Capitulo 16: Seamos amigos
Un toque brusco en su puerta hizo que se despertara a tiempo para evitar un desastre, "Todoroki ¿Estás despierto?" lo oyó hablar en la puerta, como si se hubiese pegado a ella mejor dicho, esa voz era de Kirishima, giró su mirada cansada intentando desperezarse para ir a atender al llamado de su compañero cuando el rubio explosivo que se encontraba durmiendo a su lado alzó la voz.
- ¡Maldito pelopin...! -una mano sobre su boca. El rubio se levantó sobresaltado y observó a Todoroki con la palma de la mano en sus labios.
- Shhh -pronunció para que este comprendiera -Recuerda que no estás en tu habitación Bakugou -dijo con voz baja, el otro respondió de igual modo.
- Maldita sea, que idiota, casi lo arruino.
- Quédate ahí en la cama, saldré a hablar con Kirishima -se puso de pie y se encaminó a la puerta, el rubio se cubrió con las sábanas y afinó el oído, el bicolor abrió la puerta para encontrarse con el pelirrojo del otro lado - ¿Kirishima? -preguntó haciéndose el sorprendido y fingiendo estar recién levantado, aunque lo estaba trató de parecer lo suficientemente creíble - ¿Qué sucede?
- Buenos días Todoroki -habló con una sonrisa -Nos estábamos yendo a estudiar pero... No he visto a Bakugou y... Creí que quizás...
- Crees que sé donde está.
- Sí, bueno... Supongo -esa conversación se tornaba un poco incómoda, Kirishima se estaba comportando extraño con él, desviaba mucho la mirada, un leve sonrojo sobre sus mejillas podía notarse, y no dejaba de tocarse el cuello algo nervioso ¿Por qué razón pretendía que él sabría la ubicación del rubio? Sea como sea algo debía decir, de lo contrario estaría alarmando a todos si nadie lo había visto desde el día anterior.
- Vino a verme anoche -los ojos del pelirrojo se abrieron llenos de asombro -Hablamos por lo de la pelea y quedamos bien, luego dijo algo de que hoy entrenaría temprano, pero... Después de ahí no sé mas nada.
- Oh... Bien... -el pelirrojo perdió su mirada en el suelo nuevamente -Al menos sé que no le pasó nada, ¿Podrías...? -una vez más la forma que estaba teniendo de tratarlo era extraña, ese no era el Kirishima de siempre, su sonrisa se había borrado de repente -¿Podrías decirle que quiero hablar con él? Sé que se verán hoy por lo del castigo así que...
- Entiendo. Le diré. -dijo de modo cortante pero intentando no lucir molesto, Kirishima le sonrió.
- Gracias Todoroki, y perdón si te desperté -dio media vuelta aún con su sonrisa plasmada en el rostro y se fue, Todoroki cerró la puerta y fue directo a sentarse en la cama.
- ¿Qué quería el perro? -Bakugou se asomó para verlo a los ojos, este aún se encontraba acostado, el bicolor lo vio sonriendo.
- ¿El perro?
- ¡No importa! Ya, no pude escuchar bien ¿Qué quería? -una vez más el rubio se asomó frente a él y se recostó a su lado.
- Kirishima... Solo quería saber de ti. Dónde estabas, si te había visto.
- Siempre preocupado por mí eh -se sonrió un poco, el mitad y mitad lo vio algo molesto -Idiota no te pongas celoso -le golpeó el brazo jugando.
- No hice nada -reprochó el bicolor riendo.
- La forma en la que me miras dice demasiado -Bakugou se puso de pie y fue a buscar su ropa, aquella que Todoroki le había quitado la noche anterior.
- Sabes... Ha estado actuando extraño desde ayer, ¿Crees que...?
- Kirishima es así, no le des mucha vuelta -habló el rubio totalmente despreocupado mientras caminaba hacia él con sus boxers puestos y colocándose su remera -Quizás se peleó con Mina, desde que se decidió a conquistarla después de la ultima actividad está así.
- Mmm... No lo sé -dijo antes de verlo dar media vuelta para tomar sus pantalones del suelo, se sonrió -Aaah Bakugou -mencionó orgásmico, se apresuró a tomarlo de la cintura y hacerlo retroceder hasta él, entonces apoyó su mejilla en las nalgas del rubio.
