Capitulo 17: No hay posiciones para el amor.

Había estado entrenando toda la mañana, el día anterior, gracias a Kirishima, siquiera pudo despedirse de él como le hubiese gustado, y a pesar de que hablaron toda la noche por celular no era lo mismo que poder tenerlo cerca y besar sus labios de hielo que con la profundidad se hacían fuego sobre su boca, en lo que la mañana pasaba no podía dejar de pensar, cada vez que se despedían quedaba allí entre ambos un algo dando vueltas, como si no supieran que decir para terminar una frase insulsa "nos vemos luego", "que descanses", "después hablamos" y un vacío en el medio del pecho, como si algo en su corazón estuviese faltando, no sabía si Todoroki se sentía igual, pero le era insoportable no poder despedirse con un beso, para él aquello lo dejaba satisfecho, un beso sellaba todo, y no encontraba palabras para reemplazar el beso, o... Quizás... La palabra que reemplazaba el beso era... Aquella frase... Renegó con su cabeza y fue directo a tomar una ducha de agua fría para dejar de pensar en ese chico, Shouto realmente estaba enloqueciéndolo, no podía hallar alguna otra cosa que decir al respecto.

Las horas iban pasando y ya no sabía qué hacer, seguramente todos sus compañeros asistirían a la feria, se oía divertido, habría atracciones, juegos, comidas, y como era a beneficio todo aquello cuanto pagaran allí se usaría para bienes públicos, o alguna causa en concreto, no lo sabía, no había prestado la suficiente atención en clase, las demás escuelas de héroes asistirían, asi que habría multitud de gente, Kirishima ya había dicho que pasaría a buscarlo a eso de las 17:00, la feria se ponía mas bonita durante la noche, cuando podía ser iluminada con muchos colores y la música comenzara a sonar, suspiró, y Todoroki estaría con su madre en el hospital, no era que quisiera alejarlo de ella, sino que... Realmente quería que se encontraran en ese lugar, al menos sabía que se podrían perder un rato de los ojos de todos y quizás podrían tener un minuto a solas para... Volvió a sacudir su cabeza y renegó ¡Basta! Pensó, el maldito mitad y mitad estaba consiguiendo que cada día se confundiera más, o... Estuviera mas seguro de lo que sentía, cualquiera de las dos opciones lo tenía intranquilo.
Intentó ponerle fin a la historia y le mandó un mensaje al pelirrojo para decirle que no quería ir a la feria y que fuera con los demás, el chico le advirtió que ya estaban cerca de su casa y le suplicó que no fuera malo y los acompañara, pero el rubio continuó en su negativa, no tenía buenos presentimientos ese día, no andaba de humor para fingir que todo estaba bien, siquiera le agradaba cruzarse con todos sus compañeros un Sábado, pero en un dos por tres su madre golpeó su puerta para avisarle que su pequeño grupo ya estaba esperándolo, se puso de pie y se cambió de ropas a algo un poco más especial para la noche, aunque fue rápido en decidir que ponerse le faltó llevar una sonrisa consigo, quizás aquella no estaría presente ese día, comenzó a temer que solo él lo hiciera sonreír.

- ¡Vamos Bakugou! -se sonrió Kirishima, a su lado se encontraba Mina, quien venía vestida bastante bella para la ocasión, Bakugou revoleó los ojos, el primer punto que supuso ya se estaba cumpliendo -No seas amargado ¡Estará genial!

- Síii Bakugou, te vas a divertir -se sonrió Ashido.

- Seguro. -dijo en un tono un poco abrumador, Kaminari se hizo presente.

- Vamos a tomar un trago al menos ahora, si todo sale mal al menos nosotros bebimos -Bakugou lo vio extrañado.

- ¿De qué diablos están hablando? -todos se pusieron en marcha y caminaron hasta la feria en lo que hablaban.

- Acordamos con Mineta repartir este sake a todos los del curso, luego nos reuniremos y jugaremos a los retos -habló Kaminari mientras Ashido reía.

- ¡Será genial! -la chica rosa se abrazó al pelirrojo, este se sonrrojó.

- Pero... Estoy algo nervioso, quizás nos metamos en problemas si Aizawa sensei anda por allí -continuó el rubio eléctrico, Kirishima lo vio.

- Eso es más que seguro, Aizawa estará en la feria.

- Por eso digo de tomar algo ahora, por las dudas.

