DE MAFIOSO A ¿NIÑERA?
005. DESEO INCORRECTO

─Y esta será la habitación en donde se hospedarán. Tendrán que estar listos las 8:00 en punto todas las mañanas, no sabemos cuando las señoritas Kim, necesiten de nuestra protección.

La mirada del pelinegro vagaba en aquella ventana, sin prestar mucha atención a lo que decía la persona a cargo de los guardaespaldas, que más se sentía como cuidar a una rubiecita con vida perfecta, sin saber lo que hace su madre con los que no necesita más.

─Dejaré que desempaquen y por favor caballero. ─Miro a Jungkook que lo miro sin ninguna expresión. ─Ponga más atención y corte su cabello adecuadamente.

Dijo eso y se marcho cerrando la puerta. Escucho una risita del castaño provocando que lo mire de mala manera.

─¿Tu de que mierda te ríes? La idea de cabello rizado fue tuya.

─Pensé que sería lo adecuado con el cabello rebelde que tienes. ─Camina hacia la cama para dejar sus cosas. ─Pero que suerte que la mamá de esa chica me haya ofrecido el trabajo, al ver tu cara necesitada de mí, no dude en aceptar y así me pagas, tratándome tan mal. ─Expresó con una falsedad, fingiendo dolor.

─Tendrías que aceptar, aunque no quisieras, sabes que entre más personas que entre a esta casa más podremos cumplir con el plan.

─Si, pero a mi me toco la peor parte, cuidar de la casa. Tu saldrás a fiesta con la rubiecita, que de hecho es muy bonita, parece una bar-

─Cállate, no hemos venido a opinar quien carajos es linda o no. ─Dijo con la paciencia agotada. Centrémonos en el plan, desempaquemos y tu ─Lo señala. ─Me ayudaras a arreglar esto, antes de mañana. ─Señala su cabello rizado.

─Como ordene señor Jeon. ─Ubica su mano hacia su cabeza como si fuera un soldado.

( ... )

─Si, Nayeon. Llegaré a la universidad enseguida, solo debo tomar mis cosas y estaré lista.

Eran aproximadamente, las 8:30 de la mañana. Su primera clase era las 9 y esta al tiempo justo para llegar. Se miro al espejo en repetidas ocasiones, asegurándose de verse bien, era la segunda vez que vería al pelinegro después de que la había rescatado dos veces por lo cual verse bien era importante.
Miro por ultima vez su abdomen, para saber si había subido de peso. No tenía mucho tiempo para pesarse así que decidió dejarlo para más tarde. Miro la hora y tomo sus cosas para bajar.

Al salir se encontró al pelinegro, no pudo evitar sonreír al mirarlo tan formal. Llevaba un traje con corbata y camisa blanca. Sus zapatos estaban muy bien lustrados pero lo que más le impresiono era su cabello, el cuál era liso otra vez con la parte de atrás más larga que la del al frente. Dudo en si acercarse o no, pues este aún no había notado su presencia, quería admirarlo más, se veía jodidamente bien, sentía que quería revivir otro momento donde la tomaba por la cintura y la besaba antes de llevarla a la cama.

Pero eso se acabó al darse cuenta que ya la estaba mirando con atención. La rubia se acercó con sus nervios, intentado que estos no la traiciones a mencionar lo que paso entre ellos la primera vez que lo conoció o dijera algo estúpido que le hiciera creer que era una tonta, de todos modos, su relación solo era de trabajo, no debería importar.

─Buenos días, señorita Minji. ─Hizo una reverencia, lo cual odiaba enormemente, pero debía actuar bien si quería quedarse en esa para matar a Kim Hyori.

─No es necesario saludarme de esa forma, esta bien con darme los buenos días. ─Sonrió algo nerviosa.

─Está bien, como usted ordene. ─Calmo su ego, que le decía que él único que daba la ordenes podría ser él. ─¿A dónde nos dirigimos, señorita? ─Pregunto, tratando de no pensar.

─A mi universidad, creo que debieron darte la dirección ¿Verdad? ─El asintió. ─¡Estupendo! Entonces, vamos.

El pelinegro camino junto a ella para abrirle la puerta, lo que ella agradeció. Soltó un suspiro unos segundos antes de entrar el auto, si así iba hacer todos los días en lo que encontraban el talón de Aquiles de Kim Hyori, debía acostumbrarse. Encendió el motor del auto y condujo hasta la salida de la mansión Kim.
Minji se acerco al reproductor con pantalla táctil para poner algo de música.