- ¡¿Q-qué haces bastardo?!
- No me puedes hacer esto, maldito -continuó refregándose en los glúteos del otro.
- ¡Suéltame, idiota mitad y mitad! -gritó y luego lo recordó, estaba en la habitación equivocada -No seas pesado, basta ya, suéltame.
- Eres muy rico -volvió a hablar para tomar la orilla de su boxer y bajarlo un poco contemplando su piel, entonces lo lamió, el rubio se sonrojó.
- ¡Suéltame, idiota! ¡Voy a volarte la cara!
- Solo un minuto Bakugou, vamos.
- ¡Déjame! ¡Cabrón de las mitades! ¡Ahora no!
En la soledad de los dormitorios solo sus voces podían oírse, o al menos los gritos que el rubio pegaba a cada rato, era una discusión un tanto divertida, al menos a comparación de las que habían tenido esos días, su forma de pelear ocultaba aquel sentimiento que continuaba creciendo cada día, las risas del bicolor por debajo de las amenazas del rubio lo hacían notorio, Bakugou quería deshacer la imagen que había dado de sí mismo, ese chico cariñoso y lindo no era él, pero no podía evitar ser de ese modo cuando se trataba de Todoroki.
Ambos salieron del lugar como acostumbraban, Shouto con su rostro serio y tranquilo de siempre, Katsuki con ese semblante molesto que traía todos los días, fueron hasta la oficina de Nezu y acataron sus trabajos del día, obviamente no sin antes recibir un leve reto por llegar tarde. Les habían encargado la limpieza total de los pupitres y el salón de los de tercer año, quienes se encontraban en una actividad por lo que restaba del día, fueron puntuales a la hora de levantar todos y cada uno de los papeles y pequeñas basurillas que se encontraban fuera del tacho de basura en la cafetería, también ayudaron a limpiar las mesas y colocar las sillas en sus lugares, terminaron en su edificio escolar trapeando los pisos y aspirando la alfombra, en todo este trayecto el rubio no había dicho absolutamente nada, y cuando Todoroki trató de hablarle "No hablo mientras trabajo, me distrae" dijo, y de ahí en mas no lo volvió a intentar.
Después del arduo trabajo ambos se dejaron caer sentados en el sillón, se dieron un pequeño respiro de haber andado de aquí allá desde las 7:00 am, el bicolor fue hasta la cocina y tomó una botella de agua, se acercó al rubio y levantó la misma frente a su rostro.
- ¿Quieres?
- ¡Dame! -dijo arrebatándole la botella de las manos, Todoroki se sonrió y volvió a sentarse a su lado.
- No creí que esto fuera tan agotador.
- Ni yo -dijo antes de volver a beber su agua.
- ¿Qué hora es? Los chicos deben llegar en cualquier momento -comentó el bicolor, Bakugou le pasó la botella de agua y se fundió mas en el sillón.
- No sé qué hora es, no sé cuando van a llegar, y no me importa en absoluto -cerró los ojos para relajarse.
- Pues debería, sino de ninguna manera me dejarías hacer esto -terminó de decir y le robó un beso rápido, Bakugou se levantó molesto.
- ¡Maldición! ¡Sabes lo que pasó la ultima vez que me bes...! -se quedó con las palabras en la boca y volteó hacia la puerta, esta continuaba cerrada -Ya hablamos de eso -continuó esta vez mas calmado, aún parado frente al sillón.
- Lo siento, pero estar todo el día contigo sin poder besarte me desespera -el rubio se sonrojó.
- No digas esas cosas ¿Quieres? -molesto, se llevó las manos a la cintura y evitó mirarlo.
- Lo siento.
- No te disculpes por todo -agregó algo irritado regalándole una mirada furtiva, Todoroki revoleó los ojos sonriendo.
- Dime qué puedo hacer y que no entonces.
- Tks... Que idiota eres -refunfuñó el rubio y se cruzó de brazos -¿Lo sabías?
- ¿Puedo contestarte?
- ¡Todoroki! -gritó Bakugou molesto dándose cuenta que el frío y caliente estaba bromeando con él.
- ¿Puedo respirar? -preguntó jocoso el bicolor, el rubio se sonrió.
- Basta, se acabó el juego -Shouto se levantó un segundo de su asiento y continuó.
