Capitulo 31: Nunca me dejes

Su suegra no le había contestado, sin querer él había dejado pasar la llamada, Deku tuvo que pedirle a Mirio un permiso inevitable para salir corriendo junto a Shouto rumbo al hospital.
El presentimiento de que había pasado algo malo le rondó en la cabeza en toda la carrera, que su padre hubiese ido al hospital ya era un mal augurio, quería evitar llorar antes de tiempo, pero en esos días era una práctica tan común que no sabía como todavía no se había deshidratado. Intentó llamar de nuevo, pero otra vez el tono de espera y la entrada al buzón de voz, llamó a su suegro pero la situación era la misma, su corazón no podía soportar tanto misterio, Midoriya lo acompañó siguiendo sus pasos aceleradamente aún cuando en la puerta del edificio un policía los paró diciendoles que no podían correr, pero Shouto lo esquivó dejandole a Deku la tarea de disculparse, avecinandose por los pasillos se preguntaba qué tan lejos estaba terapia, ¿Siempre había estado tan lejos de la entrada? Y al doblar esa bendita esquina llegó por fin a su puerta, y visualizó a su suegro salir del cuarto con la cabeza gacha,... No podía ser, se paró totalmente en shock, un escalofrío le recorrió el cuerpo y presenció en cuestión de segundos todo lo que habían vivido juntos, ese día en la escuela... La actividad del héroe y el villano que habían odiado tanto y que al final agradecieron porque los había llevado a encontrarse,... Las miles de discuciones por cosas tontas que ahora mismo no tenían ningún sentido,... Las veces que creyeron que no podían estar juntos y ese festival, tirados en el campo de deportes, con una botella de sake y un te amo que le pareció lo más hermoso del mundo,... Vio el anillo en su dedo y recordó que traia guardado el de Katsuki en su bolsillo, porque desde el accidente lo cargaba con fe en poder devolverselo, y entonces su suegro volteó y lo miró, esa mueca en su cara, ese gesto, esa curva en su boca, la luz que irradiaban sus ojos, el descanzo, una sonrisa que lo despertó de la pesadilla, esa sonrisa que le decía que él también había despertado. Corrió a su encuentro y solo se sonrió, el hombre lo abrazó fuerte y pudo notar otro tipo de lágrima caer de sus ojos.

- Él está despierto -y fue lo unico que necesitó decir, su alma pareció respirar, su latir acelerado se calmó, sus recuerdos se tiñeron de rosa otra vez, el hombre dejó de abrazarlo en cuanto escuchó la puerta, Mitsuki se veía llena de vida, el rostro parecía brillarle, su sonrisa iluminaba cada rincón en el lugar, ese era el rostro de una madre que recupera un hijo, la mujer le asintió con felicidad y él también sintió lo mismo, entonces se acercó a ella.

- Pasa a verlo, ya preguntó por ti -de todas las cosas que pudo decirle su suegra aquella fue la mejor, saber que aún lo recordaba y que había preguntado por él ni bien se levantó era lo más feliz que jamás podría decirle, dio un largo suspiro para evitar dejar salir todas sus emociones en un segundo, posiblemente Katsuki estaba muy debil como para aguantarlo, y entonces abrió la puerta y se lo encontró dentro, acostado en la misma cama, con los mismos cables, en la misma posición, pero en lugar de un respirador llevaba una sonrisa que se intensificó al verlo, no supo que decir, esos ojos, sus bellisimos ojos carmesi, su reflejo en ellos, su sonrisa, aquella que había perdido, que no había visto en tanto tiempo "Katsuki" mencionó su nombre en un susurró que quería romper en aquel llanto diferente, y entonces... Su voz.

- Hola, mitad y mitad -dijo, jamás había estado tan contento de que lo llamará así.

- Katsuki -sus ojos se llenaron de inevitables lágrimas de felicidad, y se sentían tan ligeras y distintas a las otras que no pudo retenerlas.

- Shouto -mencionó el rubio para que sus emociones se desbordaran e hiciera aquello que no había querido.

- Katsuki -volvió a decir esta vez emocionado y corrió hasta su cama para tirarse sobre él y abrazarlo como siempre había deseado.

- ¡Ay Shouto! -se quejó el explosivo, y ese gruñido no hizo más que aumentar la emoción de su novio.

- Katsuki -repitió, y comenzó a besarlo reiteradas veces en la cara, el rubio, que estaba sujetandolo de la cintura, frunció el rostro.

