22° Otra vez a la batalla

Ni bien Saori se entero que la catástrofe fue causada por Poseidon, estuvo mas que dispuesta y decidida a acabar con el, asimismo, las palabras de la amazona la motivaron, por lo que a primera hora salio del santuario, sola, con Nike en una mano y una enorme capa cubriéndola para no ser descubierta, tomo la primera carreta que salio de Rodorio y se fue hasta la costa, pues había estudiado en que lugares estaban las entradas ocultas hacia el templo de Poseidon, y la entrada mas cercana era por costas griegas, la cual, fue la ruta que tomo.

Solo los dioses sabrán como rayos le hizo la fémina para llegar hasta abajo ilesa, sana y salva, sin ningún rasguño, solo con el vestido algo húmedo al igual que sus cabellos. Camino hasta llegar a uno de los pilares, donde fue gratamente recibida por un impacto de cosmos que le rozo la mejilla y fue a estamparse contra una columna a su lado, agrietandola, y sacandole un susto a la chica.

-Quien eres?! Que asuntos tienes aquí?!- Dijo una voz masculina, fuerte e imponente

-Vengo a ver a Poseidon.- Declaro la joven con voz firme y sin titubear, aunque por dentro sentía algo de nervios.

-Cualquiera que no este autorizado no podrá pasar, ahora retírate, o tendré que sacarte por la fuerza.- Dijo aquel joven mientras se acercaba a ella, dejando ver que portaba una armadura de color azul, brillante y hermosa, con detalles en color dorado y plateado.

-No me iré, no hasta que vea a Poseidon.- Dijo ella, firme y sin intenciones de retroceder.

-Niña! Quien te crees que eres para exigir eso!.- Exclamo aquel joven mientras tomaba la muñeca de la deidad, dispuesto a obligarla a irse, fue entonces que ella bajo la capucha que la cubría, revelando su rostro, y con ello su identidad, asimismo, elevo un poco de su cosmos de una manera imponente, dejando ver quien era ella en realidad, a su vez, Nike destello, en resonancia con el cosmos de Athena, mientras su mirada se volvía cada vez mas fuerte e imponente, tal cual como una deidad.

-Q-Que es este cosmos?!- Exclamo el joven.

-Llévame ante poseidon ahora mismo, te lo ordeno.- Dijo la diosa mientras mantenía una mirada seria, firme e intimidante, por lo que al joven no le quedo mas remedio que conducirla hasta el templo de Poseidon, donde, al llegar, se abrieron las puertas de golpe, revelando a la diosa, quien lucia imponente.

-Poseidon!- Exclamo la diosa

-Saori... no, Athena, mucho tiempo sin vernos, no crees? Aunque, nos vimos antes de que mandara el castigo a una de las playas del país de esa chiquilla.-

-Por que lo hiciste?! Responde!-

-Para que escarmentaran, para que vieran que conmigo no se deben de meter, y tus perros falderos? Donde están? No me dirás que viniste sola, bella Saori.-

-Cállate!- Exclamo furiosa. -Ellos no tenían la culpa! Eran, no, son personas inocentes! Por que matarlos?-

-Por que son vidas inservibles Athena, la humanidad debería desaparecer, tu, has sido demasiado influenciada por los humanos, ya no eres digna de tener el control en la tierra, y prefiero ser yo quien la domine a mi hermano Hades.- 

-Estas equivocado, si esa es tu decisión, acabar con los humanos y sumergir al mundo bajo el agua, entones yo te detendré, así este sola.-

-Me gusta tu determinación Athena, sin embargo de nada te servirá, ahora mismo, perecerás, lastima, aunque, si quieres salvarte, hay una forma, reconsidera la opción de casarte conmigo, se mi esposa, así, y solo así te perdonare la vida.-

-Y por que crees que querría salvarme si la humanidad perece?-

-Tonta e ingenua Athena, tu ingenuidad te llevara a la perdición, en ese caso, muere junto con tu preciada humanidad.- 

Tras decir esto, Julian, tomo el tridente de Poseidon y lanzo una descarga eléctrica hacia Athena, sin embargo, ella, con ayuda de su báculo, logro cubrirse del ataque, utilizando su técnica del muro protector, similar al muro de cristal, posterior a esto, la joven corrió hacia el frente, lanzando un rayo de luz del báculo, la cual, el recipiente de Poseidon apenas y logro esquivar, aun así, este ataque logro agrietar significativamente una columna del templo, dejando impresionado al joven, quien entendió el porque le creyeron que ella era una diosa.