Siguieron hablando y hablando de aquello hasta que se encontraron con Sero antes de llegar a la feria, al parecer este traía consigo otra de aquellas pequeñas petacas de sake que Kaminari tenía, según ambos Mineta las había conseguido y las repartió, la verdad no le importaba mucho que digamos, eran adolescentes y aquello era una simple travesura de niños, así que hizo caso omiso a la conversación y siguió caminando como si nada, con el mismo rostro molesto de siempre, el pelirrojo, que lo había estado mirando todo el camino no tardó un segundo en darse cuenta que su amigo no estaba de muy buen humor, en realidad nunca lo estaba, pero su rostro molesto muy en el fondo lograba reflejar una pizca de tristeza que nunca antes había podido distinguir en él.

En cuanto se encontraron con Mineta en la feria, este repartió dos petacas mas, ¿Que licorería había asaltado? Se preguntó Bakugou, según el pequeño violeta su tío había estado de visitas y llevaba consigo siempre grandes cantidades de alcohol, que especificó era de calidad. Pasadas algunas horas, armados de esas bellas botellitas, se decidieron a planear de qué forma embriagar a todos sus compañeros, Kirishima le dio su botella al rubio explosivo, ahora mismo había otra cosa de la que quería encargarse y aquello era una bella niña rosa que merecía toda su atención esa noche, o al menos un poco de privacidad, a Bakugou no le importó, cuando esto sucedió ya habían dado un par de vueltas alrededor de la feria así que si el pelincho quería estar un rato a solas con la chica ácido lo dejaría seguir con su conquista, mientras tanto Mineta, Sero y Kaminari se fugaron a encontrar a sus demás compañeros para invitarlos a una juntada de retos, y en lo que estos corrían por los alrededores Bakugou se quedó solo.

Caminó observando los múltiples puestos en la feria, las luces de colores iluminaban el ambiente, la música sonaba cándida por ratos y graciosa por otros, incluso habían juegos, se oían risas, el olor de cosas ricas, caras risueñas por doquier, después de cruzarse a Aizawa se fijó que aún traía la petaca de sake en sus manos y la guardó en el bolsillo de su campera, él no se iba a prestar para hacer algo tan idiota como aquello y que lo castigaran otra vez, así que decidió devolverle la botella a Mineta la próxima clase, siguió en lo suyo chocándose por el camino con algún que otro conocido, pero nunca con esos ojos con los que se quería encontrar. Recorriendo los senderos marcados con luz, pasó uno por uno varios puesto de regalo que le eran totalmente indiferente, más uno solo de ellos logró captar su atención, el peluche mas idiota que jamás nadie podría regalarle a su novia, era tan estúpido, tan cliché que lo hacía reír, ¿Quién sería tan imbécil en desperdiciar dinero comprando aquello? Una pequeña pregunta que se coló en su mente junto con una mueca de desagrado, pero debajo de toda esa indiferencia sarcástica le tocó el alma, un corazón de peluche rojo con esa frase en el centro, vio hacia otro lado tratando de olvidarse de la ridícula idea que se le había ocurrido, eso no podía estarle pasando a él, mucho menos con un hombre, mucho menos con el mitad y mitad, todo lo que había hecho no significaba nada, en absoluto, solo lo había hecho porque... Porque...

- Viniste -esa voz inconfundible, tierna, calma, preciosa, se volteó apresurado y se chocó de frente con esos ojos heterocromáticos que había esperado ver en todo ese día.

- Todoroki... ¿Qué haces aquí? -se sonrió un poco, el otro yo en su interior le gritó salvaje que dejara de hacer el tonto y borrara esa estúpida sonrisa pero ya no podía evitarlo.

- Hablé con mi madre, fui a verla temprano, me dijo que debía venir a divertirme y tomé su consejo -se sonrió el mitad y mitad, el rubio había quedado sorprendido de encontrarlo allí, tanto que no podía articular palabra, Todoroki lo vio divertido - Y bien ¿Qué quieres hacer? -Bakugou agachó la mirada sonriendo.

- Quiero salir de aquí.

Caminaron rumbo a la escuela, la feria se desarrollaba muy cerca de allí así que les quedaba totalmente al paso, varios de los alumnos de U.A no se tomaban el fin de semana para volver a sus hogares y se quedaban en los dormitorios así que tenían toda la libertad de andarse por allí incluso un Sábado, lado a lado caminaron tranquilos por el campo de deportes, hablando y riendo acerca de lo ocurrido anteriormente, no supo por qué sus manos comenzaron a sudar y empezó a jugar con ellas para evitarlo, esas reacciones estúpidas que tenía lo hacían molestar, Todoroki se veía tan lindo en especial esa noche, suspiró por lo bajo mientras este le contaba acerca de su madre y después de esto renegó con la cabeza rápido, lo que hizo que el bicolor le llamara la atención, no podía decirle lo que pensaba, era ridículo de pensar que se había acostado con él y todavía le costaba decirle algo como "te ves lindo hoy" metió la mano en su bolsillo y recordó que todavía traía esa  botella de sake que Mineta le había dado, ambos se sentaron en el campo y continuaron su charla, Todoroki tomó la petaca y la vio.