- ¿Quieres dejar de decir mi nombre en ese tono? Estoy bien, idiota.

- Estás bien, estás bien -los ojos de Todoroki no paraban de llorar, y sus besos no dejaban de caer sobre el rostro del otro hasta que selló sus labios, Katsuki cerró los ojos y se dejó llevar, hacía tiempo Shouto no sentía aquel gusto que tanto amaba, todas las sensaciones de la primera vez se apoderaron rápidamente de él, como había extrañado el besarlo así, lentamente se separó de él y se pegó a su pecho abrazandolo, no había forma que pudiera soltarlo.

- Hey -lo llamó el rubio dandose cuenta que el otro se aferraba a su cuerpo ocultando sus lágrimas en él, su llanto se hizo notorio, y Bakugou comenzó a extrañarse -Mi amor ¿Por qué lloras? No llores así, estoy bien -le dijo utilizando un tono más amable y tranquilo, tomó su rostro con ambas manos e hizo que levantara su mirada a él lentamente -Todo está bien.

- Creí... Creí que no iba a volver a escucharte... A verte sonreir -una vez más cayó rendido sobre su novio con los ojos desbordados en sollozos, Bakugou lo abrazó -Creí que me dejabas, creí...

- Ya, ya, aquí estoy, no me iré a ningún lado -continuó con su abrazo y su voz apacible, intentando consolarlo, entonces se detuvo en algo que no le había preguntado a su madre, algo a lo que no le dio tanta importancia dada la naturalidad de la mujer, una vez más tomó su rostro -Hey, Shouto, tranquilo -volvió a llamarlo y secó sus lágrimas tiernamente -¿Cuanto tiempo... Cuanto tiempo estuve dormido?

- ¿Tú madre... No te dijo...?

- Me evadió el tema y creí que no había pasado tanto, pero ahora que te veo... -Todoroki se levantó de encima del rubio y lo vio -¿Cuanto tiempo pasó?

- Pasó... -Shouto hizo silenció y calculó aquello que ya sabía, pero muy en el fondo, a pesar de saber que quizás no debía dejarlo salir tan a la ligera, prefirió ceder a las demandas de su novio -Un mes y medio casi.

- ¡¡¿¿QUÉ??!!

Katsuki gritó tan alto que podía jurar que lo oyeron en todo el hospital, el rostro de Shouto se paralizó ¿Enserio podía tener tanta fuerza en esos pulmones? Fuera de su habitación su madre se alertó y corrió a buscar a su enfermera, aquella con la que ya tenían algo de confianza, la que lo había cuidado por casi todo el mes. En el cuarto, Todoroki aún conservaba sus ojos abiertos totalmente asombrado de la fuerza con la que su novio estaba llevando su primer rabieta desde que se había despertado.

- ¿Esto es enserio Shouto? No jodas conmigo mitad y mitad -quizo calmarse pero era solo un mero intento.

- ¿Cómo voy a jugar con esto?

- Shouto en verdad... -dijo y tomandolo de la ropa lo acercó a él vigilando de cerca sus pupilas -¿Un mes y medio?

- S-sí... Un mes y medio -contestó el bicolor para que el rubio lo soltara de pronto y volviera a gritar con la misma intensidad que hacía rato, lo que hizo que Todoroki se encogiera de hombros y cerrara fuerte los ojos.

- ¡Aaaaahhhhhhh! -gruñó molesto en un quejido - ¡¡Maldición!! -continuó llevandose ambas manos a la cabeza -Me perdí de todo en la maldita escuela! ¡El idiota de Deku irá muchisimo más adelantado que yo! ¡¿Qué voy a hacer ahora?!

El griterio podía oirse desde el pasillo, su padre prefirió no entrar a corroborar si su hijo se sentía bien, esos berrinches lo decían todo, no podía estar mejor, su madre se adentró en la habitación preocupada seguida de la enfermera, Shouto veía su desenfreno algo impactado, todavía no podía creer que hacía menos de una hora estaba casi en coma.

- Katsuki, hijo ¿Qué sucede mi amor?

- ¡Vieja! -sus ojos la vieron fijo -¡¿Por qué no me dijiste que había estado dormido un mes?! -Mitsuki puso los ojos en blanco y así como su hijo la había golpeado con su mirada ella vio a Todoroki.

- ¡Aagg! -se quejó -¡Shouto! ¡No tenías por qué decirselo!

- ¿Y cómo iba a saber yo que no tenía que decirselo? -Preguntó el bicolor ajeno a la rabia del momento, tanto él como la enfermera veían la escena un tanto atónitos.

