Sincerandonos

El lemuriano dobló la carta muchas veces, asegurándose de seguir el consejo que indirectamente Shaka le había dado para que su alumno no fisgoneara, una vez que tuvo lista la carta la envió teletransportándola a la casa de virgo.

Kiki bajó entonces con el polvo de estrellas, Mu abrió el recipiente para asegurarse que tuvieran suficiente para reparar las 5 armaduras de bronce-A penas alcanzará-le dijo a su discípulo-por lo que no podemos cometer errores.

Kiki asintió con la cabeza y volteó hacia las armaduras para inspeccionarlas antes de que Mu se lo pidiese, pero este le puso una mano en el hombro y negó con la cabeza-Ya es tarde Kiki, lo mejor será que descansemos y mañana nos ocuparemos de ellas-el caballero de aries le sonrió a su pequeño lemuriano quien le devolvió la sonrisa y asintió con la cabeza-Descansa Kiki-le dijo Mu para después dirigirse a su habitación.

En el santuario

Al resto de los caballeros dorados también los había alcanzado la noche. Milo había invitado a sus compañeros a su casa sugiriendo que se reunieran aun que sea una vez por semana, ninguno de los caballeros tuvo inconveniente y esta sería su primera reunión. Cuando estuvieron todos ahí, no pudieron evitar notar que faltaba el tibetano.

Milo volteó para con Shaka y le dijo- ¿Dónde dejaste a Mu?-Shaka arqueó una ceja y le contesto fríamente-¿Y yo por que tendría que saber en dónde está? En todo caso, Aldebarán cuya casa está a un lado de la de él podría responderte.

-¿A quién crees que engañas Shaka? ¿Acaso no recuerdas que pasaste por mi casa esta tarde?-le dijo Aioria entre sonriéndole-Ustedes han pasado tantas veces por mi templo desde que volvimos del campamento que ya casi parece que viven aquí-Shaka solo se cruzó de brazos, notablemente molesto por las burlas del león–Se fue a Jamir...-contestó de mala gana.

-¡¿Jamir!? ¿Por qué?-exclamó un más bien preocupado Aldebarán, temía que Mu al ver que las cosas estaban tranquilas se hubiera vuelto a exiliar del santuario.

-Nuestra Diosa le indicó que debía irse lo antes posible, pues las armaduras de los caballeros de bronce le aguardaban ahí para que las reparara-contestó el rubio, dándole un sorbo después al agua que Milo les había ofrecido a los que no querían tomar alcohol.

-Ya veo-contestó Aldebarán por lo bajo, para después quedarse pensativo un momento-5 armaduras...Es demasiado-la preocupación se podía ver en los ojos del tauro, Shaka se le quedo viendo fijo un momento, no le gustaba nada que el brasileño se preocupara tanto por el dueño de sus sentimientos. Sin embargo, sus palabras le causaron curiosidad, el en realidad no estaba familiarizado con el trabajo que Mu hacia para reparar las armaduras, pues esa faceta de su vida nunca le tocó presenciarla a él.

Los caballeros dorados dieron el tema por concluido con ese comentario y se dedicaron a platicar sobre lo que ocurrió en la batalla de las 12 casas, cómo los caballeros de bronce habían logrado despertar su 7mo sentido y lo honorables que les parecían. A pesar de la inferioridad de su rango se habían ganado el respeto de sus superiores los dorados.

Milo de pronto bajo la mirada, recordando su pelea con Hyoga y que finalmente este había terminado con la vida de quien fuera su maestro. Sin duda, el cisne había crecido mucho en esas batallas y el sacrificio de su querido Camus no había sido en vano, pues su aprendiz había logrado el cero absoluto y despertar su 7mo sentido, quien sabe, quizá algún día pudiera ser el sucesor del francés... por lo menos como caballero dorado; porque alguien que tuviera la gracia, elegancia y porte del antiguo caballero de Acuario nunca nacería en esta tierra, por lo menos es lo que Milo creía. A pesar de ser tan frío, el acuariano era sumamente noble, y el peli azul, quien se había ganado su confianza, tenía el privilegio de ser el único que conocía el cariño del francés. Era curioso como un ser que parecía disfrutar más del frío podía volverse tan cálido en la dirección correcta, Milo había logrado eso; lo que no había logrado era asimilar que ese cariño se había extinguido junto con la vida de quien se lo profesaba. Entonces, el escorpión comprendió que la memoria de Camus no debía traerle más tristeza, pues eso sería lo último que él hubiera querido, decidido, alzó la mirada y levantó su copa-¡Por todos nuestros compañeros y amigos, dorados, platas o bronces, quienes lucharon por sus ideales a costa de sus vidas!-El resto de los caballeros sonrió con nostalgia y levantaron también sus copas, chocándolas al centro para así honrar las memorias de aquellos que ya no podían acompañarlos.

