Capituló 1 Flores
El día comienza, pero siempre es la misma rutina en estos días. Días que odio, me despierto temprano, con el frío de la madrugada, escuchando a mi padre gritar "¡Vamos, se nos va a hacer tarde!".
Es muy molesto, otra vez nos estamos cambiando de lugar para ir a otro. Empacamos nuestras maletas y nos preparamos para dejar nuestro hogar actual.
Mi padre es un biólogo reconocido, así que solo estamos en un lugar de dos a tres años, pero papá dice que rara vez estaremos más que eso, y luego nos vamos a otro lugar.
A veces al final del año, otras veces a mitad de año o semestre. Ahora nos estamos yendo a Suiza, y esta vez pude terminar el año escolar, pero decidí no me despedirme de mis amigos.
¿Amigos? Siempre termino perdiendo el contacto con ellos, de nada sirve hacer más si no los vuelvo a ver.
En el camino al aeropuerto, Alexander, solo pensaba en todos los momentos que paso en esa ciudad, con gente que sólo fue momentánea en esta parte de su vida.
No les dijo que se iría, no le gustan las despedidas, siempre con las comunes frases "Te vamos a extrañar, Seguiremos en contacto, no te olvidaremos" algunos lo cumplen, pero solo por poco tiempo, eso lo tenia cansado.
Estaban llegando al aeropuerto, listos para comenzar un nuevo viaje a otro país.
◈
Suiza, un lugar hermoso donde cualquiera quisiera vivir, para tener una vida tranquila alejada de los ruidos de la ciudad con unos montes preciosos, las mejores vistas, gente muy amable, con muchos lugares para poder explorar. Es increíble para vivir.
—Papá, no es necesario ese documental, de igual manera me acostumbrare a ese lugar como lo siempre hice —estaba sentado enfrente de él, podía oír los videos que ponía, sabía que lo hacia aproposito. Odiaba ver o escuchar los documentales, no porque fueran malos, sino que todos dicen lo mismo de su país.
Ya estaban en el tren. El vuelo les fue muy agotador. Ya no era como cuando era un niño, ya no era la misma emoción, llegó al un punto que es cansante. Llegaron a la capital, Berna, dos horas de vuelo, retiraron las maletas y se habian ido a la estación Bern Hauptbahnhof, era la más cercana.
—Solo intento animarte un poco, un cambio de ambiente te haría muy bien — dijo, intentando animarme.
Es un buen padre, pero hay veces que nos sentimos... ¿distantes?
Había elegido ir en tren, asi podrian hablar y tener una conversacion, pero este no quería nada, solo llegar, acomodar sus cosas y estar encerrado, hasta que se le pase el capricho y posiblemente salir por un rato. Solo necesitaba descansar un rato, sin que nadie lo moleste.
—Ya fuimos a italia, Grecia, Eslovaco y venimos de Rumania. —mencioné, sin mucho interés, pero es que esta rutina me tiene algo cansado.
—Si, pero ahora estamos a Suiza, habrá mucho por ver y explorar; podríamos quedarnos por un tiempo más largo que los anteriores —podía notar su entusiasmo, por más que viajemos juntos, no tenemos tiempo juntos, su trabajo le exige mucho tiempo, aunque no lo parezca.
— En mis días libres iríamos hacer senderismo, buscar plantas medicinales o podríamos intentar hacer una comida con lo que encontremos. ¿No te agrada la idea? Haríamos muchas cosas más.
—¿Mamá, llamó?
Ella no está con nosotros hace mucho tiempo, cuando papá comenzó a trabajar en esto, no le agradaba la idea de viajar, intento acostumbrarse a los viajes largos que realizaba papá, mas no pudo hacerlo, se terminaron divorciaron.
Al principio eran meses, pero luego pasó a un año, a medida que aumentaban sus viajes, se perdía de muchos eventos, pero siempre llamaba e intentaba tener comunicación con nosotros, jamás nos faltó nada, siempre estuvo pendiente de lo que podríamos necesitar, la distancia fue lo que mato su relación... mamá conoció a alguien más, cuando se dio cuenta de que ya no amaba a mi papá se lo dijo cuando llego de uno de sus viajes, no hubo engaño o regaños, ni siquiera gritos, solo una charla por parte de mi mamá y comprensión por parte de mi papá.
—No... —apartó su la mirada de mi y la dirigió a la ventana — Aún no dijo nada de que podrías ir a verla en las vacaciones, pero hasta entonces la pasaremos bien —volvió a mirarme, mientras sonreía, sabe que no lo dije con intención de dañarlo, solo preguntaba, sabe que solo la extraño— me confirmaron que nos quedaríamos por cinco años.
—Entonces sería un año más que el año pasado. ¿Esta vez si me dejas adoptar una conejo?
—Ya te dije que no, nuestros viajes son largos y se cagan mucho, no pararemos todas las veces que haga sus necesidades para limpiarlo, aparte de que algunos climas a los que vamos no son aptos para ellos.
Tenía razón, pero sus desechos no apestan tanto y son fáciles de recoger, pero tocaba dar mi siguiente opción.