- ¡Él hizo bien! ¿Por qué me lo ocultaste? -Katsuki se inclinó hacia su madre molesto, ella hizo lo mismo.

- ¡Porque te ibas a poner así!

- ¡Maldita sea...! -intentó gritar y explotar sus manos como lo hacía usualmente para hacer notar su descontento pero entonces un dolor profundo lo invadió -Ahh... -se retorció en la cama frotandose ambos brazos.

- ¡Hijo! -la mujer se acercó a él preocupada - ¿Katsuki, estás bien?

- Me siento bien vieja... -susurró manteniendo la compostura, se sentó en la cama y se miró las palmas de las manos -Me duelen las manos.

- Sí, era lo que temíamos, por eso estoy yo aquí -se sonrió dulcemente la enfermera, Katsuki la miró intentando reconocerla.

- ¿Quién es usted? No la conozco -escupió, su madre frunció el ceño por dos segundos y luego viró hacia la chica.

- Disculpelo, es así siempre.

- Todo está bien -le platicó a la mujer y luego se enfocó en Katsuki -Yo soy tu enfermera venía a verte cada día. Tu doctora nos dejó especificaciones por si despertabas mientras ella no estaba, pero ya la contactamos y está viniendo hacia aquí. Mientras tanto te diré que vas a tener que quedarte una semana más en reposo.

- ¿Qué? -Bakugou agachó la cabeza intentando no volver a estallar como hacía un rato, la enfermera le tomó ambas manos impeccionandolo, luego le sonrió y se alejó.

- Tus manos te doleran por un tiempo. Y tu quirk... Se vio algo afectado, tardarás en recuperar el control sobre él, pero en algunos meses volveras a ser el mismo que eras antes del accidente.

- ¿El accidente? -repitió Katsuki desorientado, se miró las manos tembloroso y apretando los dientes - ¿El control de mi quirk? ¿Unos meses? ¿Una semana más hospitalizado? ¡¿Y que pasará con mi vida?! -gritó desaforado y asustando a la enfermera quien se sobresaltó por la voz del chico, Shouto se acercó a él interponiendose entre el rubio y la enfermera.

- Katsuki, calmate. Aún estás algo debil...

- ¡No! -volvió a gritar y luego hizo el afán de levantarse -Estoy bien, debo salir de la cama...

- No, no, no puedes irte -sugirió la enfermera e intentó devolverlo a la cama junto con Shouto.

- ¡Dejenme! Necesito ir a la maldita escuela y hablar con Aizawa, tiene que darme muchas cosas por hacer, no puedo quedarme postrado un día más y ser el que no encaje en el grupo, ya he perdido un mes.

- No puedes hacer nada de eso ahora.

- Hijo escúcha a la enfermera -la mujer se acercó a la escena e intentó detenerlo en su cama de la misma forma que Shouto -Aún no estás bien...

- ¡Estoy bien!... Necesito ir a entrenar -continuó encaprichado, su madre dejó de forzarlo y se paró firme.

- ¡No vas a salir de esta cama jovencito! -le gritó, Katsuki la vio molesto pero dejó de resistirse -No hasta que te recuperes.

- ¡¿Y qué voy a hacer con las malditas clases?! -preguntó en un tono alto encarando de frente a su madre, los ojos de esta se tornaron húmedos.

- Eso puede esperar, no pienso arriesgarme a perderte de nuevo hijo -Katsuki emitió un largo suspiro y se acostó en la cama nuevamente, la mujer volteó hacia la enfermera -Me permite hablar con usted un segundo a solas.

- Oh, sí señora, por supuesto.

Mitsuki caminó hacia la puerta y salió del cuarto junto con la enfermera, Shouto no supo que decir, sabía todo lo que su suegra había sufrido pero tal parecía que la arrogancia que su novio tenía la había heredado allí, la madre de Bakugou se comportaba como si fuera fuerte cuando en el fondo se hundía del solo pensar en perderlo otra vez, y entonces lo oyó murmurar.

- Eso no puede esperar.

- ¿Qué? -dijo, pero lo había escuchado perfectamente, Katsuki se tomó la cabeza quejandose.

- Ella no lo entiende... Maldita sea... El estúpido Deku se va a graduar antes que yo -gruñó, Todoroki, quien estaba viendolo sentado desde una silla a su lado, se puso de pie con un rostro perplejo, todo aquello que se había planteado sobre su suegra y a Bakugou no le importaba ni ella, ni su padre, ni él.