La velada transcurrió sin pena ni gloria después de eso, retirándose los caballeros temprano a sus respectivos templos. Shaka había acudido con la esperanza de distraer un poco su mente del beso del lemuriano, sin éxito, pues Mu lo había dejado perplejo con ese acto. Se tocó brevemente el sitio recordando lo cálidos que se habían sentido los labios del tibetano y maldijo en voz alta por su debilidad, no le agradaba sentirse así, las ideas que se cruzaban por su mente le parecían impropias para un caballero de su altura y para sus creencias. Y es que el sentir que necesitaba de sus besos y atenciones era para él una molestia, pero cuando tenía al ariano enfrente, parecía olvidar por completo toda lógica y este se convertía en su única verdad.

Apesumbrado por sus pensamientos se dejó caer en un modesto sillón que tenía en su templo, una de sus contadas posesiones, al caer escuchó algo crujir, se levantó del sillón y volteó a ver de qué se trataba, era una hoja de papel, tan minuciosamente doblada como la que él le había enviado a Mu-¿Cuánto piensas durar en Jamir, Mu? ¿Acaso te estás ocultando?-Shaka abrió con cuidado la carta, por no decir con temor y se apresuró a leerla.

"Espero curarme de ti en unos días,

Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte,

Es posible. Siguiendo las prescripciones de la moral en turno.

Me receto tiempo, abstinencia, soledad"

-Jaime Sabines

El indio dejó caer el papel y casi inmediatamente después sintió una agonía que jamás en su vida había tenido, el pecho le comenzó a doler y sentía que se quedaría pronto sin aliento-¿Es acaso que ahora que te he recuperado, de nuevo, comienzo a perderte...?-murmuró y de pronto su estómago comenzó a arderle tanto que tuvo que doblarse para cesar el dolor-¿Es esto a lo que llaman, sufrir por amor?-pensó mientras se abrazaba el abdomen.

-¡Shaka!-escuchó el rubio gritar a la entrada de su templo, era Aioria, quien corrió hacia él al ver el estado en el que se encontraba. Había ido al templo del virgo a pedirle una taza de leche pero cuando lo vio dejó caer el recipiente y se apresuró a su encuentro. El león tomó a su compañero por ambos hombros y comenzó a observarlo con detenimiento-Estas sudando ¡¿Qué es lo que te pasa Shaka dímelo?!

-¡Suéltame Aioria!-le gritó el semidiós, zafándose de su agarre –Estoy bien, ¿A qué has venido?

-¡Eso ya no tiene importancia, claramente algo malo te está pasando y necesito que me lo digas para poder ayudarte!-

-No te molestes, caballero de Leo-Shaka bajó la cabeza, mirando en dirección al papel que acababa de soltar-Solo hay una persona en este mundo que puede ayudarme, y no está en el santuario...

Aioria al principio no entendió las palabras del indio, supuso que se refería a los poderes curativos de Mu, sin embargo, Milo probablemente podría curarlo también o cualquiera de ellos si se trataba de una dolencia física...fue entonces cuando todas las piezas se armaron en su cabeza y miró con profunda compasión a su compañero de armas.

-Lo amas...-murmuró Aioria, con una leve sonrisa de incredulidad adornando su rostro.

-¿Perdón...?-Shaka arqueó una ceja.

-No te hagas el tonto Shaka, eso no te va. Sé que no vas a contestarme pero si te puedo decir que si eso es cierto debes decírselo a Mu, estoy seguro que él te corresponde, ambos son un tanto obvios si te soy sincero...

