•Capítulo 01: Regreso•

Saludos cordiales, villanos.

A mis lectores antiguos, quiero decirles que los cambios van mas encaminados a la narrativa y a solucionar los problemas de ortografía y redacción que cometí en su momento; la trama va a seguir siendo, en su mayoría, la misma.

Vengo a ustedes con el primer capítulo de esta historia; pero previo a su lectura, quiero hablarles de un pequeño headcannon que tengo, y que hace poco ví que alguien más considera posible. Como es bien sabido, Flug está obligado a utilizar la bolsa de papel, motivo por el cual solamente Black Hat conoce su rostro; así mismo, sabemos que ha cometido robo de identidad en múltiples ocasiones.

Este headcannon consiste en que, en ocasiones especiales, Flug deja la mansión sin la bolsa, para no llamar mucho la atención, lo que le permite pasar desapercibido en el mundo, y pretende ser alguien más para cumplir órdenes o cometer crímenes específicos, obviamente bajo ordenes de Black Hat. No es algo expresamente importante, pero yo lo considero de lo más interesante acerca del doctor.

Si no has visto el tráiler, probable haya referencias que no seas capaz de identificar, te recomiendo verlo antes de empezar a leer.

La imagen en multimedia es propiedad de AI Animation Studios y Cartoon Network.

Sin más interrupciones. A leer

Las calles de la ciudad se llevaban de una densa neblina que, con la tormenta y la caída de la noche, brindaba a sus calles un aspecto misterioso, digno de una película; el ambiente le daba un aspecto más aterrador y lúgubre a la peculiar mansión que se alzaba imponente en la colina. El silencio en su interior era apenas roto por el goteo en las ventanas, que se encargaba de arrullar al azulado oso y de mantener tranquila a la inquieta joven.

El taconeo de sus zapatos hacía eco en el largo pasillo, anunciado su cercanía; llevaba varias horas en un círculo vicioso que tenía ansias por romper. Entró silenciosamente en su oficina, por quizá quinta vez en la noche, y caminó hacia el ventanal con las manos en la espalda, manteniendo siempre una postura perfectamente recta, que desbordaba elegancia y dominancia como si fuera su naturaleza.

— Esta retrasado— gruñó observando la desolada calle frente al lugar, deseando poder hallar una explicación a aquella injustificada ansia que sentía, queriendo poder darle un nombre al deseo de verlo acercarse a tocar el timbre, como hacía cada vez que regresaba de aquellos viajes.

Los truenos cubrían los lamentos que surgían de los rincones mas profundos de la mansión, callando cualquier susurro ajeno a la tormenta. Era un silencio casi ensordecedor, que podría exasperar a cualquier incauto que no se hubiese acostumbrado ya a la tenebrosa sinfonía. Cansado, decidió aproximarse al antiguo gramófono y poner un disco en el plato; hizo girar el mecanismo después de colocar la aguja en su lugar, sintiendo ante la agradable melodía de un conocido jazz comenzando a invadir la estancia. Disfrutaba de la relajante tonada, de lo tranquilizadora que podía llegar a ser.

Con la música siendo ahora la sinfonía que rondaba los pasillos, dejó nuevamente la oficina, haciendo el recorrido inverso hasta la estancia, ignorando sus numerosos retratos y las pisadas que ahora adornaban las paredes; contempló en silencio el danzar de las llamas verdosas que salían de la chimenea, paseando la mirada por los objetos que había sobre esta. Se preguntaba cómo es que permitía al doctor mantener la repisa atestada de inutilidades; entendía que dejase allí la bolsa, para no perderla, pero preferiría no tener inventos fallidos opacando su vista.

Soltó un suspiro cansado, deteniéndose a analizar las sensaciones que recorrían en ese momento su cuerpo; todo parecía estar en orden, no había nada que no estuviera allí constantemente; aquella practica se había vuelto una desagradable pero necesaria costumbre que solo unos poco conocían. Nuevamente recorrió el camino hacia su oficina, tarareando inconscientemente la peculiar letra de la melodía. Una amplia y retorcida sonrisa surcó su rosto a medio camino entre la estancia y su despacho, causada por la familiar presencia que se aproximaba a la mansión.

El timbre resonó en todo el lugar, a la par que la música se detenía abruptamente; permitió la entrada al intruso con un chasquido, dejando su cuerpo fluir como una sombra para llegar antes al recibidor. Detestaba como su cuerpo parecía moverse solo, apresurándose para recibir apropiadamente a quien sacudía un paraguas en la entrada.

El joven de cabello castaño ingresó en la mansión en cuanto la puerta se abrió ante él. Dio un largo suspiro al cruzar la puerta, llenando sus pulmones con el vago olor a humedad y la pesada aura del lugar, sonriendo suavemente, aliviado.

— Es bueno está en casa— murmuró para sí, dejando el paraguas fuera para no arruinar la alfombra, arrastrando la pequeña maleta y cerrando una vez estuvo dentro, paseando la mirada por el obscuro y silencioso vestíbulo que lo recibía— Buenas noches, jefecito.

