capítulo 8: Enfermedad

Ya han pasado tres meses desde la visita a los Abad, y desde que Roby trabaja en "M&E", las amigas están trabajando en una línea de ropa para niñas y claro sus hijas son las modelos…pero el trabajo es demandante, la pequeña Amelie está acostumbrada a las pasarelas de su madre y a ser su modelo, es el debut de la niña clarisa pero está actuando como toda una profesional…sin embargo desde hace días hay una anomalía con la pequeña castaña

—Debes decirle a tu mamá Ame—pidió la rubia a lado de la niña

—No Clary, voy a estar bien—dijo la pequeña de ojos azules

—Si no hablas con ella, yo le diré que te sientes mal, no es normal que te canses tanto y que te duelan los huesos

—Ya te dije que voy a estar bien…no pasa nada—agrego la niña poniéndose de pie

—Pero llevas días sintiéndote mal…

—Voy a estar bien, ya no te preocupes

La pequeña rubia torció la boca preocupada por su amiga

En la casa de la abuela

—Mi niña porque no comes—pregunto su abuela preocupada

—No tengo hambre abuelita—se quejo la niña—Me duele el estomago-dijo con cara de agonía

—Pero mi pequeña—exclamó—Estas pálida y los labios los tienes blancos, voy a decirle a tu mamá que te lleve al medico

—No abuelita, no quiero preocuparla—suplico la niña

—Pero es que solo ve como estas

—No abue…—trató de decir la niña pero al tratar de ponerse de pie callo de boca al suelo

—¡Amelie!—gritó horrorizada su abuela con el teléfono en la mano

Llamo al hospital y pidió una ambulancia, llego tan rápido como le fue posible y fue trasladada al hospital Clernops

En el hospital

-—Maca…hija—hablo la mujer llorando

Mama ¿Qué tienes? ¿Está todo bien? ¿Dónde está Amelie?

—Amelie está en el hospital

¿Cómo que en el hospital? ¿Qué le pasa a mi hija?—gritaba exaltada la castaña desde su teléfono

—No se hija, estaba pálida y sin apetito…y luego se desmayo, yo no supe qué hacer pedí una ambulancia y ya la están atendiendo

¿Dónde está mi hija?

—Estamos en Clernscop—fue lo último que pronuncio la mujer antes de que su llamada fuera cortada

Unos minutos no sabe cuántos exactamente la castaña apareció seguida de Carlos con lágrimas en los ojos

—¿Dónde está mi hija?...Exijo saber cómo esta

—No sé, el doctor no sale, las enfermeras no me dicen nada—chilló desesperada—No sé que hacer

La castaña se acerco a la recepción

—Señorita soy Maca Evans, mi hija está aquí se llama Amelie Evans…por favor dígame como esta

—Lo siento señora pero no puedo darle esa información—se disculpo la enfermera-—El doctor saldrá en unos minutos y el hablara con ustedes, espere un poco por favor

—¿Cómo me pide que espere, cuando mi hija es la que está ahí adentro?—grito exasperada

—Yo entiendo cómo se siente, pero comprenda que no está a mi alcance

—Ven Maca, la señorita tiene razón—le dijo el ojiverde sujetándola de los hombros y llevándola donde su madre

—¿Cómo me pide eso, cuando no sé cómo esta mi hija?—lloró abrazando al castaño de ojos verdes

Los minutos muchos o pocos se hicieron eternos, la castaña caminaba de un lado a otro limpiando sus lágrimas de preocupación, algo en su corazón de madre le decía que no serían buenas noticias

—Familiares de Amelie Evans—habló por fin un doctor

—Yo soy su madre-respondió la castaña—¿Cómo esta mi hija?-suplico ella

—Acompáñeme por favor—pidió el doctor abriéndole paso y llevándola a su consultorio, caminaron por el pasillo y cerraron la puerta

—¿Qué tiene mi hija? Dígame que está bien

—Señora Evans como médicos lo único que queremos es dar buenas noticias, pero en este caso no es así—la castaña empezó a llorar—Su hija presentó un cuadro muy agudo y severo de anemia y por no haberle dado tratamiento desencadeno poco a poco la leucosis o leucemia como solemos llamarle

—¿Leucemia? ¿Cómo? ¿Por qué?

—La leucemia es una enfermedad que afecta a los tejidos encargados de fabricar la sangre haciéndolos producir una mayor cantidad de glóbulos blancos haciéndola inservible

—Mi hija…mi hija ¿se ve a morir?—lloro con dolor

—Por ahora estamos haciéndole trasfusiones sanguíneas para normalizar sus niveles de glóbulos rojos, pero debido a que la niña tiene un tipo de sangre muy peculiar las reservas que tenemos de su mismo tipo son pocas, si algún familiar de la niña tiene el mismo tipo de sangre que ella sería útil un donador

—Pero pensé que mi hija tendría mi tipo sanguíneo

—Muchos papás piensan lo mismo, pero 2 de cada 10 niños llegan a tener el tipo de sangre del papá y los 8 restantes de la madre… ¿usted qué tipo de sangre es?

—O positivo

—Su hija es B negativo supongo que es la tipología sanguínea de su padre—vio a la castaña asentir

—¿Su padre es el señor que estaba afuera?

