Capítulo 4: El pasado
—Amelie Evans en qué demonios pensaste en el momento de salir corriendo de esa manera—le regaño su madre con severidad
—Lo lamento
—¿Lo lamentas?, sabes que hubiese pasado si ese señor no frena a tiempo… ¿lo sabes?—la niña negó con la cabeza baja—Dime una razón convincente para no castigarte por lo que hiciste
—Salve un gatito— respondió con la mirada llena de esperanza mostrando al minino que se había acomodado dentro de su abrigo
—¿Todo esto por un gato?
—Es muy lindo ¿puedo quedármelo?—pregunto con ilusión
—No…
—Pero mamá…
_Eh dicho que no, y cuando yo digo que no es no—dijo segura la mujer
En el hotel
—¿Cómo pude dejar que me convencieras de traer a esa bola de pelos con nosotros?—se reprochaba la castaña mientras subían en el elevador
—Pero mamá, es muy lindo y no tiene un hogar, nosotros podemos dárselo
—¿Viste como nos miro el tipo de la recepción? Si tu animal hace algún destrozo ¿sabes quién pagara por ello?
—¿Tu?—preguntó
—Pero por supuesto que yo no, lo pagaran entre tú y ese alcahuete de Carlos.
—Pero si yo no hice nada —exclamó con prisa el hombre detrás de ellas
—Tu estuviste de acuerdo en que conservara a ese animal, eres su cómplice y tan culpable como ella si ese animal hace algún destrozo
—Pero él se portara bien…lo prometo—dijo su hija mirando a su madre con cara angelical
—No funcionara esta vez Amelie—le advirtió abriendo la puerta de su habitación y entrando seguida de su hija, el gato y Carlos
—Oh vamos no tienes tan mal corazón como para dejar desamparado a ese pobre gatito, quien mejor que tu hija para cuidar de el—decía el hombre de cabello castaño
—Mira, ya no me hables…mejor vete a dormir que mañana tenemos que levantarnos temprano para ir a ver las dichosas oficinas esas que dices—exclamo la castaña
—Si señora—dijo el ojiverde despidiéndose de manera militar—Buenas noches a las dos
—Buenas noches—respondieron madre e hija mientras el hombre salía cerrando la puerta por detrás
—Usted señorita también, póngase la pijama y métase a dormir que ya es tarde y tenemos que estar listas a primera hora—le hablo a su hija
—Ya voy-respondió ella dejando a su nuevo amiguito en la cama y buscando en su maleta su pijama
Una vez listas para dormir cada una se metió en su cama.
El pequeño gatito blanco ya seco maulló y ronroneo a su nueva dueña.
—Ven aquí copito—dijo con dulzura la niña alzando la cobija y metiendo al gato
—¿Copito? ¿Enserio?—pregunto su madre
—Su nombre real es copo de nieve…pero copito es de cariño—sonrió la pequeña
—Bueno a dormir Amelie y copito
El gatito maullo como si hubiese entendido la indicación y se acurrucó a lado de su dueña cayendo en profundo sueño.
—Dulces sueños tesoro—susurró la castaña antes de apagar la luz
Al día siguiente siendo las 9:30 de la mañana en las quizá futuras instalaciones de la firma "M&E" en Londres, los inversionistas arribaban…entre ellos un castañp de ojos azules …director de una de las casas de bolsa más importantes de Londres había sido invitado a participar en aquel ambicioso proyecto. Lo estaba haciendo porque su ex jefe se lo había pedido, la idea no le entusiasmaba del todo…al menos no hasta ahora, el no sabía que su opinión estaría por cambiar
—¿A qué hora acordaste la cita?—le preguntó una castaña a su acompañante
—A las 10 de la mañana, pero ya sabes por buena educación debemos estar antes
—Mamá…esas reuniones me aburren puedo quedarme a jugar aquí abajo—pregunto la niña
—Está bien hija, pero solo un rato…te quiero ver cerca ¿está bien?
—Si mamá
—Estaremos en el tercer nivel hasta el fondo—aclaro Carlos
Los adultos se fueron alejando dejando a la niña en las áreas verdes de ese edificio. La pequeña daba de vueltas como remolino con los brazos extendidos sin fijarse en que a prisa llegaba un hombre que choco con ella tumbándola al pasto
—Auch—se quejo la niña
—¡Esta no es área para jugar!—regaño el hombre sacudiendo su traje y recogiendo sus papeles
—Uy que amable, gracias por ayudarme a levantar—comento con sarcasmo la niña incorporándose
Esa voz, inconfundible la misma voz de la niña de la noche anterior a la que casi atropella
—¿Tu de nuevo?—exclamó con sorpresa
—Yo que…
—Tú eres la niña loca que salió corriendo de la nada por salvar a un gato
_Oiga, yo no soy ninguna loca—repelo la niña
_Pues mal educada si eres—comentó con desagrado el ojiazul—¿Qué tus padres no te han educado correctamente?