─¿Te molesta si pongo algo de música? ─Preguntó, lo que hizo reír un poco al pelinegro, pues ya se encontraba buscando la música, aunque el no haya respondido aún.

─Haga lo que usted desee, solo sigo ordenes suyas. ─Mordió el interior de su mejilla al terminar de decirlo, no podía creer las palabras que estaba diciendo. Si Hoseok lo escuchaba decirlo, ya estuviera carcajeando junto a Taehyung.

─Gracias. ─Respondió tímidamente, con un rojo en sus mejillas, pensando todo lo deseaba en este momento hacerle a él.

Escogió una canción, esta se llamaba Red Lights. Se recostó en el asiento, mirando a de reojo al pelinegro que se encontraba manejando. Observo sus manos quien una de ella estaba en el volante y la otra descansaba en la palanca de cambios.
Cerro los ojos, recordando aquella noche donde aquellas manos tocaban todo su cuerpo sin alguna atadura.

Abrió los ojos y pudo ver que este lo observaba, el carro se detuvo en una luz roja, y la tensión de sus miradas sentía que la ahogaría en un deseo incontrolable por repetir aquello una vez más. Paso saliva al sentir la mirada del pelinegro tan intensamente, miro sus labios para no mirarlo y la luz volvió a ser verde. El auto siguió avanzando y la mirada del pelinegro se centro al frente.

No tardaron en llegar a la universidad, Minji bajo solo dando las gracias. Se lamentaba por no haber sido lo suficientemente valiente de intentar algo, pero también sentía lo correcto, puesto que es ahora un empleado de su casa, podría causarle problemas y ha sido bastante amable con ella para arruinarlo.

─¡Minji! ─Saludaba animadamente Nayeon con su mano. La rubia le saludo de la misma manera olvidando aquella tensión con el pelinegro.

( ... )

─¡Par de inútiles! PARA QUE DEMONIOS LES PAGO ¿AH? ─Exclama, Hyori. Llena de furia.

─Lo sentimos, la señorita Minji siempre se escabullé de los guardaespaldas asignados ─Bajo la cabeza, lamentando que la hija de Hyori se involucrara no intencionalmente en el secuestro de Im Nayeon.

─Claro que no lo pensaron, son idiotas. Si algo como esto vuelve a ocurrir, les aseguro que perderán su empleo ─Advirtió y se fue dejando en silencio la habitación.

Tomo su teléfono y marco a un numero desconocido.

─Si, soy yo. Necesito saber como va la producción de la nueva droga, iré para haya, espero algún resultado esta vez, no quisiera derramar más sangre por alguien que no sabe hacer bien su trabajo.

( ... )

─No estoy segura si lo estás entendiendo, Soo He. ─Dice ya cansado de aquella conversación. ─Nosotros terminamos porque tu me engañaste, no veo a que vienen tus jodidos celos enfermos, estoy intentando vengar a mis padres, es solo eso.

─Olvida eso ya, cariño. ─Hace a un lado su cabello de al frente y lo mira. ─Estamos en el presente, ¿Vas decirme que aún no sigues sintiendo cosas por mí? ─Coloca su mano en su mejilla. Tomando por sorpresa a al pelinegro.

Al ver que Jungkook no dice nada, decide tomar el atrevimiento de acercarse más. Siente su aliento golpearlo y la mira sin decir nada. Soo He cierra los ojos, dispuesta a dar el siguiente paso.

Sus labios se posan en el pelinegro, que abre la boca para darle paso a la castaña. Cierra los ojos y lo que menos esperaba recordar era aquella escena en aquel auto, donde la rubia tenia una falda corta, enseñando sus bonitos muslos a la vista de todos, sintió algo de enojo alojándose en su pecho al sentir como todos los hombres la mirarían. Pero, al verla cerrar los ojos, sintió el deseo de tocar aquellos muslos, de colocar su mano en uno de ellos y subir lentamente provocando un jadeo de la rubia, deseosa por querer ser tocada nuevamente por él, que lo dejara abrir sus piernas para llegar al punto que él quería. Pero no hizo nada, sabía que sería incorrecto. No podría involucrarse con el enemigo y lo sabía, así que no le quedaba más que descargar todas sus ganas en otra persona y esa era, Soo He.

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Nos vemos en otra próxima actualización, querido lector <3