- ¿Enserio todo lo que te importa es Midoriya? Estuve un mes y medio a tu lado llorandote y lo unico que te importa es... ¿Ser mejor que Midoriya? -Bakugou agachó la cabeza pensativo, su rostro no reflejaba arrepentimiento, solo entendió que no era el momento para esa clase de caprichos.

- Es verdad. Lo lamento -dijo, nunca antes se había disculpado tan rápido, Shouto suspiró.

- No, yo lo lamento, no quiero pelear... No ahora,... -no era el momento de caprichos, pero tampoco de peleas, sus ojos comenzaron a ponerse vidriosos y Bakugou lo notó enseguida dado el tono melancólico de su voz -Hemos pasado por tanto -el rubio lo miró, sus ojos derramaron lágrimas.

- No, no, no, no, no llores, no llores -le dijo algo abrumado, y lo tomó del brazo arrastrandolo a la cama, el otro se sentó a su lado y continuó hablando en un sollozo.

- No puedo evitarlo, es algo en mí... Que me hace llorar todo el tiempo. Maldición.

- ¡Oohhh de acuerdo! -rendido, Katsuki se desplomó en la cama -Me quedaré en esta maldita cama sin decir nada ni quejarme en lo absoluto si dejas de llorar.

- Mejor, no peleemos Katsuki.

- Yo soy el amo de pelear, en algún momento vamos a pelear de nuevo.

- No, ahora no, voy a complacerte en todo, menos en que te levantes de la cama. En todo lo demas te complaceré para que no peleemos nunca más -el bicolor le sonrió, para Bakugou, a quien le parecía que todo aquello había tomado solo dos días, el verlo de ese modo tan atento lo hizo pensar, su sonrisa y su manera tan dulce de tratarlo, se sonrió.

- ¿Te has vuelto más cariñoso o me parece? -se acomodó en la cama - ¿Me traes algo de jugo, algo de comer? En verdad tengo hambre.

- Lo que quieras pero antes.... Quisiera saber... ¿Qué pasó esa noche? En el accidente ¿Lo recuerdas? -preguntó Todoroki bastante interesado, ya había oído a su padre, ahora quería obtener la historia desde otra perspectiva, el rubio hizo silencio e intentó recordar.

- Para mí es como si hubiese pasado ayer pero... No recuerdo con exactitud... ¿Tu padre no te dijo nada?

- Hablé con él. Lo unico que me dijo es que ustedes pelearon esa noche y que creaste un... Remolino... ¿De fuego?

- El huracan -dijo, y sus ojos se iluminaron con grandeza -Lo recuerdo... ¡Fue increíble! Debería empezar a usar esa técnica.

- Sí esa técnica implica tu vuelta al hospital no cuentes con mi apoyo -nuevamente el Shouto serio y sin expresión reapareció, el rubio le sonrió de lado.

- La perfeccionaré, no te preocupes, aunque... Esa enfermera dijo que... ¡Maldición! ¡Mis malditas manos! -volvió a sucumbir en sus impulsivos ataques de ira, el otro renegó.

- Bueno, no te quejes, mi padre se quemó toda la cara.

- ¡¿Por qué no me quemé la cara?! -la expresión seria de su novio se volvió un tanto molesta, se levantó un poco de la cama para enfrentarlo.

- No quieres quemarte la cara, mirame a mí -le dijo haciendo una leve referencia a si mismo, el otro se inclinó y alcanzó a tocarle el rostro.

- Tú eres hermoso.

- Ah... -Shouto se sonrrojó, en verdad hacía mucho no escuchaba que alguien le dijera eso, que él le dijera eso, una vez más volvió a su antigua posición y su voz tembló -Gracias.

- Maldición ¡Deja de llorar! -gritó, el otro se rió -Enserio mi amor, ya lloraste demasiado.

- Lo siento, es que hace mucho no escucho que me digas eso.

Todoroki lo abrazó repentinamente, subió sus pies sobre la cama de Bakugou obligandolo a que le dejara espacio, el rubio solo aceptó, hacía tanto que no estaban de ese modo, hacía tanto que Shouto había olvidado lo que se sentía escucharlo respirar en silencio mientras apoyaba su cabeza en su pecho y contaba los latidos de su corazón, eso lo hacía feliz, Bakugou solía tomarlo entre sus brazos, acunarlo sobre él y acariciarle el cabello, el rubio hizo exactamente aquello, habían estado juntos varios meses ya, casi un año, ya entendía que significaba todo eso, qué buscaba cuando se arrimaba a él y lentamente se desplazaba hacia abajo acurrucandose en su pecho, Katsuki se sonrió.