— Bienvenido de vuelta, doctor— respondió al saludo desde lo alto de la escalera, apoyándose en el elegante bastón y regalándole al joven su habitual sonrisa— Lo espero en mi oficina, estoy ansioso por escuchar su informe.

Asintió volviendo a tomar la maleta para dirigirse a su habitación, pasando antes a buscar su bolsa, colocándola en su lugar junto a los googles oscuros, ocultando nuevamente su rostro del curioso mundo; ya tendría tiempo después de retirar el maquillaje que cubría sus marcas. Aun si en realidad no disfrutaba de cubrir su rostro, agradecía aquella absurda regla de su jefe; por lo menos así no tenía que andar por la vida maquillando sus cicatrices o explicando a curiosos e imprudentes como las había adquirido.

Entró sigilosamente a su habitación, cuidando de no despertar al experimento, avanzando con calma hasta estar frente a su guardarropa. Se cambió rápidamente el traje que portaba por su habitual ropa de trabajo; aunque disfrutaba de poder dejar la mansión y no tener que estar controlando a Demencia todo el tiempo, apreciaba su apariencia descuidada de subordinado más que la elegancia de aquella identidad que tenía que adoptar como suya.

Recorrió el silencioso pasillo con una carpeta de considerable tamaño entre sus brazos, ignorando la sensación de ser observado, preguntándose a que se debía tal calma, rogando para sus adentros que su laboratorio aún se encontrase en una pieza, en vez de completamente destrozado e irreconocible. Tocó dos veces la elegante puerta antes de entrar en el despacho de su jefe, encontrándolo como solía estar en noches similares, observando con extraña expresión por el enorme ventanal. En silencio, tomo asiento al frente del escritorio, dejando allí la carpeta y esperando pacientemente a que Black Hat le dirigiera la palabra.

—Te escucho, Flug— indicó aún sin mirarlo, con un tono tan neutral que preocupó levemente al científico— ¿Qué tal estuvo el viaje?

—Bastante bien, señor— inició con evidente entusiasmo, abriendo la carpeta para buscar entre su contenido sus notas— Hubo un aumento en los asistentes a las reuniones en los últimos meses, cada vez son más las personas que muestran interés en ser parte de la organización; el aumento de villanos en sectores que antes se encontraban desolados de maldad es realmente positivo. También hay varios de estos nuevos miembros interesados en la firma de un contrato para ganar reputación y estatus.

Le sorprendía poder explicar todo al villano sin ser gritado, agredido o interrumpido bruscamente por alguna queja o inconformidad de su parte; mientras hablaba, no pudo evitar pensar en si estaría siendo víctima de alguna nueva sensación o si solamente estaba bajo el efecto de la afable noche. Él mejor que nadie conocía los estragos de las emociones en su jefe, cualquier cambio repentino podía ser catastrófico para el demonio y para el mundo.

-— Buen trabajo, doctor— le escuchó murmurar mientras se giraba finalmente, encarando al joven que, incapaz de ocultarlo, miraba desconcertado al villano, deseando obtener una respuesta— Ahora, ¡Largo de aquí, parásito!

El grito lo tomó por completo desprevenido, no esperaba recibir una orden de forma tan repentina, mucho menos después de aquellas inusuales palabras de aliento. Salió corriendo con dirección a su laboratorio, dejando atrás la carpeta y cualquier información relevando que pudiese haber recolectado. Se recargó contra la puerta con la respiración acelerada y el corazón golpeándole fuertemente contra el pecho, intentando recuperar el aliento,

El panorama resultó ser mucho más alentador de lo que esperaba: había unos cuantos matraces rotos, algunos tubos de ensayo estaban caídos junto a charcos de sustancias que no debían mezclarse y una de las enormes incubadoras tenía un agujero en medio; si debía ser sincero, esperaba un poco más de caos, tomando en cuenta que había dejado a la joven lagartija en el lugar para recuperarse de heridas ocasionadas en su última misión.

Soltando un suspiro se aproximó a buscar una bolsa de color rojo y comenzó a recoger el desorden, cuidando de no hacer demasiado ruido era entrada la madrugada y no creía que fuese una buena idea causar un alboroto. Bajo la bolsa de papel se le dibujó una sutil sonrisa en los labios, había algo sumamente agradable que no pensaba admitir acerca de haber vuelto; era cierto que la sensación de volver a volar en avión, y el suplantar a alguien como hacía antes era divertido, una interrupción a su rutina que agradecía profundamente, sin embargo, no había nada mejor que regresar a su hogar.

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La cantidad de veces que he visto el tráiler hasta a mí me sorprende. No supera las veces que he visto los vídeos de orientación, pero sigue siento bastante alta.

Corregir los primero capítulos va a ser un infierno, porque realmente deseo mantener la trama original, y al mismo tiempo quiero agregar mas cosas, detalles tontos que vale la pena saber. Es super gracioso saber que he escrito capítulos que superan las 9000 palabras, y este apenas llega a las mil; aun así, no me voy a matar la cabeza con eso, mi historia es hermosa tal como es.

Realmente espero que les haya gustado, porque los pequeños cambios le quedan de maravilla al capítulo.

Nos leer luego :)

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