🌚 8 🌻

Casa de Ander

Era de mañana y muy temprano, Nayra desde hacía media hora atrás estaba dando vueltas en la cama luego de que por la madrugada volviera a su dormitorio y se duchara después del terrible vómito que se había hecho Ander. Salió de la cama, la acomodó y se fijó en Agnes que aún seguía durmiendo. Poniéndose una bata limpia salió del cuarto para ir al del abogado pero no lo encontró allí. Frunció el ceño y se dirigió a la cocina.

—¿Qué haces fuera de la cama y con el traje?

—Yéndome a trabajar.

—No señor. Tú no saldrás de aquí —contestó hecha una furia—. Después de lo que me hiciste pasar anoche, tú deber es quedarte en la cama haciendo reposo.

—No fue tu obligación cuidarme. Pude hacerlo solo.

—Seguro el nene grande. ¿Para que vomitaras la cama como anoche lo hiciste en mi bata? —dijo con sarcasmo.

—Aunque ladres me iré a trabajar igual.

—¿Qué estás tomando? —le sacó la taza de la mano—. No puedes tomar café.

—Anoche me diste jugo, se supone que tampoco se puede con una intoxicación.

—¿Tú sabías que estabas intoxicado, sabiondo? —preguntó con burla.

Ander la miró sin decirle algo.

—Lo único que harás será volver a la cama aunque te emputes conmigo —respondió con enojo en su voz.

Lo cazó de la corbata y lo arrastró al dormitorio.

—Estás exagerando, no puedes retenerme en contra de mi voluntad —emitió con molestia.

—Es por tu bien. Un día o dos más y volverás al estudio.

—No soporto estar tanto tiempo en la cama, más si me siento mal.

—Con más razón. Es obligación que te quedes descansando. Incluso si tanto quieres, puedes trabajar desde acá, tienes una oficina.

Él revoleó los ojos sabiendo que nada de lo que iba a decirle cambiaría de parecer.

—Me parece que quieres verme desnudo o por lo menos en bóxer —la picó.

—No eres mi tipo grandulón —dijo sin mirarlo—. Ya, métete a la cama.

—Sí mami —su voz sonó burlona.

—Búrlate pero anoche el bebé grande lloraba —rio burlándose de él.

—Eres mala. Nunca me sentí tan mal como ayer y se me dio por el llantito.

Nayra estalló de risas.

—Si algún cliente tuyo te vería anoche jamás podría haberlo creído.

—Voy a tener que llamar a mi padre entonces.

—Hazlo. Después de que te sientas bien si quieres me puedes echar pero hasta que no te recuperes harás lo que yo te diga.

Él solo refunfuñó y pocos minutos más tarde, Ander estaba hablando con su padre por el móvil.

—¿No vendrás a trabajar hoy?

—No. Estaré desde casa. Tengo a alguien que parece una celadora.

—¿Por qué? —quiso saber—. ¿Qué está pasando?

—Desde ayer que no me estuve sintiendo bien y al parecer estoy intoxicado. La enfermerita personal que tengo me está cuidando aunque algunas veces tiene el papel de mandona.

—Ah ya veo. Bueno, entonces tú trabajas desde ahí y yo desde aquí.

—Cualquier cosa, si alguien necesita algo, que me llame.

—Sí, tú no te preocupes por eso, descansa y recupérate. Si tú o Nayra necesitan algo, solo tienen que llamarnos.

—Sí, gracias. Hasta luego.

Ander cortó la llamada y su padre se echó a reír cuando supo que Nayra estaba al mando de la situación y el corderito era su hijo.

—¿Conforme enfermerita? —cuestionó con el ceño fruncido y observándola.

—Mucho bebé llorón —le dio palmaditas en la mejilla—. Trata de descansar, iré a vestirme y a ver a Agnes.

—De acuerdo, igual tengo la campanita de anoche que encima ni siquiera me diste de comer cuando te dije que tenía hambre.

—No puedes comer sólido, solo líquidos, y después te haré un té, y más tarde un caldo. Así que deja de quejarte porque en serio, eres peor que un niño berrinchudo.

—¿Puedes traerme ahora un vaso con agua? Tengo sed.

Nayra se acercó a Ander para tocarle la cara. No le gustó nada lo que sentía. Sacó el termómetro y volvió a tomarle la temperatura.

—¿Puedes estar un rato así mientras voy a ver a la niña?

—Sí, ve tranquila. Y haz tranquila tus cosas también, me fijo yo después si tengo o no temperatura.

—Bueno. Descansa.


🌻🌻🌻


Una hora y media más tarde le trajo una bandeja con una taza de té y un vaso con agua.

—Ander —lo llamó y él abrió los ojos—. Te he traído té y agua.

—Te tardaste un poquito con el agua, ¿no enfermerita? Tendría que haberte hecho sonar la campana —se sentó en la cama.

Ella entrecerró los ojos cuando escuchó sus palabras.

—Me dijiste que hiciera las cosas tranquilamente —habló con seriedad—. ¿Cuánto tienes?

—38 pero me siento cansado.

—Y querías ir a trabajar... —acotó con burla—. Ahora vuelvo.

Poco tiempo después entró con la bebé.

