6. Sacrificio se debe hacer
—Nos volvemos a ver Eve Night. —Dijo madame Zintra. —¿Estás lista?...
—¿Lista para qué? —Le preguntó Eve a la gitana.
—Para reunirte con Elsie...—Respondió la gitana con una diabólica sonrisa en el rostro.
Imediatamente el sheriff sacó su pistola y le apuntó a la gitana.
—¡Alto! —Exclamó el sheriff.
—¡Sheriff, no! —Exclamó Eve.
Entonces Zintra apareció frente al sheriff y de un rapido movimiento perforó el pecho del hombre...El sheriff Barreda quedó mudo. De un rapido movimiento la gitana sacó su mano del agujero, el corazón del hombre rapidamente se hizo ceniza y el Sheriff cayó al piso pero al momento de tocar la superficie se convirtió en ceniza.
—¡Maldita! —Exclamó Faux y se trató de lanzar contra la gitana, pero la mujer le dio un bofetón al muchahco que lo lanzó contra la pared. Eve se fue corriendo hacia Faux y colocó sus dedos sobre el cuello de muchacho, confirmó que aun seguía con vida, pero estaba inconciente.
—Cómo te dije, Eve. ¿Estás lista? —Le preguntó Zintra.
Eve no sabía que pensar, el sheriff estaba muerto a sus pies y Faux estaba desmayado, ¿qué podría hacer ella contra la gitana?
Eve no tuvo más que asentir con la cabeza.
—Excelente Eve. —Respondió la gitana. La joven mujer entonces se acercó al muchacho inconsciente y lo cargó con una sola mano. —Vamos pues.
Las dos dejaron la habitación, caminaron por el pasillo hacia las escaleras, esta vez desdendieron las mismas escaleras que habían utilizado para llegar a la habitación de Elsie, sin embargo, se dio cuenta que por más escalones que bajaban, no se acababa la escalera. Eve al instante supuso que se debía a la magia de la gitana.
—Ya casí llegamos. —Dijo Zintra.
—¿A dónde vamos? —Le preguntó Eve a Zintra, sin embargo, la gitana no dijo nada.
—Ya lo verás. —Respondió la gitana.
Entonces finalmente se vieron el fin de las escaleras, cuando Eve llegó al último escalón entonces confirmó que ya no estaba más en la casa de Laras Croma, en cambio en un extraño lugar donde había un piso de piedra cubierto con musgo y en medio estaba una enorme roca que tenía grabado el mismo símbolo que tenía Eve en la palma de la mano.
—¿Dónde estamos? —Le preguntó Eve nuevamente a la gitana.
Estamos ante la puerta.
—¿Cuál puerta? —Le preguntó Eve nuevamente a la gitana.
—La puerta de entrada a Purgis, la tierra del eterno invierno. —Dijo sonriendo Zintra. —Hace once años, Laras Croma, jugando con lalquimia encontró uno de los monolitos que fungen como entrada entre este mundo y Purgis.
—Basta ya de juegos, Zintra, ¿qué es lo que quieres de mí? —Le preguntó Eve a la gitana.
—Quiero que abras la puerta. —Respondió Zintra. —La puerta de Purguis solo puede ser abierta por un humano, por lo que yo al ser una cardinal estoy vetada de poder abrir la puerta entre mundos.
—¿Dónde está Elsie? —Le preguntó Eve. —Dijiste que estaba aquí.
—Está aquí...y al mismo tiempo no lo está. —Respondió Zintra. Entonces de las mangas de su vestido sacó el teléfono celular de Eve. Y se lo arrojó a la joven. Eve lo tomó entre las manos, se dio cuenta que la app de la cámara estaba activada, sin embargo, en ella podía ver como la nieve caía en la misma cámara donde se encontraba ella. Entonces miró hacia el monolito en medio de la cámara, ahí estaba encadenada a la piedra, y en medio de la ventisca.
—¡Elsie! —Exclamó Eve y luego bajó el smartphone, se dio cuenta que no había nadie en el monolito.
—Ella está en esta misma habitación, pero en el lado de Purgis. —Respondió Zintra. —¡Traéla aquí!
—No puedo...—Repondió Zintra. —Solo los humanos pueden cruzar entre los mundos. Te pasé la marca porque solo tú puedes abrir la puerta.
—Si solo los humanos pueden pasar, ¿cómo es que apareciste tú aquí? —Le preguntó Eve.
—Yo nunca quise aparecer aquí, Laras Croma me secuestró de mi hogar y me trajo aquí. Él había prometido liberarme y regresarme a Purgis después de ayudarle con los experimentos, pero un día cruzó hacia Purgis y nunca más regresó. —Dijo Zintra. —¡Soy una cardinal! No puedo ser atada a un solo lugar, está en mi naturaleza ser libre, ser guiada por los vientos hasta donde ellos me lleven, estar en constante movimiento, pero sin embargo, aquí estoy, después de 11 años sin poder moverme de este decadente pueblo humano, sin ver a mi familia...sin ver a mi hermana Venta-Ronn, a mi sobrina Simma, a mi clan, a las mías.
