Capitulo 12: Esa relación un tanto extraña

Era viernes, y tal como Deku lo había dicho, todos aprovechaban para volver a sus casas y estar con sus familias, y Bakugou no era la excepción.
Corrió por los pasillos tratando de ubicarlo, pero nada, salió al campo de deportes a ver si se encontraba allí, pero nada, entonces siguió su camino hasta su casa, estaba por darse por vencido cuando allá a lo lejos pudo entrever una cabeza rubia ceniza y despeinada que se alejaba de la multitud de gente para dirigirse a un camino en particular, camino que él también debía tomar.
A toda velocidad corrió detrás de él y le gritó "¡Kacchan!" pero el otro no se dio por aludido, una vez más lo llamó en voz alta mientras corría hacia él "¡Kacchan, espera!" el rubio se giró sabiendo a quien se encontraría siguiéndolo, pero ni modo, continuó su caminata incluso cuando ya lo había visto, una vez más el chico lo llamó antes de llegar a su encuentro "Kacchan" el rubio se frenó y dejó escapar un suspiro frustrante.

- ¡Maldito nerd! Si no dejé de caminar quiere decir que te oí pero no tengo ganas ni de verte ni de hablarte -le dijo de forma ruda, colocó sus manos en sus bolsillos y siguió caminando.

- Espera Kacchan, tengo que hablarte de algo importante -le siguió el paso al rubio que no dejaba de caminar.

- Sí, sí... No me interesa -el rubio continuó su camino sin siquiera mirarlo.

- Es... Sobre Todoroki -los ojos del explosivo se abrieron sorprendido, sus pasos se detuvieron de a poco.

- ¿Qué tiene que ver ese idiota conmigo? -preguntó haciéndose el desentendido.

- Yo... -tragó saliva. En su charla con el bicolor no tenía previsto que Bakugou estaría esperando que le contestase con esa cara de asesino serial, el rubio estaba tratando de no explotar antes de tiempo, una vez más Deku trató de hablar pero falló en el intento -Es que...

- ¿Sí? Estoy esperando -colocó las manos en su cintura el otro mientras lo observaba, el de cabello verde se hizo para atrás y lo soltó.

- Vi como te besó... -la cara del rubio se transformó -... En la puerta de tu habitación.

Midoriya arrugó el rostro y alzó las manos para defenderse pero el rubio había quedado perplejo, incluso siquiera estaba poniéndole los ojos encima, era como si estuviese viendo a la nada.

- Ammm... Kacchan... -rápidamente el rubio reaccionó y lo tomó de la ropa llevándolo hasta él.

- ¡¡NO VAYAS A DECIR UNA PALABRA O...!!

- ¡No! ¡Lo sé, lo sé, lo sé! Se lo prometí a Todoroki también... -las manos de Bakugou se abrieron y dejaron caer al chico.

- ¿Cómo que él lo... Sabía? -Una vez más el rubio quedó pensativo.

- No, no, no, no fue su culpa -Deku se puso de pie e intentó calmar al otro -Yo los vi, fue sin querer, pero te juro que...

- ¡Por tu bien no vas a hablar! -lo fulminó con la mirada - O me encargaré de hacerte cenizas -gruñó antes de salir caminando hacia el lado contrario, Midoriya lo siguió.

- ¡Kacchan espera! -el de cabello verde posó sus manos en el pecho del otro tratando de pararlo pero este lo tiró al suelo de un empujón -¡Kacchan, no te enojes con él!

- ¡Déjame! -gritó - ¡Si sabe lo que le conviene se va a ocultar antes de que llegue a su casa y lo haga volar en pedazos! -volvió a gritar para alejarse, el otro se puso de pie.

- ¡Espera! Es que tú... Acaso... ¿No lo quieres? -Bakugou volteó al instante y se acercó a él desafiante.

- ¡DEJA DE METERTE EN MIS ASUNTOS! -el rubio se alejó enojado.

- Pero Kacchan...

- ¡No abras la maldita boca, estúpido Deku, y lárgate!

Fue lo ultimo que dijo, quería reaccionar y hacer algo, se suponía que Todoroki era su amigo y él solo intentaba ayudarlo pero Kacchan logró sobrepasarlo, jamás lo había visto tan molesto, y eso que siempre estaba molesto con él, sacudió su cabeza y corrió para seguirlo y entre más corría mas pensaba que quizás esta vez eran asuntos de... ¿Pareja? O algo así, había metido la pata hasta el fondo y quería tener la oportunidad para remediar lo que había hecho, esto de guardar silencio y mantener secretos no era para él, demasiado tenía con el One For All, y ya se le había ido la lengua una vez, fue el momento exacto en el que recordó a Uraraka y como le había dicho que a veces debía dejar de meterse donde no lo necesitaban, su paso desaceleró y quedó parado en la vereda viendo hacia donde Bakugou había desaparecido, quizás ella tenía razón.

