Sigla: B
Disparador 3: Son los pensamientos, son los momentos, son las sonrisas y son sin duda las experiencias de la vida. Porque enamorarse de una mujer es igual de normal que enamorarse de un hombre.
Enamorarse no distingue de género y demás, solo los momentos que puedas compartir con esa persona, sean buenos o malos, incluso la primera impresión que das o te dan aunque esta no siempre sea la mejor; enamorarse no es algo que puedas controlar y tampoco de quien te enamoras, sea hombre o mujer el amor es amor y es por ello que me animo a contarles esto, mi segunda historia de amor.
Antes empezar me describiré un poco para que me conozcan: mi nombre es Annie Roach, tengo veintitrés años y actualmente estoy por terminar mi carrera de diseño gráfico, en toda mi vida solo he tenido dos parejas, la primera era un chico con el que estuve una cantidad de tiempo considerable, tres años a decir verdad, y que actualmente es mi mejor amigo y confidente de mi actual relación. ¿Raro? Bueno muchas personas dicen que quienes algunas vez fueron pareja no pueden ser amigos pues eso no aplica en mi caso porque nosotros fuimos amigos antes que nada; pero no me desviare y les contare la historia por la que están leyendo esto.
Todo empezó hace más de un año, aquel día estaba apurada yendo a clases con un café en la mano rogando llegar antes que el profesor al aula y justo cuando estoy a solo unos pocos metros de mi destino choque contra alguien, que al parecer no había visto, vertiéndole todo mi café encima de toda la ropa. La persona con la que había chocado era una chica sumamente hermosa, de cabello castaño, ojos miel y piel clara, una combinación perfecta excepto por la ropa empapada que tenía por mi culpa.
- ¡Lo siento! - seriamente avergonzada teniendo el presentimiento que aquel no sería mi día empeorando cuando escuche el grito de mi maestro preguntándome si iba a pasar o no para que cerrase la puerta ya que había salido y me había visto- Lo siento de verdad, tengo que ir a clases en ese salón durante tres horas, búscame luego para compensarte por esto -le dije señalando su ropa y echando a correr hasta mi aula sin voltear a mirarla ni esperar una respuesta.
Luego durante toda la clase me distraje pensando en la situación bochornosa de antes y preguntándome en qué demonios había pensado para decirle a la chica lo que le dije, bien además de la culpa, o sea como yo podía compensar haberle tirado el café, que de milagro no había estado caliente pero tampoco precisamente frío.
Al finalizar la clase tenía los nervios de punta por lo que decidí salir última mientras que mi ex novio, Killian, que ya sabía la historia tenía una mirada divertida a costa de mi desgracia y salía antes que yo.
Una vez afuera del salón no vi a nadie por lo que me tranquilice y me dispuse a irme a mi departamento, la verdad estaba tan tranquila para ese punto que me sobresalte cuando alguien me tocó el brazo.
- ¿Quien...? Ah... -dije al ver que quien me había tocado era la chica a la que había tirado el café por lo que gimotee un poco maldiciendo mi suerte al tiempo que ella arqueaba sus cejas- Estas con ropa limpia -le dije después de observarla.
- Pues obvio, no habrás pensado que iba a estar durante todo este rato con la ropa sucia -me respondió.
Yo me encogí de hombros la verdad si había pensado eso ya que no creía que un estudiante siempre cargará una muda de ropa adicional pensando "tal vez hoy me tiren algo encima debo llevar otras prendas de ropa".
- Bueno... Entonces... ¿Cómo te puedo ayudar? -Le pregunté con duda ya que si bien el color de sus ojos me gustaba la manera en la que me miraba era intimidante.
- Tú no dijiste ayudar cuando me dejaste tirada en el pasillo, recuerdo perfectamente que dijiste que me recompensarías -me respondió como si le divirtiera la situación.
Suspire aquello era cierto además escuchando su manera de hablar sabía que buscaría sacar provecho de aquello. - Bien como te puedo recompensar entonces -cuestione.
- Aún no lo sé pero ten por seguro que en cuanto lo sepa te lo haré saber -me dijo antes pasar por mi lado para irse yo hice lo mismo logrando que ambas quedáramos muy cerca, fueron unos segundos incómodos antes de que pudiera recuperar mi voz y le preguntará por qué seguía ahí a lo que ella me respondió- Bueno señorita no se tu nombre y pensé preguntarte ya que no puedo ir por ahí llamándote "la chica que me tiro café".
- Mi nombre es Annie -le respondí rodando los ojos por lo que había dicho.
- El mío es Abby -respondió para girarse y volver a irse.
Esta vez me asegure de ver que estuviera lejos puesto que no quería chocar con ella de nuevo y terminar como las dos veces anteriores.