Shaka se ruborizó por la soltura con que Aioria aseveró sus sentimientos, para después enfadarse-¡No podrías estar más equivocado Aioria!-con su psicoquinesia levantó la carta de Mu, quizá de una manera un tanto agresiva, y se la entregó al leo-Toma, léela. Mu la escribió-Aioria tomó la carta, su expresión era de franca sorpresa, y comenzó a leerla, cuando terminó, miró a Shaka con incredulidad-No entiendo por qué piensas que Mu no te corresponde, si aquí acaba de escribirte todo lo contrario-Shaka lo vio como si hubiera dicho la cosa más estúpida e improbable que jamás había escuchado en su vida, para él la carta le decía que el lemuriano quería olvidarse de su existencia y por eso había puesto tierra de por medio.

-Shaka, tu eres su mejor amigo, tu más que nadie debería entender el mensaje oculto en esta carta. Me parece que estás tan cegado por tus sentimientos que has perdido la capacidad de razonar...-Quizá Aioria tenía razón, desde que Mu había vuelto a su vida, Shaka sentía que todos sus sentidos estaban adormecidos, como si estuviera bajo una especie de embrujo, pero su embrujo tenia nombre y se encontraba evadiéndolo en Jamir...

Shaka entonces abrió sus ojos, la determinación inundo sus irises azules, tomo la hoja y comenzó a escribir sobre ella:

"¿Sabe que usted es culpable de una de las crisis más importantes de mi vida?

No quiero andar con rodeos: creo que estoy enamorado de usted..."

-Mario Benedetti

Tomo entonces la hoja, la dobló y la tele transportó para con Mu. Después volteó con Aioria y le regaló una media sonrisa-Gracias.

Aioria ni siquiera se molestó en preguntarle que había sido todo aquello, se limitó a devolverle la sonrisa, se dio media vuelta y comenzó a caminar hacia su templo.

-¡Espera Aioria!-Shaka levantó con su psicoquinesia el recipiente que Aioria había tirado y se dirigió a la cocina-Creo que te has ganado tu taza de leche-

En Jamir

Esa mañana Kiki se levantó con el primer rayo de sol, a diferencia de su maestro, quien gustaba de dormir un poco más cuando podía hacerlo. El pelirrojo se dirigió a la planta baja para abrir las persianas y que así el poco sol que se asomaba por las densas nubes del cielo pudiera entrar y tibiar el interior de la casa. Después se acercó a la sala para prender la chimenea y sintió un remanente de cosmos, volteó para ver de dónde provenía dicha energía y sobre el sillón se encontraba una pequeña hoja que ya se le estaba haciendo bastante familiar.

-¡Maestro Mu! ¡Maestro Mu!-agitó el pequeño lemuriano a un somnoliento caballero de aries, que se tapó hasta la cabeza con las cobijas-¿Qué ocurre Kiki? Vuelve a dormir-Dicho esto tomo a Kiki y lo subió a la cama, abrazándolo después -¡Maestro! ¡Basta!-intentó zafarse el pelirrojo en vano pues Mu lo sostuvo mas fuerte-Tengo una carta del señor Shaka-dijo Kiki ya casi sin aliento, Mu lo soltó tan repentinamente que Kiki, quien seguía luchando, se cayó de la cama.

-¡Auch!-grito Kiki, sobándose la cabeza.

-¡Lo lamento Kiki!-le sonrió Mu, apenado por su comportamiento. El pequeño le extendió la carta y Mu se sentó en la cama para poder tomarla, el niño nuevamente aguardó por la reacción de su maestro, quien esta vez no hizo esfuerzo por mandarlo a otra parte. Cuando Mu leyó lo que la carta decía, se ruborizó de inmediato y después la pulverizó.

-¡Señor Mu!-gritó Kiki por la impresión de ver la carta hecha cenizas-¿Es acaso tan malo lo que el señor Shaka le ha dicho?

-Por el contrario, Kiki-le contestó con un hilo de voz-Es demasiado bueno...

-Entonces, mi señor, no entiendo ¿por qué ha destruido la carta?

-No quise hacerlo, simplemente sucedió-Mu miró a su alumno brevemente, le había mentido, no quería que ni por error Kiki viera esa carta, después posó su mirada sobre una de las ventanas-Shaka...-murmuró.