- Así que... ¿Mineta pensaba embriagar a toda la clase con esto? -investigó el bicolor mientras observaba de cerca la botella.

- Tiene como tres más -Todoroki lo vio sorprendido.

- ¿Qué? -se rió -¿De dónde las sacó?

- No lo sé -se sonrió el rubio -dijo algo sobre su tío.

- Y... ¿Te lo vas a tomar? -habló divertido el mitad y mitad elevando la botellita frente al otro.

- ¡No! -gritó malhumorado el explosivo y corrió la petaca de su rostro -Pensaba devolvérsela mañana.

- Que raro -Shouto ojeó la petaca algo indiferente -Creí que el beber alcohol era parte de ser un chico malo.

- ¡Yo no soy un chico malo! ¿De qué hablas? -Bakugou se levantó algo enojado, más que enojado ofendido.

- Tranquilo, era una broma -el bicolor lo vio cambiar su semblante a uno mas tímido y ver hacia otro lado.

- En realidad... Nunca bebí.

- Yo tampoco, no te avergüences -terminó de decir para abrir la pequeña botella, el rubio volteó hacia él gritando.

- ¡No me estoy avergonzando, maldito...! -entonces lo vio acercar su boca a la petaca -¿Qué estás haciendo?

- Voy a probarlo -Todoroki ladeó un poco la botella y dejó caer en su boca el brebaje, el rubio se arrodilló frente a él viéndolo beber, cuando de repente retiró la bebida de sus labios y comenzó a toser -¡Maldición! -el rubio pegó una carcajada -Sí que es... Fuerte...

- Se nota que jamás habías bebido -continuó riendo.

- ¿No vas a acompañarme? -dijo el bicolor mientras le ofrecía un trago a Bakugou, este lo vio bastante desconfiado pero... Si Todoroki lo había hecho.

En un dos por tres sus sentidos se activaron, sus papilas gustativas ya se habían acostumbrado a ese sabor fuerte que quemaba la garganta, su energía comenzó a rebosar, sus ganas de reír aumentaron, su forma de ver las cosas tan cambiadas de lugar, de no reconocer con exactitud el tiempo ni el espacio, lo único que escuchaba era a él, su risa, su voz, sus palabras, ambos iban caminando por el campo de deporte bien jocosos, riendo y cantando una canción que habían sabido reconocer de la feria, ese estado en el que había entrado lo desinhibía completamente, lo hacía hacer idioteces, lo hacía sentirse diferente. De la nada Bakugou se puso a bailar, lo que hizo reír a Todoroki hasta quedar totalmente sorprendido con lo siguiente, el rubio utilizó su quirk para dar una vuelta en el aire de forma perfecta y caer sobre sus pies tambaleantes, sin efectos secundarios, sin destrucciones, entonces corrió hacia él con una alegría latente.

- ¿Cómo hiciste eso? -preguntó asombrado un bicolor algo mareado y con una voz temblorosa.

- Lo hago todo el tiempo idiota -contestó el rubio tratando de contar sus palabras lentamente evitando equivocarse.

- Sí, sí, lo sé, te he visto volar con tu quirk y... girar alto -terminó de decir Todoroki para ver hacia el cielo, Bakugou lo siguió con la mirada, luego volvió su vista a él -Pero sin destrozar nada, así tan natural... ¡Quiero intentarlo!

- ¿Cómo?

- Tómame -le dijo y corrió hacia él sonriendo para acunarse entre los brazos del rubio, este no hizo más que abrazarlo -Vuela conmigo, has un giro.

- Emm... Está bien está bien pero no, no, no puedo hacerlo así -reprochó el rubio deshaciéndose del abrazo, el otro lo vio confundido.

- ¿Por qué no?

- Necesito mis manos ¿Recuerdas? -un pensamiento bastante acertado dadas las circunstancias, el otro se dio cuenta enseguida.

- Ahhh sii.

- Mejor tómame tú. Agárrate de mi cintura y daré una vuelta contigo -se sonrió Bakugou.

- ¡Sí, sí genial!

