Cinco: Entrometida
¿Quitarle el novio a una chica es divertido? Me preguntaba yo mientras veía la imagen del capítulo 6.
Una chica de unos cabellos negros largos tenía un leve sonrojo de sus mejillas hasta sus orejas –y sus rojos oídos eran lo que permitían ver si estaba sonrojada o no–. Se encontraba de espaldas, con una blusa de color blanco y era abrazada por un chico de cabellos también negros, piel medianamente tostada y un traje digno de un cosplayer profesional, al igual que su hermano menor Lysandro.
Resumiendo toda esa descripción, Sucrette estaba abrazando –y prácticamente quitándole– al novio de su compañera de clases Rosalya, Leigh.
O bueno, nuestra compañera, teniendo en cuenta que estamos en el mismo instituto.
—Y luego ustedes me dicen que no interfiera. Mira lo que hace.— Miriam se encuentra viendo la escena junto conmigo. Ella está con sus ojos abiertos como platos mientras que yo tengo una expresión indiferente. Ya he visto muchísimo como muchas se pasan de listas y quieren quitarle el novio.
La verdad, lo hagan o no me da igual, pero a los demás no tanto exactamente.
—¿De qué cuenta sacaste esa imagen?— Miriam bien sabía que la Sucrette de la partida en la que vivimos actualmente no es así. Sonrío divertida, ante su deseo de recibir una respuesta diferente de la que espera.
—Si te lo dijera, ya no sería un secreto, ni mucho menos divertido, ¿no crees Miriam?— me mira molesta.
—Estamos hablando de mi mejor amiga Lily. Dame esa información.— otra vez con lo mismo. ¿No puede entenderlo de una buena vez?
—¿Mejor amiga? Leigh es hombre, te lo recuerdo.
—¡Hablo de Rosalya, estúpida pelirroja!— mis ojos azules solo se ponen en blanco para luego largar un suspiro que lo único que consigue en ella es hacerle bajar la cabeza. —Ella es mi mejor amiga...
—Lamento decirle señorita que eso es erróneo.— su mirada llena de enfado hace que tiemble un poco, haciéndome cerrar la imagen. Pero claramente, no demuestro mi miedo. —Bueno, bueno, tú ganas.— me levanto del suelo dejando ver mi conjunto, que consta de un vestido azul que me llega hasta tres dedos por encima de las rodillas con el final de la falda y las mangas en verde. Mi calzado es un par de unas zapatillas Nike color negro con gris, y mi cabello pelirrojo recae sobre mi espalda –y algunos mechones sobre mis hombros– con una pequeña coleta formada atrás de mi cabeza, que deja el resto del cabello suelto. No tengo flequillo alguno.
El cabello lo “““heredé””” –entre comillas infinitas– de mi “madre”, mientras que mis ojos ““son debido”” a que un familiar de mi “padre” los tiene de ese color.
Miriam por otro lado eligió ser una chica igual a esta Sucrette, de ojos azules y cabello negro largo.
Nunca entendí por qué un día dijo “Tomaré el aspecto que elija el jugador o jugadora”, pero yo no soy nadie –literalmente– para juzgarla.
—¿Entonces? ¿Al final la ayudó verdad?— mi amiga sigue preocupada por su “mejor amiga” Rosalya, a lo que yo solo doy un suspiro cansada de que me haya estado preguntando lo mismo desde la mañana.
—Sí la ayudó, y Leigh y Rosalya volvieron.— me ato las agujetas de mis zapatillas mientras espero su respuesta, que no tarda en llegar. —Esto es solo una repetición, ¿feliz?
—¡Por supuesto! Si no, yo iba a- — la callo simplemente mirándola. ¿Hacer algo? Sí, claro. Solo si el principal contendiente –el jugador– así lo quiere.
—¿Sabes? Todos somos hipócritas de alguna u otra manera. Afectamos negativamente a alguien de una u otra manera. Solo pensamos en nosotros mismos de alguna o u otra manera. Nadie se salva del egoísmo.— mis palabras buscan hacerle saber lo que pienso de verdad, mientras me apoyo en unos casilleros azules cercanos a la escalera. Mi pose cambia a una relajada con los brazos cruzados y mi pierna derecha doblada para que el pie de esta se apoye en las taquillas. Mi expresión es una divertida y sonriente. —Ambas sabemos que tú intervienes, ¿no es así? Que tú te entrometes cuando las cosas no salen como quieres.— Miriam solo me mira indiferente y respetando un espacio razonable entre nosotras. —¿No es así, repetición?
Fue una mentira no saber por qué eligió ser como la protagonista. Eso lo pude descubrir más adelante. Eligió eso debido a que ella es la repetición –tanto historia como libre– y es ella quien juega las repeticiones de los episodios.
Me mira antes de rodar los iris junto a las pupilas. Su flequillo en forma de M es idéntico al de la protagonista. Sus ojos azules muestran la misma inocencia que la de ella. Y su expresión simplemente me hace mirarla de una manera divertida.
—¿Y cómo se sintió, ya sabes...— me mira sin entender a dónde quiero llegar ni por qué de repente cambiamos de tema. —quitarle el novio a tu mejor amiga?— termino de decir observando delante mío un holograma con la foto del capítulo 6 donde Sucrette le quita el novio a Rosalya. Donde Miriam le quita el novio a Rosalya. Donde la repetición le quita el novio a su mejor amiga.
Su mirada fulminante junto con la mía indiferente se cruzan. Ella es una de las pocas excepciones a las que se les permite interferir.
Reviso los PA entrando en la cuenta de esta persona. Parece haber gastado muchos en esta repetición. Por otro lado, el dinero recién gastado en un conjunto evita que tenga suficiente para el siguiente episodio... pero no es como si eso importara.
—A veces pienso que eres una mujer muy entrometida.
—No tanto como tú, doble de riesgo.— y me voy a la biblioteca sin importarme demasiado el horario de clases, puesto que no cometo ningún delito si falto, a diferencia del pelirrojo hombre –y mucho menos me importa que el capítulo esté terminando y me esté envolviendo en ceros y unos–. —Ese siempre es una buena fuente de dinero.— saco una foto de él jugando baloncesto –una muy rara– para apreciarla un momento. Aguanto lanzar una carcajada al pensar que las chicas se matan por alguien así. ¿Qué le verán? Tal vez les interesen los chicos malos. Tomo de mis bolsillos una gran cantidad de dinero que gané con la anterior. Rosa me pagaría mucho por tener fotos así para vender.
El lenguaje binario termina de envolverme, y me lleva a mi espacio en negro en donde coloqué mi habitación.
Al parecer el jugador hará un maratón luego de comprar dólares y PA. Bueno, al menos eso significa que dejará de hacerme convertir en números con mucha frecuencia.
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