- ¿Te tengo que hacer caso o...? -una vez más la sonrisa del explosivo volvía a aparecer, se acercó a él dos pasos y lo empujó al sillón.
- ¡Que ya basta estúpido mitad y mitad! -gritó riendo, Todoroki se rió también.
- ¿Puedo reírme al menos? -Bakugou se fue sobre él jugando, ambos rieron divertidos.
- ¡Eres un...! -mencionó el rubio antes de quedar congelado sobre el bicolor con los ojos puestos en la puerta, Todoroki fijó los suyos en lo mismo.
La puerta principal se había abierto, Iida se encontraba tenso con la mano sobre el picaporte, los demás se quedaron atónitos detrás de él, Midoriya tenía ambas manos en su boca, quizás era alguna emoción descolocada por volver a notarlos juntos y entender que el momento no era muy oportuno, rápidamente el rubio se separó de Shouto y se paró firme frente a estos.
- Sí, bueno... ¿Qué? -preguntó al aire con ese tono malhumorado e iracundo que siempre cargaba, Todoroki se quedó callado en el sillón, todos comenzaron a ingresar tratando de no hacer caso a lo que acababan de presenciar, Kirishima entró precipitado y fue hasta el rubio.
- ¡Bakugou! -se sonrió alegremente - ¿Dónde te habías metido? -la mirada de Todoroki cambió, los vio fijo a ambos mientras hablaban.
- Es verdad, desde ayer que no te vemos -exclamó Kaminari, el explosivo revoleó los ojos.
- Estaba castigado, idiotas, ¿También tenía que recordárselos? -continuó su camino a su habitación con el pelirrojo a sus espaldas, y siguiéndolos de cerca la mirada de Todoroki que no sabía cómo dejar de mirarlos, Midoriya se sentó a su lado.
- Hola Todoroki -se sonrió tierno - ¿Cómo estás hoy? -el bicolor se distrajo de su punto y captó la mirada del chico verde -Tengo aquí los resúmenes de hoy, y mis apuntes, por si quieres estudiar -Shouto se sonrió levemente, la excusa perfecta, pensó, y volteó hacia el rubio.
- ¡Bakugou! -lo llamó, el silencio fue tal que parecía que todos habían prestado su atención a estos, sobre todo a la reacción que el rubio tendría - ¿Quieres estudiar lo de la clase de hoy? -el rubio se lo quedó mirando un rato para después contestar.
- Sí -corto y sencillo, el bicolor se levantó del sillón, las voces de sus compañeros volvieron a resonar.
En lo que Todoroki cruzaba un par de palabras con Deku, seguramente de gratitud, aprovechó esos cinco segundos con él, desde lo de la actividad lo había visto raro, por su mente circulaban varias escenas y cosas que quizás le habían caído mal a su compañero, desde hacía rato notaba su indiferencia hacia él y todavía no lograba entender por qué, desde el día anterior se había quedado con las ganas de hablarle, sobre todo después de ese algo que necesitaba comentarle.
- Bakugou ¿Podemos hablar? -le dijo el pelirrojo antes de que Todoroki se acercase, el rubio lo miró y vio así mismo al bicolor, luego volvió su vista a él -Por favor -pidió con unos ojos de cachorro, el rubio giró sobre su eje.
- Todoroki, adelántate, voy a tu habitación luego -habló totalmente despreocupado, como si nada pasara, como el Bakugou de siempre.
Todoroki no pudo hacer más que asentir con la mirada y verlo partir con Kirishima hasta el fondo del pasillo, seguramente lo llevaría a su habitación, de verdad no quería hacerse una idea de que él podía estar celoso del pelirrojo pero... Así era, ese furor dentro de su cuerpo, ese mal estar, ese no se qué que le agarraba cuando lo veía a su lado, odiaba ese sentimiento, pero no podía salir corriendo a buscarlo.
Bakugou caminó con Kirishima a rastras hacia su habitación, se adentró en ella con el pelirrojo detrás y se sentó en la cama esperando a que el otro dijera algo, Kirishima continuó parado frente a este y notó que su cama estaba perfectamente tendida, demasiado, como si siquiera hubiese dormido allí, viendo que el rubio comenzaba a transformar su rostro a uno molesto decidió no pensar mas y preguntárselo de frente.
