sabía si quiera que la tenía en el rostro, pero le había tomado fuera de base y, aparentemente, no tenía un plan al respecto. No queriendo presionar al eldritch, decidió buscar una toma de corriente y dejarse caer junto a ella, conectando el cargador de la laptop y comenzando a trabajar como si realmente aquello no fuera un problema.

Black Hat observó, con cierta sorpresa, al joven acomodarse en el suelo, cerca del gramófono, como un mendigo sin hogar, trabajando como si nada. Admitía que le agradaba que no se complicará demasiado con aquello de su lugar en la elegante oficina, pero hasta él consideraba lamentable el trabajar de ese modo. No dijo nada, más bien por no tener algo que decir, y dejó que el científico se sumiera en su labor, para después él también sumirse en la suya.

Cuando el tiempo se convirtió en horas de silencio casi sepulcral, el joven castaño comenzó a sentirse abrumando; estaba mal acostumbrado a escuchar las melodías que 5.0.5 tarareaba para él, o el sonido de los desastres de Demencia mientras trabajaba; nunca lo hacía en completo silencio, y era algo que lo empezaba a poner nervioso. Quería colocar alguna pista, la que fuera, en su laptop, pero no contaba con audífonos que aislarán el sonido y la idea de perturbar a su jefe no le apetecía en lo absoluto.

— ¿Algo que desee escuchar, doctor? — chilló suavemente al notar la cercana presencia del demonio a su lado, levantando la aguja del gramófono para quitar el enorme disco y guardarlo en su sitio— Aunque dudo mucho que tenga algo de su agrado.

Temeroso, Flug gateó hasta la enorme estantería llena de discos en sus estuches, esperando a ser nuevamente escuchados. Muchos títulos, apenas legibles cuando pasaban las carátulas, se le escapaban por completo; sin embargo, más allá de la sorprendente variedad de géneros que poseía el demonio, estaba asombrado de sentirse atraído por más de uno.

— Creo que este estaría bien— comentó tomando el estuche entre sus manos, enseñando al demonio su elección. Gratamente sorprendido, el demonio indico al joven que sacará el disco y lo colocase él mismo en el plato, dio vuelta a la manivela y, en cuanto la aguja comenzó a surcar las vetas, el agradable sonido de la guitarra comenzó a salir de forma limpia— No pensé que tuviera tan amplia colección, señor.

— La música se vuelve una agradable compañía con los años, doctor— mantenía ese tono neutro que confundía al científico, regresó a su escritorio esperando a que el joven hiciera lo mismo y regresará a su rincón de trabajo, sin embargo, se mantuvo con la mirada fija en el aparato— Lo que me sorprende, doctor, es que conozca tal artista. Una canción considerablemente antigua para alguien de su edad.

Flug le miró con algo parecido a la alegría, sentía que esas palabras eran un halago de su jefe, y algo así no podía dejarse escapar. Sonrió volviendo a dejarse caer en su rincón, tomando nuevamente la laptop ¿Debía seguir la conversación? Era sin duda descortés dejar al demonio esperando una respuesta pero ¿Si quiera esperaba una?

— Admito que es bastante antigua— comentó creyendo que sería lo correcto, tecleando rápidamente, moviendo con agilidad las manos sobre el teclado, sin levantar la mirada de la pantalla— Pero jamás me han gustado las canciones modernas. En realidad, no es como si la música será verdaderamente de mi agrado, pero Crossroad Blues es uno de mis favoritos.

— ¿Acaso siempre has sentido atracción por el lado oscuro del mundo? — cuestionó con un ligero tono de burla que no pasó desapercibido para el joven; Black Hat lo observó de reojo, intentando descifrar lo que sentía en ese momento, una cálida sensación se había instalado en su pecho en cuanto la música comenzó a sonar, y le estaba molestando— Parece que estabas destinado a ser un villano.