Y así por arte de magia o gracia del destino paso el tiempo casi quince días en el que no sabía nada de aquella chica que casi había logrado olvidarme de ella, pero no tenía tanta suerte al decimocuarto día me la encontré saliendo en los servicios higiénicos de chicas con los ojos rojos, no hacía falta ser adivina para saber que ella había llorado. Durante los tres días siguientes a ese una preocupación se instaló en mí, yo de por sí odiaba ver a las personas llorar o sufrir por el motivo que fuera y verla a ella en aquella situación después de cómo actuó cuando le tire el café fue chocante por lo que me dedique a investigar, lamentablemente yo no sabía nada más de ella que su nombre y mi vida social a pesar de ser buena no era lo suficiente como averiguar lo que quería sin sospechas por lo que le pedí ayuda a Killian, que estuvo más que feliz de ayudar cuando le conté lo que lo que paso ya que ambos compartíamos ese repelús de ver a las personas sufrir. Dos días más tarde él, mi ex novio y ahora mejor amigo, logró averiguar el motivo de todo aquello.
Un engaño.
Al parecer Abby había encontrado a su novio besándose con una de sus amigas en el instituto lo que ocasionó una pelea en la sección donde ella llevaba sus clase, ingeniería de sistemas. Killian estaba bastante incómodo por eso, el al igual que yo nunca entendimos porque había que engañar a las personas si no estabas enamorado terminabas la relación, como nosotros, él fue sincero con sus sentimientos y me dijo que no sentía lo mismo y que además de que le había empezado a gustarle otra chica, una con la que ya tenía una relación.
Durante la siguiente semana a esa siempre buscaba excusas para aparecerme por la sección de informática con la intención de ver a Abby y nunca había tenido suerte hasta aquel día en el que me la encontré en el cafetín del instituto.
Ella me vio y sonrió, en su rostro no había señal de tristeza por lo ocurrido días atrás lo que me hizo responder a su sonrisa.
- ¿Cómo estas chica café? -me pregunto cuando estuvo cerca mío.
- Estoy bien, pensé que preguntaste mi nombre para no llamarme así -le dije riendo a lo que ella encogió los hombros.
- Bueno si, pero es más divertido llamarte así -me respondió a lo que yo rodé los ojos con una sonrisa en mi cara, era refrescante para mi alma verla actuar así- Sabes creo que ya sé cómo podrías compensarme lo de aquel día -dijo y yo me tense había olvidado ese pequeño detalle.
- ¿Cómo te puedo recompensar? -le pregunté con un suspiro mientras ella reía.
- Invítame el almuerzo de hoy salgo de clase a la una de la tarde, te espero en la salida del instituto no llegues tarde -respondió antes de darse media vuelta e irse a lo que yo supuse era su clase del día mientras yo compraba mi refrigerio del día y buscaba a Killian para contarle lo que había pasado.
Al salir yo de mi clase tuve que esperar media hora más por Abby en la banca que daba a la salida del instituto y en ese tiempo pensé que tal vez había sido broma aquello de que la esperara para ir a almorzar, por lo que cuando la observe llegando junto a un grupo de amigas de las cuales se despidió para acercarse a mí me sorprendí; claro que ella se dio cuenta de mi reacción y me hizo bromas de ello mientras nos dirigíamos a un restaurante cercano a donde estudiábamos.
En almuerzo conocí más de ella como que era la menor de tres hermanos que su color favorito era el azul cielo que le gustaba preparar postres un gusto que había adquirido ya que sus padres eran dueños de una pastelería y lo más importante es que vivíamos a pocas calles y nunca nos habíamos cruzado lo que era raro. Cuando iba a pagar el almuerzo ella propuso que el gasto sea dividido a lo que acepté sin pensar y luego caí en cuenta de que aquel almuerzo era una compensación por el café que le había tirado hace un tiempo; por lo que se lo comente bromeando, mientras nos dirigíamos a la parada del bus que nos dejaría en nuestras respectivas casas, a lo que ella solo se encogió de hombros restándole importancia. Antes de que bajara del bus ella me pidió mi número de teléfono para comunicarnos; por la noche mientras hablaba con Killian contándole el almuerzo también lo hacía con ella y me di cuenta de que sería una gran amiga, una que estaba dispuesta a tener en mi vida.
Así pasaron meses en los que nos reuníamos dentro y fuera del instituto y a veces con Killian y su enamorada organizábamos salidas a centros comerciales o el cine, todo marchaba bien y no parecía que algo fuera a ensombrecer la amistad que teníamos hasta que mi mejor amigo decidió expresar lo que no quería admitir.