—No…

—Busque al padre de su hija y dígale lo que está pasando necesitamos al donante lo más pronto posible

—¿Y cuanto tiempo puede estar con trasfusiones mi hija doctor?

—El tiempo es incierto, aunque con lo avanzada que esta la medicina ahora para tratar este padecimientos se hacen trasplantes de medula ósea, para lo cual forzosamente necesitamos un donante que sea compatible con la niña o el niño

—¿Y yo puedo ser la donante?—preguntó con esperanza

—En algunos casos la madre resulta ser compatible, pero en la gran mayoría se recomienda que sea un hermano

—Mi hija es la única

—Entonces el padre, quizá tenga más probabilidades por ser del mismo tipo sanguíneo de la niña, pero no perdemos nada si usted se hace el examen de compatibilidad

—Si, me lo hare ahora mismo si usted así lo quiere, lo que sea por salvar a mi pequeña

—Necesito que usted este en ayunas completamente así que la espero mañana a las 8 de la mañana para tomar sus muestras

—¿Y con ese trasplante mi hija se salva?

—Si tenemos éxito, claro que si señora

—Haga lo que sea pero no deje que mi hija se muera—suplico la castaña con dolor

—Le prometo que haremos hasta lo imposible por salvar a su hija, los niños apenas empiezan la vida y deben disfrutarla

—¿Puedo ver a mi hija?

—Pero solo a través del cristal, está dormida de todos modos no podrá hablar con usted

La castaña salió del consultorio hecha pedazos camino donde el doctor le indico y se paro frente al cristal que le separaba de su hija, la vio ahí pálida como un cuerpo sin vida conectada a tantos aparatos, con lágrimas en los ojos desesperada

—Yo te jure que te iba a proteger y te falle hijita mía y mira donde has venido a parar, pero vamos a salir de aquí muy pronto mi cielo, te lo aseguro—dijo ella firmemente alejándose de ahí y yendo a la sala de espera

—¿Qué paso?

—¿Qué te dijo el doctor?

La castaña se arrojo a los brazos de Carlos hecha pedazos, llorando fuertemente

—Mi hija tiene cáncer en la sangre… y si no encuentro un donante se me va a morir—lloro con dolor

La abuela de la pequeña se quedo helada y Carlos también solo abrazó con fuerza a la ojiverde

—Yo puedo donar lo que sea

—No Carlos tu tipo de sangre no es compatible con el de Amelie, ahora necesito encontrar a alguien con el mismo tipo de sangre que mi hija…tipo de sangre que por desgracia solo tiene su padre—limpio sus lágrimas

—¿No hay otra cosa que se pueda hacer?—preguntó su madre

—Un trasplante de medula ósea pero tengo que hacerme unos exámenes de compatibilidad si salen positivos puedo ser yo la donante…pero si no

—¿Si no?

—si no, no sé qué hare…el doctor dice que generalmente los donadores suelen ser los hermanos, pero Amelie no tiene hermanos y que como Amelie tiene el tipo sanguíneo de su padre si yo no soy compatible puede que su padre si lo sea

—¿Vas a decirle a Santiago que es el padre de tu hija?—preguntó su madre

—No se mamá—las lagrimas salieron nuevamente—pero por mi hija soy capaz de cualquier cosa

La castaña se quedo en el hospital toda la tarde y noche, esperando el día siguiente para sus análisis, no le importaba nada más que salvar a su hija sin su pequeña ya nada de su vida valía. Sentada en el sofá incomodo de la sala de espera miraba el reloj pasar hasta que las 8 por fin marcó la manecilla del reloj, se dirigió al consultorio del doctor donde una enfermera le aguardaba

—Buenos días, yo le tomare sus muestras, por favor tome asiento

—Gracias

La enfermera la preparo, y entonces metió la aguja sacando una toma de sangre, puso un algodón en el punto donde saco la aguja

—Disculpe ¿en qué tiempo entregan resultados?

—Puede pasar a recogerlos al laboratorio de aquí abajo en 2 horas como máximo, de verdad le deseo que sea compatible con su hija señora—dijo tratando de animarla y salió con las muestras hacia el laboratorio

Los minutos pasaron lentos, fue a la cafetería a tomar un poco de café y a pensar a solas

—¿Ya te tomaron las muestras?—preguntó una voz masculina que reconocería donde fuera

—Si, en 1 hora pasare  ver si ya están los resultados—dijo sin ganas

—Todo estará bien

—Nada deseo más que ser compatible para ser su donante

—Y si no lo fueras ¿le dirás a su padre la verdad?—preguntó con tristeza

—No se Carlos…

—Yo pienso que deberías decírselo, después de todo es su derecho y el puede ayudar a salvar a tu hija…su hija—menciono con tristeza aguda lo ultimo

La castaña dio un sorbo a su café y espero paciente la hora para ir a buscar los resultados finales, bajo al laboratorio, hizo fila ya que otros estaban esperando sus resultados también cuando por fin llego su turno

—¿Nombre?

—Maca Evans

—Aquí tiene—le dijo entregándole un sobre azul

La castaña lo tomo, avanzo de ahí y se fue a una esquina abrió el sobre saco los resultados, sus ojos se cristalizaron…

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