—¿Quién se ha creído usted para venir y cuestionar mi alta educación?—le gritó poniendo sus manos en la cintura y arrugando la nariz
Ese gesto, le hizo imaginarse delante de él, a su castaña de ojos verdes haciendo el mismo gesto cuando se enfadaba, la manera de pararse, la forma de colocar las manos y esa nariz arrugada como ella solía hacerlo, de pronto la imagen de la niña desapareció y pudo ver reflejada la imagen de la castaña de ojos verdes a quien tanto amaba
—Señor—gritó la niña para sacarlo de su trance—Señor ¿está bien?—le exclamó clavando sus ojos azules en los del hombre
—Eh—dijo el volviendo del trance— Si, estoy…estoy bien—noto como la niña no despegaba su mirada de sus ojos—¿Tengo algo en el rostro?
—No, solo sus ojos
—¿Qué tienen?
—Nada, son lindos…tiene bonitos ojos señor…
—Gracias y tú…—hizo una pausa prestándole atención a la mirada de la niña, tan profunda y penetrante como la suya— Tú también tienes lindos ojos—afirmó el castaña poniéndose a su altura y mirándole fijamente
—Gracias, son herencia de mi padre—le comentó la niña
—Debe ser un hombre muy afortunado_ aseguro—Bueno ya es la segunda vez que me topo contigo, no esperare la tercera para conocer tu nombre…dime ¿tu quien eres? ¿Cómo te llamas?
—Oh, mi nombre es Amelie…
—¿Amelie?
—Si, Amelie Ev…—estaba diciendo la pequeña pero fue interrumpida
—Señor Achaga— exclamaron desde la planta alta—Lo estamos esperando y no podemos iniciar sin usted
—Si enseguida voy—grito desde abajo el hombre
—¿Te llamas Achaga?—preguntó curiosa e inocente la niña
—Ese es mi apellido, mi nombre es Santiago, Santiago Achaga y fue un placer conocerte pequeña—extendió su mano a manera de saludo
—Igualmente—acepto el saludo la niña
—Ahora, discúlpame, pero ya oíste que me están esperando
—Yo también estoy esperando…
—¿A si? ¿A quién?
—Mi mamá está en una junta de negocios y estoy esperando a que termine yo no estoy allí porque me aburren esas cosas—suspiro
—Ojala que tu mami salga pronto
—Lo dudo, acaba de entrar…pero espero que se agilicen esas cosas—dijo con esperanza
—Está bien, trata de no chochar más con la gente…
—Lo intentare…suerte en su reunión-le—sonrió la niña
—Gracias—dijo con calma como si la sonrisa de la niña le hubiese dado paz
En la sala de juntas del edificio
—Señores, yo no tengo tiempo para estarlo perdiendo con ustedes—se quejo la castaña poniendo los puños sobre la mesa—Mi tiempo es oro
—Lo sabemos señora Evans, discúlpenos…el inversionista que esperamos ya está aquí…
—La puntualidad es una cualidad que no solo admiro de la gente, sino que también exijo para quienes trabajan conmigo…y esta no es una buena primera impresión señores—advirtió la ojiverde
—Ya viene subiendo—aseguró un hombre al fondo
—Por su bien, que así sea—dijo poniéndose de pie y dándoles la espalda un momento
—Disculpen mi demora—hablo un hombre entrando a la sala
—Ya era hora de que apareciera, ¿Qué piensa usted que yo tengo todo el tiempo del mundo para estarlo esperando?—exclamó furiosa dándose vuelta para conocer al impuntual
Cuando las miradas de ambos se cruzaron, se quedaron helados y boquiabiertos.
Santiago no podía creer lo que veía, delante de el tenía a su princesa de ojos verdes, 10 años había tenido que esperar para tenerla ahí tan cerca pero a la vez tan lejos. Estaba más bella de lo que recordaba.
Por su parte Maca, si porque lo quisiera o no seguía siendo Macarena, sintió como las piernas le temblaron al verlo parado en el umbral de la puerta, no había duda era Santiago Achaga…esos ojos azules eran inconfundibles. Los años habían transcurrido pero seguía siendo el mismo.