El bicolor corrió detrás de él y se abrazó a su cintura, por un momento aquel contacto lo distrajo un poco, las manos del mitad y mitad en su cintura eran excitantes, pero ni bien este se había terminado de preparar inició una pequeña explosión que los elevó a ambos y los hizo caer en cuestión de segundos. Eran como dos niños jugando, Bakugou cayó varias veces sobre Todoroki intentando girar sobre su eje con el bicolor abrazado a su espalda, de no haber estado ebrios seguramente aquello no habría sido un problema, incluso jamás se le hubiera ocurrido al mitad y mitad decir algo tan tonto, había visto reiteradas veces a Bakugou desplegado en el aire gracias a su quirk pero todo parecía sorprenderle en ese estado, tocaron tierra con sus cuerpos más de una vez, y así también habían quedado tendidos en el césped riendo antes del siguiente intento, pero finalmente el rubio lo logró, los hizo girar en el aire a ambos de forma perfecta tal como el bicolor había querido, al aterrizar se dejaron caer en el césped totalmente descolocados y riendo como todas esas otras veces.

- Eso estuvo genial Bakugou -se sonrió el bicolor y lo vio sonrojado, quizás por culpa del alcohol.

- Sí -dijo y al voltear hacia él quedo totalmente hipnotizado con su imagen, Todoroki le clavó la mirada y no se movió de allí, contemplar aquellos ojos carmesí lo hacía sentirse realmente enamorado, el rubio sin ir mas lejos, viéndolo acostado a su lado, riendo y mirándolo de esa manera encantadora no podía deshacer aquellos sentimientos que habían crecido, no podía escaparse de esos ojos que lo habían embrujado, lo visualizó en silencio y con ternura, todo de él le gustaba, desde el tono de su voz hasta aquella cicatriz en su ojo izquierdo, se acercó a sus labios un poco tímido, viendo como el bicolor cerraba aquellos ojos que tanto le gustaban y lo besó de la forma mas frágil que pudo, el beso duró unos pocos segundos, Todoroki lo tomó de la cintura queriendo encender mas aquello pero algo dentro suyo lo frenó, estaban en la escuela.

- Bakugou ya -le dijo y se lo sacó de encima lentamente, tratando de ser rápido pero no incomodar al chico -Estamos en la escuela, cualquiera podría oírnos -el rubio se rió.

- ¿No querrás decir vernos? -el bicolor se echó a reír -Ven, levántate -le dijo, se puso de pie y le extendió la mano.

- ¿A dónde quieres ir? -preguntó mientras estrechaba su mano y se levantaba del suelo.

- Vamos a mi habitación.

Una vez más estaban caminando con algún rumbo desviado, su andar ya no era simple, iban tambaleándose de lado a lado y por momentos debían ayudar al otro a que no se descompensara sobre sus rodillas, realmente el haberse levantado de repente les hacía entender que estaban borrachos, demasiado, pero los sentidos de Todoroki parecían resistir un poco más que los del rubio. Al llegar a los dormitorios notaron a los demás reunidos en la parte trasera, sentados en el césped, riendo y jugando, seguramente la mitad mas uno también estaban en las mismas condiciones, Mineta se había salido con la suya, pensó el bicolor e intentó que el explosivo no hiciera mucho ruido para que pudieran pasar desapercibidos y dar la vuelta para entrar al edificio por la parte frontal, de esa forma nadie los vería ingresar a los dormitorios, y así fue, pero la odisea de hacer que el rubio subiera escaleras contando que él también sufría de dichos efectos fue bastante graciosa, tanto que al llegar a la habitación de Bakugou aquella escena calurosa del campo de deportes empezó a desvanecerse, Todoroki no podía mantenerse de pie por lo que decidió tirarse en la cama después de empujar la puerta para que se cerrara, la imagen del rubio frente a él intentando quitarse la remera le fue de lo más cómico, tanto así que comenzó a reír, el otro hizo lo mismo.

- Maldición... No me puedo sacar la remera -se rió el rubio y fue hasta la cama para recostarse al lado de Todoroki totalmente abatido.

- Mejor quedemosnos así un rato hasta que se pase el efecto -terminó de decir el bicolor para que el otro diera  vuelta y lo viera.

- Sabes... Tengo algo que confesarte -el mitad y mitad giró la cabeza hacia él y lo vio intrigado.

- Haber... Dime.

- Yo... -hizo silencio, tragó saliva y luego continuó  -¿Recuerdas la pelea en la actividad del héroe y el villano?

- Sí -contestó firme y conciso.

- Perdí a propósito.