Mientras tanto en la casa de los Todoroki, Shouto estaba en su cuarto caminando en círculos, no podía esperar más, sabía que Bakugou lo llamaría en algún momento, sea como sea que Midoriya le hubiera dicho las cosas sabía que ardería en furia, y también sabía que el chico de cabello verde no iba a poder con su amabilidad e intentaría de alguna forma ayudarlo, por eso era que lo había dejado ayudarlo, pero no había sido muy buena idea. Alguien tocó la puerta insistentemente esa tarde, Fuyumi, la hermana mayor de Shouto, se asomó algo preocupada ¿Quién podría tocar  de ese modo tan grosero? Al volver a escuchar la puerta decidió ir a abrir pero esta vez Shouto se asomó desde su habitación ¿Podría Bakugou llegar tan lejos al punto de ir hasta su casa a buscarlo? No, no podía, dio medio vuelta, y entonces oyó "¿Shouto está?" esa voz, era él definitivamente, en cuanto volvió a la puerta de entrada se encontró con una escena bastante mala.

- ¡No! ¿Qué hace? No puede pasar así -Fuyumi fue empujada hacia el interior de la casa por un Bakugou totalmente fuera de sí - ¡Shouto! - lo llamó su hermana, sabía que era uno de sus compañeros pero igual así le había causado un gran susto.

- ¡Bakugou, para! ¿Qué haces aquí? -se acercó el bicolor para finalmente enfrentarlo, el rubio lo vio con unos ojos carmesí llenos de ira.

- ¡Eres un estúpido! -gritó con sus ojos puestos en él, fue el momento en el que Shouto asumió que no mentía con eso de matarlo -Maldito mitad y mitad bastardo -dijo mientras irrumpía caminando y haciendo chasquidos con su mano.

- B-bakugou no puedes irrumpir con los zapatos puestos en la casa de alguien -fue lo primero que atinó a decir, su hermana le había cedido el paso y se encontraba arrinconada en una esquina.

- Maldito. Acordamos que nadie lo sabría -continuó caminando en dirección a Shouto, ahora con sus dos manos explotando y una mirada acechadora, el bicolor comenzó a retroceder.

- Noo... Bakugou, no -trató de calmarlo cuando se percató que los pequeños chispazos se convirtieron en mini explosiones.

- Sabía que no podía confiar en ti ¡Cabrón de las mitades! - entonces una explosión que voló un par de arreglos de flores en una caña de bambú que se destrozó en mil pedazos.

- ¡Hey, para, en mi casa no Bakugou! ¡¿Estás loco?! -gritó Shouto molesto, y entonces lo recordó, tenían que salir de ahí ya.

- ¡Eres un maldito mentiroso, bastardo, idiota! -comenzó a atacarlo haciendo volar todo en su camino, el bicolor seguía retrocediendo y cubriéndose.

- ¡Basta Bakugou! ¡Mi padre está en casa, mi padre está en casa! -gritó ahora mas desesperado pero el otro continuó atacándolo.

- ¡No me importa, te mataré!

- ¡¿Qué demonios sucede aquí?! -la voz del héroe numero dos intimidó el ambiente, Bakugou se volteó a verlo - ¡¿Quién es ese?! -preguntó al aire tratando de ver entre el humo de quién se trataba.

Shouto no tuvo mejor idea que aprovechar el momento, mientras estaba distraído impactó con su hielo el cuerpo de Bakugou hasta afuera de su casa y lo revoleó en la calle, al salir de su hogar Todoroki pudo verlo en el suelo, poniéndose de pie y con su postura diciéndole que aquello que inició no terminaría ahí.

- ¡¿Eres idiota?! ¿Por qué hiciste eso? -gritó el bicolor, esta vez se veía realmente enojado, no tenía idea de que pudiera llegar a tanto.

- ¡Tú eres el idiota! ¿En qué habíamos quedado? Maldita sea... ¡Le dijiste al imbécil de Deku!

- Yo no le dije nada a Midoriya, él nos vio...

- ¡Te advertí que pasaría! -entonces volvió a atacarlo.

