Café-Cita

Entre el aroma del café

y el iris de su mirada,

en sus ojos sentí la calidez;

en las oscuras pupilas me ahogué

y  la vida se vió iluminada.


Negras pupilas,

negro café...

allí ¡quedé atrapada!


Armada y con las botas puestas,

no ofrecí resistencia;

me dí por vencida,

en una batalla que no quería pelear.


Me miró...

¡tiré mis armas!;

saqué la bandera blanca;

su mirada mi rudeza ablandó.


Y los labios eran cómplices;

¡se deleitaban!


¿Bebiendo café?

¡bebiendo besos!...

Y el café , ¡también!

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