Capítulo 2: De frente con el pasado


—Pensé que volaríamos en aerolínea comercial—dijo la castaña mujer de prominentes curvas levantando sus lentes de sol para apreciar mejor lo que estaba pasando

—¿Cómo se te ocurre Maca? Para la reina y la princesa solo lo mejor— aseguro el galán de ojos verdes

—¿Y según tu…lo mejor es un avión privado?—preguntó sorprendida la niña

—Jet privado mi querida Amelie no lo degrades

_Jet, avión ¿Cuál es la diferencia?—rodó los ojos y lo mieo

—Maca dile algo a tu hija, me está ofendiendo

—Amor, no lo molestes es sensible—regaño su mamá dulcemente

—Nena—se burlo la pequeña de aquel ojiverde

—Mira quien lo dice

—Yo si soy una nena tengo 10 años ¿Cuál es tu excusa?

—Maca

—Basta los dos, mejor explícame como se supone que volaremos en esta cosa—dijo la ojiverde refiriéndose a Carlos

—¿Pues como crees? Yo piloteare— aseguro con una  gran sonrisa

—¡Ja!...pero ni loca, no sueñes que voy a exponer a mi hija a viajar en una cosa que tu manejes

—Confía en mi Maca…

—Buenos días— interrumpió un hombre de edad no tan avanzada con traje de militar y gorra de piloto

—Buenos días— respondieron todos

—Mi nombre es Leonel Nora  y tengo el honor de ser su piloto este viaje

—Oh gracias al cielo— exclamó la castaña de ojos verdes -Disculpe, mi nombre es Macarena Evans

—¿Usted es Macarena Evans?—exclamó emocionado estrechando la mano de la castaña

—Si—dijo con nervios

—Mis hijas son muy admiradoras suyas… compran casi todo lo que usted ha diseñado

—Que honor—aseguro ella

—¿Su esposo e hija?—pregunto el nombre  mirando a Carlos y Amelie

Al hombre de castaño cabello le brillaron los ojos y sintió como su corazón palpitaba de prisa, hasta que la voz de la castaña le saco de su mundo

—No, esposo no…colega y amigo casi como un hermano para mí, el señor Carlos Said y si mi hija Amelie

—Más que su hija parece su hermana y perdone mi indiscreción —se disculpo el señor ante el comentario

—No se preocupe, muchos me han dicho lo mismo…si no le importa tenemos un poco de prisa y quisiera saber si ya podemos abordar

—Claro que sí señora Evans hágame el honor de subir

—Gracias, vamos hija—dijo tomando a la niña de brazo

Otros empleados subieron las maletas al avión, las castañas subieron seguidas de Carlos, una vez todos a bordo y con todas las medidas de seguridad tomadas y revisadas el avión o jet como le decía Carlos dejo tierra y alcanzo los 10000 pies de altura.

—¿En qué tiempo llegaremos a Londres mami?—preguntó la niña de ojos azules

—No se mi amor, en unas 7 u 8 horas aproximadamente

—Es mucho tiempo…-se quejo la pequeña

—Deberías descansar un rato, el cambio de horario puede afectarte un poco

—¿Cuántas horas son exactamente?

—Cinco

—¿Eso quiere decir que si el vuelo dura 7 horas…llegaremos dos horas antes de lo que en realidad llegaríamos?—pregunto confundida

—Amm algo así, mi cielo los cambios de horario son confusos y ridículos…por ahora descansa que este será un viaje largo-— advirtió su madre

—Si madre—respondió la pequeña reclinando su asiento

La castaña de ojos verdes se perdía en el panorama de la ventana hundida en sus profundos pensamientos

—¿Todo bien Macarena?-preguntó Carlos sacándola de sus pensamientos

—¿Cómo me llamaste?

—Macarena, así te llamas ¿no?

—Hace tantos años que nadie me dice así, que bueno es raro me he acostumbrado a que me llamen Maca

—Si te gusta más Maca, así te diré entonces—le sonrió

-Tú puedes llamarme como quieras Carlos y lo sabes…aunque si admito que me he acostumbrado a que todos me llamen Maca que es extraño escuchar que alguien use mi nombre completo conmigo

—Bueno, eso lo discutiremos después, ¿todo en orden? Te noto preocupada

— Lo estoy, lo estoy—aseguró la ojiverde

—No deberías, dime que te preocupa…puedes confiar en mí y ya lo sabes

—Tú sabes muy bien lo que me preocupa—suspiro la castaña mirando a su hija quien había conciliado el sueño más rápido que nunca