Shouto no tuvo opción, una vez más estaban peleando por nada, golpe tras golpe logró al menos llevarlo a un lugar menos concurrido para que su furia pudiera desatarse sin lastimar a nadie, sin destrozar nada, pero lo destrozaría a él si no llegaban a un acuerdo rápido, como aquel día intentó tomar sus manos e inhabilitarlas con su hielo pero una vez hecho el trabajo Bakugou lo rompió como si nada.

- ¡Ya, detente!

- ¿Sorprendido? No me dejaré atrapar dos veces con el mismo truco -caminó hasta él.

- No vamos a terminar como en esa maldita actividad, no otra vez Bakugou.

- ...Eres un idiota... -masculló  entre dientes.

- Vamos, no tiene que ser así... -se acercó unos pasos a su contrario con sus manos levantadas, tratando que este viera que no pensaba atacarlo.

- ¡Aléjate de mí! -el rubio sostuvo su mano de frente a la cara de Shouto, amenazándolo con pequeñas chispas.

- Bakugou, vamos a hablar

- No hay nada de que hablar, olvídate de mí, olvídate de lo que hicimos ¡Y olvídate de esas dos malditas semanas!

Terminó de gritarle en la cara y se alejó de ahí lo mas rápido que pudo "¡Bakugou!" lo llamó Todoroki y atinó a seguirlo pero fue en vano, el rubio caminó a pasos acelerados sin mirar hacia atrás hasta perderse en la tarde que se hacía noche.
Resignado caminó a paso lento nuevamente a su casa, al llegar visualizó una gran multitud de gente, su padre y su hermana estaban afuera, al parecer los vecinos habían llamado a los bomberos y a la policía.

- ¡¿Quién era el idiota que vino a verte Shouto?! -gritó su padre enojado, mientras seguía hablando con los policías, Shouto pasó de largo y se sentó en la vereda, colocó su cabeza entre sus manos y se mantuvo allí algo agobiado, su hermana, que lo vio pasar con ese aire cansado y triste, fue hacia él.

- Shouto... ¿Qué pasó? -preguntó mientras se sentaba a su lado.

- Estaba enojado -dijo, aún con su cabeza gacha -¿Cómo supo donde vivo? -habló para sí mismo.

- Deberías... Ir a hablar con él... Es tu amigo ¿No?

- En eso estamos, es decir... -Shouto suspiró, era imposible que su hermana le entendiera si no le contaba la verdad, pero no podía hacerlo -Comenzamos a ser amigos hace poco, pero su carácter es difícil.

- Pues bien, deberías hablar con él, sobre todo por lo que pasó, papá está furioso -se levantó y le tocó el cabello antes de dirigirse hacia su padre.

Después de salir huyendo y perderlo se dio cuenta que había quedado mal, demasiado mal, llegar a casa de Todoroki y hacer todo ese alboroto... No se veía nada bien, quizás tendría problemas. Caminó en silencio tratando de escuchar sus pensamientos hasta llegar a su casa, "Estúpido deku" fue lo primero que dijo para sí mismo, su vida estaba arruinada, seguramente el idiota correría la voz, lo conocía demasiado y sabía de algún modo que Deku no era ese tipo de persona, pero sí era muy torpe, se le iba a escapar alguna mirada, algún comentario, cualquier cosa, e iba a terminar arruinando toda su existencia, nadie tenía que saber de aquello que había pasado entre él y Todoroki, mucho menos los detalles, era muy humillante para su autoestima que lo conocieran como el chico gay, porque era claramente lo que dirían de él, nadie se pondría a preguntar si solo había sido un desliz, para su orgullo era peor, demasiado tenía con que lo reconocieran en la calle como el chico raptado, que dolor de huevos, cada vez que alguien lograba reconocerle por alguna de esas veces revoleaba los ojos y trataba con todo su ser evitar hacer algo estúpido, no quería imaginarse cuando alguien lo reconociera por ser gay.... ¡Un momento! Él no era gay, sí, había tenido relaciones con Todoroki pero eso no significaba que lo sea... ¿O sí? ¿En qué estaba pensando? Debía hallar la forma de terminar con todo esto, nunca debió dar el brazo a torcer.
Con aquellos pensamientos desatinados logró llegar a su destino y entrar en su casa con un rostro decaído. No había pasado mas de media hora, eran casi las 21:00, su madre estaba terminando de cocinar, eran un poco tardíos a la hora de cenar, su padre se encontraba sentado en sus cosas, papeles y papeles, entonces escuchó a su madre llamándolo "¡Katsuki! ¡Alguien está a la puerta! ¡Fíjate!" gritoneó, el rubio dio un fuerte suspiro y sin decir nada fue hasta la puerta, no tenía ánimos incluso para contestarle a su madre y enredarse en una batalla campal de gritos, pero al abrir la puerta y encontrárselo allí su rostro cambió.