- Waw Bakugou -dijo sonriendo pero al mismo tiempo ocultando un nerviosismo extraño, el otro levantó una ceja con una cara de ingenuidad, el pelirrojo vio todo a su alrededor - Hiciste ejercicio, cumpliste con tu castigo y tuviste tiempo de arreglar tu habitación, eso... Es genial -se sonrió nuevamente, el rubio se ruborizó un poco.
- ¿No me crees capaz de hacer todo eso? Idiota
- No, no, yo solo digo que...
- Vamos al grano -se puso de pie yendo hacia el otro, este retrocedió un paso - ¿De qué querías hablar?
- Tú...
- Y por favor, trata de ser rápido y conciso, así como hice todo eso en la mañana quiero estudiar también, comer y poder dormir largo, asi que...
- ¿Estás molesto conmigo por algo? -los ojos de Bakugou lo vieron algo sorprendidos, Kirishima agachó la mirada viéndolo de reojo - Es que... siento que últimamente estamos bastante... distantes y... temo...
- No. ¿Por qué estaría molesto?
- Eso es lo que quisiera saber - volvió a hablar Kirishima con una cierta pena.
- No estoy enojado por nada, es verdad que estamos distanciados, pero... supongo que eso es normal ¿No? - el explosivo se oía bastante calmado a lo que él solía ser, su amigo levantó la vista - Acaso... ¿No estás tratando de conquistar a Mina? -el rostro de Kirishima se volvió rojo - De ser así tienes que pasar más tiempo con ella que conmigo, y sinceramente no me enojaría por eso.
- ¿Enserio? -preguntó con una sonrisita tierna, el rubio revoleó los ojos.
- Sí
- ¿En verdad? -volvió a preguntar el chico, Bakugou hizo exactamente el mismo gesto.
- Sí.
- Es que no quisiera hacer algo que te moleste...
- ¡No estoy molesto, maldición! -gritó cansado, Kirishima se cubrió los oídos y luego se sonrió, el rubio vio hacia otro lado molesto y con los brazos en la cintura.
- Está bien, está bien, sabes... Sabes que puedes contar conmigo para todo ¿Verdad? -una vez más sus ojos carmesí se fijaron en su amigo algo perplejos - Si... Si hay algo que quieras contarme, dímelo - ¿Qué estaba tratando de decirle? Fue entonces que notó aquello que Shouto le había dicho, su rostro, su forma de hablar, su actitud, era muy diferente a lo que solía ser Kirishima, confundido respondió.
- Lo sé.
La charla terminó de la misma forma de la que había iniciado, con un Bakugou silencioso y un Kirishima que no había saciado su sed por aquella misteriosa escena que había presenciado el día anterior, y es que si ellos creían que nadie los había oído discutir estaban terriblemente equivocados. Bakugou cerró la puerta de su habitación y se encaminó a la de Todoroki, Kirishima sin embargo se quedó observándolo partir con ese mal gusto de boca de saber que su mejor amigo no confiaba en él, ya que de más está decir que sabía que algo le estaba ocultando, igual así no lo obligaría a decirlo, simplemente aguantaría callando hasta que él decidiera que era el momento justo.
Con millones de pensamientos en su cabeza llegó a la habitación del mitad frío y mitad caliente, un escalofrío le recorrió la espada de solo estar parado allí, tener que ir a visitarlo a su habitación habiendo tantas personas viéndolo entrar allí le revolvía un poco las emociones, quizás... muy en el fondo... le excitaba el pensar que nadie imaginaba que en ese mismo momento quería acostarse con Shouto antes de estudiar, pero no podía hacer eso, debía adelantar tareas, lectura, hacer sus ejercicios, si quería seguir con su camino de convertirse en héroe tenía que dejar de lado un poco todo lo que le estaba pasando. Tocó la puerta y esperó a que el mitad y mitad le abriera, al hacerlo y encontrarse con su bello rostro y una sonrisa del otro lado su corazón bombeó fuertemente, su cuerpo tembló por un segundo y ese escalofrío volvió a recorrerlo entero, solo él sabía como cambiar su estado de uno tranquilo a otro realmente ansioso, pero todo volvió a la normalidad cuando lo escuchó saludándolo.