—¿Señora Evans se encuentra bien?—preguntó un hombre a la castaña aun atónita
—¿Maca?—le hablo el castaño a la mujer
—Perdón, por favor a lo que venimos—dijo sentándose y recuperando el aliento
—¿Estás bien?—susurró el hombre a su lado
_No, quiero salir de aquí tan rápido como pueda…apresura esto —ordeno la castaña sin quitar la vista del ojiazul al otro lado
_Señores muchos de ustedes sabrán para lo que están aquí…nosotros somos los dueños y creadores de la agencia de moda y firma comercial "M&E" famosa en América y Asia…nosotros tenemos plan de expandir nos mundialmente y ahora queremos conquistar territorio europeo…no hay mejor manera que empezar desde los orígenes de la dueña principal la señorita Maca Evans aquí presente—señalo a la castaña a su lado
—Basta, me canse de esperar…quiero saber ¿piensan invertir su dinero en acciones de mi compañía sí o no?—preguntó tajante la mujer poniéndose de pie—Les hemos enviado desde hace dos semanas el plan con el que trabajamos…Dos semanas es el tiempo justo y necesario para tomar una decisión…¿hacemos o no hacemos inversión?
—Lamento interrumpirle señorita Evans, casi todos nosotros hemos decidido que invertir con usted es la mejor de las opciones…
—¿Casi?
—Sí, el único inversionista de nuestra elite faltante por dar su resolución es el señor Santiago Achaga aquí presente…_señalo al castaño—El cual después de haberle hecho esperar de esa manera no creo que se niegue a aceptar la inversión
—Sí, disculpe exactamente qué papel juega aquí el señor…Achaga—haciendo un énfasis de desagrado en el apellido
—Él es el director de una de las casas de bolsa más importantes de Londres y en la que nosotros tenemos puesto todo nuestro capital…además de ser uno de los hombres más adinerados y poderosos de Londres
—Oh por favor señor…no diga tantas cosas buenas de mi—se apeno el ojiazul
"Si supieran la clase de alimaña que eres Santiago"-pensó la castaña clavando su mirada en el hombre—Bien, entonces díganme que va a pasar…porque en los negocios el tiempo es dinero…
—Tal y como lo asegura el señor Pierro…señora A..
—Evans—exclamó la castaña antes de que otra palabra saliera de la boca del ojiazul
-Sí, señora Maca Evans…yo no tengo ningún inconveniente en meter mi capital a su empresa—le sonrió tratando de que ella lo hiciera también
—Me alegra oír esa afirmación
—¿Eso quiere decir que cerramos el trato señor Pierro?—pregunto el hombre de ojos verdes a lado de la castaña
—Claro que cerramos el trato…jamás dejaríamos ir la oportunidad de nuestra vida inversionista—aseguró el viejo
—Aquí tengo los papeles que requieren de las firmas de todos—dijo tomando una carpeta
—Disculpen tengo que ir a empolvarme la nariz—dijo la castaña y salió de la sala
Salió corriendo tan rápido como pudo, consternada y atemorizada…maldita la hora en que volvió a su vida, maldito el momento en que volvió a cruzarse con esa mirada. Se metió al baño y hurgo en su bolsa sacando su móvil…
—Hola… ¿estás bien?—le preguntó la voz del otro lado de la línea
—No, no estoy bien…yo me largo
—Espera…¿qué pasa?
—No tengo tiempo de explicártelo ahorita…por favor alcánzanos en el hotel…—colgó la castaña saliendo del baño y corriendo sin ser vista llego a los jardines donde dejo a su hija la encontró jugando—Vámonos Amelie—ordenó su madre tomándola del brazo
—Auch-se quejo la niña—Mamá espera…me lastimas
—Camina más a rápido niña, anda
—Espera por que la prisa ¿Dónde está Carlos?—pregunto confundida
—El nos alcanzara después…—corría la castaña
Ambas salieron de la zona y pararon un taxi
—Por favor al Rulotte…de prisa—ordeno nerviosa la castaña al taxista
—Si señora
—Mamá que tienes, parece que viste a un fantasma
—Nada Amelie, no hagas preguntas—ordeno nerviosa su madre
—Está bien—suspiro conformista la niña
Llegaron al hotel, la castaña de ojos verdea subió a su habitación tan rápido como pudo y se encerró con su hija
—Hola copito me extrañaste—saludo la niña al pequeño gato— mamá enserio ¿qué tienes?…nunca te había visto tan alterada
—¿Alterada? Yo no estoy alterada—decía paseando de un lado a otro
—Y si no lo estas ¿por qué caminas así?
—Cada quien es libre de caminar como quiere ¿no te parece?