- ¿Qué diablos haces aquí mitad y mitad?

- Hola Bakugou -lo saludó algo apenado el bicolor, el rubio se cruzó de brazos y se recostó en el marco de la puerta.

- ¿Qué quieres?

- Por favor, quiero disculparme contigo, esto no debió pasar y es enteramente mi culpa -Todoroki se oía realmente arrepentido, pero bastante de más, como si realmente hubiese hecho algo malo, el rubio lo miró ingenuamente.

- Lo que te dije era verdad, olvídate de mí, que el idiota de Deku sepa lo que pasó...

- Midoriya no sabe lo que pasó, solo... Nos vio besándonos...

- ¡No! ¡Corrección, te vio besando...! -rápidamente hizo silencio, se golpeó la cara a sí mismo y viró la vista hacia atrás - Maldición, habla bajo imbécil

- Pero si eres tú el que está gritando...

- ¡Ya cállate! -Todoroki se acercó a él un poco intimo, el rubio se sonrojo un poco pero no dejó su postura.

- Sabes que no quieres esto.

- No. La verdad que no. -dio un paso hacia atrás molesto -Iba a ir a buscarte para que vayamos a tu casa, ¿Sabes? Quería que comamos juntos y... -bajó un poco el tono de su voz pispeando hacia adentro -Y quería acostarme contigo, pero se te ocurrió decirle a Deku...

- Otra vez con eso. Él nos vio, no fue mi culpa, sabes como es él, no va a decir nada -levantó un poco la voz el bicolor, el otro le apartó la vista enojado -Por favor Bakugou, olvídate de eso y...

- Permiso

De la nada la puerta se abrió de par en par sorprendiendo al rubio por detrás, su padre vio al rubio y luego a Todoroki.

- Hola, buenas noches -la mano del hombre se puso en medio, Todoroki lo vio y la estrechó saludándolo -Soy el padre de Katsuki, encantado -el rubio revoleó los ojos molesto -Hijo, dice tu mamá que ya está la comida, ¿Se va a quedar a comer tu amigo?

- No.

- Sí.

Ambos se miraron, un pequeño gesto de parte del rubio lo fulminó de repente, pero no podía dejar pasar aquella oportunidad para tratar de redimirse.

- Si me invitan me quedo -se sonrió Todoroki como un niño bueno -Con su permiso señor Bakugou -el padre del rubio se sonrió gratamente, el chico era muy educado.

- ¡De acuerdo, entra! -gritó el rubio y lo empujó hacia adentro para terminar con la tortura.

Al adentrarse en la casa Todoroki no pudo evitar echar un vistazo de todo, sus hogares eran realmente muy diferentes entre sí, mientras la casa de su familia era bastante tradicional la de Bakugou parecía ser mas moderna, colores claros por doquier, la sala amplia bien iluminada, la madre del rubio viró hacia ellos.

- Katsuki -se sonrió - ¿Quién es tu amigo?

- Qué te importa -de repente un golpe justo en la nuca - ¡¿Qué te pasa?!

- ¡Te estoy hablando! ¡Soy tu madre, no puedes hablarme así!

- Vieja... ¡No me golpees! -otro golpe por parte de su madre no se hizo esperar.

- ¡No te atrevas a llamarme así!

El rostro de Todoroki quedó atónito, su madre era igual a él, mientras ellos se gritoneaban el padre del rubio terminaba de poner la mesa como si no pasara nada, no podía evitar verlos y pensar en su madre, incluso en su padre, de gritarle de esa forma lo hubiesen matado en cualquier momento. La mujer volvió a golpear al chico para que este se calmara y fuera directo a él con toda su rabia contenida.

- Él es Todoroki Shouto, es un compañero de la escuela y es el hijo de Endeavor ¿Listo? ¡¿Contenta?!

- No era necesario -una mirada aterradora se fundió en Katsuki para luego transformarse en una sonrisa encantadora y ver a Todoroki -Hola, encantada  Bakugou Mitsuki -se presentó la mujer.

- El gusto es mío -se sonrió el bicolor.

- Siéntate, siéntate que ya estoy sirviendo.