Mu sintió de pronto un enorme deseo de tele transportarse a la casa de Virgo y tan solo dejarse llevar por los sentimientos que lo invadían, sin embargo, re pensó las cosas. Primeramente tenía una encomienda que era mucho más importante que sus cuestiones personales, además no quería actuar impulsivamente y echarlo todo a perder, que era precisamente el temor del cual era prisionero desde que tuvo conciencia de su amor por el indio. Sostuvo su vista unos segundos más a la ventana y con sus puños se seco un par de lagrimas que habían logrado escapar de sus ojos-Bueno-volteó a ver a Kiki-¡manos a la obra!-le sonrió.

En el Santuario

Shaka estaba como león enjaulado en su templo, caminando sin rumbo, incapaz de concentrarse en hacer actividad alguna. Ya era pasado el medio día, Mu seguramente había leído su carta para ese entonces y no le había respondido nada.

Se presionó el puente de la nariz con sus dedos, intentando aminorar el dolor de cabeza que quería apoderarse de él, ya se había cansado de jugar con el lemuriano, lo mejor sería enfrentarlo de una buena vez...Shaka detuvo sus pensamientos un momento al sentir un cosmos aproximarse a su templo, era un cosmos familiar...

¡Señor Shaka!-le gritó Kiki desde la entrada de Virgo, estaba notablemente agitado, el pequeño puso sus manos sobre sus rodillas mientras jadeaba tratando de incorporarse para hablar con el indio-¡Señor Shaka! ¡Algo terrible ha ocurrido!-Shaka dio un paso atrás, concentró su energía en localizar la de Mu, el cosmos del tibetano estaba muy débil...Shaka sintió que el alma se le iba y sin pensarlo ni darle explicaciones corrió, tomó a Kiki en brazos y se tele transportó a Jamir*

En Jamir

Shaka sintió como la helada brisa de los Himalayas lo recibía, el virgo, quien a penas traía sus tradicionales ropas y andaba descalzo, entró a la casa corriendo seguido por Kiki y rápidamente encontró a Mu desvanecido en el suelo, rodeado por un charco inmenso de sangre-¡Kiki! ¡¿Por los budas que ha ocurrido aquí!?-Kiki comenzó a llorar de pronto, suspiró hondo para tranquilizarse y dijo-Eran demasiadas...insistí en ayudarle pero me dijo que era muy pequeño y que como estaban muertas necesitaba demasiada sangre...

-¿Sa...sangre?-murmuró Shaka, se apresuró entonces a tomar a Mu en sus brazos y lo recostó en el sillón, le tocó la muñeca y pudo notar los múltiples cortes que tenía en ambos brazos, horrorizado comprendió que el lemuriano daba su propia sangre para reparar las armaduras.

-¿Acaso usted no lo sabía?-dijo el pelirrojo.

-Jamás me lo dijo-acarició entonces los cabellos del tibetano, estaba helado, su piel se veía grisácea y opaca. Shaka volteó a ver a Kiki, quien estaba sollozando mientras veía a su maestro en tan mal estado-Yo me encargaré de él Kiki, se pondrá bien te lo prometo-Kiki asintió con un par de gotas en sus ojos-Yo ya he cerrado sus heridas, pero aun así la cantidad de sangre que perdió es mucha –el lemuriano comprendió que de nada le servía lamentarse si quería ayudar a su maestro y recuperó el semblante-¿Necesita algo señor Shaka?

-Si Kiki, por favor tráeme unas mantas, debemos mantener su temperatura corporal, ¿sabes cocinar?-el lemuriano asintió con la cabeza-prepara un té entonces y una sopa caliente para cuando despierte, necesitamos reponer su volumen-Kiki estaba entendiéndole la mitad, pero igual obedecía las ordenes del indio sin rechistar.

-Mu ¿Por qué?-susurró Shaka mientras seguía peinando sus cabellos, Mu se veía dormido tan apaciblemente que era difícil creer que se estuviera debatiéndose entre la muerte y la vida. Shaka le tomó las manos y las entrelazó con las suyas-Estas helado- se sentó entonces en el sillón moviendo un poco a Mu y lo cargó de manera que su cabeza quedara recargada en el hueco entre el cuello y el hombro del rubio, teniéndolo así, Shaka lo rodeó con sus brazos y lo mantuvo lo más cerca de él que pudo, transmitiéndole parte de su cosmos para sanarlo.