-Formidable técnica, he de decirlo, aun así, no me explico por que viniste tu sola, y peor aun, sin tu armadura.-

-Eso no es de tu incumbencia.- Respondió molesta y se lanzo hacia Julian, dispuesta a golpearlo con su báculo, aunque este bloqueo el golpe con su tridente, comenzando una batalla de fuerza entre ambos dioses, la cual finalizo con el choque de sus cosmos mandándolos varios metros hacia atrás, y, aunque Saori quedo de pie y Julian si se metió un santísimo trancazo en la espalda, la pelea se vio interrumpida en cuanto llegaron varios generales marina con la intención de proteger a Poseidon, los cuales, tomaron desprevenida a Saori por la espalda, haciendo que cayera, posteriormente, Thetis, le propino algunos golpes que, al final, dejaron inconsciente a la menor, mientras esto ocurría, otros fueron a auxiliar a un aturdido Julian, quien, al ver a Saori inconsciente, ordeno que la llevaran al soporte principal de los siete mares, el pilar central, pues la usaría de soporte para que los cimientos de este fueran eternos.

Por otro lado, el santuario se había despertado y se había vuelto un caos, pues Athena no estaba, y nadie sabia a donde había ido, por lo que todos estaban histéricos, buscando a los alrededores del santuario, Los cinco caballeros de bronce junto con Alejandra y June se reunieron.

-En verdad no saben a donde se metió Saori?!- Pregunto Seiya preocupado

-No, en cuanto despertamos ella ya no estaba, ni siquiera los guardias se dieron cuenta si salio, nadie sabe a donde pudo haber ido.- Respondió June igual de preocupada.

-Hay que calmarnos y tratar de pensar a donde se metió.- Dijo Shiryu, intentando aliviar la situación.

La morena solo se alejo un poco del grupo, y, tras pensarlo un poco, recordó algo importante, sus propias palabras sobre que si era necesario, iría sola a partirle la madre a Poseidon, entonces todo encajo.

-Se fue con Poseidon.- Dijo la chica, llamando la atención de sus compañeros.

-Que?!- Exclamaron 

-Como lo sabes?! Te dijo algo?!- Pregunto Hyoga

-No, es solo que es lo mas lógico, no? Ayer se me salio decir que si era necesario yo sola iría a rajarle la madre a Poseidon, quizás se baso en ello y se fue sola.-

-Tu crees?- Pregunto Shun. -Ella no haría algo tan descabellado.- 

-Es verdad, pero es lo único que se me ocurre en este preciso instante.-

-Chicos!- Exclamo Shoko llegando a trompicones. -La encontraron! El señor Mu y el patriarca la encontraron, esta en el templo de Poseidon bajo el mar!-

-Ya ven, odio decirlo, se los dije.-

-Bruja, auch!-Dijo Seiya, y seguido, un sape le cayo en la cabeza

-Entonces, ya sabemos donde esta, vamonos, que estamos esperando?!- Dijo La joven rubia, recibiendo el apoyo de los demás.

-Iré a avisarle a Shaka y a papa que nosotros iremos, Shoko, tu quédate con Athanasiou y Fuyumi, cualquier cosa les avisamos.- Dijo la castaña y corrió a avisarle al patriarca, a su hija y a su amado, quien la despidió con una palmada en la cabeza y la promesa de que tendrían una cita en cuanto ella volviera. 

Sin mas dilación, los siete jóvenes partieron a buscar la entrada, aunque no tenían idea de donde estaba, sin embargo, alguien si sabia, y llego a ayudarles.

-A este paso Athena morirá.- Dijo la fría voz bajando por las rocas que cubrían la entrada a las ruinas del templo de poseidon en la tierra.

-Tu eres...- Musito Seiya

-La llamada hija de Camus...- Completo Shiryu

-Fuyumi!- Exclamo Hyoga acercándose a la enmascarada

-Fuyumi-San, que esta haciendo aquí?- Pregunto la castaña

-Estaba casi segura de que no sabían donde estaba la entrada al templo de Poseidon, por eso vine.

-Usted la conoce?- Pregunto June

-Si, para bien o para mal, se cual es, la mas cercana esta aquí, aunque hay otras, siganme, los llevare.-

Los jóvenes asintieron y siguieron a la mayor, quien, por alguna razón, caminaba tratando de alejarse del agua del mar, ella los condujo hasta la prisión en Cabo Sunion, y se paro en una roca lo suficientemente alejada del agua del mar.

-Bien, este es el punto máximo al que puedo guiarlos, de lo contrario no podre volver jamas.-

-A que te refieres?- Pregunto Seiya

-No tiene importancia... Ven esas rocas de ahí? Naden hasta ellas, una vez en ese punto, tomen, usen esto, les permitirá acceder.- Dijo mientras lanzaba hacia ellos unos pequeños caracoles marinos, los cuales, al entrar en contacto con el cosmos de los jóvenes, adquirieron el color de estos. -No los pierdan, pues de lo contrario no podrán regresar.