- ¿Qué? -el bicolor se sorprendió y levantó a medias la espalda de la cama para verlo, el otro desvió su atención de él.

- Me dejé ganar.

- ¿Enserio? ¿Por qué? -volvió a interrogar el chico hielo y fuego, el otro seguía esquivándole la mirada.

- Preferí... Perder y ganarme el castigo antes que decirte que realmente... -suspiró intentando ganarle a su orgullo -Hubiera elegido que tú me lo hicieras, sabes... Esos días había tenido sueños y... Bueno, entiendes -terminó de hablar y lo vio a los ojos, sus mejillas se habían ruborizado un poco.

- Maldición... -una vez más se dejó caer de espaldas al colchón, algo pensativo -Y yo que creí que te había vencido.

- ¡Seguro! -rió un poco el rubio, el otro lo miró -El día que tú me venzas el mundo se detendrá.

- No seas tan arrogante -se sonrió el bicolor y después se apagó de repente -Ya que estamos con esto de las confesiones... También tengo algo que confesarte.

- ¿Ah sí? ¿Qué? -dijo el rubio algo desinteresado, el bicolor se acomodó viendo a su lado.

- Le conté a mi madre toda la verdad.

- ¡¿Qué?! -Bakugou se levantó un poco asombrado y al mismo tiempo molesto -¿Me estás jodiendo?

- No. Necesitaba sacármelo de encima y...

- ¡¿Eres idiota o...?! -gritó.

- Tranquilo -se sonrió paciente y puso una mano sobre este intentando que volviera a acostarse -No sabe todo, solo le dije una cuarta parte, nada pasado de la línea.

- Maldito... -susurró y volvió a acomodarse en la cama -Ahora jamás podré ir a verla -al oír esto los ojos de Todoroki se abrieron asombrados.

- ¿Lo habías pensado?

- Sí, ¿Por qué no? Tú conoces a mis padres y... -giró su mirada a él y entonces notó sus ojos brillantes llenos de alegría, le encantaba esa expresión en su rostro, se notaba que estaba feliz, quería verlo de ese modo siempre, su corazón se precipitó, sus manos le temblaron, otra vez esa sensación en su estomago, y no era por culpa del alcohol, hizo una breve pausa y volvió a hablar -Quiero... Quiero hacer otra confesión.

La voz pareció temblarle en cada palabra de aquella ultima frase, Bakugou se giró por completo y se acomodó viéndolo un poco nervioso, el bicolor que lo miraba expectante no pudo evitar hacer lo mismo para poder verlo de frente, aunque algo confundido hizo silencio y aguardó a que el otro dijera algo, el rubio sintió dentro de su pecho como su pulso se aceleraba y su temperatura subía, respiró lentamente tratando de no equivocarse en nada, y entonces volvió a hablar.

- Antes de que entre en razón yo... Mira he pensado mucho en esto, y... Ahora me doy cuenta que... Que sí -dijo, suspiró y lo vio directo a los ojos -Creo.... Creo que te amo.

Una sensación extraña recorrió su cuerpo, un tumulto de emociones superpuestas se presentaron, había quedado totalmente anonadado, el furor en su corazón, el revoltijo de estomago, las cosquillas en las palmas de sus manos, esas insaciables ganas de reír, de llorar, de gritar, de creer que todo era un simple sueño, se sonrió sorprendido.

- Tú... ¿Esto es enserio? -logró articular emocionado, el rubio se sonrió.

- Sí -su sonrisa no se ocultó, ahora lo sabía, solo él podía hacerlo sonreír, solo él lograba hacerlo feliz -Te amo Shouto.

- Yo también -mencionó rápidamente y luego intentó controlar sus emociones, se tranquilizó y continuó -También te amo Bakugou -este se acercó a él un poco mas íntimo.

- No -pronunció antes de rozar sus labios -Katsuki, llámame por mi nombre.

- Te amo Katsuki -dijo, y lo besó.

Sus brazos se entrelazaron pegando sus cuerpos, sus sonrisas se escapaban entre los besos, la felicidad comenzó a iluminar la perspectiva de esos chicos que se transformarían en héroes, pero que como primer acto heroico habían logrado robar el corazón del otro y de esa forma salvarlo de alguna manera.
Todo el odio que Shouto había acumulado durante años no era nada comparado con el amor que tenía hacia el rubio, Katsuki se sentía liberado, el rencor que lo había marcado desde siempre se había ido, la amargura, la arrogancia, ya no era el mismo desde que el bicolor lo había desnudado, este al mismo tiempo se desconocía cada vez que sonreía, si aquello no era amor ¿Qué era?

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