— Supongo que crecer leyendo El Cuervo y El Gato Negro influyeron bastante en ello— dejó salir más como un comentario casual que como una explicación no pedida, nunca pensó que su jefe reaccionaria de ese modo, golpeando con las manos completamente extendidas el escrito, dándole un buen susto— ¿Jefecito?

Flug observó al villano hiperventilarse levemente mientras sus garras maltratan la madera a través de los guantes. Conocía bien esa reacción y tenía miedo de agravarla con sus comentarios. Detuvo lo que hacía para intentar acercase al eldritch, deseando poder tranquilizarlo.

— Señor si desea yo... — la afilada pupila de su ojo derecho se encontró con los pequeños puntos blancos que dejaban ves sus googles, no tenía modo de saber que quería si no se lo expresaba, el problema era que no sabía cómo hacerlo. Flug conocía a la perfección el problema, había sido el primero en saberlo y el único que le había ayudado a comprenderlo, pero las emociones que había nombrado estaban siempre presentes en él, nunca se habían enfrentado a una nueva— Puedo... um... ¿Le gustaría hablar al respecto?

Black Hat negó lentamente, apartando la mirada de los ojos del joven; volvió a sentarse en su silla, soltando un pesado suspiro que fue seguido por un gruñido. Detestaba las sensaciones que el científico, la chica y el oso le hacían sentir, porque rara vez podía darles nombre; sin embargo, esta vez era diferente ¿Qué quería decir aquel cosquilleo en su pecho? Si fuera menos orgulloso, sin duda podría decirle al chico lo que ocurría, pero hablar de sus sentimientos era algo que consideraba ridículo.

— Lárgate, Flug— murmuró apenas audible, enterrando las garras en los descansabrazos de su silla, ocultando su mirada que lentamente se tornaba oscura con la sombra del ala del sombrero. El joven no se movió— ¡He dicho que te largues!

Su forma no cambió drásticamente, en realidad no había mostrado su lado más aterrador, pero su voz distorsionada, acompañada del crecimiento irregular de sus colmillos y la oscura y fría mirada que se clavó en el científico, bastaron para que, en segundos, volviera a encontrarse solo en su oficina. No podía expresarlo, no podía descifrarlo, pero el saber que Flug gustaba de libros como los de Poe, y que probablemente tendrían más gustos en común, le hizo sentir... bien.

La agradable melodía podía escucharse en todo el pasillo, acallando su agitada respiración. No había visto tal clase arrebato desde que, sin dudarlo, se había arrancado la piel del rostro cuando el dispositivo medusa se había quedado sin energía. Sentía el corazón golpearle con fuerza en el pecho, la frente sudada y las piernas temblorosas; su laptop seguía allá adentro, conectada junto al gramófono, esperando su regreso; si lo pensaba bien, era una prudente decisión no volver a entrar, no era urgente tener el aparato consigo y podía darse el lujo de esperar a que el demonio se tranquilizara, aún había tiempo para terminar la edición.

— Mejor regreso al trabajo— susurró poniéndose en pie con algo de esfuerzo, comenzando a caminar en dirección al laboratorio, escuchando pasos que iban en dirección opuesta— Demencia... supongo que puede lidiar con ello.

No era de su interés si del eldritch despedazaba a la chica en un arranque de ira, solo tendría que ponerla en una incubadora y esperar a que sus heridas sanarán. Restándole importancia al asunto, aún con cientos de preguntas en la mente, apresuró el paso hasta el laboratorio, deseoso por continuar con sus proyectos.

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Flug es curioso por naturaleza. Change my mind.

Dioses, es impresionante lo mucho que ha cambiado mi narrativa en dos años, se siente super extraño leer esto y, aun así, reconocerlo como mío.

Siento que los cambios que hago funcionan bien, esta quedado tal y como quiero que quede. Hace poco alguien me dijo que la pregunta más importante que debía hacerme es ¿Qué quiero yo? Y digamos que en este momento, hago las cosas por mí, completamente por mí y lo que deseo.

Les agradezco sus lecturas, votos y comentarios, significan el mundo para mí.

Nos leemos luego :)

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