-Pero, que hay de Saori? Ella no tiene uno de estos, o si?- Pregunto Shun 

-No lo necesita, ella es una diosa, así que estará bien sin ellos, ahora vayan, pronto comenzara a llover nuevamente, y la vida de todos en la tierra correrá peligro, buena suerte.-

-No vendrás?- Pregunto Ikki esta vez

-No, como ya dije, si entro al mar jamas podre regresar... A menos que...-

-A menos que?- Pregunto Hyoga

-No, nada, olvidenlo, váyanse ya, no hay tiempo.-

-De acuerdo, gracias.- Dijo Seiya mientras se comenzaba a meter al mar, seguido de Shiryu, Hyoga, Shun, June e Ikki, dejando a la mexicana hasta el ultimo, quien, tras tomar aire, se metió de a poco en el mar, hasta el punto en el que tuvo que tomar aire y comenzar a nadar hasta la roca que se le indico, una vez ahí, los caracoles de todos resonaron y una especie de vórtice se abrió bajo ellos, jalándolos hasta el fondo del mar, donde cayeron aturdidos y  uno encima del otro, golpeándose múltiples partes del cuerpo, por su parte, la peliazul solo se quedo viéndolos sobre de esa roca alta donde a penas y una que otra gota salpicaba.

-Los dejaste ir solos?-

-Sabes que no puedo entrar, la maldición me mataría si lo hiciera.-

-O quizás solo te condenaría, vamonos, ya empieza a lloviznar, confiemos en que los caballeros de bronce podrán con esto.-

-Si, vamonos, no quiero permanecer cerca de este maldito lugar...-

-Si, vamos, haré alguna bebida caliente cuando lleguemos a la cabaña.- Dijo la peliverde

Si...- Respondió la de tez pálida caminando con rumbo al santuario, aunque volteo de nuevo a ver el mar por unos segundos. 

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Por parte de los jóvenes caballeros, estos se estaban levantando aturdidos, Ale, quien había caído encima de Hyoga, fue empujada por este, mientras que se quejaban por los recientes golpes, aunque tuvieron que poner mas atención a su entorno en cuanto escucharon una femenina risa, a lo que todos voltearon, entonces vieron como un objeto de armadura con forma de sirena estaba puesto sobre una roca, posteriormente, este se dividió y cubrió el cuerpo de una mujer, quien, al revelarse, se mostró portando la armadura mientras sus dorados rizos caían por su espalda y sobre sus hombros.

-Quien eres?!- Exigió saber el pegaso 

-Yo? No debería presentarse primero quien acaba de llegar? Son intrusos después de todo.- Respondió en un tono de diversión para ella, mientras que recibía la mirada hostil de los caballeros y las dos amazonas.

-Somos caballeros de Athena, estamos aquí para buscar a nuestra diosa, sabemos que vino sola hasta aquí, ademas, tenemos que hablar con Poseidon, por lo que debemos ir con el.- Respondió la mayor de forma seria.

-Ummm, bueno, los llevare.- 

-Que?! En serio?!-

-Así es, siganme.- Dijo la rubia comenzando a caminar.

Los jóvenes se miraron entre si, confundidos, y, tras hacerse señas de que ninguno tenia la mas mínima idea de lo que estaba ocurriendo, comenzaron a seguirla, a exepcion de Ikki, quien tomo otro rumbo, recibiendo una silenciosa mentada de madre de la mayor.

La de armadura rosa saltaba, caminaba y se alejaba cada vez mas de ellos, mientras que le seguían el paso como podían, pronto la perdieron de vista en un arrecife de coral, y entonces escucharon su voz.

-¿Han escuchado hablar sobre las sirenas que hechizan a los hombres con su voz?- Resonó la voz de la chica entre los corales, mientras los jóvenes se detenian y buscaban de donde provenía la melodiosa y misteriosa voz de la rubia

-¡¿Donde estas?!- Exigió saber el pegaso, solo obtuvo una risa como respuesta,  hasta que la sirena nuevamente habló.

-Se que dije que los llevaría con mi señor, mentí, lo siento, ahora, han caído en mi trampa.- Canturreo 

Los varones se vieron entre sí, y se dieron cuenta de como el coral los estaba cubriendo por completo, exclamaron horrorizados, aunque una pregunta salio de los labios de Shun.

-¡¿Donde están las chicas?! ¡¿Y mi hermano?!-




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