- ¡Hola Kacchan! -se sonrió el de cabello verde, sentado cómodamente sobre la cama de Shouto, con los libros abiertos y miles de hojas a su alrededor, Bakugou cambió su semblante a uno molesto, realmente molesto.
- ¡¿Qué diablos hace él aquí?! -se acercó desafiante a Todoroki, este lo vio extrañado.
- Midoriya se ofreció a pasarnos sus notas y contarnos que ocurrió en clases, Aizawa se lo prohibió pero...
- ¡No me importa! -gritó antes de dejarlo terminar, tomó a Deku de los hombros obligándolo a pararse y lo hizo caminar rápido hasta sacarlo de la habitación, cerrando de un portazo que hizo que incluso le volara el cabello al pobre chico verde. Una vez más se adentró al cuarto del mitad y mitad y se sentó con los brazos cruzados en el lugar ocupado por Deku anteriormente, Todoroki lo vio molesto.
- ¿Qué crees que haces? -se acercó a él, Bakugou se puso de pie enfrentándolo.
- ¡No! ¿Tú qué crees que haces?
Midoriya se encontraba aún parado en la puerta cuando Todoroki volvió a abrirla, y con una sonrisa avergonzada se presentó frente a él.
- Amm... Midoriya, ¿Nos disculpas... por un momento, por favor? -no alcanzó a responder cuando este rápidamente volvió a cerrar la puerta y un griterío se oyó desde adentro.
- ¡No pienso estudiar con él aquí!
- No empieces con eso Bakugou, él se ofreció a ayudarnos.
- ¡Si la ayuda viene de él prefiero no recibirla!
- Te estás comportando como un niño. Pídele perdón y deja de ser tan infantil.
- ¡No soy infantil!
Y así siguió por un buen rato. Midoriya se dio cuenta que si alguien pasaba y se quedaba unos segundos parado frente a la puerta podría oír claramente por qué peleaban, así que estuvo dispuesto a advertirles, asomó su mano a la puerta para tocar cuando esta volvió a abrirse, el mismo Todoroki avergonzado lo atendió.
- Lo lamento Midoriya -se sonrió dejando que este se adentrara a la habitación -Bakugou tiene algo que decirte.
- No voy a decirlo -gruñó molesto el rubio, el mitad y mitad lo vio.
- Bakugou, vamos, solo por ahora -los ojos de este vieron hacia otro lado realmente enojado, y comenzó a balbucear.
- Lo... Sien.... Tks maldición -terminó de decir para luego mirar a Deku -Basta, quédate, vamos a estudiar.
- ¡Sí! - se sonrió el chico de cabello verde.
Todoroki sabía que no lo diría así que prefirió dejarlo ahí, después de todo notaba que su esfuerzo por soportar a Deku en la misma habitación era demasiado, así que se acercó a ellos decidido a continuar con sus estudios.
Los días comenzaron a pasar rápido después de eso. Bakugou trató de aguantarse al nerd idiota esos tres días que duró el castigo, pero no era solo su presencia ahora lo que le molestaba de él, ni todo lo que se había planteado anteriormente, sino que ahora verlo cerca de Todoroki le hervía la sangre y le molestaba mas que cualquier cosa, al igual que este, el mismo Shouto también sentía parecido cuando se trataba del pelirrojo, Kirishima era muy cercano a Bakugou, y aquello no había cambiado en esos días, su lado izquierdo parecía controlar todas sus emociones cuando el rubio y él caminaban juntos, hablaban o incluso se miraban, no podía ser tan celoso, se retaba a sí mismo por aquello e intentaba tomárselo con calma pero... A veces era mas fuerte que él.
Del tema de Kirishima muy poco se había hablado, el rubio había decidido no decir nada tras ver su reacción y comportamiento extraño, ya que al día siguiente todo pareció volver a la normalidad, para no armar un drama de aquello prefirió no hablar más del asunto, aunque por momentos volvía a removerle la conciencia y picarle la curiosidad.