Cuando Kiki bajó con las mantas y vio la extraña posición en la que se encontraban Shaka y su maestro se les quedo viendo fijo un par de segundos, intentando comprender la situación, pero después sacudió su cabeza y corrió para con Shaka pensando que este no era momento de buscarle sentido a las cosas que el virgo hacia-Tenga, señor-le dijo Kiki envolviéndolos a ambos con las mantas.

-Te lo agradezco mucho Kiki-le sonrió.

Kiki pudo ver que de a poco el color volvía a la tez de Mu, esto le hizo sonreír de inmediato-¡Esta funcionando señor Shaka!

-Le estoy transmitiendo parte de mi cosmos, eso esta agilizando un poco las cosas-Shaka de pronto sintió que Mu comenzó a moverse, estaba recuperando la conciencia. Kiki al ver esto sonrió y se apresuro a traer el té, dejándolo en la modesta mesita de la sala.

-Mu-sonrió el virgo al encontrarse con esos débiles pero hermosos ojos verdes, para después reprocharle por su insensatez-¡Perdiste demasiada sangre torpe!-

-S...Shaka-el lemuriano abrió grandes los ojos por su sorpresa, pero después, esbozó una amplia sonrisa-¡Shaka!-sacando fuerzas del no sé donde se abrazó del cuello del rubio, estaba tan feliz de verlo que no le importó su reclamo. El caballero de virgo inmediatamente sintió su corazón ablandarse y le correspondió el abrazo, hundiendo su rostro en los cabellos lilas de ese al que había extrañado tanto, aun que tan solo se habían separado un par de horas-¿Qué haces aquí?-le preguntó el tibetano, su voz más bien era un susurro.

-¿Dónde mas podría estar? Vine en cuanto lo supe-Shaka se libró del abrazo y miró al ariano a los ojos-no puedes hacerme esto Mu ¡Pudiste haber muerto! ¿Qué no entiendes que si te perdiera de nuevo...? simplemente no lo resistiría...

Mu miró incrédulo la desesperación en el rostro de Shaka mientras sentía sus mejillas arder, se conmovió tanto por que el virgo lo había dejado todo en el momento que supo que se encontraba en peligro, que se sintió como un tonto por temerle a los sentimientos que tenia por ese hombre, claramente no pudo haberse enamorado de alguien mejor. Decidió ocultar su rostro en el hombro del rubio, el cual se sentía tan reconfortante que estaba empezando a creer que ese lugar había sido diseñado especialmente para él-Shaka...lamento haberte preocupado-murmuró.

-Lo importante es que estas vivo-el semidiós puso una mano sobre la cabeza de Mu, acariciando sus cabellos lilas, después este se separó del lemuriano y tomo la taza de té que Kiki amablemente había dejado sobre la mesa-bébete esto, te ayudará a sentirte mejor-el lemuriano obedeció e intento tomar el té, pero se le cayó pues aun estaba muy débil. Shaka calculó el movimiento y logró impedir que el té le cayera encima con su psicoquinesia, entonces lo tomó y se lo dio a beber de sus manos-Esto me trae viejos recuerdos-le sonrió.

-La varicela-respondió Mu, sonriéndole también. Shaka sintió un brinco en el corazón cuando Mu hizo referencia a aquel recuerdo, no solo porque ahora lo sabía, sino porque era de los más preciados que tenía, fue ahí cuando se dio cuenta por primera vez de lo importante que era Mu para él. El Ariano levantó la barbilla para que Shaka pudiera ver la marca que tenía en ella-Siempre creí que era una marca de nacimiento, ahora sé que no-Shaka se retiró el cabello del cuello para que Mu pudiera ver la marca que el portaba, igual a la suya, ambos se sonrieron y Shaka sintió que se perdía en esos hermosos ojos verdes, que se veían cansados pero aun así brillaban de una manera tan singular...

Kiki nuevamente se les quedó viendo, esos dos parecían haberse olvidado completamente de su existencia-Em...iré a ver cómo va la sopa-se limitó a decir el pelirrojo, dando pasos hacia atrás rumbo a la cocina. Por fin, a pesar de su corta edad, había comprendido lo que pasaba, a estas alturas hasta un ciego podría notarlo. Así que decidió que lo mejor era darles privacidad.

Ambos ignoraron, sin querer, al pequeño Kiki, pues seguían inmersos en sus miradas.