—Si tanto querías regresar a tu hogar, ¿por qué no le pediste ayuda a Faux o a Elsie...?—Respondió Eve. —Por qué no...
Entonces Zintra se acercó a Faux y extendió sus largas garras, trató de acercarse a Faux pero antes de que pudiese tocar al muchacho, una luz escarlata cubrió el cuerpo del muchacho. Impidiendole tocarlo.
—Faux Brawler, está protegido por mi promesa que le hice a Laras Croma años atrás. —Respondió Zintra. —Tontamente prometí que no le haría daño al niño, que vivía en la mansión. En ese momento no sabía que se trataba de Faux. Y respecto a tu hija...yo no pude hacerle nada, porque Alexander Noelius me la arrebató antes de que pudiese hacer algo al respecto.
Entonces Eve sintió como su mano comenzó a cosquillear y la marca en la palma de la mano comenzó a brillar con un fulgor negro. "No era un sueño..." pensó Eve...más solo se cubrió con la otra mano la marca, mientras Zintra continuaba hablando a las espaldas de Eve.
—¿Y qué es lo que tengo que hacer entonces...? —Preguntó Eve.
Entonces Zintra le arrojó frente a los pies un cuchillo ritual.
—La puerta de Purgis solo puede ser abierta con un sacrificio. —Respondió Zintra.
Eve entonces tomó el cuchillo del piso, supo rápidamente lo que significaba...
—¿Y bien qué esperas? —Le preguntó Zintra a Eve. —Ya no queda mucho tiempo...
Entonces Eve se acercó al cuerpo inconsciente de Faux.
—¿Sabes qué Zintra?... —Le preguntó Eve.
—¿Qué?
Eve entonces miró a Zintra con una expresión de calma en la mirada.
—Debiste dejarme morir...—Respondió Eve.
Entonces el fulgor de su mano deslumbró a Zintra por un instante. Eve se lanzó contra Zintra y la apuñaló en la garganta, la sangre salpicó en el monolito, y en un abrir y cerrar de ojos las dos fueron engullidas por un tifón de nieve, dejando solo a Faux en el mundo de los humanos.
En un claro nevado aparecieron las dos mujeres, Eve quedó entonces sorprendida al ver la enorme luna escarlata sobre ella, que brillaba en la noche nevada. Eve estaba un poco mareada por el viaje, mientras tanto Zintra trataba desesperadamente de cubrirse la garganta pues la sangre seguía fluyendo. Entonces la gitana sacó una varita de hierro, que comenzó a brillar al rojo vivo y luego se la colocó en la garganta, cauterizando la herida.
—¡Malnácida! —Gritó Zintra con una grave y gutural voz. Entonces los cuernos volvieron a crecerle, nuevamente era aquella cosa que había visto en su tienda.
Zintra entonces se lanzó contra Eve para acabar con ella de un zarpazo, pero las llamas negras que salían de la mano de Eve, le protegieron. Zintra retrocedió y volvió a dar otro zarpazo, nuevamente las llamas negras le salvaron la vida...
—¡Por qué! —Exclamó Zintra.
"Eve..." Escuchó entonces una voz de una mujer.
—¿Quién está ahí? —Preguntó rápidamente Eve, girando la cabeza.
"Eve, tranquila, no me conoces, pero yo sí te conozco a ti." Siguió hablando la voz dentro de la cabeza de la joven madre. "Mi nombre es Ariadna..."
—¿Ariadna? —Dijo Eve en voz alta.
—¿Qué es lo que has dicho? —Preguntó Zintra.
"Eve concentrate, te voy a ayudar con un poco de mi poder" Dijo la voz de la mujer. "Pero para que te ayude necesito que digas que aceptas mi poder"
—¿Qué acepte qué? —Preguntó Eve nuevamente.
"¡No hay tiempo" dijo otra vez la voz. "Si no haces nada, Elsie y tú estarán en problemas"
—No sé que tanto estés diciendo, pero ya me cansaste. —Respondió Zintra y entonces levantó la vara de hierro, que se puso al rojo vivo, Entonces una serie de rayos salieron disparados desde la varita de hierro, hacia Eve.
—¡Lo acepto! —Exclamó Eve.
Inmediatamente Eve fue consumida por una llamarada oscura, en sus manos apareció una guadaña larga hecha de puro fuego. Los ojos de Eve se oscurecieron y un líquido espeso color negro brotó de sus lagrimales.
—¡Qué demonios...! —Fue lo único que pudo decir Zintra antes de que Eve de un salto llegase hasta donde estaba la gitana. El miedo se apoderó al instante de la mujer.
La sangre se le heló, era una cosa enfrentarse a Eve, pero era otra cosa enfrentarse a aquella mujer, aquella figura que asustaba a los niños antes de dormir, y que tenía terrorificas pinturas en las iglesias
—Ari...Ariadna... —Dijo con su voz temblorosa Zintra.
Eve sonrió diavólicamente...
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