Capítulo 20: Ángela

Ángela, la amiga de Sofía, en multimedia.

-¡Angie!

-¡Sof!

Cualquiera hubiese pensado: Dos locas gritando..., pero no. Se trataba de Ángela y Sofía, que llevaban dos meses sin verse las caras.

Se espachurraron la una a la otra ante la atenta mirada de las auryners. A sus ojos, eran dos auryners, amigas a distancia, que se reencontraban.

-No sabes cuantísimo te he echado de menos...

-Y que lo digas.

-Ya te necesitaba...

-Vale, Ángela, vale. Me estás espachurrando.

-Lo siento, es que llevo sin verte dos meses ya...

-Lo sé, pero hablamos casi todos los días por teléfono.

-Para mí eso no es suficiente. Necesito verte la cara, aunque me lo cuentes todo por teléfono.

-No hay nada de que hablar.

-¿Qué no? ¡Tienes una relación de amor-odio con uno de los componentes de la boyband más famosa de España! Eso es algo de lo que hablar.

-Eres demasiado dramática. Ni amor, ni odio. Nos llevamos bien, somos amigos.

-Os besasteis.

-Yo le besé y él no me correspondió. Punto final.

-No puedes dejar las cosas así... Sé que te arrepentirás.

-Ángela, por favor, déjalo estar. Ya he sido infiel a mi novio una vez, no pienso repetirlo.

-¿Y qué vas a hacer? ¿Seguir compartiendo autocaravana con él? No es plausible, la tensión sexual se nota en el aire.

-Nunca has estado con los dos en la misma sala.

-Me da igual, yo siempre tengo razón... ¿Quién es ese?

Miró hacia donde Ángela señalaba. Franchejo las miraba con mala cara. Bueno, miraba a Sofía, que se sintió intimidada, como siempre que lo tenía cerca.

-¿No vienes? -señaló dentro-. El concierto está a punto de empezar.

-Hoy no, Franchejo. Mi amiga está aquí y quiero pasar el concierto con ella.

Franchejo asintió. Cada vez había más auryners.

-¿Y tu prima?

-Había ido a por comida, pero ya no estoy segura. Tranquila, ya aparecerá.

-Bueno...

Sofía vio a Álvaro salir por la parte de atrás con gafas de sol y gorra, llevando en brazos a Luna.

-¿Te importa quedártela?

-No me importa, pero, ¿por qué hablas tan bajito?

Ángela lo observaba atónita. Nunca había estado tan cerca de uno de sus ídolos.

-Porque esto está lleno de auryners y no me apetece que me arrollen.

-Vale, pues ya te puedes marchar. Me quedo con mi hermana.

Álvaro asintió y se marchó, dejando a la rubia niña con Ángela y Sofía.

-Madre mía... Que cerca ha estado.

-Ya, ya... Menuda novedad.

-Oye, no te burles. Tú lo tendrás muy visto, pero yo no lo he visto de cerca nunca.

-Haber ido a una firma. No es mi problema -se encogió de hombros.

-Hola-una chica castaña se acercó a ellas.

-Por fin apareces, pesada. Sof, ella es Marisa, mi prima. Marisa, ella es Sofía, mi mejor amiga.

-Encantada -dijeron a la vez.

Iban a decir algo más, pero escucharon la musica de Up we go! El concierto comenzaba.

Sofía disfrutó como una niña del concierto. Podía pasar por una auryner, ya que se sabía todas las canciones.

-Creía que Auryn no te gustaba -le grita Ángela cuando están saltando en Better than me.

-¿Qué quieres que te diga? Paso horas escuchándolos cantar. Normal que me sepa las canciones.

-La siguiente canción sé que os gusta a todas... ¡Me gusta!

Poned la canción de fondo.

Las auryners gritan. Muchas cogen los móviles y empiezan a iluminarlo todo.

-Me encanta esta canción...

-Y a mí -Sofía cerró los ojos para sentir la canción.

-Es probablemente mi favorita. Es tan romántica...

Sofía abrió los ojos, para ver los de Álvaro posados en ella. Le sonrió y él le respondió el gesto.

Un montón de auryners a su alrededor creyeron que las había sonreído a ellas y empezaron a gritar.

-A mí no me engaña. La sonrisa iba para ti, Sof.

-No digas tonterías.

-Sof, os gustáis mutuamente. Deja a José de una vez.

-No, Ángela. Es mi amigo, nada más.

Se movían al compás de la canción. Luna no entendía nada. No la dejaban ir con su adorado Álvaro y su hermana no le hacía ni caso.

Tras esa canción terminó el concierto, aunque ya no había guitarra rock para destrozar. Habían terminado con esa tradición.

-No me puedo creer que te vayas a ir...

-Hoy ya no puedo quedarme, Sof. ¿Cuándo os vais a La Coruña?

-Pasado mañana.

-¿Y por qué no quedamos mañana?

-No puedo... He quedado con José...

-¿En serio?

-Entiendelo. Llevamos sin vernos dos meses, le echo de menos.

-Ya, ya... -abrazó a su mejor amiga-. ¡Luna! Dame un abrazo.