"Ella te gusta" me dijo aquel día en clase sin obtener respuesta de mi parte porque yo sabía que era cierto pero no quería admitirlo no quería perderla, habíamos pasado tantos momentos lindos que me daba miedo la idea de confesarle mis sentimientos y que Killian se diera cuenta de ellos me hizo entrar en pánico por lo aquel día ignore a Abby mientras calmaba mis emociones.
Al día siguiente Abby me acorralo entrando al instituto preguntándome porque la había ignorado el día anterior a lo que yo tratando de zafarme de su agarre le dije que tenía algunas cosas en las que pensar sin mirarla a los ojos, por lo que cuando me jalo fuera del instituto decidiendo por las dos que nos saltaríamos nuestras clases para pasar el día juntas y divirtiéndonos me sorprendió y asustó porque lo que en ese momento menos quería era estar con ella; pero Abby no era de las personas que se rendían de manera fácil y contra todo pronóstico logró hacerme olvidar el motivo por el cual la había ignorado llevándome a pasear por el zoológico en primer lugar, luego a un museo de arte para después almorzar en un centro comercial donde entramos a diversas tiendas y al final decidimos ingresar al cine y mirar "Spiderman, lejos de casa".
Por la noche y cuando fue a dejarme a mi departamento me hizo prometerle que nunca más la ignoraría, que sea el problema o asunto que sea que tenga que confié en ella y que si no estaba lista para contárselo ella esperaría a que lo estuviera que no sintiera presión por eso, yo le prometí no hacerlo de nuevo para luego ingresar a mi hogar mientras me prometía a mí misma que no dejaría que mis sentimientos interfirieran en nuestra amistad, lástima que eso no aplicará para mi mejor amigo.
Killian no había insistido en el tema durante casi un mes hasta que según él yo debía actuar respecto a eso y arriesgarme porque él estaba seguro de que Abby sentía lo mismo por mí mientras yo me negaba a hacer algo a lo que él me pregunta de si era por miedo al rechazo o al qué dirán por lo que era una mujer; eso debido a que cuando yo les dije a mi familia, amigos y personas muy allegadas a mí que era bisexual me trajo problemas, miedos, incertidumbres, bullying, y sobre todo un encasillamiento de muchos estereotipos que me dedique a romper uno por uno pero cuando estuve con Killian la mayoría pensó que solo había sido una etapa y tras nuestra ruptura todo estaba tenso en mi familia ellos y yo estaba segura que ellos deseaban que cualquier día llegará con una pareja varón y no una mujer, pero yo le había asegurado y le dije que no sea tonto porque no era por aquello ya que para mí amar a un chico o una chica era lo mismo, que lo que importaban eran los momentos que pasaba con esa persona entonces el tomó aquello como una señal de luz verde para avanzar en su charla motivadora de darme coraje para declararme y lo peor de todo, le hice caso por lo que le mande un mensaje a Abby citándola el viernes por la noche para que vaya a mi departamento y tengamos una pijamada.
El tiempo paso más rápido de lo que esperaba y el coraje y valor que había sentido cuando mande el mensaje se me escapaba conforme la ansiedad aumentaba mientras esperaba que mi amiga llegará. Puntual como siempre ella se apareció a las 8:00 p.m. trayendo consigo una caja de pizza, bebidas y varios postres para comer mientras decidíamos ver una película de terror, ya que eran sus favoritas, y conversábamos de temas banales. Cuando la película ya estaba por la mitad decidí que era momento de decirle el verdadero motivo por el que la había hecho ir.
- Abby... -la llame recibiendo por respuesta un movimiento de cabeza que indicaba que me escuchaba- Pues veras yo... yo quiero decirte algo, algo relacionado a lo que paso tiempo atrás y no te conté -le dije nerviosa a lo que ella giro su rostro prestándome toda la atención posible pero yo no decía nada más.
- Si no quieres... -empezó a decir a decir antes de que la interrumpiera nuevamente.
- ¡No! Si quiero solo que... -me calle de nuevo y la observe tan pacífica como siempre dispuesta a esperar que estuviera lista "Ella siente lo mismo por ti" recordé que me había dicho Killian días atrás por lo que si aquello salía mal lo culparía a él- Y... Yo quería decirte que me gustas -dije cerrando los ojos porque para qué negarlo tenía miedo de su reacción.
Pasaron unos tortuosos segundos en los que yo ya estaba planificando como matarme cuando sentí unos labios posarse sobre los míos- Tú también me gustas -me dijo antes de volver a besarme para luego preguntarme cómo había tomado valor para decírselo ya que pensaba que sería ella quien tendría que dar el primer paso para que tuviéramos una relación, aunque yo no había pedido formalmente eso pero bueno si ella lo tomaba así yo no me negaría y tampoco cambiaría nada de aquel momento que a pesar de no ser idílico para una declaración fue perfecto para nosotras.
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