Esos tres días de castigo pasaron. Al volver encontraron que se embarcarían en un examen para obtener una licencia provisional y que todos sus compañeros ya estaban entrenándose para ello, ya que estaban a un mes exacto de dicho examen, al mismo tiempo se enteraron de la feria a beneficio que incluía a muchas escuelas de héroes del país, incluso a U.A, esta feria se estaría llevando a cabo en una semana y todos estaban invitados, sin ir mas lejos los exámenes escritos para mitad de año ya tenían fecha, las modificaciones de los trajes ya tenían que estar planeados, las notas de todos los antiguos trabajos se habían repartido, las nuevas reglas establecidas por los estudiantes en base a la seguridad de los dormitorios se habían debatido, los capítulos de los módulos que debían leer, las actividades a realizar, los puntos que debían atender con cuidado... ¡Eran demasiadas cosas! Aquel viernes, aquel día final de la semana, Bakugou se tomó la cabeza y se la dio reiteradas veces contra escritorio, con un Kirishima detrás de él tratando de tranquilizarlo, de saber qué tanto podían adelantarse en esos tres días, de saber que se perdería de tanto, jamás hubiera obligado a Todoroki a luchar contra él. En el fondo del salón, el mitad frío mitad caliente también estaba en la misma situación, suspiró largo mientras se enteraba de todo lo que debía hacer, Midoriya, Uraraka e Iida a su alrededor trataban de reponer sus sentimientos encontrados, pero la preocupación de este era tal que solo una persona podía distraerlo, y el poder verlo desde su asiento hacía que se relajara al menos un poco. Esa semana, antes de enterarse de todo aquello, sin dudas la había pasado bien, haciendo trabajo comunitario, leyendo por las tardes, y en las noches escabulléndose a la habitación del rubio explosivo que no dudaba en recibirlo con los brazos abiertos, mientras los demás le hablaban se puso a pensar en todas esas noches, infiltrándose en su habitación como un ladrón, un ladrón que venía a robarle la poca cordura que le quedaba al pobre Bakugou, lo volvía loco cada vez que se ponía a besuquearlo, a manosearlo, apretó las piernas, no era el momento de pensar en algo así, gracias a sus descuidos ahora estaban amarrados de pies y brazos, le regaló una sonrisa un poco forzada al chico de cabello verde antes de oír el timbre del receso y levantarse para salir, pero este lo interceptó a la salida.
- ¡Todoroki-kun! -el frío y caliente se volteó a verlo. Realmente esos últimos días se daba cuenta que, aunque sus compañeros no quisieran verlo de aquella manera, existían varios pequeños grupos dentro de su clase, dos de ellos lo separaban de Bakugou, eran como los Romeo y Julieta de la clase A, Midoriya y sus amigos siempre lo incluían en todo lo que hacían, mientras que el rubio tenía aquel grupito definido junto a Sero, Mina, Kaminari y el siempre atento Kirishima, se sonrió al ver a Midoriya buscándolo como siempre y del otro lado visualizar la silueta del explosivo rodeado de los suyos.
- ¿Qué sucede Midoriya?
- He notado que andas muy pensativo estos días -le platicó el chico, Todoroki lo vio atento -Por eso he decidido regalarte esto -dijo, y puso frente a él una pequeña libreta, el mitad y mitad la tomó confundido -Con esto... Querría pensar que he hecho todo lo que pude para que me perdones -terminó de hablar con un tono de voz bajo, Todoroki lo vio con sus ojos expectantes.
- ¿Perdonarte? ¿Por qué?
- He arruinado todo desde el comienzo, hablo de... -vio hacia ambos lados -...lo tuyo con Kacchan, no he dejado de arruinarlo y quería disculparme -agachó la cabeza, el otro se sonrió.
- No arruinaste nada, en absoluto -Deku levantó la mirada con una sonrisa -Y gracias por la libreta pero... ¿Para qué?
- Te lo dije, te noto muy pensativo últimamente y pensé que deberías tener una libreta donde escribir tus pensamientos -Todoroki se llevó una mano al mentón pensativo, luego asintió con la cabeza.
- Muchas gracias Midoriya -se sonrió, el otro lo vio de la misma forma -Comenzaré ahora mismo.
Había estado en el almuerzo junto a sus compañeros y con la libreta abierta, Midoriya le había hecho un regalo que quizás él jamás se habría preocupado en comprarse, no lo veía necesario, pero en cuanto comenzó a escribir las cosas cambiaron.
Se sentía liberador poder escribir todo aquello que le hacía eco en la cabeza, todos sus anhelos, todas sus preocupaciones, como si fuese un diario íntimo, incluso agendar esos pequeños pensamientos que había tenido durante el día.