Luna le hizo ascos.

-A veces olvido lo desagradable que puede llegar a ser.

-Déjala, tiene dos años. Ya madurará y te adorará.

-Álvaro... -susurró Luna.

-Anda, vete con él. Parece que le quieres más que a mí.

-¿Por qué ha dicho Álvaro?

-Porque lo adora. No sé por qué, pero es un imán para ella.

-¿Lo ves? Más razones para quererle. Si tu hermana lo soporta, es tu chico.

-Lárgate antes de que te pegue.

Ángela se fue pegando una risita. Sofía negó con la cabeza y se dio la vuelta, encontrándose de lleno con dos chicas.

-¿Tú eres Sofía, verdad?

-Pues...

-La prostituta que los Auryn han contratado para su autocaravana.

-¿Disculpa?

-Sí, sí. Eres tú. A veces, los chicos suben fotos contigo.

-Son unos guarros, contratando chicas.

-Ya ves tía... Y tú más.

-En primer lugar, bonita, no soy prostituta. Soy la hija del conductor de la autocaravana. Y en segundo lugar, vuelves a insultarlos y te parto la cara.

Ni ella sabía por qué los defendía. Hace dos meses, hubiera sido ella la primera, pero ahora...

Las dos chicas se miraron entre ellas. Iba a ser divertido.

-Si es que más feos no pueden ser.

-Ya ves, tía. Por eso tienen que contratar prostitutas. No se comen una rosca.

-Vamos, si por lo menos cantaran bien... Pero su voz es más mala que una gripe.

Sofía se fue poniendo roja poco a poco. Eran sus amigos.

-Yo os lo avisé.

Antes de lanzarse sobre ellas, la cogieron de la cintura. Miró detrás de ella, era Álvaro.

-¡Suéltame! ¡Tengo que partirles la cara!

-¡No, Sof! No voy a volver a pasar la tarde en comisaría porque te denuncien.

-¡Álvaro! ¿Quieres que monte un escándalo?

-¡Estate quieta!

-¡No me da la gana! ¡Suéltame! ¡Socorro! ¡¿Dónde está la policía cuando la necesitas?!

En el camerino, el resto estaban extrañados por los gritos de fuera.

-¿Creéis... que deberíamos salir a ver qué pasa?

-No -sentenció David-. Se las arreglarán solos.

-Me parece justo.

Y siguieron jugando con los móviles.

-Vamos... Entra al camerino...

-¡Álvaro, por favor! ¡Deja que les pegue!

-¡No! ¡No me apetece...!

-Sí, lo sé. ¡No quieres pasar medio día en una comisaría!

-¡Tú lo has querido!

-¿Qu...?

La cogió por las piernas y se la puso sobre los hombros.

-¡Álvaro! ¡Joder! ¡No soy un puto saco de patatas!

Pegó patadas, puñetazos y se retorció todo lo posible, pero Álvaro permaneció impasible. Caminó por las calles de Madrid hasta llegar al parking en el que estaba la autocaravana.

Durante todo ese tiempo, la gente no había dejado de mirarles, pero a ninguno le había importado.

Cuando llegaron a la autocaravana, se encontraron a Juan. Él no pudo evitar extrañarse al ver a Álvaro con su hija sobre los hombros.

-¿Pero qué...?

-No pregunte.

-Vale -negó con la cabeza. Esos chicos no eran normales.

-¿Hacía falta que me arrastraras por medio Madrid? -preguntó Sofía cuando Álvaro la soltó en el sofá.

-No hubiera hecho falta si no te hubieras tirado a matar a unas fans.

-¿Perdón? ¡Encima qué os iba a defender!

-Esas chicas trataban de hacerte enfadar, y lo han conseguido. Ahora tranquilizate.

-¡Tíos, no os vais a imaginar lo que ha pasado!

Dani entró en la autocaravana, seguido de David, Blas y Carlos.

-Hemos escuchado decir a unas viejas que hay mucho loco suelto.

-Menuda novedad...

-¿Y estáis así por eso?

-Lo gracioso es que estaban hablando de que han visto a un chico llevando a una chica en hombros. Ha debido de ser desternillante...

David se fijó entonces en las pintas que ambos llevaban. Estaban rojos como un tomate, con los pelos alborotados.

-Yo tengo dos teorías sobre lo que os ha pasado.

-Adelante, Carlos. Peor no puede ser -Álvaro ocupa un espacio en el sofá.

-La primera es que habéis estado a punto de tener sexo desenfrenado en el salón y os hemos interrumpido-todos lo miran con mezcla de asco y extrañeza-. Y la segunda es que sois vosotros los que habéis hecho el ridículo en pleno Madrid.

-Yo voto por la segunda -Blas extiende la mano.

-Y yo, porque es la verdadera -aplaudió Álvaro.

-Deberíais dejaros las tonterías para otro momento. En serio... -Sofía negó con la cabeza.

-Pues para ahora... ¡Todos juntos! -Carlos empezó a gritar-. ¡Mercadona, mercadooona!

-Por favor, ¡qué alguien lo calle!

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