Mu se incorporó para ver de frente al rubio, este último se acomodó y lo tomó de los hombros, adivinando sus intensiones-Lo que sea que tienes que decirme, puede esperar, ahora estas muy débil para lidiar con esas cosas-Shaka le sonrió, a pesar de que su cara mostraba más bien tristeza, el virgo quiso cambiar el tema inmediatamente para que el lemuriano no insistiera-....Yo no tenía idea de que para reparar las armaduras necesitabas tal cantidad de sangre...de haberlo sabido...

-Solo si están muertas-se apresuró a decirle Mu-Solo pude reparar una, intente reparar otra mas y ahí fue donde me desvanecí-Mu volteó a ver la armadura de Pegaso, que se encontraba ya lista y junto con las demás, que en apariencia parecían tener daños menores, pero se veían opacas-Pero aun así, debo reparar las demás armaduras-Mu intentó incorporarse, al recordar repentinamente el deber que se le había encomendado, pero fue detenido por Shaka.

-¿¡Estás loco!? No te lo permitiré Mu, si en ti no cabe la cordura, entonces no me dejaras otra opción que imponértela-

-Shaka, nuestra Diosa...

-Nuestra Diosa te encomendó algo, es cierto, pero jamás te dijo que lo hicieras solo. En el santuario hay otros 3 caballeros, estaremos más que dispuestos a dar nuestra sangre para reparar las armaduras de nuestros compañeros los caballeros de bronce.

-Aun si eso fuera cierto, no tengo poder suficiente para tele transportar las armaduras al santuario, y tu escuchaste a nuestra Diosa, se necesitan para lo antes posible.

-Muy bien, entonces, usa toda mi sangre para repararlas.

Mu abrió los ojos como platos-¡Eso nunca!-alzó la voz el tibetano-Jamás te pediría algo así.

-¿Por qué no? Así como tú estás dispuesto a morir por cumplir las órdenes de nuestra Diosa, yo también. Lo que no estoy dispuesto es a dejarte morir por dicha causa, entonces-Shaka estiro ambas muñecas-tómala, es tuya.

Mu desvió la mirada-No...no puedo-agachó la cabeza y tomo las muñecas de Shaka, empujándolas hacia el virgo para que las alejara de él-

-Pues yo tampoco pienso dejarte morir, y estoy seguro que la señorita Athena tampoco quiere eso de ti Mu, te pido entonces que tengas paciencia y te recuperes pronto para ir juntos al santuario y ayudarte. Nuestra Diosa lo entenderá, no te preocupes.

-Te lo agradezco, Shaka- Mu hizo una pequeña reverencia al virgo, quien soltó un pequeño bufido-Tanta formalidad entre amigos Mu, me parece grosera.

Mu le entre sonrió-Bueno, querido Shaka, que bueno que tocas ese punto, que somos amigos...

Shaka sintió de nuevo un hondo dolor en el abdomen, pero sostuvo su mirada con el lemuriano, quien continuó hablando- Recibí tu carta esta mañana...te podría decir tantas cosas, pero creo que hay una sola manera de responderte-con esto Mu, quien jamás había besado a nadie, torpemente se acercó a los labios de Shaka, dándole un pequeño y más bien tímido primer beso. Shaka se quedó mudo ante el acto, había sido en verdad un beso muy corto pero había logrado que un potente escalofrío recorriera su cuerpo. Cuando Mu se separó de sus labios, Shaka pudo ver que sus mejillas estaban teñidas de un encantador tono rosado y tenía la vista hacia abajo, víctima de la timidez que había dejado de lado hacia un momento, a Shaka esa vista se le antojó de encantadora y no pudo evitar tomar al tibetano por la nuca y devolverle el beso. Shaka por su parte lo besó con un poco mas de intensidad, a pesar de ser el segundo beso que daba en su vida. Mu rodeo con sus brazos el cuello del virgo mientras este lo tomó por la cintura acercándolo más a él, a medida que el tiempo pasaba el beso se volvía menos torpe y más dulce, se separaban brevemente pero volvían a besarse como si el aire les faltara si no lo tomaban del otro.

Entonces Kiki, quien consideraba que ya había pasado un largo tiempo y Mu debía comer algo, volvió con dos platos de sopa, que se le cayeron al piso tan pronto entro a la habitación. Shaka y Mu se separaron de golpe al escuchar los platos romperse y voltearon a ver pálidos a Kiki, quien estaba en shock, con las manos en el aire como si aun sostuviera los platos.