—Si ya disculpa—agrego la niña alejándose de su madre
45 minutos pasaron cuando alguien llamo a la habitación
—Maca ¿estás ahí dentro? Soy yo Carlos ábreme—gritó una voz masculina desde afuera
—Amelie sal a jugar a la parte trasera del hotel
—Pero no tengo ganas
—Obedece—gritó su madre
—Si mamá—dijo mientras salía corriendo con su gato
—Me puedes decir qué demonios te pasó ¿Por qué te fuiste así? Todos preguntaron qué había pasado contigo, tuve que mentirles que tuviste un malestar y por eso debías irte—le cuestiono el hombre de ojos verdes
—El pasado—pronunció la castaña con los ojos húmedos
—¿Cuál pasado?
—Santiago Achaga— dijo con un hilo de voz la ojiverde
—No entiendo—dijo consternado el hombre—¿Qué tiene que ver Achaga en esto?
—¿No lo adivinas?—le preguntó clavando su mirada sobre el
—No, háblame claro
—Es él…
—¿Él quién?... ¿qué cosa?
—Él es el padre de Amelie—pronunció antes de romper en llanto
Esa confesión le cayó como balde de agua helada al ojiverde
—¿Como dices?
—Es el, Santiago es el padre de mi hija—sollozo la castaña—No dejes que me la quite Carlos…no lo dejes—suplico
—Eso jamás Maca, jamás; ese hombre no tiene ningún derecho sobre la niña… ¿él lo sabe?
—No lo sé…quiero pensar que no…me hubiese mencionado algo al respecto…algo habría dicho
—¿Te reconoció?
—Estoy segura que si…de la misma manera en que yo lo reconocí a él, maldita sea—apretó los puños y golpeo un mueble
—Tranquilízate—le tomo de los hombros—Serénate
—¿Cómo me pides que me tranquilice cuando el padre de mi hija está ahí a fuera? ¿Y si me la quiere quitar?
—No, eso no va a pasar…él no va a intentar nada de eso…
—¿Cómo puedes saberlo? No escuchaste a Pierro es uno de los hombres más adinerados y poderosos de Londres…
—Pero él no supone que tienes una hija con él, dijiste que cuando saliste de aquí no dejaste ningún indicio sobre tu embarazo
—No, ninguno…solo lo sabía mi mejor amiga…y ella juro que jamás se lo diría
—¿Crees en su palabra?
—Por supuesto que si…jamás me hubiera delatado
—Entonces si ella no lo dijo y tu no dejaste indicios, tenemos una alta posibilidad de que no lo sepa es más quizá ni lo intuya siquiera
—¿Y qué tal si…si?
—Vamos piensa positivamente
—No puedo pensar positivamente con ese hombre ahí…
—¿Tú…te divorciaste de el?
—¿Cómo se te ocurre preguntar algo así?
—¡Contéstame!, te divorciaste de él sí o no
—No, lo que yo menos quería era volverlo a ver…ni que supiera nada de mí; así que lo quiera o no…yo sigo siendo la esposa de Achaga…sigo siendo Macarena de Achaga ante la ley…
—Está bien…tratemos de mantenernos serenos y pensemos en qué hacer—dijo en un resoplido
—Yo lo único que voy a hacer va a ser pelear por mi hija contra quien sea…él no es nadie para ella…no va a venir ahora y quitármela no señor—aseguro la mujer con determinación
—¿prefieres que cancelemos el contrato?
—Daria cualquier cosa por ello, pero es una suma millonaria por una indemnización…y no saldré huyendo de nuevo
—Me alegra oírte hablar así…
_¿Te quedaras conmigo?
—Por siempre si así tú me lo pides—le dijo entrelazando sus manos y mirándola con amor
—Ejem—tosió Amelie desde la muerta_¿Interrumpimos?
—No, no hija…pasa—dijo su madre soltándose de Carlos
—Mami tengo hambre, ¿a qué hora comeremos?
_Am iré abajo a la recepción…—dijo la castaña de ojos verdes saliendo de la habitación
Carlos solo le siguió con la mirada fija en esa mujer…la admiraba, no solo por su belleza exterior si no también la interior…por la clase de mujer que ella representaba
—¿Te gusta verdad?—le interrumpió una voz infantil
—¿Qué cosa?
_Mi mamá…te gusta ¿cierto?—dijo la niña sonriendo pícaramente
—Ay Amelie que cosas dices…
—Soy chiquita no tonta…y puedo notarlo por como la miras…
—Has visto demasiadas películas ¿no te parece?
—Pues quizá tienes razón pero mi mamá te gusta admítelo…
—Mejor vamos con tu mamá—dijo tomando a la niña de la mano
—¿podemos llevar a copito?
—Supongo que sí, vamos ya
Salieron de la habitación con rumbo a la recepción a encontrarse con la castaña.
¿Qué pasaría ahora?...La castaña de ojos verdes estaba dispuesta a no dejar que nadie le quitara a su hija aunque por cuánto tiempo más podría ocultarle la verdad.
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