Lo primero que escribió fue: "Bakugou luce hermoso cuando se molesta" y terminó de anotarlo con una sonrisa, viendo como el otro le gritaba al pelirrojo allá a lo lejos en otra mesa. Durante las clases continuó con sus memorias "Bakugou está aburrido, la charla de Aizawa sobre la feria de mañana lo tiene sin cuidado, me encanta observarlo pensar en silencio" y cuando el día de estudio terminó anotando "Bakugou me hace reir cuando se enfada por nada" se dio cuenta que todo en su libreta trataba de él, "mañana tendré algo que mostrarle a mi madre" se dijo, y guardó todas sus cosas.
Iban de salida cuando una voz familiar lo llamó "¡Idiota mitad y mitad!" se sonrió empedernido antes de voltear y verlo caminar en dirección a él muy tranquilo, aquello de ser amigos lo estaban llevando bastante bien, a todos le sorprendía que ellos, justo ellos, comenzaran a ser cercanos, pero después de verlos juntos por un tiempo, el hecho de que el rubio empezara a socializar un poco con todos, les caía a bastante bien a los de 1ro A, después de todo... Desde que él y Shouto eran amigos sus impulsos frenéticos y desquiciados ataques de ira iban disminuyendo.
- Bakugou ¿Qué haces? ¿Cómo estuvo tu día? -preguntó el frío y caliente, mientras ambos caminaban.
- Del asco, hay diez millones de cosas nuevas por aprender y mi cabeza no da para más, este fin de semana tendremos días largos y ocupados ¿No te parece? -habló con suma tranquilidad como para ser él mismo, el otro se sonrió, le encantaba que pudieran mantener una conversación de ese tipo.
- Es verdad, nunca creí que en tres días pudiéramos perdernos tanto.
- En fin... ¿Vas a ir? -preguntó sin dar mas vueltas, Shouto contestó rápido.
- ¿A dónde?
- ¿Cómo "a dónde"? La feria es mañana.
- Ahh sí, sí, la feria, lo olvidé -se sonrió avergonzado, luego agachó la cabeza volviendo a su semblante serio y calmo -No lo sé, no es obligatorio y... Quiero ir a ver a mi madre.
- Cierto, olvidé que los Sábados vas a verla.
- ¿Tú vas a ir?
- No lo sé -ambos se frenaron justo antes de salir del campus, Todoroki lo notó un poco nervioso -Si tú no vas... No creo.
- Pero Kirishima y los demás...
- Kirishima seguro perderá su tiempo con Mina, y Mineta convenció a Kaminari y Sero de probar un sake especial y repartirlo a la clase sin que nadie lo sepa.
- Waw, gracias por avisarme.
- No creo que me divierta con ellos haciendo esa tontería, quizás... -el rubio agachó la mirada -Solo me quede en casa a entrenar.
- No seas aburrido -Bakugou fijó su vista en él -Ve, acaso... ¿No eras tú el que dijo que no somos amiguitos que vamos a andar agarrados de las manos en la escuela?
- Sí... Veré que hago.
A lo lejos Todoroki pudo observar una cabeza roja acercándose, definitivamente el pelirrojo estaba entusiasmado en querer quitárselo todo el día, jamás lo dejaba solo como para que él también pudiera conversar con el rubio, suspiró en cuanto lo tuvo cerca.
- ¡Bakugou, Bakugou, Bakugoou!
- Creo que... Te llaman -dijo algo cansado.
- Bien... Te veo luego -terminó por decir antes de darse media vuelta y encontrarse con Kirishima, este pegó un salto antes de quedar cara a cara con el rubio.
- Bakugou, hay que arreglar para mañana, ¿Te dijo Kaminari? -fue lo último que escuchó de parte del pelirrojo, lo vio levantar la mano y saludarlo antes de marcharse acompañado del explosivo.
Todoroki lo observó caminar a su lado hasta perderse del campo de su visión, agachó la mirada y suspiró con un poco de tristeza, esa forma que tenían de ser el uno con el otro le agradaba, eran amigos así como él había querido pero... Siempre que debían despedirse una parte de él se iba con Bakugou, decidió dejar de pensar y caminar a su casa, una vez allá escribiría esos pensamientos en su libreta, tal como Midoriya se lo había dicho, quizás así lograba sacarse esas penas de adentro suyo.
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