—Mira a quién tenemos aquí. ¿Quién es, Agnes? —miró a la niña y esta lo miró a su padre—, sí, es tu padre. ¿Te la dejo un ratito o prefieres beber tranquilo?

—Déjamela.

—En un rato vuelvo a buscar la bandeja —él solo asintió con la cabeza.

Dejó que padre e hija estuvieran juntos por un buen tiempo mientras que ella bebía una taza de café con leche caliente dentro de la cocina. Aquel día estaba bastante fresco y se sentía nostálgica, y tuvo la necesidad de enviarle un mensaje a Nicolás.


Nayra: ¿Todo bien? [7:30]

Nicolás: Todo tranquilo, ¿tú? [7:30]

Nayra: Bien, haciendo de enfermera de tu amigo. Anoche estuvo bastante mal, con fiebre y vómito [7:31]

Nicolás: Uh, terrible. ¿Está engripado o qué le pasó? [7:31]

Nayra: Se intoxicó con algo que comió. Al parecer con pescado mal cocido [7:32]

Nicolás: ¿Ahora cómo está? [7:32]

Nayra: Mejor pero ahora por ejemplo tiene 38 de fiebre. Anoche tenía casi 40 y tuve que meterlo en la bañera para que le bajara la fiebre, de tan mal que se sentía que me terminó vomitando encima :| ... un asco [7:33]

Nicolás: Jajajajajajajajajaja. Este Ander es terrible, más tarde lo llamaré para saber cómo sigue [7:33]

Nayra: De acuerdo, llámalo cuando quieras y entretenlo por un buen rato así me deja de molestar, tiene una campanita que cada media hora la hace sonar. Parece un tipo de 100 años :S [7:35]

Nicolás: Jajajajaja eres terrible Nay... ¿Y entre ustedes cómo están? Digo, a veces se pone difícil [7:40]

Nayra: Ahí vamos, lo mantengo a raya aunque otras veces es imposible. Ladra y siempre está a la defensiva pero dentro de todo eso por lo menos es un caballero y no se propasa, no es como Blas [7:45]

Nicolás: Claro que no es como ese hijo de puta. Si te insistí para que estuvieras ahí fue porque confío en Ander y aunque no me lo creas, me gusta para ti [7:45]

Nayra: ¿Te gusta para mí? O.O, Nico, Ander tiene casi 35 años. Nunca me planteé tener a alguien más grande que yo, aparte estoy por trabajo [7:46]

Nicolás: Nay, tienes 25 años, no eres tan chica tampoco y diez años no son nada. A veces un hombre de tu misma edad no es un ejemplo y uno que te lleva mucho más lo es. Y del trabajo al amor hay una delgada línea jajajaja, más si vives en el mismo techo que él [7:47]

Nayra: Quizás tengas razón pero me parece que te pones algo en la cabeza que no podría ser cierto [7:47]

Nicolás: Tú no sabes realmente lo que pasa por la mente de Ander. Desde hace un mes y poco más conviven, por más que sea algo laboral, el verse todos los días, compartir cosas, hablar, y otras tantas... Bueno... ya te podrás imaginar... [7:48]

Nayra: Ay N-I-C-O-L-Á-S... ¿Quieres que te confiese algo? ME GUSTA y pensé en no decírtelo porque creí que te irías a enojar conmigo [7:48]

Nicolás: Qué boba jajaja... Yo fui quien le dijo a Ander sobre ti para cuidar a Agnes, yo te metí en esto porque me pareció bien [7:49]

Nayra: Al principio tuve un dilema con el tema de la gran diferencia de edad, pero aún así... Me fue imposible no gustar de él. Tampoco quiero terminar con otra desilusión amorosa porque eso sería como tropezarse con la misma piedra dos veces :S [7:50]

Nicolás: Solo debes saber que Ander no es Blas y que a pesar de lo recio y estrecho que es, jamás se propasaría contigo o te levantaría la mano [7:51]

Nayra: No puedo creer que después de dos años me guste otra persona y que encima vuelve a ser un abogado y con diez años más que yo [7:51]

Nicolás: Así es la cosa. Y de verdad me gustaría que tuvieran algo entre ustedes [7:52]

Nayra: Recién me gusta, Nicolás. Quizás todo se quede en eso, en que me gusta y nada más [7:52]

Nicolás: ¿Y con lo demás cómo te encuentras? [7:52]

Nayra: Bien, me levanté con buen humor pero como el tiempo aquí está feo y le dejé la niña a Ander pues... [7:53]

Nicolás: Te entiendo. Más que hoy es su día [7:53]

Nayra: Exacto, en fin... te dejo, seguro que querrá algo dentro de un rato y tocará la campanita, ya me lo veo venir jajajaja [7:54]

Nicolás: Un beso. Más tarde lo llamo [7:54]

Nayra: Un besito [7:54]


Dejó el móvil sobre la mesada y fue hacia el cuarto donde escuchó detrás de la puerta palabras de dulzura y mimos, se acercó más para verlos desde la hendija que había quedado desde la última vez que había salido del dormitorio. La escena la enterneció sin poder creer la actitud que tenía Ander con su hija. Era muy cariñoso. Los dejó solos un rato más y fue a su habitación, no pudo evitar llorar sintiéndose sola, por un padre que no estaba más y por no tener a alguien con quien compartir su vida.

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