- Sabes..., ¡No me importa! Soy Bakugou Katsuki, me acabo de salvar de la muerte y voy a recuperarme antes de lo que todos estiman.

- Así te quería escuchar -Todoroki se puso de lado y le tomó la mano -Tienes que estar bien para cuando todos te vengan a ver.

- ¿Todos? Te refieres a que...

- Nuestros compañeros, ellos vinieron a verte seguido.

- Sí, sí, entiendo pero... Si saben lo que pasó quiere decir que ellos... Lo saben ¿Verdad? -su voz bajó a un tono más intimo, Shouto lo vio confundido.

- ¿A que te refieres?

- ¡Vamos! Me peleé con tu padre, ¿Qué mentira les dijiste para justificar todo esto?

- No mentí -Bakugou bajó sus hombros y volvió a interrogarlo algo dudoso.

- ¿Entonces dijiste que fui a atacar a tu padre sin ninguna razón?

- Nadie sabe que fue él, tus padres nunca quisieron divulgarlo pero... Todo el tiempo estuve aquí, todos lo que vinieron a verte me vieron sentado aquí, incluso más que Kirishima que se supone es tu mejor amigo. Solo... Se los dije -los ojos carmesi de Katsuki parecieron salirse de su cara, algo impactado dejó que su mandibula cayera lentamente, el bicolor volvió a hablar -Le dije a todo el mundo que eres mi novio, que necesitaba estar a tu lado -un leve rubor cubrió las mejillas del rubio, sus labios afinaron más su sonrisa -Incluso dejé las clases por estar aquí.

- ¿Qué? -replicó el chico explosivo cambiando un poco su actitud por una más sorpresiva -¿Dejaste las clases.... Por mí?

- Asi es -Todoroki cerró los ojos y le regaló una sonrisa.

- Es decir... Tu sueño más grande era convertirte en héroe, ¿Y lo... Hiciste a un lado por mí?

- Sí -volvió a mirarlo sonriente mientras Bakugou continuaba perplejo.

- ¿Por quedarte a mi lado?

- Sí.

- ¡¿Todo el mes?!

- Ajá -cerró sus ojos nuevamente y asintió.

- ¡Que idiota!

- Ah... ¿Perdón?

- Eres un estúpido, ¿Cómo vas a desaprovechar el tiempo de ese modo? -se cruzó de brazos totalmente impresionado- ¡Hubieses ido! Al menos uno de los dos se graduaria con honores antes que Deku.

- Otra vez con eso -Todoroki se bajó de la cama -Por favor, trata de no odiarlo, él estuvo mucho tiempo aquí esperando a que despiertes.

- No lo odio, ya no siento eso, solo... Me irrita.

- De acuerdo -suspiró el mitad y mitad -Trata de no irritarte con él.

- Lo intentaré pero despertar y saber que está más adelantado que yo ya es una irritación -dijo molesto -No creo que haya algo más irritante que eso -no sintió cuando la puerta se abrió, Todoroki había volteado apenas lo oyó, pero el escuchar su voz fue una sorpresa bastante incómoda.

- ¡Oh Kacchan, despertaste!

- ¡Maldición! ¡¿Qué haces aquí?! -un Midoriya realmente contento se acercó a él.

- Ah, venía siguiendome -Shouto intentó justificar el hecho de no haberle dicho antes que Deku se encontraba en el hospital, luego de eso se sonrió de manera tierna, Midoriya se acercó a él tratando de abrazarlo alegremente pero Bakugou colocó su mano en medio alejandolo.

- ¡No lo puedo creer! Kacchan, está bien.

- Aléjate -apretó los dientes bastante molesto.

- Te dije que despertaria Todoroki-kun -viró la vista al bicolor mientras continuaba intentando acercarse al rubio.

- ¡Tks, que te alejes! -lo empujó algo suave y luego se tiró en la cama.

- Que suerte que todo haya resultado bien. Nunca perdí la fé en ti Kacchan -sonrió y por primera vez notó esa curva en los labios del rubio en respuesta.