—Hablas del padre de Amelie-susurró el ojiverde

—Sí, hablo de él…tú y yo sabemos que ese hombre no está muerto y si le he hecho creer a mi hija que su padre murió es para no causarle un mayor sufrimiento

—Maca—entrelazo sus manos con las de ella— Sea lo que sea, y pase lo que pase yo nunca te voy a dejar sola, siempre voy a estar ahí para ti para cuando lo necesites

—Lo sé Carlos…pero ¿y si aparece? ¿Qué hago entonces? No voy a permitir que me quite a mi hija

—No lo vamos a permitir, el no tiene como quitártela. Desde que nació Amelie está registrada como hija tuya y nada más tuya, nadie en este mundo tiene el poder de quitártela, nadie Maca —aseguró el hombre mirándole a los ojos

—No sé qué sería de mí sin ti y todo lo que has hecho por mi hija y por mí

—Yo no sé lo que sería mi vida sin ustedes dos—dijo con dulzura el hombre apartando un mechón de cabello del rostro de la mujer que tenía enfrente

Las horas pasaron el vuelo fue tranquilo por fortuna

—Estamos en casa —susurró para sí misma la castaña de ojos verdes

El avión aterrizó en el aeropuerto en una zona especial alejada de los viajes comerciales. Bajaron y tomaron su equipaje para la sorpresa de ellos la prenda Londinense estaba esperándolos en el aeropuerto

—Wow mamá eres muy famosa-exclamó la niña—Toda esa gente vino por ti— aseguró su hija

—No exageres Amelie, anda no quiero que te quedes atrás camina —le ordeno su madre

—Si madre—respondió obedeciendo la orden

Conforme avanzaban los fotógrafos, reporteros y periodistas empezaron a irse encima de ellos, los flashes y las preguntas llovían por doquier, poco atinaban a responder la castaña o el hombre detrás de ella, hasta que lograron salir de aquella parada y abordaron un taxi.

—Pensé que habías dicho nada de prensa

—Eso de nada de prensa resulta un poco imposible cuando eres la mejor diseñadora de América y llegas a Europa más especifico Londres tu ciudad natal…eres famosa Maca

—Mi mamá es genial— comentó la niña abrazándola con fuerza

—¿A dónde nos dirigimos Carlos?-preguntó la ojiverde

—Aun no tenemos donde quedarnos fijamente, ya me encargare de eso mañana…por ahora nos iremos a un hotel

El taxi paro en un semáforo rojo y por la ventanilla la pequeña Amelie vio a un pobre gatito indefenso de color blanco mojado y débil, su corazón se apiado del animalito y salió del taxi sin importarle nada

—Amelie, ¿A dónde vas? Amelie vuelve aquí en este instante—gritó su madre tratando de zafar su cinturón de seguridad sin éxito

—Yo iré por ella—dijo Carloa saliendo del taxi

—Ven acá pequeño minino, no te hare daño—dijo la niña corriendo hacia la mitad de la calle donde el gatito había caído rendido, llego a su lado y lo cubrió un poco con su abrigo sin darse cuenta que un auto venía directamente hacia ellos, un grito de terror se escucho y paralizó a quienes transitaban por ahí, el freno seco que dio el auto

—Amelie—gritaron dos personas al unisonó

—Pero ¿Qué te pasa niña?—gritaba en furico un hombre de castaño  cabello y ojos azules —No sabes que esta es una calle transitada

—Disculpe, yo solo trataba…

_Tratabas de que alguien te matara…si yo no freno a  tiempo no se qué te habría pasado—regaño el hombre

—Amelie— exclamó una voz masculina corriendo hacia la niña y tomándola en brazos—¿Estás bien?-la niña asintió—¿En que estabas pensando? Pudo haberte herido o algo peor —exclamó con susto el hombre

—Lo sé, pero el gatito—trató la niña mostrando al gato en su abrigo

—Estoy seguro que al gatito no le habría pasado nada, pero a ti…sabes el susto que le diste a tu madre

—Lo siento—dijo bajando la mirada

—Anda, regresa al taxi y en cuanto a usted— dirigió su mirada al ojiazul -¿Está todo bien? ¿Algún daño que tenga que cubrir?

—No se preocupe, solo cuide más a su hija por favor, quizá la próxima vez no tenga tanta suerte—aseguró el hombre metiéndose de nuevo en su auto sin darle tiempo de explicar que la niña no era su hija, además aquel desconocido que explicaciones merecía.

Sin saberlo dos vidas separadas hasta hoy habían vuelto a cruzarse frente a frente.

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