-¡Kiki! ¡Puedo explicarte!-se apresuró a decirle Mu, pero el pelirrojo tan solo le sonrió-Veo que ya se siente mejor maestro, incluso tiene sangre suficiente para ponerse rojo, bien por usted-con esto soltó una pequeña risilla y se dio la media vuelta, desapareciendo delante de sus ojos. Mu se quedó perplejo y con la mano estirada, como si con eso pudiera traer a Kiki de vuelta, Shaka le tomó la mano, lo vio a los ojos y negó con la cabeza-Estará bien, solo quiere darnos nuestro espacio-

Mu se hundió con pesadez en el sillón, las cosas para su gusto estaban pasando demasiado rápido, se tomó el puente de la nariz con los dedos, cerrando sus ojos y frotándolo con notable frustración-¿Qué nos está pasando Shaka?-Mu se recargó en el hombro del rubio antes de continuar hablando-¿De dónde viene esta necesidad constante de estar cerca de ti? Al regresarme a Jamir, creí fielmente que el poner tierra de por medio me ayudaría a aclarar mis sentimientos, pues el tenerte cerca lo único que hacía era nublar mi juicio-el lemuriano sonreía, aun que sus ojos parecían inundados de una gran pena- pero me encontré con el extraño sentir de necesitarte, he perdido mi libertad, ahora vivo y me muevo en función de los sentimientos que te tengo, y eso Shaka, me aterra como no tienes una idea...mi mente se aclaró, si, pero lo que se rebeló ante mi me abruma...

Shaka lo miró serenamente a los ojos, le tomó ambas manos y le dijo suavemente-Yo también tengo miedo Mu, y también te amo.

El lemuriano sintió que sus ojos se saldrían de sus órbitas , su emoción fue tanta que por un momento pensó que se desvanecería de nuevo, Shaka notó esto y se levantó del sillón-debes comer algo, aun estas muy débil-lo tomó del brazo entonces para ayudarlo a levantarse y una vez incorporado se paso el brazo de Mu por detrás del cuello y lo sujeto por la cintura, ayudándolo a caminar-me parece que exageras, Shaka, puedo andar por mi cuenta.

-Bueno, no tienes por que, si aquí estoy yo para cuidarte. Deberás acostumbrarte Mu a mis atenciones-el indio entonces le miró con ternura y lo ayudó a sentarse en el comedor. Se dirigió a la cocina y sirvió un plato de sopa, lo puso frente al lemuriano y cuando se dio la media vuelta para regresar a la estufa Mu le tomó la mano impidiéndole el paso, el virgo posó su vista sobre los dulces ojos que lo observaban con adoración y se acercó a el para darle un beso en la frente-Shaka ¿Que va a pasar con nosotros ahora?-le preguntó el ariano, pero lo dijo tan bajo que parecía no querer que el virgo lo escuchase.

-Probablemente seremos mas felices de lo que eramos hace 20 minutos ¿Por?-Mu rió con el comentario-No bobo, no me refiero a eso.

-¿Acabas de llamarme bobo?-Shaka arqueó una ceja, sonriendo con incredulidad.

-Creo que no eres el único asombrado aquí, señor "yo no bromeo" no sabia que podías ser simpático sin alcohol-Mu le sonrió con picardía.

-Supongo que es justo decir que me siento embriagado...Pero Mu, si así lo requieres, entonces te lo preguntare-el indio se arrodilló sin soltar la mano del tibetano-¿Te gustaría ser mi pareja? Ten en cuenta antes de contestarme que puedo ser un tanto insoportable, celoso, frío, egolatra...-Shaka no pudo terminar de decir sus "cualidades" porque Mu atrapó sus labios en un corto beso-¿Eso contesta tu pregunta?

-Si así vas a contestar todas mis preguntas Mu, solo lograras que mi curiosidad aumente.

-No necesito motivos para besarte Shaka, ahora que eres mio y yo soy tuyo, los motivos salen sobrando.

Shaka sonrió y recostó su cabeza en el regazo de Mu, quien acaricio con suavidad los cabellos rubios de su ahora novio.

...

Continuará...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top