Y con aquella invitación el frío y caliente se sentó a comer en la mesa de la familia Bakugou. No podía creerlo, estaba sentado a la mesa con aquella familia tan extraña, el padre del rubio era bastante ajeno a cada una de las peleas que se formaban a cada rato en la mesa, la madre de Katsuki era igual a él, gritaba y se molestaba con su hijo por mínimas cosas, el chico no podía con su mal genio y le contestaba, se gritaban y luego como si nada volvían a cenar tranquilos, viendo como el hombre no se inmutaba para nada comenzó a ver las pequeñas peleas de forma cómica, sonreía y apreciaba en silencio aquel carácter iracundo que el rubio tenía, a pesar de ello ambos eran muy amables, también su madre, sonreía a menudo y siempre le ofrecía alguna que otra cosa, pan, otro plato, café, té, y así.
Al terminar la cena la madre del rubio le preguntó si se quedaría a dormir, iba a decirle que no podía, demasiado había sido caer a la casa Bakugou sin ser invitado, pero el rubio lo interrumpió "Sí, se va a quedar" un poco sorprendido atinó a sonreírse y aceptar que la mujer pusiera en sus manos sabanas y una almohada, Katsuki tenía un colchón para invitados en su habitación, así que no habría ningún problema, en cuanto la mujer se fue, se quedaron solos para retomar aquella charla.

- Lo siento -se disculpó el rubio para sorpresa del bicolor -No quise enojarme tanto pero...

- Está bien, no digas nada -dijo mientras se sentaba en el borde de la cama del otro - Midoriya no va a hablar, será el único que sabrá de esto...

- ¿Qué es esto? -preguntó mientras se acercaba a él - ¿Qué somos?

- ¿Hablas... De nuestra relación?

- Me planteé mucho mi sexualidad después de esto ¿Sabes? No soy homosexual.

- Ni yo... -dijo para correr su mirada y perderla en algún otro lado -Pero considerando los hechos...

- ¡No! ¿Considerando los hechos? ¡Fue un experimento!

- Bakugou, ¿Un experimento?

- Sí, fue una vez -los ojos de Todoroki lo vieron con ingenuidad, arqueó una ceja esperando que continuara, ¿Enserio quería mentirle a él? -Bueno, una vez, dos veces, veinte veces ¿Cual es la diferencia?

- La diferencia está en que no quieres parar con esto, ni yo.

- ¿Cómo crees? -se cruzó de brazos molesto apartando su mirada de él.

- Hoy apenas me dijiste que querías acostarte conmigo -las mejillas del rubio se tiñeron, últimamente todo lo que el mitad y mitad hacía lo ponían de esa forma, Todoroki se levantó de donde estaba sentado y se acercó a él - No te mientas más, yo también quiero...

La puerta se abrió de repente, el impulso fue tal que se separaron lo más rápido que habían podido, como si se repelieran, la madre de Bakugou irrumpió en la habitación.

- Chicos, traje algunas frazadas por las dudas tuvieran...

- ¡Maldición, vieja! ¡¿Por qué diablos no tocas la puerta...?! -y un golpe certero en la nuca otra vez.

- ¡¿Por qué diablos tienes que llamarme así?! -le gritó al rubio y luego volvió su vista al bicolor - Aquí tienes -se sonrió.

- Gracias señora Bakugou.

- Él no las necesita mamá, maldición, tiene un quirk de fuego -refunfuñó este para que su madre le diera otro sarpazo -¡Aah! ¡¿Por qué haces eso?!

- ¡Para que aprendas a ser educado! -la mujer se encaminó a la puerta -Buenas noches -se sonrió antes de cerrar la puerta. El rubio fue hasta esta y le dio un giro a la llave.

- ¿Qué haces? -preguntó el otro intrigado, pero realmente sabía que significado tenía la llave en la puerta. Bakugou fue hasta él, quien todavía se encontraba sentado en la cama, y colocó sus brazos alrededor de su cuello acercando sus cuerpos, el bicolor se abrazó de su cintura y lo vio a los ojos.

- No puedo Todoroki -dejó escapar como si ya no tuviera fuerzas para retener lo que sentía -Tengo ganas de estar contigo, hagamoslo.

- ¿Enserio? ¿En tu casa?

- ¡Maldición! -se quejó el rubio cabeceando hacia atrás -Te digo que lo hagamos y vas a preguntar pendejadas -Todoroki se rió, una vez mas el silencio volvió a acomodar el ambiente -No voy a hacer ruido, lo juro.

- En ese caso... Hagamoslo, no tienes idea de cuanto quiero acostarme contigo.

Terminó de decir para besarlo en los labios, Bakugou lo estrechó contra él dejándose llevar por el suave toque de su mitad y mitad, ya a estas alturas ambos sentían aquello que los estaba moviendo a hacer cosas locas, pero ninguno de los dos lo diría, si había algo que tenían en común era ese miedo de que el otro no fuera a corresponderle, pero sus cuerpos parecían hablar con mas sinceridad.

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