Siete años habían pasado desde que el ángel de laboratorio había llegado a la mansión junto al amo de ésta, Axel Halmiton, un hombre de 26 años. Nuestro ángel seguía intacto, paseando entre los jardines con esa inocencia suya tan impregnada en su piel como siempre, solo que ahora en el cuerpo de una chica de 15 años.

-Señorita Inger.-La llamó un hombre canoso cuando le cantaba una dulce melodía a las flores.- El amo la espera para merendar.

Ella volteó enseguida y con una sonrisa amplia y luminosa asintió y se dirigió al invernadero, donde Axel la esperaba.

Un ángel sin manchas, un ser perfecto.

Una vez estuvieron ambos comensales en la mesa, empezó la merienda. Ella comía con gusto los bocadillos preparados, mientras era seguida por la dulce mirada de su amo. Una vez terminó su parte, pidió permiso para retirarse, cosa que se le concedió.

-Amo Axel.-Llamó Vladimir a su joven señor.- La señorita Inger cumplirá dentro de poco sus 16 años de edad.- El hombre nombrado viró su mirada hacía su mayordomo.
- Tienes razón, Vladimir. -Dijo evaluando la situación.
-Con todo respeto mi señor, creo que es hora de que la señorita haga cumplir la tarea por la cual fue creada, la cual es...
-Sé perfectamente cuál es, por ello pagué una alta suma de dinero. Pagué casi con mi alma, para crear una criatura tan hermosa como un ángel, capaz de engañar a muchos con su belleza, pero que en realidad sea una letal hada de la muerte.- Dijo el hombre colocando su cabello rubio hacia atrás.-Capaz de vengar a los que yo no pude. Es ella justamente eso, solo que su verdadera naturaleza no ha sido destapada.
-Mi señor.-Volvió a hablar el canoso hombre.-¿Hará desatar esa naturaleza?
-No lo sé, Vladimir. Ese hermoso ángel es demasiado puro como para dañarlo, aún no me siento capaz.
-Ya veo mi señor-Dijo-, Solo espero que este precioso ángel no lo esté engañando con su belleza.- Susurró esto último, preocupado por la seguridad de su señor.

Siete años habían pasado y ella seguía siendo inmaculada, Axel no había sido capaz de dañarla. Aunque su naturaleza fuera tan oscura y sangrienta, en sus ojos no se hallaba ni la mas mínima pizca de maldad. Hasta la llegada de la luna negra.

Un eclipse muy inusual, donde ella entraba en un trance de locura, y encerrarla bajo mazmorras era lo mas seguro. Pero el día de su completa liberación debía de llegar ¿No? El día cuando Axel desate al monstruo en el cuerpo de una bella doncella para vengar a su familia, asesinada por un demonio con alas... de ángel.