—¿Y un gato?, lo criamos para que se acostumbre a los viajes será un gato viajero
—Lo pensaré, eso sí podría llegar ser una mascota apta para los viajes
—Está bien, papá —sonreí, siempre quise una mascota.
Su padre, al verlo sonreír, tambien sonrio, su hijo ultimamente no estaba muy contento y ver eso supo que no podía dejarlo con esa ilucion de tener una mascota viajera, le haría bien una compañía felina, aparte la plata le basta para que tenga una vida digna y al ser un biólogo, su conocimiento lo ayudaria mucho, sin descartar al veterinario.
Los biólogos se dedican a la observación de los animales y su comportamiento, solo saben lo básico de veterinaria. Estos no son experto en lo que sería los cuidados y salud de los animales, sino a su conservación y la de su hábitat, al notar algo raro en el comportamiento del animal, llaman a un profesional para que éste lo revise.
Los veterinarios, son lo contrario, estos ven el bienestar y salud de los animales, no solo perros y gatos, de todos los animales y reptiles del mundo entero, la carrera de veterinaria tiene diversas ramas, pero todas se unen con un fin, ayudar, aunque muchas veces no logran salvar la vida del animal, ellos dan todo de si mismos para ayudarlos.
Ambas carreras son de mucho valor y hay que reconocerlas, no son trabajos fáciles.
(...)
Llegaron a la otra estación para tomar el último tren que los llevaría a Interlaken, allí donde su padre trabajaría los siguientes años.
—Papá, ¿seguro que no quieres pedir indicaciones?
—No, si puedo guiarme, solo necesitamos buscar el...
Alexander, no quería esperar, empezó a buscar con la mirada a alguien que pudiera decir dónde estaba el tren que tenía que tomar para llegar a su destino.
Lo vio; a lo lejos encontró a alguien que parecía de su edad: era un chico de quince o diecisiete años, ojos verdes, cabello claro y algo despeinado, vestía casual.
Se le acercó, a pesar de estar estudiando el idioma; no se animó a preguntarle directamente, solo toco su hombro y le mostró una traducción de google, la cual preguntaba por el tren para llegar a Interlaken.
"Mit welchem Zug soll ich nach Interlaken fahren?"
Las traducciones suelen salir mal; solo esperaba que esta vez no fuera ese caso.
El chico, a pesar de la posible mala traducción, logró enter a lo que se refería, le dedicó una sonrisa y señaló el letrero; era justo el que estaba por abordar el chico. Alexander le agradeció y fue a buscar a su padre.
Lograron subirse al tren; pero Alex, no dejaba de ver al chico, estaba más adelante de ellos, con sus auriculares y mirando su celular. Le pareció raro que una persona, que por el momento se le hizo muy agradable, estuviera solo y con una maleta, ¿también se estaba mudando? Si ese era el caso tendría un tema para hablarle.
Decidió no tomar importancia y también sacó su celular; iba a estudiar un poco más el idioma, mayormente hablaban alemán, en los lugares que ya había estado, solo había pocas personas que lo hablaban, solo sabría decir; "Hola", "nos vemos", disculpe" y "No sé" , De vez en cuando levantaba la vista para verlo, pero siempre volvía a su celular.
◈
Una vez llegaron a su destino, bajaron sus maletas y estaban dispuestos a tomar un auto para llegar a lo que seria su residencia durante esos años, pero Alex, volvió a ver al chico y se decidió a hablarle.
—Hola, gracias por ayudarnos —no hubo respuesta —Mmm... —toco su hombro, recibiendo un pequeño sobresalto por parte del chico, este aun tenia sus auriculares puestos — Disculpa, no quise asustarte.
—Esta bien, ¿necesitabas algo? —menciono con una sonrisa.
—No, solo era para agradecerte, casi... amm... —se le habían olvidado ciertas palabras.
—¿El tren..?
—Si, eso, gracias por el tren
—No fue nada, ¿ahora buscas un auto? —sonrió mientras lo decía, le causó gracia el ver como un turista andaba perdido y necesitaba más ayuda.
—He... Disculpa, ¿puedes hablar más lentos? —tenía que mejorar su modo de comunicarse, apenas llevaba tres días aprendiendo alemán, aún se le dificulta.
—Oh... ¿Apenas vas aprendiendo?, disculpa —soltó una pequeña risa, le parecía gracioso el chico.
Alexander se sonrojo de vergüenza que sentía en ese momento, se sentía humillado, quería irse en ese mismo momento. El chico noto eso y saco su celular escribiendo su número y mostrandoselo.
—Mi —señalandose — Número —dijo mientras apuntaba devuelta su celular.
Su contrario entendió lo que quería decir, así que sacó su celular y anotó su número rápidamente, levantó su cabeza para preguntar su nombre y este le dijo con una sonrisa "Soy Luka" para que luego este se fuera a tomar un auto e irse, dejándolo allí parado.
Su padre tocó su hombro para decirle que ya encontró quien los lleve a su nueva casa, este hizo caso omiso y se fue con él, subieron al auto con rumbo a su dirección, pero Alex se quedó pensando en aquel chico, pensando en Luka.
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