La noticia de que Bakugou Katsuki, después de un mes y medio en coma, había recobrado la conciencia llegó a todos lados más rápido aún que su accidente. El primero en llegar a verlo fue nada más ni nada menos que All Might, quien se ofreció a entrenarlo después de su salida del hospital para recuperar todo el tiempo perdido, secretamente aquel era un regalo de Deku, varios de sus profesores se habían presentado, su familia, sus conocidos, los alumnos de 1A se habían reunido para ir a verlo en conjunto ese mismo día en la noche, Katsuki estuvo en contra de ello todo el tiempo pero ver su rostro brillando a cada instante hacía que se le olvidara que debía estar molesto. Todoroki se había escapado un segundo de la habitación a traerle algo de comer a su novio, había prometido consentirlo y eso iba a hacer, por recomendación de su doctora no podía comer en grandes cantidades de un momento a otro, pero supuso que un jugo y un sandwich no le haría mal, al llegar al cuarto, doblar esa misma esquina en ese mismo pasillo hizo que un recuerdo azotara su mente, la miles de veces que había caminado por allí y deseaba con fuerza escuchar su voz, reconocer su risa, pero siempre lograba oir silencio y sollozo, y ahora ahí estaba, dando vuelta a ese pasillo y escuchando su voz a lo lejos, detuvo su pasó y se quedó oyendolo mientras relataba con ese orgullo digno de él como había vencido a la muerte, pero su explicación de  los sucessos previos al accidente lo encaminó a crear a un villano que lo había atacado de la nada, y eso mismo llevó a Shouto a pensar en su padre y le hizo cambiar la cara.

-... Entonces creo que las particulas de nitroglicerina se exparcieron rápidamente en todas las locaciones en las que me moví, supongo que su rastro arrastro el fuego provocado por ese hombre -ese hombre, esa forma que tenía de representarlo, alguien en la oscuridad, alguien que solo quería hacerle daño, alguien que se ganaría el odio de muchos -se formó un húracan que combustionó y explotó justo sobre mis manos -lo oía hablar de forma tan ligera que no podía creer que todo aquello realmente hubiera pasado -pero mi quirk detuvo por mucho lo que esa explosión le haría a cualquiera, como si aquel impacto fuera una pelota que rebota contra otra, aquel hombre se quemó y yo salí volando colisionando sobre el pavimento supongo que... -una leve pausa, seguramente todos estaban prestandole atención - Supongo que ahí fue donde perdí el conocimiento y me desmayé.

- Ese impacto debe haber creado el hematoma que te envió a un paro respiratorio y luego al hospital -la voz de Deku -La perdida de sangre en un vaso en tu cabeza ocacionó el que hayas dormido por tanto tiempo -con aquella explicación tan detallada no pudo evitar volver a pensar, Shouto largó un suspiro, no podía detener ese delirio que carcomía su mente, parecía pesimista siempre dandole paso a las cosas malas, y entonces lo escuchó reir.

- Gracias, genio, la ficha clínica no venía incluida en el tour.

- Lo siento Kacchan -risas, él estaba bien, se encontraba de buen animo, estaba sano, estaba con vida, ¿Qué más quería que eso? Volvió a retomar el paso y entró al cuarto.

- ¡Al fin, mitad y mitad! Moría de hambre -le dijo su chico entre risas, Todoroki se inclinó hacia él y le besó los labios, Bakugou cerró los ojos y solo lo atinó a recibir aquel beso.

- Bueno... Mejor vamos chicos -bromeó Kaminari, todos comenzaron a reir.

- Aaay chicos -Uraraka cubrió su rostro sonrosado.

- ¡Consigan una habitación! -gritó Mineta, Jirou se rió fuerte.

- Pero ya están en una habitación -todos continuaron riendo, Todoroki dejó de besarlo y le pasó el juego y su comida.

- Ya chicos, no sean así -fue lo unico que dijo antes de sentarse en la cama junto a Bakugou, para que Kaminari volviera a encender aquel motor.

- ¡Todoroki está sonrojado! -rió, los demás volvieron a lo mismo de antes, ya nada importaba, si se burlaban del rubor en su rostro, si querían jugar con ellos y bromear sobre el tema, a ninguno de sus compañeros parecía molestarle en absoluto, y girar la vista y encontrarlo contento, con sus ojos brillantes y llenos de vida, comiendo mientras intentaba no reir y escupir su comida, todo ese momento opacaba cualquier cosa, todo ese momento era maravilloso.

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*Chicooos quería agradecerles enormemente por haber llegado hasta acá n.n no podría estar más feliz de que les haya gustado esta historia, sus comentarios en cada capitulo y el apoyo que me dieron con cada voto me dieron todas las ganas de continuar escribiendo.
El próximo capitulo es el último, así que bueno, antes de despedirme quería agradecerles por todo!

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